InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Presbíteros

6.10.09

¿Quién es el autor del "Te Deum"?

No hay ninguna mención en los Evangelios de que el Señor dijera a nadie: “Te amo”, pero no le hacía falta decirlo porque por medio de sus obras dejaba claro que Él era Amor. Así, en el Evangelio del XXVII Domingo de Tiempo Ordinario, a los niños: “los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos” (Mc. 10, 16), demostrando su predilección por ellos.

En el silencio de su estricta observancia de la Regla de S. Benito, los cartujos siguen el ejemplo de su fundador, S. Bruno (1034-1101), correspondiendo al amor de Dios por los sencillos y amando también al prójimo sin necesidad de muchas palabras.

Pero, sí entonan oraciones como el Te Deum laudamus (un himno de alabanza, agradecimiento y petición a Dios que refleja los salmos 113 y 148), como demuestran los monjes de la “Grande Charteuse” que se oyen en este vídeo [traducción del himno al final del post]:

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El Te Deum ha inspirado a compositores como Haendel, Berlioz y Charpentier. Pero, más importante aún, ha sido el último canto de numerosos mártires. Su autor no es ni S. Ambrosio, ni S. Agustín, como se solía pensar, ni S. Hilario, ni S. Abundio, ni S. Sisebuto, otros santos a quienes se les ha sido atribuído el himno, según “Te Deum” en la Enciclopedia Católica (enlace en inglés) ¿Cuál es su origen?

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3.10.09

¿Qué sentido tiene la corrupción del cuerpo si va a resucitar?

Nuestro Señor Jesucristo nos recuerda en el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario que la peor desgracia es acabar yendo: “al infierno, donde el gusano no muere…” (Mc. 9, 48). Pero, muchos piensan que la muerte natural, tras la cual se acaba descomponiendo por completo el cuerpo es lo peor que puede sucederle a alguien.

S. Francisco de Borja (1510-1572), Duque de Gandía, nieto del rey Fernando de Aragón y primo del Emperador Carlos V, fue nombrado por éste virrey de Cataluña, pero años después diría que se consideraba tan gran pecador que pensaba que el único sitio que se merecía era el infierno. Cambió de vida tras la temprana muerte de la emperatriz Isabel de España, cuyo cadáver acompañó a Granada para su sepultura. Tuvo que examinar el cadáver para identificarlo, y al ver la bella emperatriz descompuesta, decidió “no volver a servir a jefes que se mueren”.

En 1546 murió también su esposa y quiso hacerse jesuita, pero esperó hasta 1551 porque S. Ignacio de Loyola le pidió que terminara de educar a sus hijos primero. En 1554 sería nombrado superior de los jesuitas en España y también llegó a ser Superior General de la Orden.

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Quizás se preguntó este noble santo tras ver a sus seres queridos experimentar la muerte: “¿Por qué tiene que corromperse el cuerpo si va a resucitar?”

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30.09.09

Carta a Leta que todos los padres deberían leer

En el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor advierte: “si tu pie te hace caer, córtatelo” (Mc. 9, 45). S. Jerónimo (347-420), gran penitente desde su conversión en 366, hizo caso de ese pasaje, usando sus pies para escapar de ocasiones de pecado.

Bautizado en 366 solía visitar las catacumbas con sus amigos. Solía viajar para ganar conocimiento, pero finalmente viajó para alejarse a la soledad del desierto, viviendo como eremita y dedicando su tiempo a la oración y al estudio tras un sueño en la que unos ángeles le flagelaban y el Señor no le reconocía como cristiano por los libros paganos que leía. Se dedicó desde entonces al estudio de la Sagrada Escritura, encontrando fuertes tentaciones hasta en el desierto.

En 382, volvió a Roma para asistir a un concilio sobre el cisma de Antioquía. El Papa le hizo su secretario, pero dándose cuenta de que allí sus duras correcciones no eran siempre recibidas por otros, S. Jerónimo dejó la ciudad en 385 para irse a la Tierra Santa, donde se estableció en Belén. Allí le escribió Leta, nuera de Sta. Paula y cuñada de Sta. Eustoquia (dirigidas por el santo), pidiéndole consejo sobre cómo formar a su hija, a quien había consagrado al Señor desde que rezaba pidiendo hijos.

La carta de S. Jerónimo en respuesta a Leta [enlace en inglés - citas traducidas en el post] reconoce que: “Habrá una regla para los que viven en el mundo y otra para las vírgenes [como Paula] y los monjes”, pero bastantes consejos son buenos para la educación de todos los niños.

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28.09.09

¿Qué sería un buen regalo para un sacerdote?

Antes que nada y sobre todo, uno debería rezar por los sacerdotes y apoyarles en su ministerio todo lo posible. Pero, aparte de eso, puede haber ocasiones en que uno desee regalarle algo a un sacerdote como muestra de agradecimiento, especialmente a lo largo de este Año Sacerdotal. Además de algún regalo espiritual como tarjetas expresando el regalo espiritual de oraciones y de Misas encargadas por las intenciones del sacerdote, por ejemplo, ¿qué sería un buen regalo para un sacerdote?

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27.09.09

"Escándalos" que no lo son

En el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor tiene palabras muy fuertes para: “El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen” (Mc. 9, 42). El que era “piedra de tropiezo y roca de escándalo” (1 Ped. 2, 8) para los no creyentes no se refería a todo escándalo, sino que condena el que hace daño espiritual a los que sí creen, a nuestros hermanos en Cristo. Así llegaría a decir S. Pablo:

“Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece, o se escandalice, o flaquee. La convicción que tú tienes, guárdala para ti y para Dios. Dichoso el que a sí mismo no tenga que reprocharse lo que siente.” (Rom. 14, 21-22)

Por eso, en una cita compartida por el lector Luis en “‘Hay rumores de que no sé quién es no sé que’”, señala S. Gregorio Magno: “Cuando alguien se escandaliza de la verdad, mejor es consentir el escándalo que ocultar la verdad”. Siempre habrá personas que considerarán un escándalo el bien hecho por otros como hacían los fariseos con el Señor.

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