Oficia Zerolo
Leo en las noticias que un niño, ya crecidito por otra parte, pues tiene tres años y cuatro meses, ha recibido, en Madrid, una “bienvenida laica” oficiada por el concejal Pedro Zerolo. El oficiante ha leído los “Derechos del Niño” y lo ha declarado, a la criatura, “ciudadano de Madrid”, que no es como ser ciudadano del cielo, pero, para el imaginario laico, debe ser de lo más parecido. Ha echado en falta Zerolo un “libro de la vida”, donde dejar constancia del evento; en el que no faltaron los cantos, los poemas y los padrinos.
Si Zerolo lee a Comte, empresa que no sé si ha llevado a cabo el famoso concejal, puede encontrar muchas sugerencias útiles en el “Sistema de política positiva”. Como Comte, también los políticos laicos – o laicistas – quieren regenerar la sociedad. Y para este fin reformador nada resulta más apto que idear una nueva religión, en la que el amor a Dios se sustituya por el amor a la humanidad, o a la democracia, o a la ciudadanía – por dioses y santos que no quede - .
Para Comte, la nueva religión debería ser una copia exacta del Catolicismo, aunque eso sí, sin los fundamentos católicos. Amor a la humanidad, sí; dogma católico, no. Pero la dogmática no desaparece sino que se transmuta en una nueva dogmática, cuyo catecismo puede ser, perfectamente, un manual progresista de Educación para la Ciudadanía.