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20.04.24

La Palabra del Domingo - 21 de abril de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaComo es obvio, hoy no es domingo 21 de abril de 2024 sino sábado, 20. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  


Jn 10, 11-18

 
“1 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo,  abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14       Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre  y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas,  que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir  y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño,  un solo pastor.17 Por eso me ama el Padre,  porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla  y poder para recobrarla de nuevo;  esa es la orden que he recibido de mi Padre.’”

  
COMENTARIO 

El Buen Pastor 

La imagen de Jesús como Buen Pastor es una de las más queridas por nosotros, sus discípulos. Representa mucho porque simboliza tanto como el cuidado de las ovejas, el mirar por su bien y, en fin, el quererlas por encima de todo sin querer que una sola de ellas se pierda porque tal es una parte muy importante de la misión encomendada por Dios  a su Hijo. 

Y es que siendo el hebreo, esencialmente, pueblo de pastores Jesús utiliza esta imagen para dar a conocer su persona ya que, de esa forma, iba a ser entendido por aquellos que le escuchaban. Paralelamente traza una relación entre él y el Padre identificándose de tal forma, que no cabe duda alguna de que el amor que Dios tiene por su persona es justificado: siendo Él mismo, está en su Hijo en su totalidad. Jesús insiste en que Él es el buen pastor, contraponiendo, para demostrar esto, su figura a la de aquel que, siendo pastor, por apacentar ovejas (creyentes), huye ante el embate del maligno, dejando de lado a aquellos que debían ser sus custodiados, hecho que aprovecha, el maligno, para dispersarlos, dividiendo al pueblo de Dios entre aquellos que le siguen y aquellos que han huido. Y esto porque “el asalariado”, aquel que trabaja en cumplimiento, por una parte, de la Ley en sentido estricto y, por otra, para otra persona, no tiene en cuenta lo que debería ser su verdadera labor. Atento, exclusivamente, al apacentamiento pasivo, no inquiere sobre la verdadera Verdad, ni da el sentido adecuado a lo que la Ley dice sino que, vendido a la costumbre y a la tradición, en este caso equivocada como demuestra Jesús, no va más allá.

Celebremos el Día del Buen Pastor! – Colegio San Mateo

El Mesías, sin embargo, no huye ante las asechanzas del mal, de su mal, ni se abandona a la molicie y a la desidia: da su vida por sus ovejas. Esto está claro lo que quiere decir: por lo que tuvo que pasar en su Pasión. Por esto, sobre todo por esto (no por el mero hecho de sufrir, sino por comprender el valor de su dolor y de sus padecimientos) es por lo que el Padre le ama. Por eso Dios lo resucitará y Jesús así lo dice: para recobrarla de nuevo, la vida, se entiende. No pierde su vida porque la da para que los demás tengamos perdonados los pecados, por eso Dios no le quita la vida (lo cual sería impropio de un Padre amoroso y misericordioso) sino que la da por su voluntad, porque sabe el significado que tiene esa sangre que va a derramar, que bautizará al mundo en una nueva creación, para remediar las faltas de toda la humanidad y nacer, así, limpia, pura, digna.

Pero la misión de Cristo no acaba con ese, digámoslo así, trabajo de Pastor, de Buen Pastor, sino que esa misma labor tiene una finalidad, un fin, una comprensión teleológica: unir, en su persona (cuando muera atraeré a todos hacia mí, diría luego) a toda persona, pero, sobre todo, a aquellos que están separados, que pertenecen a otro redil, a aquellas personas que pueden o no tener conocimiento de su persona o que habiéndolo conocido, lo han abandonado, no han creído en su mensaje. Aquí radica, arraiga, su labor de conductor, de quien conduce a Dios. Con su persona, con su labor, con su vida misma, ha de juntar, con el ejercicio de esa función específica, y atribuida por su Padre, de pastor, recogiendo, bajo su manto, a todos, para que así, sea uno solo el rebaño, las ovejas que sigan a ese buen pastor que, cumpliendo la voluntad de Dios, puede optar por dar su vida o no darla: yo la doy voluntariamente, dice.

He aquí lo esencial de la fe del católico: voluntad, cumplimiento, entrega. Nada más, y nada menos, que eso. 

PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren a Jesús como Pastor.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que se comportan como simples asalariados en el Reino de Dios presente.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a seguir a Cristo, Buen Pastor nuestro enviado por Ti al mundo para que el mundo no pereciera.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

¡Que Buen Pastor es Cristo! ¡Qué bueno es Cristo como Pastor!

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

6.04.24

La Palabra para el Domingo - 7 de abril de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 7 de abril de 2024 sino sábado, 6. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  


Jn 20, 19-31

  
“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20   Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. 21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió,  también yo os envío.’  22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23    A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados;   a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’   24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ‘Hemos visto al Señor.’ 25 Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.’ 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: ‘La paz con vosotros.’ 27   Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.’ 28 Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío.’ 29 Dícele Jesús: ‘Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.’ 30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. 31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”
  

COMENTARIO

Lo que es la fe; qué es

Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron. 

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser. 

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total. 

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios. 

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos,  con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios. 

Y como era esencial llevar a cabo una definición, el establecimiento de un concepto claro y diáfano de Fe, lo hace en cuanto Tomás, llamémosle el incrédulo, duda de su presencia ocho días antes, ante sus apóstoles, allí, entre ellos, ante sus hermanos de fe. 

La fe de Tomás | Parroquia Santo Domingo Savio

Y como este apóstol debía tocar para creer, ver para creer, mirar para creer, le conmina a lo que todos sabemos: trae tus dedos, mira mis manos, etc., ante lo cual no pudo salir otra cosa de su boca que la tan conocida expresión de Señor mío y Dios mío. 

Ante esta expresión de sumisión a Cristo, éste, define, de una manera radical (de raíz), básica, imperecedera, lo que es la Fe: creer sin haber visto; sin haber visto, dijo. Ahí reside el elemento fundamental de nuestra expresión como cristianos y como hijos de Dios: asentimos ante unos hechos, unas realidades que no somos capaces de comprender. Sin embargo, creemos, tenemos Fe. Y otra cosa que no sea eso, el cuestionar estos hechos y estas realidades con el pretexto de no ser demostrables es, ciertamente, la mejor manera de permanecer alejados del Mesías y, por tanto, de Dios, al que no vemos, pero oramos, seguros, como estamos, de que nos escucha pues, para esto resucitó Cristo.

PRECES

Pidamos a dios por todos aquellos que dudan de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la Paz de Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no dudar nunca de tu presencia en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Tener fe es eso: creer sin ver.

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

30.03.24

La Palabra del Domingo - 31 de marzo de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaComo es obvio, hoy no es domingo 31 de marzo de 2024 sino sábado, 30. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

 
Jn 20, 1-9

   
“El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.’ Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.  Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.”

    


COMENTARIO

¡Resucitó!
 
Es de imaginar cómo se encontrarían los discípulos más allegados de Jesús tras la muerte en la cruz del Mesías. Por mucha confianza que hubieran tenido en Aquel que les enseñaba, su huida en el momento crucial de la cruz nos hace suponer que tenían mucho miedo y, por eso, estaban escondidos. Y no es extraño que lo tuvieran porque sabían a la perfección que los poderosos que habían conseguido, de aquella manera, la muerte del Maestro, no dudarían en matar a sus discípulos más allegados porque podían continuar con la labor iniciada unos años antes por el carpintero de Nazaret. 

Sin embargo, alguien que amaba mucho a Cristo salió a visitar a su Señor. María Magdalena fue muy pronto, de madrugada, quiso visitar a quien tanto bien le había hecho. Sin embargo, no encontró, siquiera, el sepulcro cerrado y eso le extrañó sobremanera. No era normal, ni esperado, que nadie hubiera movido la piedra que tapaba el sepulcro y que se hubieran llevado al Maestro. No era lo que la Magdalena podía querer ver ni ser testigo. 

Los demás debieron tomarla por desequilibrada porque no iban a creer que Jesús iba a haber desaparecido sin más ni más. Por eso corrieron al encuentro de los restos del Hijo de Dios. Pedro era mayor que Juan y eso le hizo llegar después que el discípulo amado que vio lo que vio que fue, más o menos, que Jesús no estaba donde debía estar y que, a lo mejor, alguien se lo había llevado. Pero no quiso entrar tal era la situación en la que se encontraba Juan.

HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS

Sin embargo, un discípulo, el que era más joven y muy querido por el Señor tuvo conocimiento inmediato de lo que había pasado. Seguramente había hablado muchas veces en privado con Jesús y en muchas ocasiones le habría dicho lo que otros, como Pedro por ejemplo, no querían entender: que iba a morir como iba a morir y que resucitaría al tercer día. Estaba escrito y, por eso mismo, aquella voluntad de Dios tenía que cumplirse. 

Dice el texto de San Juan que cuando aquel joven entró, después de Pedro, en el sepulcro, “vio y creyó”. Tal inmediatez nos hace pensar que, en efecto, era más que conocedor de lo que pasó y que no ver allí a Jesús sólo podía querer decir que había resucitado y que se había cumplido todo, palabra por palabra, aquello que tantas veces le había escuchado decir al Maestro. 

Juan no se atrevió, como hemos dicho, en un principio a mirar más allá de la entrada del sepulcro pues bien dice él mismo en su Evangelio que sólo vio las vendas en el suelo pero no lo que, entrando dentro, vio Pedro y que no era otra cosa que el sudario bien plegado en otro lugar y que era señal de que había sido allí dejado a conciencia y no porque nadie hubiera robado el cuerpo de Cristo. En la huida difícilmente nadie se habría preocupado en doblar la prenda que cubría la cabeza de Jesús y dejarlo con cierto respeto en un lugar distinto.

Jesús había, pues, resucitado y todo se había cumplido.

 
PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la resurrección de Cristo.

Te lo pedimos Señor.
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no buscan a Cristo.
 
Te lo pedimos Señor.
  
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a aceptar Quién es tu Hijo y, sobre todo, a llevarlo a nuestro corazón y a nuestra vida.
 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Tenía que pasar y pasó. En aquel momento todo se había cumplido y todo empezó.

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.03.24

La Palabra del Domingo - 24 de marzo de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 24 de marzo de 2024 sino sábado, 23. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

 

Mc 15, 1-39



1 Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. 2 Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Él le respondió: «Sí, tú lo dices.» 3 Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.» 5 Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.
 
6 Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. 7 Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. 8 Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder. 9 Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?» 10 (Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.) 11 Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás. 12 Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?» 13 La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!» 14 Pilato les decía: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza: «Crucifícale!»

15 Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado. 16 Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte. 17 Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. 18 Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!» 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él. 20 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle. 21 Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. 22 Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. 23 Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó. 24 Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.

25 Era la hora tercia cuando le crucificaron. 26 Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»

27 Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 29 Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, 30 ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!» 31 Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. 32 ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También le injuriaban los que con él estaban crucificados. 33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. 34 A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: = «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», - que quiere decir - = «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?» = 35 Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías.» 36 Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.» 37 Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.

38 Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo.  39 Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»
  


COMENTARIO

Morir para salvarnos

 
Hoy es un día más que especial en la historia de la salvación. Y es que hoy, Domingo de Ramos, el Hijo de Dios entra en Jerusalén de forma triunfal. Sin embargo, no recordamos aquel momento glorioso sino, precisamente, el final de aquella corta semana que llamamos Santa porque lo fue y lo sigue siendo. 

En el itinerario que sigue Jesús desde que lo prenden hasta que exhala su último aliento en la cruz manifiesta, en más de una ocasión, lo que quería el Padre Dios para Su Hijo y, así, para la humanidad que lo acepta como Hijo y como Mesías. 

Jesús nada tenía que responder a quien se mostraba tan esquivo con la verdadera Ley de Dios (el Amor) y, por eso mismo, permanece callado ante Pilato que debería estar en la seguridad de que aquel hombre al que traían para que juzgara era inocente. Sin embargo, se sentía muy presionado por el populacho que pedía la vida de Jesús a cambio de la del preso que él mismo les había mostrado y que respondía al nombre de Barrabás. 

Aquel asesino público representaba el Mal al que prefieren los que acusan a Jesús de ser enemigo de blasfemar y de todo lo de malo se les pasa por la mente.  Pero Pilato no estaba muy convencido de tener que acusar a quien todos acusaban de haber hecho algo para que le gobernador no entendía. Y cede. Lo hace preocupado por su cargo y no por la verdad que debe defender. 

Crucifícale! – Abba Patter

“¡Crucifícale!”. Aquella terrible e infamante pena que se pide para Jesús va más allá de lo que puede soportar Pilato. Está atado de pies y manos por su mismo poder. Y cede. Entrega a Jesús a sus soldados para que lo azoten. Así, a lo mejor, se apiadan de aquel hombre al que, de forma inexplicable para él, quieren matar. 

No había, sin embargo, nada que hacer. Todo estaba escrito y todo se estaba cumpliendo a rajatabla. Lo establecido desde la eternidad se estaba llevando a cabo y Jesús cumplía, para Él, lo que Dios tenía dispuesto en su persona y que consistía en perdonar a los que lo injuriaban y estaban dando muerte. 

La crucifixión de los dos ladrones junto a Jesús nos muestra las opciones que, en determinadas ocasiones, podemos escoger. Así, un ladrón se burla de Jesús y no ve en aquel compañero de fatigas, a uno que nada podía hacer para salvarse. Sin embargo, el otro, llamado por eso “buen ladrón” comprende la situación injusta por la que está pasando Jesús y le pide salvación eterna. 

Por otra parte, el grito de Jesús dirigido a Dios acerca del abandono en el que, al parecer, lo había dejado, no era más que la constatación del Amor de su Padre hacia Él mismo. Cristo no muere abandonado por el Creador sino que, al contrario, lo conduce hacia la resurrección con su mano amorosa de Padre. Y eso, claro, no era comprendido por aquellos que sofrían la misma cruel muerte. 

Y todo esto fue hecho para que “al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,  y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2, 10-11). 
 
PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que huyen de su cruz.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no ven en la cruz de Cristo la causa de su salvación.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener la cruz como compañera de viaje hacia tu definitivo Reino.
  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán
                                                                    

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Es que murió por nosotros, por nosotros y para nosotros, por nuestra salvación eterna. 

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

16.03.24

La Palabra del Domingo - 17 de marzo de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaComo es obvio, hoy no es domingo 17 de marzo de 2024 sino sábado, 16. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

 

Jn 12, 20-33


“20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. 21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: ‘Señor, queremos ver a Jesús.’  22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. 23 Jesús les respondió: ‘Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. 24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere,  queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida, la pierde;  y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿Qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora!  Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! 28 Padre, glorifica tu Nombre.’ Vino entonces una voz del cielo: ‘Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.’  29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: ‘Le ha hablado un ángel.’ 30 Jesús respondió: ‘No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.  31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.  32 y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.’ 33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.”

COMENTARIO

Lo que promete Cristo

Como en tantas otras ocasiones, Jesús y sus discípulos van a Jerusalén para celebrar una de las fiestas judías. Aquí, Juan no dice cuál es, pero quizá esto sea lo de menos. Si vemos, con esto, que el Mesías no evitaba ni huía de todo lo que fuera la religión a la que pertenecía y a la que había venido a dar verdadero cumplimiento. El caso es que entre los que acuden allí también hay, como es lógico, personas de nación griega.

Piden, demandan, ver a Jesús. Seguramente, llevados por el conocimiento que de los prodigios del Mesías podían tener, querían tener, un contacto con aquella persona de la que tantas cosas se dirían.

EXCURSUS

Y nosotros también, bien cuando exista desconocimiento de la persona y figura de Jesús, podemos acudir en su busca, bien sea deseando saber algo más de quien tanto se dice, bien queriendo experimentar, mejor, lo que ya conocemos.

Es la libertad de la que gozamos la que nos hace escoger esta posibilidad, y en ella podemos tener un buen instrumento de conformación de nuestra personalidad como cristianos pues, de seguro, que del encuentro con Jesús ha de derivar una conciencia clara de pertenencia a una familia grande, universal, nuestra.

Y Jesús también tiene sus intermediarios por si, ante su persona, gigante del amor, no sabemos cómo dirigirnos a Él. Basta acudir a la Iglesia, tesoro dejado por su presente, para que, en su seno, seamos capaces de comprenderlo o, al menos, tratar de hacerlo. Así, de esta forma digamos, indirecta, y no es que Cristo no se muestre directamente a nosotros si así lo queremos, el encuentro con el Enviado es posible si sentimos temor al comparar nuestra persona con la suya.

FIN DEL EXCURSUS

Jesús, ante esa voluntad expresada de alguien que quiere conocerlo, no opta por dejar que, simplemente, se agreguen a su grupo sin darle más explicación, como quien espera una adhesión ciega, sostenida, tan sólo, en la importancia de su persona. Todo lo contrario. Por medio de sus ejemplos sacados de la vida cotidiana, trata de hacer comprender qué es lo que pretende decir, qué es lo que quiere que sea entendido, qué es lo que ha venido a hacer.

Y ¿Qué es lo que quiere que entiendan, en este caso? Bien podemos dividir, para mejor comprender, esta parte del texto, hasta la intervención de Dios, en dos partes.

Él cree, y está seguro de que la Por una parte, Jesús dice que ha llegado, ya, su hora y da a entender que se encuentra turbado, mi alma está turbada, dice, y se pone en manos del Padre, de su Padre, de Dios, voluntad de Abbá ha de cumplirse y, por eso, dice que ha llegado a ese momento, precisamente, para eso. Su voluntad es acatar, a pesar de lo que sabe sucederá, lo que esa hora le traiga.

Pero en otro sentido, o por otra parte, Jesús trata de que sus oyentes comprendan lo importante de su mensaje y, por eso, acude a una imagen de la naturaleza, tan a mano para todos los presentes. El hoy, y el mañana, el presente, su aquel presente, la vida eterna, ha de estar al alcance de todos, quedar a escasa distancia de las entendederas de sus discípulos y seguidores.

Evangelio 5° Domingo de Cuaresma - El Nazareno de Córdoba

Por una parte está el hombre viejo, por otra la actitud de servicio que ha de tener y cumplir el hombre nuevo. A modo de símil, para que algo dé fruto ha de volver a aquello de donde salió, el grano a la tierra para ser sembrado, el hombre a Dios donde fue creado, por su misericordia. Así, el grano, al morir como tal, es el germen de algo nuevo, de otra planta que puede dar fruto; así, el hombre, al volver al Padre, de donde no debió huir, vuelve a encontrar el cauce de una existencia radicalmente distinta a la que llevaba con anterioridad y puede despegarse de esta tierra que lo tiraniza para, pisando su superficie, sentirse elevado hacia Dios en el espíritu, en su alma inmortal, renovando y reiterando esa relación horizontal que lo une con el Creador. Radical cambio el que pretende Jesús de los que quieren seguirle: morir a lo viejo para venir a lo nuevo.

Pero, ¿qué es lo nuevo? Es tan fácil de decir como difícil de hacer: esa actitud de servicio, esencia de la personalidad de Cristo, que atrae la honra de Dios. Si en la Última Cena, Jesús manifiesta esta actitud de forma clara en el lavatorio de los pies, y así se lo dirá a sus discípulos: pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros (Jn 13, 14), ahora, ya, como dirá siempre, manifiesta que eso es lo que hará al hombre nuevo: el servicio a los demás, a los que esperan, de ellos, algo que los diferencia, para bien, de los que los miran y ven, en ellos, una nueva forma, recuperada la antigua y verdadera Ley, de ser.

Y aquí, en auxilio necesario de quien pide, Jesús, Dios acude para manifestar lo que otras veces (pocas, al parecer, para sus presentes) ya ha dicho: Jesús, Hijo suyo, ha sido glorificado. Pero no sólo eso, sino que más allá de ese momento, de nuevo lo glorificaré.

Y quien oye, también como tantas otras veces, duda. Y dudan dando a esas dudas una doble posibilidad: bien optan por la respuesta de la naturaleza, bien por la del espíritu.

Como suele suceder, ante la manifestación de Dios, también nosotros podemos llegar a una conclusión o a otra, según tengamos acorde nuestro corazón con la voluntad de Dios: si lo tenemos mirando al Padre, para nosotros, estará claro que en cada caso de nuestra realidad podremos ver a Dios, ver su influencia, lo bueno de nuestro quehacer, y en nuestro camino reconoceremos su influjo en nosotros.

Si, por otra parte, nuestro apego a la tierra es mayor y tiene preponderancia en nosotros, está claro que será, para quien lo sea, Dios será más una molestia que un apoyo.

Y Jesús, ante la incredulidad manifestada por alguien, se ve en la obligación de, por una parte, clarificar el sentido de esas palabras y por otro, hablar sobre su futuro, del que ya tenía conocimiento.

Como el Mesías tenía clara conciencia del mensaje que traía y de la función que Dios le encomendó, bien sabía que lo de la glorificación que habían oído venía por Él mismo, que Dios había querido decir que, tras su muerte terrena, entraría, ya definitivamente, en su gloria y que, para los demás hermanos del Hijo y este debía de ser una advertencia sobre su comportamiento y del cambio que debían experimentar en sus vidas.

Dios, al poner frente a los hombres la vida de Jesús, les ofrecía la posibilidad de verse en ella o, al contrario, de no querer mirar en su imagen que reflejaba el amor auténtico. En este sentido, les había presentado la prueba real de cómo ha de ser el hijo de Dios, para serlo de verdad. De aquí lo del juicio. Cuando Jesús está presente, físicamente, entonces es el juicio de este mundo. Y cada uno es juzgado según haga, conociendo lo que debe conocer para resultar absuelto, de esta manifestación de la voluntad de Dios.

Cuando Jesús sea levantado en la cruz, significado de cuando sea elevado de la tierra, habrá tomado el camino directo para ser echado fuera; se entiende que fuera de este mundo, fuera de entre sus presentes.

En ese momento, y para muchos otros, cuando lo fuera después, el Hijo de Dios, con el ejemplo dicho en su vida y con la confirmación de sus profecías con lo que sucede tras su Pasión, será como un, a modo, de imán, que atraerá a todos hacia Él pues, de lo dicho y hecho, con ese total cumplimiento y relación entre una cosa y la otra, se deriva, derivó y derivará un acercamiento de quienes buscan el cumplimiento de la Ley en el único sentido querido por Dios. Y en esa unidad de vida tenemos una clara solución a nuestro quehacer, un espejo en el que mirarnos, el mejor bien que recibir y hacer nuestro.
        

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren servir a Cristo.

Roguemos al Señor

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren someterse a la voluntad de Dios.

Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a buscar a Cristo, a encontrar a Cristo y a amar a Cristo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Nos resulta crucial comprender qué significa perder la vida en este mundo…

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.