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24.05.16

Mitos de al-Ándalus, de antaño y actuales (1-2)

Mitos de al-Ándalus, de antaño y actuales

Enrique de Zwart

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Darío Fernández-Morera, The Myth of the Andalusian Paradise: Muslims, Christians, and Jews under Islamic Rule in Medieval Spain. Wilmington: ISI Books, 2016. 336 p.

Rafael Sánchez Saus. Al-Ándalus y la cruz. La invasión musulmana de Hispania. Stella Maris, 2016. 412 p.

Una de las ilusiones más promovidas por la izquierda y varios liberales es que al-Ándalus fue una exitosa sociedad multicultural, religiosa y racial en la cual cristianos, judíos y musulmanes convivieron lado a lado bajo la ilustrada égida de elites islámicas. Estos supuestos días de esplendor y tolerancia mahometana son contrastados favorablemente tanto contra el reino visigodo que los precedió como contra la “España de la inquisición” que vino luego.

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21.05.16

El misterio del latín (o la belleza que salva)

imageReproduzco aquí un breve escrito que demuestra las perennes palabras del Idiota de Dostoievski: “la belleza salvará al mundo".

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


El misterio del latín

Rubén Amón

Ayer me despertaron las campanas de la iglesia de San Sebastián en Salzburgo. Tanto tiempo sonaron y lo hicieron con tanta intensidad que atribuí al fenómeno el valor de una convocatoria. Me citaban las campanas. Me emplazaban a las misa de 9,30.

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28.03.16

La única reliquia de Santa Juana de Arco vuelve a Francia

Nada quedó de Juana de Arco salvo su signatura en una carta intimando a los ingleses a la rendición.

Después de la hoguera de Rouen, sus cenizas y su corazón palpitante e incorrupto fueron arrojados al Sena junto con todos sus despojos. Nada para honrarla y recordarla subsistió.

Pero, ¿qué ocurrió con el anillo regalado por sus padres, tal vez para la 1ª comunión, al que se hace referencia en uno de los pasos del proceso de Rouen?

- P. Cauchon: -“¿Tenéis anillos?”

- Juana: -“Vos téneis uno mío. Devolvédmelo. Y los borgoñones tienen mi otro anillo. Vos tenéis uno, mostrádmelo”.

- P. C.: -“¿Quién os ha dado el anillo que tienen los borgoñones?”

- Juana: -“Mi padre o mi madre, y creo que tiene escrito en su interior los nombres “Jhesus-Maria”. No sé quién se los hizo escribir; me parece que no tenía piedras, me fue regalado en la ciudad de Domrémy”.

- P.C.: -“¿Habéis curado a alguien con alguno de los anillos?”

- Juana: -“Jamás curé a nadie por medio de dichos anillos”.

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21.12.15

Coger la espada para entender el Reino del amor. De Fabrice Hadjadj

Similar a una de nuestras anteriores entradas en esta bitácora, es el pensamiento de Fabrice Hadjadj, converso al catolicismo que, como tal, no tiene miedo a la parresía del Evangelio.

Para quien desee saber más de él, puede ingresar aquí.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


«Hay que coger la espada para entender el Reino del amor»

Hemos perdido la guerra. No estoy hablando de una falta de éxito. Al contrario, hemos adquirido la costumbre de dormirnos en la comodidad y los éxitos, hasta que una enfermedad, un accidente, un hecho distinto, un mal sin lucha ni enemigo nos hace perder la calma, como cuando nos deja colgado el ordenador, en una insignificancia por debajo de lo absurdo.

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16.12.15

Los defectos de los débiles

Los defectos de los débiles

Por José A. Ferrari

 

            La necesaria distinción paulina entre fuertes y débiles en la fe, nos aclara muchas realidades y nos previene de muchos peligros. Porque hay riesgos de errar y pecar que, aunque comunes a todos, son más propios de unos que de otros; por eso las advertencias para el fuerte y para el débil son bien distintas.

            Según las palabras de Pablo a los romanos, conocemos quiénes son los fuertes y quiénes los débiles: Hay quien tiene fe para comer de todo, mientras el que es débil (de fe) come hierbas (Rom. XIV, 2). Por entonces, los de procedencia judaica que se aferraban escrupulosamente a las prescripciones rituales, comían sólo hierbas por temor de ingerir carne que pudiese venir de sacrificios paganos. Los cristianos gentiles comían de todo e increpaban a los judíos por no haberse libertado de la Ley. Los primeros son los débiles, los segundos los fuertes. Los primeros, sin estar muy informados de la Palabra de Dios y con ataduras excesivas a leyes y prescripciones, no lograban una verdadera libertad en el Espíritu. Los fuertes, por divina providencia (conocimiento de las Escrituras, consejos sabios, estudio, experiencia, inteligencia, carácter, cuna) y vocación, podían comer de todo y todo les alimentaba su vida sobrenatural.

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