Artículos de Mons. Fernando Arêas Rifan en InfoCatólica

Mons. Fernando Arêas Rifan

Obispo de la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney (Brasil)

El celibato sacerdotal

La causa de la disminución de las vocaciones sacerdotales hay que buscarla en otra parte, principalmente, por ejemplo, en la pérdida o en la atenuación del sentido de Dios

En defensa de la Conferencia Episcopal del Brasil

La Iglesia está al servicio del Reino de Dios, anunciando el Evangelio y sus valores, pero «no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno» (Gaudium et spes, 76).

¡Fuego! ¡Socorro! ¡Ayuda!

La familia pierde sus derechos sobre la educación de los hijos, que se convierten en blanco fácil de la propaganda destructora de la moral. Y los medios de comunicación, a través de novelas y entrevistas sistemáticas, van divulgando esa mentalidad de modo bien orquestado.

La patria y el pueblo

Como cristianos, sabemos que la base de la moral y de la ética es la ley de Dios, natural y positiva, que se traduce en obras por medio del santo temor de Dios o la conciencia recta y temerosa de Dios

Creacionismo y evolucionismo

El papel de la Iglesia no consiste en intervenir en el debate científico, pero sí anima a sus fieles a promover la ciencia y a cooperar ampliamente con los hombres de ciencia.

Gracias, mujer

¡Conviene destacar que fue el cristianismo el que salvó la dignidad de las mujeres! La historia, por medio de los testimonios de Juvenal y Ovidio, nos dice que la moral sexual y la fidelidad conyugal se encontraban en una degradación extrema antes del cristianismo.

El carnaval

Debido al libertinaje que se produce en estos días de jolgorio, muchos cristianos prefieren retirarse de la agitación y dedicarse al recogimiento y la oración.

Familias como conejos

Una frase fuera de contexto puede ser sólo un pretexto. No se puede decir todo, toda la doctrina, en todos los lugares y en todas las afirmaciones al mismo tiempo.

Los divorciados vueltos a casar

Se podría preguntar por qué tanta severidad. El Catecismo de la Iglesia Católica nos responde que la Iglesia no posee ningún poder de dispensa cuando se trata de disposiciones de derecho divino

Nos han precedido

Tres cosas pedimos con la Iglesia para nuestros difuntos: el descanso, la luz y la paz. Descanso es el premio para quien trabajó. El reino de la luz es el cielo, opuesto al reino de las tinieblas, que es el infierno. Y la paz es la recompensa para quien luchó. Que todos los que nos precedieron descansen en paz y brille para ellos la luz perpetua.

El Carnaval

Debido al libertinaje que se produce en estos días de jolgorio, los cristianos más conscientes prefieren retirarse del tumulto y entregarse al recogimiento y la oración. Es lo que se llama «retiro de Carnaval», una costumbre muy recomendable para aquellos que desean alejarse del ruido y dedicarse a reflexionar un poco sobre lo único necesario: la salvación eterna.

La Iglesia de los pobres

La Iglesia no desprecia a nadie, los pobres, porque son los más abandonados por la sociedad, y los ricos, los empresarios, los que poseen bienes e influencia en este mundo siempre son acogidos: muchas veces ellos son más pobres y necesitados que los que no tienen bienes materiales.

El Cónclave y la crisis

Las crisis de la Iglesia no son algo nuevo. La «barca de Pedro» ya ha vencido otras tormentas.

Olimpiadas

La religión no es ajena al deporte y la Iglesia siempre ha apoyado el deporte sano. El propósito del verdadero deporte es hacer que el cuerpo sea saludable y dócil, para que, paralelamente al alma, se pueda fortalecer y ennoblecer. En la alta Edad Media, la verdadera y no la falsa que historiadores superficiales a menudo tratan de imponernos, se produjo un florecimiento del ideal del verdadero deporte cristiano