¡Termínenla con la "Inquisición Española"! (4-4)

VI.- Algunas consideraciones finales

En primer lugar, se comete un error cuando a la Inquisición se la juzga desde un punto de vista político y no religioso, olvidando que ésta es la naturaleza del problema (la herejía) y de la institución (el Tribunal). Por ejemplo, un historiador tan cauto como lo es Kamen afirma: “No estamos considerando los problemas religiosos como tales, sino un problema sociopolítico en el cual la Iglesia jugaba un papel crucial.”[1]

Se pierde de vista, así, la finalidad de la institución, se desvirtúa por lo mismo su sentido[2], tribunal primordialmente religioso y secundariamente político, que apuntaba a la corrección del hereje como fin principal y, derivadamente, a la eliminación de la discordia resultante. La Inquisición española fue, en todo caso, un tribunal mixto, como afirman el P. Azcona y Junco, para entender en cosas de fe y religión[3]. Hay que tener siempre presente el sentido religioso de la Inquisición, que se fundamenta y sostiene en la tradición apostólica de velar y cuidar con ferviente celo el depósito de la fe.

Si dejamos de lado esta cuestión corremos el riesgo del historicismo y por ende del relativismo. Así, cuando Juan Pablo II pidió, en varias ocasiones, perdón por los errores y las culpas de los cristianos, e incluso por los “errores eclesiásticos”[4], juzga desde una perspectiva mundanamente condescendiente la Verdad de la Iglesia –que es sobrenatural, divina-, diluyéndola en actos humanos correspondientes a un tiempo y lugar dados, juzgados históricamente, con la mentalidad de la época que es ajena a la nuestra.

Si ha habido errores y culpas eclesiásticos, siendo Cristo la cabeza de su Cuerpo Místico, la Iglesia, Él es tan culpable como Ella y ellos. Y esto ya no es teología católica, sino herética. Como dice el cardenal Biffi, en sana doctrina[5], siguiendo a San Ambrosio, las heridas ocasionadas por el mal comportamiento de los cristianos no lesionan a la Iglesia sino a quienes se comportan indebidamente, porque el pecado es una acción extra eclesiástica, ya que pertenecemos a Cristo y su Iglesia en tanto que somos santos. La Iglesia, por tanto, a pesar de estar conformada por pecadores, siempre es santa: ex maculatis immaculata.

Quiero decir con esto que, sin renunciar a una explicación histórica de la Inquisición, no se debe perder la iluminación que nos viene de la fe y de la ciencia sagrada. Porque la herejía siempre será herejía, mientras la Inquisición es medio apto para combatirla y, como tal, puede variar históricamente.

Si se juzga desde el ángulo de la fe, si se atiende a la naturaleza religiosa del fondo del conflicto, cabe tener por acertado el juicio polémico de Menéndez y Pelayo:

“El que admite que la herejía es crimen gravísimo y pecado que clama al cielo y que compromete la existencia de la sociedad civil; el que rechaza el principio de la tolerancia dogmática, es decir, de la indiferencia entre la verdad y el error, tiene que aceptar forzosamente la punición espiritual y temporal de los herejes, tiene que aceptar la Inquisición.”[6]

Todo historiador debe tener presente que, en el curso de los acontecimientos, la voluntad humana puede torcer y hasta malograr el sentido o la finalidad de una institución creada con buen propósito. No quiere decir esto que la Inquisición se echara a perder por culpa de los hombres; sí, en cambio, que éstos cometieron errores, se dejaron llevar por pasiones y vicios, excedieron sus competencias, poniendo en riesgo la justa causa del Santo Oficio, pero nunca a la Iglesia que no tiene de qué arrepentirse ni pedir perdón.

Ahora, en el plano histórico, cabe observar que es obligación de todo historiador y hombre sensato saber discriminar la justicia del fin del desvío de él. Y, en el caso de la Inquisición española, si hubo mal uso, no hace mella a una institución que por tres siglos rindió frutos de paz y concordia a la España y la Cristiandad. Como dice Ortí y Lara:

“¿qué otra cosa es el Santo Oficio sino un muro de la Iglesia, columna de la verdad, guarda de la fe, tesoro de la Religión cristiana, arma contra los herejes, luz contra los engaños del enemigo, y toque en que se prueba la fineza de la doctrina si es falsa o verdadera?”[7]

Concluyamos desechando otra acusación: ¿no debió la Iglesia ser caritativa con los herejes en lugar de castigarlos y hasta matarlos? La caridad humana, según la carne, sabemos que no es la caridad católica. Santo Tomás pone las cosas en su quicio:

“La caridad tiene por objeto el bien espiritual y el bien temporal del prójimo. El bien espiritual es la salvación del alma; el bien temporal es la vida corporal y las otras ventajas de este mundo, tales como la riqueza, las dignidades, etc. Estos bienes temporales están subordinados al bien espiritual y es caridad impedir que los bienes temporales dañen la salvación eterna de quien los posee o de otros. Es, pues, caridad privar a quien abuse de los bienes temporales, caridad para él mismo, caridad para el otro. Pero si se conserva la vida a los relapsos esto se podrá tornar en perjuicio de salvación de los otros, ya sea porque los relapsos conviven con los fieles y los podrán corromper, ya sea, porque escapando al castigo, causarán un escándalo, y los fieles caerán en la herejía con más seguridad. La inconstancia de los relapsos es, pues, un motivo suficiente para que la Iglesia esté siempre presta a recibirlos a penitencia, pero no los libre de la sentencia de muerte.”[8]

Son los dos termómetros de Donoso Cortés: si baja la represión religiosa o interior, aumenta necesariamente la represión política o exterior, decía en su Discurso de la dictadura. Ausente la inquisición religiosa, ¿no estamos sujetos a una inquisición laica? Por razones morales humanitarias se invaden países, se hace la guerra, se derrocan gobiernos, se destruyen naciones. Tiene la inquisición laica sus tribunales judiciales o mediáticos; aplica sus penas que van desde la cárcel a los disidentes a las pecuniarias para los meros infractores de su credo. Porque la inquisición laica sostiene sus dogmas: la democracia, el holocausto, los derechos humanos, la nueva moralidad permisiva, el ecumenismo masónico pagano.

Si causa espanto el número de muertos bajo la Inquisición, ¿qué decir de los muertos de la inquisición laica? En la Ia GM (1914-1919) murieron entre 10 y 31 millones de personas; durante la IIa GM (1939-1945) las víctimas ascienden: se habla entre de 60 a 73 millones. Se me dirá que son guerras, está bien. Veamos las víctimas las utopías modernas.

  • Los puritanos ingleses, en sólo un año (1649) mataron o esclavizaron 40 mil irlandeses.
  • Las víctimas de la revolución francesa (1789-1794) se calculan en más de 500 mil: guillotinados, terror revolucionario (cerca de 45 mil), la guerra de la Vendée (más de 300 mil), etc.
  • La revolución mexicana (1910-1920) dejó como cifra más baja 1.200.000 muertos, y como cuenta más alta 3.500.000.
  • Las víctimas de la revolución rusa (1917): se estiman en 1.700.000.
  • Si nos detenemos en Stalin (1924-1953), entre purgas, hambrunas, colectivizaciones forzosas y limpiezas étnicas, la cantidad oscila entre 10 y 11 millones, por lo bajo, y 60 millones por lo alto.
  • La rebelión cristera (1926-1929) dejó un saldo de 250.000 a 300.000 muertos.
  • La guerra civil española (1936) hasta el fin de la represión franquista (1941), contempla más de 200.000 muertos.
  • Las purgas en Francia (1944-1945) contra los “colaboradores” del régimen nazi se calculan en aproximadamente 100 mil.
  • La revolución China (1949) y el gobierno de Mao cargan sobre sus espaldas entre 40 y 70 millones de muertos en épocas de paz, por causas similares a las del estalinismo.
  • En cuanto a la revolución cubana (1959 hasta el presente), los muertos se calculan en 135.000 (sin contar los aproximadamente 75.000 balseros).

En total, el historiador Eric Hobsbawm calculó 187 millones de muertos violentos en el siglo XX. Y es posible que se haya quedado corto, porque muchas de estas cifras son provisionales. Sólo el comunismo produjo más de la mitad de los muertos reconocidos por Hobsbawm[9]. Por caso, el periodista londinense David McCandless calcula que por razones ideológicas murieron 144 millones, y por la guerra 130 millones; es decir, más de 270 millones.

Bibliografía recomendada en español

Jean Dumont, Proceso contradictorio a la Inquisición española, Ed. Encuentro, Madrid, 2000.

Cristián Rodrigo Iturralde, La Inquisición. Un tribunal de misericordia, Vórtice, Buenos Aires, 2011.

Juan Manuel Ortí y Lara, La Inquisición (1877), Ed. E. P. C., S. A., Barcelona, 1932 (disponible en versión digital en www.archive.org)



[1] Kamen, “Cómo fue la Inquisición. Naturaleza del Tribunal y contexto histórico”, p. 15.

[2] Fr. Antonio de Sotomayor, siendo miembro del Consejo de la Inquisición en 1627 hablaba de una doble jurisdicción: “Compónese el Consejo de la Inquisición de dos jurisdicciones o potestades: una eclesiástica, que mira a las cosas de la fe y dependiente de ella y otra temporal que los señores reyes le agregan, para que la eclesiástica tenga más apoyo y fuerza”. Nótese la prioridad de la jurisdicción eclesiástica sobre la real. Para Llorca, Historia de la Inquisición en España, pp. 115 y ss., el Tribunal es esencialmente religioso aunque influido por el poder político.

[3] Dumont, Proceso contradictorio a la Inquisición española, pp. 21-22.

[4] Iturralde, La Inquisición. Un tribunal de misericordia, p. 39.

[5] Iturralde, La Inquisición. Un tribunal de misericordia, p. 49. Esta autor no ha sabido ver la distancia que media entre la doctrina del purpurado y la del papa polaco.

[6] Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, tomo II, p. 218.

[7] Ortí y Lara, La Inquisición, p. 33.

[8] Suma Teológica, II-II, q. 11, a. 4.

[9] El Libro negro del comunismo, Plantea/Espasa, Madrid, 1998, atribuye al comunismo 100 millones de muertos, según esta distribución: Unión Soviética 20; China 65; Corea del Norte 2; Camboya 2; África 1.7; Afganistán 1.5; Vietnam 1; Europa del Este 1; Iberoamérica 1.

7 comentarios

  
Cipriano. Venezuela
En verdad no es correcto interpretar tiempos pasados con criterios del presente por aquello del anacronismo. Pero yo lo veo de otro modo. Aunque ciertamente con la inquisición se combatían herejías, sin embargo, lo cuestionable sería el apoyo del brazo secular y la imposición de torturas para lograr un cambio de conducta en el reo. Además, el problema de la autoridad y su origen: de Dios, impedía distinguir adecuadamente en esos asuntos, el poder religioso y el poder civil, que se entremezclaban en tanto que coincidían en que la herejía no solo contrariaba la doctrina y ortodoxia católica, sino que atentaba igualmente contra la estabilidad del reino.

Desde ese punto de vista la inquisición fue un fenómeno religioso pero también político, y las peticiones de perdón de san Juan Pablo II fueron pertinentes pues se entenderían en relación a estas dos últimas situaciones (apoyo en el poder secular y el uso de la tortura) a lo que hay que añadir, que aunque "la Verdad de la Iglesia es sobrenatural y divina-", y que Cristo es la cabeza de su Cuerpo Místico (la Iglesia); sin embargo, ésta está conformada por hombres inclinados al pecado, que de hecho los cometen, por lo que bien pudiera precisarse, insisto (y de ahí mi lectura distinta) que el cuestionamiento se refiere a ese aspecto, y no al de "la Iglesia siempre santa: ex maculatis immaculata", como usted muy bien dice padre Javier.


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Recomiendo, una vez más, este post magnífico, más para los tiempos que corren: www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=24294 . PJ
14/07/15 3:53 AM
  
antonio
Si causa espanto el número de muertos bajo la Inquisición, ¿qué decir de los muertos de la inquisición laica? En la Ia GM (1914-1919) murieron entre 10 y 31 millones de personas; durante la IIa GM (1939-1945) las víctimas ascienden: se habla entre de 60 a 73 millones. Se me dirá que son guerras, está bien. Veamos las víctimas las utopías modernas.

Y las cifras que comenta Padre, absolutamente ciertas e ignoradas, por la mentira organizada contra la Iglesia.Muchas Gracias.Sus Post están llenos de fuentes, es muy cientifico.


Viva Cristo Rey!!!!!!!
14/07/15 5:10 PM
  
Enrique G. B. A.
"Otro capítulo doloroso sobre el que los hijos de la Iglesia deben volver con ánimo abierto al arrepentimiento está constituido por la aquiescencia manifestada, especialmente en algunos siglos, con métodos de intolerancia e incluso de violencia en el servicio a la verdad.
Es cierto que un correcto juicio histórico no puede prescindir de un atento estudio de los condicionamientos culturales del momento, bajo cuyo influjo muchos pudieron creer de buena fe que un auténtico testimonio de la verdad comportaba la extinción de otras opiniones o al menos su marginación. Muchos motivos convergen con frecuencia en la creación de premisas de intolerancia, alimentando una atmósfera pasional a la que sólo los grandes espíritus verdaderamente libres y llenos de Dios lograban de algún modo substraerse. Pero la consideración de las circunstancias atenuantes no dispensa a la Iglesia del deber de lamentar profundamente las debilidades de tantos hijos suyos, que han desfigurado su rostro, impidiéndole reflejar plenamente la imagen de su Señor crucificado, testigo insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre. De estos trazos dolorosos del pasado emerge una lección para el futuro, que debe llevar a todo cristiano a tener buena cuenta del principio de oro dictado por el Concilio: « La verdad no se impone sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra, con suavidad y firmeza a la vez, en las almas »"
Tertio Millenio Adveniente -35- San Juan Pablo II
No veo en el texto un juzgar condescendiente con lo mundano.
Y se saca con peine fino y firme, que se pueda caer en la herejía que de las debilidades de los hijos de la Iglesia, se sostenga que Cristo es la cabeza de tales debilidades.
16/07/15 12:47 AM
  
Carlos Lozano Medrano
Estoy de acuerdo que para ser objetivos y estudiar el tema de la Inquisición hay que considerar la época en que ocurrió. Y en todas las épocas sin excluir el presente no se puede evitar que el hombre interprete a su modo lo que vive, y entonces todo tema puede dejar de ser objetivo, imparcial o verdad. Así se escribe la Historia.

Tanto en su momento como ahora no dudo de que muchos vean mal la actuación de la Iglesia y de la Inquisición, cada cabeza es un mundo. Por eso considero que los católicos aceptemos con humildad que nuestra Iglesia ha cometido errores. Dios es omnisciente pero el hombre no.

Nos han enseñado que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, en base a ello el hombre estudia, analiza, interpreta las enseñanzas testamentarias, agregando lo que a su buen entender las complementa, pero ahí posible o seguramente se van muchos errores. Con buena voluntad y humildad aunque no se justifiquen, se entiende ese querer aportar algo más.

Muchas cosas son producto de su época, pero el Amor es perenne y ese debe ser el sentido de nuestra vida.

16/07/15 7:28 AM
  
andrea
Hola queria hacer una pregunta espero y me puedan contestar queria saber algo sobre la muerte que asusta un poco pensar en que cuando muera mi familia que esta muerta no me recordara queria saber que si cuando por ejemplo un familiar muere y se va a el cielo cuando nosotros morimos y nos vamos al cielo los recordaremos a ellos y ellos a nosotros o no recordaremos nada porfavor contestenme gracias :)
17/07/15 6:21 AM
  
Alfredo
Padre, quisiera saber su opinión sobre algo (no sé mucho de historia medieval).

El artículo de la Wikipedia sobre la Inquisición, en una parte, en "Juicio contra animales" dice lo siguiente:

Entre 1266 y 1586 se realizaron, sólo en Francia, por lo menos sesenta juicios contra animales en los tribunales de la Inquisición - aunque este tipo de juicios tuvieron lugar en todo el Occidente cristiano - según lo que el historiador Michel Pastoureau ha encontrado en los archivos de los documentos judiciales. Un ejemplo citado por Pastoreau es el de la cerda que fue declarada culpable por el asesinato del bebé Jean Le Maux y fue vestida como humana, torturada, mutilada y condenada a muerte a pesar de que no confesó frente a ningún cura, tras nueve días de juicio en Falaise, en 1386. Sin embargo, en 1457, en Savigny-Sur, en Borgoña, el tribunal logró, bajo tortura, la confesión de otra cerda [?] que había asesinado a otro pequeño de cinco años. En otro caso la condena fue más fuerte porque el cerdo cometió su crimen un viernes de vigilia, pecado mayor. Los juicios contra animales incluían, al igual que los de las brujas, exposición, acarreo, vejaciones, torturas para el castigo ejemplarizante [?] y la humillación pública y, finalmente la destrucción del cadáver mediante el fuego.*

Pastoureau, Michel (2006). Una historia simbólica de la Edad Media occidental: "El animal: Los juicios contra animales ¿Una justicia ejemplar?, pág. 27. Buenos Aires, Katz Editores.


¿Qué hay de cierto ahí (obviando los disparates)?

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Estimado: nunca había oído una cosa así pero me resulta raro que un tribunal como la Inquisición (que sólo tenía jurisdicción sobre personas bautizadas) se ocupara de los animales. Viendo muy por arriba algunos artículos del medievalista francés Pastoureau, quizás algún que otro tribunal europeo medieval pudo haber dictado una sentencia análoga sobre los daños hechos por algún animal, pero nunca me he detenido en episodios como esos. Haré una interconsulta y, si tengo éxito, le responderé en esta misma serie de comentarios. Dios lo guarde. PJOR
15/01/17 3:33 AM
  
Alfredo de Argentina
Gracias Padre. Igualmente. Saludos.

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Un amigo catedrático y especialista universitario en la edad media me respondió:

"La verdad que nunca había escuchado nada sobre el tema. Lo que me llama la atención es que la referencia es el libro de Pastoureau, que es muy bueno… al menos hasta donde lo leí."

Otro amigo, estudioso y autor de un libro sobre la inquisición respondió:

"En 1386 prácticamente no existía la Inquisición (la medieval ya se había agotado luego de solucionado el tema de los Cátaros, y la española aparecerá recién en 1478); menos en una localidad tan periférica como Falaise, en Normandía (en general los tribunales inquisitoriales estaban ubicados en grandes ciudades donde los focos heréticos solían ser mayores). Más que Inquisición (como la entendemos) lo que puede haber habido allí es un tribunal episcopal, no más que eso. Y como bien le has aclarado en tu comentario, la Inquisición procedía sobre personas bautizadas. Además, ni los más furibundos enemigos de la Iglesia y la Inquisición han recurrido a este argumento jamás para denostar a la Inquisición. El tema es raro".

En fin, Alfredo. es hasta donde pude averiguar por ahora. Dios lo bendiga. PJOR
15/01/17 5:15 PM

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