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13.04.24

La Palabra del Domingo -14 de abril de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 14 de abril de 2024 sino sábado, 13. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  



Lc 24, 35-48


“35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 38 Pero él les dijo: ‘¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.’ 40 Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. 41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: ‘¿Tenéis aquí algo de comer?’ 42 Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. 43 Lo tomó y comió delante de ellos. 44  Después les dijo: ‘Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: “Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."‘ 45  Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, 46  y les dijo: ‘Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47    se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.48  Vosotros sois testigos de estas cosas”.

 

COMENTARIO

Abrir los ojos

 No podemos negar que los discípulos de Jesús que se volvían a Emaús quedaron verdaderamente sorprendidos cuando se dieron cuenta de quién era la persona con la que habían estado hablando.

A ellos se les abrieron los ojos y, con ellos, el corazón pues no es poca la relación entre unos y otro. Tenían cerrados los primeros para reconocer a Jesús y el segundo para darse cuenta de que todo lo que había sucedido en los últimos días era mucho más importante de lo que ellos habían llegado a comprender.

Y en cuanto se les abrieron los ojos y el corazón sólo podían hacer una cosa: ir corriendo a Jerusalén.

Podemos imaginarnos a los de Emaús exhaustos a paso más bien ligero en busca de los discípulos que, por miedo, estaban escondidos de los judíos. Y, en su corazón, todo lo que habían vivido con Aquel que les hablaba de las Escrituras y partía el pan.

Aún, al parecer según lo escrito por san Lucas, no se había aparecido Jesús a sus Apóstoles. Ha de ser así porque, cuando se aparece ante ellos todos se sorprenden y creen estar viendo un fantasma, un espíritu. Y es que cuando luego se les volvió a aparecer sólo salió de su corazón el gozo y no la zozobra.

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | "La paz con  vosotros"

Pues bien, Jesús se aparece. Aparece en medio de ellos porque, tras su Resurrección su cuerpo ha adquirido las características propias de un tal cuerpo y una tal alma y puede atravesar las paredes sin, siquiera, inmutarse. Y tal fue así porque no se dice que se abriera una puerta sino, simplemente, que “se presentó en medio de ellos”.

Les da la paz. No es la paz del mundo sino la verdadera Paz de Dios, la que convence y llama al apostolado, la que hace que haya verdadera conversión.

Pero Jesús, al parecer, ha de hacer algo para que se acaben de convencer de que se trata del Maestro. ¡Incrédulos… y no sólo Tomás!

Cuando come el pescado Jesús demuestra que tiene cuerpo y que no se trata de una alucinación que están sufriendo por el dolor que andan pasando. Entonces, seguramente, comprenden muchas cosas.

A ellos también se les abren los ojos y el corazón. Y es que una acción tan sencilla como es la de ingerir algo de comida les ha desvelado todo. Todo lo que, habiéndolo oído, no entendían y todo lo que, habiéndolo visto con los ojos, no acababan de convencer a su duro corazón.

Jesús sabe que ahora, ahora mismo, ya están preparados para lo siguiente.

¿Qué es lo que ahora les corresponde hacer a ellos?

Lo que a ellos les va a encomendar es, sencillamente, seguir cumpliendo con lo que estaba escrito. Y es que si ya se había dicho el sufrimiento que iba a padecer el Cristo, en Mesías, el Enviado de Dios, también se había dejado escrito que, luego, tras su muerte y resurrección, no debía quedarse ahí lo sucedido. No. Todo aquello era muy importante, esencial para la vida de la humanidad, debía conocerse.

Jesús no había venido al mundo para que nada de lo que había dicho y hecho dejara de tener resonancia. Es más, lo que sus apóstoles debían llevar a cabo era la transmisión de una vida, de una doctrina, de un ser y hacer que había manifestado el Hijo de Dios. Y aquello era lo que les encomendaba: ir por el mundo a predicar y, haciéndolo, que el mundo se convirtiera de sus pecados y se salvara. Y es que ellos, en verdad, eran auténticos testigos de todo y, ahora, precisamente ahora con la Resurrección de Jesús, todo se había confirmado y, de paso, terminado el miedo.
 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la Resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren ser testigos del Maestro.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN
 
Padre Dios; ayúdanos a tener en cuenta, en nuestra vida, la de tu Hijo Cristo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

¡Qué bien nos vendría que la Paz de Cristo fuera también la nuestra…!

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

1.04.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: a eso debemos acogernos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena: a eso debemos acogernos


“El cielo no brinda vanidades, sino que ofrece troncos, susceptibles de hermosos frutos.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

 

Es seguro que no haya nada mejor que comprender la fe que alguien dice tener como importante en su vida. Y es que, de otra forma, también es seguro que mentimos acerca de la misma o que la tenemos, en todo caso, como mero adorno, digamos, social.

De todas formas, decimos que es importante comprender nuestra fe porque, de hacerlo, nuestro devenir como, en este caso, católicos, puede ir por el camino que debe ir y que no es otro que el que lleva al Cielo.

Del Cielo, precisamente, nos habla Manuel Lozano Garrido, Lolo, en este corto texto que, en realidad, no tiene muchas palabras porque no hacen falta demasiadas para decir lo esencial.

El Cielo es, más que nada, un anhelo, una realidad que ansían aquellos que creen en él y que lo tienen como destino para sus espirituales vidas. Y es que el Cielo fue preparado por Dios para acoger a todos aquellos hijos suyos que lo tengan por verdad y que tengan a Jesucristo como Hijo del Todopoderoso. Y por eso “muchos” lo han alcanzado pero, desgraciadamente, no todos…

Podemos decir que el Cielo es mucho más que algo que creemos porque nos viene bien y así podemos vivir nuestra vida en el mundo como habitantes del mismo pero sabiendo que no es este el lugar definitivo para nosotros. Sí, el Cielo es lo que preparó el Creador para nosotros y por eso el Beato de Linares (Jaén, España) quiere que apreciemos lo que eso significa y, sobre todo, cómo llegar al mismo.  

Sin embargo, como muy dice Lolo, el Cielo “no brinda vanidades” no vayamos a creer que nos lo merecemos, así, sin más… No, esa no puede ser la verdad y por eso dijo Cristo aquello de la puerta estrecha…

Lo que aquí nos dice nuestro amigo Manuel es que lo que el Cielo pone en nuestras vidas es, eso, “troncos” o, lo que es lo mismo, la posibilidad de dar frutos…

Como bien sabemos, un tronco o, mejor, de un tronco, pueden salir ramas y de las ramas hojas y de algunas de ellas frutos… Es decir que puede ser provechoso en cuanto a los frutos que den (aunque todos los árboles, aunque no den frutos, son provechosos…) y eso se puede aplicar a nosotros, a nuestra vida como creyentes católicos.

Que seamos “susceptibles” de dar frutos, como dice Lolo haciendo de tal palabra es, claro, cosa nuestra. Es decir, que el tronco puede dar frutos o quedar sin ellos pues depende de nosotros, exactamente de nosotros, que los dé.

Podemos decir que Lolo dio muchos frutos a lo largo de su vida y que su tronco se llenó de ramas y que bien podemos decirle, allí en el Cielo donde está, que su árbol, que llamó “desnudo” en uno de sus libros a modo de biografía, no lo estaba en realidad sino que, al contrario, era una frondosidad fructífera…

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:


Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (59)

 

“Cuesta más resistir la bondad de Dios que abrazarla.”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

26.03.24

Recensión: Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser. I.

Título: Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser. I.

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán.

Editorial:  CreateSpace (Amazon)

Páginas: 240.

Precio aprox. Amazon:  6, 76 € en papel – En formato Kindle, próximamente.

ISBN Amazon (papel):  9798320383576.

Año edición: 2024. 

Lo puedes adquirir en Amazon .

  

Sobre la Tierra Media,  de Eleuterio Fernández Guzmán

Durante más de tres años, más o menos, el que esto escribe estuvo haciendo lo propio en su blog Mera defensa de la fe acerca de J.R.R. Tolkien y su inacabable mundo subcreado de nombre Tierra Media.

Fruto de aquellos meses de escritura surgieron un número bastante grande artículos que, si bien, humilde y modestamente fueron escritos, lo bien cierto es que fueron escritos y aquí puestos.

Hacía ya muchos meses que estaba acariciando la posibilidad de dejar en forma de libro aquellos artículos. Y hoy presento el primero de los tomos (seguramente serán 3 o 4) que lleva por título “Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser” pues, ciertamente, la serie se ha llamado (y llama porque aún puede leerse en mi blog) Ventana a la Tierra Media.

En realidad, y como esto no se trata de negocio ni nada por el estilo, no recomiendo a nadie que lo compre porque los artículos pueden leerse en el blog del que esto escribe. Sin embargo, hay cierta sistematización en el contenido de este libro que sí ayuda a tener una mejor idea de lo escrito.

Bueno. Les dejo el Índice de la cosa:

Presentación                          

En el mismo principio

El subcreado mundo de Tolkien                

Algo (apenas un apunte) sobre Tolkien        

En general, sobre la obra de Tolkien           

Tolkien, algo de su vida en su obra      

Sobre algunos personajes

Beren y Lúthien                                

Carta de Beren a Lúthien                   

Vidas paralelas: Bilbo y Frodo Bolsón          

Vidas paralelas: Gandalf y Saruman            

Personajes únicos: el Sagaz Sam         

Personajes únicos: Gandalf, el que vino allende los mares.

Seres subcreados para otro mundo

De enanos, medianos y hombres         

Algunos, seguramente buenos, caídos en el Mal

Según ciertas obras escritas

El amor en los tiempos de Aragorn      

Saruman no tienen quien le escriba            

Crónica de un final anunciado                    

Sobre las lenguas en Tolkien

Algo sobre las lenguas en J.R.R. Tolkien       

Lenguas por amor                                    

Estudiosos de Tolkien: Helios de Rosario,      

Imrahil

Dicho sobre Tolkien

José Manuel Ferrández Bru                 

Recensión del libro “El Tío Curro” – La Conexión Española de J.R.R. Tolkien

José María Miranda Boto                    

Stratford Caldecott                     

Gary Raymond                          

Sobre hechos y aconteceres

Soberbia y ceguera: la caída  de Númenor   

La caída de Gondolín: un comentario   

De Gondolin a Númenor              

Para finalizar… por ahora

Hacia las Imperecederas Tierras          

Microrrelatos

Un pequeño mundo en la  Tierra Media

Un final esperado             

La virtud de lo inesperado

 

Eso sí, que nadie espere grandes descubrimientos sobre la obra de J.R.R. Tolkien porque para eso ya están las personas mucho mejor preparadas que el que esto escribe. Pero ¡Qué quieren que les diga!, para no ser especialista en nuestro autor preferido la cosa ha dado para mucho y ha sido, verdaderamente y como diría aquel, una obra ciertamente inesperada y, como también diría aquel, por si ustedes me entienden… Y, además, el tiempo que duró la escritura de todos los artículos el que esto escribe se lo pasó más que bien descubriendo poco a poco el mundo que el católico Tolkien (aunque esto pese a muchos) creó.

Gracias, de todas formas, por la atención.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.03.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: alejarse de Dios tiene estas consecuencias

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena: Alejarse Dios tiene estas consecuencias

La ilusión se aja porque la desvinculamos de ese torrente de savia que hay en la vitalidad de Dios.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Hay quien cree, y a lo mejor entre católicos, que alejarse del Padre Eterno es poca cosa o que, al menos, nada vamos a notar en nuestra vida si eso nos pasa que, por desgracia, es muy a menudo cuando nos pasa…

Es muy cierto que en materia de fe católica no pensamos ni creemos que nosotros lo hacemos todo por nosotros mismos sin la intervención de nadie superior a nosotros mismos y que está muy por encima de nosotros. Y es que pensar de tal manera nos aleja, de inmediato, de nuestra fe católica y pone mucha tierra espiritual de por medio entre nuestro Creador y nosotros mismos.

De todas formas, sabemos muy bien que podemos caer en tal tentación porque, al fin y al cabo (podemos pensar) no podemos constatar de forma demostrable, que Dios esté ahí….

Tal forma de pensar, por otro lado, es una monstruosidad y nada tiene que ver con el pensamiento de nuestro amigo Lolo, Beato de la Iglesia católica, y si lo fue por algo más que por decir que tenía fe…

Lo que pasa, eso sí pasa, es lo que dice Manuel Lozano Garrido nada más empezar esta cita de su libro El sillón de ruedas y que tiene todo que ver con lo que a veces nos acaece.

Podemos decir que nos pasa eso de que la “ilusión se aja” o, lo que es lo mismo, puede llegar a perderse en nuestro corazón. Y eso no pasa sin más ni más o sin que nosotros tengamos nada ver. La verdad es, justamente, lo contrario.

Lolo lo tiene muy claro. Y lo tiene más que claro y diáfano es su pensamiento a este respecto que nos lo dice a continuación.

Antes de seguir, digamos que nosotros debemos mantener una relación muy fluida con Dios. Sí, ya sabemos… con la oración, con nuestro hacer diario según su voluntad, con nuestro pensamiento, etc., etc. y etc.

A esto último, a tal relación, es a lo que se refiere nuestro amigo de Linares (Provincia – Departamento en otros lugares de Hispanoamérica- de Jaén, España)

Nuestra ilusión, podemos decir, con ser nuestra no es sólo nuestra. Es decir, lo es porque por eso es nuestra pero si hacemos como si la misma nada tuviera que ver con Dios… pues entonces metemos la pata hasta lo más profundo que podamos entender a tal respecto.

El caso es que aquí Dios, nuestro Creador, tiene más que mucho que ver.

La ilusión desvinculada de Dios, de lo que dice Lolo que es el “torrente de savia que hay en la vitalidad de Dios” supone que, eso, precisamente, la “savia” que emana de Dios mismo y que es lo que debe alimentarnos como parte de la viña de la que formamos parte, la perdemos y entonces es más que probable, como aquí mismo se dice, que todo eso se eche a perder. Separados, pues, de Dios, y por tanto de lo que supone su mismo ser en cuanto a vida para nosotros, seguros podemos estar que acabará muriendo nuestra fe y, con ella, toda la ilusión que podamos tener.

Y, por cierto, eso seguro que no le pasó a Lolo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (57)

No hay ni una sola persona que pudiera decir que ha pasado por la vida sin haber experimentado la bondad de Dios. Por el contrario, Él sí que podría afirmar lo opuesto de la nuestra. 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.02.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: Cristo nos remienda

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: Cristo nos remienda

  

“Quéjate de que eres inútil, delante de sus manos, cosidas con clavos a la madera. Cruz, la de Él, que, arriba y abajo, tropieza con los polos del globo” (Beato Lolo, El árbol desnudo)

 

 No podemos negar, porque sería falso de toda falsedad, que cada uno de nosotros, en determinadas ocasiones, pasamos por malos momentos. Bien se trate de algo físico o espiritual… el caso es que no seremos capaces de sostener que nuestra vida es un camino, por decirlo así, de rosas y sin piedras que nos hagan tropezar. 

Sabiendo, por tanto, cómo fue la vida física de nuestro amigo Manuel Lozano Garrido, resulta fácil deducir que sí, que quejarse se podría haber quejado mucho aunque, al parecer, pocas veces lo hizo. Incluso podemos decir que por mucho que se hubiera quejado siempre se hubiera quedado corto… 

Todos los testimonios, a este respecto, nos dicen que no se quejó nada o casi nada para lo que hubiese podido hacer y que todo lo asumió con la alegría espiritual que solo un grande o, vamos, un santo es capaz de hacer aunque la santidad sea un camino que se recorre luego de subir a la Casa del Padre. 

Podemos decir, a este respecto, que en un capítulo de un libro suyo tituló, precisamente, algo así como “De profesión inútil”. Y, claro, se refería a sí mismo… Y es que se veía a sí mismo, para la vida mundana, verdaderamente inútil. Y es verdad, no era útil para una vida rasa y pazguata, para una en la que primara lo carnal sobre lo espiritual. Y por eso fue tan grande porque comprendió a la perfección a su propio “yo”, quién era y para lo que estaba en el mundo. 

Es cierto todo esto que decimos y por eso mismo escribe el Beato de Linares (Jaén, España) lo que escribe en esta parte de su novela El árbol desnudo que es, para quien no lo sepa, una que lo es autobiográfica. 

De todas formas, aunque sea eso que decimos los personajes no llevan puestos los nombres, por ejemplo, de Lolo o de Lucy sino que aparecen otros aunque, claro, entendamos a la perfección que se refiere a sí mismo… 

Eso, pues, que nos dice Manuel que podemos quejarnos y seguro que comprendía que en no pocas ocasiones podríamos hacerlo. Sin embargo, y como no puede ser de otra manera en una persona como Lolo, va más allá. Y tan más allá que va que va, precisamente, hasta el “más allá” donde Dios ejerce de Padre y Eterno Todopoderoso. 

Es cosa de nuestra fe, de nuestra creencia, que Dios ha tenido un Único Hijo que fue engendrado y no creado, que fue enviado al mundo y que entregó su vida voluntariamente para que el mundo se salvase. Y la forma en la que murió es a la que hace referencia aquí mismo e incardina, eso, con nosotros, con nuestras quejas y dolencias.

En efecto, Cristo remienda nuestros corazones desde el mismo momento en el que fue clavado a un cruz, a la Cruz, así, por antonomasia y ejemplo. 

Remienda nuestros heridos corazones cuando lo están porque vino al mundo para salvar a quien necesitaba ser salvado. Y así sigue, clavado en tal Cruz porque nuestros pecados no le han permitido hacer otra cosa. Pero con todo eso, nuestro amigo Lolo nos advierte de que debería hacernos pensar que quedarnos ante la Cruz, mirándola y quejándonos, no es buena cosa porque entonces nos damos cuenta de lo que somos… nada ante ella. 

Cristo en la Cruz, Lolo sufriendo y ofreciendo su sufrimiento a Dios por todos aquellos que también sufren, son realidades que nos deberían aportar cierta tranquilidad y cierto sosiego. Y estamos seguros de que a Lolo, la Cruz del Hijo de Dios, le ayuda más que mucho.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (55)

  

“Corazón de Dios, en que caben todos los hombres de todos los tiempos y, sin embargo, no entra una injuria.”

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 Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.