¿Se tolera la falta de inteligencia menos que el pecado?

S. Josemaría Escrivá (1902-1975) [las citas del artículo son suyas] explica que es normal “…que se entienda por qué Santiago dice de la lengua que es un mundo entero de malicia. Tantos daños puede producir: mentiras, denigraciones, deshonras, supercherías, insultos, susurraciones tortuosas.” (“Amigos de Dios”, 298).

Quizás parte de un deseo de ser más listos que otros. “La soberbia lleva a seguir, quizá en las cuestiones más menudas, la insinuación que Satanás presentó a nuestros primeros padres: se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal.” (“Amigos de Dios”, 99)

No debe sorprendernos, entonces, que es bastante común que se menosprecie la poca inteligencia de alguien, aunque toda inteligencia, por mucha o poca que tengamos en ciertos campos, es don de Dios y poco depende de nosotros.

Mientras tanto, pecados (que sí dependen de la voluntad humana) como el aborto son considerados “derechos” o no parecen tener importancia (por ejemplo, no asistir a Misa los domingos y fiestas de guardar). ¿Será que se comprenda mejor que uno peque porque somos conscientes de nuestros pecados, pero menos tolerantes con la falta de conocimiento porque nos consideramos más inteligentes que otros?

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En nuestro afán de ser más listos se nos puede olvidar el ejemplo del Señor, que siendo la misma Sabiduría se hizo hombre y vivió oculto casi toda su vida como hijo de un carpintero.

“Humildad de Jesús: ¡qué vergüenza, por contraste, para mí —polvo de estiércol—, que tantas veces he disfrazado mi soberbia so capa de dignidad, de justicia!… —Y así, ¡cuántas ocasiones de seguir al Maestro he perdido, o no he aprovechado, por no sobrenaturalizarlas!” (Forja, 56)

Por eso, si alguien nos ofende: “‘Memento, homo, quia pulvis es…’—recuerda, hombre, que eres polvo… —Si eres polvo, ¿por qué te ha de molestar que te pisen?” (Surco, 281)

No te preocupen esas contradicciones, esas habladurías: ciertamente trabajamos en una labor divina, pero somos hombres… Y resulta lógico que, al andar, levantemos el polvo del camino. // Eso que te molesta, que te hiere…, aprovéchalo para tu purificación y, si es preciso, para rectificar.” (Surco, 908)

“Es la escaramuza sin tregua contra el orgullo, contra la prepotencia que nos dispone a obrar el mal, contra los juicios engreídos. […]No existen los fracasos, si se obra con rectitud de intención y queriendo cumplir la voluntad de Dios, contando siempre con su gracia y con nuestra nada.” (Es Cristo que pasa, 76)

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Al fundador español del Opus Dei se le considera un “santo de lo ordinario” porque recomienda “… que tomemos parte como ciudadanos corrientes en todas las actividades temporales, para ser levadura que ha de informar la masa entera. […]el mundo es santificable.” (Es Cristo que pasa, 120) Si en el Evangelio del XII Domingo de Tiempo Ordinario los apóstoles: “se lo llevaron en barca, como estaba” (Mc. 4, 36) al Señor, S. Josemaría también quería llevar al Señor a todos por medio de la santidad en cualquier estado de vida.

Para ayudar a la gente a aprovechar su inteligencia, fundó la Universidad de Navarra:


Para aumentar la santidad en un mundo en el que el pecado ya no se le suele llamar por su nombre, escribió sus libros y dió conferencias por todo el mundo
:

“Procuremos fomentar en el fondo del corazón un deseo ardiente, un afán grande de alcanzar la santidad, aunque nos contemplemos llenos de miserias. No os asustéis; a medida que se avanza en la vida interior, se perciben con más claridad los defectos personales. […]

Preguntaos con mucha frecuencia: yo, ¿para qué estoy en la tierra? Y así procuraréis el perfecto acabamiento —lleno de caridad— de las tareas que emprendáis cada jornada y el cuidado de las cosas pequeñas. Nos fijaremos en el ejemplo de los santos: personas como nosotros, de carne y hueso, con flaquezas y debilidades, que supieron vencer y vencerse por amor de Dios[…]

Vosotros y yo aprenderemos también a descubrir tantas virtudes en los que nos rodean —nos dan lecciones de trabajo, de abnegación, de alegría…—, y no nos detendremos demasiado en sus defectos; sólo cuando resulte imprescindible, para ayudarles con la corrección fraterna.” (Amigos de Dios, 20)

Que el Señor nos conceda usar nuestra inteligencia para combatir el pecado en nuestras vidas como hizo S. Josemaría Escrivá.

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Más información:“Opus Dei – Obras del Fundador” - Libros completos de S. Josemaría Escrivá (Fuente de citas del artículo)

“Josemaría Escrivá de Balaguer. Fundador del Opus Dei. Multimedia” - (vídeos y audios del santo, información biográfica)

[Foto: Walter Ching en Wikimedia Commons]


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Se combaten tanto la ignorancia como el pecado con el mismo interés hoy en día? ¿Por qué hay pecados que ya no escandalizan tanto a la gente? ¿Se tolera la falta de inteligencia menos que el pecado?

Mañana – Ntra. Sra. Del Perpetuo Socorro - “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” (Mc. 4, 39)

13 comentarios

  
luis
El problema, Lourdes, es que hay defectos de la inteligencia, errores, que son pecado, por ser efecto de los pecados. Así, Santo Tomas enseña que la necedad es consecuencia de la lujuria y la mundanidad y es pecado mortal.
Por ejemplo, hay una teologa y religiosa en este momento que ha declarado en una entrevista que la vida del feto está en manos de la mano por voluntad de Dios y se debe respetar la decisión de la madre y su libertad de conciencia al abortar. Y que la píldora postcoital debe darse a las mujeres violadas.

Eso es stultitia, necedad. Y es gravísima.
28/06/09 12:15 AM
  
luis
errata, "en manos de la madre"
28/06/09 12:15 AM
  
Arancha
ML, en cuanto a la posible relación que existe entre el pecado y la ignorancia, pienso que la mejor forma de combatir el pecado es con la fé más que con la inteligencia.
Siempre pido a Dios en mis oraciones que me ayude a distinguir el bien del mal, y a continuación le pido que me dé fuerzas para enfrentarme al mal, porque sé que por muy preparada que esté académicamente, por mucha formación teológica que tenga, por muy inteligente que sea y por muy integrada que esté en la sociedad con un puesto de trabajo importante, si Dios no me ayuda a ver con claridad y no cuento con su fuerza de espíritu, de nada me sirve.
En cuanto a si hoy en día se combate la ignorancia, pienso que no, más bien al contrario. La ignorancia de la gente es un arma maravillosa para aquellas personas que pretendan manipular a las masas, y también para el diablo, llevándolas a pecar la mayor parte de las veces.
28/06/09 2:49 AM
  
María Lourdes
Luis, me parece que la necedad es algo diferente de la falta natural de mucha inteligencia. Por ejemplo, el Señor llamó necios a los fariseos, a quienes les sobraba la inteligencia porque por ella conseguían disfrazar la soberbia como dignidad y justicia (expresión de la cita de S. Josemaría en el artículo). La impresión que tengo es que se suele criticar más a la gente por no comprender ciertas cosas que por cometer pecados, excepto si nos afectan personalmente.

En el caso del aborto, se debate mucho sobre el hecho biológico y social por medio de la razón (algo que me parece bien), pero no se oye tanto que algo sea pecado y que un sólo pecado mortal que no confesamos sacramentalmente los católicos resulta en nuestra condena eterna en el infierno. Claro que eso no es políticamente correcto, como tampoco lo es esta cita de S. Josemaría:
"Cuando se piensa con la mente clara en las miserias de la tierra, y se contrasta ese panorama con las riquezas de la vida con Cristo, a mi juicio, no se encuentra más que una palabra que califique —con expresión rotunda— el camino que elige la gente: necedad, necedad, necedad.

La mayoría de los hombres no es que nos equivoquemos; nos sucede algo bastante peor: somos tontos de remate." (Surco, 532)
El mundo valora la inteligencia, pero no que su uso en este mundo debe ser usada para el bien eterno del alma. Dispone el alma de memoria, entendimiento y voluntad. Si el alma no está en gracia con Dios, se oscurecen los tres.
"No me cansaré de repetir, por tanto, que el mundo es santificable; que a los cristianos nos toca especialmente esa tarea, purificándolo de las ocasiones de pecado con que los hombres lo afeamos, y ofreciéndolo al Señor como hostia espiritual, presentada y dignificada con la gracia de Dios y con nuestro esfuerzo." (Es Cristo que pasa, 120)
[La fuente de las citas, http://www.escrivaobras.org, tiene un buscador excelente.] Siento haberme extendido.

28/06/09 4:26 AM
  
María Lourdes
Arancha, le agradezco mucho su comentario. Justamente, la oración es lo que los santos recomiendan antes de comenzar nada. Para S. Josemaría, el apostolado no era nada sin la oración, porque sin Dios no somos nada.

Además, pensaba que la ignoracia era algo mucho más combatido que el pecado por el interés de la gente en matricularse en las universidades (al menos en los EE.UU.), pero después de leer su comentario me parece que tiene razón, que todos los intentos de hacerse a uno pasar por más inteligente según diplomas y títulos, por ejemplo, no garantizan que se quite ni una pizca de ignorancia de la Verdad que nos afecta más cuando no estamos en gracia con Dios.

Si nos esforzáramos tanto en evitar el pecado como en evitar que la gente pudiera insultar nuestra inteligencia...
28/06/09 4:39 AM
  
María Lourdes
Luis, otra cita de S. Josemaría relacionado al ejemplo en su comentario, por si alguien pasa por aquí confundiendo la santidad de la Iglesia Católica con la santidad individual de sus miembros:
"Nuestro Señor Jesucristo, que funda la Iglesia Santa, espera que los miembros de este pueblo se empeñen continuamente en adquirir la santidad. No todos responden con lealtad a su llamada. Y en la Esposa de Cristo se perciben, al mismo tiempo, la maravilla del camino de salvación y las miserias de los que lo atraviesan.

[...]Si en la Iglesia se descubre algo que arguya la debilidad de nuestra condición humana, no debe atribuirse a su constitución jurídica, sino más bien a la deplorable inclinación de los individuos al mal; inclinación que su Divino Fundador permite aun en los más altos miembros del Cuerpo Místico, para que se pruebe la virtud de las ovejas y de los pastores, y para que en todos aumenten los méritos de la fe cristiana (PÍO XII, enc. Mystici Corporis 29-VI-1943)." (Amar a la Iglesia, 23)
Por cierto, por si alguien se lo pregunta, no pertenezco al Opus Dei (ni tampoco a ningún otro movimiento o asociación de la Iglesia). Simplemente, la fiesta de S. Josemaría Escrivá se celebra el 26 de junio y por eso el artículo resalta este santo de tiempos modernos.
28/06/09 4:50 AM
  
odet
Estoy de acuerdo con Arancha, al menos aquí en España se fomenta la ignorancia, porque así es más fácil manipular a la gente y lo hacen a través de las televisiones, con una gran cantidad de programas basura, me ha gustado el video de S. Jose María Escrivá,sobre todo lo de: No os dejeis llevar por la corriente cuando el agua está sucia. Saludos.
28/06/09 12:51 PM
  
Laurel
Estimada Lourdes:

He visto a personas inteligentísimas comportarse como idiotas y a personas torpes obrar con una lucidez y una clarividencia extraordinarias. La inteligencia es un don de Dios, pero me da la impresión de que es un don "inacabado", que dejó en nuestras manos potenciar o atrofiar. Creo que la inteligencia se potencia con la percepción correcta de las cosas, de qué somos y para qué estamos, y con el respeto y el aprecio hacia los demás. Creo, asimismo, que nadie es más que otro por ser más inteligente. Lo importante es que cada uno haga buen uso de sus talentos, sean uno o cinco, y el Señor los multiplicará. Reciba un cordial saludo
28/06/09 1:53 PM
  
susi
Hace tiempo, me impresionaban las personas listas. Desde hace mucho tiempo,lo hacen las buenas.
Lo primero, es un don recibido: nadie puede ser más listo por su esfuerzo: es así porque Dios le dio esa inteligencia.
Los buenos, por los dones naturales de bondad que Dios les haya dado y por el esfuerzo que pongan en ser más buenos.
Me quedo con las buenas personas.
Es más, llegando a casos extremos, puedo decir que algunos de los mejores momentos los he pasado con personas con Down, con unos ojos y unas miradas y obras tan llenas de amor que no se puede explicar, sólo experimentarlo.
28/06/09 2:20 PM
  
María Lourdes
Odet, recuerdo haber leído hace tiempo sobre un estudio de la actividad cerebral mientras la gente ven la televisión y mientras las mismas personas miran una pared blanca. Resulta que viendo la televisión usaban en general menos el cerebro.

La cita que eligió me recuerda algo que me decía mi padre desde pequeña. Mi nombre chino incluye dos nombres de flores: la flor del ciruelo chino, que comienza a florecer cuando nieva, y la flor de loto (de donde leí una vez que proviene "Lourdes" etimológicamente), que florece blanca en aguas pantanosas. Mi padre escogió esas dos flores, parte de los nombres de mis abuelos, para recordarme que debo prosperar en la adversidad y que debo conservar mis valores aunque otros a mi alrededor no lo hicieran. Lo mismo deseo para mis hijos. Un saludo.
28/06/09 2:26 PM
  
María Lourdes
Laurel, recuerdo cómo el Señor dijo a sus apóstoles que no pensaran sobre lo que iban a decir cuando les llevaran ante los tribunales, que el Espíritu Santon les daría qué decir. ¿No es admirable lo que dijo el protomártir S. Esteban ante sus jueces?

¿No ha confundido la sabiduría de los santos a los más sabios del mundo? Pienso, por ejemplo, en Sta. Bernadette, que sin haber recibido apenas nada de educación y siendo una niña respondía a los que le interrogaban con extraordinaria claridad y sabiduría.

Como dice, es un talento que S. Agustín y los otros doctores de la Iglesia usaron para gloria de Dios ganándose el cielo, mientras que otros lo esconden o lo usan para hacer el mal. No para nada dice el Señor que quien tiene más se le concederá y al que no tiene hasta lo poco que tiene se le será quitado. Le agradezco su reflexión sobre el tema.
28/06/09 2:33 PM
  
María Lourdes
Susi, cuando era pequeña los que no sacaban buenas notas en mi clase decían que querían ser como yo porque no tenía dificultad aprobando los exámenes en mi colegio (aunque sí suspendí un examen de piano en el Conservatorio de Madrid), lo cual me enseñó a no envidiar a otros porque veía mis defectos y sólo porque podía aprobar exámenes no significaba que no tenía problemas en mi vida.

En cambio, también he conocido a personas con Síndrome de Down de quienes conservo un recuerdo maravilloso, que alegran a todos a su alrededor.

La inteligencia se juzga muy mal además. Conozco una persona que cuando era pequeño todos creían que era el menos inteligente porque tenía mucha dificultad aprendiendo a leer. Hasta le sacaban de clase para darle lecciones especiales para ver si podía alcanzar el nivel de los demás niños. Sus notas no eran brillantes tampoco en el examen SAT (que en los EE.UU. toman los alumnos como parte de su solicitud a las universidades).

Años después se graduó de la prestigiosa Universidad Yale con un doctorado en neurobiología. Cuando la gente habla con él nadie se da cuenta de lo que ha logrado. Parece una persona corriente porque casi nunca menciona sus logros, excepto cuando es necesario profesionalmente. Y es que el Señor tiene un buen sentido del humor y sigue confundiendo a los sabios del mundo con gente "corriente". Un saludo.
28/06/09 2:53 PM
  
María Lourdes
Advierto que no se publicarán comentarios en los que se insista en que la mano humana, por ejemplo, puede ser equivalente a la divinidad y fuente de la inteligencia para el ser humano. Los católicos creemos en un solo Dios Todopoderoso, que creó al ser humano y lo dotó de inteligencia.
03/05/11 4:23 AM

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