InfoCatólica / Non mea voluntas / Archivos para: 2017

5.11.17

"Uno sólo es vuestro maestro, el Mesías" (Mt 23, 12)

Es el Evangelio de ayer, XXXIº domingo del TO, del que copio una par de frases: Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno sólo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno sólo es vuestro maestro, el Mesías.

Lo recojo porque me parece que la actual situación de confusión y polémica que se ha generado -y se genera- de unos años a esta parte, es una situación inédita en toda la historia de la Iglesia: es lo nunca visto ni oído. Y la explicación no puede ser sólo que estamos en la era digital. Es una polémica generada en su interior, y está partiendo en dos a la Iglesia Católica: porque la está polarizando y, en consecuencia, está enfrentando y fracturando las dos partes. ¿De intento? Da toda la impresión, porque no hay otra explicación posible: sería y se haría ininteligible.

Las posturas, que se hacen públicas ya no sólo sin ningún pudor sino también con “ganas", podrían concentrarse en estas dos. Una, la que “está a muerte” con el Santo Padre, diga lo que diga, y haga lo que haga; da lo mismo: ” él es la Cabeza de la Iglesia, y puede hacer y deshacer; además, nosotros no somos nadie para juzgarle". Por supuesto, es lo que dice “literalmente” la Doctrina Católica y es la postura “ortodoxa", por decirlo de alguna manera, respecto a lo primero: “es la Cabeza de la Iglesia", y no tengo inconveniente en recojerlo, aunque luego volveré sobre el tema. Respecto a las otras connotaciones o añadidos, ahí hay mucho que matizar. Y lo haré.

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30.10.17

El culto a la personalidad, mera idolatría

El “culto a la personalidad” está al orden del día. Y por una razón simple pero poderosa: la vida que se busca y se quiere sin Dios -ut si Deus non daretur!- lo genera; porque “a menos Dios, más hombre", con todo lo que eso conlleva de tragedia para el propio hombre; que a Dios, la desafección del hombre no le afecta.

Son las señas de identidad -inequívocas, netas, claras, determinantes- del mundo pagano -y/o paganizado- y de sus periódicos “renacimientos"; en grado sumo hoy más aún que ayer; aunque, por desgracia y como vemos a nuestro alrededor, siempre cabe más.

También lo explica perfectamente aquello de que “menos Iglesia Católica” lleva también necesariamente al uso y abuso de “más hombre". Lo estamos viendo y padeciendo también cada día.

El tema no es, por tanto, nada nuevo, sino que es el pan de cada día a nivel personal, cultural, social, político y religioso: todos nos debatimos en la libre y tremenda elección de “o Dios, o yo": no hay más “historia” realmente.

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27.10.17

"...gritarían las piedras" (Lc 19, 40)

Desde que llevo escribiendo en el blog, en Infocatólica, he recibido algunos comentarios que, reunidos y resumidos, suenan así: “ante la situación creada por las influmables declaraciones de algunos -altos, medios, bajos- miembros de la jerarquía católica, lo más católico frente a tales barrabasadas -según estos comentaristas- es ‘oír, ver y callar". Esta actitud, ciertamente, se puede y debe complementar con ‘rezar’, que siempre es muy bueno y es muy católico también. Si no haces estas cosas, si te atreves a denunciar que esas declaradas -deseos, afirmaciones, proyectos- de esos personajes -por muy de la jerarquía que sean, y más aún por eso mismo-, no casan con ‘lo católico’, entonces eres malo porque incitas y provocas inquietudes, dudas y zozobras gratuitas en las almas buenas e inocentes; y, por tanto, el malo eres tú, además de ser un rebelde y un soberbio".

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23.10.17

La demolición..., sillar a sillar

Humanae Vitae

Ya sé que lo que yo escriba no va a surtir ningún efecto práctico, y menos en sentido vertical o sea hacia arriba. Pero la verdad es que no escribo hacia la cúpula, sino precisamente hacia abajo: hacia la gente normal y corriente: católicos que se sienten desconcertados, desamparados, dubitativos, inquietos, descorazonados e incluso perseguidos…

Y no es para menos, porque las cosas están mal, y van a peor; a mucho peor, porque nadie con la autoridad necesaria va a entrarle a toda esta locura. La última -de momento: dentro de media hora puede salir otra, también sonada; de las que no suenan ni nos enteramos, pero también existen, a manta-, la del Secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, de apellido Galantino, colocado a dedo por el Sumo Pontífice: otro “gallo” que le sale rana… y ya he perdido la cuenta. No tiene suerte en esto de nombrar, la verdad.

A este sinsorgo eclesial sólo se le ha ocurrido decir que lo de Lutero “fue un acontecimiento del Espíritu Santo"; lógicamente, después de semejante majadería, no tenía más remedio que colocar al personaje como “un testigo de la Fe” y “un renovador del anuncio evangélico". O al revés: para colocarlo ahí tenía que traer a colación ni más ni menos que al mismísimo Espíritu Santo: si no, no colaba.

Ahora en la Iglesia Católica le va a tocar el turno a la “Humanae vitae", la encíclica del beato papa Pablo VI, que se enfrentó a toda una “praxis” doctrinal y pastoral que estaba obsoleta y necesitaba una puesta al día: era insostenible, máxime teniendo en cuenta que ya se estaban infiltrando unas prácticas inasumibles por la Iglesia -inmorales- y se estaban inquietando y envenenando conciencias. Con la HV el Santo Padre reafirmó el amor conyugal verdadero -abierto a la vida- como el fundamento antropológico del matrimonio y, en consecuencia y por lo mismo, poniendo la calidad de ese amor -del amor conyugal- como el fundamento de todo el orden moral del mismo matrimonio, y de la familia que éste funda.

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18.10.17

En la Iglesia, hay escándalos mayores que la pederastia

Spadaro SJ

En estos últimos años, y fruto del desmadre espiritual, doctrinal, disciplinar y pastoral montado en tantos sitios del occidente -antes católico, ahora no-, se han destapado una serie de casos de pederastia perpetrados por sacerdotes y religiosos; infinitamente menos, tanto en números absolutos como relativos, si los comparamos con los de otras instituciones civiles, militares, políticas o religiosas de distinto pelaje.

Aún siendo menos, ciertamente son más “escandalosas” por venir de quienes vinieron; y la Iglesia Católica, con caridad para con las víctimas y con valentía y mano firme para con los autores y quienes les “protegieron” -o pretendieron “mirar para otro lado” de un modo u otro-, se preocupó con decisión, desde las mismas leyes eclesiásticas y con firmeza disciplinar y pastoral, de atajar todos los casos. Y ha cercenado el tema sin contemplaciones. Cosa, por cierto, que no pueden decir las otras instituciones que, públicamente, no han hecho nada o casi; y han tenido casos muy, muy sonoros y sonados.

Dicho esto, hay que decir también que, a día de hoy, en la Iglesia Católica hay otras “cosas” que son mucho más escandalosas y mucho más dañinas, para la misma Iglesia y para sus hijos, que la pederastia. Con perdón. Y están al orden del día. Públicamente. Y amparándose en el papa Francisco; si con razón o sin ella no entro ahora, pero sí lo constato, porque lo dicen ellos mismos; y en el caso que nos ocupa, el p. A. Spadaro, sj por más señas, de todas las veces que ha largado -y ya son unas cuantas-, no ha sido desmentido o desautorizado nunca por la autoridad competente, a la que recurre con soltura, que se sepa, y se sabe. Y ahí están, erre que erre, sus declaradas y nunca desmentidas palabras.

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