291 - ONU: IMPERIO DE LA FUERZA FRENTE SOBRE LA SOBERANÍA

ONU: KOFI ANNAN PROMUEVE EL IMPERIO DE LA FUERZA FRENTE A LA SOBERANÍA DE LAS NACIONES

Fuentes: Propias; UN Wire, 17-9-99, 2-9-99, 23-9-99, 21-9-99, 27-9-99, 10-1-00; The New York Times, 23-9-99; El País Digital, 22-9-99; Washington Post, 19-9-99; Foreign Report, 16-9-99; The Economist, 18-9-99; Miami Herald, 26-9-99; Newsday Electronic Publishing, 28-9-99; Chicago Tribune, 26-9-99; Bangkok Post, 27-9-99; CSMonitor, 22-9-99; China Daily, 23-9-99; Washington Times, 23-9-99; DAWN The Internet Edition, 26-9-99; UN release, 25-9-99; The Financial Times, 10-1-00; Clarín, Buenos Aires, 13-1-00 y 24-01-00.

Por Juan C. Sanahuja

En un artículo aparecido en el diario Financial Times (10-1-00), (en Argentina lo publicó el diario Clarín, Buenos Aires el 13 de enero), el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, repitió sus ideas sobre la intervención humanitaria y la soberanía, afirmando que las Naciones Unidas tienen un rol fundamental en la defensa de los individuos y que para permitir la acción de la ONU, la comunidad internacional debe hacer un esfuerzo para redefinir el concepto de soberanía. Annan había expresado ya estas ideas en la apertura de la sesión 54ª de la Asamblea General en el mes de septiembre del año pasado, lo que le valió no pocas críticas, aunque fue muy aplaudido por las ONG's que trabajan en el sistema de las Naciones Unidas, siempre interesadas en convertirse en los policías del nuevo orden.

En el discurso de apertura de la Asamblea General el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, urgió a los líderes mundiales para que "dejaran de lado las nociones tradicionales de soberanía nacional para que así se pudiera acelerar la intervención de la ONU previniendo las violaciones masivas de los derechos humanos, en las regiones problemáticas del planeta".

Annan dijo además, que "las intervenciones deben ser definidas con amplitud, desde la más pacífica hasta la más coercitiva", y agregó que "deberían ser aplicadas ampliamente en todas las regiones".

Abundando en este tema, Annan, el 10 de enero, en el Financial Times, escribió: "Las Naciones Unidas se han convertido en parte central de la vida de muchas personas. Por otro lado, la soberanía del estado, en un sentido básico, está siendo redefinida por imperio de la globalización y de la cooperación internacional".

Annan agrega que su propósito es colocar al individuo "en el corazón de los esfuerzos" para afianzar el concepto de una comunidad de las naciones. Poner "al individuo en el corazón de los esfuerzos", (…) "tanto para el avance del desarrollo, como para sanear el medio ambiente, o para poner en marcha acciones preventivas o intervenciones -aún cruzando las fronteras de los estados- para detener las brutales violaciones de los derechos humanos. Los individuos y sus derechos tienen que ser el foco central de nuestras preocupaciones".

Según el Secretario General de la ONU, "los Estados aún no han comprendido que son los sirvientes de sus pueblos y no vice-versa".

Según sus propias palabras, Annan, con las intervenciones de la ONU, no sólo pretende evitar los brutales atentados contra los derechos humanos, sino también asegurar el desarrollo, salvaguardar el medio ambiente y defender los derechos subjetivos de los individuos. Aquí está lo grave, ¿qué significa asegurar el desarrollo o sanear el medio ambiente?, ¿qué significa defender los derechos subjetivos de los individuos?. Dentro de estos amplísimos motivos para una intervención internacional cabría la defensa de los intereses económicos de los países centrales o asegurar el supuesto derecho al aborto reclamado por algún grupo feminista.

"Mientras no evolucione la noción de soberanía nos encontraremos con desconfianza hacia la ONU", concluye Annan, agregando, "es una evolución a la que debemos dar la bienvenida; es demostrar a la humanidad que la cuidamos más, debemos colocar en el centro de importancia el sufrimiento de los individuos. También la humanidad, por su parte, deberá hacer más para que el concepto (de soberanía) evolucione".

Pero hay más. La doctrina de Annan parece revolucionaria, pero retrotrae las relaciones internacionales a tiempos que parecían superados. Annan propone que las intervenciones de la ONU no sean autorizadas ya por el Consejo de Seguridad, y hasta podrían realizarlas organismos regionales sin el respaldo de ese Consejo. Esta propuesta altera sustancialmente la Carta de las Naciones Unidas, pues contraría radicalmente los principios fundamentales establecidos en 1945. Introduce el abuso de poder por la fuerza, contra el que se crearon las Naciones Unidas. La idea de facultar a organismos regionales para llevar a cabo actividades militares en Estados independientes es una aberración que repugna al espíritu fundacional de la ONU. Además, la teoría de Annan, destruye la igualdad jurídica de los Estados.

Las afirmaciones de Annan de defender los derechos humanos sin fronteras y el modo propuesto de hacerlo, provocaron reacciones en diferentes líderes mundiales. El presidente de Algeria, Abdelaziz Bouteflika dijo, "la soberanía es nuestra defensa final contra las reglas impuestas por un mundo desigual".

Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Hubert Vedrine, afirmó, "el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, reabrió la división Norte-Sur.(…) Las grandes naciones ricas occidentales, piensan que tienen una obligación al intervenir para corregir los infortunios de otros, y los otros creen que si les quitan su soberanía los dejarán sin nada".

El enviado del Primer Ministro de Bielorrusia, Ural Latypov, advirtió que, "se están aplicando en la política internacional, normas dobles en la interpretación de los derechos humanos en la defensa de los valores individuales, despreciando los intereses de los Estados, lo que podría causar consecuencias impredecibles".

David Rieff, autor del libro "La carnicería: Bosnia y el Fracaso de Occidente", comentó sobre el discurso de Annan en la Asamblea General de la ONU, "Annan ofreció un análisis sombrío y persuasivo de las contradicciones que presentan las diferentes caras del mundo en esta era de emergencias humanitarias. Pero, si Mr. Annan realmente cree que 'no se debe permitir que perduren las sistemáticas y masivas violaciones de los derechos humanos, en cualquier lugar que ocurran', su discurso no es nada menos que un llamado a la guerra, y, dadas las tristes realidades de nuestro mundo, sería virtualmente una guerra sin fin".

Para un defensor del sistema de las Naciones Unidas, el embajador argentino Hugo Gobbi, ex-Secretario General adjunto de la organización, que rechaza las propuestas de Annan, las intervenciones humanitarias de las Naciones Unidas son enormemente contradictorias. "Las intervenciones pseudohumanitarias han buscado enmascarar bajo ese rótulo, interferencias que respondían a intereses económicos o estratégicos. Los países poderosos intervienen sólo cuando sirve a sus intereses, porque sus aspiraciones éticas se limitan al bienestar de sus pueblos". Comenta Gobbi los casos de Irak, Serbia y Chechenia diciendo,"los poderosos bombardeos no han cambiado los regímenes internos: han causados daños marginales y traído perjuicios a la población civil". (…) "Los problemas étnicos o culturales subsisten sólo adormecidos por la fuerza ocupante. Habría que preguntarse qué será de Bosnia o Kosovo cuando termine el protectorado de la OTAN".

Gobbi acusa a Annan de pretender implantar el concepto norteamericano de legitimidad en contra el de legalidad. "No creemos -dice- que se puedan consolidar nuevas instituciones (…) con bases en una 'legitimidad' fruto de la filosofía de países que pretenden ignorar el Consejo de Seguridad". El Secretario General, dice Gobbi, "sigue la doctrina de algunos países occidentales y no intenta preservar el orden", es más, "propicia cambios que ignoran abiertamente el orden establecido", por eso, Hugo Gobbi acusa a Annan de provocar una crisis muy grave, que afecta a la existencia misma de la ONU, (Clarín, 24-01-00). FIN, 24-1-00