Las Humanidades

Hace ya unos años, muchos, publiqué – en “El País” – , como carta al director, un texto titulado: “Las humanidades o los saberes inútiles”.

Es una pena que la enseñanza del Latín, o del Griego, ya no cuente como formación. Parece ser que se valora más que se les enseñe a los alumnos la Robótica.

Yo creo que no se debe humillar a los futuros trabajadores. Los futuros trabajadores – los estudiantes de hoy – son, ante todo, personas. Y las personas humanas no solo necesitan saber hacer cosas; necesitan, también, poder expresarse con corrección. Y necesitan, ya que son seres racionales, saber pensar.

Formar a los alumnos no es equivalente a diseñar robots. Será muy útil diseñar robots; pero no es, a largo plazo, si solo se trata de eso, sensato concentrase en ese único objetivo.

La matriz de la enseñanza universitaria en Europa ha sido la Iglesia. Y, en el programa académico, estaban las Humanidades, la Filosofía y la Teología.

¿Es poco práctico observar ese programa? Quizá. ¿Es poco humano olvidarlo?  Sin duda. Es de lástima que se haga del hombre una máquina. La prehistoria de este sinsentido está en la artificial diferenciación – o separación – entre “Ciencias” y “Letras”.

Es imposible olvidar que el latín, en plena revolución científica, era el lenguaje común. Galileo tituló su obra fundamental: “De revolutionibus orbium coelestium”. Y las especialidades científicas eran, hasta casi nada, el siglo XIX, apartados de la Filosofía.

La realidad es una. La ciencia, como conocimiento de lo real, es una. Parcializarlo todo tienes sus ventajas; obliga a la especialización. Pero un conocimiento muy exacto, y muy parcial, puede perder de vista el conjunto.

Hay saberes que no son “útiles”, en primera instancia. Son más bien “inútiles”. Parecen que no sirven para nada, pero, en realidad, sirven para lo principal. Por ejemplo, la Filosofía y la Teología.

Y, por supuesto, las Humanidades. Sí, el Latín y el Griego. También.

¿Se trata de engrasar máquinas o de formar a personas? La educación debería aspirar, eso creo, a formar personas. Que, si son tales, sabrán también controlar las máquinas.

Mi voto completo a favor de la presencia de las Humanidades en la formación de los alumnos. Ha sido, ya, un error separar “Ciencias” y “Letras”. Un error más grave es optar ni por una cosa ni por la otra.

Solo por el hombre “robot”. Será muy moderno, pero no me apunto.

 

 

Guillermo Juan Morado.

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