(403) En que se expone el doble juego neomodernista y su moderada rendición al Leviatán

No entenderemos la esencia del neomodernismo, ni la razón de su peligrosidad, hasta que no tengamos claro cuánto desea revestirse de ortodoxia católica. Y en muchos casos, sinceramente. Los neomodernistas no piensan como los heterodoxos, no desean rechazar la doctrina católica sino adaptar el modernismo a ella. No desean abandonar el catolicismo sino actualizarlo según sus preferencias, añadiéndole conceptos y principios entresacados del pensamiento moderno. 

Sobre todo, y ante todo, el concepto hodierno de persona, para lo cual acuden, por ejemplo, a los materiales intelectuales de la antropología existencialista, al hegelianismo moderado por el individualismo kiekegaardiano, al normativismo de Kant, o a la nueva deconstrucción metafísica heideggeriana.

 

Hay que tener claro que las especificaciones intelectuales del neomodernismo, es decir, el personalismo y la Nueva Teología, se revisten a menudo de piedad, no pocas veces sincera; y que su objeto es permanecer católico al mismo tiempo que moderno, y viceversa.

El humanismo que surge de la mentalidad personalista y neoteológica quiere ser católico, y cree poder serlo oponiéndose al humanismo ateo, como hace por ejemplo de Lubac; al relativismo doctrinal, como hace por ejemplo Hans Urs von Balthasar; o al liberalismo de primer y segundo grado, como hace por ejemplo Maritain; o incluso al capitalismo nihilista, como hace Mounier; el humanismo que postulan huye, para permanecer católico, de los extremos, por eso niegan que Sartre sea en verdad un existencialista; pretenden una vía media de conciliación según la cual se podría ser católico y al mismo tiempo se podría ser moderno.

Los neomodernistas en general exaltan la moderación y las delicias del perfil bajo. Por eso caen en manierismos y hechuras de sofisticada pose, en bondadosistas condescendencias y actitudes poco firmes, tímidas y acomplejadas. Decir sin decir, proponer insinuando, no condenar, no reñir, no anatemizar, no levantar la voz, andar con pasos de paloma y sugerir, para que el Leviatán no les ruja, que el cristianismo es pura sonrisa y desbordada satisfacción.

Quédate con el poder político y la vida social, dice el neomodernista al Estado moderno, que nosotros bendecimos tu potencia; nuestro es deseo es, tan sólo, ayudar, y para eso nos mantendremos católicos de puertas para dentro, donde no molestemos, reconocemos tu independencia y bendecimos tu autonomía. Déjanos, entretanto, rezar y seguir con lo nuestro, en todo caso, actuaremos, a lo sumo, a modo de semilla, para que todo lo bueno de la Modernidad vaya creciendo solo y disponiéndose a Cristo por su propia potencialidad.

 

Para ser moderno y católico, sin embargo, deben poner entre paréntesis, de acuerdo con el método fenomenológico, los elementos de la doctrina católica que lo impiden, ignorar las enseñanzas providenciales de la historia de la Iglesia; y ante todo, el Espíritu de Cristiandad.

Lo advertía cabalmente, muy a propósito, el P. Julio Meinvielle en El Progresismo cristiano, refiriéndolo a uno de los genios fundadores del neomodernismo:

«Para Mounier, civilización Cristiana, ciudad católica, orden social cristiano, no son sino remedos abusivos de la cristiandad constantiniana y gregoriana que deben ser combatidos lo mismo que el aburguesamiento de la Iglesia. Por ello, esta carta a André Dumas, de la que hacemos referencia, acaba con esta sugestiva despedida: “de todo corazón vuestro en Cristo (y no en la civilización cristiana)."» (Julio MEINVIELLE, El progresismo cristiano, Cruz y Fierro editores, Argentina, 1983, Pág. 46)

Para ser católico y ser moderno hay que injuriar la civilización cristiana y cantar himnos a la democracia postrevolucionaria. El neomodernismo tacha, y sigue tachando, de constantiniana la Iglesia de Cristiandad. No olvidemos que Mounier fue uno de los pioneros de esta descalificación. Lo denunciaba pertinentemente, también, un poco antes, el P.Meinvielle:

«Mounier fue el primero en inventar este carácter “constantiniano” aludiendo a Constantino y este carácter “gregoriano” aludiendo a Gregorio VII para calificar el empeño de la Iglesia en defender la civilización cristiana.» (Idem).

 

Dejar en suspensión teleológica, como diría Kierkegaard, (al que recontextualizan e imitan a su manera, para disfrazar su compulsivo hegelianismo), la traditio aristotético-tomista, y declarar indeseable el derecho natural y divino, serán, prácticamente, la misma cosa. Y así postulan, a la manera de Mounier, estar en Cristo pero no en la civilización cristiana, trabajar por la experiencia mística pero no por la teología espiritual tradicional; difundir la visión sobrenatural de las cosas pero no en sociedad, sino en la privacidad de la conciencia y, a lo sumo, de los hogares.

Los neomodernistas quieren que todos los católicos sean católicos a su manera, esto es modernos, y para eso nada es más urgente que combatir la tradición, a la que flexibilizan y contextualizan, a la manera de los primeros modernistas, sumergiendo lo sobrenatural en los dinamismos interiores de la voluntad, como hacía Blondel.

Habrá que dar un salto de muchos siglos para evitar el combate antimoderno de la civilización cristiana, como pretende Congar, y acudir a la Iglesia primitiva y a la teología de los Padres para eludir a Santo Tomás y su mundo, buscando una alternativa manipulable.

Dejar la sociedad al margen del Reinado de Cristo se convertirá en condición ineludible del proyecto neoteológico, porque no se puede ser moderno teniendo instituciones católicas, no se puede ser moderno con leyes cristianas, no se puede ser moderno subordinando las realidades temporales al fin último, que es Dios.

Dejar a salvo los fundamentos teóricos y sobre todo políticos de la Modernidad se convertirá, entonces, en la consigna necesaria para la nueva religión neomodernista. Y así, en un ejercicio de esquizofrenia espiritual, se bendecirán los principios del mundo moderno, pero se condenarán sus conclusiones.

 

15 comentarios

  
hornero (Argentina)
"Dejar a salvo los fundamentos teóricos y sobre todo políticos de la Modernidad se convertirá, entonces, en la consigna necesaria para la nueva religión neomodernista". Tomando nota de lo que expone ampliamente Alonso Gracián, creo entender que estamos frente a un intento de desglosar de la Iglesia la Persona divina de Cristo, conservando la persona sólo humana. La de un gran héroe, pensador, sabio y prudente ejecutor de un plan de ordenamiento del mundo. Una opción inteligente frente a los extremos de otras corrientes del pensamiento moderno; no las reprueba, las modera, mejora y salva en lo esencial que tienen de acierto (no digamos, de verdad) las filosofías modernas. Que Cristo tiene poder, según el neo-modernismo cristiano, es verdad, pero no un poder desmesurado, sobrenatural, sino propio de un coloso emparentado con Zeus, Apolo o Júpiter Tonante, un gigante amigo de los hombres, con quienes comparte sus jolgorios. Disfrazado de cristo mundano, entra a la Iglesia como el Caballo de Troya, llevando ocultas las legiones del infierno, que abrirán las puertas de la Iglesia y de la humanidad a la entrada triunfal del anticristo. La concepción de este falso cristo mundano, prepara las mentes y los corazones a la aceptación del anti-cristo; personaje que atraerá a las multitudes que el neo-modernismo y el modernismo están preparando de modo activo y sistemático guiados por la astucia del demonio.
Es mostruoso lo que se experimenta dentro de la Iglesia; un número elevado de sus Pastores combaten contra la ortodoxia de dos mil años, y lo hacen de modo cínico, escondido, hipócrita y perseguidor de quienes se les oponen. No hay duda que el anti-cristo ha puesto ya sus secuaces dentro de la Iglesia:
“Subirán sobre la anchura de la tierra, y cercarán el campamento de los santos y la ciudad amada” (Apoc 20,9). Hasta que el triunfo del Corazón Inmaculado de María aniquile al dragón infernal.
07/01/20 5:15 PM
  
Daniel Argentina
El problema no son las disquisiciones filosóficas o teológicas. El problema es la realidad. La cristiandad, con todo lo que implicaba, esta muerta. Se puede elegir el momento que se quiera, para mi es cuando Carlos V renunció al imperio. Fue el último con la idea de una Europa regida por un imperio cristiano.
Entonces, ¿como vivimos en esa realidad insoslayable? ¿La idea de Benedicto de huir del mundo?
O convertir a ese mundo que contiene cristianos pero ya no lo es, y que además nos rechaza. Yo creo que tenemos que volver conceptualmente a los métodos de supervivencia de las épocas de persecución.
07/01/20 7:32 PM
  
Ricardo de Argentina
La Cristiandad, esto es, una sociedad donde las leyes y la cultura están inspiradas en el Evangelio, es un deber de caridad que obliga a todo bautizado.
08/01/20 1:28 AM
  
Hispanicus
Sus artículos siempre mueven a reflexión profunda y sincera. Dios le bendiga, Don Alonso.
No recuerdo si fue de usted u otros autores, pero me viene a la mente el "erasmismo" y la "visión luteraranizante" de una amplia mayoría de "Pastores de la Iglesia Católica". ¿Todo ello serían ingredientes de la misma sopa heterodoxa?.

En Cristo y María!
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A.G.:
Gracias. Pues sí, erasmismo y luteranismo campean por dooquier, en efecto, arrebujados en la misma mentalidad neomodernista.
08/01/20 1:17 PM
  
hornero (Argentina)
Lo llamo fenómeno, al no tener otro término para calificarlo. Hay un ostensible y universal silencio por parte de los Pastores respecto a la presencia de la Virgen en la Iglesia. Tan notorio, que lo considero un prodigio y un signo de los tiempos que vivimos. El Mensaje dado por la Virgen en San Nicolás el 1-3-1984, indica leer Isaías 29, 13-14: “Este pueblo se acerca a Mí con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí, y el temor que me tiene no es más que un precepto humano, aprendido por rutina. Por eso yo seguiré haciendo prodigios, prodigios estupendos, en medio de este pueblo.DESAPARECERÁ la sabiduría de sus sabios y SE ECLIPSARÁ la inteligencia de sus inteligentes”. Ninguno advierte apelar en medio de la aflicción, al triunfo anunciado del Corazón Inmaculado de la Virgen en el mundo. En este anuncio está contenido todo el plan de la Misión que cumple María por designio divino, aniquilar al anticristo y preparar el nuevo paraíso terrenal que recibirá a Cristo cuando vuelva. Basta reflexionar, para advertirlo. Pero, los Pastores no lo comprenden, si lo comprendieran, no intentarían por sí solos rectificar la crisis de la Iglesia y del mundo. Se pertrecharían con los recursos que la Aurora de María irradia para quienes la ven y la aceptan. PRODIGIO de ceguera de la Fe y de la inteligencia racional, clamar por lo que sucede, y no acudir a la sabiduría y al poder que ofrece María. Prodigio de universal rechazo a la Virgen; prodigio de rechazar a Cristo y al Espíritu Santo, inseparables de la Madre y de la Esposa; prodigio de oscurecimiento de las mentes y de los corazones adheridos al mundo por la astucia del enemigo. Sin embargo, María conoce el interior de cada hombre, llegado el momento vencerá las resistencias, y sumará una espléndida legión a sus huestes vencedoras.


08/01/20 1:22 PM
  
Palas Atenea
He recibido un libro de una librería de viejo escrito en 1933 por Theodor Haecker en el que dice algo que me gustaría que me dijera si, en su opinión, contiene alguna idea modernista soterrada, aunque yo creo que no y lo creo por la opinión adversa de Heidegger y porque, por mis propias luces, no la veo:
"La mutabilidad del hombre es inferior en un grado a su inmutabilidad". O, dicho de otra manera: "La mutabilidad del hombre es algo relativo; su inmutabilidad, algo absoluto". Y luego:
"La relativa mutabilidad del hombre en cuanto a "creatura", no sólo es débil sino además caída, se mueve dentro de los límites de la inmutabilidad absoluta del hombre en cuanto a "idea de Dios"-asequible a la suprema sabiduría filosófica-y. lo que es más todavía, del hombre como miembro posible y real del cuerpo místico de la Iglesia, cuya cabeza es la Segunda Persona de la Trinidad Divina, una vez que ha asumido la condición humana en el tiempo y para toda la eternidad" y añade: "En virtud de este principio resulta inmediatamente evidente cuál de estas dos propiedades-la mutabilidad o la inmutabilidad-posee mayor eficacia real y mayor importancia dentro de la esfera del pensamiento y del obrar humanos".
Por este libro-"¿Qué es el hombre?"- es por el que Heidegger se permitió decir con ironía: "¿para qué se lo pregunta si como católico ya lo sabe?" insinuando que la pregunta era retórica.
08/01/20 7:43 PM
  
Palas Atenea
Heidegger se burló de Haecker porque éste se preguntaba por el hombre y, qué es el hombre ya está contenido en la Teología Católica, él, que fue católico, se sacó de la manga todo un sistema y, por lo tanto presumía que un católico no puede hacer filosofía por estar obligado a demostrar la misma verdad de la que ha partido y eso para un filósofo es trampa. Lo cierto es que también con la vida se puede hacer lo mismo que con la teoría porque él nació católico, fue bautizado, se sacudió las "cadenas" y acabó en un funeral católico y en una tumba igualmente católica porque nadie le había excomulgado, que yo sepa. ¿Eso no es hacer trampas en el solitario?
08/01/20 8:01 PM
  
Manuel Pérez
Bonito dibujo, como todos los tuyos. Igual podrías ganarte la vida dibujando, jeje.

Yendo al texto, comparto bastante de lo que dices, pero me da que usas el término "neomodernista" para referirte a demasiadas realidades diferentes entre sí.

Pero describes bien una situación trágica.
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A.G.:
Gracias por lo del dibujo. El neomodernismo es que es como el modernismo, el colector de todas las herejías, como diría Pascendi.
08/01/20 8:43 PM
  
Chico
A lo mejor fue imposible. Pero Profesores de Seminarios como tú tendría que haber habido en los 60. Muchas catástrofes sacerdotales religiosas y el pueblo de Dios habría quedado convenientemente instruido. Lo veo más claro que la luz del sol . Nadie sabía nada de peso, todo era chulear en doctrinas llamativas y extrañas y de ahí la tremenda catástrofe que se produjo.
08/01/20 10:10 PM
  
Andrés
Sr Alonso, he estado echando un vistazo a un libro de Julio Meinvielle titulado "el judío", en él hace un estudio muy exhaustivo sobre las repercusiones teológicas del rechazo a Cristo por parte del pueblo judío.
Ciertamente dentro del pueblo judío se han dado posturas muy beligerantes contra el cristianismo, pero otras no.
Me sorprende que Julio Meinvielle ponga bajo sospecha a todo el pueblo judío por el hecho racial.
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A.G.:
No sabría decirle, no he estudiado ese tema. Pero yo creo que Meinvielle estudia el judaísmo bajo un punto de vista teológico, no racial, como hace Bloy. De todas formas no es el tema del post.



08/01/20 11:54 PM
  
Vicente
el deber de los cristianos es impregnar de espíritu cristiano todas las realidades de la vida.
09/01/20 12:00 PM
  
franciscus
Hay una línea muy fina que parece dividir la asimilación en sus principios del pensamiento moderno, en lo que tiene de precisamente anticristiano y de ideas que son perfectamente conforme a la realidad y compatibles con el catolicismo, aún cuando sus autores puedan, incluso, declararse contrarios al catolicismo. Pienso, por ejemplo, en el trabajo de Javier Zanotti y la convergencia entre Tomismo y pensamiento liberal econónomico de la escuela de Viena, Von Mises en especial.
No creo que la asimilación de todo de pensamiento de un autor moderno sea "modernista", como no fue anticatólico asumir a Aristóteles, Platón, Avicena, Averroes, Cicerón y tantos otros pensadores.
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A.G.:
Los elementos esenciales del pensamiento moderno son incompatibles con el pensamiento católico.
10/01/20 3:14 PM
  
Jaume
Lo que propone Hornero (Argentina) se sobra y basta para solucionar la crisis eclesial: falta la referencia constante a la Virgen María. Sin ella, es soberbia todo lo que emprendamos y predestinado al fracaso. Quién eres o qué, Hornero?
11/01/20 12:35 AM
  
Alberto el retrogrado reaccionario y rígido
Magnífico. Cada vez que te leo me quedo asombrado de su capacidad de síntesis. Las palabras y las expresiones justas que sintetizan páginas y páginas de pensamiento, con sustancia y sin caer en la pedantería. Nada que objetar, solo que siempre digo: el motor del error es la concupiscencia y el pensador moderno, concupiscente, piensa siempre en sentido contrario. No empieza en la realidad, sino en sus deseos (lo que ellos llaman el "yo"): ¿Como me interesa pensar las cosas para hacer lo que yo quiero? .

Como dijo un obispo, creo que Fulton Sheen a un sacerdote teólogo que le planteaba errores de fe: "Es rubia o morena?"

El subjetivismo moderno no es una elección moralmente aséptica.
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A.G.:
Muchas gracias. Es muy cierto, el subjetivismo de la Modernidad no es moralmente aséptico, por eso es imposible incorporarlo al pensamiento católico. Se intentó sin éxito, con grave daño. Porque el motor de la mente moderna es precisamente el rechazo del Redentor.
14/01/20 5:23 PM
  
hornero (Argentina)
Jaume: " Quién eres o qué, Hornero?" Sólo un lector y comentarista de Infocatólica, que está convencido que la Virgen lleva adelante lo sustancial de la Historia, desde su Inmaculada Concepción, y más desde la Encarnación del Verbo. Creo que María es un gran Misterio que Ella nos viene revelando de a poco, ya con Grignion de Montfort, La Salette, Fátima y sus actuales manifestaciones extraordinarias (P. E. Gobbi, San Nicolás, etc.), Misterio por el cuál Ella está dando a Luz un "mundo nuevo", el mundo que se transfigura en su Corazón Inmaculado por la participación de la creciente Manifestación de Cristo (Col 3,4) que nos es irradiada por la Aurora de María; Ella es el instrumento por el que Cristo hace efectiva y manifiesta su plenitud;: "Todo subsiste en Él" (Col 1,17). Ese es el Reino que crece entre nosotros, el nuevo Paraíso terrenal que viene, como lo esperaba Pío XII, cuando afirmaba " se puede y se debe restablecer la armonía primitiva" (Mens. Navidad 1957), la Civilización del Amor (Pablo VI), "Cruzando el umbral de la Esperanza" (S. J. P II).
23/01/20 6:00 PM

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