Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe"
Serie “El Camino de la Fe”
El Camino de la Fe - 7
La Penitencia
“¡Cómo ennoblecemos el dolor, poniéndolo en el lugar que le corresponde (expiación) en la economía del espíritu!”
S. Josemaría
Camino, 234
Para una persona alejada de la fe la penitencia puede ser algo propio de necios y, seguro, de seres que no entienden los peligros de la vida.
Para un cristiano, en cambio, reconocerse pecador (en cada ocasión en lo que pase tal cosa) es algo primordial porque ya sabemos que mejor cristiano no es quien nunca se equivoca o nunca peca sino quien, al equivocarse o pecar, pide perdón, se levanta y, yendo hacia delante procura no caer otra vez.
Por eso, S. Josemaría dejó escrito “Aprende a sacar, de las caídas, impulso; de la muerte, vida” (1)
Así, en la penitencia podemos confiar para llevar a cabo una limpieza del alma. “Entierra con la penitencia, en el hoyo profundo que abra tu humildad, tus negligencias, ofensas y pecados” (2).
Con este consejo, muy propio de quien conoce bien el acontecer del hombre y el devenir de su vida, lo que tenemos que hacer es: ser, ante todo, humildes. Con la humildad podemos, a través del acto de pedir perdón por lo cometido, aquello que nos sobra; aquello que es negligente, aquello que es ofensa, aquello que es pecado.