Juan Masiá equipara lo imposible de equiparar
En determinadas ocasiones se hacen equiparaciones que, es muy posible, pueden resultar adecuadas. Por ejemplo, podemos equiparar bondad y Cristo porque resultan equivalentes una palabra y la persona.
Pero no todo es equiparable.
Siguiendo con su habitual línea torticera, el jesuita Juan Masiá Clavel publicó, el pasado 4 de mayo, un dizque artículo en su blog de Religión Digital en el que escribe de forma equivocada, trata a las personas como si desconociéramos quienes son y, sobre todo, muestra un talante sumamente despreciable.
Lo que ha hecho, ni más ni menos, es poner a la misma altura a don Gaspar Llamazares, quien fuera Coordinador General de Izquierda Unida, comunista a más señas, y a don Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.
¿Es, esto, posible?
Pues lo es si se quiere zaherir a alguien (en este caso al Prefecto) para ponerlo mal y si, además, se le tiene cierta inquina.
No se vaya a pensar que esto que aquí se escribe se hace por tener algún tipo de rabia contra el jesuita. No. A las pruebas me remito.
Antes de esto mete, bien, la pata espiritual, cuando dice que “Ya sabemos que lo del preservativo no debería ser problema y que no es misión ni competencia de la Iglesia ni el prohibirlo ni el recomendarlo”.
Lo que quiere decir Masiá es que, en realidad, Benedicto XVI, cuando recomendó, en su reciente viaje a África, una mayor castidad en las relaciones sexuales y una mayor fidelidad en las mismas, lo que debería de haber hecho es, al contrario, hacer propaganda y agitación sobre el uso del profiláctico. Tal es el pensamiento de Juan Masiá, jesuita y dispensador de teorías anticatólicas además de, al parecer, admirador de otra clase de dispensaciones.
Y decir, además, que la Iglesia católica ha de permanecer en silencio sobre el uso del preservativo supone, dicho pronto, haberse pasado unos cuantos pueblos al respecto de lo que la Iglesia católica ha o no ha de hacer o decir. Supone, sobre todo, un comportamiento propio de un ciego voluntario.
Vayamos, ahora, con la malhadada equiparación.
Al parecer, es igual o viene a ser lo mismo, que el cardenal hable de lo que la Iglesia católica cree conveniente difundir y lo que una persona como Llamazares (laicista donde los haya) estime oportuno proferir.
Y, así, los pone al mismo nivel; los equipara.
El Cardenal Cañizares
“Lástima que no pueda ser el obispo Cañizares quien tenga credenciales para decir esto, porque tras las repetidas ocasiones en que la Conferencia episcopal ha cometido ingerencias violadoras de la correcta relación entre Iglesia y Estado (por ejemplo, sus recomendaciones a los parlamentarios católicos con motivo de legislaciones sobre bioética), se ha perdido la credibilidad para exigir a la otra parte que cumpla con el criterio de la laicidad de mutuo respeto”
Gaspar Llamazares
“En cuanto al señor Llamazares, habrá que aconsejarle que no se rebaje hasta caer en el mismo nivel de la Conferencia episcopal, cometiendo semejantes ingerencias en sentido opuesto. De lo contrario serán, si se permite el ripio, ‘tales para cuales, los Cañizares y los Llamazares’, dignos siempre ambos extremos de confirmar la idiosincrasia española que escenificaba Buñuel…”
En esto dicho hay algo que es muy grave.
En primer lugar, Cañizares, cardenal de la Iglesia católica, tiene todo el derecho a decir lo que ha dicho sobre el tema de Benedicto XVI y sobre la actitud de determinados partidos del Congreso de los Diputados y la demandada reprobación del Santo Padre. Está legitimado y, además, debe hacerlo.
En segundo lugar, el lenguaje utilizado por Masiá denota algo que es muy inquietante: ha colocado al comunista Llamazares por encima del cardenal Cañizares. Eso lo ha hecho al decir que “habrá que aconsejarle que no se rebaje hasta caer en el mismo nivel de la Conferencia episcopal”. Y se refiere a Llamazares, zaheridor profesional de la Iglesia católica y perseguidor poco disimulado de la fe.
Y esto es bastante ruin e impresentable.
Acaba, por decirlo así, con una “perla” muy propia de alguien desnortado:
Lo suyo lo escribe alguien que “está convencido de que se deben revisar los acuerdos anacrónicos entre Iglesia y Estado”
¿Por qué esto?
Es que lo plantean, nada más y nada menos, “desde su propio partido” (el de Rodríguez Zapatero) y “desde las áreas más abiertas de la misma comunidad eclesial”.
O sea, a la que Masiá pertenece y, por ejemplo, las redes cristianas sembradoras de cizaña, o, en general, los progres de la Iglesia católica.
Y esto sí que es, en verdad, una buena equiparación.
Eleuterio Fernández Guzmán
19 comentarios
Masiá et alii,solo se pertenece a sí mismo,esto no es nuevo en Iglesia,donde he conocido,y conozco, a tipos que solo vivían para hacer carrera,eclesiástica off course!,pero carrera.Tipos que transpiraban vanidad y,casi,exigían adhesión y aplauso,que se constituían,y constituyen en, falsos, maestros y doctores,y,que acaban haciendo mucho daño.
Cuando el deterioro es tan notorio,solo me queda orar, y confiar en el poder de la oración.
¡Pentecostés se acerca!
La verdad es que creo que, en todo caso, necesita, esta persona mucha oración. Seguramente creerá que somos unos necios si rezamos por él porque se debe considerar salvado ya.
Sin embargo, el daño que pueden causar personas como Juan Masiá es grande porque siempre hay personas que siguen a determinados falsos profetas.
De todas formas, esperemos que Pentecostés le sirva para recibir un nuevo envío que no tergiverse.
Cierto es que las comparaciones son odiosas, pero cuando estas se hacen sin atender a ninguna decencia, revelan un gran desconocimiento de la realidad y unas ganas de tergiversación enormes.
Sin embargo, lo que más me apena, y me sigue sorprendiendo que nadie tome medidas, es el continuo desprecio al Magisterio de la Iglesia de este individuo. Masiá desprecia la castidad como única vía eficaz para evitar el contagio por efermedades de transmisión sexual. Pues nada. Espero, aunque lo dudo, que la opinión de Masiá no sea generalizada en la Compañía de jesús, porque si no pronto empezaremos a ver dispensadores de profilácticos por los pasillos de los colegios jesuitas.
Yo también espero que sus opiniones no sean muy comunes dentro de la Compañía de Jesús. En realidad, es muy cierto lo que se dice sobre que de todo hay en la viña del Señor.
Lo malo es cuando algo de lo que hay sea, sobre todo, cizaña.
Muchas veces pienso que, en realidad, están de acuerdo con lo que dicen. Resulta muy difícl creer eso pero, en realidad, muchas veces lo parece.
De todas formas, además de sus superiores, digamos, naturales (por el ejemplo, el Superior de la Compañía de Jesús) hay, también, otros superiores que, no pertenecientes a los jesuitas, podrían decir o hacer algo.
A lo mejor creen que se trata, sólo, de opiniones. Sin embargo, tales opiniones son graves y atacan, directamente, no sólo a la doctrina sino, muchas veces, a aspectos esenciales de la fe católica.
No sé lo que busca.
De ninguna manera lo tomo a mal que me diga que sería conveniente que escribiera un poco más espaciado porque, por supuesto, que estamos en familia (todos somos hermanos por ser hijos de Dios)
Podría decirle que le voy a hacer caso. Sin embargo, como no quiero mentirle, le digo que me resultaría muy difícil hacer tal cosa porque siempre que veo que existe un tema del cual algo puedo decir, no puedo resistir decirlo.
Ahora espero yo que no se moleste Ud. por lo que le he dicho.
De todas formas, no descarto escribir con un poco más separación entre un artículo y otro.
Mientras tanto... le ruego que tenga un poco de paciencia.
Por otra parte, es cierto que Juan Masiá Clavel se encuentra, al respecto de la Iglesi católica, situado casi en una posición tangencial: toca a la Iglesia católica pero, muchs veces, casi ni se nota. Otras veces, está totalmente alejado de la misma.
Tengo que reconocer que Juan Masiá Clavel siempre me sorprende. En cada uno de sus escritos siempre se puede entresacar algo que, seguramente, o no está de acuerdo con la doctrina de la Iglesia católica o no lo está con algún dogma y cosas así.
Lo que busca, sobre todo, es provocar. Eso creo yo.
Y, en lo que a mí se refiere, lo consigue.
Es una pena, sin embargo, que no provoque, también, a alguno de sus superiores.
M.
Mucho me alegro de verle por aquí.
Sin embargo, dos contradicciones veo en su comportamiento:
1.-No estaré tan escaso de ideas cuando soy capaz de comentar otros blogs. Además, debo llevar publicados más de 1.000 artículos en internet en diversas páginas, lo cual no creo yo que sea por una falta de ideas. Pero eso no creo yo que importe demasiado ahora.
2.-Quien está escaso de ideas es, precisamente, Ud. porque ha repetido la misma idea en su comentario que me hizo en el último artículo que escribí en Religión en Libertad que es por cierto, es el último comentario. Un honor para mí.
http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=23&title=creo_que_es_necesaria_una_despedida&more=1&c=1&tb=1&pb=1#comments
Lo que no soy capaz de entender es cómo pudo Ud. hacer un comentario (a las 15:13 p.m. del 6 de mayo) a un artículo que, por cierto, había desaparecido ayer, 6 de mayo, por la mañana de Religión en Libertad. Será un misterio internáutico, seguro.
En fin... cada cual es como es.
Un saludo.
Sigo pensando que usted no tiene ideas. Tan sólo una: meterse en blogs que no le interesan a incordiar (cosa que jamás he entendido pero que ahora que lo estoy haciendo me da cierto gustito).
En cualquier caso sigue en pie mi comentario de las comas. Pero como ud. dice -y coincido sólo por esta vez- cada uno es como es.
Otro saludo
De todas formas, le prometo que intentaré remediar el asunto de las comas. De verdad se lo digo.
Pues vaya caricatura que es. Si para darse alguna importancia tiene que decir ciertas cosas... mejor estaría callado.
Seguramente no será el último porque, de vez en cuando, como sabe Ud. le da por escribir supuestas series de, también, supuestos, graciosos artículos (en tono, digamos, de broma) que no tienen ni la más mínima gracia.
Algún día, claro, se acabará esto. Al menos eso espero yo.
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