¿Cómo nació la Inquisición? (2-2)

El tribunal inquisitorial

El tribunal de la Inquisición, si bien había sido instituido para toda la Cristiandad, sería aplicado de hecho solo en los lugares más afectados por la herejía: Francia, Italia, España y Alemania, junto con los Países Bajos. En Inglaterra solo se ins­talaría para el juicio a los Templarios.

Es normal escuchar que la inquisición “mataba a los judíos, a las brujas, etc.”; veamos someramente quiénes podían ser juzgados:

a) Los justiciables[1]

Solo eran pasibles de juicio los bautizados en la Iglesia Católica, ya que estos eran los que caían directamente bajo su autoridad[2]. Jamás la Inquisición perseguiría a judíos, musulmanes o protestantes, simplemente porque no podían cometer herejías, formalmente hablando.

Se dirá que los judíos también fueron juzgados… ¡Falso! Al no ser bautizados, no entraban bajo la jurisdicción de la Iglesia; un caso distinto será el de los “marranos”, es decir, el de los judíos que se hacían bautizar por conveniencia y para infiltrarse en ambientes cristianos.

Tampoco los excomulgados entraban de por sí bajo su jurisdicción sino en cuanto eran sospechosos de herejía.

Las brujas despertaron en realidad menos preocupación de la Inquisi­ción que la herejía y fueron juzgadas, algunas de ellas, en cuanto eran sospechosas de error en la Fe. Recién en la mitad del siglo XV el papa Nicolás V las incluiría en este tribunal (que, por otro la­do, les convenía por su suavidad). Quienes sí juzgarían a las brujas y duramente, serían en siglos posteriores, los países protestantes, como señala Iturralde: “en España, uno de los países donde más activamente trabajó la Inquisición, de las cerca de 125.000 personas acusadas de brujería, solo 59 fueron ajusticiadas (compárese con los reinos protestantes donde los ejecutados solo por delitos de brujería ascienden a 150.000)”[3].

Los crímenes de derecho común, adulterio, incesto, concubinato, usura, sacrilegio y actos contra natura, raramente fueron tratados por la Inquisición y solo ya entrado el Renacimiento.

b) Los procedimientos

El modo de proceder irá sufriendo modificaciones con el tiempo y las circunstancias. Sin embargo, en lo que se ponía muchísimo empeño era en la figura del Inquisidor; es que para serlo debían reunirse varios condiciones, dada la exigencia del insalubre empleo.

El “curriculum” de un inquisidor

Un texto nos indica que debía ser “no menor de 40 años, honesto en su conducta, de extremada prudencia, perseverante firmeza, erudición ca­tólica perfecta y lleno de virtud”[4]. Como no era un trabajo sencillo y ante las amenazas de los herejes, se les concedía una guardia armada para su defensa (algunos de ellos fueron asesinados y martirizados, como san Pedro de Verona, según hemos dicho). Era tan dura la misión que los papas les otorgaron indulgencia plenaria de por vida in articulo mortis, equiparándolos en este privilegio, a los cruzados[5].

El sínodo de Nar­bona, por ejemplo, así pretendía que fuesen los inquisidores: “esforzaos en convertir a los herejes, mostraos mansos y humil­des frente a los que han dado pruebas de buenas intenciones: vuestra misión recibirá una magnífica consagración. A aquellos que rehúsen convertirse, no os apresuréis a condenarlos, insistid frecuentemente, personalmente o por medio de otros, para moverlos a la conversión. No los libréis al poder secular sin haber agotado todos vuestros recur­sos y hacedlo con gran pesar”.

De Cauzons dice: “Los casos de corrupción de miembros de la Inquisición que nosotros conocemos son rarísimos; todo da a pensar en una honestidad general unida a una rigurosa disciplina”[6].

Un caso paradigmático ha sido el de fray Bernardo Guidonis, O.P. (1261-1329); hombre de gran cultura, teólogo e historiador, llegó a ser Maestro General de los Dominicos en 1311; siendo inquisidor en Toulouse (otro centro de la herejía cátara) debió juzgar 930 casos de los que 143 fueron sentenciados a llevar cruces en público y 9 a peregrinar, 307 fueron encarcelados y 42 entregados al brazo secular para ser castigados con la pena máxima. Su espíritu quedó estampado en las instrucciones que, en adelante, se daría a todo inquisidor:

“Debe ser diligente y fervoroso en su celo por las verdades de la Religión y la salvación de las almas (…). Que no esté influido por la indignación, la furia o el odio (…) ni dejarse ganar por la apatía, pereza o negligencia. Debe ser constante y resuel­to, mantenerse firme en los peligros y adversidades, incluso ante la muerte (…). Los casos han de ser discutidos y examinados con todo esmero, buscando la verdad (…). El inquisidor, como juez justo, debe encauzar de tal modo la intención de la justicia al dictar su sentencia, que no decaiga el espíritu de compasión (…) para que no pueda ser reprochado de indignación y de ira, señales evidentes de crueldad. Asimismo al imponer multas pecuniarias ha de seguir la justicia (…) para que el juicio no se desfigure a causa de ningún elemento de ambición y crueldad”[7].

Los Inquisidores debían hacerse presentes en los lugares donde se sospechaba de herejía ypresentar sus credenciales a las autoridades civi­les y eclesiásticas para que colaborasen con ellos. Se presentaban en persona y convocaban al pueblo y al clero a una Misa solemne donde se predicaba el “sermo generalis” (sermón general), invi­tando por un tiempo determinado (15 a 30 días), a que los herejes hicieran una confesión. Era, para los culpables, el llamado “tempus gratiae sive indulgentiae” (tiempo de gracia o indulgencia), durante el cual las penas quedaban suspendidas o, si se daban, eran secretas y muy leves. A esto se agregaba el “edictus fidei” en que se ordenaba, bajo pena de excomunión para todos, denunciar a los herejes.

El proceso podía comenzar, como en el derecho civil y eclesiástico, de tres maneras: “Per accusationem”, “per denuntiationem” y “per inquisitionem”.

Per accusationem: se trataba de una acusación formal delante del inquisidor; allí, alguien acusaba a otro de herejía y manifestaba su voluntad de probarla declarando conformarse a la ley del talión; es decir, si se probaba la falsedad de la acusación con culpa del acusante, éste recibiría la misma pena que hubiere debido recibir el acusado; con esto se intentaba evitar las denuncias falsas.

Per denuntiationem: era el más habitual y se inspiraba en el Evange­lio (Mt 18,15) cuando se ordena la corrección fraterna: en priva­do, con testigos y finalmente la “denuncia” a la Iglesia. “En la denuncia se atiende a la enmienda del hermano”, dirá santo To­más[8]. Por ello, se dirigía al superior como padre y no como juez. Debía hacerse con todas las precauciones: ante el inquisidor, notario y dos testigos idóneos (religiosos o laicos honorables).

Per inquisitionem: es cuando se procedía “ex officio” basándose en la difamación o la declaración de algún testigo. Entonces el inquisidor instruía una investigación secreta (inquisitio)[9] para alcanzar la verdad. Durante el proceso, el Inquisidor era acusador, padre y juez. Mucho se le ha recriminado a la Iglesia esta práctica, pero es necesario aclarar dos puntos: primero que la práctica secreta era algo propio de la época y efectivamente se optó por ella; en segundo lugar, para que un proceso fuese justo no necesariamente debía ser público, sino que dependía de la fidelidad y prudencia del magistrado.

Si ante las acusaciones evidentes y probadas el reo se negaba a aceptarlas, se usaban diversos me­dios para moverlo. Se le mostraba confianza, familiaridad, deseo de su bien, de los beneficios de su confesión pronta y sincera, y hasta se invitaba a una persona cercana para que lo indujese a confesar la verdad. Si habiendo indicios, se mantenía terco o con evasivas, se usaban medios más duros como la prisión oscura, estrecha y húmeda, el ayuno a pan y agua, ca­denas, cepo, privación del reposo y el sueño, etc. “Vexatio dat intellectum”(el castigo da inteligencia), decían los antiguos.

Cuando todos los medios para mover al acusado, gravemente sos­pechoso, no eran eficaces, estaba el último recurso en orden a la veracidad de la propia confesión: el tormentoEste oficio correspondía pro­piamente al orden secular y no eclesiástico.

Es probable que estas prácticas sean demasiado “chocantes” para nosotros, hombres del siglo XXI, pero recordemos que es ley del historiador el juzgar los hechos con perspectiva pretérita; el castigo corporal había sido usado ya por griegos, judíos, romanos y bárbaros sin demasiados cuidados; fue el espíritu cristiano el que suavizó esta metodología llegando casi a desaparecer en el Medioevo. El Papa Nicolás I (858-867) lo había reprobado en carta al rey Boris de Bulgaria, recién convertido, como medio de hacer confesar a los culpables: “La confesión no debe ser arrancada por la vio­lencia, debe ser libre (…). Detestad de todo corazón las prácticas irra­cionales en las que habéis estado hasta ahora”[10], le diría.Posteriormente y con el redescubrimiento del derecho romano fue aprobada por los papas Inocencio IV (Bula Ad extirpando, del 1252), ratificada por Alejandro IV (1259) y Clemente IV (1265), pero con mu­chas restricciones.

Para poder aplicar la pena corporal sin abusos debía tenerse en cuenta:

1°) No podía ex­ponerse a nadie a pena corporal alguna sin la aprobación de un jurado de hombres buenos y le­trados.

2°) Se necesitaba la autorización del inquisidor y del obispo.

3°) Se daba solo una vez agotados todos los medios de investigación y como último recurso.

4°) Solo se aplicaba si había in­dicios suficientes de culpabilidad en un delito grave (que mereciera, por ejemplo, la pena de muerte). Por otro lado, debía hacerse “citra membri diminutionem et mortis periculum” (que no afectase los miembros ni haya peligro de muerte). No podían someter a ella a los ancianos, enfermos, niños ni embarazadas. Cada sesión no podía durar más de media hora ni repe­tirse. Los métodos usados eran: el caballete (inequuleo), la cuerda (in corda levati) y el calor (aplicado a los pies).

Se intentaba no llegar a ella dando oportunidad al acusado durante los preparativos o en las interrupciones de que se confesara espontá­neamente. Al principio los clérigos no podían estar presentes, pero como esto podía prestarse a abusos por parte de la justicia civil, se quitó este obstáculo poniendo a un clérigo como testigo de que no se diesen excesos.

Las confesiones hechas durante las sesiones no tenían valor si no eran ratificadas luego libremente. Cuando se retractaba lo dicho entonces, había que recurrir de nuevo a los testigos. Era de regla que no se podía condenar a nadie “sine lucidis et apertis probationibus vel confessione propria” (sin claras y manifiestas pruebas o confesión propia).

Ha sido mucho lo que se ha escrito sobre las “torturas de la inquisición”; debemos tener en cuenta que los registros judiciales la mencionan raramente. Por ejemplo, en Toulouse, de 1309 a 1323 solo se sometió a tormento a una perso­na de 636 procesados. Un enemigo de la Inquisición como Lea, afirma que “en los documentos fragmentarios de procedimientos inquisitoriales llegados hasta nosotros, las referencias al tormento son notablemente escasas”[11].

Objeciones frecuentes…

Antes de concluir y a modo de resumen, daremos una pequeña enumeración de las objeciones más frecuentes que escuchamos al hablar de este tema.

1° “La Iglesia castigaba a los herejes por sus pecados particulares”.

Falso. La decisión de tomar medidas represivas surgió a raíz de discusiones públicas, sobre todo en grupos que abiertamente amenazaban convulsionar el orden público. Solo se persiguió a los herejes manifiestos.

2° “Se ocultó el nombre de los denunciantes, manteniéndolos en el anonimato”.

Cierto, pero no por ello no eran plausibles de castigo en caso de denuncia falsa. Lo que se trataba era de defender al denunciante de las represalias y venganza de familiares o cómplices del acusado. Era una simple medida cautelar; hasta el día de hoy existen programas de “protección de testigos”.

3° “Se aceptaba la denuncia de cualquiera”.

Cierto, pero debía probar que decía la verdad. Los testigos eran sometidos al mismo rigor que el acusado, de modo que si se comprobaba que la acusación era falsa, la pena era análoga a la que hubiese recibido el hereje en caso de encontrarlo culpable[12].

4° “Los herejes no tenían derecho a defenderse”.

Al principio se había establecido que el acusado debía defenderse solo, pero este primer error fue comprendido por los inquisidores y se enmendó con el tiempo. Eymeric, Inquisidor de Aragón, en su Directorio lo deja sentado: “el derecho a la defensa será permitido y de ningún modo negado, concediendo un abogado siempre honesto e incorruptible, experto en el derecho y celoso de la fe”[13].

5° “La Iglesia siempre daba muerte al acusado, sin importar cómo se defendiera”.

La pena de muerte nunca fue ejecutada ni por los inquisidores ni por los obispos, porque no correspondía a ellos hacerlo, sino al tribunal civil; era este quien aplicaba la pena que le correspondía por ley del estado.

Además, la historia de grandes hombres y mujeres nos dice lo contrario: investigados por la Inquisición fueron, entre otros, san Ignacio de Loyola, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Ávila y hasta san José de Cupertino y todos ellos fueron absueltos.

*          *          *

 

 

Como decíamos más arriba, es imposible juzgar con los ojos de la actualidad las acciones pasadas. En el pasado, nadie condenaría a quien estuviese a favor de la monarquía o de la dictadura, o a quien estuviese en contra del “matrimonio” entre homosexuales, mientras que hoy, eso puede hasta constituir un delito…

Es que es tan injusto tratar a los iguales de modo desigual como tratar a los desiguales de modo igual. En épocas de Cristiandad enseñar públicamente la herejía era minar las bases de la sociedad y por ello es que se necesitaba, para resguardar a los reos, un tribunal que permitiera la defensa y garantizara el debido proceso.

Que hayan existido equivocaciones o pecados, no se niega (santa Juana de Arco misma fue sometida a un proceso burlesco y luego rehabilitada y canonizada), pero esto no daña la legitimidad de la institución inquisitorial como tampoco canoniza a todos los miembros particulares y, como tales, falibles de la Iglesia.

La Inquisición, lo repetimos, fue el producto de una cosmovisión diversa a la de hoy y, a pesar de los castigos (muchos de ellos sobredimensionados por la propaganda anti-católica), fue uno de los tribunales más benignos que hayan existido en la historia del derecho (recordemos que si el imputado se arrepentía de sus faltas, la pena correspondiente no se aplicaba).

Hoy por hoy, la Iglesia es atacada y vapuleada por los supuestos “crímenes cometidos en el pasado”; no afirmamos que no haya habido equivocaciones (como las hay a diario en todos los tribunales del mundo), sino que una falsa narración de los hechos hizo de la palabra “inquisición” un insulto y un tabú del cual poco se conoce.

Quien desee adentrarse con sinceridad en el estudio de dicho período histórico, solo le basta consultar las fuentes directas y ver cómo la realidad es bastante distinta de cómo nos la pintan.

En fin, una vez más,

 

Que no te la cuenten…

 
P. Javier Olivera Ravasi
 
 
 

[1] E. Vacandard, en D.T.C., art. Inquisition, col. 2025-2034.

[2] Por ejemplo, en el caso de los judíos, estos eran condenados por el poder civil debido a las enseñanzas del Talmud. Este libro afirmaba y defendía prescripciones antimorales y anticristianas como la licitud de matar a los goim, es decir no judíos. Sin embargo, el poder fue mucho más tolerante con ellos, ya que las medidas se refirieron a los libros.

[3] Cristián Iturralde, La Inquisición, un tribunal de misericordia, Vórtice, Buenos Aires 2011, 43.

[4] Nicolau Eymerich, Manuale dell’inquisitore, Piemme, Italia 2009, 235.

[5] Ibidem, 302.

[6] En Jean-Baptiste Guiraud, op. cit., 113.

[7] Thomas Walsh, op. cit., 109-110.

[8] Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica. II-IIae, q. 68, a.1.

[9] Hasta el siglo XII los tribunales seguían un solo tipo de procedimientos: el acusatorio. El redescubrimiento del derecho romano y el de Justiniano sugirió a los juristas otro tipo de procedimiento que consentía al Estado indagar y perseguir el delito aunque no hubiera acusador. Es el procedimiento por “inquisición”.

[10] Gustave Shnürer, L’Eglise et la civilization au Moyen âge, Payot, París 1935, 47.

[11] The inquisition of the Middle age, I, p. 424-427, cit. por Walsh, op. cit., p. 113.

[12] Prueba de esto es el caso ocurrido en Narbona en 1328, donde cuatro falsos testigos fueron condenados a prisión; también en Pamiers en 1329, se estableció para los falsos testigos no solo la prisión, sino también la indemnización del acusado.

[13] Nicolau Eymerich, op. cit., 446.

21 comentarios

  
PG
Normalmente defiendo a la Inquisición de aquellos amigos que la denostan. Les digo que no hay que juzgarla desde nuestro tiempo, sino que hay que hacerlo colocándonos en su tiempo. Hago alusión de que Calvino llevo a la hoguera a Miguel Servet, que los cuáqueros de Salem, Massachusetts, ajusticiaron a gentes por practicar brujería, que la Justicia Americana a llevado al patíbulo a personas que, a la postre, encontraron que eran inocentes, está el caso de Leo Frank que fue linchado en los USA por un delito que no cometió. En fin, la Inquisición tuvo sus errores y aciertos como institución manejada por personas, sin embargo, tuvo mucho que ver para que en España no se suscitara guerras religiosas, como sucedio en otros países en los tiempos posteriores a Lutero.
02/07/15 2:24 PM
  
Cristiano Indignado
Tengo verdadera curiosidad por ver cómo justifica el proceso, encarcelamiento y posterior condena a la hoguera de Giordano Bruno.
-------------------------------
Yo no justifico nada malo. El proceso a Giordano Bruno aún no lo he leído; no puedo opinar. Es un tema pendiente y estoy buscando las fuentes (he hallado la traducción del proceso, hecha libro, por si a alguno le interesa).
-------------------------------

Es que sus dos artículos me han parecido todo un "sostenella y no enmendalla", como se decía por aquí hace algunos años, para justificar los crímenes de la Inquisición.
-------------------------------
Me esmeraré para la próxima entonces, para que entienda ud. mejor.
-------------------------------
También me gustaría que, más que hacer un panegírico con citas de autores de su misma cuerda, me citase usted las enseñanzas del Maestro o de los primeros Padres de la Iglesia que justifiquen la creación de un tribunal como éste.
-------------------------------
Si por el "Maestro" entiende ud. a Cristo, como yo, lamento defraudarlo. Cristo no escribió un manual o una enciclopedia católica. Es de sus enseñanzas y de la enseñanza bimilenaria de la Iglesia donde han surgido las instituciones, con sus logros y sus yerros.
-------------------------------

De igual modo, y a pesar de la "propaganda anticatólica", también me gustaría que explicase a sus lectores por qué, en Derecho Procesal penal, se llama proceso inquisitivo a aquel en el cual las vistas se celebran a puerta cerrada, no hay igualdad de defensa entre las partes y las pruebas se basan en indicios y no en hechos probados. Y por supuesto, si tiene que ver con la supuesta "benignidad" del proceso inquisitorial, tal y como lo narra usted.
-------------------------------
No lo sé, pero puedo intuirlo: por la propaganda anti-inquisición que nace con la leyenda negra anti-española

-------------------------------
Y ya por último, me gustaría preguntarle sobre el verdadero transfondo de publicar una serie de artículos para demostrar las bondades de la Inquisición en pleno Siglo XXI, después de decenios de estudios imparciales sobre el tema.
-------------------------------
Esta es la pregunta más fácil de responder: el trasfondo siempre es el mismo; "la verdad os hará libres"; quédese tranquilo, yo no pido que vuelva la inquisición, sólo deseo explicarla. Que si vuelve en estos tiempos y como andan las cosas en la Iglesia y en el mundo, ni yo escribo más ni ud. pierde el tiempo leyéndome. Dios lo guarde. PJ
-------------------------------

De verdad que me gustará leer esos pensamientos.

PD: Si se trata de entender la Inquisición como "un signo de aquellos tiempos", ¿No puede aplicarse lo mismo ante las realidades sociales de hoy en día?

-------------------------------
Sí, coincido absolutamente. La cosmovisión cristiana dio luz a la inquisición como institución penal; ahora la cosmovisión anticristiana o atea, o laicista, dio origen a la nueva inquisición.

02/07/15 3:16 PM
  
Cristiano Indignado
1.- Lea ese proceso a Giordano Bruno de forma atenta y detenida, porque es una de las mayores aberraciones judiciales jamás cometidas en la Historia de la Humanidad. Y para colmo, a uno de los participantes en esa farsa le nombraron después santo.
-----------
Lo leeré. Yo no me he casado con nadie, salvo con la Iglesia, "casta et meretrix", es decir, casta y prostituta al mismo tiempo, no por Su Fundador, sino por sus fieles, como ud. o yo.

2.- "Si por el "Maestro" entiende ud. a Cristo, como yo, lamento defraudarlo. Cristo no escribió un manual o una enciclopedia católica. Es de sus enseñanzas y de la enseñanza bimilenaria de la Iglesia donde han surgido las instituciones, con sus logros y sus yerros."

Efectivamente. Luego tendrá que reconocer que si el Maestro dejó muchas cosas sin "legislar", la mayoría de ellas nada tienen que ver con el mandato divino, sino con las intenciones de los hombres. La misma existencia de un cuerpo consagrado separado de la comunidad, los ritos y gran parte de los sacramentos, la filosofía aristotélico-tomista, la propia Inquisición y un largo etcétera. Y si eso es así, la lucha contra la herejía se convierte en una competición de a ver qué posición gana, no en algo santo ni un deber. Y aunque así fuese, los medios empleados están abiertamente en contra del mandato de Dios.
-------------------------
El Maestro dejó muchas cosas sin legislar, pero dio el poder a su Iglesia, la única verdadera, pera legislar, administrar los sacramentos, etc. La filosofía aristotélico tomista no es verdadera porque lo diga la Iglesia, sino que, porque es verdadera, la Iglesia la asume.

3.- Al sistema inquisitivo en Derecho Procesal penal se le llama así precisamente por la Inquisición. En cualquier manual se utiliza para contraponerlo al sistema acusatorio, que es el que permite que un procesado tenga las mínimas garantías de contradicción, derecho a la tutela judicial efectiva y a ser oído por un tribunal independiente. Ninguna de esas cosas, mal que les pese, sucedían en los "Juicios" de la Inquisición, donde en la mayoría de las causas no había abogados ni testigos de parte, y era el propio juez instructor el que al mismo tiempo seguía la vista y condenaba. Su nota número 9, por tanto, es incorrecta, y su aseveración a que la connotación peyorativa del término es anticatólica, falsa.

------------------
Acá creo que se equivoca.El sistema inquisitivo es anterior a la inquisición, salvo que las "Partidas" de Alfonso el sabio también nos mientan: "inquisitio an et quando ejusdem debeat esse naturæ. quod accusatioet an cum judex procedit per inquisitionem debeat eadem servare". Si lee latín, puede encontrarlo aquí:




4.- "(...) quédese tranquilo, yo no pido que vuelva la inquisición, sólo deseo explicarla. "

Pues tenga cuidado del público al que se dirige, porque yo sí conozco numerosos católicos a los que les parecería estupendo que volviese este tribunal, con plenas potestades. A algunos los he leído en este mismo portal y otros.

5.- Por otra parte, se echa de menos una bibliografía más crítica (al menos, con visiones contrapuestas) para avalar las tesis de su escrito, porque de los autores citados:

- Nicolau Aymerich Inquisidor General de Aragón. Defensor de los papas de Aviñón Clemente VII y Benedicto XIII
- Jean Baptiste Giraud “Elogio de la Inquisición”. Autor católico, nada proclive a un estudio científico imparcial.
- Elphége Vacandard. Autor Católico, nada proclive a un estudio científico imparcial.

Sólo Schnürer pasa un poco el corte de aconfesionalidad. Hay otros muchos que defienden tesis contrarias a la que usted publica. Y no por ser masones o anticatólicos, sino por ser historiadores rigurosos. Es como si aquí, en España, construyéramos una historia del Siglo XX sólo con textos de Pío Moa o De la Cierva, por poner dos ejemplos cercanos.
-----------------------
Sí, lo sé; para que un católico (¡y menos que menos un cura!) quiera demostrar una tesis verdadera o verosímil, no basta con decirlo: hace falta apoyarlo en el testimonio de los anticatólicos, citar en lengua original todos los textos, hacer mea culpa permanente y decir que tiene tendencias antinaturales. Sólo así le creen alguito nomás.


En fin. Creo, Javier, que la historia de la Inquisición se basta a sí misma como para revelarse como un sistema atroz, bárbaro y criminal de imponer a los demás ideas, y que lo que usted llama "cosmovisión anticristiana o atea" no es más que una construcción mental de aquellos que no aceptan que otros puedan tener un pensamiento distinto. A nadie se le impone que se case con un señor, que se convierta en un hereje o se divorcie. Es la libertad de cada uno lo que determina que se elija uno u otro camino.

----------------------------
Hay una tesis que incluso hoy también se aplica según la cosmovisión que se tenga: el "error" que daña a la sociedad debe ser combatido. Si no, ¿por qué combatir a los pedófilos?¿por qué encerrar a los curas o laicos degenerados?. Ellos también "piensan distinto" y sin embargo los perseguimos con toda razón. Porque dañan el bien común. El "estado" medieval perseguía la herejía porque se consideraba dañina para el bien común y no fue para nada ese "sistema atroz, bárbaro y criminal" que dice Eco y del cual ud. se hace eco. PJ

02/07/15 9:12 PM
  
Cristiano Indignado
1.- El Maestro dejó muchas cosas sin legislar, pero dio el poder a su Iglesia, la única verdadera, pera legislar, administrar los sacramentos, etc. La filosofía aristotélico tomista no es verdadera porque lo diga la Iglesia, sino que, porque es verdadera, la Iglesia la asume."

El Maestro no dio poder alguno a ninguna Iglesia para que, en Su nombre, acabase con la vida de miles de personas, ni que persiguiese herejías, ni que desatase guerras de religión. De hecho, eso contradice el 5º Mandamiento de la Ley, que dice, si mal no recuerdo, "No Matarás".

Aquí se desliza el argumento hipócrita de la Iglesia de entonces: que no eran ellos los que "relajaban" a las personas (=mandaban a mejor/peor vida), sino el "brazo secular". Algo así como encargar el trabajo sucio a los poderes civiles, pero con la cartilla leída de lo que tenían que hacer. El asesinato lo comete tanto el que lo ejecuta como el que lo ordena. No hay punto posible de discusión en ello.

La filosofía aristotélico-tomista, en gran parte de sus postulados, está superada ya hace siglos. Nadie sostendría actualmente la cosmovisión de Aristóteles, por ejemplo. Filosofía que, por cierto, es ajena al cristianismo original, si por él entendemos a la Predicación antes de Pablo de Tarso.

2.- "Acá creo que se equivoca.El sistema inquisitivo es anterior a la inquisición, salvo que las "Partidas" de Alfonso el sabio también nos mientan: "inquisitio an et quando ejusdem debeat esse naturæ. quod accusatioet an cum judex procedit per inquisitionem debeat eadem servare". Si lee latín, puede encontrarlo aquí:"

Sabe perfectamente que la traducción que se hace en la ciencia jurídica (al menos, en la de numerosos autores) no ancla la comparación con las Siete Partidas, sino con el sistema inquisitorial. Efectivamente, la acepción y tratamiento es anterior a la inquisición, o al menos coetáneo, pero cuando un profesor de Derecho procesal utiliza el término lo hace para definir un proceso sin garantías, sin separación de fases y con nula posibilidad de defensa, semejante al que practicaba el "Santo" Oficio. Al menos que todos mis profesores de la carrera y el doctorado me engañasen, claro. Y creo que no es el caso.

3.- "Sí, lo sé; para que un católico (¡y menos que menos un cura!) quiera demostrar una tesis verdadera o verosímil, no basta con decirlo: hace falta apoyarlo en el testimonio de los anticatólicos, citar en lengua original todos los textos, hacer mea culpa permanente y decir que tiene tendencias antinaturales. Sólo así le creen alguito nomás."

Cuando uno quiere hacer ciencia, aunque sea una ciencia social, tiene que atenerse a todos los datos y a todas las visiones, no sólo a las que uno le gustan o convencen para la suya. De lo contrario, el estudio es sesgado y parcial, inválido para poder contraponerlo a tesis contrarias si lo que se pretende es que se asuma como realidad. Si estuviésemos hablando de una interpretación dogmática, por ejemplo, la discusión sería más difícil, porque parte de hechos indemostrables. Pero cuando lo que se toca es algo histórico se hace completamente necesario contrastar las fuentes, tanto en su veracidad como en su alternancia.

4.- "Si no, ¿por qué combatir a los pedófilos?¿por qué encerrar a los curas o laicos degenerados?. Ellos también "piensan distinto" y sin embargo los perseguimos con toda razón. Porque dañan el bien común. El "estado" medieval perseguía la herejía porque se consideraba dañina para el bien común y no fue para nada ese "sistema atroz, bárbaro y criminal" que dice Eco y del cual ud. se hace eco. PJ"

Lo supongo más inteligente que para hacer ese comentario. A los pedófilos se les combate porque están vulnerando la libertad, salud y desarrollo de seres humanos que no tienen capacidad de defenderse. A los curas y los laicos "degenerados", pues según su patología. El Estado Medieval perseguía la herejía porque era teocrático y no admitía visiones contrarias, al tiempo que ponía en peligro el establishment creado, en el cual unos tenían todos los recursos y los demás, a costa de miseria, ignorancia y poca o nula calidad de vida, los proporcionaban. Era poner la religión al servicio del poder de unos pocos, algo totalmente contrario al Mensaje del Maestro.

Y vuelvo a insistir: si debemos entender la Inquisición como un signo social de los tiempos, ese mismo argumento lo pueden (o deberían poder) utilizar otros para difundir sus propias ideas, sin que ello pueda ser considerado lesivo o nocivo. También es un "signo de los tiempos".


------------------------------------
Sólo dos cosas y la termino aquí, al menos de mi parte (no suelo entrar en los debates del blog):
1) "Sabe perfectamente que la traducción que se hace en la ciencia jurídica (al menos, en la de numerosos autores) no ancla la comparación con las Siete Partidas, sino con el sistema inquisitorial".

Claro!!! Es justamente allí cuando hay un manejo sesgado de la historia del derecho!!! También yo soy abogado, por las dudas.

2) "Cuando uno quiere hacer ciencia, aunque sea una ciencia social, tiene que atenerse a todos los datos y a todas las visiones, no sólo a las que uno le gustan o convencen para la suya... cuando lo que se toca es algo histórico se hace completamente necesario contrastar las fuentes, tanto en su veracidad como en su alternancia".

¿Cuántas fuentes citó ud. y cuántas fuentes cité yo? Dios lo guarde. PJ

02/07/15 11:04 PM
  
Cipriano. Venezuela
Padre Javier, quizás simplemente por contrastar, no ha pensado en traernos unas reseñas de parte de las atrocidades producidas por el laicismo, después de que los tribunales de la inquisición fueron formalmente abolidos. Lo digo por ver "las ejemplares enseñanzas" del trato respetuoso y tolerante que nos han legado desde esa fecha, a contra-vía de lo hecho por la inquisición maluca.

Las que siguen son palabras de Leo Moulin, agnóstico, profesor de Historia y Sociología en la Universidad de Bruselas durante medio siglo (tomado del libro "Leyendas Negras de la Iglesia", de Vittorio Messori)

«Haced caso a este viejo incrédulo que sabe lo que se dice: la obra maestra de la propaganda anticristiana es haber logrado crear en los cristianos, sobre todo en los católicos, una mala conciencia, infundiéndoles la inquietud, cuando no la vergüenza, por su propia historia. A fuerza de insistir, desde la Reforma hasta nuestros días, han conseguido convenceros de que sois los responsables de todos o casi todos los males del mundo. Os han paralizado en la autocrítica masoquista para neutralizar la crítica de lo que ha ocupado vuestro lugar.”

Feministas, homosexuales, tercermundialistas y tercermundistas, pacifistas, representantes de todas las minorías, contestatarios y descontentos de cualquier ralea, científicos, humanistas, filósofos, ecologistas, defensores de los animales, moralistas laicos: «Habéis permitido que todos os pasaran cuentas, a menudo falseadas, casi sin discutir. No ha habido problema, error o sufrimiento histórico que no se os haya imputado.

Y vosotros, casi siempre ignorantes de vuestro pasado, habéis acabado por creerlo, hasta el punto de respaldarlos. En cambio, yo (agnóstico, pero también un historiador que trata de ser objetivo) os digo que debéis reaccionar en nombre de la verdad.

Luego, ¿por qué no pedís cuentas a quienes os las piden a vosotros? ¿Acaso han sido mejores los resultados de lo que ha venido después?"


Algo mas: La Inquisición fue y sigue siendo un tribunal polémico para el gran público. Los historiadores se han ocupado de esta institución de modo científico y sin prejuicios ideológicos, especialmente desde un Congreso internacional celebrado en Cuenca en 1978. Recientemente la Santa Sede ha convocado en Roma a expertos de diversos credos y nacionalidades para clarificar la actuación histórica del Santo Oficio. Sobre este argumento responde para Escritos ARVO, Beatriz Comella, autora del libro La Inquisición española (Rialp, 1988; 3ª edición en noviembre 1999).

www.interrogantes.net/Beatriz-Comella-La-verdad-sobre-la-Inquisicion-ARVO-I000/menu-id-1.html



---------------------------
03/07/15 12:24 AM
  
Ricardo de Argentina
Cipriano, dices una verdad grande como una casa: las tintas que se han cargado contra la Inquisición Católica tienen muy poco que ver con lo que fue en la realidad esa institución, y sí muchísimo que ver con una grandiosa tapadera de los horrorosos crímenes que fueron perpetrando los enemigos de la Iglesia y de Dios desde que ella fue abolida.
03/07/15 2:56 AM
  
Maga
Sr. Indignado, lamento mucho la ejecución de Bruno, pero lo cierto es que fue conforme al Derecho de la época. Era panteista, gnóstico y apóstata y eso era un crimen de lesa majestad en cualquier país, ,Católico o Protestante, de la época. Por cierto, como científico no era tan brillante, como lo vende la propaganda y no es por lavar la imagen de la Inquisición, pero en su época era el Tribunal con más garantías procesales con diferencia. Hubo muchos reos, que se autoinculpaban de blasfemia y herejía, para escapar de los Tribunales Seculares, pues en sus cárceles se daba un tratamiento mucho más humano al reo. La tortura fue de uso escaso. Muchas de las Cadenas perpetuas decretadas por la Inquisición duraban unos meses y en 5 siglos relajó al brazo secular con ejecución a poco más de 3 mil personas, lo cual, aunque sea lamentable, es una cifra irrisorio al lado de cualquier Tribunal existente en el mundo a lo largo de la Historia, ergo aquí no se trata por mi parte de defender a este Tribunal, sino de entenderlo en su contexto histórico.
03/07/15 8:31 AM
  
Luisfer
Me sorprende enormemente el enfoque que se le está dando a todo este asunto.
El tono general es de comprensión con uno de los puntos más negros de la historia de la Iglesia. P. Olivera, si quiere fuentes directas, venga a España, venga a los pueblos pequeños del interior y observe la reacción de la gente, los mayores sobre todo, cuando les nombra a la Inquisición. Observe las cruces verdes por doquier, tenebrosas, fuentes de tortura y ruina.
En España la Inquisición fue un instrumento de poder y limpieza racial intolerable. Si quiere fuentes primarias vaya al museo de la tortura en Toledo; conozco muy poca gente que no se maree al ver los instrumentos que se utilizaban las denuncias fueron siempre anónimas y no consta que jamás se juzgara a alguien por denuncia falsa por la sencilla razón de que para evitar tortura los acusados aceptaban su culpa y así, pagar hasta la ruina la multa con tal de no sufrir tormentos físicos.
Condenas a muerte... en España muchas menos que en el resto de Europa, pero las cifras sobre mutilados y lesionados de por vida por tortura son muy elevadas. Durante un siglo al menos, la Inquisición significaba terror, muerte y ruina.
No es justificable P. Olivera, ni con visión del hombre del siglo XXI ni con la del siglo XVI y XVII; nunca se puede torturar, matar y robar. Todavía se tiembla aquí al oír ese nombre. ¿Qué tiene que ver ese horror con el mensaje de Cristo? Como católico tengo que insistir en un enfoque contrario. Fue un horror y gravemente perjudicial para todos, incluida la Iglesia misma.
Bastaba una mínima denuncia para ir a tortura y permanecer desaparecido y preso durante semanas, en algunos casos, con mínimas sospechas, la pena corporal o tortura se aplicaba inmediatamente si no había confesión y no se usaba en último, sino en primer lugar.
Propongo que lea a Quevedo a Cervantes, a los clásicos del siglo de oro y entre líneas verá lo que era la Sta Inquisición y su policía, la Sta. Hermandad. Venga al Escorial y lea los memoranda de los procesos inquisitoriales en el reinado de Felipe II.
El no validar "libremente" lo que se había confesado bajo tortura, significaba volver a ser detenido.
Le sugiero que miré los grabados y cuadros sobre los autos de fe que se hacían en Logroño, en Salamanca o en la Plaza Mayor de Madrid donde en algunos que fueron legendarios se quemaron en público a decenas de personas y se castigaron con el sanmbenito (gorro cónico a cientos) para humillación y escarnio público.
¡La tortura se ejerció raramente! Venga a España y pregunte por Torquemada a cualquier persona a ver que le contesta o venga a Toledo. Si no se marea al salir del museo inquisitorial es que se trata de una persona con nervios de acero.
Mi conclusión es que NO se puede justificar ni ser comprensivo con lo que fue un horror y una vergüenza para la Iglesia. Y repito, si quiere fuentes primarias, lea las obras de la época, pregunte y observe reacciones y mire museos y mire instrumentos de aquel tiempo. Probablemente cambie de opinión.
Esos datos no se encuentran en legajos ni en bibliografía, en muchos casos muy favorable. Hágame caso, si queremos acercar almas a Cristo, comprender o justificar la Inquisición es precisamente lo peor que se puede hacer.
03/07/15 9:00 AM
  
Luis López
Cristiano indignado, creo que San Agustín fue el primero que usó la expresión evangélica de Lc. 14,23 "oblígales a entrar" para justificar el empleo de la fuerza en materia de contumaz herejía.

Lo que sucede es que esa expresión debe entenderse -como parece más coherente con otros textos del Nuevo Testamento (p.e. 1 Ped. 3,15)- como una persuasión pacífica que excluya toda violencia. Pero esto que hoy nos parece obvio no era así hace siglos.

Que se haya interpretado de otro modo ciertamente no ha sido algo positivo, pero es necesario ponerse en el contexto de unos tiempos donde la autoridad civil exigía a la población una uniformidad religiosa, de tal modo que el crimen contra la religión católica se consideraba peor que el crimen de lesa majestad. Y aún así, como ha quedado demostrado por la historia más objetiva y menos panfletaria, el Santo Oficio puede considerarse, al menos procedimentalmente, como un tribunal modélico para su época.

Fíjese en el Quijote (un ejemplo de libro de absoluta tolerancia y libertad) y en la mentalidad del siglo XVII. En uno de los más hermosos discursos del caballero andante dice:

"Los varones prudentes, las repúblicas bien concertadas, por cuatro cosas han de tomar las armas , desenvainar las espadas y poner a riesgo sus personas vidas y hacienda: la primera, para defender la fe católica..." (II, 27).

En fin, juzgar el pasado desde las coordenadas del presente demuestra poca sabiduría ciertamente. En ese sentido la Iglesia católica ha demostrado una autocrítica encomiable. No así otros.
03/07/15 10:09 AM
  
Yo2
@luisfer, soy tan español como usted y de lo que comenta no hay nada.
La Inquisición española desapareció hace tantos años que mencionar a los mayores como capaces de recordar algo tan "tenebroso" me parece irrisorio.
Aporte datos concretos, cuantos mutilados, cuantos muertos, cuantos de los denunciantes fueron castigados por falsa acusación.
Por favor, basta de leyenda negra y hablar de "oidas". Aportendatos concretos y verificabres, fuentes.
Si quieren datos para comparar, más de 5.000 personas, hombres, mujeres y niños fueron ejecutados, sin juicio ni derecho a defensa en Paracuellos del Jarama en menos de 3 años.
Si quieren crueldad, miren como fueron masacrados los anarquistas por sus aliados comunistas, con torturas, sin juicios ni defensas, bastaba con una acusación (aquí sin consecuncias aunque fuera falsa) anónima.
Por favor, la Inquisición, con todos sus abusos y defectos, fué uno de los sistemas más garantistas de la época, y en especial la española. (Comparen cifras reales y no leyendas).
Un saludo en la Fe
Pd: padre Cristiano Indignado NO es cristiano. Sólo para evitar engaños.

---------------------------
No sabía lo de la PD. gracias
03/07/15 3:27 PM
  
Maga
Luisfer, soy español y lo que cuenta está totalmente distorsionado por la propaganda de la Leyenda Negra. Por cierto, el Museo ese de Toledo es u Monumento a la Leyenda Negra y no a la verdad histórica. Aquí nadie, yo al menos, trata de ser caritativo con la Inquisición. Se trata de comprenderla en su contexto histórico y de buscar la verdad histórica, bastante diferente a las leyendas negras o rosas, Protestantes o Iluministas.
03/07/15 5:00 PM
  
Maga
Yo 2, Carrillo en Paracuellos ejecutó de una tacada a bastantes más personas que la Inquisición en 5 siglos. Que yo sepa, Carrillo no lleva encima ninguna leyenda y mira que era representante de una de las ideologías más repugnantes y genocidas de la Historia : el Marxismo.
03/07/15 5:03 PM
  
Maga
P.D. Yo 2, lo de Paracuellos se hizo en 1 mes. No en tres años. A lo largo de Noviembre de 1936.
03/07/15 5:04 PM
  
Maga
Última postdata para Luisfer : le quería terminar de decir que más del 90%de los Instrumentos de Tortura del Mal llamado Museo de la Inquisición de Toledo proceden de los Tribunales Seculares de la época. Esto de seguir a un farsante y Pseudohistoriador como Llorente, que tanto mal intelectual ha hecho durante 2 siglos, tiene sus consecuencias en estos desenfoques. Por cierto, durante toda mi vida a la gente mayor que he conocido tanto en mi Galicia natal como en otras zonas de España, le sonaba como algo casi prehistórico. No noté a nadie traumatizado, porque hubiese Inquisición hace siglos. Más bien los traumatizados se encuentran hoy día por influjo ideológico.
03/07/15 5:20 PM
  
Ricardo de Argentina
Viene bien el comentario de Luisfer para graficar cómo actúa la Leyenda Negra: ametralla esperando que algo quede. Tal como enseñaba el perverso Voltaire:"Miente, miente que algo quedará".
Si los tópicos son meras flatulencias, poco importa; habrá quienes sepan discernir, pero los ignorantes los comprarán a precio de cosa buena y creíble. Especialmente si el vendedor adopta una pose tan agresiva, "convencida" y hasta enfadada como la que nos regala Luisfer.

Buen trabajo chico. Si pruebas en otro ambiente, quizás encuentres quien te crea.
03/07/15 6:08 PM
  
Luis Fernando
Es altamente recomendable leer este artículo de Vicente Ángel Álvarez, Catedrático de Historia:

¿Es arriesgado pedir perdón?


03/07/15 6:56 PM
  
Luis Fernando
LuisFer:
venga a España, venga a los pueblos pequeños del interior y observe la reacción de la gente, los mayores sobre todo, cuando les nombra a la Inquisición.


Luis Fernando:
Oye, tocayo, que en este portal estamos muchos católicos españoles que podemos afirmar que eso que dices es una solemne majadería. Además, ridículo. ¿O acaso queda vivo algún anciano cercano a los cien años que conoció un tatarabuelo que vivió cuando la Inquisición seguía vigente?

En fin...
03/07/15 7:02 PM
  
Falco Lombardi
Pregunta medio off topic:

He visto en algún blog de este portal que mencionaron a una historiadora (creo que es francesa) que tiene libros que desmienten un montón de leyendas negras sobre la época medieval, ¿alguien sabe de quién hablo?, ¿me recuerdan su nombre?

Saludos.

------------
Estimo que lo pudo haber visto en este mismo blog. Es Régine Pernoud; en mi blog original, en la parte de libros, puede encontrar algo; aquí: http://quenotelacuenten.com/libros-recomendados/
03/07/15 7:14 PM
  
Forestier
En Catalunya entre julio de 1936 y diciembre del mismo años, siendo presidente de La Generalitat Lluís Companys, se asesinaron más de 9000 catalanes (6000 sacerdotes y religiosos). Lluís Companys (que estaba aupado por la Guardia Civil, la Guardia de Asalto, el Somatén, los Mossos d`Esquadra, los militares, los sindicatos anarquistas, etc), como homenaje de tal presidencia, se le han dedicado varios monumentos en distintos lugares y en Barcelona, el consabido monumento, una importante avenida y un estadio olímpico. Y después vienen lloriqueando los historiogatos de la "leyenda negra" que se ponen transcendentes al hablar de las culpas de la Inquisición.
04/07/15 12:16 PM
  
Ricardo de Argentina
LF, gracias por el enlace.
Se me había pasado leer ese artículo que está imperdible y que dice algo que era urgente que alguien dijese.
¡Y qué bien lo dice!
04/07/15 12:59 PM
  
Ricardo de Argentina
Forestier, lo que dices me hace pensar que los españoles estáis de liquidación.
Casi como los argentinos.
¡Homenajes, estatuas, avenidas y estadios dedicados a un asesino que sólo gobernó 6 años una región española! ¡Y habéis borrado del mapa a Franco, que gobernó España por 40 años sometiendo todos sus actos a la justicia humana y a la divina!
Es más, perseguís a su memoria con un afán que bien merecerían los admiradores y seguidores del justamente fusilado separatista catalán.

No hay que admirarse, pues, de las cosas que pasan hoy en la irreconocible España. Más bien habría que admirarse de que no sucedieran.
04/07/15 1:33 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.