(100) Predestinación, VI: Diez detalles imponentes del Misterio

AVISO: somos tomistas, y entendemos este tema a la manera tomista. Absténganse enemigos de Santo Tomás o ultras de la ciencia media, por muy permitida que presuma estar.

Para estudiar con precision este tema, recomendamos este excelente post de Néstor Martínez.

 

1.- Antecedentemente, Dios quiere que todos los hombres se salven (1 Tim 2, 4) BAJO CONDICIÓN de conservar el estado de gracia santificante hasta el momento de la muerte. Misterio tremendo es que conservar la gracia santificante hasta la muerte dependa consecuentemente de que Dios quiera conservar a un hombre u otro en estado de gracia santificante y no merezca castigo.

 
2.- Que un hombre quiera perseverar hasta el fin y de hecho persevere es un regalo inmerecido de Dios a tal hombre, que este no puede merecer como salario estricto y absoluto de justicia. Y esta merced es un obsequio de elección, y no un sueldo “absoluto", entendido carnalmente. (Con esto expulsamos todo pelagianismo o semipelagianismo de la obtención de la gracia de la perseverancia final.)

 

3.- El gran mal del pecado, con toda su horrible perversidad antiDios, muestra consecuentemente que Dios quiere manifestar justicia y castigarlo, de forma que sea un bien castigarlo y manifestar justicia.

 

4.- Dios premueve físicamente a sus elegidos para que sean libres, en orden a su salvación meritoria, verdaderamente libre. Cuanto más premovidos, más libres. Lo que parece imposible, Dios lo hace posible con su toque liberador y eficaz.

***

5.- Dios ha determinado premover eficazmente la voluntad de sus elegidos para hacerlos verdaderamente libres conforme a su plan benéfico de conjunto, de manera que el mal no triunfe en quien quiere, y la justicia divina sea expuesta en quien se lo merece por su maldad.

 

6.- La permisión del pecado de obstinación final en el mal, deduce el necesario castigo, la negación justísima de la gracia eficaz conforme a las oscuridades del pecado.

 

7.- La premocion física es como toque liberador. Cuanto más premovido, más libre, más salvífico, más propio de la creatura. Ello sucede porque Dios libera. Y el hombre no es capaz de darse a sí mismo su libertad.

 

8.- La elección divina antecede a la previsión de los méritos. De lo contrario la gracia no sería gracia, sino mero salario y gloria exclusiva de la creatura, que se autodistingue. Los méritos no serían don y misterio, sino obra exclusiva del ser humano y Dios un mero observador de su bondad.

 

9.- El castigo del infierno es justísimo en aquellos que por su maldad y obstinación se han autoexcluido voluntariamente de la soberanía de Dios en sus vidas, con un acto independiente y autónomo de autoexclusión.

 

10.- Antecedentemente, Dios no hace fructificar la libertad salvífica en este o aquel. Esto lo realiza consecuentemente. Porque existe el misterio de la iniquidad y la permisión de la obstinación en el pecado,  y quiere mostrar justicia aquí y allá, en este y en aquel en bien de todo el Cuerpo.

 

Señor, ¡cuéntanos entre tus elegidos!

***

Predestinación I: En que se introduce informalmente el Misterio

Predestinación II: Doctrina de la Iglesia I

Predestinación III: Doctrina de la Iglesia II

Predestinación IV: Releyendo un artículo de Louis Bouyer

Predestinación V: El gran don de la perseverancia final

Predestinación VI: Diez detalles imponentes del Misterio

203 comentarios

  
Tomás Bertrán
Y tan es así, que sin la Encarnación del Verbo y su muerte en cruz y resurrección, no podríamos salvarnos. O sea, que es Gracia de Dios el que nos salvemos.
Y sin embargo, la predestinación es un misterio.
Por eso me encanta la oración de un santo (no recuerdo quien) que más o menos rogaba a Dios que si iba al infierno, que le permitiera amarle en la tierra ya que en el infierno no lo haría.
12/09/15 5:14 PM
  
Néstor
Muchas gracias por la mención. El tema de la reprobación es tal vez el más arduo. Aquí va una breve reseña de las distintas posturas.

En el tema de la reprobación las cuestiones que se discuten son, entre otras, si es anterior a la previsión divina de las culpas (antecedente) o posterior (consecuente); si es positiva (condenación al infierno como castigo por el pecado) o negativa (no elección para la gloria o vida eterna).

Las posturas históricas son:

1) Calvinismo (herética). Reprobación positiva antecedente. Dios ordena a algunos a la condenación eterna como pena por el pecado antes de la previsión del pecado mismo, cuya permisión se ordena a hacer posible ese castigo. Para los “supralapsarios”, es anterior incluso a la previsión divina del pecado original. Para los “infralapsarios”, es posterior a la previsión divina del pecado original y anterior a la previsión divina de los pecados personales en el caso de los que llegan al uso de razón.

2) Molinismo. Reprobación divina solamente consecuente, y positiva. Niega la reprobación divina antecedente y por eso mismo, afirma la elección divina para la gloria posterior a la previsión divina de los méritos, porque acepta que la reprobación de algunos va incluida en el concepto mismo de la elección de algunos y no todos.

3) El congruismo del Card. Billot: Niega que la reprobación de algunos sea inseparable de la elección de algunos y no todos, y por eso al mismo tiempo afirma la elección divina anterior a la previsión de los méritos y niega la reprobación divina antecedente, tanto positiva como negativa.

4) Tomismo y congruismo en general, salvo el Card. Billot: Acepta que la reprobación de algunos está incluida en el concepto de la elección de algunos y no de todos. Reprobación negativa antecedente y positiva consecuente. La elección para la gloria es anterior a la previsión divina de los méritos, la no elección de algunos para la gloria es anterior a la previsión divina de sus culpas, su condenación como pena por el pecado es posterior a la previsión divina de sus culpas.

El congruismo se diferencia del tomismo, como sabemos, porque rechaza la predeterminación física y acepta la "ciencia media" molinista.

Saludos cordiales.
12/09/15 5:57 PM
  
Alonso Gracián
Gracias Néstor por la reseña.

Sin duda el tema de la reprobación y la condenación es el más difícil. A mí me parece importante señalar que la condenación es ante todo una manifestación de justicia.

Hay muchos prejuicios en las diferentes escuelas acerca del tomismo. Me parece gran error rechazar la premoción física, sobre todo por la solidez metafísica que implica. Y yo diría incluso que es la clave de todo el edificio tomista.
12/09/15 6:06 PM
  
Néstor
Sin duda, la predeterminación física es la base de la tesis tomista en este tema y además es una gran verdad que resuelve de un golpe todas las antinomias aparentes de la predestinación y la libertad, si se acepta, claro está, que la libertad humana es una libertad creada y por lo mismo dependiente de la Libertad divina.

Saludos cordiales.
12/09/15 7:59 PM
  
Daniel Riquelme
Señor Gracían, buen post.

El tema de la predestinación es al mismo tiempo esperanzador y aterrador, porque uno espera ser contado entre los elegidos, pero no sabe si lo estará.

La doctrina paulina sobre la predestinación, ¿no podría tomarse como predestinación a ser miembro de la Iglesia, y por tanto, a (condicionalmente) ser salvo? Estos seríamos los llamados, pero no los elegidos. Los elegidos, serían entonces los que, una vez bautizados, cumplen la voluntad del Padre y los mandatos de Jesús, enseñados en los Evangelios y por la Iglesia, haciendo así mérito para la gracia de la perseverancia final.Los reprobos serían entonces los que no lo hacen (¿hacemos?:( )

De todos los llamados, los elegidos tendrían las prerrogativas que enuncia san Pablo, por ejemplo en Rom. 8,29-30 o en Ef. 1,1-5.

Los reprobos o no predestinados, aunque alguna vez llamados, no los tendrían, según aquello de 1 Jn 2, 19 "Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros."

Los reprobos se unirían a los pueblos paganos, esto es, a los pueblos que, aunque catequizados o conocedores de las enseñanzas de Jesús, no lo aceptan, como el conjunto de los no elegidos.

Esta interpretación me parece un poco más esperanzadora, al menos si ya eres miembro de la Iglesia, y disipa un poco los temores de personas como Gabriela de Argentina, por ejemplo. También, se mantiene el adagio de san Agustín que dice que Dios, que te creó sin ti no te salvará sin ti. Además, evita un poco la imagen de Dios demasiado caprichoso y tiene en cuenta nuestros méritos o deméritos. Al mismo tiempo, me parece, mantiene la libertad divina, porque pertenecer a la Iglesia depende del accinar de Dios en la historia que permite con mayor o menor fuerza la expansión de la Iglesia y nuestra incorporación y adhesión a ella. En ese sentido, a veces pienso, sin un mínimo ánimo de arrogancia, que haber nacido en sudamérica permitió que me bautizase y perteneciera a la Iglesia. Esa suerte (¿señal de cierta predilección?) no lo tuvo quien nació en, digamos, Congo, entre pigmeos.

Imagino que, con esta interpretación se salva aquello de la voluntad salvífica universal de Dios, que quiere que todos nos salvemos, y que manda a los apósteles y discípulos a congregar a todos en la Iglesia, y al mismo tiempo el hecho de que no todos tienen la misma oportunidad de pertenecer a la Iglesia. Piénsese por ejemplo, en los pueblos que existieron antes de la obra salvífica de Jesús o los que existieron cuando apenas la Iglesia estaba naciendo.

En concreto, la predestinación sería pertenecer a la Iglesia (ser llamado), ser un elegido implicaría, además, tener méritos.

Espero no haber sido confuso.

Saludos.

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A.G.:
Daniel, fuera de la Iglesia no hay salvación, pero se puede ser miembro de la Iglesia, y ser miembro muerto, y condenarse.

La condición para salvarse es morir en estado de gracia santificante.

Eso sí, el amor a la Iglesia es signo de predestinación.
12/09/15 10:09 PM
  
Luis Fernando
La elección divina antecede a la previsión de los méritos.

... de hecho decreta las obras meritorias (Efe 2,10) y concede hacerlas (Fil 2,12-13)
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A.G.:
Diana.
12/09/15 10:58 PM
  
clara
Pues no entiendo ni papa,, y mira que lo intento. No entiendo qué sentido tiene rogar q nos cuente entre sus elegidos, si ya están elegidos los elegidos sin remedio, ni entiendo qué sentido tienen los méritos si la elección es anterior salvo que sólo los tengan los elegidos porque ser quienes son. En fin, que no lo entiendo.
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A.G.:
Hay que pedir al Señor que nos cuente entre sus elegidos, porque la oración, con las debidas condiciones, obtiene lo que quiere infaliblemente, si es santidad, salvación, gracia, conforme al pedid y se os dará. Y no porque la oración nos convierta en elegidos, sino porque Dios mueve a sus elegidos a pedir ser elegidos, de forma que se cumpla libremente el Plan con la cooperación humana.

Por tanto, hemos de vivir con temor y temblor, dando frutos en la gracia, porque ya que no sabemos si estamos entre los elegidos, hemos de vivir atentos y vigilando, que es lo propio de aquellos que son elegidos. Lo nuestro es orar y pedir, con la mediación de la Iglesia, y que en ese orar y pedir nos va mucho, siendo efecto de la iniciativa divina.

Como dice Trento:

"CAP. XIII. Del don de la perseverancia.

Lo mismo se ha de creer acerca del don de la perseverancia, del que dice la Escritura: El que perseverare hasta el fin, se salvará: lo cual no se puede obtener de otra mano que de la de aquel que tiene virtud de asegurar al que está en pie para que continúe así hasta el fin, y de levantar al que cae. Ninguno se prometa cosa alguna cierta con seguridad absoluta; no obstante que todos deben poner, y asegurar en los auxilios divinos la más firme esperanza de su salvación. Dios por cierto, a no ser que los hombres dejen de corresponder a su gracia, así como principió la obra buena, la llevará a su perfección, pues es el que causa en el hombre la voluntad de hacerla, y la ejecución y perfección de ella. No obstante, los que se persuaden estar seguros, miren no caigan; y procuren su salvación con temor y temblor, por medio de trabajos, vigilias, limosnas, oraciones, oblaciones, ayunos y castidad: pues deben estar poseídos de temor, sabiendo que han renacido a la esperanza de la gloria, mas todavía no han llegado a su posesión saliendo de los combates que les restan contra la carne, contra el mundo y contra el demonio; en los que no pueden quedar vencedores sino obedeciendo con la gracia de Dios al Apóstol san Pablo, que dice: Somos deudores, no a la carne para que vivamos según ella: pues si viviéreis según la carne, moriréis; mas si mortificareis con el espíritu las acciones de la carne, viviréis. "
13/09/15 1:31 AM
  
Horacio Castro
D. Alonso Gracián. Si considera que le es aplicable el aviso reglamentario o que no es apropiado, no publique este comentario/consulta y seguimos tan amigos como siempre. D. Néstor Martínez ha fundamentado la determinación de la reprobación negativa antecedente y la positiva consecuente. Entonces le dirijo especialmente a él esta cuestión. En lugar de una ‘no elección’ para la gloria eterna (reprobación negativa antecedente), ¿podría explicarse que con la condena eterna- tras la previsión de deméritos- de quienes la merecen por sus culpas, en el mismo acto quedan elegidos los predestinados? Es decir, que Dios habiendo creado a todos con gracias suficientes y también otras infalibles, como un decreto ‘inseparable’ de la condenación de algunos, a otros los predestina a la salvación con la gracia de la perseverancia final. Mis saludos.
__________
A.G.:
Publico aquí su consulta, por si Néstor amablemente considera oportuno contestarle, aunque es más apropiado realizarla en su excelente post que enlazo en este, y que trata con detalle todas esas cuestiones. Ruego a partir de ahora consultar a cada bloguero en su propio blog.
13/09/15 5:19 AM
  
keparoff
Cuanto más intentáis explicar las tesis tomistas sobre la predestinación, más creo que debéis cambiar de ideas, estas son falsas, no tiene más.

No es que cueste entenderlo, porque no es fácil el lenguaje filosófico, ni el tema, es que después de entenderlo es aún más absurdo que antes.

Las conclusiones de esta visión sobre la gracia y la libertad son tan irracionales, que el autor, cada dos por tres, se ve obligado a tapar esa irracionalidad con expresiones del estilo "esto es un misterio tremendo", o similar.

Como Infocatólica nos ha brindado la posibilidad de leer a autores que siguen esta escuela tomista sobre la predestinación, estaría bien que también invitara a algún molinista, o alguien que explicara tan pacientemente -ese esfuerzo sí que hay que reconocerselo- como Alonso Gracian o Nestor, los argumentos contrarios a estas tesis tomistas.

13/09/15 12:54 PM
  
Luis Fernando
Keparoff, podríamos ser aún más contundentes y decir que Dios predestina a quien le da la gana para la salvación y a quien no, no. Y que lo hace en virtud de su santa voluntad. Y que el hombre no es quién para pedirle a Dios explicaciones de por qué hace lo que hace.

O sea, podríamos limitarnos citar Romanos 9:

Es decir, no son hijos de Dios los que son hijos de la carne, sino que son considerados descendencia los hijos de la promesa. Pues ésta es la palabra de la promesa: "Volveré por este mismo tiempo y Sara tendrá un hijo".
Pero no sólo esto: también Rebeca concibió dos hijos de un hombre solo, Isaac nuestro padre. Y cuando aún no habían nacido ni habían hecho nada bueno o malo, para que el designio de Dios permaneciese según la elección, y no en virtud de las obras sino del que llama, se le dijo: "El mayor servirá al menor"; conforme está escrito: "Amé a Jacob y odié a Esaú".
¿Entonces, qué diremos? ¿Es que existe injusticia en Dios? ¡De ninguna manera! Pues a Moisés le dice: "Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y me apiadaré de quien me apiade". Por lo tanto, no depende de que uno quiera o de que se esfuerce, sino de Dios, que tiene misericordia.
Pues le dice la Escritura al Faraón: "Para esto mismo te he exaltado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra". Así pues, tiene misericordia de quien quiere, y endurece a quien quiere. Pero me dirás: «¿Entonces, por qué reprende? ¿Es que alguien ha podido resistir a su voluntad?» ¡Hombre, quién eres tú para contradecir a Dios! "¿Acaso le dice la vasija al que la ha moldeado: «Por qué me hiciste así»?" ¿Es que "el alfarero" no tiene poder sobre el barro para hacer de una misma masa una vasija, bien sea para usos nobles, bien para usos viles?
¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia las vasijas de ira preparadas para la perdición y -para mostrar la riqueza de su gloria sobre las vasijas de misericordia, que de antemano preparó para la gloria- también nos llamó a nosotros, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles?
Rom 9,8-24


Puedes buscar a un molinista que te explique eso, pero me parece que lo tienes un poco complicado.
13/09/15 1:18 PM
  
Alonso Gracián
"El enigma indescifrable de la concordia entre la gracia eficaz y la libertad creada, entre la soberana independencia e iniciativa divinas y la cooperación voluntaria del hombre, solamente aparece radiante de luz y claridad ante los ojos de los bienaventurados en la visión beatífica. Los que vivimos todavía acá en la tierra tenemos que contentarnos con adorar el misterio" ("Teología de la salvación", 97. Royo Marín)

"será preferible no pretender aclarar semejante misterio más de lo que san Agustín o santo Tomás creyeron posible" ("Diccionario de teología", Louis Bouyer)
13/09/15 1:37 PM
  
Néstor
Hasta donde veo, lo que propone Horacio es la elección y predestinación posteriores a la previsión divina de los méritos de las creaturas.

En efecto, si la reprobación, simplemente hablando, es posterior a la previsión de las culpas, entonces la elección para la gloria es posterior a la previsión de los méritos.

Porque es claro que si Dios "espera" a prever las culpas de los réprobos, ahí mismo estará previendo los méritos de los otros, y entonces, así como reprobará a aquellos por haber previsto sus culpas, elegirá a estos otros por haber previsto sus méritos.

En cuanto a la irracionalidad, si nos fijamos, el cristianismo mismo, a una mirada superficial, parece bastante irracional. El hecho es que hay que conciliar tres verdades cristianas fundamentales:

1) Dios es Omnipotente.
2) Dios quiere que todos se salven
3) Algunos se condenan.

La dificultad principal está en que de 1) y 2) parece seguirse que todos se salvan, porque la Omnipotencia implica justamente la capacidad de hacer todo lo que se quiere.

Lo cual sin embargo contradice a 3).

¿Soluciones? Ah, y que no parezcan "irracionales"...

En todo caso, seguimos la discusión, como bien dice Alonso, en mi "blog"

Saludos cordiales.
13/09/15 2:25 PM
  
Néstor
Lo que propone Daniel, por su parte, es una predestinación a formar parte de la Iglesia anterior a la previsión de los méritos, y una predestinación a la gloria posterior a la previsión de los méritos de los que ya están en la Iglesia.

Ante todo, esto parece ir contra la posibilidad de salvación fuera de los límites visibles de la Iglesia, que ha sido reconocida tradicionalmente en la Iglesia y en particular en el Concilio Vaticano II, en la Constitución Lumen Gentium.

En efecto, sólo serían elegidos y salvados aquellos que previamente hubiesen sido llamados a ser miembros de la Iglesia y luego hubiesen hecho los méritos necesarios para ser elegidos para la gloria.

No explica tampoco cómo es la elección y la salvación de los justos anteriores a la primera venida de Cristo, que obviamente no han sido miembros de la Iglesia en el sentido en que lo son los bautizados.

En cuanto a la elección para la gloria en base a los méritos de la creatura, incurre en las dificultades propias del molinismo: esos méritos vienen de Dios, por su gracia, o no.

En el primer caso, que es el único cristianamente aceptable, la Voluntad divina de dar esa gracia, incluida la de la perseverancia final, es anterior a la realización histórica de esos méritos, y por tanto, también la elección divina para la gloria lo es, porque de la perseverancia final se sigue necesariamente la gloria.

El molinismo responde, obviamente, que la gracia con la que se consiguen los méritos se hace eficaz por el libre consentimiento de la creatura, en vez de producir ese libre consentimiento mismo.

Pero entonces ¿esos méritos vienen de Dios, por su gracia, o vienen más bien de libre albedrío de la creatura, que haría eficaz a la gracia divina misma, más aún, que determinaría a un concurso divino "indiferente", es decir, indeterminado?

No se puede negar que esta idea de la creatura determinando el actuar del Creador parece bastante "irracional".

Saludos cordiales.




13/09/15 2:38 PM
  
Néstor
Considerar también que en la propuesta de Daniel los que mueren sin haber pertenecido a la Iglesia, al parecer, han sido reprobados, negativamente supongamos, con anterioridad a la previsión divina de sus culpas, porque el solo hecho de no elegirlos para la Iglesia es ya, en esa hipótesis, no elegirlos para la gloria.

Saludos cordiales.
13/09/15 2:51 PM
  
Néstor
Porque además, y corto por acá: ¿nos angustia menos el pensar que nuestra salvación depende en última instancia de nosotros mismos? ¿Estamos más seguros de que nuestra libertad estará a la altura de las circunstancias, llegado el caso, de lo que estamos de figurar entre los elegidos de Dios? San Agustín, justamente, dice que es al revés: en la única libertad en que podemos poner una confianza ilimitada es en la Libertad divina.

Saludos cordiales.
__________
A.G.:
Jeje, Néstor, no hace falta que cortes, que es muy interesante lo que dices.
13/09/15 3:02 PM
  
Ramontxu
"Hay que pedir al Señor que nos cuente entre sus elegidos... (...) no porque la oración nos convierta en elegidos, sino porque Dios mueve a sus elegidos a pedir ser elegidos, de forma que se cumpla libremente el Plan con la cooperación humana."

Esa frase (como varias otras en esta entrada) es absurda. Efectivamente, si es Dios el que nos mueve a pedir, decir que "hay que pedir...", como si eso dependiera de nosotros, no tiene sentido.

Estoy seguro de que todos vosotros, como seres racionales que sois, tenéis problemas para aceptar lo de la predestinación. Porque, al ser absurdo (llamarlo "misterio" es un eufemismo), no sólo no lo enténdéis, sino que tampoco lo creéis, ya que aquello cuyo significado no se entiende, no se puede creer. Podéis "no negar explícitamente" la predestinación, aceptarla tratando de no pensar en su significado, pero no, realmente, creer en ella.

Para poder creer en algo, por muy disparatado que parezca, hay que, como mínimo, entender el significado de las palabras que lo expresan. Por ejemplo, "Dios existe", es una frase comprensible, es posible creer en ella, pero no se puede decir lo mismo de expresiones como "Dios decide lo que haces pero tu eres libre"; "Dios elige a unos para la salvación eterna y deja que el resto se condene eternamente, pero es justo y misericordioso"; "Si te condenas, porque no has sido predestinado por Dios para la salvación, la culpa es tuya, por lo que es justo que Dios te castigue"...

Predestinación es sinónimo de determinismo y no hay manera de compaginarla con "culpa" ni con "libertad" ni con "justicia".
13/09/15 4:20 PM
  
Ramontxu
"será preferible no pretender aclarar semejante misterio más de lo que san Agustín o santo Tomás creyeron posible" ("Diccionario de teología", Louis Bouyer)

Eso no es creer. Eso es renunciar a pensar.
13/09/15 4:21 PM
  
Donato
Después de las mejores puntualizaciones y sin restar un ápice a la Teología, nos parece definitivamente esclarecedora y sencilla la sentencia de S. Agustín, quien frente a pelagianos, parece maniqueo, y contra los maniqueos parece pelagiano: "Deus que te creavit sine te, non te salvabit sine te": Dios, que no necesitó de ti para crearte, no te salvará sin ti. Es decir, Dios mismo, no podrá salvarte si tú no coperas responsable y libremente con su Gracia.
13/09/15 4:55 PM
  
Luis Fernando
¿Soluciones?, pregunta Néstor... Y aparece Orígenes y dice: se salvan todos.

Pero resulta que no.

Por cierto, que Dios no nos salve sin nosotros no significa que "dependa" de nosotros para salvarnos, sino que nos concede la gracia de ser libres para aceptar su salvación. Y esa aceptación es realmente nuestra aunque sea infaliblemente movida por su gracia.

Hablo en primera persona del plural en la esperanza, no certeza herética, de que se nos conceda esa gracia salvífica.
13/09/15 11:43 PM
  
Daniel Riquelme
Gracias Néstor por tu respuesta.

Abusaré de la paciencia del blogger y te contestaré.

Me has interpretado correctamente. Lo que dices en el primer párrafo de tu primer comentario es lo que quise decir.

Respecto a la objeción de los que no son miembros de la Iglesia solo diré que la doctrina respecto a esto establece que para conseguir la salvación fuera de la Iglesia hay que querer pertenecer a Ella de alguna manera, por ejemplo mediante el bautismo de deseo o bien pertenecer a una iglesia que no tiene la verdad plena.

Respectoca los justos antes de Jesús solo dire que en el Credo rezamos "descendió a los infiernos", y ahí rescató a los justos.

Respecto al origen de la gracia creo que todo proviene de Dios y de su accionar libérrimo y que nuestra responsabiliad se limita a responder a ducha gracia libremente. Creo que el Nuevo Testamento abunda en esto; por ejemplo:1 Co 9, 27 o 2 Ti 2,5 .

Saludos y gracias nuevamente.
14/09/15 12:02 AM
  
Horacio Castro
Gracias Alonso y Néstor. Lo que ¿sugiero? es la elección antecedente para la gloria eterna ‘sin separación’ de la previsión de los deméritos de ‘Todos’. Lo de “después” en Dios, obviamente, correspondería a un orden lógico y no cronológico. Lo que expuse es un simple intento para encontrar analogía, entre la “reprobación negativa antecedente” para algunos como consecuencia lógica de no ser elegidos por Dios para la bienaventuranza eterna y en su lugar que, al ser ellos “reprobados positiva y consecuentemente” quede determinada la “elección antecedente” de los que son predestinados a la salvación con la gracia de la perseverancia final. Hace unos cuantos años el Padre Antonio Royo Marín dijo: “Las cosas de Dios son como Dios ha querido que sean, no como se les antojen a algunos”. Más recientemente, con todo acierto, el Director de un portal de noticias católicas dijo que “Dios predestina a quien le da la gana para la salvación y a quien no”. Así que este no es debate ni discusión. Para más, los conceptos que empleo (espero que en definitiva no sea para mal) sobre este trascendental tema, surgen de leerlos a ustedes y a otros articulistas de InfoCatolica. Néstor, como parcialmente conversamos esto en su blog, no quise ser reiterativo, así que en algún momento lo continuamos. Gracias y hasta luego.
14/09/15 1:08 AM
  
Antonio1
Está muy bien que mostréis esta doctrina tomista hasta la saciedad en distintos post y en distintos blogs. Pero sería especialmente honesto intelectualmente que especificárais, ante el desconcierto que produce en muchos católicos formados dicha doctrina, que aceptarla no es obligatorio para el católico, que no es una verdad de fe, que la iglesia admite igualmente como compatibles con la fe católica doctrinas que han debatido intelectualmente contra dicha doctrina. Que para ser admitida dicha doctrina hay que matizarla y comprenderla muy bien ya que una comprensión defectuosa de personas sin altos conocimientos teológicos puede correr el peligro de entenderse "more calvinista", que esta doctrina es especialmente querida por los que abrazan el catolucismo desde el protestantismo ( habla en un lenguaje que le es familiar). En definitiva, y quiero subrayar esto, se puede ser católico, apistólico, romano y plenamente dentro de la ortodoxia sin asumir esta doctrina que, como poco, tiene muchas zonas oscuras.
14/09/15 10:28 AM
  
Néstor
Tengo que pedir, porque si Dios me mueve a pedir, me mueve a hacerlo libremente, por tanto, mientras yo no lo haga, tengo la certeza de que Dios no me mueve, y sólo voy a poder saber que Dios me ha movido a pedir, una vez que haya pedido.

Partimos del condicional: “Si Dios me mueve a pedir, pido”. De ahí, por “modus tollens”, tenemos que si no pido, Dios no me mueve a pedir. Pero eso no quiere decir que sea yo el que impide que Dios me mueva, porque también es verdad que si no hay humo, digamos, no hay fuego, y eso no quiere decir que sea la falta de humo lo que impide la existencia del fuego.

Si pido, puedo tener la certeza de que Dios me movió a pedir. Si no pido, tengo la certeza en que mientras no lo haga, será verdad que Dios no me mueve a ello. Y antes de pedir, no sé si me va a mover o no a hacerlo. Conclusión: hay que pedir.

Sin duda, nosotros tenemos que responder libremente a la gracia de Dios. El asunto es si es verdad que “todo proviene de Dios”, porque en ese caso, también nuestra respuesta libre a la gracia proviene de Dios, y por tanto, es obra de la gracia divina.

Y ahí estamos de nuevo con la alternativa entre tomismo y molinismo: o la gracia es eficaz intrínsecamente, por sí misma, y entonces, no depende del consentimiento de la creatura, sino que lo produce, o es eficaz extrínsecamente, por el consentimiento de la creatura, pero entonces, decimos los tomistas, no todo proviene de Dios, porque ese consentimiento no es producido por la gracia, ya que con la misma gracia, el consentimiento, según los molinistas, puede darse o no darse.

Saludos cordiales.
14/09/15 4:11 PM
  
Néstor
Lo que dice Antonio1 es muy cierto, sólo que no es verdad que no lo hayamos dicho ya varias veces. Sin embargo, me late que las mismas advertencias no se hacen cuando alguien defiende el molinismo. Y menos aún que se hable de sus oscuridades, que son muchas y muy densas. Más aún, en mi opinión, son verdaderas contradicciones, cosa que no ha podido demostrarse del tomismo. Aquí lo que quisimos hacer es ir más allá de las advertencias y pasar a los argumentos. Terreno en el que, curiosamente, son pocos los que nos siguen.

Saludos cordiales.
__________
A.G.:
Bien lo has dicho, Néstor, me late lo mismo, jeje.
De hecho, es que los molinistas se bastan con decir que el molinismo está permitido etc etc y recurren al argumento de autoridad, simplemente. Faltan argumentos para demostrar un sistema en exceso sofisticado, mediocre, (y oscuro, ciertamente, por torpe) -aunque eso sí, permitido.
14/09/15 5:23 PM
  
Luis Fernando
Negar la doctrina de la predestinación de los elegidos a la salvación es negar la fe católica.

Así de simple.

Otra cosa es cómo se produce dicha predestinación. Pero que existe, vamos... verdad de fe.

Como cosa personal, y en vista de que el de siempre lanza la indirecta de siempre, diré que cuando yo era protestante no era calvinista sino arminiano. Es harto probable que no tenga ni idea de lo que eso significa y tenga que ir a buscarlo en la red, pero ahí lo dejo.

Por otra parte, pensar que los que hablamos el lenguaje de San Agustín y de Santo Tomás hablamos un lenguaje protestante es demostrar una ignorancia espantosa sobre el lenguaje católico. O, lo que es peor, darle la razón a los protestantes sobre lo que ambos santos enseñan.

...

O sea, en otras palabras: El único que en este portal vino del protestantismo al catolicismo soy yo. Fue allá, en la noche de los tiempos -así me lo parece-. Pero da la casualidad de que cuando yo era protestante, ni creía en el doble decreto de predestinación calvinista, ni creía en la doctrina "una vez salvo, siempre salvo", ni creía que no se podía creer de la gracia, ni en los típicos tópicos del calvinismo sobre estos asuntos.

Si soy hoy aprendiz de tomista es por pura gracia de Dios, no por mi pasado protestante.


Y ahora, me siento bajo el roble con mi Nacar Colunga de pastas rojas y mi tablet con app con la Liturgia de las horas, a esperar que un molinista nos explique Romanos 9. Sospecho que la siesta va a ser muy larga.
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A.G.:
Luis Fernando, lo has dejado bien clarito.

Mientras espero a que venga un molinista a explicar Romanos 9, (que por cierto tampoco entienden los arminianos), me tomo una cerveza con la Suma en la mano, calvinismo puro, por cierto, jeje.
14/09/15 5:31 PM
  
Gastón
Hay dos temas que a mi me dejan pensando en las limitaciones de la compresión teológica respecto de este tema... el primero es la aplicaciones en nuestras afirmaciones del conocimiento de Dios y del presente pasado y futuro de nuestra salvación en relación con Dios si en Dios no hay tiempo de la manera en que nosotros lo experimentamos. La aplicación de la temporalidad en los verbos (en nosotros es ineludible) creo que es de lo primero que hay que cuidarse para no hacer de Dios algo que no es (y en esto hay mucho juicio simplista de algunos teólogos. "De Dios es más lo que no sabemos que lo que sabemos"). Por otro lado me parece que hay un escollo en considerar que la libertad por su propia fuerza "puede rechazar a Dios" (pecado original), y sin embargo por su propia fuerza no puede elegirlo (teniendo en cuenta que la libertad tiende al bien y Dios es el Bien Sumo, tendría que ser al revés). La idea de "moción divina" me parece metafóricamente verdadera pero nuestra comprensión de ella es tan defectuosa que creo que más estamos en la verdad si nos abstenemos de juicio que todo buscan explicar respecto de estos temas donde el misterio nos supera infinitamente.. Saludos a todos y Dios los Bendiga por su buena voluntad.
14/09/15 6:45 PM
  
Néstor
Por lo demás, igualmente una persona poco formada teológicamente puede entender el molinismo "more pelagiano", y me parece lo más común hoy día sin comparación. Y tampoco todos los tomistas proceden del protestantismo, empezando por el mismo Aquinate.

Pero sigo insistiendo que lo más interesante en este tema son los argumentos.

Saludos cordiales.
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A.G.:
Y yo que creía que el Angélico era calvinista.... jeje
14/09/15 6:49 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Alonso, he leído o intentado leer algunos de tus artículos sobre predestinación y, sinceramente, me suenan a chino. No entiendo nada o casi nada. En cambio, he leído un artículo en www.catholic.net, acerca del asunto, que me ha gustado mucho, y que no quiero dejar de publicitar aquí. Es del cardenal Charles Journet, de su libro CHARLAS SOBRE LA GRACIA. Se titula: "La Predestinación". Se subtitula "La doctrina de la predestinación es una doctrina escriturística, revelada, pero ¿Cómo entenderla?". Es un texto sencillo, fácil de entender, de rico contenido.
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A.G.:
Oh, es una pena que no entiendas nada o casi nada de mis artículos. Menos mal que has encontrado ese de Journet como alternativa para entenderlo todo o casi todo.
14/09/15 8:34 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Y, en cuanto a esos debates sobre cómo se concilian la gracia divina y la libertad de la criatura, recuerdo la luminosa frase que oí, hace más de veinte años, a un sacerdote de buena doctrina y con vida de oración. Me dijo, más o menos lo siguiente: "En ese laberinto de la gracia y la libertad, se han metido muchos, a lo largo de los años. Y, casi todos, se han extraviado en el laberinto. Y los pocos que salieron de él...¡no son capaces de convencer a nadie!". A mí siempre me ha sido muy útil recordar esa frase. Me da mucha paz.
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A.G.:
Qué va, José Ignacio, santo Tomás NO se extravió en este tema, para nada. Es justo al contrario, apartándonos de su sana doctrina nos extraviamos nosotros.
14/09/15 8:39 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Disculpa, Alonso, tanto comentario pero es que acabo de leer otra cosa en www.catholic.net, acerca de la predestinación, que me parece tan buena que me gustaría mencionarla aquí. Aclara mucho las cosas, aunque no deja de señalar, para empezar, que es un misterio que nunca entenderemos bien en la tierra. Se titula "¿Me puede explicar algunas dudas sobre la predestinación?". Es de P. José Guerra, IVE. LLeva por subtítulo: "La salvación es don de Dios: que algunos se salven, es don del que salva; pero que algunos se pierdan es merecimiento de los que se pierden". Un saludo jovial y digital.
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A.G.:
Es una suerte que haya autores que escriban tan bien. Lástima no contarme entre ellos, pobre de mí.
14/09/15 8:53 PM
  
Antonio1
Evidentemente a lo que me refiero es a la doctrina tomista. Y es evidente que también el molinismo puede caer en el error del pelagianismo.
Y solo se habla normalmente de las dos posturas opuestas del tomismo y el molismo cuando ha habido mucha literatura desde que ambos defendieron sus posiciones y muchas perspectivas y muchos acercamientos. Ninguno plenamente satisfactorio, por cierto.

Obviamente ni San Agustín mi Santo Tomás son calvinistas ( aunque las mejores páginas de San Agustín no son las referidas a la reprobación, y hay que saber matizarlo muy bien para superar ciertas ambigüedades que fueron aprovechadas por Calvino).


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A.G.:
jeje un tomismo pelagiano es como un círculo cuadrado, o un elefante sin trompa.
14/09/15 9:54 PM
  
Antonio1
Claro, por eso digo que el peligro del tomismo en este tema es deslizarse por la pendiente calvinista, reduciendo la realidad de la libertad, y el peligro del molinismo es deslizarse por la pendiente del pelagianismo, minusvalorándo la gracia.

A mí me gusta mucho este pasaje de Ratzinger, que mantiene un equilibrio justísimo entre gracia y libertad, que parte de la idea incontestable de que todo es gracia, para poner en valor una libertad que no es ficticia:
"La persona puede y debe ser la síntesis de todas esas etapas de la creación. Puede y debe llegar hasta el Dios vivo y devolverle lo que procede de Él. Ya hemos dicho que el factor libertad entra en la dinámica de cada existencia, y este factor se opone a la predestinación absoluta.

En la concepción cristiana de Dios no existe una fijación rígida para la vida. Porque ese Dios es tan grande y tan dueño de todo, es por naturaleza tan amante de la libertad que puede introducir la autodeterminación en la vida del ser humano. Aunque siempre mantenga en sus manos la vida de esa persona, y la abarque y la sustente, la libertad no es pura ficción. Llega tan lejos que el ser humano puede arruinar incluso el proyecto divino."

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A.G.:
Pues yo no comparto su entusiasmo por ese pasaje. Porque la libertad es para el bien, y arruinar el proyecto divino no es precisamente un acto de libertad sino de esclavitud, aunque sea voluntaria. Es un pasaje muy desafortunado, la verdad.
14/09/15 10:37 PM
  
Joaquín
Yo es que no veo cómo hacer compatible lo que aquí se dice con la contundente afirmación de la libertad humana que hace el Concilio de Trento o con la enseñanza bíblica de que Dios quiere que todos los hombres se salven. Ni tampoco entiendo donde está la diferencia con las ideas calvinistas sobre la doble predestinación. Se ve que soy demasiado tonto. Me chirría también eso de que Dios "prevea" cosas porque eso implica que vive en el tiempo, como nosotros. Según tengo entendido (y pido que alguien con conocimientos de teodicea me corrija) Dios no "prevé" que haremos esto o aquello sino que en Su presente eterno nos VE haciéndolo. Pero insisto, no afirmo, solo expongo mis dudas. Solo pido que, por favor, no me empecéis a llamar "hereje" ni cosas parecidas.
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A.G.:
Es que la predestinación es garantía de libertad. Cuanto más premovido más libre. Y digo premovido para resaltar, como hace el tomismo, la iniciativa de Dios en la liberación del hombre.
14/09/15 10:47 PM
  
Luis Fernando
Ese pasaje de Ratzinger, sacado de una entrevista y, por tanto, sin un gramo de condición magisterial, creo que no solo no tiene asidero en la Escritura sino que, y quien no esté de acuerdo que lo argumente, parece chocar abiertamente con la doctrina católica sobre la libertad, al menos tal y como la explicó masgisterialmente el papa León XIII en su encíclica Libertas:
Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.

El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud.
Libertas Praestantissimum, 5


Hacer depender la salvación del hombre de una libertad en la que dicho hombre puede escoger entre salvarse o condenarse, es hacer de Dios mero espectador del destino final de los hombres.

Eso no hay manera de conciliarlo con lo que sabemos de Dios por su Revelación.

Sigo esperando al molinista o anti-tomista que nos explique Romanos 9... zzzzzz
14/09/15 10:57 PM
  
keparoff
Habla Luis Fernando del origenismo como una respuesta posible a las soluciones que pide Nestor, solución imposible, obviamente, porque la apocatástasis como restauración final que salva a todos está condenada por la Iglesia.

Esta condena tiene, sin embargo, muchos matices, y hay muchos autores que creen que la solución de facto irá, efectivamente, en esa línea de salvación universal.

Ya siento citar otra vez a un autor ajeno, pero no encuentro otro modo de explicarlo sin abusar del espacio.

Recoge Fray Mauro en su blog las reflexiones de un grupo de teólogos sobre trabajos de von Balthasar y de Escatología actual: La salvación actual y el problema del infierno, de Sachs.

Dicen: "Contemplar con ojos nuevos el viejo tema de la “apocatástasis” (Restauración final y universal), como certeza del perdón final y universal. El Magisterio condenó la APOCATASTASIS, como CERTEZA, no como hipótesis. Acompañados por muchas citas bíblicas que apuntan a la salvación universal, nos haremos preguntas dramáticas a, la luz de la encíclica DIVES IN MISERICORDIA."

"Nosotros no hablamos de certeza sino de esperanza de que todos alcanzaremos el fin último de llegar a ser partícipes de la divina naturaleza.Por lo demás, de nadie la Iglesia dice con certeza que haya ido al infierno, por tanto la hipótesis que nadie esté en el infierno eterno es legítima. En el Nuevo Testamento, hay muchas expresiones que parecen tener a la vista una redención final universal." (continua con citas de la Escritura).

¿Por ahí podrían ir los tiros, o son tesis heterodoxas?
14/09/15 11:20 PM
  
Joaquín
Definid "libertad". Porque me parece que el sentido que le dais a esa palabra no es el que se le da en el lenguaje corriente. En el sentido que se le da en el lenguaje corriente, que es el que usa Ratzinger, asentir libremente a la llamada divina implica por definición la posibilidad de rechazar esa llamada. ¿Qué queréis decir con que el decir que no no es libertad sino esclavitud. Confieso que no lo entiendo.

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A.G.:
Sí señor, eso es. Esclavitud. El Magisterio lo explica, por ejemplo en la Libertas, de León XIII, citando a santo Tomás:

"Pero así como la posibilidad de errar y el error de hecho es un defecto que arguye un entendimiento imperfecto, así tambien adherirse a un bien engañoso y fingido, aun siendo indicio de libre albedrío, como la enfermedad es señal de la vida, constituye, sin embargo, un defecto de la libertad. De modo parecido, la voluntad, por el solo hecho de su dependencia de la razón, cuando apetece un objeto que se aparta de la recta razón, incurre en el defecto radical de corromper y abusar de la libertad.

"Y ésta es la causa de que Dios, infinitamente perfecto, y que por ser sumamente inteligente y bondad por esencia es sumamente libre, no pueda en modo alguno querer el mal moral; como tampoco pueden quererlo los bienaventurados del cielo, a causa de la contemplación del bien supremo. Esta era la objeción que sabiamente ponían San Agustín y otros autores contra los pelagianos. Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.

"El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud. Sobre las palabras de Cristo, nuestro Señor, el que comete pecado es siervo del pecado(3), escribe con agudeza: «Todo ser es lo que le conviene ser por su propia naturaleza. Por consiguiente, cuando es movido por un agente exterior, no obra por su propia naturaleza, sino por un impulso ajeno, lo cual es propio de un esclavo. Ahora bien: el hombre, por su propia naturaleza, es un ser racional. Por tanto, cuando obra según la razón, actúa en virtud de un impulso propio y de acuerdo con su naturaleza, en lo cual consiste precisamente la libertad; pero cuando peca, obra al margen de la razón, y actúa entonces lo mismo que si fuese movido por otro y estuviese sometido al domimo ajeno; y por esto, el que comete el pecado es siervo del pecado»(4). Es lo que había visto con bastante claridad la filosofia antigua, especialmente los que enseñaban que sólo el sabio era libre, entendiendo por sabio, como es sabido, aquel que había aprendido a vivir según la naturaleza, es decir, de acuerdo con la moral y la virtud."
14/09/15 11:43 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

Llego tarde, así que perdón si lluevo sobre mojado.

El punto seis (6) me hace mucho ruido. Obviamente porque prefiero seguir al Pére Garrigou-Lagrange en casi todo y por la influencia, confieso, de Karl Barth. Me pregunto que le lleva a considerar problemática la distinción entre permisión del pecado y negación de la gracia eficaz dada la explicación de que la gracia eficaz se entrega con la gracia suficiente como el árbol en la semilla. Esa idea, desarrollada bellísimamente por el Padre RGL ¿no supera las dificultades que le anexan?

Respecto al punto siete (7) he notado que el problema de la gente es con la apertura de la posibilidad del determinismo. El problema que tienen mayor dificultad de entender no es si permanecen realmente libres cuando ya Dios pre-conoce algo, o sea, no es una definición incorrecta de libertad como indiferencia para hacer mal o bien lo que les atormenta, sino si hay posibilidad de hacer lo contrario cuando en este orden temporal se conoce lo que Dios ha pre-ordenado. Ese es el verdadero dilema.
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15/09/15 12:44 AM
  
Gabriela de Argentina
Yo soy catolica, pero en este tema pienso como el lector ateo Ramontxu. La doctrina de la predestinacion es muy dificil de tragar, mas aun la tomista, que prescinde de los meritos. Y el colmo es llamar "misterio" a proposiciones carentes de logica, como "ser libre pero que Dios te mueva a obrar lo que El quiere", o tratar de ser buen cristianos porque a esos prometio Cristo la salvacion, cuando en realidad haga lo que haga, si no estoy predestinada me ire al infierno. Dado que solo hay dos posibilidades: o salvarse o condenarse, la logica elemental me dice que si Dios elige a los que se han de salvar, por descarte elige (o no elige, es igual, pero la suma de ambos conjuntos da el total) a los que se han de condenar, pues no hay una tercera via. Pero como dicen que el calvinismo es heretico, todo el rollo consiste en tratar de demostrar logicamente proposiciones no-logicas. Y no me vengan conque la logica divina y la logica humana, y etc. Ni siquiera Dios puede hacer que 2 + 2 = 5. Tratar de justificar que 2+2 = 5 llamandolo "misterio" , es inaceptable. Lo que es infinitamente superior en Dios es su inteligencia, pero la logica es la logica. Yo creo que de esto en realidad, de verdad, nadie entiende nada. Si Cristo lo hubiera querido dejar tan claro lo hubiese explicado El mismo. El Evangelio de NSJC es mucho mas simple.
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A.G.:
Gabriela, ser libre es precisamente que Dios te mueva. No hay un "pero". Cuanto más movido, más libre. Nadie más libre que el elegido.

El ir al infierno depende de la autoexclusión culpable del hombre, ni más ni menos, porque Dios quiere que todo el mundo se salve. Más descendiendo a cada caso concreto, por así decir, Dios en su justicia juzga y retribuye. De forma que el salvarse libremente es por el don de Dios, pero la autoexclusión es justamente eso, autoexclusión, con el merecido castigo.

El Misterio no es ilógico, ni alógico, ni irracional. Sino suprarracional. Y es un acto profundamente racional que la razón comprenda su límite y que deba poner su confianza en la autoridad de Aquel que revela.

Hay que tener siempre la verdad completa delante, y nunca olvidar que Dios quiere la salvación de todos, pero la condenación de algunos la quiere como castigo concreto para que su justicia no deje impune el mal que misteriosamente permite.
15/09/15 2:29 AM
  
Luis Fernando
Gabriela, dices:
Si Cristo lo hubiera querido dejar tan claro lo hubiese explicado El mismo.

Bien, resulta que Cristo dijo que vendría otro, el Espíritu Santo, que explicaría todo lo que no había podido explicar Él. Pero es que además Cristo, en este tema, lo dejó muy claro :

Mateo 22,14
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.

Jn 6,64-65
Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

Jn 6,39
Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Mt 24,22 y 24
Y si no se acortan aquellos días, nadie podrá salvarse. Pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.... porque surgirán falsos mesías y falsos profetas, y harán signos y portentos para engañar, si fuera posible, incluso a los elegidos.

Jn 15,16
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.


Y perdonen ustedes que insista, pero lo de Romanos 9 es clave. San Pablo sabía muy bien que la doctrina de la elección -predestinación-, causaría dificultades entre los gentiles. A los judíos, miembros de un pueblo elegido, no les costaba lo más mínimo aceptarla por razones evidentes. Pero a quienes no habían sido educados en la realidad predestinacionista, la misma les parecía "complicada", por decirlo suavemente. ¿Qué hace el apóstol? Zanja el tema bruscamente en ese capítulo de Romanos: "Miren, esto es así y punto. Y ojito con acusar a Dios de nada".
15/09/15 9:14 AM
  
Oscar
Ramontxu: entiendo tu argumentación, y a mi también me parece que el autor lo hace demasiado complicado de entender; ya en otro post reciente, los comentaristas se esforzaban para entender por qué Dios no distribuía la gracia eficaz a los no elegidos, y siendo la gracia eficaz infalible, los que no la reciben no se pueden mover al bien. Dónde está su culpa entonces? Parece, y así lo decian varios comentaristas, que es una decisión de Dios, a quién mandar la gracia eficaz, y por lo tanto a quien salvar. Luego añade el autor que Dios a todos quiere salvar y da las gracias suficientes para salvarse. Entonces logicamente se preguntaban: por qué a algunos no les da la gracia eficaz, y no se pueden salvar, donde está la libertad y la culpa del hombre?
Hace poco oi una charla de Royo Marin, que lo explicaba de forma sencillisima: Hay una gracia suficiente dada por Dios, que digamos nos mantiene bien, que todos recibimos, y si en nuestra libertad, acogemos esta gracia suficiente, nos abre la puerta a recibir su gracia eficaz, la corriente infalible que nos mueve al bien sobrenatural y nos lleva a la salvación. Digamos que la condición para recibir la gracia eficaz es no rechazar, en nuestra libertad, las gracias suficientes previas que nos va mandando Dios. Ahí entra en juego la libertad del hombre, y la justicia de Dios, que no puede mandarle su gracia infalible, si previamente el hombre en su libertad ha rechazado la gracia suficiente. Así lo entendí, y a esta explicación le veo todo el sentido.
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A.G.:
Oscar, Dios no reparte a todos la gracia eficaz porque permite el mal. Lo vemos todos los días, es experiencia cotidiana. Un hecho evidente. Podría no impedirlo, y que todos fueran santos, pero permite que muchos le rechacen.

La iniciativa del acto libre es de Dios, no lo olvidemos nunca. La acción libre saludable es fruto de la gracia, y por eso propia del ser humano.
15/09/15 11:29 AM
  
JUAN NADIE
CLARA
Por si te sirve de consuelo yo tampoco llego a entenderlo realmente. Acepto completamente y sin reservas la doctrina y el Magisterio, pero esto no lo entiendo.
En cualquier caso aunque es un poco desconcertante, creo que no hay que caer en la desesperación, sino todo lo contrario.
En el Evangelio queda claro que Dios es justo y muy muy misericordioso, y Crisnto nos dice pedid y se os dará, y un corazón humilllado y arrepentido no lo rechazaré, por lo que yo creo que si nos convertimos y oramos insistentemente como la viuda al juez injusto, Dios nos tiene que acoger en su Gracia.
Además queda claro que Dios quiere que todos se salven, aunque respeta nuestra libertad.
La clave es seguir orando hasta el último día.
15/09/15 11:41 AM
  
Antonio1
Luis Fernando, personalmente no me adscribo al molinismo, me parecen más interesantes las posturas de teólogos que como Ratzinger mantienen un equilibrio entre gracia y libertad. Pero ya que lo pides te ofrezco un argumento molinista que explica Romanos 9. No digo que esté de acuerdo en todo, lo ofrezco para el debate:

"
Darrin, permítame decirle de una forma directa lo cuanto que le agradezco por el tono de esta carta. A pesar de está en desacuerdo con mis visiones, su carta es un modelo de buena educación, que nos haría bien a todo el resto de nosotros emular. Es un placer tratar con sus preguntas.

En primer lugar, en cuanto a la viabilidad de formar una perspectiva atea sobre la historicidad de la resurrección de Jesús paralela al caso que yo construyo para la misma, me parece que eso, de hecho, es la mejor esperanza para que el ateo tenga éxito. Primero, presente unos argumentos en contra el teísmo tal como el problema del mal o la imposibilidad de personas no encarnadas, de manera que cuando usted recurre a la evidencia a favor de la resurrección, no haya esa persona sobrenatural a quien acudir por modo de explicación.

Sin embargo, puede observar una diferencia potencialmente significativa entre los dos casos: en el caso del teísmo, la evidencia para la resurrección de Jesús es en sí misma confirmatoria del teísmo (véase el artículo buenísimo escrito por Timothy y Lydia McGrew en el libro Blackwell Companion to Natural Theology (Compendio Blackwell para la Teología Natural) ed. Wm. L. Craig y J. P. Moreland), de modo que el suplemento de la evidencia para la resurrección de Jesús sirve para incrementar la probabilidad del teísmo aún más. Por el contrario, para el ateo, la evidencia para la resurrección tiene la tendencia de no ser confirmatoria del ateísmo, de modo que ella debilita su caso anti-teísta original y hace que el ateísmo sea menos probable. Si alguien estima la evidencia para la resurrección de Jesús como algo muy poderoso, eso podría pesar más que la probabilidad de los argumentos que usted dio a favor del ateísmo, de manera que al final el teísmo parece ser una buena alternativa después de todo. De todos modos, el caso para el ateísmo parecerá más débil después de tomar en cuenta la evidencia para la resurrección de Jesús que antes.

En segundo lugar, hablemos de la doctrina de Pablo de la elección en Romanos 9. Quiero compartir con usted una perspectiva de la enseñanza de Pablo que creo que la va a encontrar muy reveladora y alentadora. Típicamente, como resultado de la teología Reformada, tenemos la tendencia de leer a Pablo como reduciendo la esfera de la elección de Dios a un grupo muy pequeño de elegidos y los que no fueron elegidos no se pueden quejar si Dios en su soberanía les paso por alto. Creo que eso es una lectura errónea del capítulo el cual tiene muy poco sentido cuando se lee en el contexto de la carta de Pablo.

Anteriormente en su carta, Pablo trata con la pregunta de qué beneficios hay para la identidad judía si alguien no cumple con las demandas de la ley (2.17-3.21). Él dice que aunque el ser judío tiene grandes beneficios en ser los receptores de los oráculos reveladores de Dios, y sin embargo ser judío no le da a usted la afirmación automática de la salvación de Dios. Al contrario, Pablo hace la afirmación radical y chocante que “No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra” (2. 28-29).

Pablo sostenía que “porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él” (3.20); en lugar “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley” (3.28). Eso incluye tanto a gentiles como a judíos. “¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles, porque Dios es uno” (3.29-30).

¿Se da cuenta lo que eso significaba para los contemporáneos de Pablo? Los gentiles (considerados “perros”) que tenían fe en Cristo podían ser más judíos que los judíos por raza y entrar al Reino mientras que el pueblo escogido de Dios se quedaría afuera. ¡Eso era inimaginable! ¡Un escándalo!

Pablo continúa suportando su visión al apelar al ejemplo de nadie menos que Abraham, el padre de la nación judía. Pablo explica que Abraham fue pronunciado por Dios como hombre justo antes de que recibiera la circuncisión. Pablo dice que el propósito era “para que fuera padre de todos los creyentes no circuncidados [o sea, los gentiles], a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión [observe el requisito], sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado” (4.11-12).

Este es un tipo de enseñanza explosiva. Pablo comienza el capítulo 9 expresando una tristeza profunda porque la raza judía había desaprovechado la salvación de Dios al rechazar su Mesías [=Cristo]. Pero él dice que no es como si la palabra de Dios haya fracasado. Al contrario, como ya hemos visto, “porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos suyos, sino: En Isaac te será llamada descendencia” (9:6-7). No es suficiente ser un judío por raza; sino que una persona debe ser un hijo de la promesa—y eso, como hemos visto, puede incluir gentiles y excluir judíos.

Entonces, la problemática con la que Pablo está luchando es de cómo pueblo escogido de Dios los judíos podrían no obtener la promesa de la salvación mientras que los gentiles, quienes eran considerados por los judíos como impuros y abominables, podrían encontrar la salvación en vez de los judíos. La respuesta de Pablo es que Dios es soberano: Él puede salvar a quienquiera que Él quiera y nadie puede impugnar a Dios. Él tiene la libertad de tener misericordia sobre quienquiera que Él desee, aún sobre los abominables gentiles y nadie se puede quejar de que eso es injusticia de parte de Dios.

Por lo tanto—y este es un punto crucial--¿Quién es el que Dios ha escogido salvar? La respuesta es: los que tienen fe en Cristo Jesús. Como Pablo escribe en el libro de Gálatas (el cual es una especie de abreviación de Romanos), “Sabed, por tanto, que los que tienen fe, éstos son hijos de Abraham” (Gálatas 3.7). Judío o gentil, no importa: Dios de manera soberana ha escogido salvar a todas las personas que confían en Cristo Jesús para salvación.

Es por eso que Pablo sigue diciendo en Romanos 10, “porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan; ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo” (10.12-13). La teología Reformada no puede darle sentido a todo este maravilloso y universal llamado a la salvación. Cualquier persona puede venir.

Entonces el peso que Pablo carga en Romanos 9 no es de limitar el alcance de la elección de Dios sino de ampliarlo. Él quiere abarcar todas las personas que tengan fe en Cristo Jesús sin importar su raza. Entonces ante todo, la elección es una noción corporativa: Dios ha escogido para sí un pueblo, una identidad corporativa y es responsabilidad de nosotros de responder en fe de si o no elegimos ser miembros de ese grupo corporativo que está destinado a ser salvo.

Por supuesto, tomando en consideración la providencia total de Dios sobre los asuntos de los hombres, eso no es toda la historia. Pero el Molinismo le da buen sentido al resto. Juan 6.65 quiere decir que sin la gracia de Dios nadie puede venir a Dios por su propia cuenta. Pero ahí no hay nada que sugiera que las personas que rehúsan creer en Cristo no lo hacen por su propio libre albedrío. Dios sabe exactamente a cuales circunstancias las personas libremente van a responder a Su gracia y pone personas en circunstancias en la que cada una de las personas recibe suficiente gracia para la salvación si sólo esa persona se aprovecha de ella. Pero Dios conoce quien va a responder y quien no. Así que de nuevo la culpa de que algunas personas libremente resisten Su gracia y todos los esfuerzos para salvarles no cae sobre Dios. Al contrario, ellos como Israel no logran obtener la salvación porque rehúsan tener fe."


15/09/15 1:32 PM
  
Néstor
El Card. Journet, gran tomista y gran amigo de Maritain, en este tema se deja llevar, me parece, por la influencia de Maritain, que a su vez está influido por Marín - Solá, el cual intenta "renovar" el tomismo introduciendo una visión en el fondo molinista respecto de los "actos fáciles" y conservando la tomista para los "actos difíciles". Sobre Marín - Solá trata especialmente mi último "post".

Cuando la Iglesia enseña que la salvación es don de Dios y que la condenación es culpa del condenado, no entiende negar que la salvación sea también mérito del que se salva, y por lo mismo, no hay razón tampoco para no interpretar ese dicho como lo ha hecho un sector muy grande del tomismo histórico, en el sentido de que en el que se condena es una precondición la negativa divina a dar el don de la gracia eficaz.

Porque además así parece exigirlo la lógica: Si A, con su acción, es causa de B, la no acción de A es condición necesaria de No B.

De lo contrario, podrían darse B y No B a la vez, lo que es contradictorio. Pues se daría la acción de A, y por tanto, B, pero a su vez, no se daría B.

Donde A es la acción divina de dar la gracia eficaz, y B el acto bueno y meritorio de la creatura, y No B se da siempre que la creatura, en vez de hacer el bien, peca.

Es decir, Dios podría siempre evitar el pecado con su gracia eficaz, como de hecho lo evita en los que hacen el bien bajo la gracia eficaz divina.

El texto de Ratzinger tiene dos cosas. Por un lado, se lo puede interpretar como una excelente presentación de la determinación divina de la voluntad libre creada: Dios introduce la autodeterminación en la vida de las creaturas racionales.

Eso es tomismo puro, si se entiende en el sentido de que Dios determina que la creatura se autodetermine, o sea, causa sus actos libres.

En efecto, lo contradictorio de la autodeterminación no es la heterodeterminación, sino la no autodeterminación.

Por otro lado, está eso de la libertad, lo cual puede entenderse en el sentido de que la posibilidad de que la libertad falle es inherente a la libertad humana tal como de hecho existe, excepto en el caso de Nuestro Señor Jesucristo. No pertenece, por tanto, a la esencia de la libertad como tal, pues la libertad divina no puede fallar, ni tampoco a la esencia de la libertad humana, pues la libertad humana de N.S. Jesucristo tampoco pudo ni puede fallar.

Es cierto que Dios no prevé, Dios ve, desde su Eterno Presente, sin tiempo, sin sucesión, sin pasado, sin futuro, sin antes, y sin después.

Desde ese indivisible instante Eterno, Dios ve como presente, desde la Eternidad, toda la sucesión del tiempo que para nosotros se divide en pasado, presente y futuro.

La anterioridad de la visión divina, por tanto, no es temporal, sino lógica y ontológica, como el Creador es anterior a sus creaturas, e implica la inmodificabilidad absoluta del conocimiento y el plan de Dios, desde la Eternidad y para la Eternidad. Dios no es determinado en modo alguno por la creatura, y el conocimiento divino se identifica con Dios mismo.

Del hecho de que nadie esté canonizado al revés, no se puede concluir que la Revelación no dice claramente que algunos se condenan, aunque no diga quiénes son. Incluso habría que preguntarse si Judas no es la excepción a esa regla: "ninguno se perdió, salvo el hijo de perdición, para que se cumpla la Escritura". La tesis de Balthasar me parece absurda, porque es presupuesto de todo el Nuevo Testamento que de hecho hay condenados.

En el Concilio Vaticano II se pidió que se pusiera expresamente que había condenados humanos (de los condenados angélicos, además, no podemos dudar), y la Comisión redactora del documento en cuestión respondió que no hacía falta, porque las palabras del Señor en Mt. 25 están en futuro: "Irán estos al fuego eterno". Por esas mismas palabras se ve la eternidad de las penas del Infierno, sobre la cual hay un antiguo canon:

"Can. 9. Si alguno dice o siente que el castigo de los demonios o de los hombres impíos es temporal y que en algún momento tendrá fin, o que se dará la reintegración de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema."

Este canon que se supone aprobado por el Papa Vigilio, fue emitido en el Sínodo "endemousa" en el 543, no dice nada sobre certezas, sino que condena la tesis misma.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice:

"1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo del Pueblo de Dios, 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira."

"Eternidad" es lo contrario de la "apocatástasis".

En cuanto a la posibilidad de rechazar la gracia, en el tomismo esa posibilidad existe en sentido compuesto para la gracia suficiente, y en sentido dividido para la gracia eficaz.

Eso quiere decir que la gracia suficiente, además, de hecho es rechazada a veces, la eficaz, de hecho no es rechazada nunca.

La posibilidad de rechazar la gracia en sentido dividido bajo la gracia eficaz quiere decir que la voluntad creada conserva la libertad, es decir, la indiferencia ante el bien finito y particular, dado que su objeto es el bien en general, en toda su amplitud.

Es de esa indiferencia que brota la posibilidad de no querer lo que quiere, incluso mientras lo esta queriendo - en sentido dividido - y de querer otra cosa distinta.

De hecho la posibilidad de querer otra cosa debe persistir incluso mientras se está queriendo libremente algo, de lo contrario no se lo estaría queriendo libremente. Pero es claro que esa posibilidad sólo es tal en sentido dividido, o sea, considerando a la voluntad en sí misma, aparte del hecho de que está queriendo algo (sentido compuesto).

Ésa es la definición tomista del libre albedrío. La predeterminación física no cambia el objeto de la voluntad ni hace que el bien particular y limitado deje de serlo, por eso no quita la libertad.

Saludos cordiales.
15/09/15 3:45 PM
  
Néstor
Además, el hecho de que para resolver el problema arriba señalado algunos recurran a la apocatástasis, que es contraria a la fe de la Iglesia, es signo claro de que es un problema real. Como por otra parte es obvio.

Saludos cordiales.
15/09/15 4:15 PM
  
Néstor
¿Es cierto que en la tesis tomista, haga yo lo que haga, si no estoy predestinado, me iré al Infierno?

No. Porque no es "haga yo lo que haga": si no estoy predestinado, no haré ciertas cosas que son necesarias para no irse al Infierno, mientras que si estoy predestinado, las haré.

Libremente, aclaremos, no las haré, en la primera hipótesis, y libremente las haré en la segunda hipótesis. Porque como enseña Santo Tomás, la predestinación incluye nuestros actos libres, dado que Dios Omnipotente tiene el poder de mover eficazmente nuestra voluntad a realizar esos actos libres.

O sea que no es "haga lo que haga". No es, por ejemplo, que "si no estoy predestinado, aunque permanezca en gracia de Dios hasta la muerte me iré al Infierno." Esa frase no tiene sentido, porque perseverancia final lleva sí o sí a la salvación, por lo que también es una gracia exclusiva de los predestinados.

La confusión surge siempre de que no distinguimos el plano de Dios del plano nuestro, y de que queremos operar en el plano divino, en vez de conformarnos con operar en el nuestro, que es el que nos corresponde.

Si estoy predestinado, eso incluye mis buenas obras, y por tanto, no está disponible la hipótesis en que la que llego a la vida eterna sin comprometerme libre y personalmente con el bien, por tanto, lo que a mí me toca es pedir a Dios la gracia de comprometerme así, y comprometerme de hecho. El resto le pertenece a Dios, no a mí.

Saludos cordiales.
___________
A.G.:
Así es, Néstor.

De tu oportuno comentario, resalto esta idea, que es muy importante:

"Si estoy predestinado, eso incluye mis buenas obras, y por tanto, no está disponible la hipótesis en la que llego a la vida eterna sin comprometerme libre y personalmente con el bien, por tanto, lo que a mí me toca es pedir a Dios la gracia de comprometerme así, y comprometerme de hecho."
15/09/15 9:02 PM
  
Néstor
Por otra parte, si decimos:

"Hay una gracia suficiente dada por Dios, que digamos nos mantiene bien, que todos recibimos, y si en nuestra libertad, acogemos esta gracia suficiente, nos abre la puerta a recibir su gracia eficaz, la corriente infalible que nos mueve al bien sobrenatural y nos lleva a la salvación. Digamos que la condición para recibir la gracia eficaz es no rechazar, en nuestra libertad, las gracias suficientes previas que nos va mandando Dios."

Si hay una gracia eficaz que nos mueve al bien sobrenatural en forma infalible: ¿no es un bien sobrenatural el mismo "acoger libremente" la gracia suficiente? ¿O diremos que esa acogida libre de la gracia la hacemos con nuestras solas fuerzas naturales? Eso sería ciertamente absurdo.

Pero si es un bien sobrenatural, entonces el que libremente aceptemos de hecho la gracia suficiente depende de que Dios nos dé la gracia eficaz, que nos mueve infaliblemente al bien sobrenatural, y depende de que no nos la de, el que libremente la rechacemos.

Saludos cordiales.
__________
A.G..
Evidentísimo. ¿Qué tenemos que no hayamos recibido? Que nadie se distinga de nada...porque todo lo recibió, hasta sus verdaderos méritos.
15/09/15 9:12 PM
  
Néstor
En cuanto al calvinismo, todas las escuelas católicas rechazan la herejía calvinista, que en este punto consiste en la reprobación positiva antecedente, o sea, la condenación al infierno como pena por el pecado antes de la previsión divina de los mismos pecados.

Lo que discuten tomistas y molinistas no es eso, porque son dos escuelas católicas. Lo que discuten es la reprobación negativa antecedente, que los primeros afirman y los segundos niegan.

O sea, la no elección de algunos para la gloria anterior a la previsión divina de sus culpas, basada en que la visión beatífica es un don sobrenatural y gratuito que Dios no debe a ninguna de sus creaturas, y que por tanto es libre de darlo a quien quiere y de negarlo a quien quiere.

Para el tomismo, la reprobación positiva o condenación por las culpas es consecuente, o sea, posterior a la previsión de las culpas de los condenados.

No hay más remedio que tratar de entender un poco esta terminología, si se quiere discutir racionalmente el asunto.

Saludos cordiales.
__________
A.G.:
La cuestión clave, Néstor, en la doctrina calvinista, es que no tiene en cuenta el misterio de la iniquidad, por el cual Dios permite que le rechacen sistemáticamente hasta la autoexclusión. Y esta permisión, como comentaba a Gabaon, contiene una insondable, misteriosa negación de la gracia que podría impedirlo. Lo que no hace a Dios nunca causa del pecado.

La predestinación a la condenación calvinista ignora esta realidad.
15/09/15 9:23 PM
  
Joaquín
Lo siento, pero no puedo aceptar eso de que cuanto más movido es uno, más libre es. Ese tipo de jueguecitos verbales con el significado de las palabras nunca me ha gustado.

Y no acepto que el capítulo 9 de Romanos sea una defensa de la predestinación, no en el sentido que se le da aquí, que, por más que se disimule redefiniendo la palabra "libertad", equivale a negar la libertad humana, y eso sí que está condenado por Trento.
__________
A.G.:
La cuestión, Joaquín, es que la gracia mueve a la voluntad a moverse por sí misma.

Por eso, cuanto más movida por la gracia, la voluntad se mueve más verdaderamente, más auténticamente.

Dios puede hacerlo, porque es omnipotente, y lo hace de forma que nuestras acciones movidas sean verdaderamente libres y nuestras. Como dice Filipenses 2, 13, "Dios es el que produce en vosotros el querer y el hacer, conforme a su designio de amor."
15/09/15 9:40 PM
  
Néstor
En la explicación presentada a Rom. 9, hay algo que parece delatar alguna influencia calvinista, y es la afirmación que dice que aquellos a los que Dios ha elegido son los que tienen fe en Jesucristo. El calvinismo sostiene que la fe verdadera es inseparable de la salvación, o sea, de la predestinación.

Contrariamente, la fe católica enseña que el creyente auténtico puede condenarse. Es decir, no necesariamente el creyente es uno de los predestinados.

Luego se recurre al molinismo. Pero es difícil conciliarlo, por ejemplo, con la referencia a Jacob y Esaú, donde se dice claramente que la elección divina no depende de las obras, y por eso se acude a una elección anterior al nacimiento de ambos. ¿Qué sentido tendría eso si al final la elección se basase en las obras futuras previstas por Dios?

"10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),12 se le dijo: El mayor servirá al menor. 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca."

Agreguemos que al final el molinismo viene a decir lo mismo que el tomismo. Porque depende solamente de la soberana libertad de Dios elegir las circunstancias en que prevé que A se ha de salvar, en vez de las circunstancias en que prevé que A ha de condenarse, y las circunstancias en las que prevé que B ha de condenarse, en vez de las circunstancias en las que prevé que B ha de salvarse.

Saludos cordiales.
15/09/15 9:41 PM
  
Néstor
Obviamente, cuando decimos "previsión" divina de las culpas estamos queriendo decir "visión actual desde la Eternidad siempre presente", simplemente nos acomodamos al lenguaje tradicional.

Saludos cordiales.
15/09/15 9:44 PM
  
Gabriela de Argentina
Dice Nestor "No. Porque no es "haga yo lo que haga": si no estoy predestinado, no haré ciertas cosas que son necesarias para no irse al Infierno, mientras que si estoy predestinado, las haré. "

En definitiva, ni en el primer caso ni en el segundo, el hombre elige nada.
Tenemos que:
1) Dios elige a los que se han de salvar.
2) Por descarte, ya que no hay una tercera opción, elige a los que se han de condenar. Negativa o positiva, antecedente o consecuente, calvinismo o no calvinismo, el resultado neto es el mismo. Lo demas me suena a puro palabrerio y darle vueltas a la cosa.
3) Dios permite a los reprobos pecar y les niega la gracia eficaz, de tal modo de castigarlos y asi mandarlos al infierno por lo que El mismo eligio, y hacer resplandecer Su justicia (?????) No cuadra.
Sigue siendo 2+2 = 5. Oh, gran misterio aritmetico que seguramente comprenderemos en el cielo...



15/09/15 11:11 PM
  
Gabriela de Argentina
Por cierto /EDITADO/
__________
A.G.:
Gabriela, por favor, quiero que hablemos con buen rollo, sin alusiones despectivas. Disculpa que edite el comentario, pero quiero buen ambiente.
15/09/15 11:16 PM
  
keparoff
Alonso afirma, en contestación a Oscar, que Dios no da la gracia eficaz a todos los hombres, con el argumento de que permite, de hecho, que haya quien le rechace con el pecado.

Pero no es cierto, simplemente, no podemos saberlo. Es seguro que Dios permite que el hombre peque durante un tiempo, eso salta a la vista, pero ese tiempo varía en cada vida. A algunos nos ha convertido a saltos, a otros desde pequeños, y no sabemos si a todos no los convertirá antes de morir.

No se puede dar por hecho que Dios no concede la gracia eficaz a muchas personas en el instante final, o a todas.

El canon que condena la apocatástasis de Origenes dice que el hombre impío o el demonio no serán reintegrados, pero no dice que tenga que haber condenados.

La tesis que defiende el grupo de teólogos que citaba antes decía que el infierno eterno existe como posibilidad, porque existe la posibilidad de que haya hombres que se autoexcluyan definitivamente del amor de Dios, pero que, de hecho, esa posibilidad cabe pensar que no se concrete precisamente porque la gracia eficaz de Dios la evite.

Y sobre las citas de la Escritura recogen: "En el Nuevo Testamento, hay muchas expresiones que parecen tener a la vista una redención final universal. La Iglesia debe orar por todos los hombres y mujeres, pues Cristo se ha entregado en rescate por todos (1Tim.2, 1-6); Jesús, que tiene poder sobre toda carne (Jn. 17, 1), una vez levantado en la cruz atraerá a todos hacia sí (Jn. 12, 32). La gracia de Cristo sobrepasa a toda culpa de Adán (Rom. 5, 12-21 y 11,32; 2P. 3, 9).
A este propósito también, como para otros temas, en la Biblia hay dos grupos de citas en contraste. Hay que dejar los dos caminos: en futuro, el Espíritu Santo iluminará los cristianos y el Magisterio para que se dé la interpretación definitiva (como ocurrió con el dogma de la Inmaculada). El Espíritu Santo seguirá “haciendo nuevas las cosas”, como ocurre con el lenguaje de los padres hacia los hijos: a los niños se les habla con “doble” lenguaje, castigador y amoroso a la vez; cuando crezcan quedará sólo el lenguaje amoroso, persuasivo. Entonces, el amor habrá fugado el temor (cfr. I Juan 4, 18).
No se trata de un saber seguro sobre el juicio de Dios, ni sobre la primera forma de escribir ni sobre la segunda. Si algunos (mucho más si se trata de muchedumbres, como quiere insinuar cierto lenguaje visionario) se condenan ¿Ha fracasado Jesucristo? En 1Ti. 2,1 se dice que hay que rezar para que todos se salven; pero si no hay esperanza siquiera que se puedan salvar, ¿Para qué rezar? ¿Qué sentido tiene rezar por todos? "

El Magisterio condena la afirmación origenista de que todos nos salvamos -a eso me refería con la certeza-, pero no condena la esperanza de que todos nos salvemos, podemos creer que es así, y de hecho, las Escrituras nos animan a rezar por ello.

Por cierto, podría también ser curioso el dato que da Nestor de que cuando en el Concilio Vaticano II se pide que se afirme explicitamente y magisterialmente que en el infierno hay condenados humanos, por los motivos que fueran, esa afirmación magisterial no se produjo.


15/09/15 11:27 PM
  
Oscar
A.G. , no se que tiene que ver tu respuesta con mi comentario, será que no me he explicado. Obviamente que Dios permite el mal, que es rechazar al Creador. Si se le rechaza, ya no da la gracia eficaz. Pero Dios no fuerza al hombre a aceptar a Dios, esta es la libertad del hombre, que puede acoger o rechazar a Dios. Los animales, no pueden hacerlo. Esta claro q la iniciativa parte de Dios, que es el origen de la gracia, tanto suficiente como eficaz. La eficaz es infalible,pero para recibirla exige el acto libre previo de acoger la suficiente. ciertamente el rechazo esclaviza, pero el amor solo se puede dar en libertad, libertad para acoger el amor o rechazarlo, libertad para acoger la gracia suficiente o rechazarla. La iniciativa parte, el amor parte de Dios, y como no se puede forzar a amar, el hombre es necesariamente libre, si elige rechazar la gracia suficiente, se cierra la puerta a la eficaz, infalible. Y mas rechazo al amor de Dios, mas negación de uno mismo, menos amor, menos libertad.
Que Dios lo sepa todo y el futuro, sabe ya si me voy a condenar, no quita para yo siga siendo libre, porque a todos ha dado gracia suficiente, de El partió la iniciativa, pero unos rechazaron libremente su gracia, por lo que no pudieron recibir la eficaz. O sea, que no es que Dios decida mandar la gracia eficaz a sus "predestinados", sin el acto previo de ellos de aceptar las gracias suficientes a todos repartidas. el tema de la gracia, que es esencial, se debería entender por los sencillos sin necesidad de ser teólogo. En el fondo es entender la esencia del amor, por eso está abierto al entendimiento de los analfabetos. Ciertamente a unos da mas gracias que a otros, pero a todos las suficientes para salvarse
Néstor: o sea Dios da la gracia eficaz para que el hombre pueda aceptar la suficiente y así poder recibir la eficaz, ya recibida. Entonces lo absurdo es diferenciar la gracia suficiente de la eficaz, toda seria eficaz. Si toda es eficaz no hay prueba. Y si hay prueba, a Adán y a los Ángeles, y a nosotros.Todo es recibido de Dios, hasta el ser de los minerales, pero como no se puede forzar a amar, el amor requiere libertad, y habiendo dado Dios el amor, dejo espacio a la voluntad del hombre, en la gracia sufí ente, que no es infalible, para dejarse amar o rechazar. Esta es la potestad de Dios, en la gracia suficiente, para que haya prueba. Pero como en realidad lo que dices es que todo es gracia eficaz, es inevitable quitarle a Dios su potestad de dejarle al hombre la libertad para decidir por sí solo aceptar la suficiente, sin la eficaz. Mezclando que la libertad esta en el amor de Dios, cierto, pero le puso a prueba, prueba solo posible sin la eficaz. Así se enreda todo, y prueba de ello son tantos comentarios de no entendertlo en algún post anterior. Con lo fácil que es volver a lo básico del Génesis, la prueba a Adán en libertad para elegir por si solo, para aceptar o no la autoridad de su Creador. si el hombre no tuviera ese reducto inicial de libertad para decidir por sí solo, dado por Dios, sin la corriente de la gracia eficaz, sin la corriente infalible (si es infalible es evidente que no hay prueba), aceptar o rechazar las gracias suficientes ya dadas, creo que Cristo no habría llegado a sudar sangre.
O sea, que el que hayamos recibido el amor de Dios, y el aceptarlo requiera también amor, no quiere decir que ese amor de aceptación, por proceder el amor de Dios, sea de la gracia eficaz. No, ahí esta la potestad de Dios de poner a prueba al hombre, dejando,le una decisión fuera del campo no infalible, para que pueda decidir el solo, habiendo aceptado, entonces enchufa la gracia eficaz. Como en el amor esta la libertad, le adjudicas a la eficaz, la decisión libre de aceptar la suficiente. Pero le quitas la potestad a Dios de dejar al hombre una decisión libre de aceptación sin la corriente infalible. Cosa que para ti es una contradicción, porque la libertad del hombre esta en la gracia. pero para los sencillos que leen el Génesis no es una contradicción, es hasta inmediato de entender. Una prueba sin gracia eficaz para decidir aceptar la gracia suficiente, no le quita un ápice de glorificación a Dios, al contrario, cobra todo su sentido el huerto de los olivos: que mas puedo hacer por ti para que me aceptes, pero sigues si aceptarme.
15/09/15 11:31 PM
  
Gabriela de Argentina
Pues no entiendo. Aqui dicen echarse bajo un arbol a esperar que los menos letrados demos soluciones que ni Santo Tomas dio, y yo soy despectiva? En fin, eso me suena bastante descortes.
16/09/15 12:14 AM
  
Palas Atenea
Desde luego el que resiste al pecado, o es consciente de que lo ha cometido y se arrepiente, el que actúa buscando el bien, no lo hace de motu propio, aunque así lo parezca. "Hay Alguien que me está moviendo" suele decir mi hermano que es agnóstico y, cuando dice eso lo que hace está bien, y buena cruz está llevando. Espero que se dé cuenta de lo que está diciendo, aunque luego cambie de conversación. En mi caso estoy convencida de que sí hay una predestinación del tipo que sea, y hay también una voluntad humana indiscutible. Si sólo hubiese predestinación alcanzaríamos la perfección, pero nunca la alcanzamos porque algo en nosotros la interfiere. Ya sé que existe esa frase del Evangelio: "Sed perfectos como vuestro Padre que está en los Cielos es Perfecto" (Mt, 5, 48), pero la excelencia del Padre sólo podemos alcanzarla por imitación y supongo que es a eso a lo que se refiere Jesús. Aún dando por sentada la predestinación no se puede decir que ésta bloquee el mal cada minuto de nuestra vida, luego se necesita poner algo de nuestra parte, pero si eso que ponemos también procede de Dios, la libertad queda negada. Al menos es lo que yo entiendo.
16/09/15 12:24 AM
  
Palas Atenea
La frase "Ama y haz lo que quieras" de San Agustín es una paradoja porque, si amas, tu voluntad ya está condicionada por el amor. Hay que tener cuidado con las frases que parecen sencillas ya que pueden ser más complicadas que un tratado de teología. En el Evangelio hay muchas así.
16/09/15 12:47 AM
  
Luis Fernando
Zzzzzzzzzzzz, ni un solo argumento que explique Romanos 9 contradiciendo esta doctrina: Predestinación/elección previa a existencia del predestinado y, obviamente, previa a cualquier acción por su parte.

Ruego se asuma un concepto esencial o estaremos hablando en idiomas distintos. La verdadera libertad está orientada al bien. SIEMPRE. Y es un DON. SIEMPRE.
16/09/15 4:12 AM
  
Gerardus VIII
Vean como en la pagina web de la Vicaria Episcopal de Pastoral de la Arquidiócesis de México, se enseñan cosas como estas:
“La religión que tenemos no depende muchas veces de nosotros, sino que es consecuencia de haber nacido en un lugar o en otro, en una familia que tiene tal religión concreta. Por eso nuestra salvación no depende de la religión que profesamos, sino de QUE SEAMOS BUENOS; de modo que a todos los que viven sinceramente su religión Dios los salvará. Pero también es verdad que estar en la verdadera religión, como estamos los católicos, nos ayuda mucho. Es como un atleta que tiene el mejor preparador y los entrenamientos apropiados; ese atleta cuenta con los mejores recursos para triunfar”. Fin de la cita.
Es una visión totalmente naturalista del mundo, naciste en tal país o en tal familia por azar, no es que la Divina Providencia te haya bendecido con una piadosa madre como la de san Agustín que rece por ti, el mundo no es gobernado por la Divina Providencia, no hay elegidos, no hay predestinados.
Ni siquiera enseñan que se salva quien sin culpa, vive en ignorancia invencible, pero movido por la inmerecida gracia, observa la ley natural que el Creador inscribió en los corazones de toda criatura.
En lugar de eso, dice que se salva quien observa su religión.
El ser humano puede ser bueno por sus propias fuerzas, es decir no necesitamos la gracia, y si no necesitamos la gracia, no necesitamos a Dios, por eso es intrascendente la religión que se profese o no se profese, pues lo importante es ser bueno.
Es la vieja herejía pelagiana.
16/09/15 4:20 AM
  
Luis Fernando
Antonio1, eso que has puesto, interesante en algunos aspectos, no va, ni por un casual, al fondo de la cuestión. El tema no es si el pueblo judío era un pueblo elegido, si los gentiles podían salvarse, si los predestinados a la salvación son muchos o pocos -Cristo dice que pocos en comparación con los llamados-, etc. El tema es en base a qué se da la elección. Algo que los gentiles, y no precisamente los judíos -que lo tenían muy claro-, debían aceptar. Y la respuesta, según Romanos 9, es clara: en base a la voluntad divina antes de que el elegido siquiera exista.

A partir de ahí, ya le pueden dar todas las vueltas que se quieran, que nada cambia el hecho de que el predestinado a la salvación lo es por voluntad divina como causa primera de dicha predestinación.

Es más, la elección se hizo antes de que el mundo, no ya los elegidos, existiera:

... ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor;
nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad,
Efe 1,4-5


Y, créanlo todos, entender esto libera MUCHO, porque se comprende que la salvación depende esencialmente de la fidelidad de Dios:
Pero el Señor sí que es fiel y Él os mantendrá firmes y os guardará del Maligno.
2 Tes 3,3


Y:

Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Fil 1,6


Esa confianza no es pasiva. No es un "yo me tiro a la bartola y hago lo que me da la gana porque al fin y al cabo Dios se encarga de todo". Si existen señales de predestinación, también las existen de estar en camino hacia la condenación, y ese tipo de "pensaciones" podría ser una de ellas. Pero a quien por gracia ha aprendido a andar en el sano temor de Dios -o sea, sabiamente-, la esperanza de que su salvación está en manos del Salvador da una paz al alma enorme.

Por eso el autor de Hebreos nos dice:
Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa....
Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.
Heb 10,36 y 39


¿Quién dice amén a eso?
16/09/15 4:31 AM
  
Luis Fernando
Hablando claro. Para muchos, que Dios predestine a unos para la salvación y a otros no, en base a una elección de su divina voluntad antes de que el hombre siquiera exista, convierte a Dios en injusto. Sin embargo, la Biblia dice que la justicia viene determinada por el mismo Dios, y no por lo que al hombre le parezca que es justo.

Los que se condenan, se condenan justamente por sus pecados. Dios, desde luego, no les "obliga" a pecar. No hay un decreto por el cual Dios diga: tú pecas sí o sí.

Los que se salvan, se salvan en la justicia del Hijo. Y como el Hijo dice, se salvan aquellos que el Padre le entrega.

¿Misterio? Sí. pero real.
16/09/15 4:45 AM
  
Joaquín
Como nos descuidemos, recreamos en miniatura la controversia "De auxiliis". Empiezo a entender por qué degeneró en un intercambio de puñetazos verbales y por qué el Papa Pablo V, harto, prohibió que se siguiera discutiendo. Citaré a San Ignacio: "No debemos hablar mucho de la predestinación por vía de costumbre; mas si en alguna manera y algunas veces se hablare, así hable que el pueblo menudo no venga en error alguno, como a veces suele diciendo: si tengo que ser salvo o condenado, ya está determinado, y por mi bien hacer o mal no puede ser ya otra cosa; y con esto entorpeciendo se descuidan en las obras que conducen a la salud y provecho espiritual de sus ánimas".
16/09/15 8:44 AM
  
Palas Atenea
Me alegro de que el Misterio atraiga a tanta gente. A los que, como Ramontxu, quieran simplificar la cuestión, les advierto que no hay manera de hacerlo. Hay cosas como el amor y la conciencia que el hombre no puede fabricar. El que ante un dilema ético de primera clase dice: "no puedo hacer eso" no lo dice porque sí, ni tampoco lo piensa, porque es instantáneo, sabe lo que tiene que hacer y sabe lo que no puede hacer. El hecho es que se da por supuesto que todos podemos amar y todos podemos tener conciencia pero la realidad demuestra que sólo algunos aman y sólo algunos tienen conciencia. ¿No es eso en si mismo una forma de predestinación? La voluntad no interviene ahí, no es un querer sino un saber: "no puedo hacer eso" no es lo mismo que "no quiero hacer eso". Ante una amarga disyuntiva la frase siempre es "no puedo hacer eso". Siempre.
16/09/15 9:03 AM
  
Palas Atenea
Ahora bien, cuando hablaba de la vida no estaba hablando del momento último de ella, sobre el que sólo Dios dispone. El caso de San Dimas es paradigmático, no se puede decir de él que alcanzara más perfección que la del arrepentimiento de los últimos minutos, y que el arrepentimiento fue verdadero lo confirman las palabras de Jesús. Mientras caminemos por este Valle de Lágrimas, animados por la Fe, la Esperanza y la Caridad, debemos pedir con confianza que seamos un nuevo Dimas, y que se nos conceda morir en la Gracia de Dios. Yo nunca pido por mi misma, como no sea al Espíritu Santo para que me ilumine en las grandes decisiones, pero lo que no expreso ni con el pensamiento Dios lo sabe porque hay múltiples ocasiones en que ha intervenido, y no me importa nada que algunos piensen que me lo estoy inventado. Me han llegado fuerzas que es más que evidente que yo no poseo y, aunque algunos lo achaquen alegremente al carácter, yo sé que no es así. Así que confieso a Cristo diciendo: "Porque Tú eres el Reino, el Poder y la Gloria, por siempre, Señor".
16/09/15 12:42 PM
  
clara
Gracias, Alonso Gracián por las explicaciones, he de confesar que no lo entiendo a pesar de sus esfuerzos. No pasa nada, seguiremos intentándolo a ver...

Gracias Juan Nadie por los consejos. No me quita la paz no entender, a cada uno Dios le dan unos dones... Y pienso que Dios me ha dado conocimientos suficientes para saber cuál es el camino. Lo demás, si viene, estupendo, si no, pues también.
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A.G.:
Es que es un misterio, Clara. Si lo entendieras como se entiende la regla de tres, sería otra cosa, pero no un misterio. Como dice un buen amigo, si los ves, no son sioux.
16/09/15 2:17 PM
  
Ramontxu
No te esfuerces, Antonio1. La única manera de hacer que todo esto deje de ser absurdo es renunciar a la predestinación. No hay otra manera. La diferencia entre el tomismo y el molinismo en este tema es que (citando a Gabriela), el primero dice que 2+2=5 y el segundo que 2+3=4.

¿Por qué os parece mal pensar lo siguiente?: Dios nos hace libres y con capacidad (mediante la gracia) para obrar bien. Y, luego, premia a los buenos y castiga a los malos. Es fácil de entender y respeta tanto la libertad humana como la justicia y la misericordia de Dios. Si yo fuera creyente, ésto es lo que creería. ¿Qué tiene ésto de malo?

Vale, tiene de malo que la predestinación es dogma de fe. Y peor aún: la negación de la predestinación va en contra del tomismo. Mal plan.


__________
A.G.:
Ramontxu, debo reconocer que tienes gracia y que estás sembrao, aunque lo que digas sea uno de esos sofismas que dicen los que se creen ateos y tienen fe en su ateísmo.

Hasta pareces de Cadi, lo cual sería sin duda signo de predestinación, jajaja
16/09/15 4:50 PM
  
Ramontxu
Por cierto, yo diría que los argumentos de Néstor para explicar cómo la predestinación no sólo no contradice sino que garantiza la libertad, valen también para defender la existencia de la libertad en el determinismo materialista. "Las leyes físicas causan la elección libre del hombre", "Cuanto más se ajusta la conducta humana a las leyes físicas, más libre es", etc.
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A.G.:
O sea, que libertad y necesidad son lo mismo según tú. Ay... no entiendes cómo Dios puede mover la voluntad de forma NO NECESITANTE.
16/09/15 4:54 PM
  
Ramontxu
"Ay... no entiendes cómo Dios puede mover la voluntad de forma NO NECESITANTE."

Por supuesto que no lo entiendo. ¿Lo entiendes tu?
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A.G.:
Estamos en ello.... tengamos paciencia.... no seamos cual mosquito nervioso que no para, sino cual chicharra paciente que canta y espera...
16/09/15 4:59 PM
  
Ramontxu
Aclaración: Libertad y necesidad no son lo mismo. Lo que es lo mismo es predestinación y necesidad.
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A.G.:
Nooooo. Predestinación y libertad. Cuanto más movido más libre. Para Dios es posible. Ramontxu te atraen estos temas. ¿Crisis de ateísmo?
16/09/15 5:00 PM
  
Ramontxu
No sólo no soy de Cadi, sino que nunca he estado en la Tacita de Plata. Es una asignatura pendiente que tengo. Algún día iré. En época de carnavales, por supuesto. Hay una chirigota (bastante vieja) sobre el caballo blanco de Santiago, que es beige clarito, que me encanta.
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A.G.:
No me hables de chirigotas. Ser aficionado a ellas es sin duda un signo de reprobación antecedente, jejeje
16/09/15 5:10 PM
  
clara
Alonso , sé que es un Misterio pero aunque te tronches de risa con lo que voy a decir, lo diré: que no lo encuentro razonable, en cambio el Misterio de la Santísima Trinidad, cuanto más pienso en él, más razonable me parece aunque no lo comprenda en conceptos teológicos.
Hala! :)
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A.G.:
jeje, pues anda que el misterio de la Santísima Trinidad no es un gran misterio....

Pienso que la Predestinación es algo tan profundo e inabarcable, que sólo en el Cielo podrá comprenderse bien.

Pero nosotros no seamos racionalistas, reduciendo lo misterioso al vacío, como en una máquina de envasado, para que nuestra mente pueda comprarla a bajo precio molinista.

No. Sólo respetando el misterio resplandece su profunda razonabilidad, aun en su decisiva suprarracionalidad.
16/09/15 5:21 PM
  
Jaime Fernández de Córdoba
Ramontxu, ni quito ni pongo rey. Pero la predestinación no es dogma de fe. Que me disculpe don Alonso, porque el asunto requiere de un estudio que aún no he comenzado, pero en el Evangelio hay muchas citas que parecen contradecir el dogma (no asumido por la Iglesia) de la predestinación, salvo que se quiera significar que Dios conoce el futuro y las decisiones que tomaremos, y a esto le llamemos "predestinación" (lo cual también me parece discutible). La única predestinación que he estudiado un poco, la calvinista, es completamente absurda, aunque muy útil para los fines del capitalismo, como ya señaló Weber.
Ya digo, ni quito ni pongo rey, quién puede columbrar los designios del Padre.
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A.G.:
No creo que don Alonso le disculpe semejante impertinencia.
16/09/15 5:35 PM
  
Gabaon
Dios les bendiga Néstor y Alonso.

Con lo del punto seis (6), sobre la negación de la gracia eficaz, he leído el aporte completo de Néstor en su blog, y algunos anteriores también. Tengo cierta dificultad para seguirles en ese punto.

Néstor se explica así: Si 'A' causa 'B', entonces 'No A' es condición necesaria de 'No B'.

Esto no es una explicación suficiente para probar que la permisión del pecado contiene la negación de la gracia eficaz. Por varias razones.

1. El axioma: "Si 'A' causa 'B', entonces 'No A' causa 'No B'. " está variado en la opinión de Néstor como "'No A' es condición necesaria de 'No B'." supongo que tratando de evitar la causación en la negación, pero eso no lo salva de ser problemático en el mejor de los casos y falso en otros.

Ese axioma es verdadero cuando 'A' y 'B' son enunciados simples. Para enunciados compuestos no siempre funciona. Me explico.

Si 'A' = 'A1' y 'A2' es lo mismo que decir "'A1' y 'A2' causa 'B'.".
Por su parte 'No A' es lo mismo que "'No A1' y 'A2'", o también "'No A1' y 'No A2'", o también "'A1' y 'No A2'".
Por lo tanto no siempre se puede inferir el valor de 'A1' o el de 'A2' al tener 'No B'.

En nuestro caso, el acto meritorio ('B') tiene dos causas: Dios que otorga la gracia eficaz ('A1') y la criatura que asiente ('A2'). Si no hay acto meritorio ('No B') NO podemos inferir que la causa, o "la condición necesaria", es que no hubo gracia eficaz ('No A1'). Para que se dé 'No B', basta que se dé 'No A2'.

Si a eso le agregamos que para que se dé 'A' hay condiciones varias, igual se puede inferir que 'No B' es igual a la ausencia de una de esas condiciones, no a la ausencia de 'A' directamente. Eso es evidente.

2. Una dificultad extra es cómo una opinión así puede ser "Tomista". No basta reconocer que la mayoría de los Tomistas son de opinión contraria, habría que lidiar con el hecho de que Santo Tomás en varias situaciones la corrige directa y explícitame Por ejemplo en ST. Ia, d. 40, q. 4, a. 2. y en DM, 4.3, a. I, o. 8. Claro, aquí asumo que al haber dicho Néstor "condición necesaria" él comprende esta distinción, solo lo menciono por si alguno no.

3. Y también está la dificultad con la doctrina Católica. Sólo Trento, por ejemplo, afirma que el abandono divino es castigo por el pecado, no su condición. Cuando en el punto seis (6) Alonso dice "conforme a las oscuridades del pecado" me resulta confuso, ¿conforme a qué pecado? ¡No hay pecado todavía!, ¿cómo Dios niega su gracia eficaz a alguien conforme a la oscuridad del pecado si todavía no ha pecado?

Cuando Néstor dice: "si la pérdida de la gracia eficaz fuese siempre y sólo consecuencia del pecado, la no pérdida de la gracia eficaz sería consecuencia del buen obrar de la creatura" no termino de entender cuál es el problema o qué es lo que quiere decir. Habla de la gracia eficaz como si fuese habitual, quiero entender que se refiere a perder la oferta de la gracia eficaz. No entiendo como él mismo no se puede responder si antes hizo la distinción entre bastarse la criatura para pecar y no ser suficiente para obrar el bien.

Un abrazo a ambos.
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A.G.:
Muy interesante, hermano Gabaon, lo que dices. Estoy deseando corregir mi aforismo si con tu ayuda comprendo que es confuso.

"6.- La permisión del pecado, junto con la obstinación final en el mal, deducen el necesario castigo, y contienen la negación justísima de la gracia eficaz conforme a las oscuridades del pecado."

Entiendo que Dios permite la obstinación final, y que esta obstinación final es merecedora del castigo necesario, y que Dios podría aclarar e iluminar estas oscuridades y maldades, pero no lo hace, -en justicia, sin duda.

Permitir y no impedir parece que van juntos. Y van juntos no conforme a la voluntad salvífica antecedente de Dios, sino en cuanto al misterio de la iniquidad, en cuanto a las oscuridades del pecado.

Quiero resaltar, pues, que Dios permite el pecado que podría impedir con gracia eficaz, y esta permisión es conforme a un plan en que está presente el misterio de la iniquidad. ¿O acaso la oscuridad del pecado no está presente, por permitida, en el plan de Dios? Parece, pues, que sin la oscuridad del pecado sólo tendríamos la luminosidad de la voluntad antecedente de Dios. Pero tenemos, junto a la voluntad consecuente de Dios, la oscuridad de la condenación de algunos, debido a la permisión del pecado y la ausencia consiguiente y justa de gracia eficaz en estos algunos.

Un abrazo.
16/09/15 5:38 PM
  
Horacio Castro
Dios tiene presciencia de nuestra existencia real. Su predestinación- en un orden lógico- luego de la previsión de deméritos y antes de la previsión de méritos es ‘en’ o para la existencia que vivimos. Por supuesto que la elección es previa a la existencia real del predestinado, quien como todos (a excepción conocida de la Santísima Virgen) incurrirá en pecados antes de la perseverancia final. De Romanos 9 exclusivamente surge que la verdadera predestinación está orientada a la salvación.
16/09/15 6:07 PM
  
Néstor
Si A, que es A1 y A2, es con su acción, causa de B, entonces la no acción de A es condición necesaria de No B, sea que esa no acción se deba a que se da A1 sin A2, o a que se da A2 sin A1, o a que no se da ninguno de los dos.

En cuanto a la permisión divina y la gracia eficaz, el hecho es que es imposible que Dios permita el pecado sin negar la gracia eficaz.

Porque si no niega la gracia eficaz, la da, y si la da, no permite el pecado, sino que lo impide, pues la gracia es eficaz precisamente porque va a acompañada de la buena obra correspondiente.

Y entonces, como la permisión del pecado es anterior al pecado mismo, también debe serlo la negación divina de la gracia eficaz.

Saludos cordiales.
16/09/15 6:39 PM
  
Alonso Gracián
Voy a matizar un poco más el aforismo 6.

Los obstinados no se pierden por no poder ser buenos sino por su maliciosa obstinación, que Dios permite.

Conforme a esa oscura obstinación permitida, permanecen en la masa de perdición.

La permisión es conforme a la oscuridad del pecado, conforme a la masa de perdición, por la culpa original o por la culpa actual.

Porque esa obstinación no puede ser conforme a la voluntad antecedente de Dios. Puesto que sería absurdo pensar que si Dios quiere que todos se salven, permita que algunos se obstinen en no querer salvarse.

Luego es conforme a la oscura voluntad de algunos de no salvarse. Conforme a la oscuridad del pecado.
16/09/15 6:42 PM
  
Palas Atenea
"La oscura voluntad de algunos de no salvarse" ¡Qué frase tan tremenda! que con lo poco que somos seamos capaces de producir esta clase de oscura voluntad pone los pelos de punta.
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A.G.:
Tremenda, pero real, Palas Atenea. Porque eso es la obstinación final.
16/09/15 6:56 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

Como dicen los Ingleses, "hay muchas formas de pelar un gato" : )

Con el punto seis (6) veo dos problemas. Uno de sentido y el otro teológico.

Cuando usas la palabra "contienen" (en plural) y luego dices "conforme a las oscuridades del pecado" deja una idea como posible: la permisión del pecado contiene la negación de la gracia conforme a la oscuridad del pecado. Eso no hace mucho sentido. Uno podría distinguir que la oscuridad del pecado es la causa de la impenitencia final y en otra sentencia afirmar que la permisión del pecado contiene la negación [justa] de la gracia eficaz. Ese es el segundo problema. Primero porque no creo que permisión de pecado y negación de la gracia eficaz estén identificados. Y segundo porque tampoco me parece que eso sea justo.

Me preguntas:

"Por otra parte, si la negación de la gracia eficaz es un castigo por el pecado, y el pecado es permitido y no impedido por gracia eficaz, ¿no es un contrasentido que Dios castigue sin gracia eficaz el mal cometido por causa propia, pero en condiciones en que se carecía de gracia eficaz?"


Debemos hacer una distinción cuando dices "el pecado es permitido y no impedido por gracia eficaz". Dios da gracia suficiente que puede ser de facto rechazada. Para rechazarla el hombre se basta a sí mismo. No hace falta la negación de algo para que él peque, él puede pecar solo. El obrar bien y el pecar no son simétricos. Al hombre para aceptar le hace falta gracia, para rechazar no hace falta nada. Ese rechazo merece castigo. La negación de la gracia eficaz es un castigo por el rechazo de la suficiente. Si comprendemos la gracia eficaz como "incluida" en la gracia suficiente tal como lo está el fruto en la flor, esto hace mucho más sentido: el mismo rechazo de la suficiente implica el rechazo de la eficaz. Si el hombre aceptara la gracia suficiente recibiría infaliblemente la eficaz. Van juntas.

Así se resuelve la pregunta que haces.
__________
A.G.:
Dios te bendiga Gabaon. Te agradezco que comentes en este blog y espero aprender de ti.

Dices:

"La negación de la gracia eficaz es un castigo por el rechazo de la suficiente. "

Pero esto no convence a muchos antitomistas, es un reproche que se le ha hecho al tomismo. Porque si la gracia suficiente no da el aceptar la gracia, ¿cómo Dios va a castigarlo? No tiene sentido que Dios castigue no aceptar de hecho una gracia que sólo aporta el poder aceptar pero no el aceptar de hecho.

Si la gracia suficiente diera el aceptar de hecho la gracia suficiente, sería eficaz.

Si no se acepta de hecho la gracia suficiente, es porque la gracia suficiente no da el aceptar de hecho, sino sólo el poder aceptar. Luego es absurdo que Dios castigue el no aceptar de hecho algo que no da el aceptar de hecho. A no ser que pensemos que está en manos de la criatura el aceptar de hecho la gracia suficiente, con lo cual nos deslizamos hacia el semipelagianismo-

La realidad es que sólo los que cuentan con la gracia eficaz aceptan la gracia, por lo que sería injusto que Dios castigara a los que solo cuentan con la gracia suficiente por no hacer lo que sólo hacen con gracia eficaz.

Por el contrario, se explica con el misterio de la iniquidad, con la oscuridad del pecado, que hace que el ser humano rechace el poder aceptar la gracia. Porque siendo la gracia suficiente un gran don que da el poder aceptar, es el colmo de la maldad NO QUERER PODER ACEPTAR LA GRACIA. Que pudiendo aceptar, el hombre no quiera poder aceptar, gran maldad es.

Por eso entiendo que, respecto a la gracia suficiente, Dios castigue el no querer poder aceptar, pero no el no aceptar de hecho (pues para esto se necesita la gracia eficaz). En definitiva Dios castiga la mala voluntad.
___
He arreglado el punto. Te agradezco el matiz.

16/09/15 7:20 PM
  
Horacio Castro
Es Dios quien “antes de la fundación del mundo” elige a cuales de sus criaturas rescata del pecado. Para Dios algunos pecadores son imperdonables, de ahí la “negación” de la gracia infalible para merecer la gloria eterna.
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A.G.:
En efecto hay pecados que no se perdonan, como la obstinación final, porque consisten precisamente en rechazar el perdón.
16/09/15 7:49 PM
  
Horacio Castro
“La obstinación final”. El pecado contra el Espíritu Santo. Que Dios no perdona. Nuestro Señor Jesucristo no permite duda alguna.
16/09/15 8:04 PM
  
Luis Fernando
Dado que la gracia eficaz es, al menos en sus efectos reales, infalible, resulta complicado creer que se ha dado allá donde hay condenación.

Así que o se niega que la gracia eficaz es lo que es, o hay que concluir que Alonso Gracián tiene razón. Al menos en cuanto a la gracia eficaz necesaria para la perseverancia final...

16/09/15 8:11 PM
  
Néstor
Si el Magisterio condena la afirmación origenista de que todos se salvan, entonces tenemos certeza que no todos se salvan, y entonces no podemos esperar que todos se salven.

Y en cuanto a la Comisión redactora de ese documento del Concilio, hay que atender, en buena hermenéutica conciliar, a las razones que dio para no incluir esa frase sobre la condenación efectiva de algunos hombres: que ya está suficientemente dicho en el texto de Mt. 25, por su tiempo futuro: “Irán estos al castigo eterno”.

Que Dios permite el pecado es evidente: nada sucede si el Omnipotente no lo quiere o permite, y el pecado no lo quiere, y sucede, por tanto, lo permite.

Y en cada pecado mortal hay un rechazo de Dios, lo cual no quiere decir que ese rechazo tenga que ser definitivo.

En cuanto a la condenación efectiva de algunos, supongo que los balthasarianos concederán al menos que de hecho hay ángeles condenados, los demonios.

Con eso alcanza para plantear respecto de ellos el mismo problema:

1) Dios es Omnipotente.
2) Quiere que todos los ángeles se salven.
3) Algunos ángeles se condenan.

¿Cómo, si el Omnipotente, que puede todo lo que quiere, quiere que todos se salven?

Y si se nos responde que a pesar de que algunos se condenan, al final se salvan todos, o sea, la apocatástasis, entonces ya no se puede decir que “la Iglesia ha definido que no se sale del Infierno, pero no sabemos si hay alguien en el Infierno”, pues sin duda que los ángeles condenados están en el Infierno.

Y entonces no, al final no se salvan todos, tampoco, porque la Iglesia ha definido lo contrario.

Y entonces ¿cómo es esa Voluntad con la cual Dios quiere que todos los ángeles se salven? ¿No será solamente antecedente y no también consecuente? Es decir ¿no hay entonces una elección divina?

¿O vamos a decir que Dios no quiere que todos los ángeles se salven, después de haber hecho tanto hincapié entre la conexión entre el Amor divino y la Voluntad salvífica universal?

Por otra parte, supongamos, lo que en realidad es falso, pero supongamos, que Dios elige salvar a todos los hombres, o sea, supongamos que la población humana efectiva del Infierno es solamente una posibilidad.

Bien, pero es una posibilidad. Con eso solo alcanza para plantear todo el problema.

¿Puede Dios, queriendo que todos se salven, y siendo Omnipotente, permitir que algunos se condenen eternamente? Porque si no puede, entonces el Infierno no es ni siquiera una posibilidad, y eso no me van a decir que no es contrario a la fe cristiana.

Y si puede, de nuevo ¿cómo hay que entender entonces esa voluntad salvífica universal del Omnipotente, que puede realizar todo lo que quiere? Sin duda, puede también no realizarlo, pero a condición de que no lo quiera.

O en todo caso, a condición de que lo quiera sólo antecedentemente, y no también consecuentemente. O sea, a condición de que antecedentemente quiera salvar a todos, y consecuentemente elija solamente a algunos.

A partir de ahí, la discusión es solamente acerca de si la elección y predestinación divinas son anteriores o posteriores a la previsión divina de los méritos de la creatura racional, pero no acerca de si hay o no hay una elección y predestinación divinas de los que de hecho se salvan y solamente de ellos.

En cuanto a 1 Ti 2,1, dice solamente lo que sigue:

“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;”

La diferencia entre la gracia suficiente y la eficaz es aquella da la capacidad de obrar, ésta da el obrar mismo. No son, entonces, lo mismo, como poder hacer no es lo mismo que hacer. Y poder hacer no es que sea nada, porque sin ello, no podemos hacer, justamente.

La que nos hace poder recibir la gracia eficaz no es la gracia eficaz, sino la suficiente. La gracia eficaz no hace que podamos recibirla, sino que la recibamos.

Dios da a todos el poder obrar, porque no manda lo imposible, y da a algunos el obrar de hecho, porque los ha elegido para ello en forma totalmente soberana y libre.

“Pero sin la gracia eficaz no pueden hacer el bien”. Sí, pueden hacerlo, sólo que no lo hacen.

“Pero no puedo hacer algo sin aquello sin lo cual de hecho no lo voy a hacer”. No puedo, en sentido compuesto, sí puedo, en sentido dividido. No hay más remedio que terminar en esta distinción.

Es decir, no pueden darse juntas la ausencia de la gracia eficaz y la realización efectiva del bien, pero sí pueden darse juntas la ausencia de la gracia eficaz y la capacidad de realizar el bien.

Y es necesario distinguir la capacidad de hacer el bien y el hacer el bien efectivamente. De lo contrario habría que decir que los que no hacen el bien no tuvieron nunca capacidad de hacerlo.

Si son distintas, puede darse una sin la otra, como de hecho sucede en los que tienen capacidad de hacer el bien y hacen el mal.

Y si pueden darse una sin la otra, puede darse la capacidad de hacer el bien sin aquello que es inseparable de hacer el bien de hecho, o sea, sin la gracia eficaz.

Porque si no pudiese darse la capacidad de hacer el bien sin la gracia eficaz, como ésta por definición va acompañada de la buena obra, entonces no podría darse la capacidad de hacer el bien sin la buena obra correspondiente, contra lo arriba dicho.

Si decimos que la prueba consiste en que Dios da la gracia suficiente sin dar todavía la eficaz, de modo que mientras no viene la gracia eficaz la voluntad no termina de decidirse, y está tironeada por las tentaciones, etc., y que cuando viene la gracia eficaz, infaliblemente y libremente a la vez la voluntad opta por el bien, eso parece bastante tomista.

La clave esta precisamente en que todo lo que tenemos de ser y de bien procede de Dios, lo único que es exclusivamente nuestro es el pecado, que es un no ser y una privación de bien.

Dios es Omnipotente, y la Omnipotencia abarca todo lo que no implica contradicción. Y hasta ahora no se ha podido probar que la moción infalible divina de la voluntad humana a la realización de sus actos libres sea contradictoria.

Más aún, está afirmada explicítamente en la Escritura: Dios es quien obra en nosotros el querer y el hacer.

¿Nos extraña que sólo Dios pueda hacer algo así?

No es que no seamos libres porque Dios obra en nosotros el querer y el hacer, ni es tampoco que somos libres a pesar de que Dios obra en nosotros el querer y el hacer.

Es que somos libres PORQUE Dios obra en nosotros el querer y el hacer, como sólo Él puede hacerlo.

Que Dios deja espacio a la libertad del hombre no quiere decir que Dios consigue hacer que algo de ser y de bien no procedan de Él, lo cual es absurdo, sino que quiere decir precisamente que Dios mueve a la voluntad humana a realizar actos libres.

Lo contrario sería como pretender que Dios pudiese hacer que una creatura fuese creada sin que Él la crease. O que Dios pudiese hacer que existiese algo distinto de él, a saber, el acto libre de la creatura, que no lo tuviese a Él por Causa Primera.

Eso es contradictorio en su mismo enunciado, porque si Dios hace que exista, entonces lo causa.

Mientras sigamos pensando que el obrar divino y el obrar humano se restan espacio mutuamente, no vamos a entender lo que dice Santo Tomás.

Por eso, no puede haber ser ni bien en lo creado que no proceda del Creador, eso es solamente explicar el sentido de "Creador".

Y por eso no alcanza con decir que Dios da la gracia y después el que responde bien se salva. Porque responder bien es un bien, y por tanto, también eso procede del Creador.

Saludos cordiales.
16/09/15 8:21 PM
  
Néstor
No es, por tanto, tampoco, que “simplemente sea dogma de fe la Predestinación”, que lo es, sin duda. Se trata más bien del dogma (y también verdad racional, filosófica) de la Creación.

Por eso mismo es que Dios no fuerza al hombre a aceptar la gracia, porque lo que se hace libremente no se hace forzado, y Dios mueve con eficacia infalible al hombre a que acepte libremente la gracia.

Y en el tema de la necesidad y la libertad, lo que hay es la distinción entre el sentido dividido y el sentido compuesto. Hasta ahora tampoco se ha podido probar que sea contradictoria, y sin eso, todo lo otro que se diga es nada.

Dada la Providencia divina, enseña Santo Tomás, lo que sucede en la Creación es necesario en sentido compuesto, no en sentido dividido. Incluidos los actos libres de las creaturas racionales. Y con eso alcanza para que éstos sean libres.

No hay más remedio que tratar de entender qué significa eso de “sentido compuesto” y “sentido dividido”, sobre lo cual hemos dado ya abundantes explicaciones en los últimos meses.

La predestinación divina está enseñada en los Concilios de Quierzy y de Valence, que no son ecuménicos, pero que han sido desde entonces el faro orientador de la teología católica de la gracia. No sin conocimiento, obviamente, de la Santa Sede.

Véase por ejemplo el Concilio de Quierzy, del 853:

“Cap. 1. Dios omnipotente creó recto al hombre, sin pecado, con libre albedrío y lo puso en el paraíso, y quiso que permaneciera en la santidad de la justicia. El hombre, usando mal de su libre albedrío, pecó y cayó, y se convirtió en "masa de perdición" de todo el género humano. Pero Dios, bueno y justo, eligió, según su presciencia, de la misma masa de perdición a los que por su gracia predestinó a la vida [Rom. 8, 29 ss; Eph. 1, 11] y predestinó para ellos la vida eterna; a los demás, empero, que por juicio de justicia dejó en la masa de perdición, supo por su presciencia que habían de perecer, pero no los predestinó a que perecieran; pero, por ser justo, les predestinó una pena eterna. Y por eso decimos que sólo hay una predestinación de Dios, que pertenece o al don de la gracia o a la retribución de la justicia.”

Y el de Valence, del 855:

“Can 3. Mas también sobre la predestinación de Dios plugo y fielmente place, según la autoridad apostólica que dice: ¿Es que no tiene poder el alfarero del barro para hacer de la misma masa un vaso para honor y otro para ignominia? [Rom. 9, 21], pasaje en que añade inmediatamente: Y si queriendo Dios manifestar su ira y dar a conocer su poder soportó con mucha paciencia los vasos de ira adaptados o preparados para la ruina, para manifestar las riquezas de su gracia sobre los vasos de misericordia que preparó para la gloria [Rom. 9, 22 s]: confiadamente confesamos la predestinación de los elegidos para la vida, y la predestinación de los impíos para la muerte; sin embargo, en la elección de los que han de salvarse, la misericordia de Dios precede al buen merecimiento; en la condenación, empero, de los que han de perecer, el merecimiento malo precede al justo juicio de Dios. "Mas por la predestinación, Dios sólo estableció lo que Él mismo había de hacer o por gratuita misericordia o por justo juicio", según la Escritura que dice: El que hizo cuanto había de ser [Is. 45, 11; LXX]; en los malos, empero, supo de antemano su malicia, porque de ellos viene, pero no la predestinó, porque no viene de Él. La pena que sigue al mal merecimiento, como Dios que todo lo prevé, ésa si la supo y predestinó, porque justo es Aquel en quien, como dice San Agustín, tan fija está la sentencia sobre todas las cosas, como cierta su presciencia. Aquí viene bien ciertamente el dicho del sabio: Preparados están para los petulantes los juicios y los martillos que golpean a los cuerpos de los necios [Prov. 19, 29]. Sobre esta inmovilidad de la presciencia de la predestinación de Dios, por la que en Él lo futuro ya es un hecho, también se entiende bien lo que se dice en el Eclesiastés: Conocí que todas las obras que hizo Dios perseveran para siempre. No podemos añadir ni quitar a lo que hizo Dios para ser temido [Eccl. 3, 14]. Pero que hayan sido algunos predestinados al mal por el poder divino, es decir, como si no pudieran ser otra cosa, no sólo no lo creemos, sino que si hay algunos que quieran creer tamaño mal, contra ellos, como el Sínodo de Orange, decimos anatema con toda detestación [v. 200].”

Saludos cordiales.
16/09/15 8:23 PM
  
Luis Fernando
A ver, amigos, yo aquí vengo a aprender. No me pidáis que corrija porque no me da todavía la cosa para ello. Ando todavía en proceso de asentamiento de esta doctrina en mi alma, así que voy un poco a tientas. Eso sí, ya puedo corregir a quien dice que la predestinación no es una doctrina católica. Simplemente, lo es.

Dicho lo cual, si hacemos depender la donación y recepción de la gracia eficaz de la respuesta del hombre a otras gracias, convertimos a la gracia eficaz en causa subordinada.

Y pregunto, ¿cómo va a depender la gracia eficaz de la respuesta del hombre si lo que hace esa gracia es provocar precisamente la respuesta libre y afirmativa del hombre?
16/09/15 8:27 PM
  
Luis Fernando
Una reflexión más. Rechazar la doctrina católica sobre la predestinación porque resulta que los calvinistas sostienen y hacen proselitismo de una doctrina predestinacionista errada es como rechazar la doctrina católica sobre la primacía de la gracia porque Lutero era solafideísta.

Al mal que nace de una desviación herética del bien no se le combate ocultando el bien, sino mostrándolo claramente. Y desde luego, no se le combate negando el bien, porque eso es incluso más mal que el mal que se busca combatir.
__________
A.G.:
Muy cierto.
16/09/15 8:39 PM
  
Néstor
Mientras que la gracia eficaz es causa del acto bueno, la negación de la gracia eficaz no es causa del pecado, sino condición necesaria, y por tanto anterior, previa, del mismo.

Santo Tomás enseña que el navegante no es causa del hundimiento del navío por su inacción, si no le estaba encomendada la navegación de ese buque, o sea, si no estaba obligado a evitar que se hundiese.

Y Dios no está obligado a mover a todas las voluntades creadas al bien. Menos aún al bien sobrenatural, que es por definición gratuito.

Por eso digo que si A, con su acción, es causa de B, la no acción de A es condición necesaria (no necesariamente causa) de No B.

Pero sería absurdo que la gracia eficaz fuese causa infalible del acto bueno, y la negación de la gracia eficaz no fuese condición necesaria, y por tanto, lógicamente anterior, al pecado.

Porque entonces habría que aceptar la posibilidad de que se diese la gracia eficaz y de todos modos ocurriese el pecado, lo cual va contra la noción misma de gracia "eficaz", que es la que va siempre acompañada de la buena obra correspondiente.

O Dios da la gracia eficaz a Fulano, o no. En el primer caso, Fulano no peca. Y hay solamente esas dos posibilidades. Por tanto, Fulano sólo puede pecar en la hipótesis de que Dios no le ha dado la gracia eficaz.

Sin duda que tanto del don de la gracia eficaz como de su negación se siguen actos libres de la creatura racional: en el primer caso, la gracia eficaz mueve a la voluntad a realizar libremente ese acto bueno; en el segundo caso, la voluntad creada, sin la gracia eficaz con la cual solamente hace de hecho el bien, libremente hace el mal.

(El hecho de que debamos reconocer, aparte, que de algún modo la libertad, tal como se da de hecho en todos los hombres excepto en Jesucristo N. S., incluye la capacidad de hacer el mal, es que si no fuese así, los actos malos no serían libres, y entonces, no serían malos, es decir, no serían responsables.)

Saludos cordiales.
16/09/15 8:44 PM
  
Alonso Gracián
Dice Royo Marín, "Teología de la salvación", 91:

"La causa externa permisiva y negativa del endurecimiento es la justicia vindicativa de Dios, que en castigo de tanto pecado, de tanta ingratitud y maldad, va retirando cada vez más sus gracias, con lo que la voluntad del pecador se siente cada vez más débil para el bien y más fuerte para el mal".
16/09/15 8:50 PM
  
Horacio Castro
Sobre e último comentario de Néstor creo que esclarecería más si reitera, como explicó en varias oportunidades, que todos reciben gracias suficientes y también otras eficaces infalibles.
16/09/15 8:58 PM
  
Néstor
En definitiva, que si, cosa que es falsa, se salvan todos, es que Dios ha elegido y predestinado a todos para la salvación. Es que la Voluntad divina antecedente y la Voluntad divina consecuente coinciden totalmente. Pero no es, sino todo lo que contrario, que no sea verdad que se salvan solamente los elegidos y predestinados por Dios.

Como dije, queda solamente por discutir si la elección y predestinación divina de los que se salvan es anterior (tomismo) o posterior (molinismo) a la previsión divina de los méritos de las creaturas, no si hay o no hay una elección y predestinación divina de todos los que se salvan y sólo de ellos.

Saludos cordiales.
16/09/15 8:59 PM
  
Néstor
Claro, pero ahí Royo Marín está hablando del endurecimiento, no del pecado en general, porque sería absurdo decir que la "causa permisiva y negativa" del pecado (a mí me gusta más "condición necesaria", porque Dios no es causa del pecado), es la retirada progresiva de la gracia, la cual a su vez tiene como condición el pecado previo: ahí estaríamos razonando en círculo.

Saludos cordiales.
__________
A.G.:
La retirada progresiva de la gracia como causa indirecta, permisiva, negativa, o condición necesaria, de nuevos pecados, que culminan en la obstinación...ahí está el círculo. Entonces sí podemos entender la negación de gracia eficaz como castigo. Es condición y castigo, parece, ambas cosas. En un sentido, la permisión del pecado equivale a negación de gracia eficaz. En otro sentido, la negación de gracia eficaz es castigo del pecado.
16/09/15 9:04 PM
  
Néstor
Sí, de acuerdo con lo que dice Horacio. Las gracias eficaces, que son infalibles, no están restringidas a solos los predestinados. Lo que es exclusivo de éstos es la gracia eficaz de la perseverancia final.

Saludos cordiale.s
16/09/15 9:07 PM
  
Néstor
Claro, hay una negación de la gracia eficaz que es condición del pecado, y hay otra que es castigo de ese pecado, porque es condición de un nuevo pecado, con el cual la creatura se aleja más aún de Dios. Por eso Santo Tomás dice que a veces Dios permite ciertos pecados en castigo de pecados anteriores.

Saludos cordiales.
_________
A.G.:
Y no hay manera de permitir ciertos pecados que no contenga una negación de gracia eficaz.
16/09/15 9:25 PM
  
Oscar
Ramontxu: tu sistema sencillisimo "Dios nos hace libres y con capacidad..." no es que no sea malo, sino que es el mejor conocido, o al menos el más efectivo, casi "infalible" . Añádele un unas ilustraciones del cielo, el infierno, las buenas obras y poco más, y das con el sistema que tenía san Pedro Claver que conseguía conversiones y bautismos en masa sin parar. Lo que me extraña es que no seas ya catolico.

__________
A.G.:
Jeje "Lo que me extraña es que no seas ya catolico." Interés parece que tiene...
16/09/15 9:28 PM
  
Ramontxu
"Y en el tema de la necesidad y la libertad, lo que hay es la distinción entre el sentido dividido y el sentido compuesto. Hasta ahora tampoco se ha podido probar que sea contradictoria, y sin eso, todo lo otro que se diga es nada."

¡Mecachis! Se me había olvidado lo del sentido dividido y compuesto. ¡Con lo evidente que es!
16/09/15 10:24 PM
  
Néstor
Algunos textos del Concilio de Orange, de 529, confirmado por Bonifacio II en el 531:

"[II. Sobre la gracia.] Can. 3. Si alguno dice que la gracia de Dios puede conferirse por invocación humana, y no que la misma gracia hace que sea invocado por nosotros, contradice al profeta Isaías o al Apóstol, que dice lo mismo: He sido encontrado por los que no me buscaban; manifiestamente aparecí a quienes por mí no preguntaban [Rom. 10, 20; cf. Is. 65, l].

Can. 4. Si alguno porfía que Dios espera nuestra voluntad para limpiarnos del pecado, y no confiesa que aun el querer ser limpios se hace en nosotros por infusión y operación sobre nosotros del Espíritu Santo, resiste al mismo Espíritu Santo que por Salomón dice: Es preparada la voluntad por el Señor [Prov. 8, 35: LXX], y al Apóstol que saludablemente predica: Dios es el que obra en nosotros el querer y el acabar, según su beneplácito [Phil. 2, 13]."

Y muchos otros de este estilo en ese mismo Concilio, en los que hay que notar dos cosas:

1) La oposición se establece ante todo entre "hacer el bien sin la gracia" - "hacer el bien con la gracia"

2) Pero cuando se habla de la gracia, no se habla, casi nunca (no quiere decir que se la niegue, tampoco) de una gracia que sólo daría la capacidad de obrar, sino, casi siempre, de una gracia que da el obrar mismo.

Más aún, en este canon sí se nombra la gracia "suficiente", y se la distingue de la eficaz, que también se enseña:

"Can 6. Si alguno dice que se nos confiere divinamente misericordia cuando sin la gracia de Dios creemos, queremos, deseamos, nos esforzamos, trabajamos, oramos, vigilamos, estudiamos, pedimos, buscamos, llamamos, y no confiesa que por la infusión e inspiración del Espíritu Santo se da en nosotros que creamos y queramos o que podamos hacer, como se debe, todas estas cosas; y condiciona la ayuda de la gracia a la humildad y obediencia humanas y no consiente en que es don de la gracia misma que seamos obedientes y humildes, resiste al Apóstol que dice: ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? [1 Cor. 4, 7]; y: Por la gracia de Dios soy lo que soy [1 Cor. 15, 10]"

"que creamos y queramos": gracia eficaz. "que podamos hacer": gracia suficiente.

"Can. 9. "Sobre la ayuda de Dios. Don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia; porque cuantas veces bien obramos, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros"."

El don divino no es solamente para que podamos pensar, o para que podamos contener nuestros pies, etc., o para que podamos obrar, sino para que pensemos, para que contengamos nuestros pies, para que obremos.

Can. 18. "Que por ningún merecimiento se previene a la gracia. Se debe recompensa a las buenas obras, si se hacen; pero la gracia, que no se debe, precede para que se hagan"

Precede para que se hagan, no solamente para que se puedan hacer.

Can. 20. "Que el hombre no puede nada bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; ningún bien, empero, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre".

No "que no otorgue Dios que el hombre lo pueda hacer", solamente, sino "que lo haga".

"Can. 22. "De lo que es propio de los hombres. Nadie tiene de suyo, sino mentira y pecado. Y si alguno tiene alguna verdad y justicia, viene de aquella fuente de que debemos estar sedientos en este desierto, a fin de que, rociados, como si dijéramos, por algunas gotas de ella, no desfallezcamos en el camino"."

¿El acto libre bueno es mentira y pecado? No. Entonces no lo tenemos solamente por nosotros mismos, sino que viene de aquella fuente...etc.

Can. 23. "De la voluntad de Dios y del hombre. Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios, cuando hacen lo que a Dios desagrada; mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad, aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen; la voluntad, sin embargo, es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren"

Hacen lo que quieren, y lo hacen voluntariamente. La voluntad (de ellos, no la divina) es de Aquel...etc.

"Can 25. "Del amor con que amamos a Dios. Amar a Dios es en absoluto un don de Dios. Él mismo, que, sin ser amado, ama, nos otorgó que le amásemos. Desagradándole fuimos amados, para que se diera en nosotros con que le agradáramos. En efecto, el Espíritu del Padre y del Hijo, a quien con el Padre y el Hijo amamos, derrama en nuestros corazones la caridad" [Rom. 5, 5]."

No solamente poder amar a Dios, sino que amar, de hecho, a Dios, es un don de Dios. Nos otorga que le amemos, no solamente que lo podamos amar.

Saludos cordiales.
16/09/15 10:25 PM
  
Ramontxu
"Nos otorga que le amemos, no solamente que lo podamos amar."

Eso si: libremente (en sentido dividido)
16/09/15 10:41 PM
  
Antonio1
Lo del sentido compuesto y dividido es para nota, Ramintxu.

Yo cada vez que lo leo me acuerdo de este pasaje de La culta latiniparla, de Quevedo:


"Siendo v. merced mas conocida por los circunloquios, que por los moños de tan lindas sinedoches y cacofonias, y tan ayrosa de hipérboles, y tan Nebrisense de palabras, que tiene mas nominativos que galanes; y siendo la dama de mas arte (de Antonio) que se ha visto: mas Merlicocayca que Merlin: obligación le corre al mas perito (y no es fruta) de encimarla en los principios inacesos de otra, si no tan siderea estimación aplaudida, si bien de menos trisulca pena (Plauto sea sordo), dirigiéndola este candil para andar por las prosas lúgubres. Es v. merced adivinanza perene, y tiene enigma lluvia, y pueden á su menor visita exâminar ordenantes. Es v. merced mas repetida por su estilo, que el susodicho: aquel hidalgo que no dexa descansar renglon en los procesos. Son v. merced y la algaravía mas parecidas que el freir y el llover. Un papel suyo leimos ayer yo y un Obispo Armenio y dos Gitanos, y casi un Astrólogo y medio Doctor: íbamos por él tan á obscuras, como si leyeramos simas, y nos hubimos de matar en un obstáculo y dos naufragantes que estaban al volver de la hoja. No bastó construirle ni estudiarle: y así le conjuramos, y á poder de exôrcismos se descubrieron dos medios renglones que iban en hábito de Pacubros, y le lanzamos los obsoletos como espíritus. Mil Tucidides eché á v. merced como bendiciones, que discurre tan á matar candelas, que la podemos llamar discreta paulina. Si v. merced escribiendo tan à porta inferi, acaba de logobrecerse, dirá que su lenguaje está como una boca de lobo, con tanta propiedad como una mala noche, y que no se puede ir por su conversacion de v. merced sin linterna. Aurore Dios á v. merced, y la saque de Princesa de las tinieblas, que es relativo del demonio, pues es Príncipe de ellas. Vale en culto, no en testado de escribano. Pridie Idus. Ya entiende v. merced, y si no haga cuenta que se oye."

17/09/15 12:27 AM
  
Joaquín
He echado un vistazo a lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica (libro al que, ignoro por qué, nadie quiere referirse) y esta es la definición que da de "libertad": "La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo". No sé, pero no veo modo de cuadrar eso con lo que aquí se afirma de que cuanto más movido es uno más libre es. Peor, en el párrafo siguiente (el 1732, por si queréis buscarlo), dice esto: "Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar". ¡Horror de los horrores! ¡El Catecismo enseña que la libertad implica la posibilidad de pecar! ¡Herejía imperdonable! (Sí, luego enseña que tal elección es un abuso de libertad, pero es que eso yo jamás lo he puesto en duda). Me da que el Catecismo es un poco "molinista", ¿no os parece? Más herejías: el Catecismo no menciona por ninguna parte la "gracia eficaz" ni la "gracia suficiente", de modo que sería una buena idea que admitierais que tal terminología la Iglesia no la ha hecho suya (posiblemente porque sabe de las asperísimas discusiones a que ha dado lugar). Otra herejía más: en el párrafo 2002 dice esto: "La libre iniciativa de Dios exige la respuesta libre del hombre, porque Dios creó al hombre a su imagen concediéndole, con la libertad, el poder de conocerle y amarle". Fijémonos que no dice "amarle" sino "poder de amarle". Y de la predestinación, únicamente dice que: "establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia". Esto también me huele mucho a molinismo. Una de dos: o el Catecismo es herético (y por asociación, también es hereje Juan Pablo II), o lo que aquí se dice no es doctrina de la Iglesia sino mera opinión de teólogos.
17/09/15 8:51 AM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

Creo haberte entendido y es solo en esta parte que sigue que veo necesario matizar algo.

Dices:

"Si no se acepta de hecho la gracia suficiente, es porque la gracia suficiente no da el aceptar de hecho, sino sólo el poder aceptar. Luego es absurdo que Dios castigue el no aceptar de hecho algo que no da el aceptar de hecho. A no ser que pensemos que está en manos de la criatura el aceptar de hecho la gracia suficiente, con lo cual nos deslizamos hacia el semipelagianismo-"



Distingo dos cosas. No creo lo que marco y pongo en negritas. Y al mismo tiempo no necesito, como ningún Tomista tradicional, que esté en las manos de la criatura aceptar la gracia suficiente por sus propias fuerzas sin ayuda de una gracia eficaz para rechazar lo marcado.

El gran problema es el siguiente, al decir: "es porque la gracia suficiente no da el aceptar" se pone la responsabilidad de la negación en la ausencia de la gracia. Y se ignora que no es esta ausencia la causa de su negación sino un defecto en la criatura. Parece sofisma, pero esta distinción es vital. Dios no tiene por qué preservar a la criatura en el bien, no se lo debe de justicia, esto lo sabemos. Pero le da germinalmente gracia eficaz en la gracia suficiente, al hombre rechazar la primera pierde la segunda como castigo. Dios por justicia puede castigar este rechazo.

Respecto a la crítica de círculo vicioso sobre la necesidad de la gracia eficaz para aceptar la suficiente en el Tomismo, esa está respondida desde que apareció la distinción de ambas gracias. La respuesta es la misma que te acabo de dar.

Quizá la respuesta que le anexo a Néstor a continuación aclare más.

______________
A.G.:
Gracias por la respuesta, Gabaon. Te lo agradezco mucho.

Por lo que comentas, la cosa tal vez es así: el ser humano rechaza la gracia suficiente, y al rechazar la gracia suficiente rechaza también, potencialmente, o intencionalmente, quizás, la gracia eficaz.

Por el pecado, la criatura rechaza la gracia suficiente. Esto hace que Dios le niegue la eficaz contenida germinalmente en ella pero, entiendo, no operativa.

Sin embargo, permanece una sombra: debido a la defectibilidad culpable de la criatura, la criatura no acepta la gracia suficiente. Dios castiga el mal negando el remedio para ese mal.

Dicho de otra manera:

La gracia suficiente es rechazada no por falta de gracia eficaz, sino por defecto culpable de la creatura. --Aunque sabemos que el ser humano no puede aceptar la gracia sin auxilio de la gracia.

Aun así, Dios castiga ese defecto culpable que niega la suficiente porque en ese negar la suficiente hay un rechazo explícito de lo que podría hacer la eficaz si estuviera operativa. ¿No es así?
17/09/15 4:18 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Una aclaración primero. Veo que tienes varios frentes abiertos, y quizá te dé la impresión que mi objeción es porque, como otros participantes, no acepto algún punto del Tomismo. Suscribo el clásico al 100%. Es precisamente por eso que no entiendo tu identificación de permisión del pecado y negación de la gracia, porque los Tomistas clásicos no los identifican. A eso voy.

Después de entender bien mi observación de que A está compuesto de A1 y A2 vuelves y concluyes que " es imposible que Dios permita el pecado sin negar la gracia eficaz.". Lo has hecho siempre e incluso adelante vuelves y matizas que "la no acción de A es condición necesaria (no necesariamente causa) de No B.". Al decir "condición necesaria" evitas la falacia de hacer "No A" causa de "No B". Te he leído decirlo, pero sigo suponiendo que sabes que "No A " como causa de "No B" es FALSO ¿Sí? Eso responsabiliza a Dios del pecado. ¿Estamos de acuerdo en eso? Nunca he visto a un Tomista negarlo.

Luego insistes: "Porque si no niega la gracia eficaz, la da, y si la da, no permite el pecado, sino que lo impide[...] Y entonces, como la permisión del pecado es anterior al pecado mismo, también debe serlo la negación divina de la gracia eficaz. [...] Pero sería absurdo que la gracia eficaz fuese causa infalible del acto bueno, y la negación de la gracia eficaz no fuese condición necesaria, y por tanto, lógicamente anterior, al pecado."

Subrayo, si 'A' es compuesto, La negación de 'B' NO nos permite inferir el valor de 'A1'.
Veámoslo con un ejemplo. La fuerza de gravedad (A) hace que las cosas queden en estado de reposo sobre la tierra (B). Analizando nos damos cuenta que 'A' es una causa compuesta. Para que la fuerza de gravedad actúe (A1) las cosas deben tener masa (A2).

Hagamos el paralelismo.

La gracia eficaz (A), sola, no garantiza un acto saludable, bueno, meritorio o conducente a la salvación (B). Esto es más que evidente. La gracia eficaz (A1) presupone la presencia de un humano consintiendo libremente (A2).

¿Por qué, o con qué fin, se quiere enunciar lo siguiente: "Si no hay un objeto en reposo sobre la tierra ('No B') es porque no hay fuerza de gravedad ('No A1')"? Falso, a todas luces.

El no reposo de algo sobre la tierra se puede deber a que no tenga masa, a que eso no esté inerte, por lo tanto bajo la influencia de fuerzas superiores y contrarias al ser expuesto a la de la gravedad, a que no hay proximidad de esa cosa con la tierra, y a muchas otras más.

Para alguien que trabaje con física, o computación, inferir 'No A1' al tener 'No B' día a día se le demuestra como falso. En un sistema financiero esto lleva a errores garrafales, para ni hablar de los errores en áreas industriales.

'No B' no se traduce como 'No A1'. Punto.

Dios puede permitir que la voluntad del hombre sea endurecida y caiga sin querer positivamente negarle la gracia eficaz. Así como Dios no tiene que querer que NO exista fuerza de gravedad para hacer que algo NO esté en estado de reposo sobre la tierra. Para eso puede querer positivamente otras cosas, como ya he demostrado.

Este es el peligro, dices: "No hay forma de que Dios permita el pecado que no incluya la Voluntad divina de no dar la gracia eficaz con la cual el pecado sería infaliblemente impedido".

Esto es falso.

No se requiere ni se necesitar retener algo para lo que Dios mismo no ha creado las condiciones para ofrecer. No se requiere voluntad de Dios sobre A1 si no se darán las condiciones para ofrecer A1.

Me ahorro las consecuencias de lo que sale de esto, pero entiendo que llegaremos a eso.

Saludos.
17/09/15 4:19 PM
  
Oscar
Joaquín: excelente tu contribución. La verdad es que en esta vida estamos de prueba, todos, y para ser culpable hay que actuar en libertad (que nos hace responsables), y si la libertad es un don, debe de ser obligatoriamente dado a todos para poder ser todos juzgados. Y repugna a la razon y corazon, que los que se movieron al bien fueron los predestinados a recibir la gracia infalible, y se condenaron los que predestinadamente no la recibieron, porque si la hubieran recibido hubieran obrado bien, ya que es infalible -> no pudo obrar bien porque no recibió la gracia para ello, no se le puede condenar por algo que no es de su responsabilidad ni libertad. Pero no es asi, somo juzgados de lo que hemos sido responsables, en la libertad que se nos ha dado, a todos, porque todos seremos juzgados.
Otra cosa es que Dios nos pensó antes de todos los tiempos, a lo que se llega fácilmente porque es una cuestión de amor: cuando se ama se comprueba que el amor es eterno, y al ser Dios eterno y habernos creado por amor, nos tuvo que pensar desde antes de nacer, antes de todos los tiempos.
Y otra cosa es que yo merezca la salvación, todo lo que tengo lo he recibido, cierto. Pero el ponernos a prueba obliga a darnos la libertad necesaria para poder ser responsable de mis actos. No hay culpabilidad, sin responsabilidad, ni esta sin libertad.
17/09/15 5:12 PM
  
Horacio Castro
D. Alonso Gracián. Con esta línea espero no confundir a nadie. En todo caso Ud. decidirá, si acierto al referirme en este hilo al último post de D. Eudaldo Forment. Él explica, que santo Tomás dice “para que algo llegue a donde no puede alcanzar con las fuerzas de su naturaleza, es necesario que sea transmitido por otro, como lo es la flecha por el arquero, y, por esto, hablando con propiedad, la criatura racional, que es capaz de vida eterna, llega a ella como si fuese transmitida por Dios” en relación a que la predestinación se refiere al fin sobrenatural de sus criaturas, distinguiéndola de la presciencia. Entiendo que es lo que significa santo Tomás sobre la salvación de los elegidos. Y es que recordando lo que Ud. señaló sobre el pecado contra el Espíritu Santo, Dios no predestina a nadie a cometer ningún pecado, menos aún el de “la obstinación final” que no perdona.
_________
A.G.:
Así es, Horacio, Dios no predestina a nadie al pecado, y por supuesto no predestina a la obstinación final.
17/09/15 6:28 PM
  
Ramontxu
Oscar, Joaquín, menos mal que hay gente como vosotros que sabe de lo que está hablando.
17/09/15 8:26 PM
  
Alonso Gracián
Joaquín:

La POSIBILIDAD de pecar no es una capacidad propia de la libertad. La elección del mal no es propiamente una capacidad de la libertad sino una posibilidad, por eso es un abuso, nacido de la defectibilidad de la creatura. Pero no es constitutivo de la esencia de la libertad, como enseña León XIII, Libertas,5:

"Pero así como la posibilidad de errar y el error de hecho es un defecto que arguye un entendimiento imperfecto, así también adherirse a un bien engañoso y fingido, aun siendo indicio de libre albedrío, como la enfermedad es señal de la vida, constituye, sin embargo, un defecto de la libertad."

Y sigue enseñando León XIII:

"Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.

El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud. Sobre las palabras de Cristo, nuestro Señor, el que comete pecado es siervo del pecado(3), escribe con agudeza: «Todo ser es lo que le conviene ser por su propia naturaleza. Por consiguiente, cuando es movido por un agente exterior, no obra por su propia naturaleza, sino por un impulso ajeno, lo cual es propio de un esclavo. Ahora bien: el hombre, por su propia naturaleza, es un ser racional. Por tanto, cuando obra según la razón, actúa en virtud de un impulso propio y de acuerdo con su naturaleza, en lo cual consiste precisamente la libertad; pero cuando peca, obra al margen de la razón, y actúa entonces lo mismo que si fuese movido por otro y estuviese sometido al domimo ajeno; y por esto, el que comete el pecado es siervo del pecado»


El Catecismo recoge esta misma enseñanza, como no podía ser menos, y es la que en este blog se enseña.
17/09/15 9:32 PM
  
Néstor
Antes de responder a las distintas reacciones, un apunte que puede ser interesante.

“…Massilienses non eam gratiam fatebantur, quae voluntatem determinaret ad unum, sed eam imo, cuius usus esset in potestate liberti abitrii…”

“…Los Marselleses no defendían esa gracia por la cual la voluntad es determinada a uno, sino aquella, cuyo uso está en la potestad del libre albedrío…”

PALMIERI, Dominico, S.J., Tractatus de Gratia Divina Actuali, 1885, p. 353. (molinista)

Los “marselleses” son los semipelagianos. De ahí tal vez la insistencia del II Concilio de Orange, donde fue condenado el semipelagianismo, en usar términos que hacen pensar más en la gracia eficaz que en la gracia suficiente.

Saludos cordiales.
17/09/15 9:34 PM
  
Néstor
En cuanto a la gracia eficaz, está en el Catecismo la cosa, mucho más importante, obviamente, que el nombre:

“2001 La preparación del hombre para acoger la gracia es ya una obra de la gracia. Esta es necesaria para suscitar y sostener nuestra colaboración a la justificación mediante la fe y a la santificación mediante la caridad. Dios completa en nosotros lo que Él mismo comenzó, “porque él, por su acción, comienza haciendo que nosotros queramos; y termina cooperando con nuestra voluntad ya convertida” (San Agustín, De gratia et libero arbitrio, 17, 33).”

“2002 La libre iniciativa de Dios exige la respuesta libre del hombre, porque Dios creó al hombre a su imagen concediéndole, con la libertad, el poder de conocerle y amarle. El alma sólo libremente entra en la comunión del amor. Dios toca inmediatamente y mueve directamente el corazón del hombre. Puso en el hombre una aspiración a la verdad y al bien que sólo Él puede colmar.”

Por eso, para que lo que el Catecismo dice sobre la predestinación no huela a molinismo, hay que leerlo en concordancia con las partes subrayadas de estos dos párrafos.

Saludos cordiales.
__________
A.G.:
En efecto Néstor, gracias por recordar estos puntos tan oportunamente.

"Dios toca inmediatamente y mueve directamente el corazón del hombre". Es lo que estamos explicando, y que con palabras muy parecidas digo en mi post.

Por ello, de acuerdo con esta enseñanza que defendemos los tomistas, y recogida en el Catecismo, puede decirse que el ser humano cuanto más premovido más libre.
17/09/15 9:44 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

Creo que sí, lo que dices de otro modo es lo que he querido decir.

Solo matizar dos cosas.

Dices: "Sin embargo, permanece una sombra: debido a la defectibilidad culpable de la criatura, la criatura no acepta la gracia suficiente. Dios castiga el mal negando el remedio para ese mal".

Hay que distinguir dos cosas. Una es la limitación que tiene la criatura de no poder mantenerse en el bien por sí misma y otra es el acto mismo del pecado.

Ese momento oscurísimo en el que Dios decide NO mantener la criatura en el bien, es decir, sin pecar, lo hace como bien me has interpretado "sin intervenir". El pecado del hombre no es instantáneo. El hombre no es un demonio tomando esteroides. Es luego, como no cuenta con el "mantenimiento en el bien de Dios", cuando viene la consideración del acto formal del pecado y luego el pecado.

Cuando dices "Dios castiga el mal negando el remedio para ese mal". Hay que ver un momento intermedio. El hombre queda sin ese sostenimiento y pasado un tiempo, cuando es tentado, se le ofrece la gracia suficiente para no caer, al rechazarla es que Dios le retiene la gracia eficaz.

El caso de Adán antes de la caída nos ayuda. Santo Tomás, y Agustín, son de la opinión que Adán no necesitaba gracia extra para evitar el pecado, pero necesitaba ese mantenimiento divino. Nota que en este caso particular Dios no quiere voluntariamente negarle la gracia a Adán, pues a Adán no le hace falta. Esto es fundamental para entender la distinción entre permisión y negación de la gracia, cosa que alguno parece ignorar.

Lo segundo es esto, me dices: "Si hay pecado a causa de la criatura, hay acción defectuosa de la criatura y no hay gracia eficaz. Porque dada la defectibilidad culpable de la criatura, si hubiera gracia eficaz, no habría pecado a causa de la criatura"

Insisto, es necesario ver que la gracia suficiente empodera real y efectivamente al hombre, sí le concede algo. Lo que no le concede es el acto mismo, como sí lo hace la eficaz, pero hay que notar que en este momento de gracia suficiente el hombre peca y comete un mal resistiendo. Eso merece castigo.

O sea, insistir en que "no hay gracia eficaz" parece ponerle la responsabilidad a Dios. No hace mucho sentido decir que no hay gracia eficaz porque se ignora que hay gracia suficiente y que el hombre, aun en presencia de esta gracia, hace algo malo que podría no hacer. Distingo el acto del pecado, que es algo en positivo que el hombre hace, del acto de quedarse quieto sin querer pecar. La gracia suficiente es un remedio para algo que ya el hombre empezó a considerar mal, al menos incipientemente.

Dios es bueno. El hombre se basta para empezar a querer mal. El hombre no necesita en cada instante una gracia para no pecar. El peca solo. La gracia es el remedio para que su defecto no le incline a pecar. Pero cada vez que él se inclina a querer pecar tiene asistencia para no hacerlo. La sola inclinación le arrastra a que caiga, sin embargo Dios quiere remediársela ofreciéndole gracia suficiente. Al negarse a recibirla es entonces cuando se puede hablar de que "no hay gracia eficaz".

Un abrazo.
__________
A.G.:
Gracias Gabaon por el comentario.

Dices: "O sea, insistir en que "no hay gracia eficaz" parece ponerle la responsabilidad a Dios."

Bueno, es que realmente, como dice Royo Marín respecto al endurecimiento en el pecado:

"La causa externa permisiva y negativa del endurecimiento es la justicia vindicativa de Dios, que en castigo de tanto pecado, de tanta ingratitud y maldad, va retirando cada vez más sus gracias, con lo que la voluntad del pecador se siente cada vez más débil para el bien y más fuerte para el mal".

¿No será que la responsabilidad que tiene Dios es su justicia vindicativa?

Pero hay algo que sigue rechinando, y que cuesta silenciar.

En orden a la salvación, poder hacer algo pero no hacerlo de hecho no tiene mucho sentido. Lo saludable es hacerlo. Por eso, cuesta mucho ver que, como dices, "La gracia suficiente es un remedio para algo que ya el hombre empezó a considerar mal, al menos incipientemente."

Porque un remedio sólo se queda en un poder, pero que no alcanza a dar el acto que se puede hacer, parece poco para justificar la negación.

Te agradezco tus indicaciones. He matizado el punto que hacía ruido, jeje
17/09/15 9:47 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

En el caso de Royo Marín entiendo que él no está hablando de la permisión del pecado. A lo que me refiero es que Dios JAMÁS puede ser la causa del pecado, eso quise decir con "responsabilidad". Cuando el hombre peca, Dios no es el responsable. El hombre se basta solo para eso.
__________
A.G.:
Dios te bendiga Gabaon.

Desde luego, eso es indudable, Dios nunca es causa del pecado.

Respecto a que el hombre se basta solo, entiendo que se basta solo como causa.

Pero para realizar la obra mala necesita que Dios le mantenga con vida, por así decir, debe mantenerlo en el ser, para que pueda pecar. Podría abandonarlo y que cayera en la nada. Es decir, se basta como causa, pero para pecar necesita, de alguna manera, a Dios, no para el pecado, sino para poder realizarlo. Por eso la permisión de Dios no está fuera del orden de la providencia. Dios es Soberano y Todopoderoso y el orden de su providencia nos permite comprender el pecado.
17/09/15 10:05 PM
  
Horacio Castro
¿Cuándo es que Dios decide no mantener la criatura en el bien, es decir, sin pecar? Estamos en que es causa primera de todo, pero Dios no es causa del pecado, ni siquiera porque no mantenga a su criatura obrando el bien.
_________
A.G.:
Eso es, Dios jamás es causa del pecado del hombre
17/09/15 10:33 PM
  
Alonso Gracián
Algo más sobre la libertad y la permisión del pecado:

Catecismo 387: "Sólo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente."

Es decir:

"la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente

La libertad, pues, como dice el catecismo, ha sido dada para amar a Dios y al prójimo.

Dios permite el pecado, y no lo impide, aunque podría impedirlo, para obtener un bien mayor:

"412 Pero, ¿por qué Dios no impidió que el primer hombre pecara? San León Magno responde: "La gracia inefable de Cristo nos ha dado bienes mejores que los que nos quitó la envidia del demonio" (Sermones, 73,4: PL 54, 396). Y santo Tomás de Aquino: «Nada se opone a que la naturaleza humana haya sido destinada a un fin más alto después de pecado. Dios, en efecto, permite que los males se hagan para sacar de ellos un mayor bien. De ahí las palabras de san Pablo: "Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Rm 5,20). Y en la bendición del Cirio Pascual: "¡Oh feliz culpa que mereció tal y tan grande Redentor!"» (S.Th., 3, q.1, a.3, ad 3: en el Pregón Pascual «Exultet» se recogen textos de santo Tomas de esta cita).

Por tanto, que Dios permita que el hombre, abusando de la libertad, rechace la gracia, sólo puede entenderse a la luz del designio de Dios sobre el hombre. Es decir, que Dios tiene el control.
17/09/15 11:16 PM
  
Néstor
"La gracia eficaz (A), sola, no garantiza un acto saludable, bueno, meritorio o conducente a la salvación (B). Esto es más que evidente. La gracia eficaz (A1) presupone la presencia de un humano consintiendo libremente (A2)."

Distingo: La gracia eficaz presupone la presencia de un ser humano consintiendo libremente: Como la causa presupone el efecto: Concedo. De otro modo: Niego.

Por eso, la gracia eficaz sola no garantiza un acto bueno, si se considera esa gracia "sola" en el sentido de no actuando sobre una voluntad creada (de un modo en que además no puede existir).

De lo contrario, por sí misma garantiza el acto bueno, porque eso quiere decir "gracia intrínsecamente eficaz" o eficaz por sí misma y no por el consentimiento de la creatura.

Por eso, si no se da el acto bueno sobrenatural, es que no estuvo presente la gracia eficaz, porque dada la causa, se sigue el efecto.

En este sentido sí se puede decir que si No B, entonces No A1.

No hace falta demostrar que la gracia intrínsecamente eficaz, por sí misma y no por el consentimiento de la creatura, es la doctrina del tomismo clásico, verdad?

Saludos cordiales.
18/09/15 12:26 AM
  
Néstor
Por otra parte, si el hombre puede, en sentido compuesto, y no solamente dividido, evitar el pecado con la sola gracia suficiente ¿para qué es necesaria la gracia eficaz?

¿O es que la gracia suficiente se transforma en eficaz por el consentimiento humano, como dicen los molinistas?

Saludos cordiales.
18/09/15 12:29 AM
  
Néstor
En cuanto a la "responsabilidad" divina, sólo es responsable el que causa algo, por su acción, o por su inacción. En este último caso, eso sucede solamente cuando se está obligado a actuar, enseña Santo Tomás en I-II, q. 6 a. 3 co:

"Hay que saber que no siempre lo que se sigue del defecto de la acción se reduce al agente como a su causa, por el hecho de que no actúa, sino solamente cuando puede y debe actuar. Por eso, si el capitán no puede dirigir la nave, o no le está encargada a él la conducción del navío, no se le imputa el hundimiento que tuviese lugar por su ausencia."

Sin duda que Dios sí puede dar la gracia eficaz y con ella garantizar el acto bueno libre de la creatura racional y evitar e impedir el pecado, pero sin duda también que no está obligado a hacerlo.

Por tanto, por el hecho de no dar la gracia eficaz a la creatura Dios es condición última de posibilidad del pecado, pero no causa suya ni responsable del mismo.

Saludos cordiales.
18/09/15 12:47 AM
  
Néstor
En efecto, es como dice Alonso: en el orden de la causalidad, el hombre es causa última de su pecado. Pero en el orden de las condiciones de posibilidad, que no son causas, la condición de posibilidad ultima es la negación divina de la gracia eficaz.

Saludos cordiales.
18/09/15 12:50 AM
  
Néstor
Porque además, aquí se expone mal lo que yo dije:

"La gracia eficaz (A), sola, no garantiza un acto saludable, bueno, meritorio o conducente a la salvación (B). Esto es más que evidente. La gracia eficaz (A1) presupone la presencia de un humano consintiendo libremente (A2)."

"B" no es la salvación. "B" es el acto bueno sobrenatural de la creatura, o sea, lo que aquí se pone, erradamente, como "A2".

Lo que yo digo es que si de la gracia intrínsecamente eficaz , o sea, A, se sigue necesariamente, en sentido compuesto, el acto bueno de la creatura,o sea, B, entonces para que no se dé el acto bueno, y en su lugar se dé el pecado, o sea, para que se dé No B, es condición necesaria, lógica y ontológicamente anterior, No A, es decir, la negación divina de la gracia eficaz.

Porque siempre puede Dios impedir el pecado mediante la gracia intrínsecamente eficaz, que no depende del consentimiento libre de la creatura, sino que lo produce.

Es imposible que la gracia intrínsecamente eficaz coexista con el pecado. Por tanto, si se da el pecado, es que no se ha dado la gracia intrínsecamente eficaz.

Porque, de nuevo, hay solamente dos posibilidades, por el principio de tercero excluido: Dios da la gracia eficaz - Dios no da la gracia eficaz.

En el primer caso, se sigue necesariamente, en sentido compuesto, el acto libre bueno de la creatura, que puede no seguirse solamente en sentido dividido.

Por tanto, sólo en el segundo caso es posible el pecado de la creatura, o sea, si Dios no le da su gracia eficaz.

Es imposible, por otra parte, que haya un lapso de tiempo en el que Dios ya no mantiene en el bien a la creatura pero ésta todavía no peca. En ese lapso de tiempo la creatura se mantendría a sí misma en el bien, lo cual repugna a las nociones mismas de "Dios" y de "creatura".

O bien, dejaría de mantenerse en el bien sin pecar todavía, lo cual es igualmente absurdo.

Porque en el instante en que Dios no mantiene a la creatura en el bien, ésta ya no se mantiene en el bien, pues no puede mantenerse a sí misma. Y no mantenerse en el bien y pecar es la misma cosa.

Saludos cordiales.
18/09/15 1:20 AM
  
Gerardus VIII
Verdaderamente luminosa y teocéntrica la definición de la libertad que expuso el Papa León XIII.
Como santo Tomás, su objeto de discernimiento, no fue criatura alguna, sino fue Dios mismo.
Dios es el sumo bien sin mezcla de mal alguno.
Si hay alguien libre y soberano, ese es Dios.
Por lo tanto como no hay mal en Dios, y como todo bien procede de Él, la libertad es buena, y no puede surgir mal de ella.
Así pues, la libertad es el poder elegir entre varios bienes posibles.
El hacer el mal, no es libertad, sino corrupción de la libertad.
Jesús lo dejo muy claro cuando hablo del pecado como lo contrario a la libertad, es decir una esclavitud.
18/09/15 2:37 AM
  
Palas Atenea
Y la frase de Jesús desde la Cruz cuando veía a los que se burlaban de Él: "¡Padre, perdónalos porque no saben lo que se hacen!" ¿Cómo la deberíamos de entender? ¿ignorancia invencible? Las personas que no saben lo que se hacen, que son legión, me preocupan mucho.
18/09/15 12:56 PM
  
Néstor
El principio de no contradicción dice que una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido, no que no pueda ser y no ser al mismo tiempo pero en sentidos diferentes.

No se puede, por tanto, estar en potencia y no estar en potencia respecto de hacer A, ni tampoco estar en acto y no estar en acto respecto de hacer A.

Pero sí se puede estar en acto de hacer A y en potencia de no hacer A.

Y eso es todo lo que se pide, usualmente, para que haya libertad: que al hacer A, se conserve la capacidad de no hacer A, que al elegir A, se conserve la capacidad de no elegirlo.

Decir que la creatura puede no querer A en sentido dividido es decir que conserva la potencia o capacidad de no querer A.

Decir que no puede no querer A en sentido compuesto es decir que en acto quiere A, y no puede al mismo tiempo y en el mismo sentido (o sea, en acto) no quererlo o querer otra cosa, sin contradicción.

Si así fuese, si el querer A en acto fuese incompatible con no querer A en potencia o querer B en potencia, nuestros mismos actos libres serían imposibles, con o sin predeterminación física.

Porque es claro cuando elegimos A, somos libres, porque conservamos la capacidad de no elegirlo y de elegir otra cosa.

¿Por qué no se dice en estos casos que si elegimos A ya no podemos no elegirlo o elegir otra cosa?

No se dice porque es verdad, pero solamente en sentido compuesto.

Y es porque no es verdad en sentido dividido, solamente, que podemos decir que somos libres.

En sentido dividido es verdad que cuando y mientras elijo A puedo no elegirlo y elegir otra cosa, precisamente porque junto con el acto de elegir A conservo la potencia de no elegir A o elegir otra cosa.

En sentido compuesto es falso que cuando y mientras elijo A puedo no elegirlo y elegir otra cosa, porque es imposible que junto con el acto de elegir A tenga el acto de no elegirlo o de elegir otra cosa.

“Junto con”, por eso se llama “sentido compuesto”, y el otro, sentido “dividido”, porque no se lo considera “junto con”.

Es decir, al que elige A se lo puede considerar en tanto que en acto elige A, o en tanto que está en potencia para no elegir A o elegir otra cosa, porque es libre.

Desde el primer punto de vista, que es el sentido compuesto, no puede tener el acto de no elegir A o de elegir otra cosa, porque no puede a la vez tener el acto de elegir A y no tenerlo.

Desde el segundo punto de vista, que es el sentido dividido, puede tener el acto de no elegir A o de elegir otra cosa, precisamente porque está en potencia para ello.

Pero esto último es todo lo que pedimos a un acto para que sea libre: que se pueda hacer otra cosa distinta de la que se hace.

Ojo: que se pueda hacer otra cosa distinta de la que se hace, no que se haga otra cosa distinta de la que se hace, que sería como decir que no se haga lo que se hace y se haga lo que no se hace.

Y en esto no hemos dicho una sola palabra de “predeterminación física”, solamente hemos analizado el concepto banal y común de “libertad de elección”.

Porque encontrar la explicación y la causa no significa cambiar el efecto. La causa no cambia el efecto, lo explica. La predeterminación física no le da al acto libre la determinación que le corresponde simplemente como acto libre, es decir, la imposibilidad en sentido compuesto de tener el acto de no elegir mientras se elige, o de elegir B mientras se elige A, junto con la posibilidad en sentido dividido de eso mismo.

La predeterminación física simplemente explica cómo ese acto, con esa determinación intrínseca, ha venido a la existencia. Es decir, explica como existe, no cómo es libre, algo que es libre solamente porque conserva la potencia, no el acto, de hacer algo distinto de lo que hace.

Por eso, cuando decimos que Dios hace libre a la creatura, no queremos decir que le cambie su naturaleza, a ella o a los actos de su voluntad, sino que simplemente le da existencia al acto de la voluntad libre moviendo a esa voluntad a la producción del acto que le es connatural y del modo que le es connatural a esa voluntad creada.

Porque la voluntad libre creada, a diferencia de la divina, cuando actúa, pasa de potencia a acto, de no actuar a actuar, de poder actuar, por tanto, a actuar, y por tanto, ese pasaje no se explica sin una causa en acto previa que actualice esa potencialidad, como el agua, fría en acto y caliente en potencia, no hierve si no se le aplica el fuego, que es caliente en acto.

Y esa causa en acto sólo puede ser Dios, Acto Puro, que es el único que tiene tanto poder, dice Santo Tomás, que puede lograr no solamente que se haga lo que Él quiere, sino que se haga como Él quiere, de modo que produce como Causa Primera, infaliblemente, los efectos propios de las causas segundas, del modo acomodado a la naturaleza de esas causas segundas: los efectos de las causas naturales los producen éstas, bajo la moción divina, necesariamente, y los efectos de las causas libres los producen éstas, bajo la moción divina, libremente.

Lo que hace la predeterminación física es determinar cuál de esas potencialidades diversas del libre albedrío creado se va a actualizar.

Son potencialidades de elección, porque son potencialidades del libre albedrío. Al actualizarse una de ellas, por tanto, la creatura racional elige.

Y elige libremente, porque elige algo teniendo la potencialidad, no el acto, obviamente, es decir, en sentido dividido, no en sentido compuesto, de no elegir eso y de elegir otra cosa, porque el acto de A no excluye la potencia de No A o de B.

Bajo la gracia eficaz, la libertad creada puede hacer lo contrario de lo que hace en sentido dividido, porque conserva la potencia de hacerlo, no puede hacerlo en sentido compuesto, porque hace lo contrario en acto.

Eso es lo que se recrimina al tomismo: “con la predeterminación física, la creatura no puede hacer lo contrario de lo que de hecho hace”.

¿Cómo que no puede? ¿Desde cuándo estar en acto de elegir A es no estar en potencia de no elegir A? ¿Desde cuándo el acto de un contrario excluye la potencia del otro?

La gracia eficaz no le quita a la voluntad la potencia de hacer lo contrario, sino el hacerlo en acto. Se nos objeta que entonces la creatura no puede hacer lo contrario de lo que hace, o sea, que no está en potencia de hacerlo, ¿porque esa potencialidad no le ha sido quitada? Que no puede hacerlo ¿porque conserva la capacidad de hacerlo? ¿Que a menos que lo haga, no lo puede hacer, como si tantas veces no viésemos capacidades que no obran y potencialidades que no se actualizan?

No es contradictorio, entonces, que Dios mueva a la voluntad creada a querer A en acto, sin quitarle la potencialidad de no querer A. Pero la potencialidad de no querer A mientras se quiere en acto A es la definición misma de la libertad de elección.

Por tanto, Dios no le quita la libertad de elección a la creatura cuando la mueve eficazmente a elegir, porque elegir es justamente querer en acto A, pudiendo, conservando la potencialidad, de no querer A.

Saludos cordiales.
18/09/15 2:42 PM
  
Antonio1
Cuando yo realizó el acto de casarme con alguien movido por otro, ya no me queda la posibilidad potencial de casarme con otra persona, porque ya me he casado. Luego no soy libre de casarmecon otra mujer, ni mi casamiento es libre, es movido por otro.
18/09/15 6:49 PM
  
Horacio Castro
Magnífica la recapitulación y el resumen que hace Néstor acerca de la gracia suficiente y la gracia eficaz. Modestamente procuro complementar la última puntualización de Alonso sobre la elección del pecado y la libertad. Comprendemos que Dios nos crea con voluntad salvífica en las vidas que transcurrimos temporalmente. La gloria eterna es el fin sobrenatural al que predestina a quienes rescata de la masa de pecadores de todo tipo (para Dios también los hay imperdonables). Su voluntad salvífica es anterior a Su creación; condena por presciencia (tras la previsión de deméritos) y salva por predestinación (antes de la previsión de méritos) a quienes elige con su gracia. Es esencial, entonces, distinguir la Presciencia divina de la Predestinación de sus elegidos. Lo revela la Sagrada Escritura y lo enseña santo Tomás en la S. T. Cuestión 23 y en su comentario a la Epístola a los Romanos, c. 1, lect. 3, según cita E. Forment: «La predestinación entraña cierta preordenación en el ánimo de aquello que hay que hacer. Y desde la eternidad Dios predestinó los beneficios que se les darían a sus santos. De aquí que la predestinación es eterna. Y difiere de la presciencia por la razón de que la presciencia entraña tan sólo el conocimiento de las cosas futuras; y la predestinación entraña cierta causalidad respecto de ellas. Y por eso Dios tiene la presciencia aun de los pecados, pero la predestinación es de los bienes saludables».
18/09/15 10:18 PM
  
Ramontxu
Nestor, sospecho que escribes esas explicaciones tan largas, tediosas y repetitivas para desanimar al contrario. Reconozco que has conseguido cansarme con tu última perorata, pero también me has animado porque, en la misma demuestras que esa libertad en sentido dividido que tanto te fascina es la libertad del materialismo determinista.

El error que cometes es añadir a esa ecuación, que ya era perfecta, un elemento innecesario: una causa externa, Dios.

Ese error, en primer lugar, te aboca a una consecuencia ridícula: que elegir una opcion (el bien) es más libre que elegir la otra (el mal), dejando vacío el sentido de la palabra "libertad".

En segundo lugar (y ésto es lo peor), el mismo error hace que traslades la auténtica decisión a esa causa externa, convirtiendo al sujeto en una mera marioneta.

Repites una y otra vez que el sujeto conserva la capacidad de hacer otra cosa en sentido dividido, pero eso sólo es verdad en el caso del determinismo materialista, donde es realmente el sujeto el que decide, son sus células y sus átomos, regidos por sus leyes intrínsecas, las leyes físicas, los que deciden.

Si añades un motor externo que " decide y hace que el sujeto decida el bien", el único libre es el motor, no el sujeto.
__________
A.G.:
Ramontxu, no sé de dónde deduces estas conclusiones. Si tomas en consideración los argumentos comprobarás cuán sólidos son.
18/09/15 11:31 PM
  
Horacio Castro
Antonio1. Véalo desde el punto de vista de su mujer. Ella es potencial y felizmente viuda.
18/09/15 11:36 PM
  
Ramontxu
A mi me parece muy claro, Alonso: lo del "sentido dividido", lo que hace es compaginar la libertad con una decisión tomada de manera determinista o predeterminada. Reconcilia la libertad con el determinismo.

La presencia de Dios como motor de todo, por el contrario, lo que hace es incumplir la primera y fundamental condición para que exista libertad: que sea el sujeto el que decide en último término, no de la manera subsidiaria que expresa eso de que " Dios decide que el hombre decida..."
_________
A.G.:
Libertad con determinismo? Eso es como compaginar garbanzos con judías. Pero como diría Arniches, o garbancistas o fabadistas, jeje
19/09/15 12:06 AM
  
Palas Atenea
Hay casos conocidos por mi (dos para ser más exactos) en los que un divorcio no ha sido reconocido como tal por uno de los cónyuges, que se considera casado, por lo que jamás se vuelve a casar. Eso es el "Ama y haz lo que quieras" de San Agustín, siguen voluntariamente vinculados con el otro por el amor que representa el sacramento, no el contrato social que ya está disuelto. En estos casos se ve perfectamente la diferencia entre el sacramento y el contrato de libre disolución.
19/09/15 1:00 PM
  
Ramontxu
A.G.:
Libertad con determinismo? Eso es como compaginar garbanzos con judías.

Es lo mismo, exactamente lo mismo, que compaginar libertad con predestinacion y con gracia eficiente.
__________
A.G.:
Que nooo.
19/09/15 3:14 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Te confieso que cada vez se me hace más difícil seguirte. Hay algunas partes de tu respuesta que me parecen hasta surreales. Pero hago otro intento.

Dices:
"aquí se expone mal lo que yo dije:

"La gracia eficaz (A), sola, no garantiza un acto saludable, bueno, meritorio o conducente a la salvación (B). Esto es más que evidente. La gracia eficaz (A1) presupone la presencia de un humano consintiendo libremente (A2)."

"B" no es la salvación. "B" es el acto bueno sobrenatural de la creatura, o sea, lo que aquí se pone, erradamente, como "A2"."

¡Wow! No dije algo mal.

No dije que 'B' es la salvación. Dije que 'B' es "un acto saludable, bueno, meritorio o conducente a la salvación". Categoricé el acto.

Luego dices que hago de 'A2' lo que 'B'. De verdad no me explico como puedes confundir ambas cosas cuando ¡hasta en paréntesis nombro a cada una!. Me estoy sospechando algo, pero hago un intento más.

El consentimiento no tiene que ser lo mismo que el acto del que hablamos, por eso nombro al acto como 'B' y al consentimiento como 'A2'. Y para evitar un rodeo extra, 'A2' es subordinado a 'A1', también aquí soy Tomista. En castellano: sí creo que el consentimiento es efecto de la misma gracia. Y antes de que esto se convierta en un paréntesis que requiera aclarandos... basta recordar la distinción Tomista entre gracia operativa y cooperativa.

Para no perdernos en las desviaciones, has dicho que permisión de pecado es identificable con negación de gracia eficaz. Eso es lo que corrijo. Como Tomista lo corrijo. Eso y nada más. Quisiste presentar como prueba un axioma que con causas compuestas no funciona. Si "A = A1 y A2" al tener 'NoB' no se puede inferir 'No A1'. Esto es tan elemental que no vale la pena seguir perdiendo tiempo con ello. Simplemente, prueba no admisible.

Resumo. Sostengo la eficacia intrínseca de la gracia, rechazo el Molinismo y cualquiera de sus mutaciones.

Luego dices:

"Por tanto, si se da el pecado, es que no se ha dado la gracia intrínsecamente eficaz.

Porque, de nuevo, hay solamente dos posibilidades, por el principio de tercero excluido: Dios da la gracia eficaz - Dios no da la gracia eficaz. [...]Por tanto, sólo en el segundo caso es posible el pecado de la creatura, o sea, si Dios no le da su gracia eficaz"

Esto es solo la primera parte del problema, el problema completo es cuando concluyes así: "No hay forma de que Dios permita el pecado que no incluya la Voluntad divina de no dar la gracia eficaz". Mi problema no es que con la presencia o ausencia de la gracia eficaz sino con la voluntad divina de no darla. No es lo mismo. Si no puedes ver esta distinción, si no puedes ver que es lo segundo de lo que quiero dialogar contigo, no tiene sentido seguir.

Hay una tercera opción: salir de tu planteamiento. La permisión del pecado NO incluye voluntad divina de negar la gracia eficaz. Esa voluntad es solo como castigo al pecado. En este misterio no hay una voluntad positiva de Dios de negar gracia identificada con permisión del pecado. ¿Nos quedamos aquí? Basta con probar eso. No tengo otro interés.

Dices, y esto, además de surreal, me parece peligroso:
"Es imposible, por otra parte, que haya un lapso de tiempo en el que Dios ya no mantiene en el bien a la creatura pero ésta todavía no peca. En ese lapso de tiempo la creatura se mantendría a sí misma en el bien, lo cual repugna a las nociones mismas de "Dios" y de "creatura".

O bien, dejaría de mantenerse en el bien sin pecar todavía, lo cual es igualmente absurdo.

Porque en el instante en que Dios no mantiene a la creatura en el bien, ésta ya no se mantiene en el bien, pues no puede mantenerse a sí misma. Y no mantenerse en el bien y pecar es la misma cosa. "

No veo la necesidad de tu explicación en esta parte, mucho menos de la verbosidad. Solo con leer lo que dije en el párrafo anterior se hace totalmente innecesario: "Hay que distinguir dos cosas. Una es la limitación que tiene la criatura de no poder mantenerse en el bien por sí misma y otra es el acto mismo del pecado". Lo peor es que ignoras la explicación posterior. Te digo, surreal.

Despejemos estas cosas y nos quedamos en caridad en lo que nos distingue. ¿Sí? Solo así pasamos a lo peligroso de tu explicación anterior.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
19/09/15 3:54 PM
  
Horacio Castro
Con la gracia suficiente Dios advierte sobre el pecado pero es evidente que lo permite. Es sin duda la 'libertad' tan amada por algunos pecadores. Con las gracias eficaces infalibles todos los pecadores son movidos a realizar de hecho algunos actos buenos aunque ‘pueden’ no hacerlo (en el plan salvífico también los malvados deben realizar algunos actos buenos). La gracia eficaz para los elegidos es la de perseverancia final, para la conversión y reconciliación definitivas. Además los elegidos son purificados (Purgatorio) previo a la gloria eterna.
19/09/15 4:04 PM
  
Horacio Castro
Es decir que Dios condena eternamente a los que no da la gracia eficaz para la perseverancia final.
_________
A.G.:
No, Dios condena al que muere en pecado mortal sin arrepentimiento y rechaza el perdón de Dios.
19/09/15 4:50 PM
  
Ramontxu
Es lo mismo. Si la elección está predeterminada, sea por las leyes físicas, sea por la voluntad divina, el libre albedrío queda en tela de juicio. Néstor lo sabe perfectamente y para solucionar el problema utiliza el famoso (en sus posts) argumento del sentido dividido, según el cual, aunque el sujeto elija A de manera determinista (como sucede cuando es empujado por la gracia eficiente), conserva (en sentido dividido) la capacidad de elegir B. Y, según Néstor, mientras se pueda decir que existía esa capacidad, queda salvaguardado el libre albedrio aunque, de hecho, el sujeto siempre elija aquello que las leyes físicas o Dios decidan.

Es un argumento puramente teórico y gramatical que sólo busca un agujero por el que escabullirse para para poder decir que "acto libre y predestinado" no es, en cierto sentido, según se mire, una frase totalmente contradictoria. No convence a nadie, pero, sin duda, se puede aplicar tanto a la gracia eficiente como al determinismo materialista.

De hecho, Néstor lo dice bien claro: " La predeterminación física no cambia el objeto de la voluntad ni hace que el bien particular y limitado deje de serlo, por eso no quita la libertad. "

Y, ¿por qué se puede decir que la predeterminación física no quita la libertad? -- Pues porque (de nuevo en palabras de Néstor):

"Lo que hace la predeterminación física es determinar cuál de esas potencialidades diversas del libre albedrío creado se va a actualizar.
Son potencialidades de elección, porque son potencialidades del libre albedrío. Al actualizarse una de ellas, por tanto, la creatura racional elige.
Y elige libremente, porque elige algo teniendo la potencialidad, no el acto, obviamente, es decir, en sentido dividido, no en sentido compuesto, de no elegir eso y de elegir otra cosa, porque el acto de A no excluye la potencia de No A o de B."
19/09/15 4:57 PM
  
Horacio Castro
Claro Alonso. Estoy refiriéndome a lo que mencioné en otros comentarios sobre la condenación luego de la previsión de deméritos. ‘Matizando’ Dios no da la gracia de la perseverancia final a los imperdonables. Es decir los condena eternamente no dando esta gracia. Está mejor para el hilo como lo dice Ud.
________
A.G.:
Es que es mejor decirlo así: les condena eternamente por su pecado.

El que se salva libremente, es por el don de Dios.
El que se condena pecando y abusando de su libertad, por su propia culpa.

Gracias amigo.
19/09/15 6:19 PM
  
Horacio Castro
Absolutamente de acuerdo Alonso.
_______
A.G.:
Sí, sé que estamos de acuerdo. Era por matizar lo matizado....jeje
19/09/15 6:36 PM
  
Néstor
En realidad, no es que mis mensajes sean largos, sino que son espaciados, y en ellos contesto a varios mensajes de otros comentaristas.

Ahora entendí mejor lo que dice Gabaón. El dice, a ver si es correcto, que A está formando por A1, la gracia eficaz, y A2, el consentimiento de la creatura, y que B, que sí es el acto bueno, depende de ambos.

Por tanto, dice que de la ausencia de B no se puede inferir la ausencia de A1, solamente la de A, porque podría ser que se hubiese dado A1, la gracia eficaz, y no se hubiese dado el consentimiento, o sea, A2,

La posibilidad inversa sería que se hubiese dado el consentimiento pero no la gracia eficaz, y entonces no se diese el acto, pero parece menos clara, porque si se da el consentimiento, parece que el acto sí tendría que darse.

A ver si ahora lo entendí bien.

Pero entonces no veo cómo sostiene Gabaón que la gracia es intrínsecamente eficaz, como dice el tomismo.

Porque si lo es, no es posible, justamente, la hipótesis que dice que se da la gracia eficaz, A1, y no se da el consentimiento de la creatura, es decir, A2.

Y entonces, si aceptamos que dado el consentimiento, A2, se sigue el acto bueno, B, entonces sí, que de No B hay que inferir, no solamente No A, en este lenguaje, sino también No A1, es decir, la ausencia de la gracia eficaz.

En todo caso, si esta interpretación tampoco es acertada, habría que pedirle a Gabaón que fuese un poco más claro.

Saludos cordiales.
19/09/15 7:15 PM
  
Néstor
En cuanto a una cosa, no más, por ahora, de lo que dice Ramontxu:

El que decide, decide libremente. Por tanto, si Dios decide hacer que la creatura decida, la creatura decide libremente, de lo contrario, tendríamos una contradicción.

Es decir, decide libremente, porque decide, y decidir, se decide siempre, libremente.

Saludos cordiales.
19/09/15 7:19 PM
  
Néstor
Para ser concisos y no farragosos, a ver lo que sigue:

El que quiere algo, pudiendo querer otra cosa, quiere libremente.

Pero no es contradictorio decir que bajo la predeterminación física divina la creatura quiere algo, pudiendo querer otra cosa.

Por tanto, no es contradictorio decir que bajo la predeterminación física divina la creatura quiere libremente.

La Menor:

El que quiere algo, conservando la potencialidad de querer otra cosa, quiere algo, pudiendo querer otra cosa.

Pero no es contradictorio decir que bajo la predeterminación física divina, la creatura quiere en acto algo, conservando la potencialidad de querer otra cosa.

Por tanto, no es contradictorio decir que bajo la predeterminación física divina, la creatura quiere algo, pudiendo querer otra cosa.

La Menor:

Estar en acto de querer A, no es contradictorio con estar en potencia de no querer A o de querer B.

Pero la predeterminación física divina hace que la creatura esté en acto de querer A.

Por tanto, no es contradictorio que bajo la predeterminación física divina, por la que la creatura quiere en acto A, la misma creatura esté en potencia para no querer A o querer B.

O sea, no es contradictorio que bajo la predeterminación física divina la creatura quiera en acto algo, conservando la potencialidad de querer otra cosa.

Saludos cordiales .
19/09/15 8:00 PM
  
Néstor
Por otra parte, estoy seguro de no haber hablando nunca de las leyes físicas. Y por una buena razón, porque si el acto de la voluntad de la creatura depende de leyes físicas, entonces no es libre.

En efecto, las leyes físicas quitan la posibilidad de que suceda otra cosa también en sentido dividido.

Porque esa es la diferencia entre un suceso natural, que sigue leyes, y un acto libre, que no las sigue: el que elige libremente A podría no haberlo elegido o haber elegido B, pero el consecuente que se sigue según leyes físicas de un antecedente es el único que podía seguirse.

En el caso de la ley física, entonces, no se conserva la potencialidad de obrar de otra manera, como sí sucede en el caso del acto libre.

Por eso es que el acto libre puede no darse en sentido dividido, mientras que el suceso que sigue leyes físicas no puede no darse, no solamente en sentido compuesto, sino tampoco en sentido dividido.

Ése es el interés, justamente, de las leyes físicas o leyes naturales: que nos permiten predecir el comportamiento de la naturaleza en determinadas circunstancias, cosa que no se puede hacer con el acto libre.

Por eso es que sólo Dios, que es Omnipotente, puede mover a la voluntad creada a la producción de actos libres, y por eso mismo, de una cosa podemos estar seguros, a saber, de que no lo hace mediante las leyes naturales.

Saludos cordiales.

19/09/15 8:09 PM
  
Néstor
Finalmente, que la libertad no se opone a toda determinación lo tenemos claramente en el hecho mismo de que la voluntad libre del hombre se determina a la producción de sus actos libres.

Puede elegir A o elegir B, y se determina a elegir A, y a esa determinación es a lo que llamamos elección libre.

El acto libre es determinado, entonces, por la misma voluntad libre que elige hacer esto y no aquello.

Lo único que cabe discutir, entonces, acerca de la predeterminación física, es si es necesario que la voluntad libre sea la causa primera de su propia determinación, o es posible que se determine a actuar como causa segunda, determinada a su vez por la Causa Primera divina.

Pero entonces, el argumento en contra, en todo caso, no podrá basarse en la idea de que la determinación se opone a la libertad, sino más bien en la idea de que la libertad exige absoluta independencia.

Y no es así. Porque como ya hemos dicho varias veces, lo contrario de la autodeterminación no es la heterodeterminación, sino la no autodeterminación.

Para que la voluntad se determine libremente a obrar, no hace falta que lo haga independientemente de cualquier otra voluntad.

Basta, por ejemplo, con que sea determinada por otra voluntad a autodeterminarse, en lo cual no se puede encontrar contradicción.

Saludos cordiales.
19/09/15 8:20 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Ya llego a la perplejidad. Claridad no me ha faltado. Para muestra un botón, recién te dije: "Mi problema no es que con la presencia o ausencia de la gracia eficaz sino con la voluntad divina de no darla. No es lo mismo. Si no puedes ver esta distinción, si no puedes ver que es lo segundo de lo que quiero dialogar contigo, no tiene sentido seguir."

He sido reincidente y me cansa un poco. Pero vamos una vez más.

1. Si el hombre peca no operó la gracia eficaz. Concedido.
2. Si el hombre peca Dios permitió su pecado. Concedido.
3. Por lo tanto, permisión del pecado es igual a negación de la gracia eficaz. Denegado.

Es solo ese tercer punto que quiero tratar contigo. ¿Claro ahora?

A ver, dijiste que Garrigou-Lagrange igual lo niega, pero que a ti te parece mejor aceptarlo. Yo sigo al Pére Garrigou, quiero ver qué te convenció de que estas cosas son identificables. Cómo lo pruebas.

No puedo aceptar el axioma porque el axioma mismo es falso con causas compuestas. En el mejor de los casos, por pura coincidencia, en esta aplicación coincide que al no darse el acto conducente a la salvación es porque no operó la gracia eficaz. Eso no prueba ni el axioma ni que Dios voluntariamente deseó negar la gracia eficaz como algo igual a la permisión del pecado.

O sea, te agradezco el tiempo, te he leído alguna vez antes, te honro y te amo como hermano en Cristo. Pero no tengo la intención de hablar de por qué tengo el pelo blanco o por qué me gusta más el Barça que el Madrid, sino de compartir caritativamente contigo por qué identificas ambas cosas. No trato de ver si soy más tomista que tú o de infantilismos de otro tipo. ¿Suficientemente claro?

Me preocupa que si con estas cosas elementales, y mi reincidencia, te cuesta entenderme, ¿cómo nos entenderemos en lo más complejo? Por ejemplo me deja perplejo tu respuesta sobre las matizaciones que le hago a Alonso sobre su muy seria objeción de que "Dios castiga el mal negando el remedio para ese mal" . No sé a qué viene tu aclaración posterior.

Saludos en Cristo.
19/09/15 8:23 PM
  
Ramontxu
Efectivamente, siempre volvemos a esa frase sin sentido
"(voluntad) ... determinada por otra voluntad a autodeterminarse"
Sin sentido porque la Otra voluntad no sólo obliga a la propia voluntad a autodeterminarse, sino a autodeterminarse en un sentido predeterminado. Y, como resultado, el hombre es libre en sentido dividido.

El que esté convencido, que levante la mano.

Pero ¿ves, Alonso, como tenía razón? Por lo que a la libertad se refiere, lo mismo es la predestinación que el determinismo materialista.
_________
A.G.:
Claro que sí, es lo mismito. Como el círculo es cuadrado y el pulpo un animal de compañía.
19/09/15 10:36 PM
  
Néstor
Bueno, si es por perplejidad, no creas que a mí me falta, tampoco.

A ver:

"Mi problema no es que con la presencia o ausencia de la gracia eficaz sino con la voluntad divina de no darla."

Partimos de que si no se da la gracia eficaz, eso no sucede en forma involuntaria, por ejemplo, por azar, o por alguna ley natural, sino porque alguna voluntad no ha querido que se diese.

Sólo hay dos voluntades en juego, la divina y la creada.

Por tanto, sólo hay dos posibilidades: o no se da la gracia eficaz, porque Dios no ha querido darla, o no se da la gracia eficaz, porque la creatura no ha querido que se diese.

Esto último, a su vez, sólo puedo interpretarlo en el sentido de que la gracia es eficaz extrínsecamente, por el consentimiento de la creatura, que es efectivamente la tesis molinista.

¿Ves alguna otra posibilidad?

Saludos cordiales.
19/09/15 11:23 PM
  
Néstor
A Ramontxu, una vez más, la palabra "obliga" no creo haberla usado nunca. ¿Como el que hace que otro actúe libremente, va a obligarlo a actuar?

Saludos cordiales.
19/09/15 11:25 PM
  
Ramontxu
Esto también te lo he dicho varias veces pero decir que la creatura es libre porque Dios hace que actúe libremente es una petición de principio, puesto que lo que tienes que demostrar es, precisamente, que Dios hace que la creatura actúe libremente cuando, mediante la gracia eficaz, lo que hace es que actúe indefectiblemente como Él quiere. Tienes que explicar la diferencia entre "hacer que actúe indefectiblemente como Él quiere" y "obligar".
20/09/15 12:04 AM
  
Néstor
Si es por explicar, lo que tengo que explicar en todo caso es la diferencia entre "hacer indefectiblemente que la creatura actúe como Él quiere en forma libre" (porque eso es lo que yo sostengo) y "obligar".

Pero eso no requiere mucha explicación, pues es claro que lo que se hace libremente no se hace obligado.

Y si es por demostrar, yo no tengo que demostrar nada. Yo vine aquí y dije: "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente."

La respuesta tuya y de varios otros no fue "pruébalo", sino "eso es contradictorio, absurdo, imposible".

Entonces, me corresponde a mí, obviamente, decir "pruébenlo".

No soy yo el que digo que hay algo que es absurdo, imposible y contradictorio, así que no soy yo el que lo tiene que probar.

Y esa contradicción no la vas a poder encontrar, porque lo contradictorio de que la creatura se determine a sí misma no es que Dios la determine, sino que la creatura no se determine a sí misma.

Si pudieras hacerlo, no estarías tratando de pasarme la carga de la prueba.

Y es que debería ser tan fácil, no? Si la cosa es tan absurda como la presentas.

Saludos cordiales.
20/09/15 5:57 AM
  
Ramontxu
No, Néstor, tu no dices que "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente." Si así fuera, no habría contradicción y no estaríamos discutiendo, pero, entonces, el resultado de la elección de la creatura no estaría predeterminado (porque eso es lo que quiere decir "libre").

Lo que tu dices, en realidad es que "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a elegir ("libremente") A, y no B" . Por eso te digo que tienes que demostrar que una elección cuyo resultado está predeterminado infaliblemente por alguien distinto del sujeto es libre, ya que "determinado infaliblemente por otro" y "libre" son contradictorios. Efectivamente, la primera condición para que una elección sea libre es que el sujeto pueda (no sólo "en sentido dividido", sino de hecho), tomar cualquier decisión. Si el resultado de la decisión está previamente decidido por Dios, de manera que el sujeto no puede, de hecho, elegir otra cosa, puede haber una ilusión, una sensación de libertad, pero no libertad real.

Torticeramente, incluyes la palabra "libremente" en la premisa, diciendo "...mueve la voluntad creada a elegir A libremente", pero eso, como ya te he dicho y no has contestado, es una petición de principio, una falacia. Especialmente porque te apoyas en esa palabra para probar que la elección es libre diciendo: "¿cómo puede ser no libre algo que Dios ha movido a que sea libre?", a pesar de que no has demostrado que Dios ha movido la voluntad a que elija libremente (lo has dicho, pero no lo has demostrado), sino sólo que la ha movido a que elija A, y no B.

Concluyendo,

la contradicción no está en la frase "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente".

La contradicción existe entre la frase "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a elegir A, y no B", por una parte y "la creatura elige A libremente", por otra.

Si quieres introducir la palabra "libremente" en la primera de las dos frases, como ilegítimamente haces, primero tienes que demostrar que esa elección es libre. Pero, como no puedes, porque es imposible, simplemente metes la palabra y partes de la base de que la elección es libre sin haberlo demostrado. Y encima, trasladas al adversario la carga de la prueba diciendo "prueben ustedes que algo que es libre (!), no es libre"
20/09/15 3:12 PM
  
Antonio1
"Hacer indefectiblemente que la creatura actúe como Él quiere en forma libre."

¿De verdad hay que demostrar lo incongruente de esta proposición? ¿No basta con su lectura? Como decía el brocado latino: "In Claris non fit interpretatio".

20/09/15 4:43 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

A ver, la idea era que esto fuera algo expedito y enriquecedor en caridad. Ya es cansón.

Yo estoy interesado en saber por qué piensas que permisión del pecado y negación de la gracia eficaz son identificables.

Dices que conoces la opinión contraria, pero no la consideras mejor. Yo pre-supongo que tienes algo tomista, bien interesante qué decir, me intereso y te pido las pruebas. Expones un axioma inaceptable en este caso por falso y me quedo esperando tus demás pruebas. Sin embargo tú lo que haces es pres-suponer que yo adolezco de Molinismo. ¿La cosa es que no tienes nada más? Has dicho que conoces la opinión contraria, ¿con ese axioma te parece suficiente para negarla? Si es así, pasamos de esto y listo.

Un último intento.

Dices:
"Por tanto, sólo hay dos posibilidades: o no se da la gracia eficaz, porque Dios no ha querido darla, o no se da la gracia eficaz, porque la creatura no ha querido que se diese.

Esto último, a su vez, sólo puedo interpretarlo en el sentido de que la gracia es eficaz extrínsecamente, por el consentimiento de la creatura, que es efectivamente la tesis molinista.

¿Ves alguna otra posibilidad? "

Insisto, he repetido hasta el cansancio que si el hombre peca entonces sobre él no operó la gracia eficaz. No creo que sea el hombre quien convierte en eficaz una gracia suficiente. ¡Faltaba más!

Si la gracia eficaz no operó no es porque el hombre frustró la gracia eficaz sino porque Dios la retuvo.

Ahora cuando la criatura peca, yo veo dos cosas distintas:
1. Permisión del pecado.
2. Negación de la gracia eficaz por parte de Dios.

¿De qué otra forma te puedo decir que mi problema no es negar 2, sino ver por qué los identificas con 1?

En Santo Tomás, en Agustín, en los Tomistas clásicos, hasta algunos quienes no se definen como Tomistas y son adversarios suyos, la voluntad de Dios de negar la gracia eficaz es siempre algo en el orden de la justicia, es un castigo.

Para ti no.

¿Por qué no? ¿Por qué crees que es mejor identificar la permisión divina con esta retención de la gracia?

No me interesa acusarte de nada. Ni asumo en ti algún otro error. Estoy pre-suponiendo que has llegado a una idea bella y aceptable. Y quiero ver cuál es.

Esos malabares de llamar a esta negación divina "una condición necesaria" es usar el mismo lenguaje que usan los Tomistas sobre la permisión. Tu axioma es el mismo que usan los molinistas y anti-tomistas de otras escuelas para hacer a Dios causante del pecado (no ya del acto). Tu analogía del hundimiento de la nave es el mismo que retoman los tomistas para contradecir la aplicación de ese axioma. Nada nuevo. La solución de los Tomistas, es distinguir permisión del pecado de negación de la gracia.

Si tú no distingues entre permisión y negación, imagino que has encontrado la manera de salir de las objeciones y los problemas consecuentes.

Eso es lo que quiero ver.

Yo, a diferencia de ti, no estoy diciéndo que lo que queda es el error de Jansenio, Bayo o Quesnel. Espero ver tu solución. Eso me pide la caridad.

Pre-supongo que has encontrado algo verdadero. Lo quiero ver.

Si tu interés es que quien te interpele demuestre primero que no es Molinista, paso. Pensé que tenía otro interlocutor.

Saludos, en Cristo.
20/09/15 6:52 PM
  
Néstor
Veamos. Si la negación de la gracia eficaz es un castigo por el pecado, entonces supone la previsión divina del pecado, que a su vez supone la permisión divina del pecado, pues Dios sólo puede prever el pecado en su decreto permisivo del mismo, ya que no puede recibir su conocimiento de la creatura.

Por tanto, la permisión divina del pecado sería distinta de la negación divina de la gracia eficaz, y lógicamente anterior a la misma. La cual a su vez sería lógicamente posterior a la previsión divina del pecado.

Y eso querría decir que Dios permite el pecado de la creatura sin negarle aún la gracia eficaz con la cual ese pecado obviamente que de hecho no sucede.

Pero entonces Dios no permite el pecado de la creatura. Si no niega la gracia eficaz, la da, y si la da, impide el pecado, no hay pecado.

Dicho de otra manera:

Si la negación de la gracia eficaz es castigo por el pecado, entonces el orden lógico es: permisión del pecado, previsión del pecado, negación de la gracia eficaz.

Pero cuando Dios prevé el pecado de la creatura, o bien prevé que peca con gracia eficaz, o sin ella. Lo primero es obviamente absurdo. Por tanto, lo segundo. Pero entonces, la negación divina de la gracia eficaz es anterior, no posterior, a la previsión del pecado de la creatura.

Porque ya aceptamos que si a la creatura racional le falta la gracia eficaz al obrar, es porque Dios no ha querido dársela.

Y entonces, o esa negación de la gracia eficaz se identifica con la permisión divina del pecado, o por lo menos, es condición de posibilidad del mismo y de su previsión por parte de Dios.

Por tanto, es lógicamente anterior al pecado y a su previsión por parte de Dios, no posterior, como sería siempre si fuese solamente castigo por el pecado ya previsto.

Y en tanto que la negación divina de la gracia eficaz es lógicamente anterior al pecado y a su previsión por parte de Dios es claro que no es, bajo ese aspecto, castigo por el pecado.

Saludos cordiales.
20/09/15 9:52 PM
  
Horacio Castro
Estimado Néstor. De las gracias actuales que da Dios ¿es la ‘meramente’ suficiente que permite el pecado? Y por otra parte en la explicación sobre negación de la gracia eficaz ¿no sería conveniente producir una respuesta referida a la de perseverancia final?
21/09/15 12:08 AM
  
Néstor
En efecto, la permisión del pecado, entonces, consiste en o al menos implica dar la gracia suficiente sin la eficaz.

En cuanto a la perseverancia final, no toda negación de la gracia eficaz tiene que ver con la negación de la gracia eficaz de la perseverancia final, porque también los elegidos pueden pecar a veces, si bien luego se convierten y finalmente se salvan.

Respecto del mensaje anterior, además, hay que concluir, si lo que dice allí es correcto, que la negación de la gracia eficaz puede ser pena de un pecado anterior, pero no del pecado que se comete teniendo como condición de posibilidad la negación de esa gracia eficaz precisamente.

Y que por tanto, además, habrá siempre un primer pecado, para el cual la negación de la gracia eficaz tampoco es pena de un pecado anterior.

Saludos cordiales.
21/09/15 4:12 AM
  
Néstor
"No, Néstor, tu no dices que "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente." Si así fuera, no habría contradicción y no estaríamos discutiendo, pero, entonces, el resultado de la elección de la creatura no estaría predeterminado (porque eso es lo que quiere decir "libre")."

Pues resulta que sí, que yo sostengo eso que has puesto entre comillas. Y efectivamente, concuerdo contigo en que no implica contradicción alguna.

Si me llevo por ese párrafo, tengo que concluir que estamos de acuerdo en que la moción divina eficaz e infalible no perjudica la libertad de la creatura.

Ahora ¿no está predeterminada una elección que se realiza bajo una moción divina eficaz e infalible? Ahí dejo de entender.

Más bien se debería concluir: si una moción infalible y eficaz no quita libertad a una elección de la creatura, entonces una predeterminación divina no quita libertad a la elección de la creatura, porque sin duda que una moción divina infalible y eficaz predetermina la elección de la creatura.

Porque además ¿qué diferencia hay entre

"Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente."

y

"Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a elegir ("libremente") A, y no B"

¿Hay otra forma de actuar libremente que no sea eligiendo, o hay otra forma de elegir que no sea actuar libremente?

Y además, si "determinado infaliblemente por otro" y "libre" son contradictorios ¿cómo dices que

"tu no dices que "Dios mueve en forma eficaz e infalible a la voluntad creada a actuar libremente." Si así fuera, no habría contradicción"

¿Se puede mover algo en forma eficaz e infalible sin determinarlo infaliblemente? Me parece claro que no.

Entonces ¿cómo hay contradicción en decir que Dios determina infaliblemente la acción libre de la creatura, y no la hay, según tú, en decir que Dios mueve eficaz e infaliblemente a la creatura a actuar libremente?

Saludos cordiales.
21/09/15 4:32 AM
  
Néstor
En cuanto al argumento de "in claris non fit interpretatio", usado de ese modo, se lo podría también aplicar a muchos misterios de nuestra fe, declarándolos "claramente contradictorios" y sin tomarse el trabajo de probar la contradicción.

Saludos cordiales.
21/09/15 4:51 AM
  
Horacio Castro
Muchísimas gracias por su respuesta Néstor. Comprendo el punto. Como usted sabe, además pienso en una alternativa, en el orden lógico de previsión de deméritos y de predestinación, en aquello que en la eternidad de Dios es nuestra creación, y para nosotros nuestra “consiguiente” existencia real en el tiempo y también con finalidad sobrenatural. Le expondré nuevamente, en una próxima oportunidad, esta posibilidad que creo no se opone a la Doctrina Católica ni a la enseñanza de santo Tomás sobre la predestinación y específicamente nuestra creación con gracias actuales. Acerca de las gracias divinas que acompañan cada alma creada, algunos interlocutores suyos parecen olvidar que no hay gracias que muevan al mal y que precisamente las gracias suficientes (pienso que habría que citar las suficientes y las eficaces en plural para que no las confundan con una especie de gracia habitual) son rechazadas ‘libremente por la voluntad’ porque Dios lo permite. ¿Cuál es el problema que impide entender que la gracia eficaz creada mueve libremente a obrar el bien? Mis saludos.
21/09/15 10:08 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

La solución es tan vieja como Santo Tomás, quien a su vez dice haberla sacado de San Agustín: Dios castiga con la negación de la gracia por un pecado anterior o por el pecado original.

La inclusión del pecado original en esta razón (con especificaciones y entre otras cosas) cierra la cadena de preguntas de por qué negó la gracia eficaz del pecado anterior.

En el caso del primer pecado, la solución se hace pensando en las causas relacionadas mutuamente. El Aquinate considera la resistencia a la suficiente y la negación de la eficaz como concomitantes. Hay una prioridad de naturaleza de la primera respecto a la segunda, mas no temporal. Y así se mantiene la negación como castigo.

Por eso ya había distinguido que el castigo en el acto del pecado que tratamos no es por el pecado del instante. Y a raíz del primer pecado hice alusión al pecado de Adán.

Ahora, me quedan unas dudas. Si dices que la identificación de permisión y negación te parece mejor, ¿eso es pagando el precio de dejar atrás a Santo Tomás y Agustín? ¿Corrigiéndolos? y ¿qué tal sus enunciados que fueron validados por la Iglesia en varios sínodos y concilios, como el de Valencia y Trento, donde se requiere la distinción? ¿Cómo separar esa opinión de la de Jansenio, Bayo y Quesnel?

No es válida tu prueba y por las preguntas anteriores tampoco me parece mejor.

Saludos.
21/09/15 11:25 PM
  
Ramontxu
Néstor, por favor! No es lo mismo "mover a decidir" que "mover a decidir A". ¿De verdad te parece lo mismo? En la primera frase Dios causa y garantiza la capacidad de decidir mientras que en la segunda se apodera de esa capacidad y la niega al hombre, decidiendo en su lugar. En la primera el hombre es libre, en la segunda, no.
21/09/15 11:45 PM
  
Ramontxu
"En cuanto al argumento de "in claris non fit interpretatio", usado de ese modo, se lo podría también aplicar a muchos misterios de nuestra fe, declarándolos "claramente contradictorios" y sin tomarse el trabajo de probar la contradicción. "

¡Claro! Es que SON claramente contradictorios. Por eso se llaman "misterios". Que Dios sea uno y trino es contradictorio. Por eso me extraña tanto que te empeñes en hacer cuadrar este misterio concreto de la predestinación y la libertad, cuando hay tantos otros. ¿No deberías decir "esto es lo que nos enseña la Iglesia y yo lo acepto, pero no lo entiendo porque es un misterio"?

Yo no me meto en si eso es, de verdad, lo que enseña la Iglesia. Eso ya te lo discuten otros. Lo que digo es que estás embarcado en una tarea imposible: explicar un a contradicción patente, un misterio.
21/09/15 11:56 PM
  
Néstor
Es absurdo "mover a decidir" sin "mover a decidir A" o "mover a decidir B" o a decidir lo que sea.

No se puede "decidir", sin decir A o B o alguna otra cosa, y por eso, tampoco se puede "mover a decidir", sin mover a decidir A o a decidir B o a decidir alguna otra cosa determinada.

"Decidir" sin decidir A o decidir B sería como caminar sin caminar en una dirección, o como comer sin comer algo determinado, etc.

"Mover a decidir" sin "mover a decidir A" o "mover a decidir B" sería como mover a hablar sin mover a decir nada determinado.

En cuanto a los misterios, es exactamente eso lo que digo. Así como no se ha podido demostrar que la Trinidad sea contradictoria, tampoco se ha podido demostrar que la predeterminación física lo sea. Y eso no quiere decir que no se haya intentado hacerlo, pero sin éxito.

Por eso se trata de recurrir a la supuesta "evidencia" de la contradicción.

Saludos cordiales.
22/09/15 6:43 PM
  
Ramontxu
Vale, Néstor. Si tu piensas que 1=3 no es contradictorio, me parece que no merece la pena seguir.
__________
A.G.:
Ramontxu, eso digo yo, que no merece la pena seguir, que tu postura hace mucho que quedó clara y no pareces tener intención de ir más allá de esquemas mecanicistas.
22/09/15 8:40 PM
  
Néstor
El tema de la mutua causalidad es importante, pero ahora quisiera fijarme en algo que me parece que es anterior, y que es un punto particularmente confuso, en mi opinión, en la enseñanza de Garrigou – Lagrange.

En “El sentido del misterio y el claroscuro intelectual”, donde trata justamente de la permisión divina del primer pecado, dice que la permisión divina del pecado es un “no bien”, no un mal, mientras que la sustracción divina de la gracia es un mal de pena, que siempre supone el de la falta, al menos inicial.

Agrega en nota que no hay que confundir la simple negación con la privación de lo que es debido, y que el mal es privación.

Para arrojar alguna luz sobre el problema, dice, hay que aclarar la diferencia entre “no dar” un don gratuito, y “rehusarlo”.

Pone como ejemplo la diferencia entre no dar la mano a quien no se está obligado a darla, no ir a su encuentro como mera negación de acción, y evitar positivamente el encuentro con alguien, donde cabe suponer, aunque él no lo dice, que lo primero es “no dar” y lo segundo “rehusar”.

Dice entonces que el arcángel San Miguel no sería mejor que Lucifer si no hubiese sido más amado y socorrido por Dios.

Y agrega:

“No estaba el Señor obligado a tener la misma bondad gratuita, ni la misma condescendencia hacia Lucifer. Ni estaba obligado a darle los mismos socorros eficaces. Si Lucifer lleva esto a mal, Dios no es causa de este enojo. Lo ha permitido solamente, o dejado que fuera realidad. Mas luego, la justicia divina está en su derecho de rehusarle la gracia, en castigo de esa falta.”

Este último párrafo parece confirmar explícitamente lo que uno cree ver implícito en lo anterior: que el rehusamiento y la sustracción se identifican.

Porque aquí dice que el rehusamiento de la gracia es un castigo, y antes ha dicho que la sustracción de la gracia es una pena o castigo.

Hasta aquí, todo llevaría a decir: bien, la permisión divina del pecado consiste en la negación de la gracia eficaz, no en el rehusamiento o sustracción de la gracia eficaz, que es pena por el pecado. Esa negación de la gracia eficaz no es rehusamiento o sustracción de la misma, porque Dios no está obligado a darla.

Pero esa no es la conclusión que saca Garrigou-Lagrange. Termina oponiendo la permisión divina del pecado y la sustracción de la gracia eficaz, y se ve que no quiere entender por la primera la negación de la gracia eficaz, porque se plantea la siguiente objeción:

“Si la afirmación es causa de la afirmación, la negación lo es de la negación (…) Es así que la colación o donación de la gracia eficaz es causa del acto meritorio. Luego, el no dar a un hombre la gracia eficaz es causa (…) del pecado de omisión.”

Y responde diciendo que en el caso del don de la gracia eficaz a la creatura hay una doble causa, a saber, Dios y la creatura, que por lado es indefectible, es decir, por el lado de Dios, y por otro, defectible, por el lado de la creatura, y que en esos casos no se aplica el principio en cuestión. En el caso del pecado, la única que falla y es causa del pecado es obviamente la creatura.

Todo lo cual está muy bien, sólo que él lo usa para negar, al parecer, o al menos, no considerar, que la negación (no sustracción o rehusamiento) de la gracia eficaz sea condición de posibilidad, no causa, del pecado, y lógicamente anterior al mismo, por tanto, por más que no sea temporalmente anterior.

Y me parece que lo hace porque desde el comienzo pone la palabra “causa” en la segunda parte del principio que dice que “la afirmación es causa de la afirmación, y la negación es causa de la negación”.

A partir de ahí, es claro que no puede admitir que la negación divina de la gracia eficaz sea causa del pecado, a pesar de que sí dice que “la permisión divina no es causa, sino sólo condición, faltando la cual el pecado nunca llegaría a producirse.”

Y como su formulación del principio no le deja lugar para decir que la negación de la gracia es condición de posibilidad, no causa, del pecado, decide dejar esa negación para después del pecado, identificada por tanto con la “sustracción” y el castigo (contra el ejemplo que él mismo acaba de poner).

Eso los hace retroceder ante la posibilidad de terminar admitiendo el principio calvinista que dice “que es posible una pena antes de la falta”.

Esta doctrina es para Garrigou – Lagrange, con razón, “el principio del calvinismo”, y una vez que ha identificado negación de la gracia eficaz con rehusamiento o sustracción de la gracia eficaz, el cual es siempre pena, es claro que no puede admitir que esa negación de la gracia eficaz sea lógicamente anterior al pecado.

Por eso debe admitir antes del pecado solamente una “permisión” que ya no se sabe bien en qué podría consistir, si “permitir” es “no impedir” y “dar la gracia eficaz” es impedir el pecado.

Es decir, me parece que la dificultad de estos tomistas está en que por la manera en que formulan el principio de “la afirmación es causa de la afirmación”, piensan, cuando no deben, solamente en “causas” y no también en “condiciones de posibilidad” que no son causas.

La misma formulación a mi juicio defectuosa del principio en cuestión se encuentra por ejemplo en Billuart.

Por eso entendí que el principio en cuestión debe formularse poniendo en la segunda parte, la referida a la negación, “condición” y no “causa”:

“Si A con su acción es causa de B, la no acción de A es condición de posibilidad de No B”.

Con lo cual ya no veo obstáculo para identificar permisión divina del pecado y negación, no sustracción o rehusamiento, de la gracia eficaz.

Porque además, el mismo texto de Santo Tomás que cita Garrigou – Lagrange parece decir eso: Ia IIae, q. 79, a. 1:

“Sucede que a veces Dios no da el auxilio para evitar el pecado, que si lo diera, no pecarían, pero todo esto lo hace según el orden de su sabiduría y justicia, porque Él es la Sabiduría y la Justicia. Por lo que no se le imputa que el otro peque como a causa del pecado: como no se dice que el navegante sea causa del hundimiento del navío por el hecho de que no gobierna la nave, sino cuando sustrae dicha gobernación, pudiendo y debiendo gobernar”.

Ese auxilio de que habla Santo Tomás obviamente que no es la gracia suficiente, que se da a todos, por tanto, es la gracia eficaz. Dios no la da, y si la diera, no pecarían.

Luego, el no darla es condición de posibilidad del pecado, y por tanto, lógicamente anterior al mismo, aunque eso no quiere decir que Dios sea causa del pecado, como explica ahí mismo, pues no está obligado a dar la gracia eficaz.

Esta es la explicación que da Santo Tomás en este texto de la inocencia divina respecto del pecado, sin hacer referencia alguna a un fallo de parte de la creatura.

No se puede decir, en efecto, que Dios estaría obligado a dar la gracia eficaz cuando la creatura no peca, y no estaría obligado a hacerlo cuando la creatura peca, de modo que el pecado de la creatura sería anterior a la negación divina de la gracia eficaz, porque Dios no está obligado nunca a dar la gracia eficaz.

Saludos cordiales.
22/09/15 9:22 PM
  
Néstor
En cuanto a la tesis de Horacio, confieso que, por lo que recuerdo, hasta el presente no he logrado entenderla. Tal vez en una ocasión futura, de hecho, si quiere puede pasar por mi "blog". Pero le pediría que extremara en lo posible la claridad.

Saludos cordiales.
22/09/15 9:29 PM
  
Néstor
Aclaremos obviamente, y solamente, porque el tema ahora no es la Trinidad ni los demás misterios de la fe, que el misterio revelado, para la fe católica, nunca es ni puede ser contradictorio.

Saludos cordiales.
22/09/15 9:38 PM
  
Néstor
Por su parte, Billuart (Theologia iuxta mentem D. Thomae, Tomus I, defiende primero (Dissert. VIII, art. IV, III) la tesis según la cual la gracia eficaz nunca falta a la creatura sino como consecuencia de una culpa suya, para luego, en la disertación siguiente (Dissert IX, art. IX, III), defender la tesis contraria, que al menos alguna culpa de la creatura supone una denegación divina de la gracia eficaz que a su vez no supone culpa alguna de la creatura ni es pena por una culpa.

Dice, en efecto, respondiendo a la objeción basada en el Concilio de Trento que dice que Dios no abandona a nadie sin ser primero abandonado mediante el pecado (traducción nuestra):

“De dos maneras se entiende que Dios abandona a alguien: 1º, permitiendo su defectibilidad, o sea, no preservándolo del pecado por un auxilio especial y eficaz indebido, pero nada quitando, por otra parte, de los auxilios ordinarios por los que, si no los resistiere, llegaría al bien; y éste es el abandono impropio, para el cual no es necesario que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, puesto que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de abandonar, como es evidente. 2º, se entiende que Dios abandona al hombre cuando le sustrae los auxilios comunes y la protección ordinaria que tiene para con los buenos, y esto es propiamente abandonar; del cual modo Dios no abandona a nadie si no es primero abandonado por él mediante el pecado: este segundo abandono es castigo, no el primero.”

Se objeta enseguida a sí mismo que en la disertación anterior dijo que la gracia eficaz no es negada sino a causa del pecado de la creatura, y responde:

“…al dar la gracia suficiente, Dios tiene la voluntad antecedente de conferir la eficaz, si el hombre no resiste la suficiente con su propia y mala voluntad. Podría Dios con un auxilio más abundante impedir esa resistencia y mala voluntad; pero como Provisor universal y por fines más altos quiere, con voluntad consecuente, permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio más abundante. Y así es verdad que el hombre es privado por su culpa de la gracia eficaz que Dios, en la colación de la suficiente, quería darle con voluntad antecedente. Y también es verdad que el hombre es privado con anterioridad a su culpa de aquella gracia eficaz más abundante que lo preservaría del defecto y de la mala voluntad, porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad.”

Sin entrar a evaluar aquí si la teoría de Billuart es totalmente coherente, el hecho es que no es verdad, entonces, que para el tomismo clásico esté prohibido decir que hay una negación divina de la gracia eficaz que es lógicamente anterior a todo pecado de la creatura y que por tanto no es castigo por el pecado: “…este segundo abandono es castigo, no el primero”.

Es en la Dissert. VIII, en el lugar citado, que Billuart se objeta a sí mismo con el principio que dice que “si la afirmación es causa de la afirmación, la negación es causa de la negación”, y rechaza la objeción con argumentos tomados muchos de ellos de una obra de juventud de Santo Tomás como es el Comentario a las Sentencias.

¿No correspondería entonces que en la Dissert. IX, donde acepta que hay una negación de la gracia eficaz que precede a todo pecado de la creatura, adoptara la versión más rigurosa del principio, que dice que “si la afirmación es causa de la afirmación, la negación es condición necesaria de la negación”?

Saludos cordiales.
23/09/15 2:42 AM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

A mí no me resulta confusa la explicación de Garrigou. Quizá porque la entiendo intuitivamente o porque puedo encontrar soporte a su planteamiento en el pensamiento del Aquinate aunque el Pére no lo cite aquí. Santo Tomás dice que Dios no quiere hacer el mal, pero tampoco quiere no hacer el mal sino que permite hacer el mal (ST I, q. 19, a. 9). En otro sitio dice que en la naturaleza íntegra para que la criatura no caiga al no-bien tiene que ser sostenida por Dios, pero que no se colige que si Dios no la sostiene mediante la gracia caerá en pecado (De Malo, q. 16, a. 4). Tus objeciones de causalidad y orden lógico solo tienen sentido si uno piensa que Dios respecto al pecado solo tiene dos opciones.

Las analogías de Garrigou sólo quieren dar luz. Como cualquier otra, si se estiran, se rompen.

Mi manera de entenderlas es así: Dios no le debe a Lucifer ser preservado en el bien en cada instante. Dios puede evitar su caída en cada instante con gracia eficaz, pero para preservarlo en cada instante no necesita darle gracia eficaz en cada instante. Por lo que para el instante de la caída el orden es: 1. Permisión de defección. 2. Previsión del defecto. 3. Negación de medicina.

Si mi simpleza es esa de la que no nota la dificultad porque no ve un aspecto del misterio, te agradecería me lo mostraras.

Pero todavía me atrevo a rechazar tu conclusión reduciéndola al absurdo. Resumo tus interpretaciones así:

1. Permisión del pecado es "no dar la gracia eficaz".
2. Rehusar la gracia eficaz es un castigo.
3. Permisión del pecado y Rehusamiento de la gracia eficaz son identificables. (Afirma Néstor)
4. Permisión del pecado es identificable con castigo. (Niega Néstor)

Para evitar 4, o bien rechazas 2, o rechazas 3. Santo Tomás, evidentemente, siempre insiste en afirmar 2. No son "estos Tomistas", es él, aquí y en otros puntos de la Summa, en el De Veritate, De Malo, Contra Gentiles, Cuestiones y las Sentencias. Uno de los más claros es en esta última (d. 40, q. 4, a. 2), precisamente desarrollando más profundamente el mismo problema que cita el Pére Garrigou aquí.

Allí afirma el Aquinate que la gracia no se infunde por solo dos razones porque no la quiere la criatura o porque Dios no la da. Lo segundo presupone lo primero porque Dios no quiere que alguien sea privado de la gracia. Privarla de ella no es un bien en absoluto, de la única forma que lo es es si la criatura la rechaza o si no se prepara bien para ella. Esto es lo que Garrigou ha desarrollado aquí sin referirse a este pasaje.

Es Santo Tomás quien se ve confrontado con la objeción del método contrarrecíproco (si A->B entonces ~B -> ~A) para hacer a Dios responsable del pecado y él mismo es quien enseña que esto no funciona con causas compuestas.

A ver, no es que al cambiar "condición necesaria" por "causa" el contrarrecíproco funciona. El problema es que el método no funciona con causas compuestas. Si A es compuesto no funciona.

Luego hace el Aquinate algo magistral. Al haber respondido en la Summa que Dios no es la causa directa del pecado como no lo es el piloto cuando la nave se hunde, se objeta a sí mismo más fuerte. Ahora se pregunta si no es Dios la causa indirecta del pecado como lo es el piloto que se ausenta y la nave se hunde. Su respuesta es que Dios no está ausente sino que es el hombre quien se ausenta, como se ausenta de la luz de quien cierra los ojos.

El Aquinate vuelve a hacer referencia al fallo de la criatura. Eso es lo que ha desarrollado Garrigou. Aquí la profundidad alcanzada es la admisión de que si Dios se ausentara realmente sí sería el causante indirecto del pecado. ¡Terrible! Y ¿cómo lo resuelve el Aquinate? ¿Diciendo que Dios no tiene obligación de estar? ¡No! Diciendo que es la criatura la que se ha ausentado.

Al final, el problema no es ponerle una obligación a Dios. Sabemos que no la tiene. Así condenamos a Bayo. Pero cuando preguntamos si Dios está pidiendo algo imposible sabiendo que no quiere dar gracia para cumplir, si Dios abandona al que no lo ha abandonado primero quitándole la gracia con la que mantendría la habitual antes de la defección de la criatura... si respondemos que quita la gracia eficaz, que la niega antes de la culpa de la criatura... no hay como condenar a Jansenio y a Quesnel.

Insisto, si hay algo que no veo para salir de ese problema, te agradezco me lo muestres.

En Cristo.
23/09/15 6:10 AM
  
Horacio Castro
Néstor. Con justicia su comentario obliga a rectificarme. Si no logra entender mis comentarios en este post y el anterior en su blog, no debería sorprenderme que otros lectores tengan problemas para entenderlo a usted. Lo saludo.
23/09/15 8:49 AM
  
Néstor
Me parece que la última respuesta de Gabaón fue escrita antes de leer el mensaje que envié sobre Billuart. ¿Será que Billuart era jansenista?

Por otra parte, agradecería que las referencias al pensamiento de los autores fuesen más precisas, de lo posible, citando textualmente como he hecho yo.

Y efectivamente, respecto del pecado Dios tiene solamente dos opciones: lo permite o no lo permite, es decir, lo impide, o no lo impide.

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Mi manera de entenderlas es así: Dios no le debe a Lucifer ser preservado en el bien en cada instante. Dios puede evitar su caída en cada instante con gracia eficaz, pero para preservarlo en cada instante no necesita darle gracia eficaz en cada instante
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Supongo que ahí se dice que Dios da la gracia eficaz en un instante y que la gracia eficaz sigue preservando en el bien a la creatura en los instantes siguientes aunque Dios no la siga dando.

¿Y si Dios no la sigue dando, cómo la creatura la sigue teniendo? ¿Se ha vuelto propiedad suya la gracia eficaz? ¿Ha alcanzado la creatura la autonomía sobrenatural?

Además, la gracia eficaz es una moción divina. ¿La creatura se sigue moviendo cuando Dios ha dejado de moverla?

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“3. Permisión del pecado y Rehusamiento de la gracia eficaz son identificables. (Afirma Néstor)”
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¿Ah, sí? ¿Eso digo yo? A ver:

Hasta aquí, todo llevaría a decir: bien, la permisión divina del pecado consiste en la negación de la gracia eficaz, no en el rehusamiento o sustracción de la gracia eficaz, que es pena por el pecado. Esa negación de la gracia eficaz no es rehusamiento o sustracción de la misma, porque Dios no está obligado a darla.”-

“Todo lo cual está muy bien, sólo que él lo usa para negar, al parecer, o al menos, no considerar, que la negación (no sustracción o rehusamiento) de la gracia eficaz sea condición de posibilidad, no causa, del pecado, y lógicamente anterior al mismo, por tanto, por más que no sea temporalmente anterior.”-

En realidad, como se ve, digo exactamente lo contrario.

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“A ver, no es que al cambiar "condición necesaria" por "causa" el contrarrecíproco funciona.”
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Sí que funciona. Si A es causa de B, no A es condición necesaria de No B, porque de lo contrario, podrían darse A y No B juntos, y por tanto, B y No B juntos, lo que es contradictorio.

Y si A es compuesto de A1 y A2, siendo el primero la gracia eficaz y el segundo el consentimiento de la creatura, y de A1 se sigue necesariamente A2, porque la gracia es intrínsecamente eficaz, entonces, de No B se sigue No A1, porque no puede darse A1 y no darse A2, y si se dan ambos, también se da B.

En esto pensé que ya estábamos de acuerdo.

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“Luego hace el Aquinate algo magistral. Al haber respondido en la Summa que Dios no es la causa directa del pecado como no lo es el piloto cuando la nave se hunde, se objeta a sí mismo más fuerte. Ahora se pregunta si no es Dios la causa indirecta del pecado como sí lo es el piloto que se ausenta y la nave se hunde. Su respuesta es que Dios no está ausente sino que es el hombre quien se ausenta, como se ausenta de la luz de quien cierra los ojos.”
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Pues no es así. Veamos el texto completo:

Ia IIae, q. 79, a. 1:

“Hay que decir que el hombre es causa del pecado suyo o de otro de dos maneras. De un modo, directamente, inclinando su voluntad o la de otro a pecar. De otro modo, indirectamente, cuando no retrae a algunos del pecado, por lo que Ezequiel 3 dice a los especuladores: “si no dices al impío: “morirás de muerte”, te pediré cuentas de su sangre. Ahora bien, Dios no puede ser causa directa de un pecado suyo o de otro. Porque todo pecado es por apartarse del orden que lo tiene a Él mismo como fin, y Dios inclina y convierte todas las cosas a Sí mismo como Fin último, como dice Dionosio en el primer capítulo de “De Divinis Nominibus”. Por lo que es imposible que Dios sea causa para Sí mismo o para otros de apartarse del orden que tiende a Él mismo. Por lo que no puede ser causa directa del pecado. De modo semejante, tampoco puede ser causa indirecta del mismo. Sucede que a veces Dios no da el auxilio para evitar el pecado, que si lo diera, no pecarían, pero todo esto lo hace según el orden de su sabiduría y justicia, porque Él es la Sabiduría y la Justicia. Por lo que no se le imputa que el otro peque como a causa del pecado: como no se dice que el navegante sea causa del hundimiento del navío por el hecho de que no gobierna la nave, sino cuando sustrae dicha gobernación, pudiendo y debiendo gobernar.”

Vemos, por tanto, que Santo Tomás usa el argumento del navegante que no está obligado a conducir la nave para probar que Dios no puede ser causa indirecta del pecado.

No habla en este texto del navegante o piloto cuando trata el tema de la causalidad directa.

Además, no necesariamente, dice Santo Tomás, el piloto que se ausenta es causa indirecta del hundimiento del navío.

Concretamente, no lo es si no está obligado a conducirlo.

En el mensaje que envié sobre Billuart vemos a un insigne tomista admitiendo que hay negaciones divinas de la gracia eficaz que no dependen de ningún pecado de la creatura y que no son, por tanto, pena por el pecado.

A Horacio le pido que no se enoje, es que realmente no entiendo lo que quiere decir, y entonces, no tendría sentido que lo quisiera comentar. Pero eso no quiere decir que no lo pueda exponer con más claridad.

Saludos cordiales.
23/09/15 7:46 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Cambio el método, esperando que entiendas mejor. Esto ya pierde el sentido. Te muestro.. respondo a tus objeciones. Las enumero.

1. "Me parece que la última respuesta de Gabaón fue escrita antes de leer el mensaje que envié sobre Billuart. ¿Será que Billuart era jansenista?"

Respuesta a 1.
Fue así. Tu mensaje de Billuart salió publicado en la mañana de hoy, yo había respondido anoche.
No, Billuart no es Jansenista. Pasa solo que no lo entiendes. Él y Garrigou te han dicho lo mismo: Dios puede dar una gracia eficaz con la que el hombre no pecaría y no la da porque permite la defección de la criatura. Sigue siendo el orden, permisión, previsión y negación. El segundo párrafo no es incoherente, no pierdas tiempo, solo dice que con un auxilio previo y superior la defección se pudo haber evitado. Eso es lo mismo que ha dicho Garrigou cuando hizo la diferencia entre “no dar” y “rehusar” refiriéndose a Lucifer y San Miguel Arcángel.

2. "Y efectivamente, respecto del pecado Dios tiene solamente dos opciones: lo permite o no lo permite, es decir, lo impide, o no lo impide."

Respuesta a 2.
No, Santo Tomás te ha dicho claramente que sobre el pecado:
1. Dios no quiere hacerlo.
2. Dios no quiere no hacerlo.
3. Dios lo permite.
Las opciones son tres. Sigue leyéndolo, que lo entenderás. “Dios ni quiere hacer el mal, ni quiere no hacer el mal; pero sí quiere permitir hacer el mal” (ST. I, q. 19, a. 9)

3. "Supongo que ahí se dice que Dios da la gracia eficaz en un instante y que la gracia eficaz sigue preservando en el bien a la creatura en los instantes siguientes aunque Dios no la siga dando. ¿Y si Dios no la sigue dando, cómo la creatura la sigue teniendo? ¿Se ha vuelto propiedad suya la gracia eficaz? ¿Ha alcanzado la creatura la autonomía sobrenatural? Además, la gracia eficaz es una moción divina. ¿La creatura se sigue moviendo cuando Dios ha dejado de moverla?"

Respuesta a 3.
Supones muy mal. Ahí digo lo mismo que Santo Tomás en De Malo, q. 16, a. 4, que “no se colige necesariamente el caso que una persona en cada instante tiene que merecer o pecar”. Eso solo le puede extrañar a alguien que vive preso entre antípodas y dicotomías. Para ti ¿el caso es que cada acto del hombre o es pecado o es meritorio? Te sigo advirtiendo que tu enemigo no es solo Molina, lo son también Jansenio, Bayo y Quesnel. Cuidado.

4. “3. Permisión del pecado y Rehusamiento de la gracia eficaz son identificables. (Afirma Néstor)”
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¿Ah, sí? ¿Eso digo yo? A ver:

Hasta aquí, todo llevaría a decir: bien, la permisión divina del pecado consiste en la negación de la gracia eficaz, no en el rehusamiento o sustracción de la gracia eficaz, que es pena por el pecado. Esa negación de la gracia eficaz no es rehusamiento o sustracción de la misma, porque Dios no está obligado a darla.”-
“Todo lo cual está muy bien, sólo que él lo usa para negar, al parecer, o al menos, no considerar, que la negación (no sustracción o rehusamiento) de la gracia eficaz sea condición de posibilidad, no causa, del pecado, y lógicamente anterior al mismo, por tanto, por más que no sea temporalmente anterior.”-
En realidad, como se ve, digo exactamente lo contrario."

Respuesta a 4.
¡Esto es el colmo! ¡Alucinante! Toda nuestra conversación es porque tú dices que permisión del pecado y negación de la gracia eficaz son identificables. Incluso terminaste diciendo esto: “Con lo cual ya no veo obstáculo para identificar permisión divina del pecado y negación, no sustracción o rehusamiento, de la gracia eficaz.” y ahora ¿dices que no? ¿que dices lo contrario? ¡Espectacular! Vamos terminando entonces, que ya esto perdió el sentido. Si cuando dices Diego dices que dijiste Digo, ya ¿para qué seguir? Al menos ¿sabes por qué a lo que hice se le llama método de reducción al absurdo? Insisto, ¡Surreal!

5. "En esto pensé que ya estábamos de acuerdo."

Respuesta a 5.
¡Jesucristo! ¡No, no nos pusimos de acuerdo! Te dije que no valdría la pena seguir discutiendo algo tan elemental y lo sigues trayendo a colación. El método de demostración por contrarrecíproco es “Lógica” y no funciona con causas compuestas para inferir una de esas causas. ¡Por Dios!

6. "Pues no es así. Veamos el texto completo [...] En el mensaje que envié sobre Billuart vemos a un insigne tomista admitiendo que hay negaciones divinas de la gracia eficaz que no dependen de ningún pecado de la creatura y que no son, por tanto, pena por el pecado. "

Respuesta a 6.
Llegados aquí ya yo he perdido toda la esperanza en que quieras entender algo. La verdad no me explico cómo se te puede pasar que te he dicho claramente que estoy hablando del texto del Comentario a las Sentencias d. 40, q. 4, a. 2. y no el de la Summa Th. Ia IIae, q. 79, a. 1 ¡Surreal! A lo de Billuart no hay que volver, es lo mismo que hace el Aquinate aquí, Santo Tomás dice:

”El carecer o estar privado de la gracia acaece por dos motivos: primero, porque uno no quiere recibirla; segundo, porque Dios no se la infunde o no quiere infundírsela. Ahora bien, el orden de estos dos motivos es de tal índole que el segundo no se da, a no ser que no se presuponga el primero. En efecto, Dios, al querer solamente el bien, no quiere que alguien sea privado de la gracia, a no ser en la medida en que esto fuera un bien. Pero que uno sea privado de la gracia no es un bien en absoluto, por lo que esto considerado en términos absolutos, no es querido por Dios. Sin embargo, es un bien que esté privado de la gracia si no desea poseerla, o si se prepara negligentemente para tenerla, puesto que esto es justo y de este modo no es querido por Dios. Luego resulta claro que, en términos absolutos, la causa primera de este efecto depende del hombre que carece de la gracia. Sin embargo de parte de Dios no deriva la causa de este efecto, sino que se presupone la existencia de ella antes por parte del hombre.
[...]
Ahora bien este defecto, como también cualquier otro, puede ser considerado de dos modos. Y ello porque, dado que se verifica por un defecto de la causa segunda y no de la causa primera; y dado que Dios no lo impide, pero podría impedirlo, para no obstaculizar la naturaleza, si ese defecto de la gracia se relaciona con la voluntad, que es como la causa próxima, se descubre que la voluntad tiene la causalidad respecto a tal carencia, puesto que no acoge el buen propósito cuando realmente podría acogerlo. Y de acuerdo con esto la voluntad es culpable y digna del vituperio, ya que el mal y del que es principio la voluntad es así. Pero, si se relaciona con Dios, no se descubre que el defecto de la gracia sea causado por Él, sino solo permitido y ordenado de modo que el defecto de la voluntad es la causa de la pena.”

Los comentarios que hice después son por las objeciones. Relee mi mensaje anterior a ver si esta vez te hace sentido.

Saludos, en Cristo.
24/09/15 5:44 AM
  
Horacio Castro
Gabaon. No quise interferir con la ilación de ninguno de sus comentarios e intercambio con los de Néstor. Así que tampoco lo haré ahora, pero quiero señalar que es revelador respecto a sus conclusiones sobre “el orden: permisión del pecado, Su previsión, y negación de la gracia como pena”, el texto que reproduce de santo Tomás, específicamente donde dice “y de acuerdo con esto la voluntad es culpable y digna del vituperio, ya que el mal y del que es principio la voluntad es así. Pero, si se relaciona con Dios, no se descubre que el defecto de la gracia sea causado por Él, sino solo permitido y ordenado de modo que el defecto de la voluntad es la causa de la pena”.
24/09/15 4:22 PM
  
Néstor
Dices:

“Dios puede dar una gracia eficaz con la que el hombre no pecaría y no la da porque permite la defección de la criatura.”

Eso es lo que yo digo también, si se entiende el "no la da" como lógica y ontológicamente previo a la defección de la creatura.

Dices también:

“Toda nuestra conversación es porque tú dices que permisión del pecado y negación de la gracia eficaz son identificables.”

Exacto, eso digo. O que por lo menos, son inseparables, de modo que ambas son lógica y ontológicamente anteriores al pecado de la creatura.

Por tanto, no digo lo que tú has dicho que yo digo:

“4. “3. Permisión del pecado y Rehusamiento de la gracia eficaz son identificables. (Afirma Néstor)””

No. Negación y rehusamiento, lo dice el mismo Garrigou – Lagrange, no son lo mismo.

A ver si me entiendes:

Yo digo que la permisión del pecado es igual a o implica la negación divina de la gracia eficaz.

Yo no digo, más aún, niego, que la permisión del pecado sea igual a o implique el rehusamiento de la gracia eficaz.

¿Queda claro?

En cuanto al texto del Comentario a las Sentencias, Billuart diría, pienso, que es verdadero respecto de la gracia eficaz que viene ofrecida en la gracia suficiente, pero no respecto de la gracia eficaz “más abundante” que Dios siempre podría dar para evitar precisamente el rechazo de la gracia suficiente.

Lo cual quiere decir, agrego yo, que por más ofrecida que venga la gracia eficaz en la suficiente, nunca se da de hecho que con la sola gracia suficiente el libre albedrío acepte la gracia suficiente y no la rechace.

Porque eso sería hacer eficaz por el consentimiento de la creatura a la gracia suficiente, y eso es molinismo, no tomismo.

Así que esa gracia "más abundante" que dice Billuart es la que de hecho es conferida por Dios cada vez que no se rechaza la gracia suficiente, precisamente para que no se rechace la gracia suficiente.

Y eso es lo que yo digo, al final: que todo pecado supone una previa negación (NO REHUSAMIENTO) divina de la gracia eficaz, que, o es idéntica a la permisión divina del pecado, o al menos va unida inseparablemente a ella, con anterioridad lógica respecto del pecado mismo.

En cuanto al final del texto de Santo Tomás en las Sentencias:

"Pero, si se relaciona con Dios, no se descubre que el defecto de la gracia sea causado por Él, sino solo permitido y ordenado de modo que el defecto de la voluntad es la causa de la pena.”

pienso que se puede entender precisamente de acuerdo con la distinción entre "causa" y "condición de posibilidad", porque sin duda que la permisión divina es condición de posibilidad, y última, del pecado.

Saludos cordiales
25/09/15 2:12 AM
  
Gabaon
Dios te bendiga Horacio Castro.

Te agradezco la cordialidad y te ofrezco mis disculpas porque como me integré tarde a los intercambios no he seguido excepto los que me atañen.

Respecto a lo que dices, sí, es bien revelador el texto. Pero esto no es una excepción en Santo Tomás, ese es su pensamiento constante. No es una postura que tuvo de joven y que ahora puede ser descartada.

En De Malo, que es una de sus obras maduras, dice: "Dios no causa que la gracia no le sea conferida a alguien; más bien esos a quienes no se les confiere la gracia ofrecen un obstáculo a la gracia en la medida que ellos mismos se alejan de la luz que no se aleja de ellos" (a.1, r.8)

Y en Contra Gentiles: "...Aunque uno no pueda merecer ni obtener la gracia divina por impulso de su libre albedrío, puede, no obstante, impedirse a sí mismo de recibirla [...] Y como quiera que está al alcance del libre albedrío el impedir o no impedir la recepción de la gracia, no sin razón se le imputa como culpa a quien obstaculiza la recepción de la gracia. Pues Dios, en lo que de El depende, está dispuesto a dar la gracia a todos[...]. Y sólo son privados de la gracia quienes ofrecen en si mismos obstáculos a la gracia; tal como se culpa al que cierra los ojos, cuando el sol ilumina al mundo, si de cerrar los ojos se sigue algún mal, aunque él no pueda ver sin contar con la luz del sol". (III-B, 159)

Creo que nadie se atrevería a hacerse el gracioso y preguntar si es Santo Tomás pelagiano. Lo que sí es, claramente, es corrector de Jansenio y de Quesnel antes de que nacieran.

Es bien reveladora también esa distinción entre "impedir" y "no impedir". Imagino que molestosa para los que quisieran hacer al albedrío solamente capaz de aceptar e impedir.

Saludos.

P.D. Mañana salgo de retiro hasta el Martes, por si me procuran por aquí.
25/09/15 9:03 AM
  
Antonio1
Desde l plano de la lógica humana, decía hay realidades que permanecen oscuras pero una mirada desde un plano distinto y más elevado las ilumina.

Por eso Cristo dice: el que quiera ser el primero que sea el último, el que quiera ganar su vida la perderá, por eso podemos decir que Cristo venció a la muerte muriendo. Por eso podemos decir que todo es gracia y como fruto de la gracia Dios nos hace libres a su imagen y semejanza, capaces de elegir el bien y el mal con todas las consecuencias.
Si pretendemos aplicar la lógica aristotélica a la cuestión, las soluciones no serán nunca satisfactorias
__________
A.G.:
Gracias a Dios no soy aristotélico, sino católico.
25/09/15 1:36 PM
  
Pedro L.
Estimado Alonso, perdón por mi estupidez, pero no logro ver la consecuencia entre los puntos 1, 2, 9 y 10. A modo de ejemplo, ¿Cómo no podría alguien excluirse de la voluntad de Dios, si al mismo tiempo no recibe de Él el don para perseverar hasta el fin? ¿Sería voluntaria dicha exclusión?

Nuevamente, mis más sinceras disculpas si estas interrogantes le resultan estúpidas.
__________
A.G.:
No son estúpidas, Pedro, sino inteligentes.

Dios quiere que todo el mundo se salve. Para ello, a todos envía gracias necesarias. Pero muchos rechazan esa gracia suficiente para salvarse, y al rechazarla, rechazan la eficacia de la gracia misma, con lo que se autoexcluyen de la ayuda de Dios. Por supuesto, con plena voluntariedad, abusando de su libertad.
25/09/15 3:52 PM
  
Pedro L.
Gracias don Alonso. Aquí se me complica un poco más el asunto.

- Dios quiere que todo el mundo se salve.
- Algunos no están entre los elegidos, por lo que Dios no les da el don de perseverar hasta el fin. ¿Se podría decir que no quiere que éstos se salven? ¿No se contradice con lo primero?

Muchas gracias
__________
A.G.:
Dios quiere que todos se salven. Es por el pecado que algunos se condenan. Quien se condena es por su propia culpa. Rechaza radicalmente a Dios. Y Dios permite ese rechazo.
25/09/15 5:03 PM
  
Horacio Castro
Muchas gracias Gabaón. Qué importante lo que dices. A Néstor (me dirijo en primera persona), creo comprenderle que donde santo Tomás (en “Comentario a las sentencias de Pedro Lombardo”) dice "causa" significa "condición de posibilidad". Algo así como que la causa reprobada del pecado sería 'una condición de posibilidad'. Si no nos esmeramos dentro de poco no vamos a saber de que estamos hablando. Saludos.
25/09/15 5:43 PM
  
Horacio Castro
'(me dirijo directamente, no como tercera persona)'
25/09/15 5:58 PM
  
Pedro L.
Gracias por la respuesta. Hago una última pregunta, para tratar de entender todo esto. Entendí en el post que el que se salva, persevera hasta el fin por don de Dios, don que no recibe el que no persevera (entendiendo por el mismo al que se condena). Si Dios decide no dar ese don a algunos, lo que haría imposible perseverar hasta el fin, ¿Podemos decir que el rechazo es voluntario?
____________
A.G.:
En efecto Pedro, el rechazo final de Dios por parte de la criatura es voluntario. La persona decide confirmarse en el pecado y autoexcluirse de Dios.
25/09/15 7:24 PM
  
Néstor
Donde Santo Tomás dice "causa" significa "causa", y donde dice que el pecado tiene que ser permitido por Dios, ahí es donde está hablando de una condición última de posibilidad del pecado, que no es causa del pecado, y que es la permisión divina.

Es decir, en la línea de la causalidad, la creatura es causa primera del pecado, no hay nada más atrás. En la línea de las condiciones de posibilidad, la permisión divina es condición de posibilidad última del pecado.

Toda opción de la creatura racional respecto de un bien limitado y particular es libre, y es fruto de la causalidad divina en todo lo que esa opción tiene de ser, acto y bien, que no puede sino proceder de Dios.

Si Dios permite el pecado de la creatura, en esa opción libre va a haber un desacuerdo con la ley moral que es una privación, un no ser, no causado, sino permitido, por Dios.

Si no lo permite, entonces va a ser un acto libre moralmente lícito, y todo en él va ser acto y bien, y todo él va a proceder de Dios como causa primera y de la creatura como causa segunda.

Pero no va a ser en ninguna hipótesis un acto propio de Dios, sino siempre de la creatura. Lo que pasa es que ésta, siendo creatura, recibe constantemente de Dios su mismo ser, y por tanto, también tiene que ser movida por Dios a su propio obrar.

Saludos cordiales.
26/09/15 5:49 AM
  
Néstor
En cuanto a si es imposible que el que no recibe el don de la perseverancia final persevere, yo preguntaría a mi vez ¿es posible que el que elige libremente salir pasear elija otra cosa?

Porque a esa pregunta se le puede responder tanto "sí" , como "no", según cómo se la entienda.

Porque al mismo tiempo que elige salir a pasear, no puede elegir no salir a pasear, o no elegir salir a pasear...y sin embargo, en otro sentido sí puede, de lo contrario la elección no sería libre.

Del mismo modo, un ser que tiene la potencialidad de perseverar, pero no tiene la actualización de esa potencialidad por el don de la perseverancia final, no es que no tenga esa potencialidad.

El don de la perseverancia final no da una capacidad nueva: da un acto.

Lo que pasa es que sin darnos cuenta, estamos pidiendo que persevere para que se pueda decir que puede perseverar, es decir, estamos identificando, erróneamente, la potencia con el acto.

Sin la gracia de la perseverancia final no se persevera de hecho, eso no quiere decir que no se pueda perseverar: no se tiene el acto, eso no quiere decir que no se tenga la potencia.

Saludos cordiales.
26/09/15 5:59 AM
  
Horacio Castro
Néstor. Sí, tengo presente que la causa reprobada es la creatura. Pero sobre su último comentario ¿no estamos con que la potencia la da la gracia suficiente que de hecho es rechazada? Saludos.
26/09/15 10:36 AM
  
Néstor
No, lo que se rechaza es poner el acto correspondiente a esa potencia, porque se pone el acto contrario a la misma. La potencia permanece, y por eso el acto contrario a ella es libre, porque se hace pudiendo (potencia) hacer lo contrario.

Saludos cordiales.
26/09/15 5:42 PM
  
Néstor
Por eso, la gracia suficiente da la potencia de obrar, el rechazo de esa gracia no es rechazar o perder esa potencia, sino no poner el acto correspondiente. La potencia permanece, y por eso el acto es libre.

Saludos cordiales.
26/09/15 5:46 PM
  
Horacio Castro
Alonso Gracián. Veo que hay dos comentarios pendientes de moderación, pero tras los míos que tan amablemente ha publicado y del que envié el pasado 4 de septiembre al blog de Eudaldo Forment para su anterior artículo “La gracia de la oración”, no intervendré nuevamente hasta que lo haya concretado Gabaon luego de su actual retiro. Considero de suma importancia el orden que explica y fundamenta Gabaon para la permisión del pecado, Su previsión y negación de la gracia eficaz. Creo que demuestra que se puede dar fin a muchas de las controversias históricamente conocidas. Lo saludo muy agradecido.
26/09/15 10:46 PM
  
Néstor
O tal vez haya que decir, que en el fondo es lo mismo, que la gracia suficiente se pierde porque se la rechaza, no poniendo el acto bueno al que apunta, o poniendo un acto contrario, pero teniéndola todavía en el momento de rechazarla, de modo que ese rechazo es libre, porque en el momento de realizarlo se podía no realizarlo, y esa capacidad se perdió justamente a causa de ese rechazo.

Lo que hace la gracia eficaz es otra cosa, es el pasaje de la potencia al acto, es dar el acto mismo con el cual la gracia suficiente no se rechaza sino que se acepta.

Saludos cordiales.
26/09/15 11:39 PM
  
Néstor
En cuanto al texto de Santo Tomás en I q. 19 a. 9 ad 3:

"Ad tertium dicendum quod, licet mala fieri, et mala non fieri, contradictorie opponantur; tamen velle mala fieri, et velle mala non fieri, non opponuntur contradictorie, cum utrumque sit affirmativum. Deus igitur neque vult mala fieri, neque vult mala non fieri, sed vult permittere mala fieri. Et hoc est bonum."

no dice:

“Dios ni quiere hacer el mal, ni quiere no hacer el mal; pero sí quiere permitir hacer el mal”

sino:

"Dios ni quiere que el mal se haga, ni quiere que el mal no se haga, sino que quiere permitir que el mal se haga".

Si la traducción correcta fuese "hacer el mal", no diría "mala fieri", sino "mala facere".

Lo que ahí dice Santo Tomás es:

"Aunque que se haga el mal, y que no se haga el mal, son contradictorios, sin embargo, querer que se haga el mal y querer que no se haga el mal no lo son, porque son ambos afirmativos. Dios, por tanto, ni quiere que el mal se haga, ni quiere que el mal no se haga, sino que quiere permitir que el mal se haga."

Santo Tomás acepta la idea "dicotómica" de que entre dos contradictorios no hay tercera posibilidad, porque acepta el principio de tercero excluido.

Lo que pasa, es que querer que el mal se haga y querer que el mal no se haga no son contradictorios. Por eso, ahí sí hay tercera posibilidad, que es la que Dios elige en los casos en que permite el pecado: querer permitir que el mal se haga.

En efecto, lo contradictorio de querer que el mal se haga es no querer que el mal se haga, y lo contradictorio de querer que el mal no se haga es no querer que el mal no se haga.

Y por eso mismo, entre querer permitir que el mal se haga y no querer permitir que el mal se haga tampoco hay tercera posibilidad.

Como tampoco la hay entre permitir que el mal se haga y no permitir que el mal se haga, o sea, impedirlo.

Por eso Dios, o permite el pecado, o no lo permite, impidiéndolo. Si lo impide, da la gracia eficaz para que el pecado no suceda. Y si da la gracia eficaz, lo impide, porque por definición la gracia eficaz va acompañada del acto bueno correspondiente.

Por tanto, si no lo impìde, o sea, si lo permite, es que no ha dado la gracia eficaz con la que siempre podía impedirlo.

Y entonces tiene razón Billuart en decir que hay una negación (no rehusamiento) de la gracia eficaz que es anterior al pecado y que por tanto no es castigo por ese pecado.

Saludos cordiales.
26/09/15 11:59 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Pienso que ya voy terminando por aquí. Cuando me integré a esta conversación, Dios mi testigo, lo hice con el interés de descubrir algo nuevo, de aprender leyendo perspectivas distintas de hermanos en la fe. Catorce días después, entiendo que no he recibido ese aporte. Valoro y honro lo que haces. Me enorgullece. Oro siempre por personas como tú para que sigan haciendo que El Reino se extienda. Te agradezco de mucho corazón el tiempo dedicado y, primero Dios, de seguro volveremos a compartir. Un abrazo en Cristo.

En el próximo mensaje cambio la postura, no ya para leerte explicar algo, sino para hacer algunas observaciones y, si vale la pena sigo, aportando de esa manera.
29/09/15 8:06 AM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Afirmas que la permisión del pecado es identificable con la negación de la gracia eficaz. Eso, asumo, lo has leído de otros, te convenció y te pareció mejor que la opinión contraria. Así que esto no es nada personal. Mencionaste particularmente a Garrigou Lagrange. Vi al hermano Alonso Gracián poner un link a tu artículo y eso llamó mi atención. Por eso comenté.

Esa opinón es riesgosa y es vieja. Hay un número de problemas que se deben resolver para sostenerla. Esos problemas aparecen aquí, pero los esquivas, no los respondes y cuando tratas alguno lo haces inadecuadamente. Estoy convencido de que tus intenciones son las mejores, de tu ortodoxia, pero me parece que no has visto la gravedad del inconveniente.

Veamos.

El 16/09/2015 dijiste :
"O Dios da la gracia eficaz a Fulano, o no. En el primer caso, Fulano no peca. Y hay solamente esas dos posibilidades. Por tanto, Fulano sólo puede pecar en la hipótesis de que Dios no le ha dado la gracia eficaz."


Hubo otra persona que dijo algo parecido. Cornelio Jansenio. Dijo:
”Algunos mandamientos de Dios son imposibles para los hombres justos, según las fuerzas presentes que tienen por más que quieran y se esfuercen; les falta también la gracia con que se les hagan posibles”


La Iglesia considera esa frase: temeraria, impía, blasfema, herética y condenada con anatema. No sólo porque ella revela que Jansenio no creía en la gracia suficiente, verdad en la que sé que tú crees, sino porque para él sólo había dos posibilidades o se obraba con gracia eficaz o había pecado.

Esto es lo que pareces afirmar ese mismo día 16/09/2015 en el mismo mensaje:
”Sin duda que tanto del don de la gracia eficaz como de su negación se siguen actos libres de la creatura racional: en el primer caso, la gracia eficaz mueve a la voluntad a realizar libremente ese acto bueno; en el segundo caso, la voluntad creada, sin la gracia eficaz con la cual solamente hace de hecho el bien, libremente hace el mal.”


Pero no es sólo ese día, una y otra vez sueltas por aquí y por allá que sólo hay dos posibilidades: o se está bajo el efecto de la gracia eficaz o se peca. Te he advertido de múltiples formas que tengas cuidado, te menciono los nombres de Bayo, Quesnel además del de Jansenio y sigues.

Copiar y pegar las opiniones de que la gracia suficiente realmente nos hace posible hacer el bien no te separa de Jansenio si lueguo repites y desarrolla el dualismo de que o hay gracia eficaz o se peca.

Podríamos hacer un esfuerzo y entender tu primera frase como la entendemos todos, que cuando se peca de facto es porque no hubo gracia eficaz. Pero tú le añades que Dios no tuvo la voluntad de darle la gracia antes de la inclinación de la criatura hacia el pecado. En tu dualismo eso hace el cumplimiento del bien realmente imposible. Te encuentras con otra dificultad.

La Iglesia ha dicho en Trento:
"Porque Dios no manda imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera. Los que son hijos de Dios, aman a Cristo; y los que le aman, como él mismo testifica, observan sus mandamientos. Esto por cierto, lo pueden ejecutar con la divina gracia"


Aquí La Iglesia no habla de gracia suficiente, ha dicho claramente "ejecutar". Dios no pide que el hombre pueda cumplir sino que cumpla. Si seguimos tu dualismo y admitimos que Dios no quiere darle la gracia eficaz no le serviría orar para ejecutarla, nunca ejecutaría la obra y efectivamente Dios habría pedido algo imposible. Aquí no se habla de posibilidad en el sentido que da la gracia suficiente sino en el sentido de tener la obra realizada como lo concede la gracia eficaz. ¿Cómo podría el hombre orar si Dios ha decidido de antemano no darle gracia eficaz?

La razón que hace a tus afirmaciones peligrosas es un descuido alarmante al distinguir el orden sobrenatural del natural.

No solo hay dos posibilidades. Y esto debes tener cuidado cuando afirmas lo contrario. El hombre siempre necesitará de Dios para obrar, pero lo puede hacer en el orden natural o en el orden sobrenatural. En el orden natural para que el hombre haga el bien no necesita de la gracia, le basta el concurso divino general. El hombre puede pecar en el orden natural, para eso Dios no tiene que querer positivamente negarle la gracia, porque le bastaba el concurso divino para hacer el bien. Luego ante la oferta de gracia suficiente se puede negar la eficaz o por el pecado previo o por la resistencia concomitante.

Es evidente que para que Dios se niegue a darle un remedio de gracia eficaz con el que evitaría un pecado natural tiene previsión del pecado primero, si no en orden temporal en orden lógico.

Esta distinción de órdenes es de fide, pero cada vez que he tratado de disimular tu desconsideración (porque lo único que me interesaba es ver tu demostración) lo que haces es cuestionar de si lo contrario adolece de Molinismo. Es muy revelador que en tu mucho más que extenso artículo linkeado aquí mencionas a Molina o al Molinismo diez (10) veces y al Jansenismo, Jansenio, Bayanismo o a Bayo ni una sola vez.

En esto reincides el 26/09/2015, dices lo siguiente:
"Por eso Dios, o permite el pecado, o no lo permite, impidiéndolo. Si lo impide, da la gracia eficaz para que el pecado no suceda. Y si da la gracia eficaz, lo impide, porque por definición la gracia eficaz va acompañada del acto bueno correspondiente."


Dios puede impedir pecados en el orden natural con auxilio concurrente general, sin gracia. Y luego niega la gracia eficaz como castigo a ese pecado. Esta posibilidad existe.

Dígamoslo más breve: existe la posibilida de que el hombre haga el bien natural sin gracia.

Dios mueve al hombre a hacer bien natural sin ayuda de la gracia eficaz.

A Bayo se le condenó la siguiente expresión:
"La famosa distinción de los doctores, según la cual, de dos modos se cumplen los mandamientos de la ley divina, uno sólo en cuanto a la sustancia de las obras mandadas, otro en cuanto a determinado modo, a saber, en cuanto pueden conducir al que obra al reino eterno (esto es, por modo meritorio), es imaginaria y debe ser reprobada"


Pero eso lo corrigió Santo Tomás siglos antes, te lo he comentado y lo ignoras, o te excusas.

Veamos:
"Un hombre que no cumple los mandamientos es reprendido justamente, porque es por razón de su negligencia que no tiene la gracia por la que podría observar los mandamientos, incluso según el modo (ya que podría, incluso sin la gracia, observarlos según su sustancia)" (De Veritate q.24, a14., o.2)


¿Qué corrige Santo Tomás aquí? Exactamente la misma objeción que tú pones una y otra vez, que el hombre no debe ser reprendido si peca porque no tiene cómo cumplir la orden si no se le da el auxilio. Este sería el lugar perfecto para decir que es verdad, o que Dios no tiene por qué darle el auxilio (como respondes tú), sin embargo Santo Tomás no responde así, y en esto reincide: la criatura no recibe gracia porque pecó, por su culpa. Esto, como ya estoy cansado de repetir, no es una excepción. El Aquinate piensa así.

La Iglesia piensa así. Trento dice:
"Dios por cierto, a no ser que los hombres dejen de corresponder a su gracia, así como principió la obra buena, la llevará a su perfección."

La Iglesia no hace alusión a que algunos caerán porque Dios les negará la gracia, sino que precisamente les negará ayuda al que de su parte ponga oposición a la gracia.
Obviamente todo esto deja en un atolladero al que descuidándolo afirma que negación de la gracia eficaz y permisión del pecado son identificables.

El dualismo que dice que si Dios positivamente quiere no darle la gracia eficaz a alguien antes de que peque, y eso implica que pecará, además de identificar permisión del pecado con esa negación de la gracia, hace a Dios responsable o causante del pecado. Indirectamente a lo menos. Querer salir de este problema cambiando "causa" por "condición necesaria" no resuelve nada.

Primero porque la pretendida demostración por contrarrecíproco de que si la gracia eficaz causa la obra buena, entonces la ausencia de la obra buena implica ausencia de gracia eficaz no es verdadera. Porque el principio no funciona con causas compuestas.

No se puede invocar ese método de demostración porque uno cambie la palabra "causa" por "condición necesaria". Esto no es Teología, es Lógica. La Lógica no lo permite.

Esta es la prueba de Santo Tomás en Comentario a las Sentencias d. 40, q. 4, a. 2. Él rechaza esa solución. Es Santo Tomás que rechaza que Si A -> B, entonces ~B -> ~A porque A es compuesta.

Lee la disputación completa.

Luego es Santo Tomás quien se hace la objeción de que si Dios niega la gracia eficaz él es causante indirecto del pecado. Santo Tomás responde con la alegoría del navegante y el navío aceptando la objeción, Dios sería el causante del hundimiento si no se presenta. Su respuesta no es que Dios no tiene que presentarse, sino que Dios se presentó y la criatura no aceptó su presencia. Lo hace con otra alegoría que Dios se presentó como la luz y la criatura al cerrar los ojos rechazó esa presencia.

Me he extendido demasiado. Si hace falta sigo con las otras objeciones. Particularmente con las del ejemplo del Pére Garrigou y el primer pecado.

En Cristo.
29/09/15 8:15 AM
  
Ramontxu
Alonso,
Verás que Gabaon, que no parece ser ateo y que parece saber mucho de escolástica, me está dando la razón. Él no usa la palabra "libertad", pero sí de "imposibilidad de hacer el bien y, por lo tanto, de culpa" y acusa a Néstor de jansenismo, o sea, que viene a decir lo mismo que yo: que en el esquema de Néstor todo está predeterminado por Dios y que no hay lugar para el libre albedrío.
30/09/15 9:19 AM
  
Horacio Castro
Sin alterar el muy interesante intercambio de ideas entre Néstor y Gabaon, este es un comentario correspondiente a lo ya tratado en este hilo. El plan y la voluntad de Dios se cumplen en su eternidad, entendemos que con precedencia a nuestra existencia real. “Antes de la fundación del mundo”, Dios permite que algunos se condenen eternamente por sus culpas, luego de su previsión de los deméritos de todos, y a sus elegidos los predestina para la salvación antes de la previsión de sus méritos. El hombre quiere el mal “como bien aparente”, porque realiza todo lo que le place de inmediato, aun oponiéndose a la ley de Dios. Así como no hay gracias que muevan al acto malo, tampoco las hay que impidan el bueno. La gracia suficiente como moción moral excita la voluntad para el acto bueno, pero lo relevante es que “PUEDE SER RECHAZADA porque Dios permite el pecado”. Mientras que con Su gracia eficaz mueve a obrar el bien, también libre pero infaliblemente. Es como operan las gracias actuales en relación con la moralidad del acto humano malo o bueno. No pretendo comentar sobre la moralidad del acto humano, pero así como para que el acto sea moralmente bueno han de serlo todos los elementos que lo integran (objeto, intención, circunstancias), obrar bien no consiste ‘sólo’ en abstenerse de actuar mal. D. Alonso Gracián; tengo un comentario demasiado extenso para este post, pero que podría interesar a alguno de sus lectores. Está publicado como texto, que básicamente no difiere de comentarios que envié para este artículo, en un formato que no es blog. Esta es su ubicación, si usted autoriza que quede publicada, scribd.com/doc/272972580/Gracia-Predestinacion Muchas gracias.
30/09/15 2:57 PM
  
Néstor
Vamos por partes:

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El 16/09/2015 dijiste :
"O Dios da la gracia eficaz a Fulano, o no. En el primer caso, Fulano no peca. Y hay solamente esas dos posibilidades. Por tanto, Fulano sólo puede pecar en la hipótesis de que Dios no le ha dado la gracia eficaz."

Hubo otra persona que dijo algo parecido. Cornelio Jansenio. Dijo:
”Algunos mandamientos de Dios son imposibles para los hombres justos, según las fuerzas presentes que tienen por más que quieran y se esfuercen; les falta también la gracia con que se les hagan posibles”
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Primero aclarar que cuando digo

"Fulano sólo puede pecar en la hipótesis de que Dios no le ha dado la gracia eficaz."

me refiero a que sólo puede pecar en sentido compuesto, o sea. que sólo peca de hecho cuando no ha recibido de Dios la gracia eficaz.

Porque es claro que o la recibe o no la recibe, y en la primera hipótesis, de hecho no peca.

Con la gracia eficaz, puede pecar en sentido dividido, no en sentido compuesto.

Lo que Jansenio niega, y es condenado por la Iglesia, es que al pecador le haya faltado la gracia suficiente por la cual puede, en sentido dividido, no pecar.

Con la gracia suficiente, que da la capacidad de no pecar en sentido dividido, el pecador peca libremente.

Jansenio reducía toda la gracia actual a la gracia eficaz, y por tanto, el pecador no ha recibido según él gracia alguna de Dios.

Sus adversarios, que distinguen entre gracia suficiente y gracia eficaz, sostienen que con la sola gracia suficiente alcanza para poder hacer el bien, y ser responsable si en cambio se hace el mal.

Y así leen lo que dice el Concilio de Trento:

"Porque Dios no manda imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera. Los que son hijos de Dios, aman a Cristo; y los que le aman, como él mismo testifica, observan sus mandamientos. Esto por cierto, lo pueden ejecutar con la divina gracia"

"ayudando con sus auxilios para que puedas", porque "Dios no manda imposibles".

En el tomismo, la que da el poder es la gracia suficiente, la gracia eficaz da el hacer, que es otra cosa.

Por eso dice el Concilio: "lo PUEDEN ejecutar con la divina gracia". El Concilio no dice "LO EJECUTAN con la divina gracia".

Y entonces, no hay razón para no entender ese "pueden" como poder en sentido dividido, no en sentido compuesto, si no se agrega también la gracia eficaz.

Me parece que para acusar de heterodoxia a los demás habría que proceder con un poquito más de rigor.

Saludos cordiales.
30/09/15 3:27 PM
  
Néstor
Siempre que el hombre actúa, pasa de potencia a acto. Por tanto, depende de Dios Primer Motor (ver la Primera Vía de Santo Tomás: "todo lo que se mueve se mueve por otro", donde "moverse" es justamente pasar de potencia a acto).

Sea en el orden natural, sea en el orden sobrenatural. En ambos casos depende de la predeterminación física divina, sólo que esta es "gracia" solamente cuando mueve a obrar en el plano sobrenatural.

No existe el "pecado filosófico", en concreto, todo pecado del hombre es contra el fin sobrenatural, que es el único fin último que de hecho tiene el hombre, pues Dios ha querido crearnos en orden a ese fin sobrenatural.

Pero dice Santo Tomás que el hombre puede, después del pecado original, realizar algunas obras buenas naturales, no sobrenaturales, sin la gracia, como plantar viñas, edificar casas, etc.

Lo que no es posible, sin la ayuda de la gracia, es evitar todo pecado mortal por un lapso más o menos prolongado de tiempo.

En el caso de esas obras buenas naturales, entonces, el hombre las realiza con la predeterminación física divina de orden natural.

Pero para poder evitar todo pecado el hombre necesita la gracia suficiente, y para evitarlo de hecho, la predeterminación física divina sobrenatural, es decir, la gracia eficaz.

Saludos cordiales.
30/09/15 3:38 PM
  
Néstor
En cuanto a Jansenio, lo menciono en la primera parte del "post", que es la que publiqué antes de la que todo el mundo lee.

Saludos cordiales.
30/09/15 3:42 PM
  
Néstor
Además, la pregunta sencilla es ¿cómo permite Dios, en concreto, el pecado? ¿En qué consiste el "permitir el pecado" de parte de Dios?

¿No consiste en "no impedirlo"?

¿Y cómo impide Dios, cuando lo impide, el pecado?

En el orden natural, lo impide dando la predeterminación física natural con la cual la voluntad no sólo puede mantenerse, sino que de hecho se mantiene, libremente, en el bien natural.

En el orden sobrenatural, lo impide dando la predeterminación física sobrenatural o gracia eficaz, con la cual la voluntad creada no solamente puede mantenerse en el bien sobrenatural, sino que de hecho, además, se mantiene en él.

¿Hay otra forma?

Y entonces, ¿qué otra forma de "permitir el pecado" hay que no sea no dando la predeterminación física, sea natural, sea sobrenatural, según el caso?

Saludos cordiales.
30/09/15 3:48 PM
  
Néstor
En cuanto a lo de las causas compuestas, ya respondí más de una vez sin que lo tuvieras en cuenta. No cambia nada que las causas sean compuestas, si una de ellas, la gracia eficaz, va necesariamente acompañada de la otra, el consentimiento de la creatura. En esos casos, la falta del acto bueno correspondiente tiene como condición necesaria, no causa, la falta de la gracia eficaz, porque si se diese la gracia eficaz, se daría el consentimiento de la creatura, y con éste, el acto bueno correspondiente.

En cuanto al texto de Santo Tomás, el Comentario a las Sentencias es una obra de juventud, Eso no quiere decir que sea falso lo que allí dice, pero sí que al parecer, más adelante profundizó un poco más en el tema, y por eso en la Suma Teológica no responde al argumento del navegante con la idea de una causa compuesta, es decir, Dios y la creatura, sino con la idea de que el navegante no es, por su inacción, causa del hundimiento del navío, si no estaba obligado a conducirlo.

Donde es claro que él mismo introduce allí la distinción entre "causa" y "condición necesaria", porque evidentemente que la inacción del navegante es condición necesaria del hundimiento del buque.

Así entiendo que Billuart, que ante todo quiere ser tomista, diga lo siguiente, que ya cité antes:

“De dos maneras se entiende que Dios abandona a alguien: 1º, permitiendo su defectibilidad, o sea, no preservándolo del pecado por un auxilio especial y eficaz indebido, pero nada quitando, por otra parte, de los auxilios ordinarios por los que, si no los resistiere, llegaría al bien; y éste es el abandono impropio, para el cual no es necesario que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, puesto que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de abandonar, como es evidente. 2º, se entiende que Dios abandona al hombre cuando le sustrae los auxilios comunes y la protección ordinaria que tiene para con los buenos, y esto es propiamente abandonar; del cual modo Dios no abandona a nadie si no es primero abandonado por él mediante el pecado: este segundo abandono es castigo, no el primero.”

Vuelvo a preguntar: ¿es jansenista, bayanista o quesneliano Billuart, que además escribió después del Concilio de Trento?

Es claro que Billuart distingue dos gracias eficaces: una "ordinaria" y otra "extraordinaria": la primera sólo la niega Dios como pena por el pecado, como dice Santo Tomás en el Comentario a las Sentencias; la segunda puede negarla con anterioridad al pecado mismo, puesto que en eso consiste, para Billuart, la permisión del pecado ("la permisión del pecado se incluye en este modo de abandonar").

Y así dice que la negación de esa gracia eficaz extraordinaria no es un castigo por el pecado.

En efecto, continúa diciendo Billuart:

“Dios, dando la gracia suficiente, tiene la voluntad antecedente de dar la eficaz, a no ser que el hombre, por su propia y mala voluntad resista a la suficiente. Podría Dios por un auxilio más abundante impedir esa resistencia y mala voluntad, pero como Provisor universal y por fines más altos quiere con voluntad consecuente permitir a la creatura su mala voluntad, por la sustracción de este auxilio más abundante. Y así es verdad que el hombre es privado por su propia culpa de la gracia eficaz que Dios quería con voluntad antecedente darle en la colación de la gracia suficiente. Y también es verdad que antes de la culpa la creatura fue privada de aquella gracia eficaz más abundante por la cual habría sido preservada del defecto y de la mala voluntad, porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad.”

Todavía Billuart va más lejos que yo aquí, al menos en el vocabulario, porque habla de una sustracción de la gracia eficaz como condición de posibilidad del pecado, mientras que por mi parte, siguiendo en esto la terminología de Garrigou Lagrange, hablo solamente de una negación divina de la gracia eficaz como condición de posibilidad del pecado.

Saludos cordiales.
30/09/15 5:15 PM
  
Néstor
Santo Tomás hace bien en rechazar la fórmula que rechaza, precisamente porque allí aparece en el segundo miembro la palabra "causa" y no la palabra "condición". De hecho, esa fórmula, que sólo usa la palabra "causa", viene al parecer de Aristóteles.

Pero "condición" es más general que "causa", porque toda causa es requerida por su efecto, y en ese sentido condición del mismo, pero no toda condición es causa. Así que el principio, formulado así:

"Si A, con su acción, es causa de B, la no acción de A es condición necesaria de No B"

cubre tanto los casos en que la no acción de A es además causa de No B, como aquellos en que no lo es.

Y no cambia nada el decir que

"Si A, con su acción, es causa de B, a no ser que C falle, entonces, la no acción de A es condición necesaria de No B, a no ser que C falle"

donde la acción de A es el don divino de la gracia eficaz, B el acto bueno por el que se evita el pecado, y C el consentimiento de la creatura.

Porque, como ya he dicho varias veces, en este caso C se sigue necesariamente de la acción de A, porque en el tomismo, la acción de A es el don de la gracia intrínsecamente eficaz, eficaz por sí misma y no por el consentimiento de la creatura, que en vez de depender de que ese consentimiento falle o no para producir su efecto, produce infaliblemente ese consentimiento mismo.

Así que en este caso, la "causa compuesta" funciona de hecho igual que si no lo fuera. SI no se da B, es que no se dio C, y eso sólo es posible si no se dio la acción de A.

Saludos cordiales.
30/09/15 5:36 PM
  
Néstor
Es más, la objeción que se plantea Billuart se basa precisamente en el Concilio de Trento:

"Dios no abandona a nadie si no es abandonado primero por el pecado, como dice Trento. Pero permitir que algunos no consigan la gloria, que eso es reprobar negativamente, es abandonarlos. Por tanto, Dios no reprueba negativamente sino presupuesta la culpa por la cual abandona."

Si habla aquí de la "reprobación negativa", recordemos que él la identifica (en lo que no lo seguimos) con la permisión del pecado, pues se trata, según él, de que Dios permite que algunos no alcancen la gloria por sus culpas, o como dice en otra parte, se trata de que Dios permite la culpa e inflige la pena eterna por la culpa.

A esta objeción, Billuart responde primero diciendo que muchos entienden la expresión de Trento referida al abandono que es la sustracción de la gracia habitual, santificante, que siempre es consecuencia del pecado.

Luego dice que si se quiere entender el "abandono" divino como negación de la gracia actual, hay que hacer la distinción entre "abandono propio" y "abandono impropio", ya mencionada.

La reprobación negativa (o sea, en la mente de Billuart, la permisión del pecado en los que se condenan, es decir, la permisión del pecado hasta la permisión de la impenitencia final) la identifica con ese "abandono impropio", que desde el vamos consiste para él en la negación de la gracia actual, o sea, como explica en el otro pasaje ya citado, la negación de esa gracia eficaz "especial" que siempre podría impedir el rechazo de la gracia suficiente por parte de la creatura.

Saludos cordiales.
30/09/15 9:18 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Escribes seis (6) mensajes y me queda la duda de si para el segundo, tercero y cuarto no se te hacía más fácil reconocer que cada vez que dijiste que sin gracia eficaz se peca o se hace el mal realmente cometiste un error al no especificar lo que haces ahora. Pero tranquilo, que jamás me interesó que estuvieras en el error.

Tu corrección es inconfesa, pero aceptada.

¡Oh, espera! No tan rápido. Justo estás corrigiendo y vuelves y dices: "Pero para poder evitar todo pecado el hombre necesita la gracia suficiente, y para evitarlo de hecho, la predeterminación física divina sobrenatural, es decir, la gracia eficaz"

Pero La Iglesia le condenó la siguiente frase a alguien: "El libre albedrío, sin la ayuda de la gracia de Dios, no vale sino para pecar" y esta otra "Es error pelagiano decir que el libre albedrío tiene fuerza para evitar pecado alguno" y esta otra "O que sin el auxilio de su gracia puede el hombre resistir a tentación alguna, de modo que no sea llevado a ella y no sea por ella vencido". ¿A quién? ¡Miguel Bayo!

Seis mensajes explicativos y terminas en el mismo error que quieres corregir. Te insisto, Miguel Bayo, no sólo Luis de Molina, es también tu enemigo.

Qué gusto me das que traigas a Santo Tomás al caso. Supongo que quisiste ayudarte del artículo X en la cuestión 109 de Ia-IIae, pero te saltaste el IX sin hacer la distinción entre un hombre justo y uno en pecado mortal. Dice Santo Tomás:
"El hombre puede evitar cada uno de los pecados, pero para evitarlos todos necesita la gracia, como acabamos de decir. Sin embargo, si no se dispone para recibir la gracia, es por culpa suya. Por eso no queda exento de pecado por el hecho de que no pueda evitar el pecado sin la gracia."


¡Qué cosas! ¿Para qué seguir? ¿Por qué sigues ignorando que esta es la respuesta de Santo Tomás siempre, por aquí, por allá, en todos lados, joven, adulto, maduro? Si el hombre no recibe la gracia es porque opone resistencia, es su culpa.

Pero, te espero. A ver qué era lo que querías decir con tu conclusión.

A lo otro, más adelante.

En Cristo.
01/10/15 12:41 AM
  
Néstor
Que yo sepa no me he corregido en nada, pero el hecho es que si ahora estás de acuerdo conmigo, es que te has corregido tú.

¿Debo asumir entonces que ahora aceptas que hay negaciones divinas de la gracia eficaz que no son castigo por el pecado y que son previas al pecado, como dice Billuart?

Pero el acuerdo no parece todavía perfecto, porque sigues acusándome de herejía.

Veamos.

Dije que:

"Pero para poder evitar todo pecado el hombre necesita la gracia suficiente, y para evitarlo de hecho, la predeterminación física divina sobrenatural, es decir, la gracia eficaz"

Y me refería justamente a esa frase de Santo Tomás que citas:

"El hombre puede evitar cada uno de los pecados, pero para evitarlos todos necesita la gracia, como acabamos de decir."

¿Qué tiene eso que ver con el error de Bayo:

"El libre albedrío, sin la ayuda de la gracia de Dios, no vale sino para pecar" y esta otra "Es error pelagiano decir que el libre albedrío tiene fuerza para evitar pecado alguno" y esta otra "O que sin el auxilio de su gracia puede el hombre resistir a tentación alguna, de modo que no sea llevado a ella y no sea por ella vencido" ?

¿Ahora no sólo Billuart, sino también Santo Tomás es hereje?

¿Dice Santo Tomás en esa frase que sin la gracia el libre albedrío no vale sino para pecar? ¿Lo digo yo en la mía?

Yo digo que para evitar TODO pecado el hombre necesita de la gracia.

Cuando digo que para evitarlo de hecho necesita la gracia eficaz, es claro que estoy hablando de evitar TODO pecado.

En ese mismo mensaje acabo de decir que hay obras buenas naturales para las cuales no es necesaria la gracia eficaz, sino la mera predeterminación física natural.

Y Santo Tomás dice lo mismo en la frase citada: no que sin la gracia no se pueda evitar ningún pecado, sino que sin ella no se puede evitar TODO pecado.

Y lo mismo pasa en las otras dos frases de Bayo condenadas: habla de "pecado alguno" y "tentación alguna", o sea, Bayo negaba que sin la gracia el hombre post-adámico pudiese evitar pecado alguno, no solamente que sin la gracia pudiese evitar a la larga caer en el pecado (aunque pudiese evitar este pecado o aquel otro) que es lo que Santo Tomás y yo negamos.

En definitiva, sobre todo este tema sostengo lo que sostiene Billuart:

“De dos maneras se entiende que Dios abandona a alguien: 1º, permitiendo su defectibilidad, o sea, no preservándolo del pecado por un auxilio especial y eficaz indebido, pero nada quitando, por otra parte, de los auxilios ordinarios por los que, si no los resistiere, llegaría al bien; y éste es el abandono impropio, para el cual no es necesario que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, puesto que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de abandonar, como es evidente. 2º, se entiende que Dios abandona al hombre cuando le sustrae los auxilios comunes y la protección ordinaria que tiene para con los buenos, y esto es propiamente abandonar; del cual modo Dios no abandona a nadie si no es primero abandonado por él mediante el pecado: este segundo abandono es castigo, no el primero.”

Si tú piensas que ese pasaje es jansenista, o bayanista, o quesneliano, sería bueno que lo dijeras frontalmente.

Saludos cordiales.
02/10/15 5:44 PM
  
Néstor
Bueno, se me ennegreció de más, disculpas. :)

Saludos cordiales.
02/10/15 6:40 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

¡Venga! ¡hasta que te decidiste a referirte a mí en segunda persona y dejaste de hablarle al auditorio! ¡Felicidades por eso!

Tú y Santo Tomás no dicen lo mismo. Ahora, expuesto al error, quieres que tu "todo pecado" en singular signifique "todos los pecados" de Santo Tomás. Lo que habías venido diciendo hasta que te lo señalé es que sin gracia eficaz no se evita ningún pecado, que sólo se peca. ¿Descuido tuyo? Sin duda. Te repito, no tengo ningún interés en que estés en el error.

De hecho, estoy seguro que cuando Santo Tomás dice "puede evitar" y luego "para evitarlo" tú estabas leyendo "puede" referido a gracia suficiente y "evitarlo" a gracia eficaz. ¡Esa es tu misma interpretación del pasaje de Trento sobre la observación de los mandamientos! Está ahí. Que ahora quieras pedalear hacia atrás porque viste el error es otra cosa. ¿Tengo que explicarte por qué ese es el mismo error de Bayo? Quizá te consuele decir lo contrario, pero sabe al menos que a mí no me pasa desapercibido tu error. Tú tranquilo, como dice Fiona Apple: no necesito que confieses, lo sé.

Superado el bayanismo (por ahora). Seguimos con Billuart. Hace más de una semana te dije claramente que ese pasaje de Billuart no es Jansenista. Ahora te añado que para los efectos tampoco adolece de Bayanismo ni comulga con Quesnel. Faltaba más. También te añadí que lo que pasa es que no lo entiendes.

Has dudado de la coherencia de su pasaje y luego has dicho que su formulación de un principio mal aplicado por ti es defectuosa. Evidentemente quien tiene problemas con entender a Billuart eres tú. Eso sí lo has confesado. Lo de sustracción, negación, rehusamiento, no-concesión no viene al caso. Arbitrariamente pudiéramos elegir múltiples duplas de palabras para la misma idea. Qué bueno que usas la de Garrigou, pero eso es irrelevante para nuestro punto.

Billuart llama impropiamente "abandono" divino al hecho que Dios no conceda una gracia especial con la que el hombre pudiera impedir la resistencia a la gracia suficiente. Ese mismo hecho lo afirma cualquier otro Tomista. Cualquiera, incluído el Pére Garrigou, como lo ha hecho con su ejemplo del arcángel. La diferencia entre este pasaje de Billuart y tu opinión es que tú dices que la negación de la gracia es identificable con la permisión de ese mismo pecado. Cosa que Billuart no hace. Uso tu misma traducción, permiso.

“…al dar la gracia suficiente, Dios tiene la voluntad antecedente de conferir la eficaz, si el hombre no resiste la suficiente con su propia y mala voluntad. Podría Dios con un auxilio más abundante impedir esa resistencia y mala voluntad; pero como Provisor universal y por fines más altos quiere, con voluntad consecuente, permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio más abundante. Y así es verdad que el hombre es privado por su culpa de la gracia eficaz que Dios, en la colación de la suficiente, quería darle con voluntad antecedente. Y también es verdad que el hombre es privado con anterioridad a su culpa de aquella gracia eficaz más abundante que lo preservaría del defecto y de la mala voluntad, porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad.” (C.-R. Billuart, SST, d.9, a.9, §III)


Tú entiendes las palabras de Billuart así:

"Así que esa gracia "más abundante" que dice Billuart es la que de hecho es conferida por Dios cada vez que no se rechaza la gracia suficiente, precisamente para que no se rechace la gracia suficiente"


Ya te dije que ese es tu error. Tú estás viendo que se habla de dos gracias y que la donación de esa gracia “más abundante” es el caso de siempre. Billuart, Garrigou y los tomistas clásicos lo ven como más de dos gracias y lo ven como casos especiales. La clave está en el primer párrafo, vuelvo y uso tu traducción, permiso.

“De dos maneras se entiende que Dios abandona a alguien: 1º, permitiendo su defectibilidad, o sea, no preservándolo del pecado por un auxilio especial y eficaz indebido, pero nada quitando, por otra parte, de los auxilios ordinarios por los que, si no los resistiere, llegaría al bien; y éste es el abandono impropio, para el cual no es necesario que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, puesto que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de abandonar, como es evidente" (C.-R. Billuart, SST, d.9, a.9, §III)


Aquí Billuart distingue:
1. Auxilios ordinarios.
2. Auxilio especial (eficaz e indebido).

Con "1" el hombre llegaría al bien. Cuando dice "[...] de auxiliis ordinariis quibus si non resisteret, perveniret ad bonum" se refiere a estos auxilios en plural, no a un sólo auxilio singular suficiente. Los llama "ordinarios" y no "suficientes", si fueran solamente suficientes no llegaría al bien con ellos. Aquí se aplica lo mismo que hizo en el otro párrafo, dijo que si no resistiera la gracia suficiente recibiría la eficaz. Pero luego habla de un tercer auxilio, uno más abundante, especial e indebido. ¿Por qué lo llama indebido a éste y al otro no? Sencillo: está hablando de dos gracias eficaces distintas, la primera ordinaria y la segunda especial. La primera la incluye dentro de los auxilios ordinarios, por eso explica que de no resistir la suficiente le sería dada la eficaz y luego explica que esa resistencia la podría vencer con otro auxilio más abundante. Aquí "abundantiori", es “más abundante” respecto a aquella gracia eficaz ordinaria no respecto a la suficiente ordinaria.

La gracia que se niega previo al pecado no es la eficaz ordinaria sino una tercera gracia que impediría la resistencia a la suficiente. Y la razón de la negación de esta gracia es posterior a la permisión del pecado, lo que evidentemente las hace distintas, no son identificables. Por eso dice que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de negación. Si habla de modo y de incluir obviamente son cosas distintas. Por la misma razón dice que Dios niega esta gracia especial porque quiso permitir la defección del hombre. Evidentemente una y otra cosa no son identificables y la permisión es anterior. Billuart 1, Néstor 0.

Me preguntas luego:
"¿Debo asumir entonces que ahora aceptas que hay negaciones divinas de la gracia eficaz que no son castigo por el pecado y que son previas al pecado, como dice Billuart?"

Nunca he negado que Dios se reserve o no dé gracia eficaz en general antes del pecado. Lo que niego es que la permisión divina de un pecado en particular sea identificable con la negación de gracia eficaz previa a la culpa del hombre. Eso lo niego con San Agustín y con Santo Tomás, y con la nomenclatura de Billuart rechazo junto a él que Dios niegue la gracia ordinaria eficaz sin culpa del hombre.

La desigualdad en la distribución de las gracias es de fide, eso es Catolicismo 101. ¿Quién puede venerar a la Santísima Virgen María sin darse cuenta que Dios le da gracias a algunos que no le da a otros? ¿Quién podría sostener el principio de predilección sin sostener a la vez que Dios le da más gracias a unos que a otros? ¿Quién podría creer en la predestinación Tomista sin afirmar que Dios decidió darle auxilios mayores a algunos sin previsión de sus actos? Creo que sobra la pregunta.

El problema aquí es que cuando afirmas que cada vez que la gracia suficiente no es rechazada es porque Dios concedió una gracia más abundante, afirmas lo contrario también: que cada vez que se rechazó es porque Dios decidió no conferirla. Eso no lo hace Billuart. Eso hace a Dios responsable y causante de cada pecado. Cosa que Billuart ha corregido.

Al afirmar eso, afirmas que en cada pecado Dios ha decidido no dar la gracia eficaz sin que haya culpa en el hombre. Cosa evidentemente absurdísima y corregida por este mismo texto de Billuart.

¿Ves ahora por qué Garrigou te dice que ese es el error de Calvino?

Aquí estamos.

Saludos.
03/10/15 3:04 AM
  
Néstor
Veamos lo que dice Billuart.

Ante todo, la gracia eficaz especial y más abundante de que habla Billuart no es la que “hace que el hombre pueda impedir la resistencia a la gracia suficiente”, sino que la impide que el hombre resista a la gracia suficiente, haciendo que el hombre la acepte y no la rechace.

Por eso dice Billuart:

“Podría Dios con un auxilio más abundante impedir esa resistencia y mala voluntad.”

Dice Billuart que si el hombre no rechaza la gracia suficiente, Dios le daría la gracia eficaz. De todos modos, Dios podría dar una gracia “especial”, “más abundante”, que evitaría el rechazo mismo.

Por tanto, cada vez que se rechaza la gracia, la condición es que Dios no ha dado esa gracia especial y más abundante.

Y en eso ha consistido la permisión del pecado. Lo dice el mismo Billuart:

“…como Provisor universal y por fines más altos quiere, con voluntad consecuente, permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio más abundante.”

Permitir la mala voluntad por la “sustracción” de la gracia “más abundante”, quiere decir que la permisión consiste en la negación de la gracia eficaz, es decir, de esa gracia eficaz “más abundante”.

En efecto, es obvio que Dios siempre puede dar esa gracia eficaz “más abundante” o “especial”.

Siempre puede, por tanto, impedir cualquier pecado de la creatura mediante esa gracia eficaz especial y más abundante.

Y es claro que el dar o no esa gracia especial y más abundante depende de la sola Voluntad divina, pues ya has aceptado que esa gracia especial y más abundante no depende, para que Dios la dé o no la dé, del rechazo o no de la creatura, pues si se da, se da precisamente para impedir y evitar ese rechazo.

Por tanto, cada vez que la creatura peca, eso supone que Dios no ha querido darle esa gracia eficaz especial y más abundante.

Y por tanto, no puede haber permisión del pecado sin negativa divina a dar esa gracia eficaz más abundante y especial.

De nada sirve aquí hablar de “casos distintos”. ¿Habría casos en los cuales la creatura haría de hecho el bien con la sola gracia suficiente, de modo que si en esos casos no hubiese hecho el bien y hubiese pecado, eso no habría supuesto la negación divina de aquella gracia eficaz especial y más abundante?

¿O bien se dirá que en esos casos, la creatura hace el bien con la gracia eficaz ordinaria, de modo que si no lo hubiese hecho y hubiese pecado, no habría sido por la negación divina de la gracia eficaz especial y más abundante, sino solamente por la negación divina de la gracia eficaz ordinaria, negación que supone el pecado de la creatura?

¿Pero no es cierto que también en ese caso, si la creatura hubiese pecado, eso de todos modos habría podido ser impedido por Dios con la gracia eficaz especial y más abundante?

Y entonces, también en ese caso, si la creatura hubiese pecado, eso habría tenido como condición previa de posibilidad la negación divina de la gracia eficaz especial y más abundante.

¿Puede haber entonces un caso en que la creatura haga el bien de orden sobrenatural sin estar movida por esa gracia eficaz especial y más abundante?

Ahí depende de si aceptamos que la negación de la gracia eficaz ordinaria y el rechazo de la gracia suficiente pueden depender mutuamente una de otro, bajo distintos aspectos, obviamente, pues de lo contrario sería una contradicción.

Tampoco aquí se puede decir, sin más, que la negación de la gracia eficaz es posterior al rechazo de la gracia por parte de la creatura. Lo es bajo cierto aspecto, bajo otro aspecto, es anterior.

Y aún suponiendo que se pueda decir que simplemente hablando el rechazo de la gracia suficiente es anterior a la negación divina de la gracia eficaz ordinaria, el hecho es que, como vimos, en definitiva ese rechazo de la gracia suficiente tiene como condición de posibilidad la negación divina de la gracia eficaz especial y más abundante.

En ese aspecto sí es posible que la frase mía que citas sea errónea:

"Así que esa gracia "más abundante" que dice Billuart es la que de hecho es conferida por Dios cada vez que no se rechaza la gracia suficiente, precisamente para que no se rechace la gracia suficiente"

Pero ése no es el motivo de nuestra discusión, porque eso no quita que, como vimos, toda permisión divina del pecado consista en la negación divina de aquella gracia eficaz especial y más abundante, negación de la cual dice Billuart que es previa al pecado y que no es castigo por el pecado.

Aún admitiendo que algunos pecados se evitan de hecho con gracia eficaz ordinaria, sigue siendo verdad lo que das por erróneo, a saber, que “sin gracia eficaz no se evita ningún pecado, que sólo se peca.”

Para que eso sea falso, sería necesario que de hecho se evitase alguna vez algún pecado con solo la gracia suficiente, o lo que es lo mismo, con la gracia suficiente convertida en eficaz por el solo consentimiento del libre albedrío de la creatura. Eso no es tomista, sino molinista.

¿Es error de Bayo decir que sin gracia eficaz alguna de hecho sólo se peca? Porque eso parece estar implicado en este pasaje tuyo:

“Con "1" el hombre llegaría al bien. Cuando dice "[...] de auxiliis ordinariis quibus si non resisteret, perveniret ad bonum" se refiere a estos auxilios en plural, no a un sólo auxilio singular suficiente. Los llama "ordinarios" y no "suficientes", si fueran solamente suficientes no llegaría al bien con ellos.”

Saludos cordiales.
05/10/15 4:18 PM
  
Néstor
Además, no veo qué diferencia puede haber entre "todo pecado" y "todos los pecados".

Si digo que Fulano no puede evitar todos los pecados sin la gracia, estoy diciendo que sin la gracia cometerá al menos un pecado.

Y si digo que Fulano no puede evitar todo pecado sin la gracia ¿qué estoy diciendo, sino que sin la gracia va a cometer al menos un pecado?

¿Hay alguna otra forma de entender estas expresiones?

Entonces, si decimos que sin la gracia suficiente el hombre todavía puede realizar tal o cual obra naturalmente buena, y que para poder evitar todo pecado o todos los pecados, es lo mismo, necesita la gracia, estamos hablando de la gracia suficiente, porque hablamos de "poder" evitar todo pecado.

Para evitar de hecho cualquier pecado, entonces, necesitamos la gracia eficaz, aunque sea la "ordinaria".

Pues ni los molinistas sostienen que el hombre de hecho haga alguna vez el bien con sola la gracia suficiente, sino que dicen que cuando el hombre hace de hecho el bien, su libre albedrío convierte a la gracia suficiente en eficaz.

En el caso de los molinistas, que sostienen por eso mismo la gracia extrínsecamente eficaz, esto es claramente absurdo, porque entonces la gracia eficaz sería lógicamente posterior al acto bueno que sin embargo se supone hecho bajo su "eficacia".

En el caso del tomismo, que sostiene la gracia intrínsecamente eficaz, y hablando de la gracia eficaz "ordinaria", se puede sostener la mutua determinación de las causas bajo diversos aspectos.

Pero de todos modos está, como ya dije, en el caso del pecado, la negación divina de la gracia eficaz especial y más abundante como condición de posibilidad del mismo, y por tanto, o idéntica a la permisión divina o inseparable de ella con anterioridad lógica respecto del pecado y no, por tanto, como pena por el pecado.

Saludos cordiales.
05/10/15 7:50 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

-Dices:
"Y aún suponiendo que se pueda decir que simplemente hablando el rechazo de la gracia suficiente es anterior a la negación divina de la gracia eficaz ordinaria, el hecho es que, como vimos, en definitiva ese rechazo de la gracia suficiente tiene como condición de posibilidad la negación divina de la gracia eficaz especial y más abundante.

En ese aspecto sí es posible que la frase mía que citas sea errónea[...]

Hasta aquí veníamos más o menos juntos, con algunas observaciones, pero para no disgregar salto hasta aquí. Aquí nos separamos.

Como tú supones que el auxilio especial más abundante es con el que la criatura siempre acepta la gracia suficiente es lógico que para ti la negación de ese auxilio especial sea anterior al rechazo de la suficiente.

Por el contrario lo que Billuart dice es que en el caso ordinario la gracia suficiente ordinaria se acepta con una gracia eficaz ordinaria. Por lo tanto el auxilio eficaz especial es sólo para evitar el caso en que un hombre con auxilios ordinarios resistiría a la gracia. Para ello, entonces, se requiere una gracia mayor.

-Dices:
"Pero ése no es el motivo de nuestra discusión, porque eso no quita que, como vimos, toda permisión divina del pecado consista en la negación divina de aquella gracia eficaz especial y más abundante, negación de la cual dice Billuart que es previa al pecado y que no es castigo por el pecado."

En desacuerdo. Realmente, este sí es el motivo de nuestra discusión. Primero, no estamos de acuerdo en que permisión divina del pecado consiste en negación de la gracia especial. Y segundo debes ver que en el ejemplo de Billuart ambas cosas son verdaderas en el mismo caso, no en casos distintos. Lo subrayado aquí es que el auxilio ordinario NUNCA es negado sin culpa del hombre. El abandono impropio es posterior a la permisión del pecado.

¿Cómo Dios conoce en la eternidad que el hombre resistirá a la gracia? Billuart acotó que sin resistencia el hombre llegaría al bien. ¿Cómo Dios sabe en la eternidad que en este caso particular el hombre resistirá en vez de aceptar? ¿Porque le negará la gracia eficaz especial? No. Esta opción está descartada porque Billuart dijo que de no resistir el hombre llegaría al bien. La pregunta es ¿Cómo Dios sabe que resistirá para entonces negarle la gracia especial? ¿Con previsión del pecado? Esta opción está descartada porque Billuart especificó que esta negación es previa al pecado. La solución es que Dios conoce que el hombre resistirá porque le permitirá resistir. Permisión, luego negación.

Cuando dice "permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio" no quiere decir que la sustracción tenga prioridad ni de tiempo ni de naturaleza, si fuera así luego no diría que se le sustrajo (privó de) ese auxilio "porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad". Si la permisión es la razón de ser de la sustracción entonces aquella sí tiene prioridad sobre aquesta.

-Dices:
Aún admitiendo que algunos pecados se evitan de hecho con gracia eficaz ordinaria, sigue siendo verdad lo que das por erróneo, a saber, que “sin gracia eficaz no se evita ningún pecado, que sólo se peca.”

Para que eso sea falso, sería necesario que de hecho se evitase alguna vez algún pecado con solo la gracia suficiente, o lo que es lo mismo, con la gracia suficiente convertida en eficaz por el solo consentimiento del libre albedrío de la creatura. Eso no es tomista, sino molinista.

¿Vuelves a ignorar el orden natural? ¿El de la criatura en estado íntegro? ¿No habíamos quedado ya que el hombre puede evitar pecados sin la ayuda de la gracia? De hecho en tu próximo mensaje abogas por esto. ¿Por qué la pregunta aquí entonces?

-Dices:
¿Es error de Bayo decir que sin gracia eficaz alguna de hecho sólo se peca? Porque eso parece estar implicado en este pasaje tuyo:

“Con "1" el hombre llegaría al bien. Cuando dice "[...] de auxiliis ordinariis quibus si non resisteret, perveniret ad bonum" se refiere a estos auxilios en plural, no a un sólo auxilio singular suficiente. Los llama "ordinarios" y no "suficientes", si fueran solamente suficientes no llegaría al bien con ellos.”

Para claridad, sí, es Bayanismo afirmar que sin gracia el hombre sólo puede pecar. Para los efectos es también Jansenismo. En este punto Jansenio siempre le echó flores a Bayo.

Sobre mi comentario recuerda que estoy intepretando un pasaje específico. En el caso que Billuart ha puesto está hablando de gracias actuales. Yo podría presentarte otros escenarios con la gracia habitual, o con previsión del pecado, o con pecados anteriores naturales, que probarían mi punto más fácilmente. Recuerda que también creo en la culpa concomitante a la negación del auxilio. Pero lo que te explico lo hago en el contexto y los límites que Billuart puso porque es lo que me pediste.

Aclaremos esta parte y luego vuelvo a tu interpretación de Santo Tomás con el "todo" y "todos".

Saludos.
06/10/15 1:36 AM
  
Néstor
A ver cómo queda ahora, tras unas cuantas correciones.

Saludos cordiales.

1) Después del pecado de Adán, se puede hacer obras buenas de orden natural sin la gracia sobrenatural y de hecho se hacen algunas. Billuart lo afirma, Contenson lo niega.

2) Siempre que el hombre peca, tiene la posibilidad de no hacerlo. Todo pecado, entonces, es una acción u omisión mala que se opone a otra acción u omisión buena posible.

3) Los contrarios son del mismo género. No todo pecado, entonces, es la negación de un acto sobrenaturalmente bueno. Puede haber pecados cuyo contrario sea un acto naturalmente bueno o una abstención de actuar naturalmente buena.

4) Para todo acto bueno de orden natural, y por tanto, para evitar todo pecado contrario a este tipo de actos, es necesaria la moción divina eficaz de orden natural, que Billuart acepta que se la llame “gracia” en sentido amplio, no en el de gracia sobrenatural, por cuanto, si bien es propio de la naturaleza creada que la Providencia no permita que falle siempre en lo natural, es indebido que sea a Fulano en vez de a Mengano que Dios le da esa moción eficaz al bien de orden natural.

5) Los actos buenos sobrenaturales son los que realizaba Adán antes del pecado, y los que realiza el hombre después del pecado como preparación a la justificación, o luego de justificado.

6) Después del pecado de Adán, no se puede a la larga evitar el pecado sin la gracia sobrenatural.

7) La gracia sobrenatural es entonces necesaria para poder evitar todos los pecados.

8) Se puede por tanto evitar cada pecado puntual sin la gracia sobrenatural, pero no se puede evitar todos los pecados sin ella. No es necesaria, entonces, la gracia sobrenatural eficaz para evitar cada pecado después de Adán.

9) No se puede hacer el bien de orden sobrenatural, ni antes ni después del pecado de Adán, sin la gracia sobrenatural.

10) No se hace el bien de orden sobrenatural, ni antes ni después del pecado de Adán, con la sola gracia suficiente.

11) No se hace, por tanto, el bien de orden sobrenatural, ni antes ni después del pecado de Adán, sin la gracia sobrenatural eficaz.

12) Según esto, es necesario, en el caso del pecado opuesto a un acto bueno natural, que Dios niegue la moción física natural para ese acto bueno, pero no es necesario para esta clase de pecados que Dios niegue la gracia eficaz.

13) Pero cuando Dios da la gracia suficiente en orden a un acto bueno sobrenatural, sí es necesario que Dios niegue la gracia eficaz especial y más abundante para que esa gracia suficiente sea rechazada y el pecado se produzca.

14) En efecto, la resistencia de la creatura a la gracia sobrenatural siempre puede ser evitada por una gracia sobrenatural más fuerte dada por Dios.

15) Dios puede dar siempre una gracia eficaz que nunca es rechazada de hecho, o sea, que no puede ser rechazada en sentido compuesto, sino solamente en sentido dividido.

16) La Omnipotencia divina exige no solamente que si Dios quiere consecuentemente, nadie peca y todos se salvan, sino también, que si Dios quiere consecuentemente, nadie rechaza la gracia suficiente.

17) Dice Billuart: “Y así es verdad que el hombre es privado por su culpa de la gracia eficaz que Dios, en la colación de la suficiente, quería darle con voluntad antecedente. Y también es verdad que el hombre es privado con anterioridad a su culpa de aquella gracia eficaz más abundante que lo preservaría del defecto y de la mala voluntad, porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad.”

18) Billuart no habla de corregir el defecto y la mala voluntad, o sea, de anular el rechazo de la gracia suficiente ya puesto por la creatura, sino de “preservar” de ese defecto y de esa mala voluntad, o sea, de impedir el rechazo de la gracia suficiente.

19) Lo que dice Billuart es que al dar la gracia suficiente, Dios quiere, con Voluntad antecedente, dar la eficaz, si la creatura no resiste. Esta gracia eficaz, que podemos llamar “ordinaria”, es entonces querida por Dios con Voluntad antecedente, en forma condicional: si la creatura no resiste. Que la creatura resista o no, entonces, depende de si Dios con Voluntad consecuente le da la gracia eficaz especial y más abundante. La gracia eficaz especial y más abundante es para no resistir la gracia suficiente, y supuesta esa no resistencia, la gracia eficaz ordinaria lleva a hacer el bien.

20) El hombre puede considerar o no considerar la regla moral en el momento de actuar, en el segundo caso, peca. La gracia eficaz especial y más abundante mantiene a la creatura en la consideración de la regla moral, por lo que ésta no rechaza la gracia suficiente, y entonces recibe la gracia eficaz ordinaria para hacer el bien. Faltando la gracia eficaz especial y más abundante, la creatura deja de considerar la regla moral, y actúa bajo esa no consideración. Entonces peca, y entonces es privada de la gracia eficaz ordinaria en pena de su pecado. El orden, entonces, es:

a. Decreto divino de dar la gracia suficiente.

i. Decreto divino de dar la gracia eficaz especial y más abundante para la consideración de la regla moral por parte de la creatura junto con la gracia eficaz ordinaria para el acto bueno. En efecto, es la consideración o no de la regla moral en el momento de actuar lo que determina si el acto será bueno o malo.

1. Previsión divina de la permanencia en la consideración de la regla moral, y por tanto, del no rechazo de la gracia suficiente y del acto bueno realizado bajo la gracia eficaz ordinaria.

2. Permanencia actual de la creatura racional en la consideración de la regla moral por la gracia eficaz especial y acto bueno sobrenatural de la creatura por la gracia eficaz ordinaria.

a. En efecto, los actos de la creatura son lógicamente y metafísicamente posteriores a todo lo que se da en Dios como causa o permisión o previsión de esos actos.

ii. Decreto divino de no dar la gracia eficaz especial y más abundante en el momento en que la creatura actúa bajo esa no consideración. Permisión divina “germinal” del pecado.

1. Previsión divina de la no consideración de la regla moral y del pecado “en germen”, en ese mismo decreto permisivo.

2. Decreto divino de negación de la gracia eficaz ordinaria, como pena por el pecado previsto. Véase que el orden es aquí inverso al de arriba.

3. Decreto divino de dar la moción física al acto libre de la creatura en lo que tiene de ser y de bien, que bajo esa no consideración de la regla moral estará privado del recto orden al fin último y será por tanto moralmente malo.

4. Previsión divina del pecado como plenamente realizado.

5. No consideración actual de la regla moral por parte de la creatura racional y pecado de esa misma creatura racional.

a. Misma aclaración que arriba.
09/10/15 9:55 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Néstor.

Viéndolo como un conjunto, estamos de acuerdo hasta el punto 18. En los presupuestos estamos de acuerdo (en conjunto), pero a partir del 19 nos distanciamos.
No estoy de acuerdo con esta conclusión: "Que la creatura resista o no, entonces, depende de si Dios con Voluntad consecuente le da la gracia eficaz especial y más abundante" (19).

No, de lo que depende es de que Dios permita o no que resista.

En este pasaje para Billuart Dios sólo y exclusivamente tiene voluntad sobre esta gracia eficaz especial en el caso hipotético en el que la criatura resistiría. Cómo la única y exclusiva forma en que la criatura resistiría es si Dios le permite resistir, en la eternidad hay un decreto de permisión de esa resistencia previo y distinto a la voluntad divina sobre esa gracia especial. Eso es lo único que Billuart quiere probar: que Dios "abandona" (impropiamente) al hombre antes de que peque porque Dios pudo haberle dado un auxilio especial eficaz e indebido con el que la resistencia no se daría. Dice claramente que negó esa gracia porque quiso permitir la defección del hombre.

Luego tenemos que aclarar que en su pensamiento es claro que esa negación es posterior y distinta a la permisión de la resistencia. Pero su punto es que hay un abandono impropio. Nada más.

Luego podemos interpretar y expandir para tratar su presupuesto: que si la criatura resistiese entonces Dios pudo haberle regalado una gracia especial que haría que no resistiera.

Pero ese no es el caso ordinario, ese no es el caso de siempre, esa no es la regla. Billuart asume que el hombre acepta la gracia suficiente con la gracia ordinaria y por tanto concluye distinto que tú.

Veamos. Dices:
"El hombre puede considerar o no considerar la regla moral en el momento de actuar, en el segundo caso, peca. La gracia eficaz especial y más abundante mantiene a la creatura en la consideración de la regla moral, por lo que ésta no rechaza la gracia suficiente, y entonces recibe la gracia eficaz ordinaria para hacer el bien. Faltando la gracia eficaz especial y más abundante, la creatura deja de considerar la regla moral, y actúa bajo esa no consideración. Entonces peca, y entonces es privada de la gracia eficaz ordinaria en pena de su pecado." (20)


Eso te lleva a concluir esto:
"es la consideración o no de la regla moral en el momento de actuar lo que determina si el acto será bueno o malo" (i)


Recuerda que hay actos indeliberados que logra la gracia operativa. Lo que Billuart está diciendo bien se podría lograr con un auxilio operativo especial sin necesidad de la consideración discursiva del hombre.

En el caso de aceptación el hombre puede llegar al bien con múltiples gracias sucesivas que impliquen su consideración y cierta dificultad en sus actos. O, podría llegar con un auxilio como impulso súbito y operativo del Espíritu Santo. En el primer caso hay mucho mayor facilidad de defección del hombre, pero a menos que Dios haya decretado la permisión de un pecado, el hombre llegará infaliblemente al bien por ese camino con gracias menores.

En uno y otro acto hay una diferencia de gracias, y eso, desde el punto de vista divino, no abre la posibilidad del pecado.

Dios no dispone a todos los catecúmenos con las mismas gracias eficaces para recibir la gracia habitual y al infundirla en cada uno queda con abundancia distinta y sin pecado.

Es sólo en el caso del pecado que a Billuart le interesa señalar que Dios pudo haberlo evitado antes de la culpa del hombre. Y la razón por la que no lo hizo es porque quiso permitir el pecado. ¿No es esto obvio?
10/10/15 7:51 PM
  
Néstor
Es que yo no juego toda mi plata, digamos, a la identidad entre permisión divina y negación de la gracia eficaz especial y más abundante. Me basta con que la última sea lógicamente anterior al pecado y a su previsión por parte de Dios.

Que es lo que dice por otra parte Billuart:

“De dos maneras se entiende que Dios abandona a alguien: 1º, permitiendo su defectibilidad, o sea, no preservándolo del pecado por un auxilio especial y eficaz indebido, pero nada quitando, por otra parte, de los auxilios ordinarios por los que, si no los resistiere, llegaría al bien; y éste es el abandono impropio, para el cual no es necesario que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, puesto que la permisión del pecado se incluye dentro de ese modo de abandonar, como es evidente. 2º, se entiende que Dios abandona al hombre cuando le sustrae los auxilios comunes y la protección ordinaria que tiene para con los buenos, y esto es propiamente abandonar; del cual modo Dios no abandona a nadie si no es primero abandonado por él mediante el pecado: este segundo abandono es castigo, no el primero.”

Aquí Billuart dice que el abandono impropio comporta la negación del auxilio eficaz especial, y que dicho abandono impropio no implica que el hombre abandone primero a Dios por el pecado, de donde se sigue claramente que ese abandono impropio consistente en la negación divina de ese auxilio eficaz especial es anterior al pecado de la creatura.

Pero dice también Billuart:

“…al dar la gracia suficiente, Dios tiene la voluntad antecedente de conferir la eficaz, si el hombre no resiste la suficiente con su propia y mala voluntad. Podría Dios con un auxilio más abundante impedir esa resistencia y mala voluntad; pero como Provisor universal y por fines más altos quiere, con voluntad consecuente, permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio más abundante. Y así es verdad que el hombre es privado por su culpa de la gracia eficaz que Dios, en la colación de la suficiente, quería darle con voluntad antecedente. Y también es verdad que el hombre es privado con anterioridad a su culpa de aquella gracia eficaz más abundante que lo preservaría del defecto y de la mala voluntad, porque Dios quiso con voluntad consecuente permitir su defectibilidad.”

Dice "de aquella gracia eficaz más abundante", por donde parece claro que el auxilio eficaz de que habla es de orden sobrenatural, es una gracia.

A no ser que aquí utilice "gracia" en un sentido amplio que abarca todo auxilio divino no exigible por la creatura, incluyendo los de orden natural. Pues de hecho Dios no está obligado a mover al bien siempre a la creatura.

Pero no parece que se pueda evitar el rechazo de la gracia sobrenatural suficiente y eficaz ordinaria mediante algo que no sea de orden sobrenatural.

Billuart dice "permitir la mala voluntad por la sustracción de este auxilio más abundante" ¿cómo entonces la sustracción de ese auxilio especial más abundante no es anterior al pecado de la creatura?

Es que lo dice ahí mismo Billuart:

"...el hombre es privado con anterioridad a su culpa de aquella gracia eficaz más abundante que lo preservaría del defecto y de la mala voluntad."

En cuanto al pecado, Santo Tomás enseña que la causa de todo pecado es la voluntaria no consideración de la regla moral por parte de la creatura.

Es evidente que Dios siempre puede impedir esa voluntaria no consideración de la regla moral.

Y que por tanto, siempre que ésta tiene lugar, es que Dios la ha permitido.

Supongamos que decimos que el estado natural del hombre, inicial, aun sin intervención de su voluntad, es la consideración de la regla moral, y que la voluntad hace falta en todo caso solamente para dejar de considerar esa regla, para lo cual haría falta la permisión divina.

Pero es que si es voluntario el apartarse de ella, tiene que ser voluntario también el permanecer en ella, por más que, supongamos, inicialmente el hombre esté instalado en esa consideración en forma natural e involuntaria.

Por la sencilla razón de que no puede ser voluntario el apartarse si no es voluntario el no apartarse. Si es independiente de mi voluntad el no apartarme de la consideración de la regla moral, entonces no puede depender de mi voluntad el sí apartarme. Son conceptos correlativos, como la izquierda y la derecha.

Entonces, cuando dicha no consideración no ocurre, no ocurre tampoco el pecado, según Santo Tomás.

¿Puede ello deberse a la gracia eficaz ordinaria?

Pero la gracia eficaz ordinaria, según dice Billuart, está sujeta a una condición: que la creatura no rechace la gracia suficiente, o sea, que no interponga la no consideración de la regla moral.

Recordemos:

“…al dar la gracia suficiente, Dios tiene la voluntad antecedente de conferir la eficaz, si el hombre no resiste la suficiente con su propia y mala voluntad."

Si decimos, entonces, que la consideración de la regla moral depende solamente de la gracia eficaz ordinaria, la cual a su vez depende para no ser rechazada por la creatura solamente de que ésta no interponga la no consideración de la regla moral, estamos razonando en círculo.

La gracia eficaz ordinaria sólo podría evitar la no consideración de la regla moral sobre la base de que la creatura no rechazase la gracia suficiente, y ésta no lo haría sobre la sola base de que la gracia eficaz ordinaria evitase la no consideración de la regla moral. Círculo interminable.

No creo que se pueda decir que depende sólo de la creatura el considerar la regla moral, porque entonces habría un acto de la creatura que no tendría a Dios como Causa Primera, lo que es absurdo.

¿Podrá depender esa consideración o permanencia en la consideración de la regla moral por parte de la creatura de una moción divina eficaz de orden natural?

Ahí la dificultad que veo es que el no rechazo de la gracia sobrenatural dependería de factores puramente naturales.

No le veo sentido a decir que esto sólo vale para unos pocos casos especiales y no para la mayoría de los casos.

En todos los casos, absolutamente, Dios puede evitar la no consideración de la regla moral por parte de la creatura.

Y si nuestro razonamiento anterior es correcto, en ningún caso puede hacerse eso mediante la gracia eficaz ordinaria que depende del no rechazo de la gracia suficiente por parte de la creatura, ni tampoco por una moción natural.

Y entonces, en todos los casos hace eso, cuando lo hace, mediante una gracia eficaz distinta de la gracia eficaz ordinaria, en esto al menos: en que no está sujeta a la condición de que la creatura no rechace la gracia suficiente.

Y sobre todo, seguiría en pie que la negación divina de tal moción eficaz sería anterior al pecado de la creatura, por lo dicho al comienzo.

Saludos cordiales.
13/10/15 10:26 PM
  
Néstor
Pero además, tenemos este razonamiento:

"La permisión divina del pecado implica la Voluntad divina de no impedir el pecado.

La Voluntad divina de no impedir el pecado implica la voluntaria negación divina de todo aquello con lo cual el pecado sería de hecho impedido, previamente a la previsión del pecado.

(En efecto, como eso con lo que el pecado sería de hecho impedido Dios siempre puede darlo o no darlo a voluntad, siempre hace falta un libre decreto de la Voluntad divina, tanto para que lo dé, como para que no lo dé. Y esa negación tiene que ser previa a la previsión divina del pecado, porque sin ella el pecado sí sería impedido, y no sería por tanto previsto, ya que se daría la libre opción divina contraria: dar aquello con lo que el pecado de hecho es impedido. Porque una de las dos opciones divinas libres se tiene que dar, como con crear o no crear el mundo.)

La gracia eficaz es algo con lo cual el pecado sería de hecho impedido.

Luego, la permisión divina del pecado implica la voluntaria negación divina de la gracia eficaz, previamente a la previsión del pecado."

Eso no quiere decir que hablemos aquí de la gracia eficaz ordinaria, que dice Billuart, cuya negación sería posterior al rechazo de la gracia suficiente por parte de la creatura. Pero sí es verdad al menos de algún tipo de gracia eficaz.

Saludos cordiales.
13/10/15 10:51 PM

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