Juan Pablo II Magno - Dios Padre
Es cierto que, como dice san Juan en su evangelio “A Dios nadie le ha visto” (Jn1:18) Sin embargo, a lo largo de la historia de la humanidad, su semejanza, ha habido pruebas más que suficientes de su indudable existencia que Juan Pablo II Magno apreció y sintió a lo largo de su vida.
Por eso, dice que “No obstante, mediante” la “revelación de Cristo conocemos a Dios, sobre todo en su relación de amor hacia el hombre: en su ‘filantropía’. Es justamente ahí donde ‘sus perfecciones invisibles’ se hacen de modo especial ‘visibles’, incomparablemente más visibles que a través de todas las demás ‘obras realizadas por él’ (Carta Encíclica Dives in misericordia 2)
Y es que Dios, como Padre y Creador, ha supuesto para el Papa polaco un apoyo que, unido a la figura humana de Cristo (Dios hecho hombre) lo condujo en su devenir por el mundo, en su peregrinación por la tierra hasta que subió a la casa del Padre.
Así, y dentro del comportamiento que, como cristianos, hemos de seguir, reconoce Juan Pablo II que “Dios nos ha creado para compartir su misma vida; nos llama a ser sus hijos, miembros vivos del Cuerpo místico de Cristo, templos luminosos del Espíritu del Amor. Nos llama a ser suyos; quiere que todos seamos santos” (Jornada Mundial de la Juventud, Roma 2000)