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29.12.17

"Fariseísmo" en estado puro. Y creciendo.

Aclaro, de entrada, que no me refiero para nada a los judíos. Tomo el término “fariseísmo” con la acepción que trae la RAE: “actitud hipócrita". Y también me pronuncio en contra de la violencia contra las mujeres, contra los hombres, contra los niños y contra los animales: contra TODA violencia, y no solo contra “alguna” y “selectiva” violencia, porque eso es simple e inmoral ideología.

Y lo de “fariseísmo” lo traigo a cuento -y lo denuncio- por los llantos, enfatizaciones, lagrimeos postizos, “rasgarse de vestiduras", clamores al viento, etc., etc., que, con ocasión de las últimas víctimas de la titulada por la progrez izquierdista, pero asumida inmediata y ovejunamente por la derechista -que pretende que a progrez no les gana ya nadie, y van perdiendo por goleada: lo de Cataluña es sintomático, aunque no lo quieran reconocer ni, mucho menos, valorar-, “violencia machista o de género". No hay medio, incluído la COPE, que no esté en este ajo.

¡46 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas! [a estas alturas, 48 o 49 ya] ¡Intolerable! ¡Dónde vamos a parar! ¡Hay que acabar con esta lacra! ¡Ni una más! ¡Estamos fracasando como sociedad!  -por cierto, la única verdad que he oído en todo esto-, etc., etc. Que lo habrán oído como un mantra o como un lavado burdo de cerebro, machaconamente. En la mejor tradición marxista y/o leninista, porsu. Que, por cierto, se ha comido a la tradicional “derecha” en todas partes, y se ha pasado a un ovejuno “¡sí, señor!” respecto a la progrez “auténtica": la de toda la vida, la de máster y pedigrí certificados en alguna universidad… ¡católica, por supuesto!

Bueno, en todas no: no en EEUU, con Trump, que no es de “derechas", sino que va por libre y está muy por encima del stablishment oficial y oficialista -como debe ser-, y que ha hecho más por su país y sus habitantes -por todos ellos: también por los que no piensan como él, y contra los que ha tenido que luchar con tesón, y con algo más- en un solo año que Obama en ocho: que lo desgració por todos lados. Y al resto del mundo, también.

A lo que iba, Tomasa.

¡48 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas! Tristemente, el matrimonio -casadas o no-, ya ni se nombra: se le ha borrado -perseguido hasta la extinción- como al callejero franquista, o como a la espada de San Fernando, o como al yugo y las flechas de los RRCC. Que éste es el nivelón.

Y, naturalmente -en lo que es “natural” para la progrez de todo signo, claro-, no se dice -se callan como muertos-, cuántas de esas mujeres asesinadas estaban “casadas” -lo que ha venido siendo, y se ha llamado hasta hace poco más de cuatro días, “casadas"- y cuántas estaban “emparejadas” o “exparejadas". Porque el dato es muy significativo -¡los datos son los datos!- para saber lo que se está DESTRUYENDO -que no “construyendo"-, con las leyes que están sacando adelante, país a país, incluso con amenazas y “multas” o “castigos", los auténticos amos del mundo: los del NOM.

Sólo una mujer asesinada ya es, efectivamente, un fracaso de la sociedad. Lo de las “órdenes de alejamiento” sería para estar riéndose hasta después de Reyes si no fuera por las tragedias, irremediablemente trágicas, que se han generado; para más inri, ¡con la ley en la mano! Pero a ésto hemos llegado, ésto nos han impuesto, y ésto es lo que se ha votado.

¡Por supuesto que estoy en contra de cada una de esas muertes! Pero hay que “poner los puntos sobre las íes” porque, en caso contrario, perdemos todos la cordura, y no haremos más que ahondar el mal hecho e instalado ya, desgraciadamente, dentro de nuestras sociedades; si a esto se le puede seguir lllamando aún “sociedad"…

Que no. Porque una sociedad que admite que sus dirigentes firmen y pongan en marcha la ley del aborto, automáticamente deja de ser sociedad porque ha abdicado de todas sus coordenadas: las que la constituyen -y la defienden- como tal. Como el gobierno que la firma -la ley del aborto-, ” se deslegitima automáticamente"; así lo denunció, proféticamente, el santo papa Juan Pablo II. Y a los “frutos” -los datos- me remito.

Y el primer punto es el siguiente. No puede uno rasgarse las vestiduras tan “selectivamente” porque entonces se queda con el antifonario al aire. Vamos: que se le ve el plumero y más. Es lo que he catalogado de “fariseísmo en estado puro". Como no se puede vociferar contra el maltrato animal y estar a la vez a favor del aborto. Como no se puede callar que toda la “educación” que favorece la promiscuidad sexual desde críos favorece el aborto, favorece el maltrato de la mujer, favorece la autanasia, la corrupción, la  perversión de menores…, todos los males habidos y por haber. Por su propia lógica, o por su propio peso.

No es honrado, no ya en el plano moral sino ni siquiera en el plano puramente intelectual, enfatizar LO MENOR y no decir ni una sola palabra respecto a LO MAYOR. ¡Entre 48 mujeres asesinadas este año -lo menor- y 110.000 bebés asesinados también este año -lo mayor-  (para añadir más iniquidad, en el propio vientre de sus madres) -¡que ya son criaturas, y ya son madres-, todavía hay clases! ¡Digo yo! ¡Y estar a todas horas con las 48 y callar, a sabiendas y como muertos, lo de los 110.000 es INMORAL! ¡Aunque lo pregone la COPE, que ya se ve que le ha picado el mismo “mosquito” del fariseísmo que al resto de medios! Y, por tanto, se ha vuelto tan farisea como el resto.

Sí, ayer, día de Los Inocentes, lo decía muy clarito el doctor Poveda, uno de los fijos todos los 28-XII: “Estar a las puertas de la Dator es como estar a las puertas de Auschwitz".

Este el progreso de la progrez: llevarnos a Auschwitz como futuro. Han empezado con los bebés que tienen el atrevimiento de pretender nacer -¿habrase visto mayor delito?-, han seguido con los ancianos, que salen carísimos, han pasado luego a los enfermos, tengan la edad que tengan, y pronto señalarán a los que llevan gafas, o son calvos, o están en edad de parir -¡qué horror: más niños!-, o tienen pecas… Total, lo de menos es el motivo a esgrimir: ¡lo que nunca dirán es que les pone matar! ¡O lo que cobran por instaurarlo!, que es la otra posibilidad real que queda.

Pues ya saben: a seguir votando a este personal y a pagarles sus sabrosos sueldos; que vendrán un día y se lo llevarán. Sí, a usted. “¿Y por qué a mí?", podrán preguntarse en el último viaje como dicen en el anuncio. “Porque me has votado", te podrán contestar. Y con razón.

¿Y los obispos? Pues ¡qué les voy a decir! Unos están muy ocupados en sus terruños: Cataluña, sin ir más lejos, y no tienen tiempo para más. Otros, están muy ocupados con los migrantes -no creo que lleguen a 5000, y repartidos entre todas las diócesis no les ocupan ni un finde, pero en fin, en algo se han de entretener-, y que les parece lo absolutamente esencial y necesario para la Iglesia Católica en España a día de hoy y no descolgarse de “los signos de los tiempos", y tampoco pueden ocuparse en nada más, porque no tienen más brazos; ni seguramente más inteligencia tampoco. De otros, no sabemos en qué están, porque ni lo dicen: sabemos, sí, que existen porque salen en el Anuario, pero casi nada más.

Sólo algunos -muy pocos aún- están en lo que tienen que estar, van contracorriente, luchan, hablan y desenmascaran las ideologías de muerte: encarnan al Buen Pastor.

¡Muchas gracias, de corazón, a estos últimos!

Y todo esto de las muertes de las mujeres y del aborto a tumba abierta lo traigo aquí, hoy, a cuento de que el próximo domingo, fiesta de la Sagrada Familia, la Iglesia Católica lo declara “Jornada en favor de la Familia y de la Vida".

¡Ojalá recuperemos la cordura, el sentido común, y el sentido moral de nuestra vida! Pero si no luchamos por ello, nos lo quitarán todo.

26.12.17

"Las anécdotas", por Óscar Ojea

Lo acaba de proclamar, a todos los vientos australes el casi neonato Presidente de la CEA, mons. Óscar Ojea: “La figura del Papa está afectada, en Argentina, por algunos medios que, sobre todo, se detienen en anécdotas". Y abunda -pretende desenmascarar, supongo- en las intenciones de tales medios: “hay un deseo", dice, de “dañar su figura". Supongo que, si lo dice tan rotundamente, lo sabrá; o, al menos, tendrá sus sospechas. Digo yo.

Con todo, y aún circunscribiéndose en sus declaraciones a la Argentina, mons. Óscar -promovido a obispo auxiliar de Buenos Aires por el card. Bergoglio en 2006; en 2009, obispo coadjutor de San Isidro, con derecho a sucesión, cosa que alconzó al poco- se suma al desfile de declaraciones y aplausos al Santo Padre en un intento -¿vano?- de acallar lo incallable.

El tiempo -la Providencia, claro-pondrá la cosas en su sitio. Y de hecho para mons. Ojea -de abuelos gallegos asentados en aquel enorme país- el tema está claro y cerrado: “El Magisterio de Francisco lo va a sobrevivir". Me parece que, sin la inestimable ayuda de Santa Lucía, no creo… Hay publicadas unas palabras de Fracisco, bien que “of the record", en las que hacía la confidencia de no querer pasar a la historia como el Papa que la lió. [No son las palabras textuales: sólo recojo la idea].

Ahora bien, ¿a qué se refiere, monseñor, cuando califica las descalificaciones públicas y pubicadas como anécdotas? Porque poner como ejemplos que si se ha reunido con esta persona y no con esta otra, que si más veces con esta que con la otra, si sonríe o no sonríe, si entrega un rosario o no, etc., efectivamente son anécdotas.

Pero las cosas no van por ahí. ¿O quizá no se ha enterado don öscar? ¿No le han llegado las palabras del Papa de felicitación de la Navidad a sus curiales? ¿Y las del año pasado, o las del anterior? ¿El “pollo” que se ha montado con la AL -que ha partido ya en dos prácticamente a la propia Iglesia, que ya es partir- es por si ha dado un rosario de más o de menos, o por si ha puesto una coma de más en el texto, o por tener alguna falta de ortografía? Un poquito de seriedad, monseñor. Que el cargo se lo pide. Que va para cardenal, oiga.

Esto -estas posturas, este pasteleo, esta falta de cuajo, estas sinsongardas, esta inanidad, esta superficialidad en quien forma parte de la Jerarquía católica-, es lo que más desgarra a las almas buenas, que las hay: mucho más abundantes que las malas, por supuesto. Y que hacen mucho menos ruido, también. Pero no se chupan el dedo; por el contrario, sufren bastante más.

A mi, personalmente, si recibe a Evo nada más proclamar éste el aborto libre en su país o le deja de recibir, me trae sin cuidado. Que lo reciba el Papa; lo del aborto, en absoluto, pues es una auténtica monstruosidad. Pero por recibirle, ni he escrito ni voy a escribir una sola línea. Pero sobre la AL he escrito muchas; y si hace falta -si lo considero oportuno-, seguiré escribiendo: porque no puedo callar. Para nada.

Y pretender que la AL es “una anécdota", o “camuflar” lo que ahí se dice -y se confirma luego personalmente por el autor- con el tema de los rosarios o de  las sonrisas, pues qué quiere que le diga, monseñor.

Pues se lo voy a decir: ¡¡¡MUY MAL!!!

Ya sé que usted no me va a leer: pero es que no escribo para usted. Escribo para la Iglesia, para las buenas gentes, para tantos obispos y para muchos más sacerdotes: para no dejarles solos;  para los que han dado la cara, y especialmente para aquellos a quienes se la han partido. Y escribo porque soy sacerdote.

Y por el Señor. Porque ¡pobre Jesús!