12.10.20

La profanación de un altar en USA

Hubiésemos preferido no escribir acerca de esto, pero dado que ya ha tomado estado público en varios medios, no podemos dejarlo pasar sin decir un par de cosas.

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Cuando de jóvenes leímos “El último Papa” de Malachi Martin (Planeta, 1996), nos pareció un tanto exagerado el primer capítulo de esta novela histórico-policial. El episodio, protagonizado por un obispo y varios clérigos en Carolina del Sur (USA) y transmitido telefónicamente a un grupo de obispos en el Vaticano tenía un contexto específico: un altar y una violación sexual de una niña en 1963.

He aquí partes del macabro relato:

“Era de noche (…). Frente al altar colocaron un semicírculo de reclinatorios. Sobre el propio altar, cinco candelabros con elegantes velas negras. Un paño rojo como la sangre sobre el tabernáculo cubría un pentagrama de pla­ta. A la izquierda del altar había un trono, símbolo del príncipe rei­nante. Unos paños negros, con símbolos de la historia del príncipe bordados en oro, cubrían las paredes, así como sus hermosos fres­cos y cuadros donde se representaban escenas de la vida de Jesu­cristo y los apóstoles.

Conforme se acercaba la hora, empezaron a llegar los verdade­ros servidores del príncipe dentro de la ciudadela (…).

Agnes (una pequeña niña) intentó por todos los medios librarse del peso del obispo que le cayó encima. Incluso entonces, ladeó la cabeza como si bus­cara ayuda en aquel lugar carente de misericordia. Pero no halló el menor vestigio de compasión. Ahí estaba el arcipreste, a la espera de participar en el más voraz de los sacrilegios. Ahí estaba su padre, también a la espera. Los reflejos rojos de las velas negras en sus ojos. El propio fuego en su mirada. Dentro de aquellos ojos. Un fuego que seguiría ardiendo mucho después de que se apagaran las velas. Que siempre ardería (..).

Conforme aquellos servidores de Lucifer la violaban sobre aquel altar sacrílego y maldito, violaban también al Señor, que era su padre y su madre. Así como el Señor había transformado su debili­dad en valentía, había santificado también su profanación con los abusos de su propia flagelación y su prolongado sufrimiento con su pasión (…).

Leo (el obispo sacrílego) se situó de nuevo frente al altar, con el rostro empapado de sudor, alentado por aquel momento supremo de triunfo personal (…).

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11.10.20

"La Nave y las tempestades" del Padre Alfredo Sáenz

Queridos amigos de Que no te la cuenten:

Luego de mucho tiempo de trabajo, hemos podido, en señal de agradecimiento con la obra del Padre Alfredo Sáenz, publicar la serie de “La Nave y las tempestades” en Amazon, tanto en formato digital como en formato papel.

La Nave y las tempestades“, editado por Gladius, es un excelente resumen de historia de la Iglesia, reunido en doce pequeños volúmenes, que van narrando los pormenores de la Esposa de Cristo a partir de sus crisis y persecuciones. Desde la Iglesia primitiva hasta el conflicto arriano, pasando por la embestida del Islam, el Renacimiento y las revoluciones protestantes y francesa, entre otros.

Una colección imperdible para quien no tenga el tiempo de dedicarse al estudio sistemático de la historia de la Iglesia, narrada con la pedagogía de un verdadero maestro.

Vale la pena para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Haciendo clic en cada imagen, se accede al libro en Amazon, tanto en formato papel como digital

 

 

9.10.20

Entrevista a Don Alberto Bárcena: el Valle de los Caídos y la lobotomía de la historia

La profanación del Valle de los Caídos al quitar de en medio la tumba del General Francisco Franco, sumado a una nueva ley de lobotomía histórica que quiere ahora terminar con la misma cruz monumental de ese recinto sagrado, es uno de los temas candentes de la España actual.

En la presente entrevista conversaremos con el Dr. Alberto Bárcena sobre este y otros temas para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

 Domingo 11 de Octubre a las 18 hs. de ARG

Alberto Bárcena es Profesor de Historia de las Civilizaciones, Historia de España, Historia Social de Europa y Doctrina Social de la Iglesia. Entre sus obras pueden recordarse las siguientes: «La redención de penas en el Valle de los Caídos»; «La guerra de la Vendée: una cruzada en la revolución»; «Los presos del Valle de los Caídos»; «Iglesia y masonería: las dos ciudades» y «La pérdida de España».

 


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8.10.20

Ante la muerte de Quino, el inventor de Mafalda

Hace apenas unos días ha pasado a rendir cuentas al Buen Dios Joaquín Salvador Lavado Tejón o, más conocido como “Quino", el inventor de Mafalda, esa niña inteligente, perspicaz y a su vez profunda que muchos de nosotros hemos leído cuando chicos con admiración y deleite.

Sin embargo, en honor a la verdad y para conocer un poco más acerca de su autor, hay un aspecto interesante que uno de nuestros lectores nos ha hecho llegar y que ahora ponemos a disposición del público en general para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Ha muerto Quino

Por Pablo Marini

 

       Ante la avalancha de elogios de parte de todo el espectro “bienpensante” y cultor enfermizo de lo “políticamente correcto” a lo largo y ancho del país y más allá de nuestras fronteras, dedicados a Joaquín Salvador Lavado, que se hacía llamar “Quino”, es bueno recordar que este señor “deformó” a generaciones de argentinos con su humor ácido, cínico y escéptico.

       Nadie discute su genialidad y su pericia artística, pero hay que entender que un genio no implica que se sea un sabio. Y su cinismo y escepticismo profundo se expresó con gran claridad, no tanto en su personaje Mafalda (y que, de paso sea dicho, hay que recordar que la dibujó solo unos pocos años), sino especialmente en las viñetas a toda página que dibujaba para otra basura ideológica que ha envenenado el alma de millones de argentinos como es el diario Clarín, en su suplemento “Viva”.

       Allí, Quino se explayó con comodidad para mostrar su profundo aborrecimiento de la noción de un Dios amoroso y providente.

       Hemos seleccionado aquí unos pocos pero claros ejemplos de lo afirmado, subtitulándolos para destacar qué es lo que más llama la atención en cada una de ellas y cómo subyace el oscuro desprecio por la noción de un Dios redentor. No por nada en ninguno de los chistes que hizo, aparece precisamente la clave de bóveda para entender el infinito amor que Dios tiene por los hombres y el total rechazo al pecado: Nuestro Señor Jesucristo.

       Tampoco debe sorprender que la masonería haya cantado la elegía de “su hermano”. Es la satánica noción de “deísmo”, un dios que da el puntapié inicial a toda la realidad, pero que inmediatamente se desentiende de ella para mostrarnos el rostro de un dios indiferente al sufrimiento y el dolor humano. Y en el peor de los casos (como quiere mostrar Quino), como un sádico observador.

       Por eso repetimos lo que pensamos y dijimos al conocer la noticia de su muerte: que Dios se apiade de su alma.

Prof. Pablo Marini

Filósofo y teólogo

 

Burla a los milagros y apariciones 

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6.10.20

Acerca de la verdadera comunión espiritual

Es un hecho que, a partir del fenómeno del Covid-19, buena parte del mundo católico ha podido aprovechar y profundizar en los misterios de la Fe.

No se puede negar. Es que, el no tener siempre los sacramentos a disposición, quizás haya sido una de las cosas más dolorosas a la que no estábamos acostumbrados (basta pensar en ciertos casos en los que, injustamente, se le negó el ingreso a los hospitales a ciertos sacerdotes).

Pero una de las cosas que varios fieles han debido vivir es la ausencia no sólo de las misas sino de la misma sagrada comunión, sea porque algunas parroquias estaban cerradas, sea porque se exigía que la comunión fuese solamente en la mano.

No entraremos aquí en esta polémica; solo el tiempo terminará de aclarar los tantos; sin embargo, creemos que es provechoso analizar, más allá del modo de comulgar, el fruto que de la comunión eucarística podemos hacer.

Y podríamos preguntarnos:

- “¿Por qué, si comulgamos con frecuencia, seguimos siendo tan tibios y tan perezosos si, como decía Santa Magdalena de Pazzi, bastaría una sola comunión bien hecha para elevarnos al más alto grado de perfección?”.

Y, quizás, porque comulgamos mecánicamente, recibiendo el sacramento pero no siempre todos los frutos que de ella podríamos sacar.

Pero vayamos por partes.

1. ¿Es obligatorio comulgar en cada Misa?

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