La compasión y la confianza

XIX Domingo del TO (B)

La Carta a los Hebreos nos presenta a Cristo, sumo Sacerdote, mediador entre Dios y los hombres, intercediendo ante el Padre por nosotros: “tenemos un sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios” (Hebreos 4, 14). Su compasión fundamenta nuestra confianza: “No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse en nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado” (4, 15). Esta identificación de Cristo, hombre para siempre - pues su humanidad ha entrado irreversiblemente en la gloria divina - con la condición humana nos permite mantener “la confesión de la fe” y “acercarnos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente” (14, 16).


Ninguna prueba o dificultad nuestra deja insensible el Corazón de Cristo. Ni siquiera la “prueba de fuego”, comprometida y decisiva, de mantener la confesión de fe en una época en la que la fe es asediada por la duda, por el desprecio, por la mofa; estremecida por el panorama oscuro de la presencia del mal, de la falta de respeto a la vida humana, del sufrimiento de tantos, de las injusticias que no acaban; tentada por el peso de nuestro propio pecado, del egoísmo; importunada por el deseo de pactar con la comodidad, con la “adaptación al medio”, pensando y viviendo “como viven los demás”; en definitiva, rehuyendo el servicio y el sacrificio; desertando del amor de Dios.

Este Sumo Sacerdote “probado en todo” es el Siervo de Yahvé, que en la majestad de su gloria sigue portando las llagas del sufrimiento. El Rey celestial, sentado corporalmente a la derecha del Padre, es aquel Crucificado que entregó su vida como expiación, para justificar a muchos, cargando con sus crímenes (cf Isaías 53, 10-11). Él puede comprendernos, hacerse cargo de nuestras debilidades, pues las ha tomado todas sobre sí. Él nos conoce “desde dentro” de nuestra condición de hombres, “desde dentro” de nuestra fragilidad y limitación, y nada nuestro le resulta extraño. En este Sumo Sacerdote “probado en todo”, la compasión no es un lejano atributo de la divinidad, sino una experiencia próxima que hace suya, asumiéndola como propia, el Dios hecho hombre, Jesucristo nuestro Señor, el Siervo glorificado.

Por eso, “acerquémonos con seguridad al trono de la gracia”. Con la seguridad y la certeza de los que creen y confían en quien no ha defraudado en su Cruz y no defrauda en su gloria.

Acudamos al trono de la gracia, comprometiéndonos, basados en la esperanza que emana de ese trono, en el servicio y en el sacrificio de la entrega de la propia vida: “el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos” (cf Marcos 10, 35-45).

Muchos cristianos han comprendido perfectamente cuál es la primacía que cuenta en el Reino de Cristo. Son aquellos que, fortalecidos por su gracia, no han tenido a menos hacerse siervos y esclavos; no han retrocedido ni en la confianza ni en la compasión. Entre ellos, miles de misioneros, para quienes las palabras del Señor: “¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?”, han encontrado ya la respuesta convincente del martirio.

La caridad de Cristo, del Sumo Sacerdote “probado en todo”, sigue costando la vida. Pero sigue también humanizando el mundo; irrigando el desierto con el agua nueva que brota del trono de la gracia.

Guillermo Juan Morado.

26 comentarios

  
Luis Fernando
Está usted "sembrao" últimamente.
17/10/09 3:39 PM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias, LF, por leer lo que he escrito.
17/10/09 3:46 PM
  
Justiniano
Me ha conmovido su artículo padre Guillermo, una pequeña joya para leer y releer. Esto es lo que esperamos escuchar los fieles de nuestros pastores.

Muchas gracias por su labor en este excelente blog.

Cordiales saludos, Dios le bendiga.
17/10/09 4:30 PM
  
Yolanda
Ninguna prueba o dificultad nuestra deja insensible el Corazón de Cristo. Ni siquiera la “prueba de fuego”, comprometida y decisiva, de mantener la confesión de fe en una época en la que la fe es asediada por la duda, por el desprecio (...)Él nos conoce “desde dentro” de nuestra condición de hombres, “desde dentro” de nuestra fragilidad y limitación, y nada nuestro le resulta extraño.
_____________

Me uno a la apreciación de LF. Traduzco el castizo "sembrao" por la percepción de que anda usted persegudio por el ES, y Éste fácilmente le alcanza, o se hacen encontradizos mutuamente.

Ese párrafo que transcribo arriba me acaba de hacer temblar. Anoto día y hora.
17/10/09 5:06 PM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias a Justiniano y a Yolanda.
No es frecuente que se diga nunca nada bueno de la predicación de un sacerdote. Estamos habituados justo a lo contrario: o se callan o si hablan será para decir que ha sido un rollo. Es la tónica general.
17/10/09 6:29 PM
  
Martha
'Está usted "sembrao" últimamente.' De acuerdo estoy con Luis Fernando, subrayando lo de "últimamente".
Me veo obligada a retirar lo que dije en mi último post pues de acuerdo ahora estoy también con Justiniano en que "Esto es lo que esperamos escuchar los fieles de nuestros pastores."
No pare padre, muchos de nosotros sin tanta súper sabiduría y eduricción como abunda en éste su blog, lo necesitamos.
17/10/09 6:44 PM
  
Yolanda
Por Dios, don Guillermo. De su predicación se podrá, si se no se quiere decir nada, pues no ecir nada. Pero aburridas, o insustaciales... Precisamente sus homilías sobre las Lecturas tienen la virtud de afilar bien afilados ambos filos de esa espada que es la palabra.

Indiferente no puede quedar nadie.
17/10/09 6:47 PM
  
luis
Es una buena lectio divina, que es lo que tendría que ser la predicación: reconectar la palabra de Dios con nuestra condición, actualizar el Verbo en nuestra vida y en nuestra carne, como en la eucaristía se actualiza el sacrificio. Predicar la Palabra, no a nosotros mismos o nuestras opiniones. Tiene cierto espíritu dominico del bueno, Pater.
17/10/09 7:26 PM
  
luis
Y ya que estamos, porque mi mujer siempre me vuelve loco con esa sentencia y el tema está como planeando sobre su homilía, ¿cómo interpreta lo del "Cordero degollado desde la Creación del mundo"?
17/10/09 7:30 PM
  
Yolanda
Ya se echaba de menosa luis, los sábados ya se sabe..

Y es creo que el Señor dispuso que don Guillermo, por unas y otras cosas, se saltara la asignatura de homilética, porque ya la llevaba puesta de nacimiento. Sí que tien un don para la predicación que conmueve y conforta, zarandea el alma adormilada o consuela la afligida.

Pero no "últimamente". De siempre. A ver si resulta que tenemos censoras que dan el nihil obstat a esta o aquella homilía... o quieren ir de consejeras-hermeneutas plenipotenciarias de esta parroquia virtual sin que nadie les haya firmado y sellado tal título. Que una cosa es agradecer y elogiar la predicación y otra repartir graciosamente el me gusta / no me gusta últimamente como quien otorga certificados de calidad.

Él nos conoce “desde dentro” de nuestra condición de hombres, “desde dentro” de nuestra fragilidad y limitación, y nada nuestro le resulta extraño. En este Sumo Sacerdote “probado en todo”, la compasión no es un lejano atributo de la divinidad, sino una experiencia próxima que hace suya, asumiéndola como propia, el Dios hecho hombre

17/10/09 8:28 PM
  
Yolanda


La compasión no es un lejano atributo de la divinidad, sino una experiencia próxima que hace suya, asumiéndola como propia, el Dios hecho hombre

Compasión y confianza

http://www.youtube.com/watch?v=VpeyBDoeZ6I

Il Signore ti ristora
Dio non alontana
Vieni ad incontrarti

Taizé
17/10/09 8:35 PM
  
Guillermo Juan Morado
Luis, ¿se refiere a Apocalipsis 13,8? En todo caso, la frase la entendería como referida a la misión sacerdotal y redentora de Cristo.

Puede ayudar este texto de Melitón de Sardes:

"Cristo bajó del cielo a la tierra por amor a la humanidad sufriente, se revistió de nuestra humanidad en el seno de la Virgen y nació como hombre... Como cordero fue llevado y como cordero fue degollado, y así nos rescató de la esclavitud del mundo... Él nos llevó de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, de la opresión a una realeza eterna; e hizo de nosotros un sacerdocio nuevo y un pueblo elegido para siempre... Él es el cordero mudo, el cordero degollado, el hijo de María, cordera sin mancha. Él fue tomado de la grey, llevado a la muerte, inmolado al atardecer, sepultado al anochecer" (nn. 66-71: SC 123, pp. 96-100).
17/10/09 8:43 PM
  
Guillermo Juan Morado
Luis, uno de los teólogos modernos que más ha profundizado en lo del "Cordero degollado" es Hans Urs von Balthasar (por ejemplo en su escrito sobre el Misterio Pascual, en el III volumen de "Mysterium Salutis").

Balthasar se pregunta sobre los presupuestos en la vida trinitaria de la kénosis, y los ve, estos presupuestos, en la "abnegación" de las personas divinas en la vida intratrinitaria del amor.

Yo lo interpretaría en la clave de que Dios, por su amor, porque es, trinitariamente, "entrega", se quiere hacer vulnerable al sufrimiento de los hombres...

También, parece, hay reflexiones en esa línea en la teología rusa, pero un poco hegelianas.
17/10/09 9:03 PM
  
luis
Sí, leí lo de von Balthasar, pero me parece un poco bavardeur en el tema, con un miedo pánico a caer en el teopasismo pero a la vez flirteando con la idea. No me gusta nada de nada. Lo de la kénosis intratrinitaria es peligroso, está en la base de la Nouvelle Theologie. Hacer metafísica con esto es riesgoso.
Los ortodoxos, como no tienen una teología tan sistemática, lo entienden en clave mística. Y ya se sabe, en mística no es necesario que todos los sentidos sean verdaderos formaliter.
Es muy misterioso lo del Cordero degollado. Lástima que no nos queda mucho Ofertorio, pero en la misa tridentina hay una clave.
17/10/09 10:31 PM
  
Guillermo Juan Morado
Dígame la clave de la Misa tridentina.

Lo de Balthasar, con sus riesgos, que, en efecto, los tiene, no carece de interés.
17/10/09 10:43 PM
  
luis
En el antiguo ofertorio, me refería. El texto adelanta la condición de la hostia (pura... inmaculada, pan santo), como si ya fuera Cristo,y sin embargo es todavía pan, lea el texto (el nuevo lo sacó Bugnini del Talmud). Hay como una anulación cronológica que refleja una cualidad metafísica, separándose oblación de sacrificio, pero en la oblación hay una raíz del sacrificio: un poco como en el Verbo, en su obediencia al Padre intratrinitaria está su sacrificio incoado, arquetipizado.
Igual que lo del Cordero degollado, no sólo en el Apocalipsis, sino en la epístola de Pedro. Creo que lo trata Catherine Pickstock, en "Después de la Escritura", si logro leerlo ahora que mi mujer lo está por terminar veremos. Si se lo arrebato.
17/10/09 10:52 PM
  
Guillermo Juan Morado
en la oblación hay una raíz del sacrificio: un poco como en el Verbo, en su obediencia al Padre intratrinitaria está su sacrificio incoado, arquetipizado.

___________

Me parece muy buena la pista. Gracias.
18/10/09 12:16 AM
  
Guillermo Juan Morado
en la oblación hay una raíz del sacrificio: un poco como en el Verbo, en su obediencia al Padre intratrinitaria está su sacrificio incoado, arquetipizado.
______________


Luis, esto que dice usted es tan diferente de lo bueno que dice von Balthasar?
18/10/09 12:24 AM
  
nachet
Gracias por el artículo, padre Guillermo.
18/10/09 12:59 AM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias a Usted, siempre tiene perspectivas dignas de ser tomadas en cuenta.
18/10/09 1:06 AM
  
luis
Lo que pasa es que la atribución de la kenosis a las relaciones intratrinitarias es problemático, porque no hay nada que se "vacíe",ni nada que "sufra" (eso del sufrimiento de Dios es otra "bavardeuse"). Digamos que la kénosis es el analogado más cercano a algo rarísimo que pasa en el seno de la Trinidad, donde el Padre no habla sino en el Hijo, el Hijo no habla sino del Padre y el Espíritu se vuelca en el testimonio de ambos.
Un poco como la polaridad sexual o la paternidad, que es una imagen sublunar muy analogada de las relaciones intratrinitarias. Pero bueno, estoy "bavardeando" con Usted que es el especialista.
Empecé a leer el libro de la Pickstock, está muy bueno, porque une liturgia y teología muy radicalmente. Vale la pena.
18/10/09 1:25 AM
  
Guillermo Juan Morado
Lo que pasa es que la atribución de la kenosis a las relaciones intratrinitarias es problemático, porque no hay nada que se "vacíe",ni nada que "sufra" (eso del sufrimiento de Dios es otra "bavardeuse"). Digamos que la kénosis es el analogado más cercano a algo rarísimo que pasa en el seno de la Trinidad, donde el Padre no habla sino en el Hijo, el Hijo no habla sino del Padre y el Espíritu se vuelca en el testimonio de ambos.
____________

De acuerdo.


No soy especialista en teología trinitaria.

Repasaré el tratado (siempre es bueno hacerlo).
18/10/09 1:29 AM
  
luis
Consígase a Pickstock, le va a hacer bien esta anglicana High Church (muy bonita y joven por lo que vi en internet). Que Newman la asista, porque da en el blanco del problema litúrgico, que es un problema metafísico, linguistico y antropológico. Y teológico, como no.
18/10/09 2:07 AM
  
luis
No soy especialista en teología trinitaria.

Jaja, quién, por Dios, lo es? ¿Hay especialistas en la Luz y en los Abismos?

Apófasis, apófasis...
18/10/09 2:08 AM
  
Guillermo Juan Morado
Consígase a Pickstock, le va a hacer bien esta anglicana High Church (muy bonita y joven por lo que vi en internet).

__________

No la conozco, indagaré.
18/10/09 2:09 AM
  
luis
Catherine Pickstock, "After writing. On the Lithurgical Consummation of Philosophy" (hay traducción castellana)

Muy influida por Aidan Nichols o.p., un buen amigo.

http://www.newliturgicalmovement.org/2007/10/pickstock-speaks.html
18/10/09 2:41 AM

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