InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Apostolado laico -La Palabra para el Domingo

17.12.22

La Palabra para el domingo - 18 de diciembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 18 sino sábado, 17 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.



Mt 1, 18-24


 
“18 La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. 19 Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. 20 Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.’ 22 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: 23 = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, = que traducido significa: ‘Dios con nosotros.’ 24 Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.”


COMENTARIO

La santa voluntad de Dios

Todo lo que estaba escrito debía cumplirse.

Los profetas, inspirados por Dios, anunciaron lo que ahora estaba pasando. Y, entre ellos, el profeta Isaías. Fue a quien el Todopoderoso inspiró la verdad, aquello que, con el paso del tiempo, iba a suceder. 

Seguramente por eso, cuando Jesús, muchos años después, habla a los discípulos de Emaús les habla acerca de lo que los profetas habían escrito sobre la venida del Mesías. Y es que todo, como decimos, debía cumplirse. 

Aunque el episodio de la Encarnación está mejor narrado en Lucas, Mateo hace hincapié en algo muy importante. Jesús debía de tener un padre-hombre para que fuese reconocido como tal y evitar, así, los posibles problemas que podía tener María al decir que estaba embarazada. Es seguro que había sido lapidada. 

Se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de  David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura  que hay en ella

José, al que no puede reprochársele su pensamiento, tuvo alguna duda, al principio, de qué es lo que estaba pasando. Pero Dios, viendo que el fiat de María podía venirse abajo por eso, envió a su Ángel a que le comunicara que todo estaba en orden, según lo establecido por Dios. 

Conocedor como era el Ángel de lo que iba a pasar le dice a José lo que ha de suceder, el nombre del niño que va a nacer, Jesús, apostillando, para demostrar lo que le decía, con las palabras del profeta Isaías (Isaías 7, 14) lo que acabó de convencer a José: Virgen, María, profeta, Emmanuel-Dios con nosotros-… Todo sonaba a cierto, a Verdad. 

José hombre piadoso donde los hubiera, accede a lo dicho por el Ángel y, como dice el texto, “tomó consigo a su mujer” pues, según el derecho judío, al haberse llevado a cabo los desposorios, ha podía llamarse “marido” y María “su mujer”. 

Este texto de hoy, conocido y reconocido, nos ha de traer, por fuerza y razón, a la mente, a aquella mujer que, ajena a la escena entre el Ángel y José, suspiraba con su situación y tenemos, por eso, que demandar ayuda de su corazón y auxilio de su amor. 
  

PRECES

Por todos aquellos que dudan del poder de Dios.

 
Roguemos al Señor.
 
Por todos aquellos que no confían en la voluntad de Dios.
 
Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN
 

Padre Dios; ayúdanos a confiar siempre en tu santa voluntad.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.



Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:

 
Todo debía cumplirse… y se cumplió. 

 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 


10.12.22

La Palabra para el Domingo - 11 de diciembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 11 sino sábado, 10 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.
 

Mt 11, 2-11

“2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: 3  ‘¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?’ 4 Jesús les respondió: ‘Id y contad a Juan lo que oís y veis: 5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; 6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!’ 7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: ‘¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? 8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. 9 Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. 10 Este es de quien está escrito: = He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. = 11 ‘En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.’”
                             

              
COMENTARIO 


Entre Juan y Jesús

 

La vida de aquel hombre designado por Dios para introducir en el mundo a su Hijo había sido muy ajetreada. Si desde el seno de su madre, Isabel, recibió la buena noticia de que el Salvador del mundo iba en el vientre de la prima de su Madre, llamada María, no iba a dejar de cumplir la misión para la que, muy especialmente en el seno de una mujer a la que llamaba estéril, iba a nacer.

Pues bien, aquella misión la cumplió tan bien Juan el Bautista que, por eso mismo, fue encarcelado pues no pudo el Mal hacer otra cosa que utilizar a ciertas mujeres y a cierto hombre poderoso para que la cabeza de aquel buen hombre de Dios rodara por el suelo y fuese servida, ante indignos comensales, en una bandeja.

Pero aquí, en este texto del evangelista Mateo, Juan aún no ha subido a la Casa del Padre. Sus discípulos, aún en la cárcel estando su maestro, se ven enviados por el mismo a preguntar a Jesús si es que era Él quien debía venir para salvar al mundo.

Es más que probable que Juan supiera, lo sabía de hecho antes del bautismo de Jesús, que su primo era, en efecto, el Mesías. Sin embargo, necesitaba la confirmación del hijo de María y de José para que todo el mundo supiera, ya para siempre que había llegado el Esperado, el Ungido de Dios. 

Y Jesús no puede apartar nada más, y nada menos, que lo que ha hecho. Las Sagradas Escrituras hasta entonces conocidas por el pueblo elegido por Dios, decían que el paso por el mundo del Mesías se vería acompañado de una serie de hechos que, por extraordinarios determinarían que el mismo era, en efecto, el Enviado de Dios. Y no por casualidad todo aquello se estaba cumpliendo a la perfección: Jesús cura a ciegos, cura a sordos, resucita a muertos y, como consecuencia de todo eso, anuncia que el Reino de Dios ha llegado.

Todo, pues, se estaba cumpliendo.

Catholic.net - Juan el Bautista. Un testigo de la luz

Pero Jesús sabe que ha de decir algo importante sobre Juan.

Al igual que le pasaba a Él mismo, que muchos esperaban un Mesías vengador contra el pueblo opresor romano, lo bien cierto es que muchos también esperaban que quien debía anunciar al Mesías debía ser un hombre más bien rico, muy bien vestido… Y, sin embargo, como a Él mismo le pasa, Juan también es pobre y viste pobremente aunque Él cumple la voluntad de Dios, igual que hace Jesús.

Como todo lo que estaba sucediendo ya había sido escrito por los profetas de Dios en los textos sagrados hasta entonces conocidos, lo que estaba pasando con Juan también se había escrito. Dice Jesús, por eso mismo, que aquel hombre era quien enviaba Dios para que preparar el camino y, como diría Él mismo, anunciase que los caminos del Señor debían ser enderezados (señal de que se habían torcido bastante). Era, de aquí su importancia intrínseca, el más importante de los nacidos sin contarlo a Él mismo, claro.

 

Y algo muy importante dice Jesús al final de este textoJuan el Bautista es un hombre muy importante pero incluso así quien ha alcanzado el Reino de los Cielos, el definitivo Reino de Dios y allí es el más pequeño es más grande que quien bautizó a Cristo.

¡Gran misterio es éste!, y, sin embargo, nos muestra la importancia que tiene no olvidar cuál es nuestro destino eterno y cómo debemos enfocar nuestra vida: enderezando nuestro camino…

PRECES

Por todos aquellos que no tienen en cuenta las recomendaciones de Juan el Bautista en su predicación.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no se dan cuenta de que la importancia espiritual es mucho más importancia que la material.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a encontrarte en lo bueno y mejor del mundo. 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

 

¡Qué Juan más grande! ¡Qué grande que fue Juan!  

3.12.22

La Palabra para el Domingo - 4 de diciembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 4 sino sábado, 3 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.
 

Mt 3, 1-12


 
“1 Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: 2 ‘Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos.’ 3 Este es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: = Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. = 4 Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a sus lomos, y su comida eran langostas y miel silvestre. 5 Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, 6 y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. 7 Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: ‘Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado  a huir de la ira inminente?  8 Dad, pues, fruto digno de conversión, 9 y no creáis que basta con decir en vuestro interior: “Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham.10 Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al  fuego. 11 Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de  llevarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12 En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.’”

 

 
COMENTARIO

Terribles  pero esperanzadoras palabras
 

No podemos negar que Juan el Bautista no era nada políticamente correcto. Como se suele decir, le importaba un comino lo que se pudiera decir de lo que él decía. Debía cumplir una misión y, como profeta, la iba a llevar a cabo pesase a quien pesase. Y por lo que sabemos de su vida y del final de la misma… fue a él a quien más le pesó. 

Pero ahora lo encontramos, podemos decir, predicando. Y lo que dice no podía gustar mucho a los aludidos que, como es bien conocido por todos, eran los mismos que iban a perseguir a Jesús hasta darle muerte.
 
El Bautista no llevaba una vida regalada. Vivía en el campo de lo que podía encontrar y no vestía con púrpura y lino sino de una forma más que pobre. Y eso era, para muchos, muestra de que no era ningún charlatán y que había que escuchar lo que decía y seguir lo que hacía. Por eso tuvo como discípulos, más que probablemente, al mismo Juan, el que fuera el menor de los Apóstoles de Jesús que siguieron al Maestro de Nazaret cuando su primo el Bautista dijo que era el Cordero de Dios. 

Pues bien, Juan no se corta un pelo ni tiene pelos en la lengua. Al contrario es la verdad: da a cada uno según lo suyo que es una antigua definición del término “derecho”. Lo que pasa es que algunos merecían todo lo que les decía aunque no les gustara.   

El caso es que Juan predica acerca de la conversión. Y lo hace porque sabe que es la única manera de alcanzar el Reino de los Cielos del que habla. Lo era entonces y lo es ahora mismo, cuando tantos se alejan de Dios porque, como pasaba con el Bautista, no gusta mucho lo que nos dice. 

Pero Juan no deja de comunicar lo que cree que es importante. Por eso bautiza para el perdón de los pecados. Y muchos lo siguen, se bautizan en el río Jordán y salen limpios. Era una primera posibilidad establecida por Dios Padre Todopoderoso para que sus hijos fueran preparando el camino hacia su definitivo Reino. 

Muchos, sin embargo, debían acudir allí para algo distinto. No querían saber nada ni de conversiones ni de perdón de los pecados (estaban seguros que sólo Dios podía perdonarlos y no un hombre… menos aún un andrajoso como aquel Bautista…) Y ellos vivía en su seguridad espiritual. 

LA VIDA EN EL ESPIRITU - La voz del Espíritu Santo

Pero Juan los ha calado y les ha tomado la matrícula, los ha identificado a la perfección llamándolos “raza de víboras”. Y eso, seguramente, no debió gustarles mucho que digamos. Pero hacía lo que debía hacer independientemente de las consecuencias que, para su vida, eso pudiera acarrearle. 

Y, al final de esa predicación suelta la bomba: ha de venir quien bautice con Espíritu Santo y fuego. Es más, tiene en su mano el instrumento para limpiar a los malos de la faz de la tierra y, además, para quemarlos en el fuego eterno. Y, por eso, él se considera nada ante tal persona. 

No podemos negar que Juan el Bautista tenía valor y que para nada le importaba la opinión de los que, con toda seguridad, estaban perdidos para siempre. 

                        
PRECES

Por todos aquellos que no creen en la venida de Cristo Rey del Universo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren cambiar su corazón de piedra.

Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a convertir nuestro corazón.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

 

¡Y vino el Salvador a bautizarnos con Espíritu Santo y fuego!

26.11.22

La Palabra para el Domingo - 27 de noviembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 27 sino sábado, 26 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.
 
Mt 24, 37-44
 

23  ‘Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, 39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del  hombre.40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; 41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada. 42  ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no  permitiría que le horadasen su casa. 44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.’”
 
 

Cuando menos pensemos vendrá Cristo

  

Velar, estar atentos, no despistarse de lo que verdaderamente importa. Esto es lo que Cristo quiere decirnos y lo hace de una forma más que convincente. 

Nos parece que el Hijo de  Dios quiere meter miedo en el cuerpo y en el alma a quien escuche esto. Y es que, en efecto, el fin buscado es el santo temor de Dios y a su Justicia.   

En tiempos de Noé, como bien nos dice Jesucristo, la vida se desarrollaba, para la gran mayoría, por caminos pecaminosos. Dios había llegado a pensar que la creación del hombre no había resultado como quería su corazón. Y decide castigar a una humanidad que se había separado demasiado de Quien la había creado. Deja, de todas formas, una luz de esperanza (Dios nos quiere demasiado como para no hacer eso) y destina a Noé y su familia a ser los nuevos Adanes y Evas (por decirlo así) del mundo. 

El ser humano, por eso mismo, iba a tener una nueva oportunidad, volver a empezar, por decirlo así. 

Sabemos que, en efecto, el ser humano volvió a repoblar la Tierra. Pero sucedió, libre albedrío en acción, que las cosas estaban volviendo por su cauce no demasiado bueno para el fin buscado por Dios acerca del hombre. Y tuvo que enviar a su Hijo para dar una nueva oportunidad, una nueva alianza, entre el Todopoderoso y su pueblo. 
 
El Periódico de México | Versión para imprimir | Columnas-VoxDei | Velad,  pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor
Y ahora, cuando el Mesías habla a los que le están escuchando, no lo hace sin sentido sino con plena conciencia de la advertencia que está haciendo a sus oyentes, discípulos o no, acerca de lo que ha de venir, de cómo ha de venir y, sobre todo, de qué hacer ante eso. 

Y les dice que velen. 

Velar supone, hablando pronto y claro, no dormirse. Es decir, permanecer en un estado espiritual de tal jaez que suponga que no se nos va a escapar nada, espiritualmente, importante. Supone, pues, oración, petición a Dios de un corazón blando y no de piedra y, en definitiva, poner todos nuestros sentidos del alma a la escucha del Espíritu Santo que quiere guiarnos por el bueno camino hasta el definitivo Reino de Dios. 

Jesús habla, en este texto de San Mateo, del ladrón que puede llegar a la casa con intención de robar. Y nosotros, en tal sentido, somos como los señores, protegiendo nuestra alma, que no quieren que el ladrón maligno robe nuestro bien espiritual. Por eso debemos permanecer atentos… velando por nuestro bien definitivo que no es otro que ocupar alguna de las mansiones que el Hijo nos está preparando y gozar para siempre, siempre, siempre, de la Visión Beatífica y de la Bienaventuranza. 

Y, para terminar, la última advertencia: no sabemos cuándo ha de venir el Hijo del hombre. Eso sólo lo sabe Dios. A nosotros lo que nos corresponde es velar, velar, velar.

 
PRECES 

Por todos aquellos que no quieren escuchar las claras advertencias de Cristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que quieren velar y dejan todo al amparo del Mal.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a velar para que no nos coja desprevenidos la llegada de tu Hijo ni seamos dominados por el Mal.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán
 
Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:
 
Debemos velar pues Dios está cerca.

19.11.22

La Palabra para el Domingo - 20 de noviembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 20 sino sábado, 19 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.
 
Lc 23, 35-43
 
“35 Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: ‘A otros salvó; que se salve a sí mismo si él  es el Cristo de Dios, el Elegido.’ 36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre 37 y le decían: ‘Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!’ 38 Había encima de él una inscripción: ‘Este es el Rey de los judíos.’39 Uno de los malhechores colgados le insultaba: ‘¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!’ 40 Pero el otro le respondió diciendo: ‘¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? 41 Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.’ 42 Y decía: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.’ 43   Jesús le dijo: ‘Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.’”
     
COMENTARIO

Entender y comprender a Cristo
 
El momento que refleja este texto del Evangelio de San Lucas es verdaderamente terrible pero, también, ciertamente, luminoso. 

Cristo se encuentra ya clavado en la Cruz y muchos lo miran. No todos lo hacen con pena sino que hay bastantes que tienen de  aquel hombre un conocimiento escaso. En realidad, como diría bien pronto el Hijo de  Dios, no sabían lo que hacían. Y, de verdad, no lo sabían. 

Como sabemos, con Jesús había dos personas. Le acompañaban dos ladrones que si se encontraban en aquella situación era porque su vida, a diferencia de la de Cristo, no había sido muy ejemplar. Dimas y Gestas (como se ha dado en llamar a tales ladrones) se encontraban, ante aquello, de una forma muy distinta, actuaban según sus propias emociones y sentimientos. 

En realidad, uno de ellos comprendió… el otro ni siquiera entendió nada de lo que le estaba pasando. Y perdió una gran oportunidad. 

No podemos negar que algunos de los allí presentes era posible que supieran que Jesús no era un hombre cualquiera. Lo consideraban, por eso mismo, muy peligroso porque había estado llamándoles la atención sobre mucho de lo que hacían y eso le procuró una muerte de tal jaez al hijo de María y de José. 

Ellos se reían. Y es que es posible vernos entre aquellas personas que miran la Cruz donde pende un hombre muy maltratado. Los que se mofan del Maestro lo hacen porque se sienten seguros. Allí, en aquella situación, nada puede hacerles. Y es que ellos ignoran que les está procurando la salvación eterna de haber creído que era el Hijo de Dios… 

Y los otros… aquellos dos ladrones que muestran la forma en la que podemos situarnos, posicionarnos, ante el Enviado de Dios, también tiene mucho que decirnos. 
 
Rescatan al “buen ladrón”, crucificado con Jesús y primer santo de la  historia - InfobaeUno de ellos, al que llamamos Gestas, no tenía muy claro qué estaba pasando allí. Echa en cara a Cristo que no los salve. Quiere que, sí, se salve Él pero que, de paso, los salve a ellos. Sin embargo, ellos parece que nadan han hecho para ser salvados salvo estar allí, en aquel momento, acompañando a la muerte al Hijo de Dios. 

Pero el otro… el otro, llamado o dado en llamar Dimas es conocido como el buen ladrón. En realidad, no es que fuera bueno por ser ladrón sino que al ser ladrón… pudo ser bueno y lo fue. 

Comprendió, Dimas, que Jesús, aquel hombre que los acompañaba, era especial. A lo mejor había oído hablar de Él o, incluso, podía haberlo conocido en alguna ocasión. El caso es que Dimas sabe que Jesús es inocente. Ellos, también lo sabe, no lo son. Y reconoce que son pecadores y que sólo Jesús puede hacer algo por ellos. 

Y lo pide. Pide con confianza al Hijo de Dios, que le ayude, que cuando venga con su Reino se acuerde de él porque ha creído que no tiene culpa el Maestro sino que ellos dos sí la tienen. 

Jesús, como bien sabemos que hizo otras muchas veces con quien tiene fe y confía en su persona, hace lo único que puede hacer: lo salva. 

Le dice el Emmanuel que hoy mismo estaría con Él en el Paraíso. Y alguno podría preguntarse cómo eso es posible si tardaría tres días en resucitar. Sin embargo, el tiempo de Dios no es el mismo que el de los hombres. Y, además, para el Creador nada hay imposible. Tampoco eso. 
 

PRECES

Por todos aquellos que no creen poder ser salvados.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no piden a Dios por su salvación.

Roguemos al Señor.
 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a implorar por nuestra salvación.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán
 
Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:
 
¡Qué bien saber que Cristo es el Salvador!