23.10.15

¿Por qué no salen del armario?

¡Pues no!

No nos vamos a referir al término al uso de “salir del armario"que muestra la imagen aquí traída. Allá tales personas con su forma de ser porque bien sabemos que se ha pretendido hacer daño muy a propósito del Sínodo a punto de terminar. No sabemos si habrá tenido éxito pero retratarse bien que se ha retratado el sacerdote (esperemos que ya sea ex o lo sea pronto)

Eso, sin embargo, como decimos, lo dejamos. Aquí nos vamos a referir a otra forma de salir del armario…

En el seno de la Iglesia católica existen muchas opciones o, por decirlo así, muchas “sensibilidades”. Queremos decir que no todo el mundo piensa lo mismo sobre aquello referido a la doctrina, a la moral o a la pura teología. Y eso es bien fácil verlo tan sólo con echar un vistazo a la red de redes.

Pues bien, las cosas están claras cuando lo están. Es decir, que cuando alguien dice que sigue la ortodoxia católica se sabe perfectamente qué quiere decir, a qué se refiere. Querrá decir, por ejemplo:

-Que tiene a bien acordar con eso que decimos.

-Que tiene por buena el Magisterio.

-Que sabe que la Tradición le ayuda mucho en la comprensión de su fe.

-Que no echa en saco roto aquello que se dice desde la jerarquía católica.

-Que estima como bueno que el Santo Padre hable, digamos, de lo divino y de lo humano aunque prefiera que lo haga más sobre lo primero.

-Que acepta ser aconsejados por quien más sabe y no cree que eso sea dejarse manipular.

-Que está dispuesto a echar una mano donde haga falta echarla.

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22.10.15

El rincón del hermano Rafael – Comprendiendo la humildad

 “Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.   

Nosotros vamos a dedicar nuestra atención a un libro en particular. Recoge los diarios de San Rafael Arnaiz entre el 16 de diciembre de 1937 y el 17 de abril de 1938y está editado por la Asociación Bendita María.

Vayamos, de todas formas, ahora mismo, a escribir sobre el protagonista de esta nueva serie.

Cuando Dios tiene a bien escoger a uno de sus hijos para que siga una vida de fe acentuada hace que se note desde la corta edad. Y eso era que le pasaba a Rafael: daba muestras de que las cosas de Dios le interesaban más que al resto de sus compañeros de la infancia.

Sin embargo, desde temprana edad enfermó y empezó a llevar su particular cruz.

Aunque Rafael, dotado de una precoz inteligencia, parecía tener una vida en el mundo, en el siglo, de especial importancia (se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid) no podía evitar, ni quería, su voluntad de profundizar en su vida espiritual.

Tal es así que ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas el 15 de enero de 1934.

La enfermedad que arriba hemos citado, la diabetes sacarina, le obligó a abandonar el monasterio en tres ocasiones pero volvió en otras tres ocasiones porque bien sabía que no otro era el camino espiritual que debía seguir.

Cuando recién había estrenado los 27 años Dios lo llamó cabe sí un 26 de abril de 1938 siendo sepultado en el monasterio donde había ingresado para seguir una vida espiritual acorde con su voluntad de hijo del Creador.

El caso es que la fama de santidad de un católico tan joven y tan entregado a su fe no tardó en salir de los muros del monasterio. Y es que aquello que había escrito estaba dotado de una especial atracción. Tal es así que el 20 de agosto de 1989, san Juan Pablo II lo propuso como modelo para los jóvenes que iban a acudir a la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar en Santiago de Compostela. Y unos pocos años después, en 1992 fue beatificado (el 27 de septiembre).

Pero, seguramente, no bastaba con el reconocimiento que se hacía entonces. El Beato Rafael iba a subir un escalón más en el Cielo y el 11 de octubre de 2009 el ahora emérito Benedicto XVI canonizaba a quien había sabido comunicar al mundo que sólo Dios era suficiente para llevar una existencia propia de un buen y fiel hijo.

Que Dios nos ayude a acercarnos lo mejor posible al pensamiento espiritual de San Rafael Arnáiz, el hermano Rafael. Y, de paso, le pedimos que  interceda por nosotros. 

 

Comprendiendo la humildad

 VIII-Dios-y-mi-alma

“31 de diciembre de 1937 – viernes

Me voy dando cuenta de que la virtud más práctica para tener paz en la vida de comunidad es la humildad.

La humildad delante de Dios, nos ayuda a la confianza, pues humildad es conocimiento de sí mismo, y ¿quién que se conozca a sí mismo, puede esperar algo de si?… Loco sería si no lo esperase todo de Dios.

La humildad llena de paz nuestro trato con los hombres. Con ella no hay discusión, no hay envidia, no hay ofensa posible… ¿Quién puede ofender a la misma nada?

Le pido encarecidamente a María, me enseñe en lo que Ella fue maestra…, humilde ante Dios y ante los hombres.

‘Hágase’”.

Como hemos visto a lo largo de estas pocas semanas que llevamos contemplando el libro “Dios y mi alma” del hermano Rafael tiene mucho interés nuestro santo en conocerse a sí mismo. Y lo hace porque sabe que es la mejor manera de dirigirse a Dios.

En el texto de hoy, a punto de terminar el año de Nuestro Señor de 1937, podemos darnos cuenta de que él, a su vez, acaba por reconocer algo muy importante para un hijo de Dios: es conveniente ser humilde.

Ciertamente está muy bien que un hermano nuestro como es San Rafael Arnáiz diga lo que dice. Y es que como es ejemplo para muchos de virtudes cristianas demostradas es muy bueno que diga lo que dice.

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21.10.15

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- La fe y las obras

 

Proceloso viaje de la Esposa de Cristo

La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.

En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.

 Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica.

¿Son, pues, otros tiempos?

Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)

‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’

Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.

El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios.  Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.

Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:

Que le asusta la teología feminista.

Que es involucionista.

Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Que participa en manifestaciones de derechas.

Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.

Que deslegitima el régimen democrático español.

Que no se “abre” al pueblo cristiano.

Que se encierra en su torre de oro.

Que no se moderniza.

Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.

Que juega a hacer política.

Que no sabe estar callada.

Que no ve con los ojos del siglo XXI.

Que constituye un partido fundamentalista.

Que está politizada.

Que ha iniciado una nueva cruzada.

Que cada vez está más radicalizada.

Que es reaccionaria.

Y, en general, que es de lo peor que existe.

 

Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.

 

Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.

 

Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?

 

Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe -  La fe y las obras

 

 Lo malo de creer que se tiene una determinada fe es que, a veces, no se demuestra de la única manera que es posible demostrar eso: llevando al cada día de cada cual la creencia que se tiene. En fin… a eso bien podemos llamarlo, obrar, poner la fe en obras.

El caso es que  aquellas personas que nos consideramos, y lo somos, hijos de Dios, sabemos muy bien que una cosa es lo que se cree y otra, muy distinta, lo que se hace con lo que se cree.  Y como católicos debemos llevar esto a cabo a no  ser que se nos pueda llamar, legítimamente, hipócritas, llevadores de una doble vida, etc.

También es más que conocido que la reforma protestante del siglo XVI se sostuvo, entre otras desviaciones teológicas, en decir que sólo era necesaria la fe (Sola fides) para salvarse y que, en realidad, las obras poco tenían que aportar a la salvación del hombre.

Sin embargo, si acudimos al apóstol Santiago nos damos cuenta de algo que es muy importante y que los católicos no debemos olvidar nunca. Lo en los versículos 18 al 20 del capítulo 2 de su Evangelio. Es lo siguiente:

“Y al contrario, alguno podrá decir: ‘¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe.

 ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril?”

No dice poco. Y aunque conocidos protestantes (digamos, por ejemplo, César Vidal) digan y sostengan que ya nadie hace uso de tal texto para mostrar la importancia de las obras, lo bien cierto es que, precisamente, muestra eso. Sólo quien quiera mostrarse como ciego voluntariamente no se da cuenta de algo tan simple como lo que eso significa.

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20.10.15

Un amigo de Lolo – Es posible sufrir y gozar

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le inflijían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

Es posible sufrir y gozar

 

“Con nuestras lágrimas, si está Dios en ellas, pasa como con las de las bodas y los bautizos, que son de felicidad.” (Bien venido, amor, 763)

 

Bien podemos decir, a veces sin temor a equivocarnos, que el sufrimiento está en nuestro ADN. Es decir, hay enfermedades que nos hacen sufrir que las llevamos con nosotros antes de nacer. Otras, sin embargo, se nos “vienen” y se nos agregan como si no quisiesen despegarse de nosotros. Luego están, también, los pequeños sufrimientos que padecemos en determinados momentos y que acaban pasando más o menos pronto.

Es decir, hay todo un catálogo de situaciones que nos hacen pasar malos momentos y, a veces, muchos y prolongados malos momentos.

Si alguien pone cara de sufrimiento ante lo que le pasa decimos que es natural que así lo haga. Y es que una forma de comportarnos que, seguramente, llevamos implícito ser.

Pero se puede hacer algo muy distinto a, simplemente, padecer y mirar con semblante agrio. Esto último es el caso muchas veces pero, como decimos, se puede hacer otra cosa. Es, además, espiritualmente más provechosa.

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18.10.15

La Palabra del Domingo - 18 de octubre de 2015

 

Biblia

 

Mc 10, 35-45

“35 Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: ‘Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.’ 36 El les dijo: ¿Qué queréis que os conceda?’ 37 Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.’ 38 Jesús les dijo: ‘No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?’ 39 Ellos le dijeron: ‘Sí, podemos.» Jesús les dijo: ‘La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; 40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.’ 41 Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.42      Jesús, llamándoles, les dice: ‘Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores  absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. 43 Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.’”

        

COMENTARIO

No es otra cosa seguirme que servir

 

Santiago y Juan, haciendo honor al mote con el que Jesús los nombraba, hijos del trueno (Boanerges), actúan de esa forma arrebatada que les caracterizaba y les diferenciaba de los otros apóstoles. Eran hombres, y como tal actúan. Tratan de que Jesús les conceda estar a un lado de su persona, uno a la derecha y otro a la izquierda. Querían poder, por decirlo rápidamente.

También la madre de los Zebedeos diría a Jesús lo mismo pretendiendo ese puesto existencial de verdadera importancia para sus hijos. Actuaba como madre al igual que hacen, ahora, Santiago y Juan.

Jesús, conociendo la naturaleza humana, les conmina a que contesten sobre lo que son capaces de hacer. Como lo quieren todo, todo lo ofrecen, hasta beber la amargura del cáliz de la pasión que aún no conocen pero que, sin duda, también beberán (al menos uno de ellos en toda su crudeza). Con esto, los apóstoles que ahora desean manifestar su especial relación con el Maestro, afirman esa fidelidad diciendo ese “podemos”. Este acto de fe debería servir de ejemplo para los que nos entendemos o creemos seguidores de Jesús e hijos de Dios porque dicen querer, ignorando su futuro, abandonándose, totalmente, en las manos del Creador. Son, por eso, además de unos hombres que actúan como hombres, unos discípulos que actúan como discípulos.

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17.10.15

Serie “Al hilo de la Biblia- Y Jesús dijo…” – ¡Cuidado con cierto tipo de pecados!

 Sagrada BibliaDice S. Pablo, en su Epístola a los Romanos, concretamente, en losversículos 14 y 15 del capítulo 2 que, en efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza. Esto, que en un principio, puede dar la impresión de ser, o tener, un sentido de lógica extensión del mensaje primero del Creador y, por eso, por el hecho mismo de que Pablo lo utilice no debería dársele la mayor importancia, teniendo en cuenta su propio apostolado. Esto, claro, en una primera impresión.

Sin embargo, esta afirmación del convertido, y convencido, Saulo, encierra una verdad que va más allá de esta mención de la Ley natural que, como tal, está en el cada ser de cada persona y que, en este tiempo de verano (o de invierno o de cuando sea) no podemos olvidar.

Lo que nos dice el apóstol es que, al menos, a los que nos consideramos herederos de ese reino de amor, nos ha de “picar” (por así decirlo) esa sana curiosidad de saber dónde podemos encontrar el culmen de la sabiduría de Dios, dónde podemos encontrar el camino, ya trazado, que nos lleve a pacer en las dulces praderas del Reino del Padre.

Aquí, ahora, como en tantas otras ocasiones, hemos de acudir a lo que nos dicen aquellos que conocieron a Jesús o aquellos que recogieron, con el paso de los años, la doctrina del Jristós o enviado, por Dios a comunicarnos, a traernos, la Buena Noticia y, claro, a todo aquello que se recoge en los textos sagrados escritos antes de su advenimiento y que en las vacaciones veraniegas se ofrece con toda su fuerza y desea ser recibido en nuestros corazones sin el agobio propio de los periodos de trabajo, digamos, obligado aunque necesario. Y también, claro está, a lo que aquellos que lo precedieron fueron sembrando la Santa Escritura de huellas de lo que tenía que venir, del Mesías allí anunciado.

Por otra parte, Pedro, aquel que sería el primer Papa de la Iglesia fundada por Cristo, sabía que los discípulos del Mesías debían estar

“siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3, 15)

Y la tal razón la encontramos intacta en cada uno de los textos que nos ofrecen estos más de 70 libros que recogen, en la Antigua y Nueva Alianza, un quicio sobre el que apoyar el edificio de nuestra vida, una piedra angular que no pueda desechar el mundo porque es la que le da forma, la que encierra respuestas a sus dudas, la que brota para hacer sucumbir nuestra falta de esperanza, esa virtud sin la cual nuestra existencia no deja de ser sino un paso vacío por un valle yerto.

La Santa Biblia es, pues, el instrumento espiritual del que podemos valernos para afrontar aquello que nos pasa. No es, sin embargo, un recetario donde se nos indican las proporciones de estas o aquellas virtudes. Sin embargo, a tenor de lo que diceFrancisco Varo en su libro “¿Sabes leer la Biblia “ (Planeta Testimonio, 2006, p. 153)

“Un Padre de la Iglesia, san Gregorio Magno, explicaba en el siglo VI al médico Teodoro qué es verdaderamente la Biblia: un carta de Dios dirigida a su criatura”. Ciertamente, es un modo de hablar. Pero se trata de una manera de decir que expresa de modo gráfico y preciso, dentro de su sencillez, qué es la Sagrada Escritura para un cristiano: una carta de Dios”.

Pues bien, en tal “carta” podemos encontrar muchas cosas que nos pueden venir muy bien para conocer mejor, al fin y al cabo, nuestra propia historia como pueblo elegido por Dios para transmitir su Palabra y llevarla allí donde no es conocida o donde, si bien se conocida, no es apreciada en cuánto vale.

Por tanto, vamos a traer de traer, a esta serie de título “Al hilo de la Biblia”, aquello que está unido entre sí por haber sido inspirado por Dios mismo a través del Espíritu Santo y, por eso mismo, a nosotros mismos, por ser sus destinatarios últimos.

Por otra parte, es bien cierto que Jesucristo, a lo largo de la llamada “vida pública” se dirigió en múltiples ocasiones a los que querían escucharle e, incluso, a los que preferían tenerlo lejos porque no gustaban con lo que le oían decir.

Sin embargo, en muchas ocasiones Jesús decía lo que era muy importante que se supiera y lo que, sobre todo, sus discípulos tenían que comprender y, también, aprender para luego transmitirlo a los demás.

Vamos, pues, a traer a esta serie sobre la Santa Biblia parte de aquellos momentos en los que, precisamente, Jesús dijo.

¡Cuidado con cierto tipo de pecados!

Y Jesús dijo… (Mc 3, 28-29)

“Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas  sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.’

Cuando se lee o se escucha este texto del evangelio de San Marcos podemos caer en pensar que, en principio, es terrible lo que se nos dice pero que, al fin y al cabo ¿qué es tal tipo de pecado?

Esto, a lo mejor, nos hace creer que es poca cosa y, aunque Jesús diga que es muy importante podemos dejarnos caer por el camino fácil de decir que este pecado no lo entendemos ni sabemos a qué se refiere. Y es que si se conoce al Espíritu Santo como al gran desconocido ¿qué no será el pecado contra él?

Pero, gracias a Dios (nunca mejor dicho) hay quien ha pensado mucho en esto y puede echarnos una mano. No se trata, al contrario de lo que pueda creerse, de algo inconcebible por nuestro corazón sino de algo bien determinado o, por decirlo de forma directa, de algo que se sabe qué es y qué supone.

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16.10.15

Estamos en pleno Sínodo: ¿qué le conviene a la Iglesia católica?

Dentro de poco terminará el Sínodo que se está celebrando en Roma desde el pasado 4 del presente mes de octubre.

Aquí no se va a decir nada en contra ni a favor de lo que allí se está debatiendo. Y no es que no tengamos opinión al respecto sino que respetamos lo que los padres sinodales están haciendo: es su trabajo y cuando termina la cosa será tiempo de decir lo que cada cual piense al respecto.

Eso, sin embargo, no quiere decir que nada tengamos que decir, claro está.

Un Sínodo como este, como es de imaginar, no va a imponer nada al Santo Padre porque el Vicario de Cristo, a tal respecto, está legitimado, primero, para escribir o no alguna exhortación al respecto; segundo, para tomar las decisiones que tenga por conveniente según lo que se haya dicho y concluido en el mismo.

Eso es bueno y es malo. Es bueno porque el Papa, ateniéndose a lo que se concluya en el Sínodo, dirá lo que tenga por conveniente. No está, pues, coaccionado ni nada por el estilo por las decisiones allí tomadas. Es malo porque será, lógicamente, sobre el Santo Padre sobre el que caigan las acusaciones de lo que diga o haga… si las tiene que haber, claro.

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15.10.15

El rincón del hermano Rafael – Saber acudir a María

 

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.   

Nosotros vamos a dedicar nuestra atención a un libro en particular. Recoge los diarios de San Rafael Arnaiz entre el 16 de diciembre de 1937 y el 17 de abril de 1938y está editado por la Asociación Bendita María.

Vayamos, de todas formas, ahora mismo, a escribir sobre el protagonista de esta nueva serie.

Cuando Dios tiene a bien escoger a uno de sus hijos para que siga una vida de fe acentuada hace que se note desde la corta edad. Y eso era que le pasaba a Rafael: daba muestras de que las cosas de Dios le interesaban más que al resto de sus compañeros de la infancia.

Sin embargo, desde temprana edad enfermó y empezó a llevar su particular cruz.

Aunque Rafael, dotado de una precoz inteligencia, parecía tener una vida en el mundo, en el siglo, de especial importancia (se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid) no podía evitar, ni quería, su voluntad de profundizar en su vida espiritual.

Tal es así que ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas el 15 de enero de 1934.

La enfermedad que arriba hemos citado, la diabetes sacarina, le obligó a abandonar el monasterio en tres ocasiones pero volvió en otras tres ocasiones porque bien sabía que no otro era el camino espiritual que debía seguir.

Cuando recién había estrenado los 27 años Dios lo llamó cabe sí un 26 de abril de 1938 siendo sepultado en el monasterio donde había ingresado para seguir una vida espiritual acorde con su voluntad de hijo del Creador.

El caso es que la fama de santidad de un católico tan joven y tan entregado a su fe no tardó en salir de los muros del monasterio. Y es que aquello que había escrito estaba dotado de una especial atracción. Tal es así que el 20 de agosto de 1989, san Juan Pablo II lo propuso como modelo para los jóvenes que iban a acudir a la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar en Santiago de Compostela. Y unos pocos años después, en 1992 fue beatificado (el 27 de septiembre).

Pero, seguramente, no bastaba con el reconocimiento que se hacía entonces. El Beato Rafael iba a subir un escalón más en el Cielo y el 11 de octubre de 2009 el ahora emérito Benedicto XVI canonizaba a quien había sabido comunicar al mundo que sólo Dios era suficiente para llevar una existencia propia de un buen y fiel hijo.

Que Dios nos ayude a acercarnos lo mejor posible al pensamiento espiritual de San Rafael Arnáiz, el hermano Rafael. Y, de paso, le pedimos que  interceda por nosotros. 

 

Saber acudir a María  

VIII-Dios-y-mi-alma

29 de diciembre de 1937 – miércoles

“Procuraré con la ayuda de María enmendarme. Haré el propósito de que cada vez que un recuerdo del mundo venga a turbarme, acudir a Ti, Virgen María, y rezarte una Salve por todos los que en el mundo te ofenden.”

A lo largo de este libro y, como hemos visto hasta ahora, el hermano Rafael se conoce a sí mismo bastante bien. Acude, por eso a quien sabe que puede ayudarle, a quien puede ser refugio de aquello que, a él mismo, le parece debería ser corregido.

Este día, casi a punto de finalizar el año 1937, sale a la luz lo que, muchas veces, deberíamos decirnos nosotros mismos. San Rafael Arnáiz se sabe poca cosa ante Dios. Dice que es “polvillo” y, por tanto, poco, algo insignificante, recalca.  Por eso sabe que debe humillarse, ser humus, barro, lo menos que, en realidad, se puede ser. Es más, nos dice que humillándose ante Dios es la mejor forma de poder hacerlo “delante de los hombres”.

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14.10.15

Carta a Willy Toledo

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Muy poco estimado Willy

Tengo que reconocer que cuando, a lo largo del tiempo, he leído o escuchado algunas de las declaraciones que, de vez en cuando, profieres, me ha quedado la sensación de que eres un pobre hombre. Y quiero que entiendas que no me refiero a tu economía. Quiero decir que das la impresión de ser un ser humano ínfimo, alguien que tiene una consideración de sí mismo en exceso soberbia. Y, ciertamente te digo, no pareces tan gran cosa.

 

Está claro que puedes tener las ideas que te dé la gana tener. Las tuyas, según muestras y demuestras, tienen poco que ver con quien es civilizado y tiene del resto de seres humanos una consideración de igualdad. Lo que quiero decirte es que ideológicamente eres una persona evidentemente desnortada. Y lo digo con toda la caridad del mundo y sin escribir lo que me parece de la ideología que sigues.

Digo que puedes creer lo que bien te parezca creer. Sin embargo, cuando uno hace lo que hace y según lo hace debe tener en cuenta que lo que se dice puede ofender.

Seguramente a ti te parezca que decir lo que dices al respecto de lo que dices sólo puede producir ofensa en quien se quiere dejar ofender. Ya sabes eso de “a palabras necias oídos sordos”. Y eso es cierto. Lo que pasa es que cuando se dicen según qué cosas se está rebasando una línea que nunca se debe rebasar si no es que se quiere verse dentro de algún problema más grave.

Todo esto viene al caso por algo que has dicho en las redes sociales. Según parece a ti te gusta defecar sobre muchas cosas. Y eso, para según qué personas, puede venir muy bien pues los efectos del estreñimiento prolongado nunca son buenos ni bien recibidos. En tu caso, sin embargo, eso no causa el efecto esperado. Y lo digo por lo que tu faz muestra y en la que, al parecer, no surte efecto el defecar como haces.

Bueno. Decía que puedes defecar según tengas a bien. Sin embargo, de aquello en lo que dices que defecas hay algo que no puedo consentir dejar sin contestar o contrarrestar.

Dices que te cagas “en la Virgen del Pilar”. Y hasta ahí hemos llegado, bonito.

Si hay algo que los católicos no podemos soportar es que alguien se acuerde de nuestra Madre como tú te has acordado.

Está claro que tú no tienes más fe que la que prediques de ti mismo y que te trae al pairo todo lo que, por tanto, tenga que ver la fe católica. Eso, a mí, me importa un pito pues sólo faltaría que individuos malcarados como tú estuviesen en la misma barca que personas como las que confesamos nuestra fe católica pues ya tenemos suficientes tibios entre los nuestros como para soportar adefesios como tú.

Te digo que eso que has dicho de la Virgen María, en una advocación muy querida por millones de personas (¡Sí, chiquilicuatre!, millones de personas) es más que grave. Seguramente para escribir lo que has escrito habrás tenido que pensar (es un decir esto) en qué ibas a defecar. Y te habrá salido, como suele ser habitual en los rojos, la maldita Iglesia católica. Y, entonces, aprovechando que le día era el que era (12 de octubre) te ha venido bien recordar de esa manera a la Madre de Dios a la que, en Zaragoza, se le tiene tanto cariño y amor.

¿Sabes lo que te pasa a ti?

Es bastante sencillo. Resulta que por ser como eres, no puedes soportar lo que supone una persona que entregó su vida a Dios y trajo al mundo a quien tanto detestas porque ni comprendes ni te importa un bledo comprender. Y como sabes que nada te va a pasar porque aquí no actuamos como lo harían otras religiones (por cierto, la musulmana tiene muy bien considerada a la Virgen María. Yo de ti me tentaría bien la ropa antes de decir según qué cosas) con personas como tú, pues te vales de eso para blasfemar de la Madre de Dios. Y sabes bien que eso va a ser así porque ya ha pasado muchas veces entre nosotros donde, por ejemplo, alguien se cagó en Dios en una obra de teatro sin consecuencia alguna (ni legal ni nada por el estilo) más que una leve respuesta en su contra por algunos (musulmanes y judíos incluidos).

La verdad es que tú das bastante asco. Y no me refiero a tu pinta propia de un desarrapado y de un pobre de salón. Me refiero a que sólo dices aquello que te sale de las tripas sin haber pasado el conveniente lavado de corazón. Bueno, a lo mejor es que lo tienes bastante negro y de eso sólo puede salir brutalidad e ignorancia.

Querido Willy. Francamente te diría muchas cosas que bien mereces que se te digan. Sin embargo, voy a pedir a Dios que te perdone aunque, de verdad, sí sepas lo que haces aunque sin saberlo.

Y eso, francamente te digo, es mucho peor y, sobre todo, peor de lo que tú, siquiera, puedas adivinar.

Un saludo y que Dios te bendiga aunque, entonces, aproveches para defecar en tu Creador. Y es que ya sabemos qué se dice de quien es desagradecido.

Pues eso, tú mismo.

Eleuterio Fernández Guzmán

 Nazareno

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Por la libertad de Asia Bibi. 

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Algunas blasfemias merecen caer en el reino del olvido. Otras, sin embargo, merecen ser recordadas… para que se sepa.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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13.10.15

Un amigo de Lolo – Cómo superar el sufrimiento

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le inflijían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

 Libro de oración

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

Cómo superar el sufrimiento

 

“El dolor es como una espuela, que levanta y, aquel que se pone de pie, vuelve a estar nuevamente cerca del Cielo, de cara a la realidad del Padre.” (Reportajes desde la cumbre, p. 119)

 

Si hay una expresión característica de Manuel Lozano Garrido es la utilización del verbo “Sobrenadar”. En realidad, podemos decir que no se trata de un verbo al uso sino de uno que determina una clara voluntad de saber permanecer por encima de aquello que, a lo mejor, puede causar daño. Y este texto lo muestra a la perfección.

Sabemos que al hablar de Lolo el sufrimiento, sufrir o dolor, son expresiones que están al orden del día. Sufrió físicamente y mucho era lo que ofrecía a Dios de tal sufrimiento.

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