El clamor de un condenado a muerte
Del Vatican Insider
“Si habré rezado por ese cordobecito”. Pocas palabras llenas de misericordia las que dedicó hoy el Papa a Lidia Guerrero. Francisco se refería al hijo de esa señora, Víctor Saldaño, condenado a muerte en Estados Unidos y preso –sin ejecución- desde 1996. La madre llegó hasta la Plaza de San Pedro para pedir una intermediación del pontífice que subsane una historia de injusticia y errores legales.
No obstante la lluvia Jorge Mario Bergoglio saludó a Lidia, al finalizar la audiencia general de los miércoles en la cual participaron más de 13 mil personas. Con ella asistieron al encuentro los abogados Juan Carlos Vega y Esteban Llamosas, acompañados por Andrea Poretti de la Comunidad de San Egidio, movimiento empeñado a nivel internacional en la lucha contra la pena capital.
“Como madre pedí la intercesión de él ante el gobierno de Estados Unidos solicitando la clemencia, que le perdonen la pena de muerte (a Víctor). Lo hice verbalmente y lo haré por escrito. Admiro la humildad, la sencillez con la cual él se comunica con todos. El Papa asintió con la cabeza y me dijo: ‘¡si habré rezado por ese cordobecito!’. Se interesó mucho con el tema de la pena de muerte”, contó Guerrero al Vatican Insider.
De hecho cuando el líder católico supo que detrás de este reclamo estaba San Egidio exclamó: “Sigan adelante con este trabajo”.