Pornocracia y Coronavirus
Sabemos que la guerra cultural no descansa.
Será por eso que, para evitar que la población escape a ese grado imperante de idiotización amorfa, se nos ofrezcan diversos cebos virtuales imposibles de degustar y sólo pasibles de deglutir.
Como a los animales.
Y si no, basta con abrir los diarios de los últimos días para que, además de enterarse cuántos muertos hubo en Burundi (país africano que probablemente ud. jamás visitará) se nos intente llevar a un nivel de dopamina gratuito para que el “quédate en casa” sea más llevadero…
Y de paso, no pensemos, claro; porque el que piensa es peligroso.