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24.10.14

Algunos se cansaron

Es un poco triste reconocerlo pero hay que ser honestos: algunos se cansaron de batallar contra la corriente. Un día se sintieron sin fuerzas, y casi sin darse cuenta, empezaron a dejarse llevar por el fluido suave y el ritmo arrullador de las aguas que iban corriente abajo.

Poco importó en un primer momento que fueran aguas venenosas. Poco importó que hubiera un penetrante hedor que se pegaba a todo: sus palabras, sus ropas, sus casas. La comodidad de dejarse llevar parecía buena razón, y al fin y al cabo, a los malos olores uno termina por acostumbrarse.

Se cansaron de decir que la paga del pecado es la muerte; su discurso cambió, y empezaron a decir que ante todo hay que ser humanos, y que Dios es tan misericordioso que en realidad no importa que pequemos, porque–ya revolcados bien abajo en esas aguas inmundas–les parecía imposible que hubiera condenación. Admitir que puede haber infierno y condenación Cansado?eterna es admitir que uno puede llegar allá si enseña lo que es falso aunque sea seductor. Así que cerraron los ojos y dijeron mirando a las cámaras que Dios no podía ser tan terrible.

Algunos se cansaron de pelear. Entregaron sus armas. Ya no soportaron más que la sociedad los excluyera, que la opinión pública los lastimara, que los medios de comunicación los ignoraran, que los parlamentos aprobaran leyes en contra de lo que siempre se enseñó. Se cansaron de ser sal que fastidia y dejaron de salar. Insípidos, con una sonrisa inocua, con un discurso debidamente censurado y autorizado por el “Nuevo Desorden Mundial” salieron a los púlpitos y a las cámaras y proclamaron que la Iglesia había cambiado. En realidad sólo ellos habían cambiado pero usurparon el nombre de la Esposa de Cristo.

Se cansaron de ser vituperados y maltratados. Cambiaron entonces su enseñanza y la acomodaron a los oídos adúlteros del mundo. Un aplauso sonoro fue la respuesta de parte de ese mundo, que de tiempo atrás esperaba tal cansancio. Los de las tinieblas se miraron y sonrieron con gesto de victoria. El rostro de los enemigos de la Iglesia brillaba con entusiasmo: “¡La hemos derribado!,” se dijeron al ver caer algunas de las altas torres de la Esposa, la Casa de Dios, la Católica.

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18.10.14

No te dejes desanimar por lo que a veces sucede en la Iglesia

No pierdas amor e impulso para servir a la Iglesia, ni siquiera cuando ves con preocupación, como yo lo veo, que hay tantas brechas, ruinas y suciedad, no sólo que viene de fuera sino que existe y avanza también adentro.

Nuestra Iglesia ha conocido extremos de persecución, extremos de humillación, extremos de corrupción. Las oraciones generosas, el valor de los mártires y el testimonio de los santos han abierto siempre nuevos y más gloriosos capítulos.

Hemos superado tiempos en que los obispos arrianos eran mayoría.

Hemos superado tiempos en que los poderes reinantes se dedicaron a exterminar a todos los ministros ordenados–y en algunas regiones lo consiguieron.

Hemos superado tiempos en que hubo dos Papas, y hasta tres Papas.

Hemos superado errores doctrinales graves de Papas como Juan XXII, en el siglo XIV; el cual, sin embargo, después se enmendó, sin que por otra parte su enseñanza NUNCA tuviera las condiciones para ser considerada como ex cathedra y por consiguiente infalible.

Hemos superado oleadas de teólogos herejes, como pasó a fines del siglo XIX.

Hemos superado riadas de monjas fuera de la fe, como sucedió cuando la expansión de la doctrina de Arrio.

Hemos superado excomuniones mutuas entre obispos, patriarcas y Papas.

Hemos superado todo porque nos ha superado Cristo, que está por encima de todos, a quien sea la gloria por los siglos.

Amén.

4.10.14

20.09.14

19.09.14

#BendicionesSencillas

BENDICIONES y ORACIONES muy sencillas

Para aprender a orar, habituarse a elevar el pensamiento hacia Dios, impregnar del Espíritu Santo nuestra vida, y dar sentido y fuerza a todo cuanto hacemos.

Empezar el día

  • Te damos gracias, Señor, porque nos has concedido llegar al nuevo día, signo de la resurrección de Cristo.
  • Bendito seas, Padre del Cielo, porque este día es una nueva oportunidad para enmendarme, servirte y alabarte.
  • Señor: millones y millones de difuntos quisieran tener lo que yo tengo: un día para corregirme y crecer en tu amor.
  • Bendigo con tu bendición, Padre del Cielo, a cada persona que he de tratar en este día; cumple en todos tu voluntad.
  • Te bendigo, Padre, por este día, que nunca existió jamás y que nunca ha de volver; ayúdame a vivirlo contigo.

Espíritu Santo

  • Padre del Cielo, atiende el clamor de tu Hijo Unigénito y envía pronto y en abundancia el don del Espíritu Santo.
  • Por la dolorosa Pasión de Cristo, te suplico, Espíritu Santo: cuida el pueblo recuperado a tan alto precio.
  • Espíritu Santo: danos arrepentimiento y sincera conversión junto con la certeza de tu gracia y tu misericordia.
  • Abre nuestro corazón a tus inspiraciones y nuestra vida entera a la fuerza de tus dones y carismas, Espíritu de Dios.
  • Espíritu Santo: Tú que transformas el pan en Cuerpo de Cristo, transforma mi humilde siembra en cosecha grata a Dios.
  • Espíritu de Amor: ¡Ven! Sólo con tu luz y sólo con tu amor podré vivir como verdadero hijo del Dios Altísimo.
  • Espíritu Santo, que transformas el vino en Sangre de Cristo, revélame el valor del dolor cuando se asocia a su pasión.
  • Tú que con tu unción transformaste a la Virgen María en santuario de gracia, dame amor y constancia en la oración.
  • Espíritu Santo, dame suficiente comprensión de los misterios de Dios para entregar todo mi ser a sus sabios designios.
  • Don sobre todo don, Espíritu Santo, concédeme amar a Dios sobre todas las cosas, y a mi prójimo como a mí mismo.

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