Combatiendo el estrés navideño como en Belén (Lc. 1, 30.37)

Dios, amador de los hombres, mezcla trabajos y dulzuras, estilo que El sigue con todos sus santos. Ni los peligros ni los consuelos nos los da continuos, sino que de unos y otros va El entretejiendo la vida de los justos.” (S. Juan Crisóstomo, Hom. sobre S. Mateo,8) Quizás se ve un poco de esa mezcla especialmente al final del Adviento, entre la alegría de la espera y el llamado “estrés navideño” (aunque aún no es Navidad). Se dice que a la miseria le encanta la compañía (“Misery loves company”). En ese caso, a los que están padeciendo un poco del “estrés navideño” les interesará recordar las dificultades que enfrentan los ciudadanos actuales de Belén, y la que enfrentó allí la Sagrada Familia poco antes de nacer Jesús (y cómo superaron éstos su “estrés”).

En 2002 se empezó a construir un muro alrededor de comunidades palestinas en Cisjordania como Belén para prevenir ataques de militantes palestinos. Para ir a trabajar en la construcción de asentamientos en terreno fuera de Belén que solía pertenecerles, los betlehemitas tienen que pasar el control de seguridad (lo cual puede tardar dos horas) y tener mujer y al menos un hijo en Belén para asegurar la vuelta.

El grafiti que se ha extendido por todo el muro recuerda algo al Muro de Berlín. Hace un año, durante estas fechas, se veía a la entrada [Ver foto]: “La paz esté con ustedes”, pero según el artículo de hace unos meses “Los peregrinos vuelven a Belén” por Austen Ivereigh: “El muro es gris, escalofriante. ‘Es el símbolo de todo lo que anda mal en el corazón humano’, como lo expresó el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, cuando fue a Belén en la Navidad del 2006. Envía un mensaje de miedo: que lo que hay detrás de él es peligroso e incierto. ‘No podemos garantizar vuestra seguridad más allá del muro’, oyen los peregrinos en Jerusalén.” Ellos combaten su estrés viviendo de día a día y buscando lo positivo de su ciudad para anunciar al mundo y atraer a los peregrinos.
—————————————————————————————————————————————————————-

¿Cómo superó la Sagrada Familia el estrés? Oigamos de nuevo las palabras del Arcángel Gabriel a María en el Evangelio del 4o. domingo de Adviento:

1) “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.”(Lc 1, 30).
Explica S. Juan Crisóstomo: “Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer; así, prosigue: “Hallaste gracia delante de Dios". ¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes (Jc 4)” como los que se ponen en gracia con Dios a través de una buena confesión sacramental. En el caso de S. José y la Virgen María, ¿quiénes más humildes en Belén que los que aceptaron alojamiento entre los animales? ¿Quiénes más felices por tener a Dios mismo con ellos?

¿Cómo ponemos eso en práctica mientras hacemos los últimos preparativos para la Natividad del Señor?

“El que quisiere ver cuánto ha aprovechado en este camino de Dios, mire cuánto crece cada día en humildad interior y exterior. ¿Cómo sufre las injusticias de los otros? ¿Cómo sabe dar pasada a las flaquezas ajenas? ¿Cómo acude a las necesidades de sus prójimos? ¿Cómo se compadece y no se indigna contra los defectos ajenos? ¿Cómo sabe esperar en Dios en el tiempo de la tribulación? ¿Cómo rige su lengua? ¿Cómo guarda su corazón? ¿Cómo trae domada su carne con todos sus apetitos y sentidos? ¿Cómo se sabe valer en las prosperidades y adversidades? ¿Cómo se repara y provee en todas las cosas con gravedad y discreción? Y, sobre todo esto, mire si está muerto el amor de la honra, y del regalo, y del mundo, y según lo que en esto hubiere aprovechado o desaprovechado, así se juzgue, y no según lo que siente o no siente de Dios” (S. Pedro de Alcántara, Tratado de la oración y meditación, II,5).

2) “para Dios nada hay imposible.”(Lc.1,37)

“Si viviéramos más confiados en la Providencia divina, seguros ¡con fe recia!- de esta protección diaria que nunca nos falta, cuántas preocupaciones o inquietudes nos ahorraríamos.
Desaparecerían tantos desasosiegos que, con frase de Jesús, son propios de los paganos, de los hombres mundanos (Lc. 12,30), de las personas que carecen de sentido sobrenatural. (S. Josemaría Escrivá, Amigos de Dios,1) Nos recomienda S. Francisco de Sales: “Confiad a lo más secreto de la Providencia divina las molestias que encontréis y creed firmemente que Dios os conducirá con dulzura, por lo que hace a vuestra vida y a vuestros asuntos.

Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué recomienda para combatir el estrés navideño?

Mañana: El Día de la Natividad del Señor, “Y la Palabra se hizo carne” (Jn 1, 14)

2 comentarios

  
anarico
Para el que tenga eso que llaman stress, que yo no sé muy bien lo que es, pero que debe de ser un enemigo malo, a juzgar por lo que dicen de él. Yo recomiendo, como para toda esta clase de enemigos, la famosa "cuerda de tres ramales" que ningún enemigo puede romper. A saber: oración ayuno y limosna. Y todo en proporción, y con abundancia. "Pa que no falte de na".

¡FELIZ NAVIDAD!
24/12/08 7:01 PM
  
María Lourdes
Anarico, ¡cuánto me alegro de que no sepa muy bien lo que es eso del estrés! Espero que sea porque su vida interior está muy bien centrada en el Buen Señor. En cambio, yo aprecio su prudente consejo porque ese "enemigo malo" no es un desconocido en mi vida. Pero, el Señor nunca deja que el demonio nos tiente más de lo que podemos aguantar y, como dice S. Pablo, "todo lo puedo en Aquél que me conforta".
24/12/08 9:47 PM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.