InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Ventana a la Tierra Media – La Comarca de Tolkien

12.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo- 2 – Y les enseñó lo creado y su ser

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

 

Apenas había pasado una semanas y ya había ansia en aquellos escuchadores de cuentos antiguos. Querían saber más de aquel Principio y de la música de la que surgió todo.

-Entonces, ¿qué pasó?, preguntó uno inquieto.

-Sí, sí, ¿qué fue lo que pasó desde el enfado de Melkor?

El narrador suspiró, dándose cuenta de que no podía tardar más en seguir contándoles lo que sucedió. Y eso fue lo que hizo.

Ya sabéis que en el Principio Eru creó a los Ainur y que Melkor era de los más poderosos. Sin embargo, eso no le bastaba porque quería crear por sí mismo y que llamaran Señor. Y por eso quiso hacer daño a lo que hacían sus hermanos que también habían sido creados por Ilúvatar.

Sabéis que por mucho que Melkor quisiera ser poderoso había sido creado por Eru y por eso no podía ser más importante que quien lo había creado.

Creyó Eru que lo mejor era alejarse de aquel lugar e hizo eso. Los Ainur lo siguieron hasta que llegaron al Vacío.

Y entonces, el Creador les dio el poder de ver porque hasta entonces sólo podían oír. Y les enseñó lo que, con su música habían creado.

-¿Y era bonito todo aquello?, quiso saber un impaciente.

-¿Y había árboles y ríos y montañas y…?

-Tranquilos, tranquilidad… que todo llegará poco a poco.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Pues sí, en aquel lugar apareció ante los ojos de los Ainur lo que habían creado a través de su música porque hacer aquella música no era sólo crear bonitas melodías sino que a través de ellas se iba creando lo que ahora estaban viendo.

Y vieron un globo que estaba en el Vacío pero el globo no era el Vació sino que estaba en él.

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5.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo – 1- La batalla del Principio

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

La batalla del Principio

Nada ni nadie había antes que Eru, llamado también Ilúvatar, pues todo fue creado por Él. Y empezó por el principio en aquel Principio de todo.

Y Eru creó a los Ainur, espíritus superiores de entre los que vendrían a ser creados por el corazón y la mano de Ilúvatar.

Quiso Eru que aquellos que había creado tomasen parte en la aparición de todo. Y les propuso que elaborasen una música especial con la que todo aparecía porque todo surgió la música. Y por muy extraño que nos parezca a nosotros, los hombres, única raza que queda de las que hubo entonces, ciertamente eso fue lo que pasó según cuentan antiguas historias que incluso podríamos llamar viejas.

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Y aquel contador de historias continuó pues todos lo miraban con ansia de conocer, de saber cómo habían sido aquellos primeros tiempos de los que todo vino a ser lo que hoy es, Edades de por medio, por supuesto.

El fuego, reavivado varias y muchas veces, hacía que el ambiente fuera agradable, acogedor, y no había allí nadie dispuesto a marcharse.

- ¿Y qué pasó entonces?, preguntó el hijo pequeño de Hirum.

- Paciencia, paciencia pequeño. Pues fue esto.

Marcin Witkowski on Twitter: "#Eru #Iluvatar #silmarillion #Tolkien… "

Como he dicho antes, Ilúvatar quiso que fuese lo que no había sido hasta entonces y creó a los Ainur. Eran poderosos y obedecían en todo a su Creador. Bueno, pero no todos, no todos, pues había uno, al que llamamos Melkor y luego llamaríamos Morgoth, que no estaba de acuerdo ni con la música propuesta por Eru ni con los acordes que los demás Ainur habían sometido al apreció de Ilúvatar ni con nada de aquello. Él quería improvisar según su gusto que, como sabemos, no era nada diáfano sino todo lo contrario.

Quería ir por libre e hizo su música. La verdad es que a nadie le gusto aquella forma de interpretar la melodía que les había dado Eru para que, con ella, hiciesen su música. Y era discordante porque había tomado del Vacío Exterior lo negro y eso no era buena cosa para lo que debía crearse.

Ciertamente, podemos decir que Melkor era, al fin y al cabo, un pobre Valar porque su ansia de poder lo desgajó de aquel mundo perfecto que estaba naciendo y luego, como todos sabéis, pasó lo que pasó a lo largo de las Edades que han pasado desde aquel primer entonces y ahora, cuando os cuento esto para que nunca olvidéis que es buena cosa mirar para otro lado cuando Erú sostiene una cosa y que no es nada perfecto hacer, justamente, lo contrario…

Sabéis muy bien que Melkor no era un Ainur cualquiera sino que Eru le había dado los dones mejores de los que podía dar Ilúvatar. Y también el mejor conocimiento además de contar, para sí, con algunos de los dones que le habían sido otorgados a sus hermanos. Por eso era a quien más se le podía exigir obediencia a Quien todo lo había hecho, también, por él. Pero no fue así.

Melkor visitó demasiadas veces el Vacío. Y lo hizo porque quería tener para sí la Llama Imperecedera y así poder crear, él también, como lo hacía Eru. Pero no la encontró pues sólo está con Ilúvatar y no estaba al alcance, ni siquiera, de un tan poderoso Valar.

Melkor | Wiki | El Señor De Los Anillos JRRT Amino

Lo que le pasaba a Melkor es que no quería que el Vacío estuviese, así, vacío. Y lo que consiguió fue que, al estar en tantas ocasiones sin la compañía de los otros Ainur empezó a pensar según su negro pensamiento. Y empezó a tejer en su corazón venganzas y odios.

Y con todo aquello que Melkor llevó del Vacío compuso una música que tanto discordó con la de los demás que sustentó una verdadera batalla en la que la tormenta y el desvarío tomaron el lugar del orden y de lo bien hecho. Y eso impacientó a Eru e hizo cesar, de inmediato, la música. Y lo hizo airado contra Melko porque sabía que había sido él y no otro quien había protagonizado aquel desorden que tanto daño estaba haciendo a los demás Ainur y, por tanto, a la misma creación.

Y entonces Eru dijo algo que daño mucho el orgullo de Melkor y que sería el origen de todo el Mal que luego promoción: todo viene de Ilúvatar y nada de lo que se haga puede hacerse sin ser Él la fuente.

Y Melkor tomó aquello no sólo como una acusación sino, sobre todo, como un reto que nació de la vergüenza que sintió por haber sido descubierto.

- Y por hoy ya es suficiente, niños. El próximo día continuaremos con esto que no es una historia o un cuento para entretener sino lo que, verdaderamente, pasó.

Y no nos despedimos sin decir que hubo una general queja de los pequeños.

(Continuará)

 

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

29.07.21

Ventana a la Tierra Media – Eru o Ilúvatar

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En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y estuvieron con él antes que se hiciera alguna otra cosa.

 

Estas son las primeras palabras de “El Silmarillion” y corresponden al capítulo titulado “Ainunlindalë” y subtitulado, explicando muchas cosas, “La Música de los Ainur”. 

Hay, por tanto un principio de toda la subcreación que J.R.R. Tolkien lleva a cabo mediante la intervención del Eterno pues siempre existió, antes, durante y después. 

¿Qué quería hacer Eru? 

¿Cuáles eran sus intenciones? 

¿Dejó que uno de los Ainur se le fuera de las manos? 

Estas preguntas, claro, requieren respuesta pues, de otra forma, todo esto quedaría algo así como huérfano de un qué, de unas razones, de unos motivos, sobre todo de éstos. 

En primer lugar, Ilúvatar debió querer ser generoso y no egoísta. Si existía él y existía solo… en fin, como que no podía, siquiera, conversar con nadie. Y entonces creó a los Ainur para, al menos, tener con quien echar un parrafillo de vez en cuando.

 Y entonces hizo a los Ainur que eran vástagos de su pensamiento. Y cuando el autor del libro nos dice eso está queriéndonos decir que descendían directamente de Quien los creaba y, por tanto, no los había hecho extrasímismo, si se puede decir así. 

Y, entonces, aquellos que brotaban del pensamiento de Ilúvatar, vinieron a ser como los brotes que nacen de una planta que, así, renueva su propio ser. Y fueron otros teniendo en sí la esencia del que habían salido, vástagos de un poderoso ser que existía desde siempre. 

Esto fue así, es así porque lo podemos leer. Pero, de todas formas, Eru debió tener algunas intenciones para que aparecieran los Ainur, aquellos primeros de entre los existentes que luego vinieron a ser y a existir. 

A nosotros se nos ocurren, por ejemplo, éstas: 

-Porque quería que los Ainur fueran instrumento de la subcreación. 

-Porque les iba a otorgar el don de hacer aparecer realidades. 

-Porque quería que su voluntad se recondujese a través de aquellos seres. 

-Porque esperaba el posterior desarrollo armónico de lo que llenó el vacío. 

En realidad, la intención suprema de Ilúvatar al hacer que nacieran aquellos vástagos de su pensamiento fue hacer posible lo que, hasta entonces, no era ni existía. Y así se verificó luego de entonar los temas que les propuso a los Ainur aunque en alguno de ellos hubiera un discordante, origen de todo mal y de todo el Mal posterior y cuyo nombre no vamos a citar, siquiera, aquí. 

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22.07.21

Una ventana a la Tierra Media - ¿Cómo ha de ser la vida de un discípulo del Mal?

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Como es lógico pensar, aunque a lo mejor no todo el mundo está de acuerdo en esto, suele gustar más ser de los buenos que de los malos. Y sí, quizá eso pueda resultar un poco maniqueo pero a nosotros no nos gustan las medias tintas ni estar nadando en dos aguas a la vez o en medio de las mismas… Es decir, como sabemos que hay Bien y hay Mal… pues preferimos al primero y no al segundo. 

Eso vale, digamos, para la vida actual, la real, la que cada uno llevamos pero, para el caso, también nos vale para la propia de la Tierra Media. Y es que, en esto, la realidad puede trasplantarse a la ficción que es lo que muchas veces hizo J.R.R. Tolkien o, en realidad, es lo que hace todo el rato… 

Pues bien, el ser de la parte que no quiere el daño para la otra supone incardinarse en el mejor de los mundos pues es una buena forma y manera de vivir sin agriarse el corazón y sin pretender empuñar algo más que una pluma para escribir, si ustedes nos entienden. 

 Azog El Profanador on Twitter: "Apuesto que los que gritan y alborotan no  han alzado una piedra para ayudar en la minga, por qué no los sacan??… "

Para esto, podemos imaginar la vida en La Comarca antes de todo lo que sucedería con el tiempo. Y la existencia de sus habitantes, ¡cómo decirlo!, era plácida no sin esfuerzo pero gozosa en sí misma. Y ellos, allí mismo, eran felices en el exacto sentido de la palabra. Y trabajaban, a lo mejor sin saberlo, para el Bien. 

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15.07.21

Ventana a la Tierra Media – Una imagen y mil palabras

Conocido es el dicho que habla sobre imágenes y palabras: “Una imagen vale más que mil palabras”. Pero también es cierto que a una imagen se le pueden sacar, al menos, mil palabras para que las mismas hagan comprender mejor la imagen. 

El que esto escribe no siempre está a favor de tal cosa pues es cierto, sí, que una imagen ahorra las palabras (que, digamos, la sustituyen) pero no es poco cierto que mil palabras, para según qué imágenes, pueden decir mucho (a lo mejor todo si pensamos, por ejemplo, en una pintura abstracta) acerca de la imagen. 

Es verdad que la imagen que hemos traído aquí es bien sencilla. Y es que encontramos a J.R.R. Tolkien echando mano de un libro, suponemos que de su biblioteca personal, que, al parecer, es uno de unos cuantos (parece que cuatro) titulado “Gnomo”. Nada, por cierto, más apropiado para el su caso particular… 

Pues bien, toda esta pequeña introducción es para decir que el que esto escribe va a tratar de decir, al menos, mil palabras sobre esto y la imagen supracitada. Y si no explican nada mejor que la misma lo sentiré más que mucho pero, al menos, habrá sido tema de escritura sobre el profesor de Oxford a quien, como vemos con esto, se le puede sacar algo de lo que parece nada… 

Aquí vemos a nuestro amigo (creemos que podemos así llamarle y formar parte de su Compañía…) llevando un libro a sus manos. Y decimos llevando pues también podría sostenerse que lo está dejando. Sin embargo, a nosotros nos gusta pensar que lo coge para leerlo pues eso supone que va a abrir su corazón a su contenido y, además, tal forma de coger el libro indica que lo saca de su sitio pues es comprobable por cualquiera de nosotros que tal forma es la de coger y no la de dejarlo en la estantería donde suele ser la acción ordinaria dejarlo, digamos, vertical y no tocando el borde de la estantería de tal forma… 

Bueno, pues después de esta pequeña digresión sobre el cómo del dejar libros en su sitio, vayamos al meollo de la cosa porque, aunque parezca imposible, lo tiene. 

Pues sí. Aquí vemos que Tolkien padre coge un libro pero podemos imaginar que no somos capaces de identificar el título del mismo aunque hoy día se pueda hacer eso. Pero nosotros, al contrario de la técnica, no la vamos a utilizar y vamos a ver que coge un libro pero no sabemos cuál. 

Existen muchas posibilidades de que haga eso el autor de tantas maravillosas obras. 

Así, por ejemplo, podía hacerlo con alguno de sus preferidos entre los que se habían de contar los referidos a las sagas nórdicas pues es bien sabido (y seguro que lo reconoció en vida) que fueron una fuente interesantísima de inspiración para quien creó El Hobbit. Y en ellas encontraría el buen hombre las emocionantes aventuras que tanto amó y, luego, subcreó. 

Así, por ejemplo, podía hacerlo con uno que tratara de lenguas antiguas, más que antiguas o antiquísimas pues desde bien niño entendió que tal sería su camino (¡Ay aquellos trenes de Gales!) que, como sabemos, en este aspecto (también en éste) fue tan verdaderamente fructífero que llegó a inventar más de unas cuantas…

Así, por ejemplo, podía hacerlo con uno cuyo contenido fuese, en esencia, el mapa, los mapas. Y es que sabemos que también tenía dotes de cartógrafo o, al menos, que gozaba con los mapas y, seguramente por eso, el propio de la Tierra Media es, así dicho, tan bueno o mejor para comprender bien las aventuras de sus personajes. 

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