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21.01.11

Los efectos de Tetris en el cerebro

Tetris es un juego que ha cautivado la atención de millones de jugadores por todo el mundo desde que Alexey Pajitnov lo inventó en 1984. Las piezas del juego van cayendo automáticamente cada vez más deprisa y si uno no consigue colocar alguna pieza bien, eso afecta la facilidad de poder colocar las siguientes piezas, que acaban amontonándose rápidamente.

Uno podría pensar que jugar ese juego sería algo abrumador, pero curiosamente es un juego muy adictivo.

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24.11.10

¿Cuánto deseamos el martirio?

Entre S. Andrés Dung-Lac y 116 Compañeros Mártires de Vietnam, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia, se encuentran laicos, religiosos, y sacerdotes. Uno de ellos es S. Jean-Louis Bonnard (1824-1852), un misionero francés que no brillaba precisamente por sus cualidades intelectuales, pero sí en su amor de Dios y en su generosidad sirviéndole al Señor.

Le describe así un compañero de su infancia: “Piadoso, alegre, de carácter tranquilo, apacible, nunca se enfadaba; de talento mediocre, incluso quizás menos que mediocre”. Como S. Juan Vianney, este santo tuvo mucha dificultad aprendiendo el latín y también con el resto de sus estudios, por lo cual le reprendían sus profesores. Pero eso no detuvo su vocación temprana al sacerdocio, ni sus grandes deseos de ofrecer su vida en testimonio de su fe, de ser mártir.

Su vida y escritos nos podría hacer pensar: “¿Cuánto deseamos nosotros ser mártires? ¿Cuánto nos ponemos a disposición del Señor en todo lo que hacemos?

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22.11.10

¿Por qué no consideramos mágicas las reliquias de los santos?

El Evangelio de la Solemnidad de Cristo Rey [21.11.2010] nos muestra a un malhechor crucificado con el Señor que le decía: “Sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lc. 23, 39). Precisamente en ese momento estaba el Señor padeciendo por él y por el resto de la humanidad, pero ese malhechor no se dio cuenta al burlarse de Él, aunque seguro que en el fondo le hubiese gustado mucho que Jesucristo le hubiera salvado de la muerte física.

Quizá se pensó: “¿No es ese Hombre coronado de espinas y clavado sobre una cruz el mismo que curó a una mujer con hemorragia que apenas había tocado Su manto? ¿Es que ya no tiene poderes mágicos?” Y como muchos que han buscado de Dios a lo largo de los siglos soluciones instantáneas a los problemas de este mundo, se podría haber perdido de vista el Cielo que Jesucristo, verdadero Dios, nos ofrece.

Como en los tiempos del Señor, es normal que deseemos soluciones milagrosas en momentos difíciles, y que recemos ante reliquias de santos para pedirles su intercesión ante el Señor. Si Dios ha concedido milagros por medio del manto de Elías (II Reyes 2, 9-14), los huesos de Eliseo (II Reyes 13, 21) y los pañuelos usados por S. Pablo (Hechos 19, 11-12), ¿por qué no esperar gracias de los huesos de mártires, por ejemplo, como si fueran varitas mágicas?

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23.09.10

Supersticiones japonesas

El lector Bernardo, que vive en Japón, comparte cómo algunas supersticiones relacionadas con números afectan la vida de los japoneses:

“[Una mujer,] habiendo recibido el alta médica estuvo 5 días más en el hospital esperando una fecha propicia (de buena suerte) para salir. Parece que esto es normal aquí, tanto es así que el mismo médico le dio el alta diciéndole que a partir de ese momento podía elegir día para salir. [Ella consultó] un calendario budista y debajo de cada fecha indica si es un dia propicio o no y según para qué.

“Ahora estoy trabajando en una empresa en la que no existen varios números en las taquillas y en las consignas de los clientesporque se cree que dan mala suerte.

“Otro ejemplo de lo mismo es que a la hora de buscar un nombre para el bebé hay que tener muy en cuenta el número de trazos del kanji que se elige para que sumados al número de trazos del apellido den como resultado un buen número total. Hay personas que creen que no les va bien en la vida porque les eligieron mal el nombre. Un auténtico atraso.”

“Estas supersticiones relacionadas con números son aquí una constante. […] Parece que para las niñas [que cumplen 12 años] ese número no es bueno y hay que hacer una ceremonia para que no tengan mala suerte. Todo esto me hace pensar en la suerte que tenemos los católicos de que por Jesucristo podemos conocer la Verdad y sentirnos libres de estas cosas.

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Esas prácticas supersticiosas ofrecen una falsa seguridad porque atan con un temor del futuro las manos de los que confían en ellas. En el Evangelio del XXV domingo de tiempo ordinario, el Señor comenta cómo un hombre rico admira: “la astucia con la que había procedido” (Lc. 16, 8) su administrador infiel. Pero, éste obra por temor a un futuro incierto. Sabe ser astuto como una serpiernte, pero no manso como una paloma, como recomienda el Señor (cf. Mt. 10, 16).

Más astuto es S. Pio de Pietrelcina (1887-1968) cuando dice: “La oración es el mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios”. Además, también fue manso a lo largo de su vida tanto a los embistes del demonio que sufrió desde su infancia hasta a las intrigas de sus enemigos, que le ocasionaron muchas dificultades.

Ante todo eso, no cambiaba su estrategia: “Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz.” Encontró fuerza y ánimo no en números inútiles sino en Dios Todopoderoso. Calculó su gran necesidad ante el amor de Dios y se abandonó a Su cuidado. Decía el santo en sus pruebas: “Siento cada vez más la imperiosa necesidad de entregarme con más confianza a la misericordia divina y de poner sólo en Dios toda mi esperanza.”

No sorprende, pues, que este santo sacerdote franciscano recomiende: “No te canses en cosas que producen inquietud, perturbaciones y afanes. Sólo una cosa es necesaria: elevar el espíritu y amar a Dios.” En concreto, aconseja: “Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración…”

La verdadera seguridad se encuentra haciendo la voluntad del Señor, que nos ama como sólo Él puede. Como dice S. Pio de Pietrelcina: “Comencemos hoy, hermanos, a hacer el bien, que hasta ahora no hemos hecho nada.” No nos hacen falta supersticiones que nos distraigan y hagan perder el tiempo. Peor aún, hasta nos pueden apartar de Dios al pecar contra el Primer Mandamiento de Dios. Sería mejor hacer caso de S. Pio de Pietrelcina cuando nos recuerda:

“El corazón de nuestro divino Maestro no conoce más que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallarán antes que la protección de vuestro Salvador.


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Conoce supersticiones parecidas? ¿Ha superado alguna vez alguna superstición? ¿Cómo lo hizo?

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19.08.10

¿Cómo saber si alguien está inspirado por el Espíritu de Dios?

S. Juan Eudes (1625-1680), que comenzó y propagó el culto litúrgico al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, nos dice que el Inmaculado Corazón de María:

es la verdadera arpa del verdadero David, Nuestro Señor Jesucristo. Porque es él quien la ha hecho con su propia mano y él solo quien la posee. Jamás fué tocada por otros dedos que los suyos, porque ese corazón virginal nunca tuvo otros sentimientos, otros afectos, otros movimientos que los que en él puso el Espíritu Santo. Y esa arpa levanta hasta los oídos del Padre tan maravillosa armonía, que, hechizado al oírla, olvida todas las cóleras que tenía contra los pecadores.”

Tan llena está esa armonía del Espíritu Santo que en cuanto oyó Sta. Isabel el saludo de la Ssma. Virgen María, segúnel Evangelio de la Solemnidad de la Asunción de María: “se llenó Isabel del Espíritu Santo” (Lc. 1, 41) también.
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¿Cómo saber si alguien está inspirado por el Espíritu de Dios o por un espíritu contrario a Dios (sea demonio, mundo o carne)?

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