6.02.21

La "autodeterminación" (por lo civil y lo eclesiástico)

Los ejemplares “de libro” de la PROGREZ, civil y/o eclesiástica, están ahora, como si hubieran descubierto de nuevas el bacalao al pil-pil, por la “autodeterminación": que a progres no les gana nadie. Y van descubriendo tantas cosas que, en su enciclopédica ignorancia, ni saben que ya están inventadas desde hace muchos siglos; incluso milenios. ¡Será por progres!

Su último “invento-aplicación” de la tal postura ha sido, por lo civil, la “autodeterminación del sexo", empezando por los menores de edad: ¡que hay que enseñarles todo desde bien pequeños para que vayan derechos. Que luego se tuercen, y no hay forma de enderezarlos!

Como es “lógico", en su mundo enloquecido por las ideologías -que es lo que tienen: enloquecen a los que se dejan atrapar por ellas-, no les basta y les sobra con mirarse al espejo y respetar lo que se ve: ¡la realidad no va con ellos!

Ellos son miembros -con carnet y pedigrí- de la PROGREZ más acendrada, y necesitan ir más allá de la propia realidad: quieren ser, no lo que son “naturaliter", sino lo que quieren ser “por sus pistolas"; si es que lo de las “pistolas” tiene aún algún sentido en este “mundo feliz", por ilusorio e irreal, en el que uno se “autodetermina” a placer y a voluntad. Así son, y esto producen las ideologías a go-go.

¡"Como cabras"!, que diría el clásico. Con perdón de las cabras que, no solo no tienen culpa de estos desvaríos tan IN-humanos, sino que ni se les ocurre no ser cabras: ¡ellas están cuerdas “por naturaleza", y no pretenden salirse de ahí! ¡Que serán cabras, sí, pero no tontas!

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1.02.21

"Bla, bla, bla" (por el card. Aguiar. Primado de México)

Este buen Sr. Cardenal, Primado de Mëjico dicen los papeles, los ha perdido totalmente: los papeles. No se le ha ocurrido otra cosa que entrarle al trapo al panfleto RD del “veneno mortal", o sea, el Vidal, que le hace una entrevista. O eso dicen ahí.

¿Tema? Los homosexs y la homosex: de rabiosa actualidad, en la que van primeros en el ranking, por razones inconfesables: de hecho, no las confiesan. Pero es así. Tampoco nos aclaran los políticos el por qué del éxito: pero también es así.

Por supuesto, siempre les viene bien buscar algún eclesiástico, cuanto más alto en la jerarquía mejor, para apuntalarse y escalar ese primer puesto, también en la Iglesia Católica. Donde, hasta no hace mucho, no tenían esa cancha que ahora sí tienen. ¡Cosas de la vida!

Pues este buen Sr., ya digo, cardenal “católico a lo biden” -están saliendo del armario bastantes más de lo que uno podría llegar a creerse-, larga en esa entrevista lo siguiente, que comentaremos convenientemente, “traduciendo” las expresiones que utiliza, para no perdernos en un bla-bla-bla pernicioso, por infame.

“Todo bautizado, independientemente de su conducta, es hijo de Dios y se le debe ofrecer los medios necesarios para crecer en la fe. Su respuesta es libre y debe ser respetada”.

Casi podría aceptar esta primera proposición; aunque, al no descender a la letra pequeña, da la impre de que desorienta no poco. O puede desorientar.

Que “todo bautizado es hijo de Dios", va a Misa. Que “se le debe ofrecer los medios para crecer en la fe", exactamente igual: tiene todo el derecho. Que “su respuesta es libre": acaba de descubrir la rueda y la pólvora de una sola tacada.

Ahora bien, ¿qué quiere decir este buen Sr. con que su respuesta “debe ser respetada"? Pues así, y sin más matices… emborrona, en lugar de aclarar.

Si por “debe ser respetada” quiere decir que no se le puede echar a la hoguera por no ser un santo, me parece fenomenal. Si con esa expresión quiere significar que, reaccione como reaccione, por ejemplo, reafirmándose en su práctica homosex, esa “respuesta” va también a Misa: pues mire por donde, Sr. cardenal, eso ya no cuela. Y el buen cardenal, no aclara nada, como es norma ya casi obligada.

Y no cuela, por la sencilla y radical razón de que la Palabra de Dios -que puede que tal expresion aún le diga algo a un sr. cardenal, incluso primado de Méjico-, dice exactamente lo contrario: condena ese tipo de cosas, y otras del mismo nivel.

Seguimos, que la cosa va a mayores.

“Antes de ofrecer estrategias a desarrollar es indispensable partir de lo que la persona, el grupo o la comunidad homosexual exprese, proponga o sugiera”. ¡Vaya empanada mental que tiene este buen Sr.! ¡Al revés te lo digo, Juana, para que me entiendas!

Para empezar, la Iglesia Católica, no esta “nuevita” que se está estrenando ante nuestros ojos, y que pretende consolidarse, arrumbando la que ha salido de las manos de Jesucristo, regada por la sangre de tantísimos e innumerables mártires que por doquier, ayer y hoy, la han derramado a imitación de Cristo, no tiene “estrategias a desarrollar". Para nada.

Tiene a Cristo: su Vida, su Doctrina y sus Sacramentos; tiene al Magisterio de siempre, el que es fiel a todo lo anterior; y tiene, la Tradición, consolidada en milenios de excelente hacer en su fidelidad a Cristo. O sea: lo que “es” la Iglesia, frente a lo que no lo es; ni aunque lo pretenda.

Lo de “partir de lo que la persona, el grupo o la comunidad homosex exprese, proponga o sugiera": es el mundo al revés. Algo que se ve, dia sí y día también, en tantos sitios y por parte de tantas personas -supuestamente de Iglesia Católica-, que pretenden darnos el cambiazo.

Claro que este cambio de chip tiene un origen: el CV II, que es el que lo certifica, lo “bendice” y lo “obliga", sí o también.

La Iglesia, por contra, siempre parte de Dios. Y, desde Él, va a las personas, grupos o comunidades. NUNCA parte de lo que pretendan estos; máxime, cuando lo que pretenden es incompatible, cien por cien, con lo que la Iglesia ES.

Desde aquí, la Santa Iglesia GOBIERNA y ENSEÑA; y así, SANTIFICA. Los clásicos TRIA MUNERA de toda la vida de Dios. Algo que también se les ha olvidado a una gran masa de jerarcas, que son tan “católicos” como Biden, o así. O que, directamente, los desprecian. Tal cual.

Para este buen Sr., los medios a emplear en “ayuda” de los tales es la “asesoría humano-espiritual” y “establecer talleres para compartir las experiencias y fortalecer su fe”. Sé cardenal-primado para decir lo mismo que podría decir Zapatero, por orden de Soros, que es el que paga, entre otros, a los mindundis. También cobra, claro, y mucho más, que hay que hacer caja.

Es como si todo un ministro de “Justicia", se dedicara a favorecer a los criminales -por ejemplo, de ETA, ya que estamos en España-; o un ministro de “Sanidad” y en tiempos de pandemia, se dedicara a hacer todo lo posible para que muriesen cuantos más, mejor.

Esta es -y así es- la genuina “nueva iglesita", que el Señor confunda. 

Para rematar su Bla-bla-bla, no le podía faltar, y por eso lo añade: “…, descubriendo al Dios revelado por Jesucristo, Dios de misericordia y amor”. Palabras que, después de todo lo anterior, no significan -no pueden significar ya-, lo que literalmente afirman. Pero en algo se tiene que esconder…

Amén.

26.01.21

¿Qué hacer con Biden? (desde/por lo eclesiástico).

Me refiero a qué hacer con Biden desde la Iglesia Católica, que es mi horizonte más cercano e íntimo: el único que en verdad nos debe importar, muy en primer lugar. Hablo en católico.

Porque Biden se declara “católico practicante". Incluso en algún medio ha salido que ha ido a Misa. ¡Toma ya, Jacinta, que hay boniatos asados!

Eso sí: en cuanto se ha sentado a la mesa oval -con la alfombra azúl-demócrata de rigor: ¡la democracia ha vuelto a EEUU! ¡Muera Trump!-, se ha puesto a firmar “órdenes ejecutivas": nuestros “decretos” de “aquí mando yo, y punto", tan queridos por la infame progrez.

Y como no podía ser de otra manera, porque esto también está en el ADN de la misma progrez, ha empezado a soltar millones a espuertas para pagar “abortos-barra libre". Y, ya puestos, a financiarlos también por el resto del planeta: algo que se había cargado el “malo-malísimo” de Trump. Como bastante más cosas.

Ante esta toma de postura por parte del “católico practicante” Biden -al que “desde siempre, su fe inspira sus decisiones", según rajada propia suya de él-, y atendiendo a sus altísimos aplaudidores, ¿qué debe hacer la Iglesia?

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20.01.21

Pasión por la Santidad. IIª parte.

“Santos de altar". “Santos de veras, auténticos, canonizables. Santos de altar. Santos, sin que nos falte un pelo". Así hablaba y escribía san Josemaría, Fundador del Opus Dei, dirigiéndose a la inmensa mayoría de hijos de Dios en su Iglesia en medio del mundo: los “cristianos corrientes". Por supuesto, valía también para sacerdotes y religiosos.

En su corazón y en su alma no tenía otro horizonte. La misma “pasión por la Santidad” que buscaba y quería para él, la transmitía y sembraba en todo el que quisiera escucharle. Este era el “banderín de enganche” que esgrimía. Y no tenía otro; porque, en Dios y desde Dios, tampoco no hay otro, como hemos dejado claro en el post anterior.

Esos “cristianos corrientes", eran, son, la mayoría silenciosa; estaban profundamente presentes en el mundo como CATÓLICOS auténticos, de veras, sin que les faltase un pelo; como sal y luz, amén de levadura que hace fermentar toda la masa, como enseñaba Cristo.

Este era el panorama desde el segundo “uno” de la vida de la Iglesia naciente. Una Iglesia que fecundó todo el mundo occidental de aquél entonces, para ir extendiéndose paso a paso, hasta llenar el mundo, tanto el “viejo” como el “nuevo". 

Se acabó cumpliendo aquella máxima, acuñada por Tertuliano: “somos de ayer, y lo llenamos todo: ciudades, islas, fortalezas, municipios, aldeas, los mismos campos, tribus, decurias, palacios, Senado, Foro: solo os hemos dejado los templos". (Apologeticum, XXXVII, Año 197)

No se queda ahí, sino que describe también, con gozo contenido y detenimiento, la vida de esa “casta” de “cristianos corrientes", apestados para el mundo “oficial y oficialista", pero luminaria divina en medio del mundo:

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11.01.21

Pasión por la SANTIDAD. Iª parte.

La SANTIDAD es la GRAN pasión del Señor: ¡Él es SANTO! ¡Si la Tercera Persona de la Santísima Trinidad se llama, precisamente, Espíritu Santo, el Santificador, que nos ha sido enviado por el Padre y el Hijo!

Por tanto, Él es Santo y nos quiere santos, a nosotros sus hijos: no en vano, y por la Gracia bautismal, participamos de su misma naturaleza divina: consortes divinae naturae, se nos revela en el Nuevo Testamento. Para nosotros, no hay nada más grande en este mundo, ni en el otro: porque perdura por toda la Eternidad.

Ya en el Antiguo Testamento Dios nos había dicho y escrito en repetidas ocasiones por mano de sus Profetas: Sereis santos para Mí, porque Yo, Yahweh, soy santo. (Lev 11, 44-47; 20: 26; 21: 8; Num 6: 5; 15: 40). En una traducción más “cercana” e “íntima” de la expresión griega y/o latina, pero sin perder un ápice de su intensidad, podríamos también decirlo así: Seréis “mis santos", porque Yo, Yahweh, soy santo.

Como es lógico, natural y sobrenaturalmente hablando, Jesucristo, no deja de levantar, bien visible y muy en concreto esta “bandera”: Sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto, nos dirá. Y, por  cierto, no podría señalar nada más excelso. Pero también aquí podríamos traducirlo de este modo: Sed “santos", como vuestro Padre Celestial es “santo”, sin que cambie un ápice ni su sentido ni su fuerza.

Esa misma “pasión” divina la quiere Dios para todos nosotros, sus hijos. Por eso, esta debe ser nuestra primera PASIÓN: debemos vivir APASIONADAMENTE nuestra vida cristiana en toda su plenitud.

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