InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Laicos

22.09.09

Grandes cambios en una parroquia gracias a encuestas que responden unos pocos

El Evangelio del XXV Domingo de Tiempo Ordinario nos muestran cómo los apóstoles, al oír del Señor sobre Su Pasión, Muerte y Resurrección: “no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle” (Mc. 9, 32). ¡Qué contraste con la valentía con la cual darían su vida esos apóstoles tras Pentecostés!

Ese cambio lo anunció el Señor al despedirse de ellos en la Última Cena, tras prometerles el Espíritu Santo para guiarles: “Vosotros, pues, ahora tenéis tristeza; pero de nuevo os veré, y se alegrará vuestro corazón, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría. En aquel día no me preguntaréis nada…” (Jn. 16, 22-23) Sobre la fe cristiana ya no tendrían dudas, pero sobre ciertas prácticas sí se reunirían para decidir cuestiones por el bien de la Iglesia.

S. Maurico y sus compañeros mártires (s.III) son conocidos por ser de una legión romana de Tebea de la cual no hay muchos datos históricos, pero a la cual se han referido santos por preferir la muerte antes de renunciar su fe cristiana, aún tras ser diezmados (1 de cada diez había sido ejecutado). Todos, al final, dieron su vida por Cristo, pero cada cual tuvo que tomar su propia decisión, aunque algo habrá influído el liderazgo de S. Mauricio.

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Los dogmas de fe, declarados infalibles, no son debatibles, pero hay cosas que sí varían de parroquia a parroquia. Y si uno piensa que unos pocos no pueden hacer una gran diferencia para muchos, quizás cambie de opinión al ver los resultados de unas encuestas hechas en una parroquia de más o menos 2.000 familias, con apenas 100 personas respondiendo a la mayoría, pero con sus opiniones publicadas en los boletines y por Internet (enlaces de la encuesta en inglés).

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20.09.09

Ni persecución ni falta de sacerdotes pudo acabar con la Iglesia Católica en Corea

Nos dice el Evangelio del XXV Domingo de Tiempo Ordinario que el Señor y sus apóstoles: “se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea” (Mc. 9, 30). Excepto por la compañía del Señor, no era un viaje placentero porque viajabna en pobreza y Jesucristo les quería anunciar y explicar a sus más íntimos seguidores que se aproximaba Su Pasión y Muerte antes de Su Resurrección.

El Señor viajaba ocultándose de los que buscaban matarle para que no lo hicieran antes de Su Tiempo. Así le vemos bajando del Monte de la Bienaventuranzas y del Monte de la Transfiguración y acercarse al Monte Calvario. Viajó por Israel y sus confines viviendo en lugares desérticos para ocultarse de la multitud que le buscaba, viajando a veces en barco por aguas tormentosas.

Esos viajes del perseguido Señor habrían estado muy cerca de los corazones de SS. Andrés Kim y Compañeros mártires de Corea en sus propias travesías y afán por evangelizar en tiempos de persecución.

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4.09.09

Histórico discurso del Presidente Obama a niños y a jóvenes al comienzo del año escolar

Este fin de semana hay puente en los EE.UU. por celebrarse el lunes “Labor Day” (“Día del trabajo”); por eso, muchas escuelas en los EE.UU. esperan al día siguientepara comenzar el año escolar. Este año, muchos padres en los EE.UU. se preguntan lo que dirá el Presidente Obama directamente a los estudiantes de su nación ese día (el 8 de septiembre, 2009, a las 12h), en un discurso que será transmitido en directo a las escuelas por televisión a través del sitio web de la Casa Blanca y de C-SPAN desde la escuela secundaria Wakefield en Arlington, Virginia.

Es el primer presidente estadounidense del Partido Demócrata que transmite de esa forma un discurso a los alumnos en las escuelas de toda la nación. En 1991, el Presidente Bush fue el primero de su Partido Republicano en hacerlo.

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29.08.09

¿Cuándo se llega demasiado tarde a Misa?

S. Juan Bautista (s. I) indicó a sus discípulos que Jesucristo era el “Cordero de Dios” y demostró lo que S. Pedro expresó en el Evangelio del XXI Domingo de Tiempo Ordinario: “Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn. 6, 68), al querer que el Señor creciera y su propia predicación disminuyera ante los hombres, y efectivamente murió antes que el Señor, dando testimonio de su fe.

¿Nos creemos también que el Señor tiene “palabras de vida eterna”? ¿Le damos suficiente importancia a la Liturgia de la Palabra de la Misa?

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Hay quienes se preguntan si uno debe llegar a tiempo para oír el Evangelio en una Misa para cumplir el precepto dominical o para poder comulgar, como hace esta persona en la sección de Preguntas y Respuestas de EWTN (pregunta y respuesta traducida del inglés):

Recibiendo la Eucaristía

Pregunta del 2.7.2003:

He hecho esta pregunta a muchos sacerdotes, y siempre he recibido una respuesta diferente. Si uno llega tarde a Misa, ¿no debería esa persona no recibir la Comunión? ¿Y hay un momento en la Misa que es un cierto punto límite después del cual uno no debería de recibir la Comunión? He visto a gente entrar justo antes de la Comunión y comulgar. Me han dicho que uno tiene que llegar a tiempo para oír el Evangelio. También me han dicho que tengo que estar presente para el Rito Penitencial. ¿Cuál es la verdad? Muchas gracias por su tiempo.

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27.08.09

Lágrimas de fuego: consuelo para los que no lloran facilmente

Santa Mónica (332-387) bien podría apreciar las palabras del Señor en el Evangelio del XXI Domingo de Tiempo Ordinario: “nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede” (Jn. 6, 65). Ella no fue bautizada hasta que fue mayor y se pasó años en el matrimonio decidido por sus padres rogando a Dios por la conversión de su esposo Patricio (que llegó a convertirse poco antes de su muerte), además de por su hijo mayor, que llegaría a ser S. Agustín y por cuyas “Confesiones” se conocerían las virtudes de esta santa.

Esta fuerte mujer sabía defenderse bien. Su esposo nunca le pegaba porque cuando daba a conocer su temperamento enfadándose con ella, ésta no decía nada hasta que se calmaba, pero le corregía buscando prudentemente el mejor momento. Cuando su hijo adolescente Agustín empezó a decir herejías en su casa, ella le echó de casa pero no le abandonó, siguiéndole desde África hasta Roma, aunque su hijo le engañó y partió sin ella.

Tuvo el consuelo de oír en sueños que su hijo volvería a ella y además que le dijera el Obispo S. Ambrosio (que bautizaría a S. Agustín): “Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas". Por fin se convirtió S. Agustín en 387.

Hablando con su hijo sobre el cielo le dijo: “¿Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano.” Poco después moriría de una fiebre, pidiéndole a su hijo que no se preocupara de su cuerpo pero que no se olvidara de rezar por ella ante el altar del Señor. Por eso está enterrada en Roma, donde murió, aunque su hijo volvió al continente africano.

Las lágrimas de Sta. Mónica, que lograron conseguir ante el Señor la conversión de S. Agustín, han sido consuelo de muchas mujeres a lo largo de los siglos que también han llorado por la conversión de seres queridos, al igual que una modelo para las que con maternidad espiritual piden por los sacerdotes.

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Pero, también hay quienes desean demostrar al Señor el mismo fervor, pero no sueltan lágrimas con facilidad o momentos en que nos sentimos secos de lágrimas. Sta. Catalina de Siene describe en “El diálogo” 5 clases de lágrimas que le revela el Señor: las de pecadores por pérdidas mundanas, las de arrepentimiento y deseo de servir al Señor, las que se vierten en caridad por el prójimo, las que se unen al deseo de sufrir por el Señor y las que unen con dulzura al Señor. A los que no lloran físicamente con facilidad quizás les consuele estas palabras sobre “lágrimas de fuego” que Sta. Catalina pone en labios del Señor:

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