423 - ESPAÑA: "ES NECESARIO QUE LAS FAMILIAS HAGAN OIR SU VOZ".

ESPAÑA: "ES NECESARIO QUE LAS FAMILIAS HAGAN OIR SU VOZ". Entrevista al Cardenal Alfonso López Trujillo.

Fuente: versión completa de La Razón, Madrid, 04-04-01, S.-Martín

Con habilidad desenmascara las ambigüedades del lenguaje político. Preciso y transparente a la hora de definir la doctrina de la Iglesia relativa a la familia, este cardenal colombiano de 65 años lleva más de una década al frente del Consejo Pontificio para la familia.

La apertura en España a la conocida como "píldora del día después", así como la aprobación en las cortes valencianas de la ley para las parejas de hecho han generado opiniones muy dispares desde los diferentes estamentos sociales. El cardenal Alfonso López Trujillo define, en una entrevista concedida al semanario "Católicos del siglo XXI" la doctrina y el pensamiento de la Iglesia católica a este respecto.

-Eminencia, tras la comercialización en España de la "píldora del día después" se ha abierto un debate ético al respecto. ¿Cuál es la posición de la Iglesia?.

-La enseñanza del Magisterio de la Iglesia es válida para todo el mundo. Es mi deber recordar esto. La verdad sobre la persona, la vida humana y la familia, tiene exigencias morales que la Iglesia proclama en todas partes, en defensa de la dignidad de la persona humana y del amor matrimonial, de los más débiles, de aquellos que no tienen voz. Hay una cuestión de fondo que parece haber sido ignorada. La cultura occidental adolece hoy de una enorme pobreza antropológica. La dimensión sexual de la persona y su capacidad de generación de la vida humana se considera como una sola "característica" biológica, como si la sexualidad y la maternidad-paternidad no fueran una importantísima faceta de la persona. Por ello, la separación entre sexualidad y amor matrimonial que los anticonceptivos favorecen, están provocando graves transformaciones sociales. Hace unas semanas el Canciller alemán, el socialista Gerhard Schroeder, reconocía en un artículo reproducido por la prensa internacional, que la política deberá en el futuro sostener y reforzar la vitalidad de la familia, en cuanto es una estructura que tiene un lugar clave en la sociedad.

Es una píldora abortiva

Hay que aclarar que el empleo de la "píldora del día después" es anticonceptivo y, por tanto, al margen de otras consideraciones es ya, por ello, moralmente desordenado. La comercialización de esta píldora, ¿se sitúa en esta perspectiva de protección de esa célula fundamental de la sociedad que es el matrimonio y la familia? ¿O más bien contribuye a un deterioro todavía mayor de la mentalidad ante la sexualidad, precisamente en lugares (España muy especialmente) donde el problema de la caída demográfica es ya considerablemente grave?

-Muchos plantean este problema como la solución a embarazos no deseados que desembocarían en aborto. Además afirman que esta "píldora" no es abortiva (como en el caso de la RU-486).

-Una vez que un hijo ha sido concebido, tiene derecho a vivir. Esto es una cuestión de sensatez y honestidad. Es muy grave que se intente confundir a la opinión pública mediante términos ambiguos. El proceso de la vida humana no comienza en la anidación del embrión en el útero materno, sino antes, en el mismo momento de su concepción. Por esto referirse a "impedir la implantación en el útero" no es sino un eufemismo que trata de disimular el aborto. La RU-486 interrumpe brutalmente el desarrollo del embrión en el útero materno, o bien, si todavía no se ha implantado, le impide hacerlo. Esto significa que será abortado. La "píldora del día después" presenta además una problemática ética añadida. Estudios científicos señalan que la alta eficacia antigestativa de esta sustancia es debida a este efecto: impide la implantación del óvulo fecundado. Aunque la certeza científica de éste efecto no sea tan evidente y clamorosa como en la RU-486, su sola consideración impone éticamente la no utilización por el peligro para la vida del nuevo ser humano aún no implantado en el útero. El desorden ético del empleo de la "píldora del día después" no es sólo la contracepción, sino su abortividad. Un hijo es una persona humana, querida por sí misma por Dios, el Creador.

-La cuestión de las uniones de hecho ha tomado importancia. ¿por qué la Iglesia se opone al reconocimento y legalización de las parejas de hecho (como las de homosexuales)?. ¿Qué alternativas legales se ofrecen a estas personas?

-El reconocimiento público con valor jurídico de las uniones de hecho perjudica al matrimonio. Cuando se pone al matrimonio a un nivel semejante al de otras realidades, en la práctica se lo rebaja. Cuando los que están casados ven sus derechos asimilados a los de aquellos que no lo son, son dañados (ellos y sus familias) en sus derechos (piénsese, por ejemplo, en materia de vivienda, de adopción, etc.). Esto es más grave cuando se considera el problema de las relaciones entre personas del mismo sexo que por sí mismas están cerradas a la descendencia de los hijos, y que pretenden gozar de los mismos derechos que los matrimonios. Cuando esto sucede, se está discriminando al matrimonio. Si el ordenamiento público no atiende a la radical diferencia entre estas realidades se comete una injusticia con millones de personas casadas. Esto no significa discriminar a quienes viven otras formas distintas al matrimonio. Significa que el ordenamiento legal reconoce en el matrimonio y la familia una realidad preciosa para la sociedad.

Defensa del matrimonio

-Pero con este planteamiento ¿no puede ser acusada la Iglesia de meterse en política?

-La Iglesia no se sitúa, ni debe hacerlo, en el plano del legítimo contraste entre los partidos políticos, pero la verdad pura del Evangelio tiene contenidos sociales, no de "partido". ¿Pueden permanecer las instituciones públicas indiferentes al hecho de que se prevea en los próximos veinticinco años la caída de un cuarto de la población?; ¿no será la misma sociedad la que en el futuro, reprochará duramente a una clase política el no haber afrontado estos graves problemas?.

Muchos políticos parecen insensibles a estos graves problemas de fondo de la familia. Nada tiene de particular que la sociedad se movilice ante la magnitud de estos. Es necesario que las familias hagan oír su voz y defiendan su propio futuro ellas mismas en el contexto de la vida social. Esto no es hacer "política" sino ayudar a construir responsablemente el futuro. Es necesario que las familias españolas hagan oír su voz. FIN, 01-06-01