InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Religiosas

6.09.11

La ausencia de padres en la catequesis

Hace poco, Elizabeth dejó un comentario en el post “Examen de Primera Comunión (para los padres)”, pidiendo ayuda respecto a la ausencia de padres en la catequesis:

“Necesito me orienten, ya que estoy dictando la catequesis familiar de Primera Comunión a un grupo de 14 madres de familia. Este año finalizamos el segundo año de la catequesis y los padres de estos niños no han participado en los temas dados, algunos porque no viven con estas madres y otros viven con ellas pero no dedican tiempo a sus hijos. En el día de hoy el tema era el matrimonio y me di cuenta que a muchas de ellas les incomodó el tema.

“Siento que los niños no están recibiendo la catequesis con sus padres, sólo la madre y en algunos casos hay mucha insatisfacción por parte de las madres, ya que están solas no sólo en esta catequesis sino en todo lo que se refiere a la crianza del niño. Cuando las cuestiono sobre esto, salen en defensa de los padres diciendo que están trabajando, cansados, ocupados, etc. Sinceramente, no sé cómo manejar esta situación, ya que el ideal es que mejore la relación familiar, pero no veo mejoras en estas familias.


Es maravilloso que desee mejorar la vida familiar de los niños en su grupo. Si no lo ha hecho todavía, podría expresar su preocupación al párroco de la parroquia en la cual da catequesis, ya que a él le incumbe el bien espiritual de esos padres. Seguro que ese sacerdote, conociendo a sus feligreses, podrá orientarle y apoyarle espiritualmente.

Siempre es difícil discernir las circunstancias de la ausencia de cada padre, como ya sabe por los diversos motivos expresados por las madres. No hay pecado, por ejemplo, en que algún padre no pueda llevar a su hijo a la catequesis y deje a la madre hacerlo porque él debe trabajar para llevar adelante a su familia. Otra cosa sería que el padre se opusiera a que se formara al hijo en la fe católica y que no se acercara por odio a Dios y a la Iglesia Católica, por ejemplo.

Recordemos que en el Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario [04.09.2011], el Señor nos recomienda gran prudencia y caridad hacia nuestro prójimo: “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos” (Mt. 18, 15). De esa forma, hay mayor posibilidad de que se acepte y aprecie cualquier corrección hecha, que se hace no para quedar uno bien, sino por el bien del prójimo. Además, “a solas entre los dos”, se puede hablar con mayor confianza con otro y ofrecer ayuda de corazón, si de verdad lo necesita.

La Bta. Madre Teresa de Calcuta (cuya fiesta se celebró ayer) trabajó mucho para ayudar a niños pobres, muchos de ellos abandonados o sin hogar, y tuvo esto que decir en su última entrevista [para la revista brasileña misionera “Sem Fronteras”]:

—Quienes la critican aseguran que su único objetivo es convertir a los que no son cristianos…
—Teresa de Calcuta: Nadie puede forzar o imponer la conversión: tiene lugar sólo por la gracia de Dios. La mejor conversión consiste en ayudar a las personas a amarse unas a otras. Nosotros, que somos pecadores, hemos sido creados para ser hijos de Dios y tenemos que ayudarnos mutuamente para estar lo más cerca posible de Él. Todos nosotros hemos sido llamados a amarle.(www.corazones.org)

Pero, no sólo decía la Bta. Madre Teresa de Calcuta que las conversiones de vida ocurren “sólo por la gracia de Dios” y que nos debemos a ayudar a amar, sino también que la familia que reza junta permanece unida. Por lo tanto, aparte de rezar por esas familias, otra forma en la que podría ayudar al grupo de mujeres sería animarlas a rezar juntos en familia, por ejemplo la “Oración por la familia” de la Bta. Madre Teresa de Calcuta [en medio de la página enlazada].

Todo lo que hacemos por amor a Dios puede tener mayor efecto en otros, por gracia divina, de lo que pudiéramos pensar. Espero también que el testimonio de la comentarista Alicia en el post “Manteniendo vivo el hogar cristiano” le recuerde que todo es posible para Dios y que su labor como catequista tiene gran valor. Que el Señor y Su Ssma. Madre continúen acompañándole en todo momento.

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Oración que rezan a diario después de Misa las Misioneras de la Caridad (fundadas por la Bta. Madre Teresa)

Oh, amado Jesús. Ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mí sino solamente a Jesús!

Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesus, vendrá toda de Tí, nada de ella será mía; serás Tú quien resplandezca sobre los demás a través de mí. Brillando sobre quienes me rodean, permíteme alabarte como mas te gusta. Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino a través de mi ejemplo, a través de la fuerza atractiva, de la influencia armoniosa de todo lo que haga, de la inefable plenitud del amor que existe en mi corazón por Ti. Amen.

[Fotos de Wikimedia Commons: manos (Elizabeth Ann Colette), Bta. Madre Teresa (Michal Maňas (User:Snek01), Cristo luz del mundo (Andreas F. Borchert)]


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Qué le recomienda a Elizabeth? ¿Se ha encontrado alguna vez en una situación parecida?

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11.04.10

Cómo sacar provecho espiritual de la susceptibilidad

El Evangelio del Domingo de Divina Misericordia resalta: “Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.” (Jn. 20, 24). Ocho días tardó el Señor en volver a aparecerse a los Apóstoles, en mostrarse a Sto. Tomás. ¡Cómo habría pasado esos días Sto. Tomás!

Pero cuando se apareció el Señor, no sólo les dio a los Apóstoles el poder de perdonar pecados, sino que sanó al mismo Tomás ofreciéndole la oportunidad de creer y de ser el primero en reconocer: “¡Señor mío y Dios mío!”

No por nada eligió este segundo domingo de Pascua para establecer su Fiesta de la Divina Misericordia. Reveló a Sta. Faustina: “Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija Mía. El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia – recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré.” [206 (99)]

Hasta de la susceptibilidad que podría haber sentido Sto. Tomás (al no habérsele aparecido el Señor) puede Dios sacar provecho espiritual para las almas que Le aman. Así lo demuestran unas anécdotas de situaciones humillantes que experimentó Sta. Faustina Kowalska, que le perfeccionaron en confianza en la Divina Misericordia y que podrían ilustrar el camino de Sto. Tomás hacia su gran profesión de fe.

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28.11.09

Sanando brechas generacionales por anuncios de televisión

Un amigo mío no creyente llevaba años diciendo que no quería casarse ni tener hijos porque había tenido malas relaciones con su padre y pensaba que las familias sólo causaban y perpetuaban problemas en el mundo. Pero, hace poco anunció que se iba a casar. A nivel social, la brecha generacional es algo que todos enfrentamos más pronto o más tarde, sean las que sean nuestras creencias religiosas.

El gobierno de Singapur comenzó en 2008 por medio del Ministerio para el Desarrollo Comunitario, Juventud y Deporte una campaña [inglés] en apoyo de la familia y de los hijos. Anteriormente había encargado anuncios por medio de Petronas, la compañía de gas y petróleo que pertenece al gobierno nacional de ese país.

Estos dos emotivos anuncios de televisión (uno de cada iniciativa) muestran lo difícil que puede ser vivir de día a día la brecha generacional, pero también que está a nuestro alcance hacer algo para mostrar amor a los que nos son más prójimos, a los que más nos puede costar amar, antes de que sea demasiado tarde.

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8.11.09

¿Qué tipo de Bucéfalo somos?

Bucéfalo (“Cabeza de buey”), era un caballo indomable hasta que el joven Alejandro Magno se fijó en cómo el animal mostraba su temperamento sobre todo cuando veía su sombra, lo orientó hacia la luz para que no pudiera ver su sombra y lo montó sin problema. Desde entonces, Bucéfalo sólo se dejaba montar por Alejandro.

Espiritualmente, podemos ser como Bucéfalo y experimentar diferentes grados de mansedumbre ante el Señor, que según el Evangelio del XXXII Domingo de Tiempo Ordinario: “observaba a la gente” (Mc. 41) mientras hacían sus ofrendas en el Templo de Jerusalén. Él lee los corazones y sabe el estado en que se encuentran nuestra almas y lo que podemos llegar a ser si nos dejamos llevar por Él como hizo la Bta. Isabel de la Trinidad (1880-1906).

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5.11.09

Funerales chinos: tradición, ataúdes colgantes y cremación

Un sacerdote chino explicó a mi familia para el funeral católico de mi madre (que fue en los EE.UU.) que ciertas tradiciones funerarias chinas eran permisibles siempre que se hicieran con la debida intención. Por ejemplo, tras la Misa fúnebre se repartieron monedas de chocolate a los asistentes, combinando la costumbre de repartir monedas (símbolo de prosperidad continua) y algo dulce (para consolar a los asistentes), no con la superstición de que si no se hiciera traería mala suerte a los asistentes y a la familia, sino como recuerdo de que la muerte no es el punto final de nuestra existencia, ya que Cristo pagó por nosotros con su vida.

En la casa, para recordar el aniversario del fallecimiento, se dejan frutas ante la imagen del difunto y se encienden velas, saludando con tres inclinaciones de la cabeza antes de rezar por el difunto. No se adora al difunto ni se cree que se da de comer a los difuntos para que no se conviertan en fantasmas o traigan mala suerte, como piensan bastantes en China. Las frutas en una familia católica china indican cariño y recuerdo del difunto en la vida de la familia, como un detalle de que no se les olvida.

Las inclinaciones de cabeza se permiten ya que es práctica eomún en China saludar a otros con respeto, especialmente a los que son mayores en edad que uno, con una sola inclinación de la cabeza. Las velas animan la oración por los difuntos, que en familias católicas se hace con oraciones de la Iglesia. Se concluye la oración con tres inclinaciones de cabeza de nuevo, otra muestra de respeto, como una despedida.

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