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14.11.16

La Leyenda Negra: un arma nacional y popular contra la hispanidad

Una de las gratificaciones que el profesor tiene en su vida docente es cuando sus alumnos van fructificando las semillas esparcidas.

En esta entrega, comparto el resumen de la tesina que una ex-alumna, la flamante Prof. María Carolina Figueroa acaba de defender al graduarse como profesora en Historia. Se trata de una hermosa defensa de la conquista de América ante el ataque de una obra de divulgación artística del cantautor marxista, Víctor Heredia.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


Leyenda Negra: Un Arma Nacional y Popular Contra la Hispanidad

La Llegada de los Demoledores

Prof. María Carolina Figueroa



Introducción

Usualmente se describe la América precolombina como una edad dorada, un verdadero paraíso en la tierra, el que supuestamente terminó por convertirse en un infierno tras la llegada de los colonos. Pues, culpable e intencionadamente se ignora el modo de vida que llevaban los indígenas antes de la llegada de los españoles. Modo y estilo en que el genocidio, la esclavitud, el sometimiento de los más débiles, los tributos agobiantes y los vejámenes en masa, las expropiaciones y deportaciones, los robos y saqueos, las torturas inhumanas y  las constantes guerras de dominio eran moneda corriente entre los indios y estaban a la orden del día.

Como sabemos el Padre de la Leyenda Negra fue un hijo legítimo de España, el fraile dominico Bartolomé de las Casa, quien empleó cifras falsas acerca de la matanza de indios para desacreditar la gesta española en América. Él fue también el artífice de la clásica dialéctica españoles malos-indios buenos; pues según el dominico los indios eran seres carentes de pecado original e inclinados al bien, mientras que los españoles eran perros rabiosos que sólo querían exterminar a los indígenas.

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3.11.16

Luterándonos: el libre examen

El P. Teztel, dominico enviado a predicar el verdadero sentido de las indulgencias, decía respecto de Lutero ya en su época:

 

“Los artículos de Lutero están destinados a promover un gran escándalo, pues por su causa muchos despreciarán el poder de su Santidad del Papa y de la santa Sede Romana. También se abandonarán las obras de penitencia sacramental, y no se volverá a creer a los predicadores y doctores, queriendo cada cual interpretar la escritura a su antojo, por donde la santa y universal Cristiandad habrá de incurrir en gran peligro de las almas, pues cada cual no creerá sino en aquello que bien le pareciere[1].

 

Y Lutero, en esto, daba el ejemplo con su propia vida:

 

“Yo no quiero ser juez ni un asno papa, ni una mula. No quiero responder nada a tales asnos ni a sus berridos inútiles sobre la palabra ‘sola’ (sola scriptura). Ya basta. Lutero lo quiere, Lutero habla así. Lutero es un doctor por encima de todos los doctores de todo el papismo (…)[2].

 

“El cristianismo no es más que un continuo ejercicio de sentir que no has pecado aunque hayas pecado y que todos tus pecados son cargados a Cristo” [3].

“Sé pecador y peca reciamente, pero confía más vigorosamente y gózate en Cristo que es el vencedor del pecado, de la muerte y del mundo. No te imagines que esta vida sea la morada de la justicia: antes bien, es preciso pecar. Bástate reconocer al corderillo que lleva sobre sí los pecados del mundo, y en tal caso el pecado no podrá separarte de Él aunque cometas mil fornicaciones al día y perpetres otros tantos homicidios”[4].

 

“Aunque los santos Cipriano, Ambrosio y Agustín; aunque San Pedro, San Pablo y San Juan; aunque los ángeles del cielo te enseñen otra cosa, esto es lo que sé de cierto: que no enseño cosas humanas, sino divinas; o sea que todo lo atribuyo a Dios, a los hombres nada (…). Los Santos Padres, los doctores, los concilios, la misma Virgen María y San José y todos los santos juntos pueden equivocarse”[5] (él no, claro).

 

 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi




[1] Vorlegung, Art. 19, Paulus, Tetzel 53. Amplios extractos en Hefele-Leclercq, Hist. Des Conciles, VIII, 651-57 (Cfr. Ricardo García-Villoslada, Lutero, t.1, BAC, Madrid 1973, 347)

[2] Sendbrief vom Dolmetschen: WA 30,2 p.632-36. «Doctor Martinus Luther wils also haben, und spricht: Papist und Esel sey ein Ding. Sic volo…» (Cfr. Ricardo García-Villoslada, Lutero, t.2, BAC, Madrid 1976, 35).

[3] Opp. exeg. lat., XXIII, 142; Weil., 331, 7 (cfr. Jacques Maritain, Tres reformadores, Excelsa, Buenos Aires 1945, 45). 

[4] Enders III, 208 (Cfr. cfr. Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 20).

[5] WA 40,1 p.130-31 y «Es heisse Heilig, Gelert, Veter, Concilia, oder was es sein mag, wenn es gleich María, Joseph und alle Heiligen miteinander waren, so folget darumb nicht, das sie nicht haben können irr en und feilen» (WA 17,2 p.28) (Cfr. Cfr. Ricardo García-Villoslada, Lutero, t.2, BAC, Madrid 1976, 14).

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1.11.16

Luterándonos: el Papado

“Es importante ver las fuentes", dicen; pues es esto lo que hemos venido haciendo hace casi un año. Veamos ahora, que se pondera la “reforma” (no; no digamos “reforma", que Lutero no reformó un comino, sino digamos “Ruptura"), algunos de sus conceptos en un par de posts.

¿Qué pensaba Lutero?¿qué decía?

Pues vamos:


 

En carta a su amigo y discípulo Zwinglio, Lutero decía poco tiempo después de la ruptura (no digan “reforma", que Lutero no reformó un c…):

 

“Le asusta a uno ver cómo donde en un tiempo todo era tranquilidad e imperaba la pazahora hay dondequiera sectas y facciones: una abominación que inspira lástima… Me veo obligado a confesarlo: mi doctrina ha producido muchos escándalos. Sí; no lo puedo negar; estas cosas frecuentemente me aterran, sobre todo cuando mi conciencia me recuerda que hemos destruido el presente estado de la Iglesia, tan tranquila y tan apacible cuando estaba bajo el papado…” (…). ¿Cuántos maestros distintos surgirán en el siglo próximo? La confusión llegará al colmo”[1]

Y veamos algunas de sus citas sobre lo que pensaba de la Iglesia y del Papado

 

“Yo no impugno la inmoralidad y los abusos, sino la sustancia y la doctrina del Papado”, yo nunca dejé de atacar las dos columnas del Papado: los votos monásticos y el sacrificio de la misa”[2].

“Por mi parte la suerte está echada: desprecio tanto el furor como el favor de Roma. No quiero reconciliarme ni estar en comunión con ellos por toda la eternidad. Condenen y quemen mis libros; yo quemaré y condenaré públicamente, mientras tenga fuego en la mano, todo el derecho pontificio, esa ciénaga de herejías (…)[3]. Del mismo modo que ellos me excomulgan en nombre de su sacrílega herejía, así también, por mi parte, los excomulgo en nombre de la santa verdad de Dios. Cristo Juez verá cuál de las dos es válida ante él. Amén”[4].

El papa es adversario de Cristo y apóstol del diablo… el papa es peor que el turco… por eso yo lo llamo el gran asesino… loado sea Dios, porque a los ojos de Su Santidad y de los papistas yo soy un hereje”[5].

“El papa mismo es un loco furioso, un falsificador de la historia, un mentiroso, un blasfemo, un profanador, un tirano del emperador, de los reyes y del universo entero, un estafador, un bribón, un expoliador de los bienes eclesiásticos y seculares (…). Cerdo, burro, rey de los asnos, perro, rey de las ratas, lobo, oso–lobo, hombre–lobo, león, dragón, cocodrilo, larva, bestia, etc.”

“Oye, papa Paulo, no tienes fe ninguna; ni tú ni tus hijos, los cardenales y la familia de la corte romana, respetáis a Dios, porque sois puercos epicúreos, igual que todos los papas, tus predecesores. Si todavía me queda algo de fuerza, volveré a atacar sus bulas y breves e intentaré peinar las largas orejas de ese gran borricazo”[6]. “El papa es la cabeza de la maldita multitud de los peores bribones de la tierra: un lugarteniente del demonio, un enemigo de Dios, adversario de Cristo, destructor de las iglesias cristinas, maestro de todas las mentiras, blasfemias e idolatrías; archiladrón de las iglesias, robador de las llaves y de todos los bienes sacros y profanos, asesino de reyes, instigador de toda clase de matanzas, el mayor burdelero de los burdeleros y fomentador de toda lujuria”[7].

 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


[1] Cito sólo por comodidad y en razón de la brevededad la obra del P. Alfredo Sáenz (La Nave y las tempestades. La Reforma Protestante, Gladius, Buenos Aires 2005, 267). En trabajos posteriores daremos las mismas citas a partir del trabajo de Denifle que ya hemos indicado en este sitio.

[2] Alfredo Sáenz, La Nave y las tempestades. La Reforma Protestante, Gladius, Buenos Aires 2005, 90.

[3] Ídem, 129.

[4] Ídem, 134.

[5] Ídem, 139.

[6] Ídem, 242.

[7] Ídem, 244.

 

26.10.16

Encuentro Nacional de Mujeres : Abortista, Anticatólico y Sacrílego (2-2)

“La Iglesia que ilumina… ”: El odio sacrílego.

Esta furia anticlerical llega incluso a la blasfemia y al sacrilegio. No exageramos las palabras. Por el contrario, lo decimos con las palabras justas y precisas. Si para entender esto es necesario detenerse a explicar los dos términos, lo haremos brevemente.

Opuesto a la virtud de la Religión, entonces, se encuentra el vicio de la irreligión que falta al primer Mandamiento. Este primer mandato reprueba y prohíbe el sacrilegio, una de las faltas de irreligión, el cual “consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios”[1]. Existen, en efecto, tres clases de sacrilegio: personal (contra las personas), local (contra los lugares), y real (contra las cosas). Distinción que corresponde al diferente grado de santidad, como lo explica el mismo Santo Tomás de Aquino.[2]

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25.10.16

Encuentro Nacional de Mujeres : Abortista, Anticatólico y Sacrílego (1-2)

Reproduzco aquí el artículo enviado por su autor para el sitio.

P. Javier Olivera Ravasi


Encuentro Nacional de Mujeres

(Abortista, Anticatólico y Sacrílego)

 (Por Eduardo Peralta)

 

 

“Es preferible morir en el campo de batalla,

que ver la destrucción  de la Nación  y  del Santuario.”

(1 Mc 3, 59)

            Durante el pasado fin de semana y, como todos los años, se realizó en nuestro país el Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). Ésta vez, el trigésimo primer encuentro tuvo como escenario la ciudad de Rosario, Santa Fe. Tal como acostumbran, se realizó la famosa marcha pidiendo la despenalización del aborto, entre tantas cosas.

            1

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