Aportación de la Iglesia Católica a la democracia en España (I)

Para nadie es un secreto que en estos últimos tiempos, varios dirigentes de la izquierda han acusado a la Iglesia, nos han acusado a todos, obispos y fieles católicos, de que no somos demócratas. Dicen que queremos imponer nuestras convicciones a los demás, que no aceptamos el pluralismo, que nos morimos de nostalgia por el franquismo, que nuestro modelo es Irán y que los Obispos somos peores que los Ayatolás. Con estas recomendaciones es lógico que se haya escrito que la Iglesia española es un peligro para la democracia.

Con esta exposición querría demostrar la falsedad de esta acusación. No sólo no somos un peligro para la democracia, sino que la Iglesia contribuyó de manera decisiva al establecimiento de la democracia en España, y con sus enseñanzas y valores morales favorece eficazmente la vida democrática en libertad y justicia. En consecuencia los católicos españoles tenemos perfecto derecho a ser reconocidos como ciudadanos sin sospechas ni restricciones de ninguna clase.

I. PRECEDENTES.

Como todo lo que hacemos y padecemos, también lo que ocurre ahora está condicionado, para bien o para mal, por los acontecimientos de los años anteriores. Todo se realiza dentro de una historia, en continuidad, clara o encubierta, con los hechos anteriores y posteriores. Por desgracia, los españoles no hemos superado todavía los traumas de la guerra civil. Seguramente las consecuencias de aquella tragedia, por los errores de nuestros políticos, están ahora más presentes en la conciencia de los españoles y más influyentes en la vida social que hace veinte años.

El origen de una situación anómala.

Cuando los dirigentes de la izquierda quieren desprestigiar las actuaciones de los Obispos y los sentimientos de los fieles cristianos, recurren siempre a la misma cantinela: Por qué no piden perdón de su comportamiento durante la guerra civil, de los cuarenta años de franquismo, de los cuarenta años de privilegios.

Es verdad que los Obispos y la mayoría de los católicos españoles estuvieron durante la guerra a favor de los nacionales, como entonces se decía. Y es verdad que la Iglesia tuvo una situación de especial protección jurídica durante el régimen de Franco. Pero no es justo echarnos en cara esta situación sin preguntarse por qué fue así. La razón es patente: desde 1931, y más intensamente desde 1934, el Gobierno de la República si no impulsaba, sí por lo menos permitía graves y frecuentes agresiones contra la Iglesia y los católicos, prohibiciones, quemas de iglesias, detenciones y en algunos casos hasta ejecuciones.

Los años de la República.

Desde 1931 la izquierda española había emprendido un programa de reforma cultural de la sociedad española que afectaba profundamente a la Iglesia y a las tradiciones de significado religioso y católico.

Este programa de secularización, llevado a cabo desde el Parlamento, impulsado por los gobiernos y partidos de izquierda, era vivido desde el campo católico como una verdadera persecución. Dificultades en la vida administrativa, restricciones económicas, presiones sobre la enseñanza católica, medidas contra las congregaciones religiosas, actos legislativos contrarios a la doctrina católica, llevaban a los católicos de susto en susto y movían a los Obispos a repetir sus críticas y denuncias.

Ante estas dificultades los obispos españoles dieron muestras de preocupación e hicieron todo lo posible para defender los derechos de sus fieles y evitar los posibles conflictos. El 9 de mayo de 1931, poco tiempo después de la implantación de la República, los Metropolitanos escriben a sus fieles con tres mensajes importantes,

a) los cristianos acatamos la autoridad legítimamente constituida y nos sentimos en conciencia obligados a obedecer las leyes justas.

b) la Iglesia no entra en la contienda política, no se suma a ningún partido, su origen, sus medios y sus fines son propios e independientes de las instituciones políticas.

c) En cualquier caso, los católicos debemos tomar las medidas necesarias para defender nuestra libertad y nuestros derechos legítimos, de manera legal y pacífica (1).

En el mismo año 1931 se suceden varios escritos de los Obispos sobre el mismo problema. El 3 de junio, por encargo de los metropolitanos el Card. Segura escribe al Presidente del Gobierno (2). Le hace saber que los Obispos “han recordado a los católicos españoles el respeto y la obediencia que deben a las autoridades constituidas, y la colaboración en todo aquello que concierne al bien común y a la paz social”. El 25 de junio aparece un nuevo texto firmado por todos los Obispos en el que se advierte acerca de los peligros de una Constitución laicista que no respete los derechos de los ciudadanos católicos. Al hacerlo quieren prevenir y si es posible evitar gravísimos males que se derivarían si estos proyectos llegaran a prevalecer. El 21 de noviembre escriben a los fieles pidiéndoles que sean generosos para suplir las ayudas económicas que el Estado se niega a dar para el mantenimiento del Clero. Y en diciembre del mismo año vuelven a escribir denunciando las deficiencias que ellos ven en la nueva Constitución en puntos tan importantes como el reconocimiento de la libertad religiosa, la aceptación de la Iglesia en la vida pública, el riesgo de discriminaciones en contra de los católicos, restricciones en la enseñanza católica e injusticias contra las congregaciones religiosas.

Es de notar que, aun en estos documentos fuertemente críticos, los obispos siguen animando a los fieles a mantener el respeto hacia las autoridades legítimamente constituidas. “La Iglesia católica jamás deja de inculcar el acatamiento y obediencia debidos al poder constituido, aun en los días en que sus depositarios y representantes abusen del mismo en contra de ella…Con aquella lealtad que corresponde a un cristiano, los católicos españoles acatarán el poder civil en la forma con que de hecho exista y, dentro de la legalidad constituida, practicarán todos los derechos y deberes del buen ciudadano”. Ellos dicen que expresan esta doctrina ”como cumplimiento de un ineludible deber y con la clara voluntad de contribuir, por nuestra parte, a la pacificación social y civil”, mientras “voces apasionadas claman todavía por la prosecución de una guerra implacable a la Iglesia, con un afán de exterminio que, cuando menos, es perturbador e irrealizable”.

En mayo de 1933, después de la promulgación de la ley de confesiones y congregaciones religiosas, que consideran nacida de un “laicismo agresivo”, vuelven a quejarse de la dureza y el trato injusto que está recibiendo la Iglesia en España. “Inmerecido es el trato durísimo que se da a la Iglesia en España” (II,1) Aunque ahora se diga que la Iglesia estuvo contra la República, la verdad es que fue la República la que estuvo desde el principio contra la Iglesia. Curiosamente, a partir de 1934, ya no hay más escritos colectivos del episcopado español hasta la carta de julio de 1937.

Esta situación soportada durante cinco años, junto con la dura persecución desatada contra los católicos desde los primeros días de la guerra civil, explica suficientemente que la mayoría de los católicos vieran de forma favorable el levantamiento militar, aun con frecuentes titubeos y dudas de conciencia. La dura persecución a la que se vieron sometidos en la zona republicana durante los primeros meses de la contienda hizo que se fueran sintiendo cada vez más claramente partidarios de un alzamiento que les libraba de aquella injusta situación. Teniendo en cuenta estos datos, no es difícil de comprender que obispos y fieles católicos se adhirieran mayoritariamente a aquel sector que les ofrecía seguridad mientras en el otro eran perseguidos a muerte.

Sin embargo, aun reconociendo este acercamiento masivo de los católicos al levantamiento nacional, hay un dato cierto que conviene tener en cuenta: la Iglesia no promovió el levantamiento. Ninguno de los militares que lo llevaron a cabo eran especialmente devotos en aquellos momentos. Es cosa sabida que varios de ellos eran masones. Salvo algunas excepciones personales poco significativas, no se ha podido demostrar ninguna conexión entre los promotores y las autoridades eclesiásticas. En los primeros momentos había católicos en los dos bandos, o en las dos actitudes, legitimistas y rebeldes. Ninguna motivación religiosa fue aducida en las primeras proclamas de los líderes del alzamiento.

A partir del 18 de julio de 1936, en la zona controlada (o no controlada) por el Gobierno de la República, las milicias de la UGT y de la CNT desencadenaron una persecución a muerte contra sacerdotes y religiosos y contra los fieles católicos que tuvieran cualquier leve significación religiosa. Algunos grupos revolucionarios tenían la consigna, probablemente venida desde Moscú, de eliminar físicamente los cuadros de la Iglesia para facilitar el triunfo de la revolución. Durante el primer año fueron fusilados, y a veces torturados, 14 obispos, 7. 000 sacerdotes y un número imposible de precisar de fieles católicos no inferior a los 20.000. Las actividades religiosas desaparecieron de la vida pública y pasaron a ser actividades absolutamente clandestinas, gravemente peligrosas. Los católicos vieron a Franco como un liberador porque en la zona republicana los estaban matando como conejos. Esa es la verdad.

Es verdad que, mientras se desarrollaba esta persecución contra los católicos y contra la Iglesia, en las dos zonas había purgas y asesinatos injustos y sanguinarios. Cada grupo intentaba limpiar su retaguardia de posibles traidores. Pero lo de los católicos era diferente. Ellos no habían entrado en la guerra. Muchos no tuvieron tiempo ni de enterarse de lo que ocurría. Los sacaban de los conventos, los iban a buscar a sus casas y los fusilaban por ser cristianos, por negarse a renegar de su fe católica. Aquella liquidación de los católicos se desató con ocasión de la guerra civil, pero no formaba parte de ella. Los mártires no formaban en las filas de los insurgentes, morían por ser cristianos, no por ser luchadores franquistas.

Continuará…

(1)Escritos de los Obispos españoles, B.A.C., Madrid 1976

33 comentarios

  
Oriol
Bien dicho don Fernando. Ya es hora de que se digan las cosas claras, como son. Basta de mentiras o de medias verdades (que no dejan de ser mentiras). Rezo por usted. Gracias
01/04/08 9:50 AM
  
unitas
¡Gracias, Mons.Sebastián! Sus explicaciones sobre el pasado y el presente de España, de la Iglesia en España, son de excepcional interés. Si mal no recuerdo, este artículo debió escribirlo con ocasión del Manifiesto del PSOE con ocasión del Día de la Constitución de hace un par de años. La historia, la memoria de la verdad histórica influirá en la comprensión del presente y en la construcción del futuro.
01/04/08 11:24 AM
  
José Antonio Ruiz
Me alegro mucho de que todo un obispo se anime a abrir un blog. Estoy seguro que ello acercará el cristianismo al pueblo que es algo intrínsicamente positivo. El pueblo español entero necesita religiosidad cristiana a espuertas y si la iglesia católica no es capaz de suministrarsela España está condenada a desaparecer como estado unitario. Y quizá a despeñarse en una nueva guerra civil.

Mi aportación a este blog estará centrada en las contradicciones profundas de la iglesia católica con el mensaje de Cristo que impiden que el pueblo español se someta al catolicismo. (...)
01/04/08 11:47 AM
  
terciario98
Pues, con todos los respetos Monseñor, soy católico, pero no soy demócrata, (...) Y es más, no sólo no comparto la democracia, la soberanía popular y el sufragio universal, sino que los combato con los medios legítimos y según mi condición de estado. (...) Es más, bajo el actual régimen democrático se amparan y se dictan leyes inicuas, las cuales no sólo es obligado no cumplir, sino además combatir: divorcio, aborto, uniones de sodomitas, injerencia del Estado en la educación... Por eso no soy demócrata, no Monseñor, no lo soy. (...) Porque al fin y a la postre, ¿a quién debemos obedecer, Monseñor, a Dios o a los hombres que lo destierran de la vida pública? Porque, Moseñor, la verdad es que es Dios el Señor de la Historia, y que más allá de la Filosofía de la Historia está la Teología de la Historia, clave única para interpretar los acontecimientos.
Que tenga un buen día, Monseñor.
01/04/08 11:51 AM
  
José Martínez Echalar
Muchísimas gracias, don Fernando, por la claridad y objetividad de su exposición, que acabo de leer.
Procuraré divulgar su espacio entre todo aquel que esté a mi alcance. O más lejos.
01/04/08 12:19 PM
  
Ramon361
Enhorabuena por tan magnífica iniciativa. Es muy necesario que se sepan todas las versiones de esa mal llamada "memoria histórica".
En cuanto al blog, ánimo, muchos estamos espectantes.
01/04/08 12:20 PM
  
Federico Jorge Jose
Bienvenido este blog para que los católicos tengamos otra vía de expresión.
Para aquelos católicos que vemos cómo se vacían desde hace décadas las iglesias, para aquellos católicos a los que nos gustaría que se hiciera autocrítica en el seno de la Iglesia, para aquellos católicos de base que estamos en la calle que vivimos fuera de los despachos que sabemos lo que se piensa.
01/04/08 12:32 PM
  
Fernando
Su argumentación me parece sólida y cierta. Y es más, soy de los que piensan, que sin la Iglesia (pueblo cristiano y sus pastores) dificilmente hubiera llegado la Democracia a España.Estoy en desacuerdo cun ud, cuando habla de dos actitudes: la legitimista y los rebeldes.
No existía en absoluto y ni por asomo tal legalidad.Lo que sucedia era una bestial e intolerante revolución. Tampoco había rebeldes, que faltaban a la obediencia debida, pues no existía legalidad alguna.
La sublevación fué un movimiento de supervivencia y de honradez intelectual apoyada por la fe, que no se resignaba a la desintegración y muerte de España. como Nación. Ya sebe, "La tolerancia con la intolerancia es el peor de los crimenes. Es peor que la intolerancia".
Lo demás perfecto.Cordiales saludos.
01/04/08 12:42 PM
  
Tannhauser
Excelente lección de historia; lástima que no vayan a leerla quienes mas la necesitan.
01/04/08 1:28 PM
  
Egoitz
¡Hola Don Fernando! le escribo desde su Navarra, mi nombre le sonara, soy el que tocaba el tambor en el coro de la diocesis. Un gusto poder leerle y recibir una catequesis on-line de usted.
Un saludo, recuerdos y siga usted escribiendo que sus "jovenes" le leemos y le apreciamos. Ongi izan!
01/04/08 1:40 PM
  
Luisillo
Me causa una gran alegría esta apuesta que hace usted por la cercanía con los católicos españoles, que somos muchos más que lo que algunos quieren ver.

Un cordial abrazo en el Señor, y mucho ánimo con esta nueva ventana de libertad.

01/04/08 1:55 PM
  
PABLO
Ojalá hubiera mas Obispos de la categoria intelectual, humana y pastoral de Fernando Sebastián. Lástima que el Papa no le haya convertido en Cardenal
01/04/08 2:01 PM
  
Diego
Enhorabuena a Monseñor sebastián y a todos los fieles.

Por fin la Iglesia se percata de la importancia de la comunicación en la sociedad de hoy.

Hace tiempo que sigo su trayectoria y me alegra que comparta con nosotros sus pensamientos una de las mentes más lúcidas y valientes en España.


Un par de sugerencias:

Una. Cada vez que salga la triste noticia de la muerte de algún inmigrante en el estrecho, nota de prensa de la CEE informando de las labores de acogida de la Iglesia a los más desfavorecidos que el gobierno abandona.

Otra. Expliquen a los fieles y no creyentes que la Iglesia no es de Rouco o de Blazquez, sino de Cristo. Que su mensaje no varía acorde a la brisa que sople.

Un abrazo, mis mejores deseos y buena suerte
01/04/08 2:13 PM
  
garza
monseñor,no hemos sido los cristianos de base ni los politicos los que han criticado duramente a los señores obispos,han sido clerigos,rectores de parroquias,ó sea,gente,digamos de "la empresa",es a ellos quien deben ustedes dirigirse y en mi opinión,poner orden desde dentro porque "la colada se hace en casa"
01/04/08 2:50 PM
  
VICTOR RODRIGUEZ
MONSEÑOR:

ANTE TODO, LE ENVÍO UN SALUDO CORDIAL. CUANDO USTED TOMÓ POSESIÓN DE LA SEDE DE PAMPLONA YO ERA ESTUDIANTE ALLI Y UD. FUE MI ARZOBISPO DURANTE 5 GRATOS AÑOS DE CARRERA EN UNA DIOCESIS VIVA Y ALEGRE. ENHORABUENA.

LE FELICITO POR ESTA INICIATIVA QUE SEGURO QUE DA MUCHO FRUTO Y, EN PARTICULAR, POR ESTE TEMA EN EL QUE HAY MUCHA LEYENDA Y CONFUSION PERO POCO RIGOR HISTÓRICO.

UN SALUDO CON AFECTO,
01/04/08 2:59 PM
  
Secolar de las casas
¡Que bien hace Mons. Sebastián saliendo a la palestra en este su nuevo blog! Su primera intervención aclara muchas cosas a los que se quieran enterar. Todo lo dice con mesura y serenidad, lleno de aportaciones documentales y datos irrefutables. Sólo le reprocho una cosa, cuando dice que los católicos eran "ejecutados", algo propio de un estado de derecho. La verdad es que eran "asesinados". Por lo demás, es un gran artículo el que nos ofrece el nuevo Blog de Monseños Sebastián.
01/04/08 3:40 PM
  
Hugo Gualdino
Uno aplauso a Mons Sebastian. Es muy necessário recordar lo passado pues nestas materias se va a repitir. Nosotros los catolicos sabemos bien que la persecucion es permitida por Dios y uno medio necessario para provar nuestra adhesion a Cristo y el amor al enemigo. Mas ha que denunciar el odio y proclamar la verdad
01/04/08 3:44 PM
  
tokyma
Monsenor, bienvenido al ciberespacio, y mucha suerte con su blog. Me congratula su disposicion a utilizar un medio de comunicacion que se abre paso con cada vez mas fuerza en la sociedad actual, una prueba mas de que la Iglesia y su Jerarquia, no son instituciones ancladas en el pasado, si no perfectamente vigentes en el mundo de hoy.
Dicho lo anterior, y sin dudar ni un momento de los razonamientos que desarrolla en el post sobre la funcion de la Iglesia en Democracia, quiero hacerle una pregunta, desde la preocupacion que, como cristiana catolica practicante, me produce el tema.
Que pasa con la Iglesia vasca? Por que se les ha permitido desde la Conferencia Episcopal jugar un papel protagonista en las negociaciones del Gobierno con ETA. Hasta cuando la frase "ETA nacio en un seminario" nos va a seguir persiguiendo? Por que no se define la Iglesia vasca de un modo 100% convincente contra el terrorismo, sus metodos y sus objetivos? O es que a la Iglesia vasca le puede su sentimiento nacionalista frente al respeto a la Vida y la Libertad, pilares del ser cristiano?
01/04/08 4:03 PM
  
yuri
(...) Se me olvidaba, si quiere puedo empezar yo, que a lo mejor está usted muy liado(...)
01/04/08 4:28 PM
  
Capitán Galán
Muy buena publicación y todavía más oportuna. Es necesario hacer pedagogía de esta verdad y en este sentido no puedo menos que felicitar a su autor.

Muchas gracias
01/04/08 5:48 PM
Estado confesional católico consecuente
Sólo un Estado confesional católico consecuente acatará lo que proclama el Concilio Vaticano II en su breve decreto de libertad religiosa:
“El poder civil debe asumir con eficacia, mediante leyes justas y otros procedimientos adecuados, la tutela de la libertad religiosa de todos los ciudadanos y crear condiciones propicias para fomentar la vida religiosa, para que los ciudadanos puedan realmente ejercer los derechos y cumplir las obligaciones de su religión y la sociedad goce de los bienes de justicia y de paz que dimanan de la fidelidad de los hombres a Dios y a su santa voluntad” (n.6).
Sólo en un Estado confesional católico que actúe en consecuencia pueden ejercer plenamente su derecho a la libertad religiosa los ciudadanos de todas las confesiones religiosas. La tolerancia es una virtud y las virtudes sólo con la gracia de la que es dispensadora la Iglesia es posible que arraiguen y se desarrollen socialmente de forma permanente.
Esto no es liberalismo, sino democracia, que no es lo mismo que la democracia liberal, sino lo contrario.
La democracia liberal es contraria a la tradición cristiana y a la libertad. El liberalismo ha descristianizado progresivamente a las naciones de occidente. Occidente es la versión desconfesionalizada y progresivamente descristianizada de la Cristiandad. La transición hacia la democracia liberal, hacia la antidemocracia, empieza en el régimen de Franco, que se dejaba proclamar por sus aduladores Centinela de Occidente. La democracia liberal no sólo corta la conexión con las raíces católicas de España y de Europa, sino que excluye hasta la mención de esas raíces cristianas.
Varios dirigentes de la izquierda nos hacen el honor a los católicos de considerarnos sospechosos de no ser de su misma ideología, porque no nos ven aplaudir su política.
Podemos confirmarles sus sospechas algunos. En vez de caer en la tentación de intentar convencerles de que nosotros también. Eso es el pecado de demostrar que se tiene en común con esos dirigentes de la izquierda nada menos que la democracia.
Nosotros también, no. Nosotros sí y ellos no. La democracia liberal no es democracia y la versión socialista menos todavía.
Nosotros somos demócratas, porque no somos liberales, ni demócratacristianos, ni mucho menos socialistas.
Y que no les dé pena que no les llamen progresistas esos dirigentes de la izquierda. Que el progresismo es regresivo. Deberían recordar que ellos retroceden cuando creen avanzar. Porque ya lo decía León XIII, claro que lo decía de los liberales. Y ahora se nos predica el liberalismo. No son un peligro para el liberalismo.
En 1975, varios dirigentes de la izquierda dijeron: "no nos vamos a pasar otros cuarenta años hablando de los cuarenta años de franquismo". Han pasado treinta y siete años más y ahora nos hablan más que nunca de los cuarenta años de "franquismo" los de izquierda y los que demuestran ser de derechas al decir que son de centro. Los que son derechistas al modo liberal, demócratas como esos dirigentes de la izquierda.
No han superado todavía los traumas de la guerra civil. Toda la historia empieza y termina en la guerra civil. En reescribirla.
La Constitución de Cádiz de 1812, tan admirada por los liberales de hoy, proclamaba la confesionalidad del Estado; y lo hacía de una forma triplemente intensificada, sospechosamente chillona, reduciendo lo confesional a lo inquisitorial, como para ponerlo en el disparadero:
"La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra" (a. 12).
Era una confesionalidad inconsecuente. La última palabra incluso en materia moral la dejaba en el parlamento. Como ahora. Se proclamaba legítima toda disposición que fuese aprobada legalmente por el parlamento en nombre del Pueblo al que se llamaba soberano, aunque también se había proclamado la confesionalidad del Estado. Ahora ya no. Ahora el parlamento ha legalizado la matanza de inocentes, el holocausto de millones de niños en el vientre de sus madres. Más víctimas que las de la guerra de 1936. Los dirigentes de la izquierda lo establecieron y los de la derecha lo mantuvieron cuando tenían mayoría absoluta en el parlamento. Esto es la democracia liberal y socialista, la antidemocracia, que ha causado así más víctimas que la guerra de 1936. Firmado: José Manuel Zubicoa Bayón
01/04/08 7:40 PM
  
Antonio Gayarre
Muchas gracias, D. Fernando, por mostrarnos la otra cara, tantas veces silenciada de la actuación de la Iglesia antes y durante la guerra civil.
Muchas gracias.
01/04/08 10:56 PM
Estoy completamente de acuerdo con su articulo, pero lo que hay que tener en cuenta es que ahora en la legislatura que empieza nos van a perseguir más y hacernos la vida imposible, esta será una legislatura dura para la Iglesia.
02/04/08 12:26 PM
  
Víctor P.S
Estimado Monseñor Sebastián,

No estoy de acuerdo con ud. cuando dice que el movimiento fué inicialmente emprendido por personas que poco tenían de católicas. Es verdad que el general Cabanellas y otros eran masones, y que Mola y Franco no encabezaron el alzamiento en defensa de la religión, sino al grito de viva la República, pero olvida que los carlistas de la Comunión Tradicionalista se alzaron ese 18 de julio al grito de Viva Cristo Rey para defender la religión, la Iglesia y la unidad de España.

En Xto. R.
02/04/08 3:13 PM
  
Enri
La aportacion ha sido tremenda. Empezando por Franco bajo palio, y siguiendo, actualmente, con una resistencia >:XX a todos los avances de libertad que los españoles democraticamente han decidido en las urnas. Y para rematarlo >:XX crean >:XX COPE >:XX
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(Nota de moderador: insultos o descalificaciones sin razonar serán sustituidas por >:XX para ayudar a la reflexión y debate en libertad y verdad)
04/04/08 9:11 AM
  
Cuca
Le felicito D. Fernando por su magnífica lección. Creo que los cristianos necesitamos formarnos y salir de nuestra ignorancia. Ya no basta la fe del carbonero. Para no dejarnos manipular es necesario tener las ideas claras y argumentos válidos.
05/04/08 2:22 PM
  
Cuca
Ya que estamos en tiempo Pascual, y que el más allá, como decía Unamuno, es el tema que más preocupa, voy a enumerar, esquemáticamente, las diferentes posturas, sobre esta cuestión.
A) Ateos: Sin Dios no hay fundamento para el más allá. Opciones:
-Existencialistas: "Hombre, ser para la muerte" (Heidegger). "Hombre: pasión inútil" (Sartre). "El hombre muere y no es feliz" (Camus)
-"Carpe diem" "Comamos y bebamos que mañana moriremos".
-"Cuando no hay Dios ni maestro, el peso de los días es terrible"
¿Cómo se aborda el tema del sufrimiento e injusticia?.
Hasta el mismo Kant -agnóstico- veía la necesidad de la idea de Dios y de la inmortalidad del alma para obrar con rectitud, con arreglo al imperativo categórico.

B) Reencarnación (metémpsicosis) Como no creen en la redención y perdón de los pecados como los cristianos, necesitan, para purificarse, sucesivas reencarnaciones, hasta llegar al "nirvana". Disolución de la persona.

C) Inmortalidad del alma. Filosofía platónica que, en cierto modo, participa de la metempsicosis. La encarnación del alma en un cuerpo es necesaria para su purificación. Cuerpo: "cárcel del alma" Materia mala.
D) RESURRECCION. No sólo inmortalidad del alma, sino también resurrección del cuerpo que, glorificado, colmaría el anhelo del alma y llevaría a la plenitud personal Se conservaría la "mismidad".
También la resurrección supodría una re-creación de la naturaleza: "Nuevos cielos y tierra nueva"
Explicaría el problema del sufrimiento como correndención junto a Cristo. Compensaría el mal y las injusticias de este mundo, con la felicidad eterna.
Supondría la glorificación del mismo Dios hecho hombre que, glorificado, integraría en la Santísima Trinidad, la naturaleza humana. Se repararían así las injusticias cometidas por los hombres contra Cristo, que tanto amó a los hombres que se entregó por ellos.

Piensen, comparen y elijan... Aunque naturalmente es una cuestión de fe
¿No está más que justificada la alegría de los cristianos por la PASCUA DE RESURRECCION, aunque a veces se note bien poco?.
05/04/08 4:03 PM
Yo no creo que se haya acusado a la Iglesia, a todos, a los obispos y fieles católicos de no ser demócrata. Lo que si creo que pasa es que cuando la Iglesia habla de democracia, pues a la gente le choca, probablemente por dos cosas, la primera porque la Iglesia en no pocas ocasiones ha tenido mejor trato con las dictaduras militares que con las democracias y en segundo lugar porque dentro de las instituciones católicas, en el Vaticano, en Conferencias Episcopales, no hay ni un atisbo de democracia. La Iglesia-institución, en ese sentido, a perdido gran parte de su credibilidad.

Yo no creo, ni mucho menos, que el proyecto de los obispos españoles sea el de inculcar el catolicismo, tampoco creo que sea un proyecto como Irán ni que sean peor que los ayatolas. Pero lo que si que creo es que hay obispos que tienen en mente un proyecto que es la vieja España católica, la España de ayer. Y a sus propias palabras me remito, en la Celebración por la Familia Cristiana Monseñor Rouco Varela dijo que la familia católica es atacada y se ha ido olvidando desde hace 30 años, justo las fechas por las que llegó la democracia a España, usted mismo en otra ocasión dijo que una coalición de partidos de ultraderecha españoles (racistas, por cierto) podían ser un proyecto con futuro y que un católico podía considerar votar. Yo creo que la Iglesia en general, sobre todo en Europa (y sobre todo en España, porque a sido a una velocidad estrepitosa) está muy nerviosa, incluso preocupada, por la secularización. Yo la verdad es que no le tengo miedo a la secularización de Europa o de España, lo que ustedes llaman ahora el laicismo. No veo peligro en ello, para mi es bueno que haya diversas religiones, con creyentes, que estén todos en un mismo país, que el cristianismo sea menos sociológico..., no voy a bendecir la secularización, pero simplemente me parece otra realidad ante la que tenemos que ponernos con valentía y no con nostalgia.

La verdad es que usted hace una exposición de la relación entre la Iglesia y la democracia. Lo que me parece muy bien, porque es un tema muy interesante y desconocido. Pero comete, a mi ver, un error. Un error que en mi opinión cometen muchos historiadores. Y es que, a este paso, parece que la historia de España empieza con la II República y la Guerra Civil. Con todos los respetos a los que tengan especial estima a este episodio nacional...¡Hubo España antes del 36!

Como usted mismo dice “Todo lo que hacemos y padecemos, también lo que ocurre ahora está condicionado, para bien o para mal, por los acontecimientos de los años anteriores”. Usted dice que los españoles no hemos superado el trauma de la Guerra Civil, y en mi opinión tiene usted razón. Ni hemos superado el trauma de la Guerra Civil ni hemos superado el trauma del Franquismo. Pero no creo que eso esté de más actualidad hoy que ayer, es más, yo creo que las nuevas generaciones, las que ni han vivido el franquismo ni la transición, saben hablar del tema con menos complejos porque muchas veces no vivir la historia (si se estudia bien) puede ir a favor del que no vive la historia porque no tiene los traumas de ese momento. Las nuevas generaciones hablan sin ningún complejo de temas que para generaciones que a lo mejor han vivido la transición o la guerra civil son temas tabú, a saber: la memoria histórica (y no hablo solo de la ley, porque este tema va más allá), la República (y no hablo de una reedición de la II República porque este tema va mucho más allá), el Estado Laico, el modelo de Estado...son temas importantes, mucho, que durante décadas no crearon ningún tipo de debate y que sin embargo ahora están casi siempre en portada y en reflexión de los españoles, llegando a veces a conclusiones que son por lo menos contemplables.

Es cierto, como usted dice, que muchos dirigentes de la izquierda piden a la Iglesia una disculpa por su comportamiento durante la Guerra Civil y el franquismo. No creo yo que esta petición la hace solo la izquierda, la hace la misma historia y nos la pide, a mi ver, el mismo Cristo. Cristo, que no esta solo en una cruz, sino que esta en las caras de todos aquellos que sufrieron durante la Guerra Civil, los que ya no tiene familia porque alguien decidió que tenían que morir por el bien de un dios (a saber que dios) y una patria (a saber que patria), Cristo está en esas cunetas, acompañando a esos muertos y manteniendo en su memoria un espacio para estos. Y desde esas cunetas, desde esas fosas comunes, donde no solo hay ateos, republicanos y comunistas, Jesucristo nos pide que reflexionemos, que cambiemos la historia y que no permitamos que algo así vuelva a suceder nunca.

Como usted dice, los obispos y una mayoría de los católicos estuvieron de parte del franquismo y del bando de los nacionales durante la Guerra Civil Española, y gozaron de privilegios y un trato muy preferente, incluso con cierta autoridad, en los tiempos de la dictadura nacional-católica en España. Usted intenta justificar todo eso en que desde el 31, y mas intensamente desde el 34, el gobierno de la República permitió, cuando no promovió, los ataques a la Iglesia, represiones, ejecuciones e incendios de Iglesia.

Sin duda, es cierto que no todo en la II República fue ejemplar, y hubo episodios (con la Iglesia también) que yo no apruebo ni creo que funcionaran, de echo no funcionaron, entre ellos pues la aptitud hostil a la Iglesia, las expropiaciones e incluso la expulsión de la Compañía de Jesús (una orden a la que me siento muy vinculado).

Pero si bien se puede culpar de la persecución de la Iglesia y del franquismo a los comunistas y republicanos a los propios comunistas y republicanos por el 31 o el 34, por el prendimiento de Iglesias, de ejecuciones o por las persecuciones. Entonces, también sería lícito que los Republicanos justificasen eso en la alianza de la Iglesia con las monarquías y las dictaras anteriores, que persiguieron y ejecutaron más que la República. Pero yo creo que esas justificaciones no valen, en ningún caso. No se puede defender la venganza, ni siquiera como algo comprensible y menos desde el cristianismo. Podemos a lo mejor ver las causas del apoyo de la Iglesia al franquismo, el miedo al cambio, juntado con la persecución y una cierta alianza con la derecha española muy anterior a la II República, pero nunca justificar decisiones que fueron errores históricos e injustificables de la Iglesia, o del que sea.

La Iglesia nunca apoyo la II República, aunque si acató, durante un periodo corto de tiempo, su autoridad, con la esperanza de que la derecha se impusiera. Apoyó de modo inequívoco a la derecha y no fue desde luego un factor positivo para la experiencia de la II República, que por este factor y otros muchos, acabo en Guerra Civil (por desgracia) y dejando perderse una de las mejores oportunidades que ha tenido España de ser un país realmente democrático y de refundarse.

No se puede justificar lo injustificable, y no se puede defender como una revolución social lo que fue un golpe de Estado dirigido por los poderes contra la República. La República no fue perfecta, es más, tuvo muchos errores y fue un proyecto que España nos upo abordar, una oportunidad que no supimos aprovechar. Pero la meta de la República, la meta que se propuso la II República, refundar España y romper con esas tradiciones anquilosadas a favor del hombre y la mujer, y también hacer que uno y cada uno de los españoles fueran protagonistas de la historia, es una meta que aún hoy nos llamar, debemos ir a ella, y los Católicos también, para que Dios este presente en ese cambio y porque Dios nos llama a ese cambio. En ello intentaremos estar...
05/04/08 4:20 PM
  
Luis Fernando
Comunico a los futuros comentaristas de este blog que como no puede ser que Monseñor Sebastián tenga que dedicar el día entero a leer las respuestas a sus artículos, a partir de ahora no se publicarán los textos que contengan más de 20 líneas, así que les ruego que sean concisos.


05/04/08 4:31 PM
  
ZARATE
Enhorabuena por este blog Monseñor , solo decir una cosilla , ¿porqué estarán los masones metidos por todos los partidos? para mí, personalmente no es una duda , pero seguramente que para mucha gente sí, incluso desconozca esta faceta de la masoneria.
Muchas gracias por poder leerle.

06/04/08 12:52 AM
Yo creo que el mismo tiempo que tardo yo en leer los argumentos del Monseñor Sebastián, él mismo lo puede dedicar en leer los míos. Pero si no es así, así sea.

Saludos!!
06/04/08 11:23 AM
  
Mons. Sebastián
He tardado más de lo justo en responderos en este hilo. Intento hacerlo escuetamente.
-Bien está que alguien denuncie las contradicciones de la Iglesia. Pero me niego a admitir que eso reduzca o bloquee el acceso a creer en Jesucristo. Jesucristo merece nuestra fe por sí mismo, y es verdadero salvador por si mismo. Los cristianos somos pobres hombres como los demás. Es un sofisma decir que no se cree en Jesucristo porque tal o cual cura, tal o cual señor etc.etc. Creemos en Jesucristo por el mismo Jesucristo.
-Sobre ser demócrata o no serlo, se puede opinar. Pero es difícil justificar otro sistema que no respete la libertad y la variedad de los ciudadanos. Otra cosa es lo que algunos dicen o hacen utilizando las libertades que les da el sistema. Por qué no estamos nosotros más presentes y hacemos valer más nuestros argumentos? No sé si lo malo es la democracia liberal, o la actuación de los liberales anticatólicos en las instituciones democráticas. Por que no estamos más presentes los católicos? Yo creo que tenemos que convencernos de unas cuantas cosas: La fe en Dios, la verdadera religión es libre, no se puede imponer, y las instituciones políticas no tienen capacidad ni competencia para convencer espiritualmente a las personas ni difundir la religión. Eso es misión de la Iglesia. Lo dijo Jesús. Otra cosa es que en las instituciones políticas actúen gentes con recta conciencia, que haya un electorado que tenga mas en cuenta las implicaciones morales de su voto. Pero eso son deficiencias nuestras, más que del sistema.
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Podéis estar seguros de que no hay obispos que añoren la España "de antes", que no, que no somos tan tontos. Ni tan cobardes, confiamos en el Señor y en el valor del mensaje que anunciamos, pero tampoco podemos dejar que los gobiernos actúen contra la fe de los católicos, que decidan y favorezcan cosas contra la moral de la recta razón. No pedimos privilegios para la Iglesia, pedimos respeto y servicio al bien común de los ciudadnos, también en el orden moral. Por otra parte aunque critiquemos (es que no se va a poder disentir?), aunque critiquemos no imponemos nada a nadie. Otros si que imponen.
-Ten en cuenta que "secularización" no es la variedad de religiones en una sociedad. Secularización, en el sentido que ahora estamos hablando, es la eliminación de la referencia a Dios en la vida de las personas y de las sociedades. Y eso no hay modo de aceptarlo ni de justificarlo. Estado aconfesional es el que no entra en la cuestión de las religiones, simplemente se limita a proteger la libertad religiosa de todos, sin preferencias, y deja que cada uno decida según su recta conciencia. La Iglesia católica de los años setenta colaboró decididamente a "cambiar la historia" a favorecer un orden político que respetara los derechos y las conciencias de todos. Otra cosa es cómo han ido evolucionando las cosas...
- Hay un libro de más de 500 pp. editado en la Biblioteca de Autores Cristianos en el que se recogen los muchos documentos de los obispos (también de los Obispos vascos) condenando el terrorismo.(Se titula "La Iglesia ante el terrorismo de ETA, o algo así)
-Agur, Egoitz, besarkada bero bat!
17/04/08 1:18 AM
  
J. Luis López de Guereñu Polán
Si por Iglesia católica entendemos la asamblea de los fieles de dicha religión, muchos católicos han contribuido a la democracia en España. Si reducimos el concepto Iglesia a la jerarquía habrá que contar con lupa a los que hayan puesto un solo grano de arena en favor de la libertad y los derechos invididuales de los españoles. La jerarquía ha estado al lado de los fuertes y poderosos mucho tiempo, se ha comprometido poco o nada con los débiles y no ha dado el ejemplo que muchos católicos y no católicos esperaban.
20/02/10 12:44 AM

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