(Efe) Riccardi, que compartió mesa y mantel con unos 700 pobres, recordó que esta era la vigésimo novena vez que asistía a una comida de este tipo, "una experiencia bellísima en la que las personas son el centro", señaló.
El ministro precisó que esta es la fiesta de la solidaridad diaria, "que no se produce sólo en Navidad sino todos los días del año". También señaló que aunque se vive un momento difícil, de crisis, la solidaridad no ha desaparecido y son muchas las personas que quieren compartir, dar y ayudar a los demás.
A la comida de la basílica asistió también el alcalde de Roma, Gianni Alemanno; la presidenta de la Región de Lacio, Renata Polverini, y destacados prelados, como el cardenal Roger Etchegaray.
La comida fue servida por 250 voluntarios, que llevaron hasta las mesas de los pobres el típico almuerzo romano de esta jornada: lasaña al horno, "polpettine" (albóndigas) de carne, pastel de patata, lentejas, dulces de Navidad, fruta y spumante, el vino espumoso italiano.
Un "Babbo natale" (Papa Noel), ayudado por varios niños, entregó regalos a los asistentes, entre ellos bufandas, guantes, abrigos, zapatos y otras prendas de vestir.
Este año Sant'Egidio organizó comidas en 73 países, de ellos 20 europeos, 15 americanos, 32 africanos y seis asiáticos. 500 ciudades en total, en las que se sirvieron comidas a un total de 130.000 personas, según informó la organización en un comunicado.