En Canarias algún párroco está de atar

El pasado 13 de octubre, informaba Religión en Libertad sobre las declaraciones de un párroco de canarias que demuestran que, por mucho que se haya estudiado, a veces no se ha alcanzado el nivel mínimo de comprensión del mundo.

O, por decirlo de otra forma, que se está en otro mundo. Y de atar.

El mismo día que apareció la noticia en ReL, Luis Fernando Pérez Bustamante, en un exceso de bondad, dejó escrito que no sabía si es que el párroco en cuestión, Fernando Báez Santana, estaba como una “regadera” (expresión con la cual se caracteriza a quien manifiesta alguna discordancia entre la realidad y su persona)

Supongo yo que esto lo decía para excusar al causante de unas declaraciones (vía entrevista canaria) que manifiestan hasta dónde se puede llegar si se actúa sin esos dos dedos de frente que se le suponen a todo sacerdote.

Pero no. No vale, aquí, ningún tipo de justificación. El tal Fernando Báez Santana está de atar. Pero no vaya a creerse que se trata de ninguna eximente porque su atadura no es de locura transitoria sino de manifestación de un virus mundano que, de vez en cuando, ataca a ciertos sectores de la Iglesia, Esposa de Cristo que, de tanto en tanto, ha de soportar, en su seno, cierto tipo de cargas (que será, sin duda, parte de la cruz que ha de llevar a cuestas por los caminos del mundo) con las que, estoy seguro, se gana el definitivo Reino de Dios con tal aguante.

Tengo entendido que a don Fernando Báez Santana le han asignado la parroquia de Lomo Magullo que, a su vez, incluye las de Cazadores y Las Breñas, lugares donde ha de ejercer el ministerio para el que, se supone, está preparado.

Pero, para ejercer tal ministerio se requiere tener conciencia del papel que se desempeña dentro de una comunidad a la que se sirve y, sobre todo, no sembrar cizaña donde no se puede sembrar tan mala semilla.

Sin embargo, a Fernando Báez Santana, párroco ”independentista” como se indica en la información de origen de la noticia, debe haber olvidado que, como la cizaña de la parábola del propietario que sembró trigo (Mt 13:24-30), será cortada y quemada, cuando corresponda, pues su actitud es la propia de quien pretende embrollar política y religión para obtener algún tipo de beneficio, digamos, mundano.

No debería olvidar, por otra parte, que actuando como lo hace, deja de ser sal que dé sabor a la fe y levadura que extienda el Reino de Dios por su tierra canaria.

Y es que, además, hacer ciertos paralelismos como hace, en la entrevista, don Fernando Báez, está fuera de lugar.

Cuando alguien es capaz, se atreve a hacerlo, de poner al mismo nivel a Jesucristo y a Antonio Cubillo, independentista canario venido a menos, y, además, a decir que la Virgen de La Candelaria le debe algo al tal Cubillo (¡Es decir, la Madre de Dios a un hijo de Dios y no al revés¡) es que, por decirlo pronto, debería volver al Seminario donde, al parecer, no asimiló bien la doctrina que tenía que haber comprendido en su día o, lo que es lo mismo, que su corazón ni rozó.

Por eso digo que Fernando Báez Santana está de atar. Pero no por estar loco (como enfermo mental, porque tal cosa sería algo que disminuiría su culpa) sino de no saber distinguir entre sus gustos políticos y su labor como presbítero. Por esto está de atar, pero de atar corto, para que no siga desmandándose.

Aunque, también les digo que, recordando a Setién, seguro que sigue estirando de la cuerda.