Aportación de la Iglesia Católica a la democracia en España (y IV)
NOTAS COMPLEMENTARIAS.
1931-1933, gobiernos de izquierda (Azaña, tendencia anticatólica) economía, enseñanza, disolución de Compañía, incendios y agresiones. Respuesta legalista de la derecha.
1933-1935, gobiernos de centro derecha
1936, febrero a julio, Frente Popular.
Cinco insurrecciones, tres de izquierdas, en medio Sanjurjo y luego Franco.
1932: en el Alto Llobregat, anarquistas
1932, Sanjurjo, para sustituir a Azaña por Lerroux. Era republicano.
La ley de defensa de la republica, (Azaña) suspendía la constitución
1933, otra insurrección anarquista en Andalucía (“tirar a la barriga”) Casas Viejas
1933, contra la victoria de las derechas, nueva insurrección anarquista
1934, verano, el propio Azaña intenta golpe de Estado, fracasado
Azaña quería gobernar a toda costa. La republica para todos, pero gobernada por los republicanos. Las derechas no tenían título para gobernar. No eran demócratas.. Por eso les parecía legítimo ser autoritarios y excluyentes.
En octubre del 34 la revolución general del PSOE, especialmente en Cataluña y Asturias. Desde entonces estaba ya prevista la posibilidad de una guerra civil.
En aquellos momentos el PSOE era el partido más fuerte y mejor organizado. El solo tenía más militantes que todos los demás republicanos juntos. Desde 1933 consideró que el país estaba madurando para pasar de una democracia burguesa a un régimen socialista de dictadura proletaria. Lo ensayó en 1934, afrontando una verdadera guerra civil. “El proletariado marcha a la guerra civil con ánimo firme” “Por la dictadura del proletariado” “Todo el poder para el Partido Socialista”. “El Partido Socialista contrae públicamente el compromiso de implantar la revolución” (Largo Caballero en el Parlamento). El motivo inmediato la formación del gobierno de Lerroux el 4 de octubre con tres ministros de la CEDA. El PSOE dijo que era un golpe fascista. Había que preparar la insurrección.
En Cataluña, Companys, jefe de Esquerra republicana, amenaza con la guerra, impulsa la independencia, declara el Estado Catalán. (6 de octubre de 1934, Estado catalán dentro de la Republica Federal Española)
En 1936, había simultáneamente tres procesos revolucionarios contra el gobierno, Largo Caballero, queriendo hacerse con el poder para implantar la república soviética, el partido comunista queriendo encarcelar a Gil Robles y Calvo Sotelo, y la CNT queriendo implantar su comunismo libertario. La derecha llegó a la conclusión de que la democracia era imposible en España. A partir de ahí comenzaron a preparar el golpe militar
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Muchas condenas del socialismo Desde los primeros años del Socialismo, por su origen marxista y revolucionario, la Iglesia lo condena.
Pio IX Nobis et nobiscum, Quanta cura, Syllabus, (dentro del marxismo)
Se cambia en León XIII, con Rerum novarum,
Pio XI, en Quadragessimo anno, distingue ya entre comunistas y socialistas democráticos.
Juan XXIII Mater et Magistra.
Pablo VI, Populorum Progressio,
Voluntad o retórica de acercamiento.
“Cristianismo y socialismo “no son dos mundos contrapuestos”
“Lo “cristiano socialista” forma parte de nuestra identidad.
Lo nuevo es “la aceptación por el partido socialista de la creencia religiosa y en particular del cristianismo como un hecho positivo para un proyecto de izquierda” “Esta es la tarea pendiente: sustituir la negación del valor de lo religioso o una actitud de indiferencia por un reconocimiento y valoración positiva del mismo”
“La religión puede ser un complemento valioso para democracia” “Y la democracia es el mejor marco para el ejercicio de las religiones”
“La creencia religiosa no es ajena a la esfera pública”. Originalmente es un hecho privado porque response a una opción personal, pero por su amplitud y sus consecuencias prácticas “es preciso tomar la religión como un asunto público”
Todo ello escrito por J.L. Rodríguez Zapatero, en el prólogo a la obra Tender puentes. PSOE y mundo cristiano. Desclée. Fundación Pablo Iglesias 2001
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24 comentarios
A mí no deja de chocarme la nostalgia que algunos tienen del estado confesional, casi considerándolo algo fundamental para la recta vida de los cristianos. En mi opinión, no tiene mucho sentido que un Estado sea confesional si la sociedad no quiere que sea confesional. Y creo que los católicos que hoy añoran un Estado confesional se equivocan. No me parece que el medio más conveniente para propagar la fe sea la acción política o la configuración del Estado. A este y a aquella cabe exigirles que actúen buscando el bien común y respetando la ley natural. Y es a los cristianos a quienes nos corresponde dar testimonio de la fe en Cristo en la sociedad, sin ninguna necesidad de que un Estado nos ofrezca su aval.
Una catequista.
-Además es claro que la conciencia y la conducta moral es consecuencia de la religiosidad de cada uno. Y es la Iglesia desde la Iglesia desde donde se debe formar la sensibilidad religiosa y moral de las personas, teniendo en cuenta que la Iglesia educadora comienza en las familias cristianas.
Por supuesto, esta labor es propia de la Iglesia, pero no exclusiva. Hay que contar con la pluralidad y tratar de ganarse el prestigio haciéndolo mejor que los demás. Tenemos elementos y ayuda de Dios. Nos falta interés y diligencia,
-Lo de utilizar a la Iglesia creo que es secundario. Es evidente que desde distintas organizaciones políticas intentaron utilizar a la Iglesia, o a los eclesiásticos, y sin duda la utilizaron. Pero la Iglesia no actuó dejándose llevar tontamente por los demás, los responsables de la Iglesia actuaron muy seriamente por razones doctrinales y pastorales propias. Unas veces la voz de la Iglesia coincidia con otras voces, pero otras veces no. Luego, cuando hubo espacios de libertad, se vieron las diferencias enseguida. Aunque no todos tuvieron la libertad suficiente para despegarse.
En la España de los 70 no se conocía el contenido verdadero del Concilio Vaticano II. Lo demuestran los alocados programas pastorales que se fueron creando para las diócesis y que representaron absolutos fracasos. En los seminarios no se estudiaban los documentos conciliares (solían los pocos seminaristas que quedaban estar ocupados en comités revolucionarios y huelgas contra profesores). Ha hablado Su Eminencia de la AC y la HOAC, y no sé si se refiere a esos que hoy llaman insensatos a los obispos que no se pliegan a las exigencias laicistas de los defensores del aborto, la eutanasia y ese nuevo evangelio que llaman EpC. No sé si se olvida de que muchos de los dirigentes de dichas asociaciones dimitieron porque su forma de entender el concilio chocaba con nuestros obispos. En fin, para qué seguir.
Lo que quiero expresar es que, en mi opinión, el anticlericalismo ha vuelto porque estamos volviendo al sendero que marca el Espíritu, tan alejado de las modas del momento, y eso molesta a quienes creían tener la Iglesia ya domesticada. A esto se ha unido la pérdida de la fe en la base social, causada por nuestra propia falta de fidelidad. Perdón por la extensión.
(N.M. Enri considera que en este medio -LD y COPE- se insulta)
No obstante, felicidades; hace unas reflexiones oportunas, sensatas y muy ajustadas.
JJ
- Es un asunto interesante esa pregunta de por qué ha vuelto el anticlericalismo...
Yo pienso que nunca desapareció. En buena parte era oportunismo. Hay una ideología expansionista y militante que es el laicismo, no queda en anticlericalismo, es un propósito de difundir y hasta imponer desde el poder una cultura laicista, sin Dios, centrada en el hombre, en nosotros mismos, como si fueramos el centro de la realidad entera, fruto de nosotros mismos, centro de la realidad. En fin, un cultura en la que el hombre queda, sin pretenderlo, cautivo de sí mismo, cautivo de su propia creación, violentado en esas estrecheces contrarias a la verdad de nuestro ser y de nuestros deseos más hondos. El mismo dolor es punto de partida para poder asomarse al exterior de esa carcel, para abrirse a la pregunta sobre Dios, a la invocación, al descubrimiento del Dios que viene y que está en nuestro mundo en Jesucristo.
Bueno, que he dicho que quiero ser breve. Saludos.
!Qué envidia, qué inmensa envidia!”.
! A ver si tomamos nota por estos lares...
Ya sé yo que la COPE os crea problemas a muchas personas. Solo hago dos observaciones.
1. La "COPE" son muchas personas, diferentes programas, hay que valorarla en conjunto.
2. Nada de la COPE es portavoz de la Conferencia Episcopal ni de ninguna institución eclesiástica.
Luego que cada uno opine como quiera. Pero esos datos son firmes.
Según dice usted mismo, le impulsó a escribir esos artículos la acusación incierta de que la Iglesia no acepta la democracia (democracia en este contexto = Constitución 1978), sosteniendo usted que la Iglesia contribuyó a construirla desde el principio. Convendrá usted conmigo en que la cualidad característica, definitoria, por la que un católico en cualquier parte del mundo valora la legitimidad de un régimen político, no es en función de si es “democrático” o no, sino si es conforme con la Ley de Dios (la “moral objetiva”, en palabras de S.S. Benedicto XVI). Por tanto, si un régimen político es muy democrático, pero mata niños, por ejemplo, esa democracia valdrá menos que el canto de un duro, por muy democracia que sea. También en palabras de S. S. Benedicto XVI, esa democracia habrá dejado de ser democracia. Comprendo que están ustedes sometidos a innumerables presiones, que a menudo se encuentran (creen encontrarse) solos y que cuando hacen un leve amago de salirse de la foto les crucifican en los medios. Todavía recuerdo con gratitud la mención que usted hizo a algunos partidos minoritarios respetuosos con la Doctrina de la Iglesia y la barahúnda que siguió, y me queda la duda de si en medio de la vorágine se sintió usted arropado o defenestrado (lo cual sentiría mucho, a pesar de haberle manifestado mi apoyo privadamente).
Pero siendo la verdad la que es, la gente no espera de ustedes, los Pastores, una justificación permanente de la democracia, sino una manifestación clara sobre cuáles deben ser los fundamentos morales de este sistema político para que sea justo. Y los fundamentos morales de este sistema democrático no pueden ser buenos cuando a la vista están los frutos, cada vez más podridos y dañinos.
Interesa a todos los lectores de este blog que quede claro este punto, que es el fundamental y mientras no lo abordemos con valentía y de frente, seguiremos como hasta ahora, lamentándonos de los frutos sin querer ver la calidad del árbol del que nacen.
En este post expone usted varios puntos como aportaciones de la Iglesia a la democracia (recordamos, “democracia” aquí = Constitución 1978). Expondré mis objeciones:
En las observaciones previas, dice usted que la aportación de la Iglesia a la democracia, en realidad fue universal, recordando el discurso de Pío XII sobre la democracia, o las iniciativas políticas de Schumann, De Gasperi, o Adenauer. Contesto: Pío XII hablaba sobre la democracia en general, y los fundamentos jurídicos de la Constitución de 1978 están al margen de cualquier inspiración cristiana. De forma que Pío XII cuando pronunció su discurso seguro que no se refería a la Constitución de 1978. Aparte de que tiene otros muchos discursos que usted no menciona.
Puntos que usted menciona:
1) “Aceptación decidida de la Iglesia del tránsito pacífico a la democracia como el modo más apto de organizar la vida política del país”. Vuelvo a insistir en el mismo equívoco. La transición no fue a “la democracia”, así en general, sino a la Constitución de 1978. La misión de la Iglesia es velar porque los fundamentos del sistema político sean justos, y denunciarlos cuando no lo sean, no “aceptar” o no un sistema político así, en bloque, sin distingos.
2) “Esta decisión le permitió moderar las tendencias extremistas de algunos católicos para los que la democracia aparecía entonces como una forma de vida poco compatible con el catolicismo tradicional”. Se vuelve a caer en el mismo equívoco. Lo que es incompatible con el catolicismo, tradicional o moderno, es que no se hable de Dios en la Constitución. ¿Es eso una “democracia”?
3) “El aislamiento de estos grupos extremistas y minoritarios, digamos que de derechas, hizo posible que los grupos más radicales de izquierda, que también existían, quedaran también aislados”. Como se puede comprobar echando una ojeada a los periódicos, los grupos más radicales de izquierda no sólo no están aislados, sino que están en el poder.
4) “...el espíritu de reconciliación, encuentro y consenso que se apoderó de la sociedad española como un verdadero paso del Espíritu del Dios de la paz y de la vida.” La Paz de Dios es consecuencia de la justicia. El espíritu de “reconciliación” se hizo sobre el olvido de nuestros mártires. ¿Qué justicia se puede seguir del olvido y vilipendio de nuestros mártires?
5) “Con todo ello la Iglesia contribuyó singularmente a la superación de la división entre españoles y la superación de lo que se había llamado “las dos Españas”. Como se puede ver a día de hoy, las dos Españas siguen vivas, porque no puede haber “superación” de nada basada en el “borrón y cuenta nueva” de la historia.
6) “De este modo pudimos superar agravios, aclarar malentendidos y fomentar una comunicación que no había existido nunca. Esta labor fue especialmente intensa con el Partido Comunista y con el PSOE, a la vez que con los sindicatos CC.OO. y UGT” ¿Es esto en lo que consistió la Transición? Se lo pregunto yo, que estaba entonces en pañales. ¿La Transición fue hablar con el PSOE y el Partido Comunista? Por favor, Monseñor, ¡ya ve usted cómo se lo pagan!
7) “La Constitución española se edificó sobre un acuerdo nacional de cinco componentes: acuerdo entre revolución y tradicionalismo... entre catolicismo y laicismo”. No he seguido leyendo, porque, esto, Monseñor, es un imposible lógico y metafísico.
8) “A pesar de la importancia de todo lo dicho, la más importante aportación de la Iglesia a la democracia, entonces como ahora, es la educación de la conciencia de millones de ciudadanos en aquellos valores que son el fundamento moral de la convivencia en libertad y justicia, base i9nsustituible de la democracia.” En esto le doy la razón. Que ha habido una “educación” de millones de personas en unos valores que no tenían nada que ver con la Religión y que a la vista están los resultados, es evidente.
Y ahora, un punto fundamental, que expresa usted y que explica toda la serie de actitudes inexplicables anteriores:
“Se podía pensar que este proceder de la Iglesia traería la desaparición del anticlericalismo en la vida española. Y así fue durante algunos años. Luego, inexplicablemente”
¿Es eso lo que ustedes pensaron? ¿Pensaron que cediendo y concediendo al PSOE y al Partido Comunista el anticlericalismo no iba a surgir más?
Creo que el comentario es suficientemente revelador como para que yo añada nada más, que me podría acarrear la censura o la expulsión del blog.
Monseñor, para ser luz del mundo creo que hay que amar y adorar a Dios, en vez de adorar a la partitocracia que ampara el asesinato de niños no nacidos y la destrucción de la familia.
La impresión que tengo es que usted no se ha leído mi mensaje o es totalmente refractario a lo que he expuesto. Las expresiones "La Iglesia no es un brazo político" y "no representa a una sola mentalidad política", que usted inserta seguidas, son contradictorias la una con la otra, manifestando que el que parece no tener las cosas claras es usted, pues para mí son cuestiones meridianamente diáfanas y que ningún lector de inteligencia media extraerá de mi mensaje previo.
No digamos ya el "La Iglesia no puede levantar una Cruzada", que no merece mayor comentario.
¿Dónde ha visto usted en mi mensaje que yo pretenda que la Iglesia tiene que ser brazo político de un partido? ¿Qué partido político sería ese?
Por sus expresiones, como "Que (la Iglesia) a perdido posición y poder con la democracia en favor de la igualdad y libertad mejor", que he creído entender a pesar de la atropellada sintaxis, demuestra usted no haber leído lo que he escrito, además de beber acríticamente de lo que oye por ahí. ¿No ha leído usted que en mi mensaje he intentado deshacer el equívoco entre democracia = Constitución del 78?
¿A usted le parece este sistema una "democracia" como aquella de la que hablaron Pío XII, Juan Pablo II o Benedicto XVI? ¿No ve que se parecen lo que un huevo a una castaña?
- Le recuerdo que la Iglesia no hizo la Constitución. Nosotros no tuvimos nada que ceder ante nadie, porque no entrábamos en la Comisión redactora, ni en el Parlamento, ni en ningun organismo político. Luego la Constitución salió como salio reflejando la realidad de la sociedad española en su conjunto. No salió a su gusto, y tampoco al mío, tenía que ser una Constitución que respondiera al común denominador de todos los españoles. Y es evidente que no todos eran católicos. ¿No lo cree Vd. así?
- Esa Constitución permite que las cosas vayan por un lado o por otro según decidan los españoles con su voto. ¿Por qué no hay más exigencias morales a la hora de votar? ¿Eso es culpa de los Obispos? Nosotros hemos dicho muchas veces que hay que apoyar a quienes respeten la ley natural, sí, la moral objetiva, claro, esa es la mentalidad católica. Pero si luego los votantes no nos hacen caso y votan a su manera, ¿qué quiere que hagamos nosotros?. ¿No ve que la evolución moral de la sociedad no puede venir por el camino de la politica, sino que la regeneración de la política tiene que venir como consecuencia de la regeneración moral de las personas? Esa es nuestra tarea. ¿No podremos acercar un poco nuestras ideas?
- Los Papas que Vd. cita apoyaban la democracia y a la vez animaban a los católicos y a los hombres de buena voluntad a mejorar los sistemas y a usar bien de la libertad. El problema está en que en nombre de la libertad, mal entendida, se rechaza la ley moral y se rechaza al mismo Dios. Eso es lo que luego vicia la democracia. Pero eso no lo remedia ningún sistema politico. En sus palabras adivino mucho dolor y mucha buena voluntad, pero me parece que hay que pensar las cosas con más calma. Y perdone.
Sobre lo que explica de las indicaciones morales a la hora de votar, gracias, entiendo lo que pasa y me disculpo si en algo le he molestado. Eso sí, cuando yo me he referido en otro mensaje al apoyo tácito de muchísimos hombres de Iglesia a un partido concreto, no lo he hecho pensando tanto en las "Orientaciones para el voto" que la Conferencia Episcopal publica cada 4 años, sino en los utilizadísimos argumentos del "mal menor" y "el voto útil" que circulan entre tantísimos católicos en época electoral. Monseñor Munilla lo dijo alto y claro en las pasadas elecciones: "Los cristianos no somos servidores del mal menor. Somos servidores del Bien". La estrategia del "voto útil" ya me parece algo totalmente diferente, perverso.
También le diría que si la Iglesia no redactó ni participó en la redacción de la Constitución de 1978, razón de más para sentirse libre y denunciar sus graves defectos, puesto que no están Vds. vinculados a ella en modo alguno. Pero sin embargo hay muchos Pastores que en sus Cartas, Notas, documentos y homilías se destacan por situarse en una defensa permanente de la misma. Si Vds. no la redactaron, como así fue ¿por qué esa defensa? El papel debería ser el contrario, a mi humilde entender: denunciar sus graves defectos para que los católicos españoles tengan claro que el acatamiento al ordenamiento jurídico está en función de si éste es justo o no y que por encima de la Constitución está siempre Dios.
También quería comentar lo dicho por Francisco José Delgado, sobre que "el anticlericalismo ha vuelto porque estamos volviendo al sendero que marca el Espíritu, tan alejado de las modas del momento, y eso molesta a quienes creían tener la Iglesia ya domesticada". Se trata de una interpretación positiva del retorno del anticlericalismo que comparto totalmente. Para mí es la forma correcta de enfocar esta circunstancia.
Desde siempre, para la Iglesia, que nos enseña a convivir pacíficamente con los que no lo son, la zona de convergencia de los cristianos con los no cristianos, (y en España hay muchos que no lo son), es el respeto a la naturaleza humana, a los derechos y obligaciones de la persona, ese es el patrimonio común de todos los hombres, para nosotros don de Dios, para ellos fruto de un proceso de evolución difícil de entender si no se admite la intervención de una inteligencia bondadosa que nosotros reoconocemos como Dios. Pero bueno, hay una zona común de encuentro que es la naturaleza humana, el ser de la persona, aceptado, respetado y protegido por todos.
En torno a esta realidad común podemos organizar una convivencia real y suficiente aunque no satisfaga todo lo que nuestra fe nos manifiesta. Por eso los cristianos significamos siempre una fuerza de crítica y de avance hacia situaciones más "humanas", más conformes con el ideal cristiano. Lo malo es que ahora, en ciertas tendencias de pensamiento, ni siquiera se reconoce el valor vinculante de este bien común que es la naturaleza humana, no reconocen ni la moral natural. Pero aun así hay formas de encontrar valores comunes, tenemos que buscarlas.
En cuanto a eso de denunciar las deficiencias de la Constitución, estoy fundamentalmente de acuerdo. Ninguna obra humana es un absoluto. La Constitución no es la última norma de moralidad. Afortunadamente. Las normas morales no nacen de la Constitución, sino que la Constitución nace de los valores morales profesados por los ciudadanos (junto con otras cosas, claro). Pero hay que hacer unas observaciones.
-La Constitución, con sus defectos, sigue siendo la norma fundamental que organiza nuestra convivencia. Destruirla, vulnerarla, desprestigiarla puede comprometer la convivencia. Hay que ir con cuidado.
-Los Obispos debemos hablar desde el punto de vista y con la autoridad de la revelación de Dios, por razones de orden religioso y moral. Los demás aspectos de orden temporal y político los tienen que revisar, criticar y perfeccionar los políticos, no en nombre de Dios, sino en nombre de la razón, del bien común, de las experiencias, etc.
-Los cambios posibles han de hacerse según los procedimientos previstos, contando con la mayoría, sin romper el compromiso básico de vivir en paz,respretando los derechos de todos y respetando unos procedimientos convenidos. ¿Podemos aceptar estas ideas comunes?
Dice usted: "Claro que para los católicos el bien esta en Jesús y ese es nuestro común denominador. Pero es que cuando hablamos de realidades políticas, salimos del ámbito de la Iglesia, y en ese caso los católicos, manteniendo nuestras convicciones, y en cumplimiento del mandato del Señor, tenemos que ver cómo convivimos pacíficamente con los que no son católicos. "
Para "los católicos", no, Monseñor, para todos los hombres. ¿Acaso no está el bien en Jesús para un musulmán?
Y luego dice usted: "Cuando hablamos de realidades políticas salimos del ámbito de la Iglesia". ¿Ah, sí? Cuando hablamos de realidades politicas, ¿dejamos a Cristo a un lado? Me parece que no.
A los católicos, Monseñor, nos corresponde anunciar a Cristo. Que este anuncio suponga "convivir en paz" o no, con quienes no son católicos (que en realidad, en España son minoría) ya no depende sólo de nosotros, sino que está en manos de Dios.
Sobre la Constitución: no es que aquí alguien pretenda destruir la Constitución, es que cuando la Constitución permite, por ejemplo, el aborto (y según el Tribunal Constitucional es perfectamente legal), ya ha destruido la convivencia. Me parece evidentísimo.
(N.M. se le ruega no escriba en mayúsculas, es norma del blog)
En el comentario que hace Para "los católicos", no, Monseñor, para todos los hombres. ¿Acaso no está el bien en Jesús para un musulmán indicarle que hay mucha gente que no cree en Dios luego el bien no esta en Jesus. Para un pagano no existe otra vida y se aferra a esta haciendo las mil y una antes de acabar.
Una persona que se da cuenta del asesinato que representa el aborto y no cree en Dios, es durisimo, pero para la persona que tiene fe sabe que ese ser no nocido va al encuentro con su Creador. Con esto no quiero justificar la aberración (asisinato) que es cometer un aborto. Solo digo que con la fe las cosas se ven con esperanza.
En todo caso se puede decir que hay mucha gente que no cree en Dios y que por eso lo mejor que puede pasarles es que crean en Jesús.
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