InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

28.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – La realidad es cómo somos nosotros...

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena- La realidad es cómo somos nosotros


“Morir es seguro y difícil, pero lo esencial es que Tú has muerto también, y eras el amor, la impecabilidad y la esperanza.” (Beato Lolo, de su libro 
Dios habla todos los días)

En realidad, Manuel Lozano Garrido no dice nada que se pueda decir que es del otro mundo ni ha descubierto planeta alguno. Y es que dice, sencillamente, que la muerte la tenemos asegurada. Pero también dice que es difícil.

Esto es verdad. Primero que, para nuestra desgracia dado que, a lo mejor, así no estaba previsto por Dios (por lo menos no así, de la forma en la que morimos), la muerte, la nuestra es como es. Y si nuestros Primeros Padres no hubieran hecho lo que hicieron es cierto y verdad que nuestro adiós al mundo podría haber sido como el que fue y que celebramos hace muy poco, el 15 de agosto, la Asunción de la Virgen María. Sí, podríamos haber subido al Cielo en cuerpo y alma si no hubiera entrado la muerte y el pecado en el mundo con el pecado de Adán y Eva que es de lo que Dios privó, precisamente, a nuestra Madre.

Bueno, de todas formas, esto no es más que una idea del que esto escribe pero es que sería la mar de maravilloso que eso pudiera haber pasado. Pero, de todas formas, ante eso no podemos hacer nada porque las cosas son como son y, por eso, Lolo asegura que, en efecto la muerte es segura…

Pero también dice Lolo que la muerte es difícil. Y lo es según sea el listón que nos tengamos puesto en cuanto a la fe se refiere. Es decir, si estamos, en el fondo, alejados de Dios, es cierto y verdad que la muerte ha de ser algo muy difícil pues no se confiará en que haya nada después de la misma. Pero si tenemos una fe recia y a prueba de toda mundanidad y tentación de Satanás, es más que posible que creamos y estemos seguros en que después de nuestra muerte nos espera un mundo mejor.

Sin embargo, muy bien dice el Beato de Linares (Jaén, España) que en esto hay algo que es más importante y que es, por eso mismo, “esencial”.

Apunta lo que dice de Jesucristo a cómo somos nosotros.

Esto lo decimos porque dice Lolo del Hijo de Dios que sí, que el hijo de María murió como lo hace cualquier persona pero, como es bien sabido, Jesucristo no era cualquier persona. Y no nos referimos a que era Dios hecho hombre, que también, sino que apunta Manuel Lozano Garrido a ciertas características humanas y espirituales que adornan al Hijo de Dios o que, para ser más certeros, adornaban cuando vino al mundo por primera vez.

Dice Lolo que Jesucristo era el amor, la impecabilidad y la esperanza.

Como suele ser habitual en lo que escribe Manuel acierta de pleno en lo que escribe y nos muestra la perfecta comprensión que tenía, aquí también, del Hijo de Dios.

Que Cristo era el Amor, así con mayúscula, es cierto del todo pues así lo demostró muchas y más veces. Nada que objetar sino afirmar, con Lolo, una verdad tan clara y grande como ésa.

Que Cristo estaba agraciado de impecabilidad es algo que tenemos por fe y que, además, no puede ser de otra manera: ni tenía defecto alguno ni pecado tampoco. Y por eso se suele decir que era en todo igual a nosotros menos en el pecado…

Que Cristo era el ejemplo más profundo de lo que es la esperanza lo dejó bien claro a lo largo de su vida pública donde siempre manifestó su corazón el bien que era el porvenir de la humanidad que en Él creyese.

¿Y nosotros, cómo somos?

En cuanto al amor… en fin… no tenemos más que mirar nuestras acciones y omisiones…

En cuanto al pecado… en fin… no tenemos más que mirar nuestro corazón…

En cuanto a la esperanza… en fin… no tenemos mas que darnos cuentas de cuántas veces nos desesperamos…

Nos quiere decir Lolo que como Cristo ha muerto y siendo cómo era… vamos… que no deberíamos quejarnos tanto de nuestra muerte. Ahora bien, tampoco es como para mirar para otro lado ante lo que tiene que pasar… Y eso lo decimos por la necesaria preparación (toda una vida por antes de la muerte) ante el adiós de este mundo y, Dios quiera y nosotros también, la bienvenida al otro… ¡Sí!, al mejor y más duradero.

Lolo, sobre esto o, mejor, en esto, triunfó a la perfección.


Eleuterio Fernández Guzmán


Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (33)

¿El Dios de la noche, la enfermedad y la agonía? El Dios de las mañanas con sol, el desvelo paternal y la dicha eterna. ”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

21.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Aceptar el sufrimiento

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – Aceptar el sufrimiento 

 

“Sobre todo, lo que vale es que el sufrimiento redime, personal y comunitariamente y que puede quedar en infecundo sin la previa aceptación.” (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de la Cruz)

  

Es que Lolo era una persona muy especial”.

  

Esto dicho arriba es lo que puede llegar a pensarse acerca del sufrimiento y de la relación que tenía Manuel Lozano Garrido, a la sazón Beato de la Iglesia Católica desde el 12 de junio de 2010. 

Y sí, es cierto y verdad que Lolo era una persona muy especial. Pero no vaya a creerse que era especial y, luego, entendía el sufrimiento como lo entendía sino era que era, justamente, al revés: entendía el sufrimiento como lo entendía y eso lo hacía ser una persona más que especial. 

El caso es que todo, aquí, tiene que ver con una palabra a la que no solemos acogernos mucho en según qué circunstancias estemos o por las que estemos pasando: aceptación. 

Podemos ver, a tal respecto, que tal palabra es la última que escribe Lolo este texto de su libro Cartas con la señal de la Cruz que viene a ser, para quien no lo sepa, eso que dice el título: una serie de cartas que le escriben a Manuel personas que sufren y lo están pasando mal y la respuesta que les da el linarense universal.

 

Pues bien, este texto podía ser el ejemplo perfecto para todo el contenido del supracitado libro porque en el mismo muchas personas le manifiestan a Lolo que sufren y él argumenta aquí, y vale para todo lo demás, que antes que nada hay que aceptar el sufrimiento… 

Podemos decir, como muy bien apunta Lolo, que una vez el sufrimiento se ha aceptado, todo lo demás, viene de la mano de tal aceptación. 

Es cierto y verdad que no siempre aceptamos el sufrimiento o, si lo aceptamos, no lo aceptamos como lo aceptó Lolo en su vida. Y eso es, además de evidencia de que no lo comprendemos del todo, la más valiosa aportación a nuestro corazón de que tenemos en quien fijarnos en esto de no pasarlo muy bien según y cómo. 

En primer lugar, dice Manuel Lozano Garrido que el sufrimiento redime. Y lo hace si, claro, sabemos que eso es lo que pasa si cumplimos con la condictio sine qua non de que lo aceptemos. Y la redención a través del sufrimiento supone que el mismo lo ofrezcamos por alguna santa intención que Dios ha de recibir con agrado: sufrimos pero, a la vez, ofrecemos el sufrimiento es garantía de ser redimidos. 

Alguien podría pensar que eso, la redención, es puramente personal. Sin embargo, no es poco cierto que la misma también beneficia espiritualmente a la comunidad de la que formamos parte pues uno de sus miembros ha encontrado salvación y eso ha de venir muy bien a la parte de la que forma parte. Y por eso, diciendo Lolo que sufrimiento redime “comunitariamente” es por lo que es tan valiosa la aceptación de mismo por quien sufra. 

¿Vale la pena, por tanto, aceptar el sufrimiento por muy difícil que eso pueda llegar a ser?

 En efecto, sí vale la pena pues, de otra forma, el mismo quedará sin fruto y habrá muerto en nosotros la posibilidad de que lo dé. 

Sobre esto, no podemos dejar de sufrir que a lo largo de la historia de la salvación ha habido muchos creyentes cristianos, aquí católicos, que han aceptado su sufrimiento algo así como aportándolo al general haber de la comunidad y de Quien depende la misma. Y es por eso ya dijo hace mucho tiempo San Pablo eso de que

 

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1, 24)

 

Y es que, en realidad, todo está escrito. ¿Verdad, Lolo?

  

 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:  

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (32)

  

“Dios siempre llora al juzgarnos: o de pena, o de felicidad, por nosotros

  ……………………………

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

14.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: Ahora y luego

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: Ahora y luego 

 

“Del mundo tenemos nuestro cuerpo, las manos, la materia; del Paraíso, la ilusión, el ardor, la atracción, la perspectiva.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

 

Hace poco escribíamos en esta misma casa de un texto de Manuel Lozano Garrido acerca de la vida que hay después de la muerte. Y, lógicamente, afirmábamos que es que existe tal vida… 

Pues bien, esta semana, el Beato de Linares (Jaén, España) nos trae otro texto donde concreta mucho más la cosa. 

Podemos ver claramente que el linarense universal establece algo así como dos posibilidades de ver lo que somos aquí, en el mundo (digamos que la Iglesia militante) y lo que supone para los creyentes ese más allá anhelado que lleva el nombre de Cielo. 

De todas formas, hay quien, no siendo creyente católico (ni de ninguna otra religión ajena a la Verdad) no tiene por verdad que existe nada después de la muerte. En tal caso, sólo le sirve la primera parte de lo escrito por Lolo y todo será, en exclusivo, material y nada tendrá que ver con su ni lo espiritual ni lo que hay después de la muerte. 

A este respecto, podemos decir que “con su pan se lo coma” quien así piense pero debe tener en cuenta que las cosas son como son por mucho que esconda la cabeza en el suelo como el célebre avestruz… 

Pues bien, una vez hecho este pequeño apunte vayamos con lo dicho por Lolo que es lo que aquí importa. 

La verdad es que todo aquí es bien sencillo pues las cosas están dichas de forma que sean muy fácil de entender. 

En lo referido a nosotros en el mundo, en el lugar donde Dios nos ha dejado y nos mantiene, es cierto y verdad que, en efecto, lo tenemos por lo que somos, físicamente. Y por eso se nos habla aquí de nuestro cuerpo, de las manos y, en fin y en resumen, de todo lo que es materia. 

En realidad, no podemos despotricar de esto pues será ridículo hacerlo teniendo en cuenta que cada ser humano es como es y todo lo que dice Lolo es, exactamente, la verdad. 

Por ahí nada en contra podemos decir pues resultaría ser, nuestro comportamiento, algo así como el propio de un necio. 

Eso, de todas formas, sería el “Ahora”. 

Lo otro, sin embargo, es lo que importa y es, ciertamente, el “Luego”. Y a eso se llama aquí “Paraíso” pues es, exactamente, eso. 

Cuatro palabras utiliza Manuel Lozano Garrido para hablar del Paraíso, a saber: 

Ilusión, pues es cierto que es el anhelo mayor que todo creyente católico ha de tener, 

Ardor, pues nos ha de mover hacia el mismo el ansia y la plena energía espiritual, 

Atracción, pues es tan cierto como que el día existe y la noche también, que nos atrae la realidad del Paraíso de una forma más que fuerte y, por fin, 

La Perspectiva pues las cosas de nuestra vida espiritual, con vistas al Cielo, se han tomar, eso, con tal perspectiva y, por tanto, actuar en consecuencia. 

Podemos decir, y manifestar nuestro total acuerdo con Lolo en esta pequeña parte de su libro Las estrellas se ven de noche, que está bien eso de tener en cuenta nuestra vida material (pues también somos materia) pero sería la mar de conveniente tener en cuenta lo otro o, en suma, lo que es la vida eterna pues bien podemos responder a la pregunta de si se salvarán todos que sólo aquel que quiera salvarse. Así de simple 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy: 

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (31)

  

“Si te pudieras juzgar a ti mismo, sin saberlo, sin duda que lo harías con mucha más dureza que Dios. ”

 

……………………………

  

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

7.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: es que tras la muerte hay otra vida…

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación 

  

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: es que tras la muerte hay otra vida…

 

“Desde Cristo, la muerte sigue siendo una agonía, pero ¡menuda vida empieza tras del último sudor y la última palpitación!” (Beato Lolo, del libro Dios habla todos los días)

 

Desde que la muerte entró en el mundo tras el desgraciado comportamiento de Adán y Eva podemos decir que la misma se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza de todo ser humano. 

Sí, bien sabemos que, desde aquel mismo momento, hemos de sufrir un catastrófico corte en nuestro deambular por el mundo y debemos dejarlo así, como nos encontremos en ese momento, y afrontar nuestro destino eterno. Infierno, Purgatorio o Cielo es lo que nos espera… y tal es nuestra fe católica. 

Por eso, no vaya nadie a creer que la venida al mundo del Mesías iba a suponer la derogación de la muerte como forma de finiquitar nuestra vida sino que, como es fácilmente comprobable, todo ser humano, antes y después, ha muerto cuando le ha llegado el momento, “su” momento. 

Esto lo decimos porque, muy acertadamente, Manuel Lozano Garrido nos dice que, en efecto, desde que el Hijo de Dios fue enviado al mundo, la muerte… sí, sigue existiendo y no deja de ser una agonía porque, se quiera vestir como se quiera vestir es cierto y verdad que es algo verdaderamente agónico. 

Todo, sin embargo, no está perdido o, incluso, podemos decir que todo puede estar ganado según haya sido nuestro comportamiento en el mundo. Dios no ha puesto los pies en el suelo y luego ha sido cosa nuestra hacer con nuestros pasos lo que hemos querido. Y es que, aunque no podemos negar que podemos vernos afectados por muchas circunstancias que se escapan a nuestro hacer y quehacer no es menos cierto que la gran responsabilidad de ser lo que debamos ser tras la muerte no deja de ser nuestra. 

Podemos decir que, al respecto de lo que ha de ser tras la muerte, estamos seguros de que Lolo se muestra aquí muy optimista. Y eso lo decimos porque habla de ¡menuda vida!” y esto sólo puede querer decir algo bueno. Y es que, ciertamente, tras la muerte está la vida, hay otra vida que puede ser eterna aunque bien sabemos que también el destino eterno puede tener otro cariz mucho menos positivo si nuestro final es el Infierno del que no deberíamos dejar de hablar nunca para prevención, en primer lugar, de nosotros mismos y, luego, de nuestro prójimo que no puede ignorar tan terrible realidad espiritual. 

Existen, por tanto, un último sudor y una última palpitación porque así resulta que es el final del ser humano justo antes de su muerte: se tiene cierto miedo a la misma pero, al fin y al cabo, tras la última palpitación llega nuestro juicio particular. 

Nosotros estamos de acuerdo con Lolo cuando atribuye a la vida tras la muerte un, algo así, como grandilocuente porque la vida eterna no es para menos. Y estamos en la obligación de decir que eso no sale gratis sino que, a lo largo de nuestra vida (más o menos corta) en el mundo, seremos juzgados en el mismo momento de nuestra muerte y la sentencia del Tribunal de Dios será la que sea. Y, sin embargo, en tal “la que sea” tiene mucho que ver nuestro devenir en los años que han precedido a tal juicio. 

El caso que es sí, tras la vida en el mundo hay otra vida que, por no terminar nunca y durar, como diría Santa Teresa de Jesús, para siempre, siempre, siempre, debemos sopesarla en lo que vale y caminar en nuestra vida por la senda adecuada para que la sentencia que nos corresponda dé con nuestra alma en alguna de las puertas que no llevan al Hades, véase Infierno. 

Lolo tenía muy claro que tras su vida quisiera ver el Cielo, así, directamente, sin pasos intermedios ni nada por el estilo. Y por eso se gano justa fama de santidad aunque el reconocimiento de su especial alma llegara con los años (el 12 de junio de 2010, en concreto) Pero estamos tan seguros como que Jesucristo resucitó al tercer día de que Manuel Lozano Garrido tardó muy poco tiempo en dejar su sillón de ruedas a las puertas del Cielo. Vamos, nada de nada tras su muerte, aquí, en el mundo, para vivir para siempre cabe Dios.

  

Eleuterio Fernández Guzmán


Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (30) 

“¿Qué juicio va a formar del hombre, sino de bondad, el de un Creador que lo hizo con ilusión y esperanza? ” 

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

30.07.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Fe, con ella

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena – Fe, con ella

 

“Con fe nos liberamos, nos engrandecemos, nos eternizamos.” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

  

No son pocas las veces que se ataca la fe, la nuestra católica, seguramente por desconocimiento de la misma pero, sobre todo, por un claro desinterés de tenerla en cuenta en las vidas de quien eso hace no vaya a ser que comprometa a hacer lo que no se quiere hacer… 

¿Es verdad que a la fe, que ese creer sin ver, se la puede odiar?

Ciertamente, en nuestra patria española eso es algo que tenemos por seguro e, incluso, ahora mismo es más que fácil rascar algo en la superficie de algunas mentes esclavas del mundo y sus mundanidades para que salga a la superficie, como diría el viejo emperador Claudio, “toda la porquería” a tal respecto. 

Sin embargo, nosotros no vamos a entrar en eso porque, gracias a Dios, nos toca decir algo de alguien que tenía mucha fe y sabía que su creencia tenía apoyos más que suficientes. Y es que Manuel Lozano Garrido, Lolo para sus amigos, atesorada (pues era su verdadero) tesoro una fe bien grande, bien fuerte y más que profundamente arraigada en su corazón. Y por eso dice lo que dice en el texto que hemos traído hoy aquí. 

El texto es bien cortito. Sólo tiene ocho palabras y las más corta de ellas es, precisamente, la más importante y alrededor de quien gira todo lo demás. 

Sí, en efecto, tal palabra es “fe”. 

Esta corta frase sigue un camino que, bien mirado, nos lleva hasta donde todo creyente quiere ir, el puerto donde queremos llegue el barco de nuestra vida o, en fin, el destino perfecto que queremos alcanzar. 

En primer lugar, es cierto y verdad que con la fe nos liberamos. Y es que, escogida la misma como la nuestra y tenida, así, como el centro de nuestra vida, quedamos liberados de las esclavitudes que se nos proponen en el mundo muy a pesar de que se nos diga que es al contrario y que las mismas no son más que expresión de libertad… 

Nos liberamos, con nuestra fe católica, de todo aquello que está puesto en su contra y contra Dios, Padre Omnipotente. Y por eso no es tan querida nuestra fe: con ella somos conscientes de la filiación divina contra la que actúan tanto Satanás como sus muchos demonios de los cuales, no pocos, andan y trajinan a nuestro alrededor como sembradores de odio y de cizaña. 

Es propio, por otra parte, que la fe engrandezca nuestro corazón y, desde el mismo, nuestra vida tome el sentido que merece la de todo hijo de Dios. Así, no podremos sentirnos minusvalorados por las supuestas virtudes del mundo y podremos admitir ninguna capitidisminución de lo que somos y que no es otra cosa que descendencia divina pues ya dice San Juan que somos hijos de Dios, “Pues lo somos” (1 Jn 3,1) 

Pero hay algo que es de una importancia tan grande que no tenerlo en cuenta ha de venirnos la mar de mal. 

Esto de arriba lo decimos porque el Beato de Linares (Jaén, España) dice que con la fe nos “eternizamos” o, lo que viene a ser lo mismo, nos hacemos eternos. 

Seguramente habrá quien crea que basta decir que se tiene fe para que, de forma automática, se alcance la vida eterna. Y bien sabemos los creyentes católicos que eso no es así y no puede ser así. 

Ciertamente, con la fe se alcanza la vida eterna pero no es un regalo, así, sin nada que contraprestar. No. Al contrario es la verdad: tenemos todo un quehacer y todo un qué hacer… Y nada se nos va a regalar sino que hay que star “a Dios rogando y con el mazo dando”… para que se nos entienda mejor. 

Bueno. Hemos visto que con la fe, con ella, se sigue un camino que nos lleva rectamente a alguna de las moradas que Jesucristo nos está preparando en el Cielo. Ahora bien, de nosotros depende que tengamos que pasar antes por el Purgatorio. 

Por nuestra parte, nosotros creemos que Lolo subió, aquel 3 de noviembre de 1971, directamente y como un rayo, a las puertas del Cielo donde dejó aparcado, para siempre, si sillón de ruedas.   

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (29) 

“Pastor que se inclina sobre el precipicio para izar la oveja resbalada, ese es el Alto Juez.”

 ……………………………

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.