(244) Defensa de la clasicidad
Clasicidad: virtud de no apartarse de lo tradicional.
1.- La herencia transcendental.- Cuán necesario alimentar la razón católica, no con ideo-sincrasias difusas, de origen modernizante, sino con el legado filosófico de las precedentes generaciones cristianas.
2.- La potestad del servidor.- El pensamiento clásico posee una mayor autoridad. No sólo por su consistencia broncínea, sub specie aeternitatis, bajo la perspectiva de lo eterno; sino porque el mismo Magisterio de la Iglesia ha utilizado su síntesis.
3.- El inconcuso bisturí.- La filosofía clásica, en vanguardia contra la ontofobia existencial, defiende el verdadero y genuino valor del conocimiento humano, sus indudables principios y sus firmes nociones. Con arte preciso extirpa los errores, los tumores del subjetivismo, para que no se desustancie la persona.
4.- La aguja de las esencias.- La tesis central del pensamiento clásico, brújula en el bosque del devenir, es que se pueden alcanzar verdades ciertas e inmutables. Siempre con norte que atrae, que es el socorro teologal. No hay caminar seguro sin antorchas.
5.- Fuera del remolino.- La filosofía del ser no se somete al Maelstrom, ni en sus principios ni en sus juicios.