InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Biblia

12.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -3B

(Véanse en este blog los dos capítulos anteriores y la primera parte del Capítulo 3).

DE CHARDIN, HÉROE Y MÁRTIR

No pretendo demorarme en Teilhard de Chardin. Se ha escrito más que suficiente sobre él, y quiero evitar dar una imagen desequilibrada de su lugar dentro del modernismo. Su fama ha dado a mucha gente la impresión de que él y el modernismo son más o menos sinónimos —que sin él el modernismo no habría sobrevivido—, lo que ciertamente no es así. Por devastadoras que hayan sido sus ideas, ellas sólo representan una vertiente —la vertiente evolutiva— del modernismo.

Esta vertiente puede ser considerada la más importante, pero el modernismo en su totalidad, como hemos visto, es algo mucho mayor: el intento de sustituir la fe católica, no sólo por la selección natural y el surgimiento [espontáneo: Nota del Traductor] del hombre a partir del simio, sino por todo un espectro de teorías inaceptables.

Sin embargo, al escribir un esbozo histórico del modernismo y de su desarrollo, no puedo dejarlo afuera por completo. Me limitaré, por lo tanto, a lo que me parecen algunos puntos destacados sobre él como persona, sin entrar en un análisis de sus ideas.

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9.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -2D

(Véanse en este blog las secciones anteriores: 1A, 1B, 1C, 1D, 2A, 2B y 2C).

EROSIONANDO EL SEMILLERO DE LA FE

La alta crítica fue en esencia simplemente un método nuevo y más riguroso de probar la confiabilidad de los documentos en los que se basa nuestro conocimiento del pasado y de reevaluar su valor (del tipo que ya se estaba aplicando a la Biblia). No había nada de malo en sí misma en esta reevaluación, como se aplicaba a la historia secular. Pero el movimiento en su conjunto tenía dos características objetables. Los documentos eran examinados de acuerdo con ciertas reglas; y se daba la impresión de que si estas reglas se aplicaban correctamente los resultados serían firmes e inmutables; los historiadores querían el grado de certeza disponible en las ciencias exactas, para las cuales este mayor nivel de precisión es posible sólo porque se ocupan de la esfera inferior de la materia. Pero las reglas de los expertos de la alta crítica no tenían el valor ni la certeza que les atribuían, como otros historiadores de la época, igualmente distinguidos, señalaron, y muchas evidencias valiosas sobre el pasado fueron impugnadas o descartadas como poco confiables cuando no lo eran.

La segunda característica objetable fue la extraordinaria arrogancia y seguridad en sí mismos de los practicantes de la alta crítica.

Sus principios fueron absorbidos por la mayoría de los historiadores católicos, quienes rápidamente adoptaron una actitud acríticamente iconoclasta hacia los documentos y reliquias de la Iglesia antigua, y comenzaron a exigir una completa libertad de la supervisión eclesiástica en la profesión de sus estudios. (Los católicos no pueden disfrutar de este tipo de independencia en ninguna de las denominadas ciencias humanas, más de lo que la pueden disfrutar acerca de la fe, porque ellas se ocupan de la naturaleza espiritual y las actividades espirituales de los hombres, que también son competencia de la Iglesia). Por medio de los practicantes de la alta crítica, ellos parecen haber sido influenciados también por una visión protestante de la historia de la Iglesia: que la verdadera naturaleza de la Iglesia se ha perdido, pero puede ser redescubierta o reconstruida mediante el estudio de los “documentos sobrevivientes", aunque cada vez menos de éstos eran encontrados satisfactorios; o bien por el historicismo, la idea de que la naturaleza y las creencias de la Iglesia son el producto de circunstancias históricas y cambian a medida que éstas cambian.

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6.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -2B

(Véanse en este blog las secciones anteriores: 1A, 1B, 1C, 1D y 2A).

EL MAZO DE LA CRÍTICA

En su forma más extrema, la aplicación del método crítico fue como la aplicación de un mazo sobre un pavimento de mármol. El texto bíblico fue partido en pedazos. Estos fragmentos de diferentes orígenes, se sostuvo entonces, habían sido ensamblados para diferentes propósitos (a menudo deshonestos), no en los tiempos previamente supuestos sino mucho más tarde, dándoles títulos y autores espurios e incorporándolos en escritos propios, por grupos anónimos de editores o individuos que fueron los autores reales de los libros tal como los tenemos ahora. Los fragmentos mismos habían sido escritos quién sabe cuándo, por quién sabe quién, pero mucho después de los eventos que se suponía que debían registrar. Para empezar, se admitió que los fragmentos podrían haberse basado en documentos anteriores ahora perdidos. Pero pronto prevaleció la opinión mucho más común de que las tradiciones preservadas en ellos habían sido transmitidas oralmente durante siglos, y que estos recuerdos transmitidos oralmente habían sido constantemente agregados y alterados a lo largo del camino para adaptarlos a las circunstancias y creencias del momento.

Inevitablemente, no sólo los críticos llegaron pronto a la conclusión de que la Biblia debía de ser en gran parte una obra de ficción, sino también muchas otras personas. Entre otras cosas, la mente humana acepta fácilmente (con o sin razón) la idea de que cuanto más tiempo transcurre entre un evento y el momento en que es puesto por escrito, es menos probable que se registre con precisión.

(Tal como fue practicado por la mayoría de los críticos, este modo de tratar a la Sagrada Escritura tenía, y todavía tiene, aspectos de un frívolo juego de salón académico. Las teorías y opiniones se recogieron y dejaron caer como pelotas de tenis y cambiaron de década en década. El método también se aplicaba a la literatura secular. Homero fue desarmado en esta época y la autoría de sus epopeyas se dispersó entre una multitud de poetas anónimos que cubrían varios siglos. Hoy las piezas están siendo re-ensambladas, y autoridades como el profesor Lesky de Viena se inclinan por un solo Homero. Las obras de Shakespeare y La Divina Comedia indudablemente habrían sido desmembradas de la misma manera, si se hubiera sabido menos de sus autores).

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5.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -2A

Capítulo II - Las raíces de la incredulidad modernista

¿Qué creían exactamente los modernistas, o qué llegaron gradualmente a creer, así como a dejar de creer? (Porque dependiendo de cuál de sus dos caras se mire, el modernismo puede aparecer como un sistema de negaciones o como un sistema de afirmaciones nuevas que reemplazan esas negaciones). ¿Qué decían realmente y cómo llegaron a estas nuevas creencias?

Creo que si observamos el orden en el que sus ideas se desarrollaron y las fuentes de las que se extrajeron —incluso si esto significa cubrir algo de terreno familiar— tal vez obtengamos una mejor imagen general de lo que sucedió entonces y está sucediendo ahora, y cómo funciona la transformación intelectual del católico y cristiano en el hombre cuasi cristiano de la Ilustración (o, como deberíamos llamarlo ahora, el humanista secular o el creyente en la religión del progreso). Aunque hubo desacuerdos entre modernistas individuales sobre algunas de estas ideas, y aunque ellos fueron influenciados por ellas en diferentes grados, todos coincidieron en principios básicos.

El darwinismo y la crítica bíblica combinados obviamente causaron la mayor parte del daño. Ambos tienen el poder de enamorar súbitamente a los hombres porque se ocupan de un tema vasto y se abren camino en la mente más por sugestión que por demostraciones o pruebas claras. Cuáles, si existen, trazas de oro contienen en sus montañas de escoria es algo que la Iglesia finalmente nos dirá —al menos en la medida en que se relacionan con la Revelación. Aquí me ocupo sólo de la escoria y eso se aplica [también] a todas las otras ramas de estudio a las que me referiré.

Aunque la crítica bíblica había estado en uso mucho más tiempo que el darwinismo, creo que deberíamos poner al darwinismo primero, porque su impacto fue mucho más repentino y violento. La publicación de El origen de las especies (1859) marcó una gran división de una manera que la publicación de, digamos, la Leben Jesu [Vida de Jesús] de Strauss (1835) o la Vie de Jesus [Vida de Jesús] de Renan (1863) no lo hizo.

LAS TRES HIPÓTESIS DE LA CRÍTICA BÍBLICA

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25.11.21

Un año más de apostolado en Internet

Biblioteca

Faltando poco más de un mes para terminar el año, me pareció oportuno ofrecer una especie de balance del trabajo realizado durante 2021. Ante todo debo decir que este año publiqué ocho libros, siete míos y uno de otro autor.

En abril de 2021 la Editorial Vita Brevis (de Bruno M., bloguero de InfoCatólica) publicó Soy amado, luego existo: Darwinismo, diseño inteligente y fe cristiana, con 39 capítulos y 281 páginas. Este libro es esencialmente una edición corregida y completada de mi libro Soy amado, luego existo: Reflexiones sobre el darwinismo, el diseño inteligente y la fe cristiana, auto-publicado en Lulu en 2012, con 10 capítulos y 166 páginas. En mi humilde opinión, la nueva edición de Soy amado, luego existo es el más logrado y sistemático de mis libros.

Entre julio y octubre de 2021 auto-publiqué en Kindle Direct Publishing (KDP, de Amazon) seis volúmenes de una serie que denominé Aportes para una contracultura cristiana:

Explicaré el origen de esta serie. En 2019-2020 había publicado dos ediciones de mi libro Por el contrario…: Aportes para una contraculturacristiana. La columna vertebral de esa obra fueron los artículos que publiqué desde 2017 en el diario El Observador de Montevideo. La primera edición (de 2019) tuvo 6 partes, 54 capítulos y 181 páginas, mientras que la segunda edición (de 2020) tuvo las mismas 6 partes, 81 capítulos y 249 páginas. En 2021, en vez de hacer una tercera edición aún mayor, decidí dividir esta obra en varios libros más pequeños, que compondrían una serie.

  • Los 7 capítulos de la Parte II de Por el contrario… fueron la base del Volumen 1 de la serie.
  • Los 31 capítulos de las Partes III y V de Por el contrario… fueron la base del Volumen 5 de la serie.
  • Los 16 capítulos de la Parte VI de Por el contrario… fueron la base del Volumen 6 de la serie.

Los otros tres volúmenes de la serie tuvieron orígenes diferentes.

  • 7 de los 25 capítulos de mi libro Vosotros sois la sal de la tierra: El choque entre la civilización cristiana y la cultura de la muerte (Lulu, 2011) fueron la base del Volumen 2 de la serie.
  • El volumen 3 de la serie es la tercera edición (aumentada) de un libro que auto-publiqué en KDP en 2016.
  • El volumen 4 de la serie es una recopilación de mis escritos sobre el Concilio Vaticano II y la crisis postconciliar de la Iglesia Católica.

El último libro que publiqué en 2021 es sin duda el más importante. Se trata de mi traducción al español de un libro muy valioso pero poco conocido: Dennis Barton, La tradición clementina de los Evangelios. Este libro electrónico (en PDF) tiene 21 capítulos y 57 páginas, y se puede descargar gratuitamente.

Por otra parte, durante 2021 publiqué hasta hoy:

  • 26 artículos en El Observador (reunidos en esta página).
  • 45 números de mi boletín electrónico semanal gratuito Pensamientos, cuyo N° 1 salió en enero de este año.
  • 78 posts en este blog de InfoCatólica, en su mayor parte referidos a números de Pensamientos, a capítulos de la obra de Dennis Barton o a anuncios sobre mis libros. No obstante, unos pocos posts fueron artículos nuevos.
  • 23 posts en el blog de mi sitio web personal (véase aquí), en su gran mayoría ya publicados en otros sitios.
  • 64 mensajes (gabs) en la red social cristiana Gab, a la que me uní en enero de 2021 (véase aquí).
  • La nueva sección Descargas gratuitas de mi sitio web personal, desde donde se puede descargar gratis 16 libros editados por mí (seis míos y diez de otros autores). De un modo comprensible, esta sección se convirtió rápidamente en la más visitada del sitio. La gran mayoría de estos libros estaban disponibles en Lulu.

Doy gracias a Dios por el trabajo que pude realizar a lo largo de este año y le pido que, por su gracia y no por mis escasos méritos, ese trabajo dé buenos frutos.

Daniel Iglesias Grèzes