InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: .... 4) S. Juan

24.08.09

23.08.09

No son todo flores en este mundo

“Si queremos guardar la más bella de todas las virtudes, que es la castidad, hemos de saber que ella es una rosa que solamente florece entre espinas; y, por consiguiente, sólo la hallaremos, como todas las demás virtudes, en una persona mortificada.” (S. Juan Vianney, Sermón sobre la penitencia).

Una “Rosa” muy conocida por sus extremas mortificaciones fueSta. Rosa de Lima (1586-1617), cuyo nombre de pila era “Isabel”, pero por su gran hermosura física le llamaban “Rosa”. A pesar de su belleza [ver retrato], ella vivió tomando muy en serio las palabras del Señor en el Evangelio del XX Domingo de Tiempo Ordinario: “La carne no sirve de nada” (Jn. 6, 63). Comprendió muy bien lo que dijo S. Pablo: “Si viviereis según la carne, moriréis; mas si con el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.” (Rm 8,13).

Revela esta santa peruviana que el Señor le dijo:

«Que todos sepan que la tribulación va seguida de la gracia; que todos se convenzan que sin el peso de la aflicción no se puede llegar a la cima de la gracia; que todos comprendan que la medida de los carismas aumenta en proporción con el incremento de las fatigas. Guárdense los hombres de pecar y de equivocarse: ésta es la única escala del paraíso, y sin la cruz no se encuentra el camino de subir al cielo».

¿Cómo hizo tan atractiva la penitencia esta santa, la primera en ser proclamada patrona del Perú(1669), del Nuevo Mundo y de Filipinas (1670) antes de su canonización (1671)? En menos de 50 años fue declarada santa para la Iglesia Universal, a pesar de haber vivido muchos años en una pequeña ermita que se puede ver en este vídeo de la casa de sus padres:

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22.08.09

7 razones para confiar en la intercesión de la Santísima Virgen María

En el Evangelio del XX Domingo de Tiempo Ordinario una multitud dudó del Señor al preguntar: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (Jn. 6, 52)

Si hay quienes dudan de lo que puede hacer el Hijo de Dios, más desconfiarían de la intercesión de Su Madre, la Ssma. Virgen María, Reina de toda la Creación, título que no es dogma de fe pero con la cual honra la Iglesia Católica a la Madre de Dios.

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¿Por qué confiar en la intercesión de la Santísima Virgen María?

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21.08.09

Gravedad de los errores modernistas

En el Evangelio del XX Domingo de Tiempo Ordinario dijo Jesús claramente: “si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn. 6, 53).

En vista de eso, no sorprende que el Papa S. Pio X (1835-1914) declarara al permitir la Primera Comunión desde la edad de razón: “la inocencia de los primeros años, apartada de abrazarse con Cristo, se veía privada de todo jugo de vida interior” ( “Quam Singulari”, 5), como ya se comentó en “La edad de la Primera Comunión: ¿Por qué tanta prisa?”. También permitió este santo de humildes orígenes que se recibiera la Comunión con más frecuencia.

El Señor decía las cosas como las veía sin miramientos humanos, sin cambiar su mensaje porque no agradara a algunos o aunque muchos dejaran de seguirle por no querer aceptar lo que decía. Siguiendo el ejemplo del Señor, el Papa S. Pio X denunció el 8 de septiembre de 1907, en su “Carta Encíclica ‘Pascendi’ sobre las doctrinas de los modernistas” los ataques de los modernistas eclesiales con palabras que no son precisamente políticamente correctos, como muestra su comienzo:

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20.08.09

"Diles que les amo"

En una escuela católica donde daba catequesis me llamó la atención una pequeña placa junto a la oficina de la directora: “‘Tell them that I love them’ – Jesus” (“ ‘Diles que les amo’ – Jesús”), que no es una cita bíblica. Vi una placa con la misma inscripción en la sala de urgencia de un hospital católico. En ninguno de esos lugares me dijo nadie que Jesús me ama, pero en silencio esa frase grita grandes verdades.

Recuerda el gran Amor que Dios nos tiene, pero también lo poco que correspondemos los hombres a ese Infinito Amor porque si le amáramos de verdad, no necesitaríamos que nadie nos lo recordara y si ardiéramos de amor de Dios, ya se notaría en todo lo que hacemos.

S. Bernardo de Claraval (1090-1153) estaba tan enamorado de Dios que no sólo insistió en seguir su vocación a un monasterio a pesar de la oposición de su familia, sino que se llevó consigo a más de treinta hombres, entre ellos algunos parientes, y en su vida atrajo a cientos más a la vida cisterciense. ¿Cómo les comunicó con tanto éxito que Dios les ama?

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