(267) Quintas justas, III: modernismo y marxismo en sintonía

1ª.- El gran propósito del modernismo es destruir la realidad en cuanto que la realidad es católica. 

 

El gran propósito del modernismo es extraer la fe de la religión, y desechar ésta última. En esto empatiza con el giro teológico del marxismo, y por ello el modernismo predispone al marxismo.

 

3ª.- La posmodernidad es una exasperación de la modernidad, en virtud del cual el subjetivismo se difunde no sólo como racionalismo, sino también como irracionalismo: y esto conviene, sin duda, a su proyecto horizontalista e irreligioso.

 

Giro teológico del marxismo y vuelco antropocéntrico del modernismo congenian en el progresismo filosófico-teológico.

 

y 5ª.- El objetivo último del modernismo, en su conexión marxista, es incorporar los elementos esenciales de la modernidad a la religión católica, para así disociar fe y religión y producir una gran “crisis de subjetivismo” que descatolice la Iglesia.

 

David Glez Alonso Gracián

 

3 comentarios

  
Alfredo
Es correcto lo aseverado por Gracián. El arma de destrucción es laelaboración de textos ambiguos en lo pastoral y luego aplicarlos de manera contraria a la doctrina tradicional de la Iglesia y ampararse en el texto ambiguo.

Luego se simula catolicismo piadoso pero en la práctica se hace lo contrario de la verdadera fe católica el nuevo fariseísmo peor que el anterior porque el actual pervierte la fe de la Iglesia

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A.G.:
La ambigüedad es nefasta, sin duda, para la fe de la Iglesia.
21/05/18 11:20 PM
  
Fernando Martín López Avalos
Preciso diagnóstico. Análisis quirúrgico de una situación fehaciente en la Iglesia. Su artículo, estimado don David, una joya del pensamiento.

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A.G.:
Muchas gracias Fernando Martín.
23/05/18 12:17 AM
  
José Díaz
La Posmodernidad es un escorzo de la Modernidad, su pedúnculo postrero, y por eso mismo tiende, como vd afirma, al irracionalismo, a un subjetivismo que me parece 'visceralismo', apelación permanente a un emocionalismo de fácil y visceral estimulación. Este visceralismo es el resultado natural del subjetivismo moderno, de un antropocentrismo que transita con perversa naturalidad de la primacía de la 'voluntas' a la de la 'voluptas'. El modernismo teológico debe ser radicalmente combatido por la Iglesia a causa de que su fuente no es la Divina Revelación sino la Modernidad y, por tanto, no se orienta a la religión y al culto a Dios sino a la adoración del hombre, un hombre que no es 'imago Dei' sino autodefinidor de su propia naturaleza, siguiendo la formulación de Pico della Mirándola.
Un abrazo, AG, y bendiciones del Señor y de María Inmaculada

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A.G.:
Su comentario es una muy buena síntesis del asunto. Coincido con lo del visceralismo, a veces, incluso, refinado. Curioso el juego de palabras que emplea, voluntad y voluptas, muy significativo.

El hombre deja de ser, en efecto, imagen de Dios, para ser imagen del hombre, esto es, de sí mismo.

Abrazo en Nuestro Señor y su Madre Inmaculada.
23/05/18 11:54 PM

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