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30.05.18

(269) Tradición, traición, raíces

1.- La tradición consiste en transmisión, y más concretamente, en entrega. De algo bueno y verdadero que se recibió de otros; y así hasta la fuente original.
 

2.- Recalca con acierto Álvaro d´Ors que en la tradición el que recibe tiene un papel más importante que el que entrega

 

3.- La sucesión de entregas de lo mismo, generación tras generación, nos remonta a aquello que una sóla vez se dio para siempre, para que viva eternamente el que lo recibe.

 

4.- La tradición nos habla de fidelidad o infidelidad del heredero, que además de recibir, debe aceptar. Por eso el horizonte de la gracia es éste y no otro: Dios mueve a aceptar, no a alterar, ni a corromper, ni a recontextualizar. Dios socorre la fidelidad.

 
5.- También el que entrega puede hacerlo deslealmente, incorporando elementos extraños a la entrega, como si fueran propios de lo entregado, pero sin serlo.
 
6.- Entonces el accipiens, el que toma, es engañado: en su ignorancia, cree que heredó el don íntegro, y no una falsificación.
 
 

7.- De cómo se entrega, y se recibe lo entregado, depende que la tradición no suponga traición.

 
*  *  *
 

8.- Sin legado no hay anclaje, ni nutrientes. Es el numen nutricio que no se puede ahogar, ni edificando malamente encima, ni construyendo asfaltados que oculten su radícula.

 

9.- La acera está levantada de raíces. Son ficus, tujas, pinos viejos y aligustres. Reventaron las baldosas, descuajaron adoquines, quebrantaron el aire sedientos de intemperie.

 

10.- Si se asfixia el don, éste pugna por salir. Porque el árbol de la vida vive, y se alimenta de tradición. No hay árbol que pueda crecer sin espacio para las raíces.

 

David Glez Alonso Gracián