Cómo aprovechar la Luz del Señor al máximo

Los físicos usan ciertas medidas para estudiar la luz que sirven también para reflexionar sobre Jesucristo, “la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre” (Jn. 1, 9) y que nos dice en el Evangelio del 3er. domingo de Tiempo Ordinario: “convertíos y creed en el Evangelio” (Mc. 1, 15). La Luz divina se podría comparar con el flujo luminoso, definido en “Magnitudes y unidades de medida” [Fuente de las citas sobre la medida de la luz] como “radiación luminosa a la que el ojo humano es sensible”, emitida por una fuente de luz en todas direcciones (medida por lumen - lm). “Ni la muerte ni el error vencieron a esta predicación [de Cristo] que brilla por todas partes y con su propia fuerza.” (S. Juan Crisóstomo). Así aprovechó la Luz Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274), Doctor de la Iglesia:


La intensidad luminosa
(I)
“cómo se distribuye el flujo en cada dirección del espacio”(candela - cd)

1) Estando abierto a la Gracia Divina. La Luz divina brilla sobre todos, pero concede gracias especiales a cada uno, como fue la gracia de la vocación religiosa para Sto. Tomás, que se mantuvo firme en su vocación a pesar de la oposición de su familia, que le encerró dos años para intentar disuadirle. Aprovechó su encierro para estudiar las Sagradas Escrituras. “Teniendo en cuenta que prepararse para la gracia consiste precisamente en convertirse a Dios, lo mismo que el que está de espaldas al sol se prepara para ver su luz volviendo sus ojos hacía él. Es, pues, manifiesto que el hombre no puede disponerse para recibir la luz de la gracia sino mediante el auxilio de un don gratuito de Dios que le mueva interiormente.” (Suma Teológica - ST en el resto del artículo) Necesitamos la Luz de la Gracia divina porque “aunque los ojos de nuestro cuerpo se llaman antorchas, si de noche no se enciende una luz, o si no sale el sol por el día, serán en vano aquellas luces.” (S. Agustín)
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Iluminancia (E) “el flujo luminoso recibido por una superficie”, que depende de la distancia entre la superficie y la fuente de luz (lux - lx)

2) Correspondiendo por medios naturales. De la misma forma que lux se puede medir con un luxómetro, la cercanía del santo con el Señor se podía ver acrecentando por los medios humanos que ponía el santo para buscar al Señor, su formación intelectual teológica combinada con su recepción frecuente de los Sacramentos. Bien comprendía el santo lo que decía: “El acto pecaminoso distancia de Dios, del mismo modo que el movimiento local distancia localmente; y de ese alejamiento se sigue la falta de esplendor” (Sto. Tomás). Al contrario, “todo el que ve la sabiduría (que es Dios) muere absolutamente a esta vida, sin que le quede afecto alguno a las cosas de la tierra.” (S. Gregorio)

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Luminancia(L) “la relación entre la intensidad luminosa y la superficie aparente vista por el ojo en una dirección determinada. “(stilb o nit - cd/m2)

3) Rezando por la Luz sobrenatural. No descuidaba el Santo su vida espiritual y sus compañeros se asombraban de las muchas horas que dedicaba a la oración. “Así como el hombre ciego, puesto delante del sol, aun cuando está en su presencia se considera como ausente de él, así todo insensato está ciego, aun cuando tiene delante la sabiduría.” (S. Agustín) Así actúan los que buscan la sabiduría sin dirigirse a la misma Sabiduría por la oración. En cambio, el santo decía que más aprendía arrodillado ante el Crucifijo que leyendo libros. Así lo explicó en su Suma Teológica: “El hombre puede formar, con su virtud natural, toda clase de formas imaginarias, consideradas en sí mismas, pero no puede hacer que estén ordenadas a la representación de verdades inteligibles que exceden su inteligencia, siendo necesario para ello el auxilio de la luz sobrenatural.” (Suma Teológica).

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Rendimiento o eficiencia luminosa “la porción de energía útil” “el cociente entre el flujo luminoso producido y la potencia eléctrica consumida” (lm/W)

4) Usando la Luz recibida. Nos dice S. Juan Crisóstomo que “la gracia se difunde sobre todos y los que no quieren disfrutar de esta gracia deben imputarse a sí mismos su propia ceguera.” “O de otro modo, la inteligencia que se nos ha concedido para que nos guíe, y que se llama la razón natural, es lo que llamamos luz recibida de Dios; pero algunos la han oscurecido por usar mal de ella.” (Sto. Tomás de Aquino). Santo Tomás usó bien sus dones, predicando como miembro de la Orden de los Predicadores y escribiendo Suma Teológica (lo cual hizo en cuatro años), explicando en ella las doctrinas cristianas. También escribió un Catena Aurea seleccionando textos de los Padres y Doctores de la Iglesia que comentan los Evangelios verso por verso (fuente de citas de santos en este artículo).

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Cantidad de luz (Q) “para conocer el flujo luminoso que es capaz de dar un flash fotográfico o para comparar diferentes lámparas según la luz que emiten durante un cierto periodo de tiempo.“ (lm/s)

5) Conociendo sus limitaciones. Sto. Tomás recibió una visión celestial pocos meses antes de su muerte, tras la cual dejó de escribir y pidió que se quemaran todas sus obras. Había dicho el santo antes de su visión: “A quien ve al Creador, toda criatura le parece poca cosa”, y vió confirmado en esta vida que “la iluminación perfecta tendrá lugar en la segunda venida de Cristo” (Sto. Tomás) “ …en todo el tiempo que vivimos en esta vida mortal, únicamente puede verse a Dios por medio de ciertas imágenes, pero no en cuanto a su misma esencia. Y aun cuando el alma, iluminada por la gracia del Espíritu, ve al mismo Dios [como hizo Sto. Tomás], sin embargo no alcanza a comprender la fuerza de su esencia.” (S. Gregorio) “Porque una cosa se ve en tanto que está presente al sentido de la vista, pero para comprenderla en su integridad cuando se ve es necesario conocerla de tal modo que se vea todo lo que encierra y los límites que la determinan.” (S. Agustín)


Oración:
“Dichoso, ruégote tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable donde Tú, con tu Hijo y el espíritu Santo, eres para todos los santos, Luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.” (de la oración para después de comulgar por Sto. Tomás de Aquino)

Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Por qué cree que se quedó ciego S. Pablo en el momento de su conversión?

Mañana: San Pedro Nolasco – “cuando arrestaron a Juan”(Mc. 1, 14)

3 comentarios

  
Noby
ML
Como ingeniero,agradezco tua apuntes de Luminotecnia,que contribuirán,sin duda, a aclarar conceptos sobre la luz,de ahí a proyectar alumbrado solo hay un paso,...es broma.
Creo que la ceguera de S.Pablo se asemeja mucho al proceso que han seguido tantos santos en su conversión,en particular aquellos que partían de firmes convicciones anticristianas,ya de intelecto o de omisión.Por ejemplo S. Ignacio de Loyola,hubo de refigiarse en la cueva de Manresa,para vaciarse por completo de su vida anterior y llenarla de "la nueva luz".S.Norberto,siendo eclesiástico de vida disipada,"cayó del caballo",al regreso de una fiesta mundana,y,a partir de ahí se retiró y se convirtió.
LA LUZ DEL SEÑOR DESCONCIERTA, Y VACÍA DE LA VIEJA LUZ, QUE NO ES MÁS QUE TINIEBLA.
29/01/09 9:47 AM
  
María Lourdes
Noby, ¡me encantó su broma! Me hizo reir mucho. :) ¡Qué manera más buena de comenzar el día! Uno de mis hermanos y una cuñada mía fueron ingenieros y un cuñado mío estudia física. Seguro que a ellos les haría mucha gracia ver un uso humanístico tan "raro" de esos principios físicos.

Volviendo al tema de la conversión, de volverse uno hacia la Luz del Señor... de nuevo me parece que dió en el clavo, y además con ejemplos muy buenos. En el siguiente comentario dejo unas citas de la Suma Teológica de Sto. Tomás que dicen lo mismo que usted con muchas más palabras.
29/01/09 12:16 PM
  
María Lourdes
Dejo esto aquí para los pocos que no se cansan leyendo sobre la pantalla y advierto a los demás que es un ladrillo que se pueden saltar:

S. Pablo vió la luz del Señor, que le cegó al exterior y alcanzó su orgullo y su celo, trastornando su vista de este mundo:
"Pero hay que tener en cuenta que una potencia del alma puede padecer de dos modos: uno, por su propia pasión, que se origina en su propio objeto, como cuando la vista padece por exceso de luz; otro, por la pasión del sujeto en que se asienta, como padece la vista cuando sufre el sentido del tacto en el ojo, sobre el que se funda la vista, por ejemplo cuando es picado el ojo o se destempla por el calor." (IIIa, c.46, art. 7)

Su ceguera podría recordarle su estado espiritual hasta que fue bautizado, cuando recobró la gracia y la vista.
"está el hecho de que la luz pone algo real en el sujeto iluminado. Mas la gracia es como la luz del alma, y así dice San Agustín en el libro De natura et gratia : Merecidamente la luz de la verdad abandona a los prevaricadores de la ley, con lo cual se vuelven ciegos. Luego la gracia pone algo en el alma. (I-IIae c.110, art. 1)

En I-IIae c. 86, art. 2, responde a la pregunta de si permanece la mancha en el alma después del acto pecaminoso. La mancha del pecado es un estorbo a la Luz divina, pero la gracia vuelve al pecador a esa luz, aunque no por eso deja de tener que desandar la distancia que le separa de la Luz.
"Pasado el obstáculo del cuerpo, el cuerpo diáfano permanece a la misma distancia y relación al cuerpo iluminador: y por ello la sombra pasa inmediatamente. Mas, quitado el acto pecaminoso, el alma no permanece en la misma relación a Dios (que antes del pecado)."
De allí la importancia de los tres días que pasó ciego sin comer ni beber, como enterrado en una tumba antes de la resurrección a una nueva vida en Cristo por el bautismo, o la necesidad que tuvieron los santos que menciona Noby de retirarse del mundo después de su conversión.
29/01/09 12:20 PM

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