7.11.15

Apoyo de una madre cristiana a la vocación de su hijo

En el presente post , queremos compartir con nuestros queridos lectores una hermosa carta que la mamá de San Rafael Arnáiz, doña Mercedes Barón de Arnáiz, envió al Padre Maestro de Novicios de la Trapa de San Isidro de Dueñas. Pensamos que este texto puede servir de reflexión sobre cómo afrontar la vocación religiosa o sacerdotal de un hijo o de una hija desde la fe y la mirada sobrenatural, como lo hizo esta mujer, aun en medio de la cruz de la separación física.


25 de febrero de 1934: Contestación de doña Mercedes a esta carta del Padre Marcelo:

“Muy Rvdo. Padre:

En espera de los datos que sobre el asunto de las encinas tenía que buscar mi marido, y los cuales le incluyo, he demorado contestar a su carta que abrí y leí con gran emoción. Sólo con adhesión sincerísima podré pagar a los monjes de esa Trapa cisterciense, el cariño con que colman a mi hijo y el juicio tan inmerecido que han formado de su madre; bien sabe nuestro Señor que yo no merezco en manera alguna el hijo que su voluntad quiso prestarme, y mi único deseo es que esa vocación tan santa, del hijo mío, sea aceptada por Él y recogida y aumentada para su gloria y alabanza…

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30.10.15

El pecado desfigura al hombre, pero la gracia del Señor le torna bello

“Conocí a un niño. Tenía un aire de ángel; era humilde, responsable y dulce; su pequeña figura era clara con sus mejillas sonrosadas; sus ojos azules eran luminosos, buenos y apacibles. Pero cuando se hizo mayor, se puso a vivir en la impureza y perdió la gracia divina; y cuando tuvo treinta años, parecía a la vez un hombre y un demonio, una bestia salvaje y un bribón, y toda su figura era repulsiva y terrible.

Conocí también a una joven extraordinariamente bella; su rostro era tan radiante y agradable que muchos envidiaban su belleza. Pero los pecados le hicieron perder la gracia y no se la podía mirar.

Pero también he visto lo contrario: he visto hombres que habían ingresado en el monasterio con rostros deformados por los pecados y las pasiones; pero que gracias al arrepentimiento y una vida de oración se transformaron y se convirtieron en algo agradable de ver.

El Señor me ha concedido de ver en el viejo Rossikon, durante la confesión, al monje confesor transfigurado a imagen de Cristo. Estaba en pie, en el lugar donde se escuchan las confesiones, resplandeciente de modo incomprensible; y aún cuando sus cabellos fuesen enteramente blancos a causa de la edad, su rostro era bello y vivaz como el de un joven. He visto cómo sucedía lo mismo a un obispo durante la liturgia.

Y he visto al padre Juan de Kronsdtadt, su apariencia era la de un hombre normal, pero la gracia divina daba a su rostro un resplandor parecido al de un ángel, y se despertaba el deseo de contemplarle.

Así, el pecado desfigura al hombre, pero la gracia del Señor le torna bello".

SAN SILOUAN EL ATHONITA

9.10.15

Un camino directo a la santidad, según el Padre Royo Marín

Trinidad

En el presente post , traemos para nuestros lectores una maravillosa Consagración a la Santísima Trinidad compuesta por el gran teólogo dominico Antonio Royo Marín, la cual, de ser plenamente vivida, es poderosa para conducir a un alma a las más altas cumbres de la santidad.

Antonio Royo Marín O.P. (Morella, Castellón, 1913 - Villava, 17 de abril del 2005) conocido religioso dominico español. Influyente teólogo y moralista que conservó y compendió en muchas obras la enseñanza y la espiritualidad católicas, siguiendo la doctrina del Doctor Común santo Tomás de Aquino. Para mayor información, puede verse la reseña que traza el doctor don Eudaldo Forment en https://www.youtube.com/watch?v=faGotanGjZQ


Consagración a la Santísima Trinidad

“¡Oh, Dios mío, Trinidad Beatísima! Sacad de mi pobre ser el máximo rendimiento para vuestra gloria y haced de mí lo que queráis en el tiempo y en la eternidad . Que ya no ponga jamás el menor obstáculo voluntario a vuestra acción transformadora. Que la gracia alcance en mí el grado de desarrollo que me tenéis asignado desde toda la eternidad con vuestra primera intención, y “según la medida de la donación de Cristo”.

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17.09.15

Satanás y la destrucción de la vida sobrenatural

En el presente post , queremos compartir con nuestros lectores un fragmento de la carta pastoral sobre la lucha por las almas, de Monseñor Alain De Boismenu, Obispo Vicario Apostólico de Papúa-Nueva Guinea. La traducción desde el francés es nuestra, así como los destacados en negrita y cursiva.

Alain-Marie Guinot de Boismenu nació el 27 de diciembre de 1870 en Saint-Malo, Francia. En 1888 hace sus votos religiosos en la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Issoudun, con el deseo de ser enviado a las misiones que la congregación tiene en Nueva Guinea. Ordenado sacerdote en 1895, es enviado a Nueva Guinea en 1897, donde los misioneros sufren grandes privaciones a causa de la dureza del clima y la falta de personal. Se distingue rápidamente por su celo apostólico. Con sólo 29 años es nombrado obispo y consagrado en la basílica de Montmartre el 18 de marzo de 1900. Su labor como obispo vicario apostólico se extendió durante 45 años, obteniendo grandes frutos. Llamado por Paul Claudel el “obispo corazón de león” por su infatigable celo por la conversión de los paganos, murió en Nueva Guinea en 1953.


De la carta pastoral sobre la lucha por las almas, de Monseñor Alain De Boismenu

“Pues existen dos reinos que se dividen el mundo y se disputan las almas ; dos ejércitos siempre y violentamente enfrentados: el ejército de Jesucristo, la Iglesia, ardiente para salvar a las almas; el ejército de Satanás, furioso por perderlas.

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12.09.15

Acerca de la confesión directa con Dios

En el presente post, queremos compartir con nuestros lectores la maravilloso texto que el Oficio de lecturas del día de ayer del beato Isaac, abad del monasterio de Stella, la cual ofrece una respuesta clara y contundente para todos aquellos que, apartándose de la verdad y de las disposiciones de la divina Providencia, creen poder recibir el perdón de sus pecados confesándose “directamente con Dios” y prescindiendo de la mediación de la Iglesia y del sacerdocio.

Isaac nació en Inglaterra y tomó el hábito del Cister, la orden de Bernardo de Clairvaux. Fundó un monasterio en una isla de nombre desconocido, y pasó luego a Francia donde fue abad del monasterio de Stella (L’Etoile), en la diócesis de Poitiers, desde 1147 a 1169 aproximadamente. Escribió cincuenta y cuatro sermones, una epístola sobre la celebración de la misa, dirigida a Juan Belesme, obispo de Poitiers, un comentario aún inédito sobre el Cantar de los Cantares y un tratado epistolar, dirigido a Alquerio de Clairvaux, sobre la naturaleza del alma.


De los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella

(Sermón 11: PL 194, 1728-1729)

Hay dos cosas que corresponden exclusivamente a Dios: el honor de recibir la confesión y el poder de perdonar los pecados. Por ello nosotros debemos manifestar a Dios nuestra confesión y esperar su perdón. Sólo a Dios corresponde el perdonar los pecados, por eso, sólo a él debemos confesar nuestras culpas. Pero, así como el Señor todopoderoso y excelso se unió a una esposa insignificante y débil -haciendo de esta esclava una reina y colocando a la que estaba bajo sus pies a su mismo lado, pues de su lado, en efecto, nació la Iglesia y de su lado la tomó como esposa-, y así como lo que es del Padre es también del Hijo y lo que es del Hijo es también del Padre -a causa de la unidad de naturaleza de ambos-, así, de manera parecida, el esposo comunicó todos sus bienes a aquella esposa a la que unió consigo y también con el Padre. Por ello, en la oración que hizo el Hijo en favor de su esposa, dice al Padre: Quiero, Padre, que, así como tú estás en mí y yo en ti, sean también ellos una cosa en nosotros.

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