InfoCatólica / Tal vez el mundo es Corinto / Categoría: Evangelizar

26.12.15

Claves cibernéticas de evangelización en el siglo XXI

  1. Cristo nunca te deja en “visto"!
  2. Con la Cruz no se puede dar “compartir” si antes no se ha descubierto “me gusta.”
  3. El álbum más precioso del perfil de Cristo esta el corazón de su Santísima Madre, la Virgen María.
  4. En la presencia del Señor no existen grupos privados, y ni siquiera contraseñas.
  5. La pregunta fundamental de la fe cristiana: ¿Cuántos de los “amigos” son verdaderos “seguidores"?
  6. El juicio universal es un “evento” al que todos tendremos que ir, no importa lo que digan las creencias del propio “perfil.”
  7. Ante Cristo, en toda su majestad, la expresión OMG! ya no será un chiste ni una simple exclamación.
  8. En el Instagram de Jesucristo tu perfil se ve con un solo filtro: ETERNIDAD.
  9. Cada sagrario tiene un registro automático de ubicación que reporta tu presencia en los cielos.
  10. Cristo conoce y acepta todo tu “timeline” ¡pero quiere escribir contigo “eventos” nuevos!

[En recuerdo de afecto y admiración por el Papa que guió la barca de Pedro
a las puertas de Tercer Milenio
]

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14.09.15

Prepararse para lo improbable, 1 de 2

El mundo contemporáneo abunda en sorpresas. Lo inesperado es el recurso cotidiano para ganar un poco de atención y unos segundos del precioso tiempo de posibles clientes o compradores.

El problema es que en una sociedad progresivamente desconectada de sus raíces culturales, e incluso raciones, más y más cuestiones caen en la penumbra de lo “decidible.” La típica sociedad liberal deja prácticamente abiertas a discusión interminable asuntos tan decisivos como el aborto, la estructura de la familia o la modificación genética de la especie humana. Es apenas natural, entonces, que diversos grupos de intereses quieran hacerse oír de modo que sus agendas particulares puedan imponerse por encima de la cacofonía reinante. A su vez, esto implica que nuevos modos de publicidad y marketing hagan su aparición en los lugares menos esperados, precisamente porque el factor sorpresa es vital para el éxito de esta clase de campañas.

En sí misma, la capacidad de sorprender es moralmente neutra, diría yo. Jesús fue “sorprendente” muchas veces y en la Historia de la Iglesia no han faltado novedades y sorpresas que han hecho posible o más eficiente o más amable la evangelización. De hecho, todo o casi todo lo que damos por descontado en nuestra vida cotidiana como creyentes, algún día fue sorprendente. ¿Se usaban las campanas en la Jerusalén de la  época de Cristo? ¿Se rezaba el rosario en tiempos de San Gregorio Magno? ¿Escribió San León Magno meditaciones para el Via Crucis? ¿Qué dice San Ireneo del uso del órgano tubular en la liturgia? ¿Se postró San Bernardo ante algún Pesebre (o Belén, o Nacimiento, según se le conoce en otros sitios)? La respuesta a todas estas preguntas es: No. Lo cual quiere decir que el uso de campanas, el rezo del rosario, la práctica del Via Crucis, el uso del órgano tubular o la costumbre de hacer el pesebre en algún momento, con mayor o menor medida fueron “sorpresas.”

También en los métodos de evangelización ha habido grandes sorpresas, que con el tiempo se han mostrado sumamente positivas. Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola generaron no poca desconfianza y preguntas en su tiempo. Siglos antes, aquello de que los religiosos vivieran en la ciudad y predicaran y enseñaran en universidades fue muy mal recibido, por lo menos en la Universidad de París, con la dirección del arzobispo de la misma ciudad, en el siglo XIII. Si vamos al siglo XIX, encontramos que hubo en Roma quienes se preguntaban por qué Don Bosco no se dedicaba “como todos los demás” a una parroquia, en la que, juzgaban ellos, tendría amplio espacio para todo su celo pastoral.

Hay sorpresas negativas también en el campo de los métodos. Infocatólica ha informado oportunamente de muchas combinaciones explosivas o incluso sacrílegas que se han intentado bajo capa de una “novedad” en la evangelización: desde abusos litúrgicos que claman al cielo hasta mezclas sincréticas con estilos y filosofías orientalistas.

Por ello digo que el hecho mismo de que algo sea sorprendente no es todavía información suficiente, para decidir si es útil y correcto, en términos de nuestra fe.

Este tema tiene otra faceta, sin embargo: las sorpresas que el mundo nos da. En lo cual también hay de riesgo, de trampa pero también de oportunidad.

18.01.15

Hacia Asia

No es sólo un juego de palabras. El Papa nos invita, y nos lidera con el ejemplo: hay que mirar Hacia Asia.

Reconozcamos que el continente que contiene al país más extenso del mundo (Rusia) y a los dos países más poblados del mundo (China y la India), sigue siendo distante para nosotros. Vagamente sabemos que la empresa Apple hace sus productos en condiciones laborales muy duras en algunos países de Asia, y también sabemos que cada vez más gente se interesa por hacer negocios con China, y por supuesto sabemos que los japoneses y coreanos son impresionantes en sus logros de precisión tecnológica.

Pero, ¿a quién le interesa que crezca el Evangelio en ese continente, que contiene más de la mitad de los seres humanos que hoy vivimos en este planeta? Le interesa al Papa Francisco.

Asia no es sólo tecnología de última hora y civilización milenaria: es ante todo hombres y mujeres que han sido amados hasta el extremo por Jesús; hombres y mujeres redimidos por la Sangre del Cordero Inmaculado.

El Papa Francisco se agota y gasta visitando Corea, Sri Lanka y Filipinas porque sabe que ya no podremos decir que somos fieles a Cristo si no amamos con mayor claridad, intensidad y visibilidad a esa porción del mundo.

 

24.04.14

Carta de la Pascua 2014

La Pascua invita al creyente a beber de la fuente misma de la que mana toda su salvación y su alegría. El Evangelio, la “Buena Nueva,” despliega en la Pascua sus mejores galas, su mejor perfume, su más preciosa música, sus más elocuentes palabras.

La alegría de la Pascua es a la vez profunda y sencilla. Se condensa en el gozo del encuentro con la gracia, es decir, el regalo precioso e inmerecido del amor transformante de Dios, que en Cristo nos ha revelado su rostro y nos ha concedido su herencia.

Gracia, encuentro y alegría forman una hermosa unidad que no envejece ni se gasta; unidad que el cristiano saborea en la comunión con los otros creyentes, en la verdad de los sacramentos, en la luz inagotable de la Palabra, y también en la esperanza del Cielo.

Los extintores de la alegría

¿Cómo es que esa alegría permanece tan distante de tantas vidas? Podemos dar una primera respuesta, de tipo general, y luego otra respuesta más detallada.

De modo general, diremos que, si la alegría de la Pascua es un fuego admirable, hay que saber que existen “extintores” para ese fuego. Podemos mencionar especialmente tres extintores que de manera general apagan o impiden la genuina alegría pascual.

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5.03.14

Para empezar bien la Cuaresma

En el lenguaje de los tuits:

  1. Entre tantos descubrimientos que hacen falta a nuestra generación, ninguno más urgente que el verdadero arrepentimiento.
  2. Justificar todo lo que uno ha hecho para decir que uno “no se arrepiente de nada” es declararse en guerra perpetua contra la Verdad.
  3. El “complejo de inocencia,” que bloquea la capacidad de reconocer los pecados, es más dañino que el llamado “complejo de culpa.”
  4. Sencilla lógica de la cuaresma: No hay paz sin reconciliación. No hay reconciliación sin perdón. No hay perdón sin arrepentimiento.
  5. Para darle una oportunidad a la paz hay que darle muchas oportunidades a la verdad.
  6. No olvides que la primera frase de Cristo en el Evangelio de Marcos es un llamado a la conversión: por ahí empieza la Buena Nueva.
  7. Si no te arrepentiste de tu pecado, sigues en Egipto, y el Faraón sigue siendo tu dueño.
  8. La forma más insidiosa del relativismo moral es la banalización, que no le ve problema a nada.
  9. Si un papá o una mamá no le enseñaron al hijo a decir “Me equivoqué” y “Perdóname” le causaron dos graves daños para toda la vida.
  10. Cristo en el sacerdote te dice: YO TE ABSUELVO. Su dulzura supera del todo la amargura del YO ME ARREPIENTO que al fin pudiste decir.

Y he aquí LA GRACIA del Miércoles de Ceniza: