(75) Cinco aforismos contraposmodernos

1.- Propio de la cosmovisión posmoderna es el ansia mágica de modelar las esencias, como si fueran plastilina. Es una huella del voluntarismo nominalista y su goecia, que vertebra el espíritu de esta época. —Lo constatamos, por ejemplo, en la ideología de género, o en la ferocidad con que se declara inexistente la Ley Natural. La disolución de las esencias conduce a la manipulación de la conciencia personal y la fragmentación del sujeto. También al surgimiento de un nuevo mecanicismo encubierto, en que el ser humano es un mero bioengranaje, o una excusa de la voluntad de poder.

 

2.- El terminismo empirista de Ockham se encuentra en ciertos puntos con el hiperrealismo de Escoto. Según su perspectiva, Dios podría haber modelado las naturalezas a capricho, si no de esta manera, de cualquier otra. Luego todo es real, también lo que podría crearse arbitrariamente, lo que Dios quisiera de una manera y luego de otra. Incluso las singularidades más desrealizadas. Y si se quebranta el principio de inmutabilidad, todo es posible, basta la voluntad. Hasta la nada tendría ser, como se plantea Fredegiso (+834) en “De nihilo et tenebris”. Es el hiperrealismo, ya en el s.IX, para el cual la nada, por el simple hecho de tener nombre, ya tiene ser. La invocación a la nada, cuyo seno esconde demonios, es una de las constantes inconscientes de la Nueva Era.

 

3.- Irrealismo e hiperrealismo están presentes por igual en la posmodernidad, son las dos caras de la misma moneda del voluntarismo. Y si ambos están presentes, es porque, para el pensamiento posmoderno, realidad e irrealidad se han pulverizado, se han vuelto conceptos vacíos, deconstruidos, como pretende, por ejemplo, el zen, cuya vulgarización en la mentalidad posmoderna ha llegado a calar hondamente en las psicoterapias y deconstrucciones de autoayuda. Las esencias son las primeras en ser atacadas, como condición de sanación. Es la terrible mentira de la autorredención. La vida personal degradada a novela de Coelho.

 

4.- La mentalidad contemporánea, pues, ya no es ni hiperrealista ni irrealista, puede ser ambas cosas y ninguna, o una sola cada vez. Es el triunfo de la fragmentación. Si la egolatría era el impulso motivador de las teologías heterodoxas del liberalismo o del modernismo, cuyas obras eran tremendas egoconstrucciones; ahora, en plena posmodernidad, el gran ego burgués se ha fragmentado, ha quedado reducido a vagas intensidades, pulsaciones, movimientos vagos del yo. Los teólogos heterodoxos, dinosaurios del modernismo, centrocomercializan sus libros como egoproductos de bajo coste, para una sociedad cuyos sujetos se han deconstruido como sujetos. La teología modernista de un Pagola o de un Castillo ya son sólo piezas o ladrillos de la gran fragmentación del pensamiento posmoderno, que es capaz de asistir a un concierto de Gregoriano tras una sesión de psicoterapia gestáltica, poner un cd de cantos de ballenas, y practicar yoga con música New Age, como si todo formara parte de la misma espiritualidad.

 

5.- El posmoderno inconverso, hoy día, no se contempla mirado por Dios en cuanto Juez, sino por los drones del estado mundial, las cámaras de vigilancia, o los ojos de los satélites. El antropocentrismo moderno ha mutado en tecnocentrismo. Siguiendo la imagen anterior, las obras de arte posmodernas no son egoproductos, sino tecnoproductos en que la conciencia está difuminada en atmósferas emocionales e intensidades del yo, cuyas fluctuaciones pueden ser retratadas a la manera abstracta, o como un desagradable cuadro hiperrealista.

11 comentarios

  
Gabriel B.
"Tú creas tu propia realidad, tu propio yo, tu propio dios, tu propia redención"
¿Pero cómo se compatibiliza el conjunto si cada uno se "crea a sí mismo" y sobre todo cuando estas creaciones son contradictorias? Si "mi verdad" y "tu verdad" se contradicen, ¿cómo nos pondremos de acuerdo?¿Sólo si hay voluntad para ello, pues sino queda que uno le imponga la verdad al otro?
Voluntad de poder lo encuentro en la práctica como el principio "Protesto! Luego existo". Es decir, soy actor social-político-económico en la medida que soy capaz de imponerme en el ambiente. Quizás por éso choque tanto a algunos la defensa del no nacido, del enfermo terminal, del pobre, en el fondo, de personas incapaces de protestar por sí mismas... y que por ende "no deberían existir". Alguna vez leí que San Juan Pablo II citaba mucho a un filósofo lituano que precisamente hablaba de la defensa del débil ¿Bakinas, Akinas? Nunca he podido aprender el nombre.
A lo mejor me salí del tema...
Saludos!
22/04/15 11:10 PM
  
frayescobabcn
Gracias por sus reflexiones d. Alonso, como siempre aportan ese punto de claridad al sin sentido postmoderno en el que nos ahogamos.

Me gustaría aprender más sobre la deriva del postmodernismo, seguiré atento a sus futuros post.

Un abrazo en Cristo
22/04/15 11:16 PM
  
Roblete
Gabriel B:

Creo que el filósofo que citó San Juan Pablo II es Emannuel Lévinas.
23/04/15 11:47 AM
  
Gabriel B.
Gracias Roblete..!!
24/04/15 6:03 PM
  
JUAN NADIE
Da la impresión de que cuando hablas del Zen, le atribuyes un propósito en contra de algo o de alguien. El Zen tradicional, no diluido por esa vulgarización que muy bien comentas, en realidad no tiene propósito. Lo primero es decir que no hay un Zen, sino dos, tradicionales, la escuela Rinzai y la escuela Soto. Esta es la mas difundida en europa por la labor del moje Zen japones Taishen Deshimaru. Sin embargo en España por ejemplo aunque con mucha menor repercusión hubo un maestro francés si mal no recuerdo de la escuela Rinzai.
El Zen es el budismo japonés, filtrado previamente por su paso por China, y desarrollado en ese largo periodo de luchas internas en Japón de la época de los samurais. No es una religión propiamente dicha, puesto que no cree en la divinidad, ni tiene revelación. Podríamos decir que es a lo que pueden llegar mentes inquietas que indagan sobre las grandes preguntas de la vida sin ayuda. A una busqueda de la belleza, a detectar la relación entre todas las cosas basada en el orden natural. A buscar el bien, aunque sin ser capaces de explicar realmente porque. A buscar una trascendencia a este mundo limitado y material, aunque sin llegar a poseer la Divina trascencencia.
Tienen tecnicas fisicas de relajación, muy interesante, pero yo no creo que puedan llamarse espirituales, salvo porque como sirven para sosegar el cuerpo puede parecer que sosiegan el alma. Pero no es realmente espiritual. Yo no veo mayor peligro al Zen, para católicos bien formados, que sepan diferenciar una cosa y otra, y que tengan claro como tu dices que una sesión de gregoriano, vivida como oración, y no solo por la belleza plastica del sonido, es muchisimo mas y muy diferente que el ZEN y el resto de disciplinas fisicas de relajación o autoayuda.
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A.G.:
Que noooo. Que el el zen es un camino AUTORREDENTIVO, una espiritualidad, una metafísica (deconstructiva) radicalmente pelagiana y una religión natural. He dedicado varios post a demostrarlo. La antropología zen, que se ha filtrado en la psicología moderna, en las terapias gestálticas y en el mundo de la autoayuda, es NEFASTA para el cristiano. A lo mejor a los japoneses les ayuda, aunque no tanto como para hacer innecesaria la Misión, e innecesaria la predicación de Cristo.
25/04/15 3:09 PM
  
JUAN NADIE
No se Alonso, yo tengo medio metro de libros sobre zen, y no acabo de ver bien que se trate de una religión, ni siquiera natual. Creen en una especie de panteismo material, pero son incapaces, porque o pueden sin revelación de encontrar el verdadero sentido de la vida y de las cosas. Sería una cuasi religión sin revelación. Es una búsqueda de trascendencia sin poder alcanzar la trascendencia. Y en ese camino han dejado, los antiguos muy bellos textos y obras, y una serie de técnicas de relajación físicas. Ahora bien, yo ya no se como toma esto la gente, si va a una sesión de relajación o se lee un libro cualquiera y lo convierte en un sustituto de la religión. Esa puede ser la vulgarizacion que tu comentas.
Yo nunca lo he visto como un camino autorredentivo, aunque si de autoayuda física, pero siempre he tenido muy claro donde esta la Redención y de donde venimos y a donde vamos. Lo único que no se el el tiempo que me queda, como los de Blade Runner.
25/04/15 10:42 PM
  
Palas Atenea
Juan Nadie: Yo del Zen no sé ni patata porque la espiritualidad oriental me es ajena y no he tenido jamás curiosidad porque creo que, de tener algún valor, difícilmente se lo voy a ver yo que he sido educada en el cristianismo que no me permite entender más que el judaísmo y la filosofía griega.
Pero encuentro que es sumamente difícil que un tipo de espiritualidad sea inocuo y tenga sólo ventajas físicas. Para nosotros, que resucitaremos como un todo-esto ya lo dice Benedicto XVI-y no solamente nuestra alma (contaminación del platonismo) es muy difícil concebir que técnicas de relajación o de meditación nos produzcan unas ventajas sólo físicas mientras que nuestra alma siga siendo cristiana. El ser cristiano incluye las dos cosas y no nos es posible escindirlas.
Por desgracia yo tengo en mi familia una sobrina muy new age y ya veo las dificultades que tiene para entender el cristianismo. A las tonterías que me dijo cuando murió mi madre, como que tenía buen aura, que tenía serenidad y fortaleza y cosas así le contesté que no había tales cosas sino una fe profunda en Jesús de Nazareth que me sostenía y la creencia en la Comunión de los Santos que tendía un puente entre la iglesia peregrina y la triunfante (doctrina católica que los protestantes rechazarían). No entendió ni "flowers".
26/04/15 4:22 AM
  
Alonso Gracián
Nuestra visión occidental del zen es la propia de la Terapia Gestáltica y demás deconstruccionismos posmodernos. Y ya sabemos que las psicologías autorredentivas son claramente New Age, esotéricas y panteístas.
26/04/15 8:51 AM
  
Néstor
El asunto de fondo es que los principios filosóficos del zen son incompatibles, obviamente, con los principios filosóficos que se aceptan por el solo hecho de profesar la fe cristiana y católica.

En un lenguaje un poco más popular, reventarse la cabeza con paradojas que buscan poner fuera de juego a la razón es incompatible con los principios filosóficos que se aceptan por el solo hecho de profesar la fe cristiana y católica.

Para empezar, con en el principio de no contradicción.

Saludos cordiales.
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A.G.- En efecto, Néstor. Esas paradojas que pretenden poner fuera de juego la razón son los kôans, instrumentos deconstructivos.

He hablado de ello ampliamente en varios post.
26/04/15 11:17 AM
  
antonio
La oración, la unión con el señor, si es verdadera, nos hace comprender, más la realidad, no es un nirvana escapista para sentirse bién, sino que nos da una compresión de la realidad, hay que huir de todo lo que ofrece el mundo, que no conduce a Dios.
Hay que tomar la determinada, determinación de hacer oración aunque muera en el intento.Santa Teresa.
26/04/15 4:13 PM
  
antonio
El antropocentrismo moderno ha mutado en tecnocentrismo. Siguiendo la imagen anterior, las obras de arte posmodernas no son egoproductos, sino tecnoproductos en que la conciencia está difuminada en atmósferas emocionales e intensidades del yo, cuyas fluctuaciones pueden ser retratadas a la manera abstracta, o como un desagradable cuadro hiperrealista.
Esto explica lo que dice Pieper, para un alma, que recupera la inocencia, perdida, el mundo es como un barrio chino al amanecer:todos vomitando.
26/04/15 4:15 PM

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