13.11.23

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – IV, La Fe

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto.

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición titulado “Doce peticiones para doce campanadas” que Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”.

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer…

Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante.

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.

Campanadas de necesidad – IV, Fe

FE

Te suplicamos, al par, la fe; una fe colosal, como de incendio cósmico. ¡Sálvanos, Señor, que perecemos en la sinrazón de la razón que te niega! ¡Que nos asfixia la angustia existencial! Cómo no han de derruirse tantas obras si están sobre el fatuo castillo de las quimeras egoístas.”

Como es de imaginar en alguien que atesora una fe grande y arraigada en el corazón, la cuestión de la fe como campanada de necesidad era obvio que iba a aparecer. Y eso es lo que aquí traemos porque sin fe… todo lo demás, simplemente, se hace muy difícil.

Qué suplica tan importante la que hace Lolo en este cuarto punto. Suplica la fe. Pero no una fe cualquiera o que pudiera decirse de “llevar por casa” sino una que lo sea grande o, como dice él mismo, ”colosal”. Y es que si siempre hemos de pedir a Dios que nos aumente la fe… en fin… como que hacerlo para todos los discípulos ha de ser más necesario aún.

Lo que le pasa a Lolo es que ve en su tiempo (¡imaginemos ahora mismo…!) las cosas del alma andaban un tanto retraídas en el corazón de muchos que e, incluso, en los que lo eran cristianos. Es más, lo relacionado con Dios, que muchos entendían muy contrario a la razón, andaba, por decirlo pronto, de capa caída.

Por eso pide Lolo fe y, es más pide “la fe” porque debe entender que es más que necesaria en quien la ha abandonado casi por completo. Y lo hace porque se da perfecta cuenta de que llevar el uso de la razón a la oposición a Dios y todo lo que supone una cosa así no podía llevar a nada bueno sino, al contrario, a algo muy malo y peor.

Lolo, como aquí podemos leer, quiere que se haga realidad aquello que dijo Jesucristo acerca de que había venido al mundo a traer fuego y, por eso, pide una fe algo así como “de incendio cósmico” para que el fuego, así, de la fe, queme purificando las realidades negras de su tiempo.

En realidad, como es claro que la fe no es que esté ahí, digamos, puesta en nuestro corazón y nada tenga que ver con aquello que nos rodea ni con lo que hacemos, Lolo quiere que la misma tenga un efectivo hacer en nuestro día a día, en cada decisión que tomemos y en cada movimiento de nuestro corazón sobre el mundo. Y es que sabe Manuel que si seguimos actuando con una fijación tan extrema en lo que son nuestras necesidades, con puro egoísmo, es cierto y verdad que todo ha de salir mal parado.

En todo caso, el egoísmo se lleva más que mal con la fe… al menos con la fe cristiana donde el prójimo tanta importancia ha de tener en nuestros obras y en nuestros quehaceres diarios.

Y todo esto, nada más y nada menos, que para salvarnos que, como podemos imaginar, no es poca cosa sin mucha y más que mucha. Y todo con el insoslayable apoyo de la fe, de la nuestra.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (43)

“Manantiales, nubes, arroyos, océanos; ¡qué pobres sois para expresarme el torrente de felicidad que Dios vierte de continuo sobre vosotros.”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.11.23

La Palabra  para el Domingo - 12 de noviembre de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 12 de noviembre de 2023 sino sábado, 11. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  



Mt 25, 1-13


1”Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. 2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. 3 Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite;4 las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. 5 Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.6 Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!"7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. 8 Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.” 9 Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.” 10 Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. 11Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” 12 Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco.” 13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.`”
  

COMENTARIO

Cuando quiera llega Dios

En realidad, aunque muchas veces lo diga Cristo y otras tantas veces se nos repita, no parece que entendamos lo que quiere decir que en cualquier momento podemos ser llamados a la Casa del Padre. En cualquier momento se nos puede requerir para comparecer ante el tribunal de Dios y rendir, digamos, cuentas, de nuestra existencia, ver en qué consiste nuestro debe y nuestro haber y, en fin, resultar de una forma u otra,  juzgados.

Algo así les pasaba a aquellas doncellas que no parecían tener claro que cuando menos se lo esperaran podía llegar el novio y, así, entrar en la fiesta de bodas. Se confiaron más de la cuenta y fueron, como suele decirse, necias.

Es cierto que puede parecer que Dios tarda en llamarnos porque para todo el que anhela la vida eterna, el paso por esta vida le ha de parecer excesivamente extenso. Y la confianza en el no saber es, casi siempre, el peor enemigo que nos encontramos y quien nos provee de una especie de falta de razonabilidad que nos impele a no hacer lo que debemos.

La parábola de las diez vírgenes – PEREGRINO DE LO ABSOLUTO

Y, sin embargo, a pesar de nuestro actuar negligente (no prepararnos como deberíamos prepararnos) tendremos que comparecer exactamente igual ante el tribunal de Dios. En tal momento, seguramente, echaremos de menos no haber hecho lo que deberíamos haber hecho a su tiempo: perdonar cuando se nos ofendía, ofrecer ayuda a quien la necesitaba, acompañar a quien se encontraba en soledad y ser, en fin, fieles discípulos de Cristo como decíamos que lo éramos.

El aceite para las lámparas es como la fe para nuestro corazón de fieles cristianos. Si nos falta el mismo, difícilmente nos podrá iluminar a nosotros mismos y al prójimo y no servirá para lo que está preparado que sirva.

Por eso nos pide Cristo que velemos o, lo que es lo mismo, que estemos siempre preparados para la llamada de Dios. Y tal preparación sólo puede consistir en fortalecer nuestra fe y llevar a cabo un comportamiento adecuado y que se adecue a la misma. De otra forma, en primer lugar, no haremos lo que tenemos que hacer y, en segundo lugar, defraudaremos a Aquel que nos creó y que quiso, para nosotros, una vida acorde con su voluntad.
 

PRECES

Por todos aquellos que no se preparan para la llamada de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren escuchar la llamada a la confesión de la fe.

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

 
Padre Dios; ayúdanos a no olvidar que, en cualquier momento puedes llamarnos y lo que eso significa para nosotros y para nuestra vida.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

¡Cuánto nos conviene estar preparados ante la llamada de Dios!


Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

6.11.23

Un amigo de Lolo – Dies Natalis de Lolo

Dies Natalis del beato Lolo, el domingo 3 de noviembre | Beato Manuel  Lozano Garrido, beato Lolo

Hoy es un gran día para celebrar porque un santo ha subido al Cielo…

Bueno, en realidad, eso podríamos decirlo del pasado 3 de noviembre porque tal día, del año del Señor de 1971, Manuel Lozano Garrido, Lolo para sus amigos, fue llamado por Dios y eso quiere decir, antes de nada, que es el día en que nació, espiritualmente a la vida verdadera, como fuente de todo lo que es fuente Lolo. Vamos, que el pasado viernes fue el Dies Natalis de Manuel.

Ciertamente, que eso es así pero esperamos se nos perdone. No es que se nos haya olvidado escribir sobre tan importante día sino que, como es obvio, aquí, en esta casa de InfoCatólica, publicamos sobre Lolo los lunes y eso, el calendario, es el que es…

Bueno, pues, en la seguridad de ser perdonados por el homenajeado y loado aquí y, esperamos, de parte de los posibles lectores de esto, pasemos a lo que importa.

En realidad, cuando se habla del Dies Natalis de cualquier creyente es que algo bueno ha pasado con tal creyente. Es decir, que ha tenido que ser una persona, como diría San Josemaría, de “criterio” y de fe para que se predique eso de ella. Y con esto queremos decir que al utilizar tal término no hablamos sólo del día concreto de la muerte de una persona sino que, yendo más allá, nos adentramos en terrenos espirituales que han de querer decir mucho de en quien eso recae.

Ciertamente que ahora, algunas décadas después de aquel 3 de noviembre sabemos con certeza lo que pudo ser de Lolo cuando entregó su espíritu. Sin embargo, algo ya había en su existir que hacía presagiar lo que tuvo que pasar según nuestra fe cristiana, aquí católica.

El caso es que el Manuel Lozano Garrido (aún no lo citamos como Beato porque entonces aún no lo era según los trámites y procesos necesarios para eso) arrastraba o, mejor, llevaba sobre sí, una fama de santidad más que bien ganada. Es decir, que nosotros digamos ahora que alcanzó el Cielo de inmediato no desdice nada de todo lo que tuvo que pasar después (y esperemos que pasar para su próxima Canonización) sino que, como creyentes, sabemos que aquel Dies Natalis lo fue en verdad y de verdad: que Lolo vio a Dios en aquel mismo momento, el de su muerte.

Quizá se nos podrá decir que los métodos, que si lo que establece la Iglesia para que se pueda decir, legal y legítimamente, que eso fue así, no es cosa poco importante pero, entonces, ¿no sirve para nada lo vivido por los que lo conocieron? ¿no se trata de eso la “fama de santidad”?

Pues bien, que a nosotros nos parece muy bien lo que la Santa Madre Iglesia establece para estos casos pero nos parece aún mejor creer que Lolo subió al Cielo cuando expiró. Vamos, como que hay Dios.

Felicidades, por tanto, Lolo y felicidades “por tanto”.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Seguro que a Lolo lo recibieron muy bien en el Cielo. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (42)

El espíritu de Dios es como una fuente inagotable de muchos caños, en los que unos dan alegría, paz, gozo y esperanza,y otros fe, amor, fortaleza, mansedumbre y pureza”.


…………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.11.23

La Palabra para el Domingo - 5 de noviembre de 2023

Resultado de imagen de SAnta BibliaComo es obvio, hoy no es domingo 5 de noviembre de 2023 sino sábado, 4. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

Mt 23, 1-12



“1 Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos 2 y les dijo: ‘En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. 3 Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. 4 Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. 5 Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; 6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, 7 que se les salude en las plazas y que la gente les llame’“Rabbí’. 8 ‘Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ‘Rabbí’ porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. 9 Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. 10 Ni tampoco os dejéis llamar ‘Directores’ porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. 11 El mayor entre vosotros será vuestro servidor. 12 Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.”


COMENTARIO

Verdades más que importantes

El Hijo de Dios fue enviado al mundo para que se cumpliese la Ley de Dios. Y eso, en aquel mundo en el que le había tocado vivir, no era de lo más fácil ni sencillo.

El caso es que
sabía muy bien cómo eran aquellos que, se suponía, cuidaban al pueblo elegido por Dios, desde el punto de vista espiritual. No hacían las cosas, precisamente, como debían.

En muchas ocasiones se había visto obligado el Hijo de  Dios a leerles la cartilla a fariseos, escribas y demás. Y es que, conociendo como conocían la Ley de Dios, no le gustaba, para nada, que no hicieran lo que debían en tal materia y cargaran, sobre las espaldas de los fieles judíos, grandes pesos, muchas normas y leyes, que impedían que su vida de fe fuera fluida. Y eso, para Jesucristo, era hacer un flaco favor a los que debían alcanzar el Reino de Dios.

Casi podemos imaginar lo que pasaría por el corazón de Cristo cuando viera que los que estaban destinados por Dios a ser guías de su pueblo se comportaban como los que impedían que sus fieles hijos alcanzaran conocimiento verdadero y cierto acerca de la voluntad del Padre. Y es que era como negarles el Cielo.

De todas formas,
Jesucristo, abunda en lo que debe ser tenido en cuenta por todos aquellos que anhelan alcanzar la vida eterna. Y es que, por decirlo así, Dios no nos va a llevar, a arrebatar, del mundo para que entremos, sin más, en su definitivo Reino. No. Nosotros debemos ser buenos hijos suyos y, para eso, no hay que olvidar lo que no hay que olvidar.

Así, por ejemplo, debemos tener muy bien entendidos toda una serie de principios como, por ejemplo, el de saber quien es nuestro único Maestro (Cristo); también, quien es nuestro Padre del Cielo (Dios).

Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será  ensalzado.

Y entonces, justo después de decir que no caigamos en determinados comportamientos, siembra en el corazón de aquellos que le escuchan y, ahora, en el nuestro, los principios fundamentales que debe seguir todo discípulo suyo:


1. Servir.

2. Ser humildes.

Decir esto pudiera parecer, sólo, una declaración de intenciones. Es decir, debemos hacer eso y ya está.

Sin embargo,
hay mucho encerrado en hacer eso y no un simple cumpli-miento (el famoso cumplo y miento) y poco más…

Así, por ejemplo, servir al prójimo supone hacer lo mismo que hizo el Maestro Jesucristo cuando vivió entre aquellos otros nosotros. Eso hizo a lo largo de su vida y, al final, en la Última Cena donde manifestó que eso, lavar los pies (en un sentido básico y amplio del servicio) a sus discípulos, era lo que ellos debían hacer.

Pero también nos quería decir que debemos hacer algo a lo que no siempre estamos dispuestos: ser humildes.

La humildad es la verdadera piedra de toque del discípulo de Cristo. Y es que ser capaz de humillarse, de saberse el último de entre los hijos de Dios (nada ante el Padre y nada ante el prójimo) es lo mismo que reconocer lo que, verdaderamente, somos.  Y eso, como es fácil, comprender, no es siempre sencillo sino, en la mayoría de las ocasiones, casi imposible por cómo somos los seres humanos de egoístas y de soberbios…

De todas formas, no podemos olvidar lo que supone humillarse. Y supone ser enaltecido. Y tal enaltecimiento no creemos se refiera Jesucristo a lo que pueda suceder envida de quien actúe con humildad sino que eso acaecerá en el Cielo donde la recompensa es mayor cuanto mayor sea el buen comportarse del hijo de Dios en el mundo.

Vemos, por tanto, que 
Cristo nos previene contra aquellos comportamientos que puedan, en el fondo, causarnos daño y que nos pone sobre la pista de cómo debemos comportarnos y actuar.

No será, podríamos decir, porque no nos ha avisado…
  

PRECES 

Por todos aquellos que prefieren disimular su fe.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que ni quieren ser humildes y no quiere ser servidores.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser humildes y a servir al prójimo.

  
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Ya dijo Dios que había que escuchar a Su Hijo. Pues eso… 


Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

30.10.23

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – III, Ejemplaridad

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto.

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición titulado “Doce peticiones para doce campanadas” que Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”.

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer…


Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:


“Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante.

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.


Campanadas de necesidad – III Ejemplaridad

III

EJEMPLARIDAD

“Con el tercer toque, acércanos la ejemplaridad.

Tú lo sabes. En esta hora de España se lleva el nombre de católico   y hasta es un buen barniz para medrar. De aquí que tintineemos nuestra presencia en los templos, entretanto que la canción del gallo nos alcanza, reiterándote la negativa de los actos. El que blasona de sociólogo, sacrifica al lucro la justicia del salario; el artista da su palabra y luego te niega el tributo de su arte; el escritor alardea de confesional y luego erige un prostíbulo en cada cuartilla; la mujer hace esquife de una cruz sobre el pecho, mientras con la desnudez iza en los corazones banderas de lujuria. Hasta en los buenos ha cundido el cansancio. Alcánzanos, Señor, que vayamos por la vida huella sobre la huella tuya, a quien nadie pudo argüir de pecado.”

¿Se acuerdan ustedes de aquellos pasajes del Evangelio en los que el Hijo de Dios reparte estopa de palabra a fariseos y demás falsificadores de la realidad de la fe? Pues algo así hace el Beato de Linares (Jaén, España) en este texto, en su tercera campanada que hemos dado en llamar de “necesidad” porque es bien cierto que son necesarias cada una de ellas.

Lolo le pide a Dios que nos “acerque” ejemplaridad. Y eso es ya suficiente como para saber que no la había en su tiempo siendo que ahora, seguramente, hay la misma o menos…

En realidad, al linarense universal le basta poner una serie de ejemplos como para que veamos que, en efecto, hacía falta mucha ejemplaridad en los llamados “católicos”. ¿Se imaginan ustedes si la cosa estaba así antes cómo está ahora…?

Empieza por la premisa general que tiene que ver con el catolicismo, con quién lleva tal nombre que, es de suponer, ha de tener algún efecto en quien pregona que lo es o en quien, no pregonándolo, sabe que lo es.

Dice Lolo que llevar el nombre de católico viene muy bien a ciertas personas para medrar o, lo que es lo mismo, para aprovecharse de tal ¿realidad?

Esto, sin embargo, poco ha de tener que ver con la realidad de las cosas, con lo que ha de suponer ese tal catolicismo. Y es que Lolo cita aquí un momento terrible de la historia de la salvación: el momento en el que Pedro escucha el gallo y se da cuenta de que, en efecto, ha negado al Señor tres veces. Pues eso es lo que dice Manuel Lozano Garrido: no hay relación entre lo que se dice que se y lo que, de verdad, se es y se hace. Y a esto se le llama, a contrario, “unidad de vida”.

Y, para demostrar esto que es, en el fondo, tan terrible por lo que supone de tergiversación de la realidad, pone ejemplos para que se entienda lo que quiere decir eso de la “negatividad de los actos”:

Así, por ejemplo, nos habla del sociólogo, que tiene más en cuenta la ganancia material que lo que supone su trabajo,

Así, por ejemplo, nos habla del artista que no sabe, al parecer, lo que significa serlo,

Así, por ejemplo, nos habla del escritor que, muy a pesar de decir que es católico, convierte lo que escribe en algo así como un prostíbulo,

Así, por ejemplo, nos habla de aquella mujer que portando una cruz pectoral luego, a la hora de la verdad, su mundo anda más por los de la lujuria…

Y, es más, es seguro que había católicos buenos en su tiempo. Pues bien, hasta en tales creyentes el cansancio de la fe ha podido con su corazón.

¿Qué hacer, entonces? ¿Echarlo todo por la borda? ¿Olvidar lo que somos, hijos de Dios?

Pues no, no podemos hacer eso que aquí escribimos sino lo que muy atinadamente dice Lolo y que no es otra cosa que ir pisando la huella que haya dejado el Señor en el mundo porque, como bien sabemos, fue en todo igual a nosotros menos en el pecado y, claro, pisar Sus huellas ha de querer decir seguir su ejemplo que es el título que, no por casualidad, Lolo pone a esta tercera campanada de “necesidad”.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:


Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (41)

Nuestro Padre es como una inmensa caracola de felicidad que subyuga con el eco de gozo con que todo lo envuelve.”


…………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.10.23

La Palabra para el Domingo - 29 de octubre de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 29 de octubre de 2023 sino sábado, 28. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  



Mt 22, 34-40
  

“34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, 35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: 36 ‘Maestro, ¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?’37 El le dijo: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.  38 Este es el mayor y el primer mandamiento. 39 El segundo es semejante a éste: ’Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’ 40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas’.”

 

COMENTARIO

No conocer a Cristo es, verdaderamente, una mala cosa

 
Los que no querían a Jesús porque, como a otros profetas de otros tiempos, lo querían bien alejado de sus realidades mundanas y espirituales, que el Maestro demostrara una y otra vez que no tenían razón en la apreciación de la Ley de Dios no era de su particular y egoísta gusto.

Sin embargo, Jesús había venido al mundo a cumplir de forma total con la voluntad y la Palabra de Dios y no iba a dejar de hacerlo por los intereses de unos u otros porque bien sabía el Hijo de Dios que el mundo, entonces también, era cambiante y el pensamiento del individuo que tenía fe parecía adaptarse en exceso a los cambios del siglo.

Fariseos, saduceos… todos ellos querían ver a Jesús alejado de sus vidas. Siempre que podían le planteaban preguntas para ver si caía en alguna de sus trampas. El caso es que, al parecer, se negaban a creer (aún viendo lo que hacía y decía) que aquel a quien perseguían era, nada más y nada menos, que el Mesías. Y así les iba pues solían ir a por lana y salir trasquilados.

Ahora le preguntan a Jesús por algo, para ellos, elemental y que, por supuesto, no podía ignorar Quien todo lo había hecho.

Cuál es el mandamiento más grande de la Ley? | La Banda Diario

Es síntoma de gran despiste querer que el Mesías les diga qué es lo más importante de la Ley de Dios; síntoma, además, de gran ceguera.

Toda la norma divina, todas aquellas normas que ellos, aquellos que le perseguían, habían elaborado a través de los tiempos basándose en la Ley de Dios, pendían, como de un hilo, de dos principios fundamentales. A ellos, al parecer, no les debían parecer importantes.

Eran cosas sencillas porque, por elementales, nadie podía ignorar. Eran, además, propias de quienes aceptan la voluntad de Dios… si la aceptan, claro está.

Amar a Dios sobre todas las cosas era, por decirlo así, lo básico. Pero, para decir que se ama a Dios por encima de todo y con todo el corazón no basta con decirlo sino que se ha de notar en la vida de quien así habla o dice. Y eso era en lo que fallaban muchos de los que perseguían a Jesús: decían con la boca pero no hacían con sus obras porque no actuaban con misericordia sino con odio, por ejemplo.

Y, además, lo otro: amar al prójimo como a uno mismo…

¡Qué difícil es amar a los enemigos o quien algo te debe!

Aquellos que le preguntaban entendían, seguramente, lo que decía Jesús. Lo entendían porque estaba escrito en sus corazones por Dios mismos. Ellos, sin embargo, lo escondían como si se tratase de algo malo. Y lo escondían porque no les convenía, por ejemplo, perdonar a quien odiaban o porque, sencillamente, no tenían ánimo para, muchas veces, ser misericordiosos…

Ley y Palabra de Dios; Mesías y cumplimiento de una y seguimiento de la otra: demasiado difícil para quien había hecho a Dios estrado de sus pies… y no al revés.

PRECES
 
Por todos aquellos que no aceptan la primacía de la Ley de Dios en sus vidas.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no aman al prójimo como a sí mismos.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a cumplir tu santa y benevolente Ley.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Cumplir la Voluntad de Dios y no otra cosa es lo que se pide a sus hijos. 


Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

23.10.23

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – II, la Pureza

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto.

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición titulado “Doce peticiones para doce campanadasque Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”.

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer…

Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante.

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.

Campanadas de necesidad – II, Pureza

II

PUREZA.

Tú, el Puro, el eternamente Santo, haz que al segundo repique nuestro corazón florezca como en una nevada de azucenas y en el mundo se apague el fuego de lujuria que relampaguea en tantas pupilas. Te rogamos no hagan falta piedras de molino porque en lo venidero se prolongue la edad de oro de la inocencia en los niños; porque en el ánfora de cristal de la adolescencia arraiguen tus lirios y se dilate la mirada limpia y el tesoro de la virginidad. Que a la gracia de la mujer, reflejo de tu belleza, la cele el recato y no la aje el deseo que alumbra en el hombre, la cruda vanidad femenina o la ostentosa picardía. Que en el hogar, el placer y el egoísmo no consumen el crimen sellando la fuente de la vida y la familia sea crisol donde se fragüen las más caras virtudes.”

No podemos negar que lo que le pide Lolo a Cristo en este segundo “repique” no es poca cosa.Y es que, si consideramos los años pasados desde que escribiera esto nuestro amigo de Linares hasta hoy mismo es posible que nos echemos las manos a la cabeza y nos digamos algo así como ¡si entonces estaban así! (año 1955)… ¿Qué es ahora?

Tristemente podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la cosa ha empeorado más que muchoal respecto de lo que el Beato de Linares (Jaén, España) aquí nos trae. Y bastará hacer la relación de lo que ansía Manuel para darnos cuenta de eso.

Quiere Lolo que la pureza se enseñoree de nuestro corazóncomo si se tratase de la floración de una flor que, por su blancura, venga a representar lo que es limpio y que eso que es limpio anide ahí, en el corazón…

Hasta ahí todo correctopues esto parece la principal premisa de todo lo que viene después o algo así como un “principio general de la pureza”. Y así y por eso lo tomamos…

Pero luego viene lo otro o, lo que es lo mismo, lo que quiere que se quite y que se deje o, en todo caso, ponga por si falta…

Por ejemplo, que desaparezca la lujuria que entra y sale por las pupilas de los hijos de Dios…

Por ejemplo, que no sean necesarias las piedras de molino que deberían colgar de los cuellos de aquellos que, como dice Cristo, escandalicen a los más pequeños…

Por ejemplo, que durante la adolescencia no sea la impureza la que rija el corazón de los jóvenes sino que, al contrario, sea de blanco del color que vista el corazón y, así, los actos de los mismos…

Por ejemplo, la mujer (aunque esto no sea bien visto ahora…) tenga por actitud que la misma sea recatada y no se deje llevar por todo aquello que hace que eso sea imposible y, por tanto y con mala consecuencia, pueda alumbrar, como dice Lolo, el “deseo” en el hombre…

Por ejemplo, que no se trate de actitudes egoístas o simplemente placenteras (¡Qué bien lo dice Lolo esto!) las que lleven al cegamiento de la vida en las relaciones propias del matrimonio o, lo que es lo mismo, que no se haga uso de los muchos métodos anticonceptivos de que se disponía entonces y ahora, aún más…

Por ejemplo, y como mejor y buena cosa, que sea la familia donde se manifiesten y difundan las más sensatas virtudes llevadas por corazones no manchados.

Todo esto, podemos entender según dice Lolo, se puede llevar a cabo si es la pureza quien rige las acciones, omisiones y pensamientos de los hijos de Dios.

Y, aunque es cierto, que todo eso puede parecer una labor titánica, también lo es que sólo los más fuertes de corazón y de espíritu van a poder llevarlo a cabo. Vamos, como lo fue Lolo… ni más ni menos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (40)

Dios, como el pan y el agua, existe para todos y satisface plenamente a todo el que se dedica a saborearlo.

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

21.10.23

La Palabra  para el Domingo - 22 de octubre de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 22 de octubre de 2023 sino sábado, 21. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  


Mt 22, 15-21



“15 Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. 16  Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: ‘Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.17 Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?’18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: ‘Hipócritas, ¿por qué me tentáis? 19 Mostradme la moneda del tributo.’ Ellos le presentaron un denario. 20 Y les dice: ‘¿De quién es esta imagen y la inscripción?’ 21 Dícenle: ‘Del César.’ Entonces les dice: ‘Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.’”

COMENTARIO 

Hay que dar a Dios lo que es de Dios
 
Seguramente la expresión de Jesús, lo que nos dice, en este texto del evangelio de San Mateo, es una de las más conocidas de las muchas que dijo a lo largo de su vida pública. Y de ella, además, se ha interpretado lo que tiene que ver con la vida, en general del creyente católico.

Sin embargo, siendo esto importante (y algo se dirá después) el caso es que el contexto en el que Jesús dice lo que dice tiene mucho que ver con la trampa y con el engaño aunque, de verdad, también tiene que ver con la ignorancia absoluta acerca de Quién era Jesús cuando habla al respecto del César y de Dios.

En cuanto a la trampa y al engaño, aquellos que querían perseguir a Jesús porque no entendían lo que decían y, también, porque creían que no les convenía para nada, buscan cogerlo en un renuncio. Por eso le preguntan acerca de los impuestos que los judíos han de pagar al invasor romano.

Adulan a Jesús. Aquellos que le preguntan al Maestro sobre qué deben hacer empiezan hablando sobre la veracidad de las palabras del Hijo de Dios. Y eso es verdad. Sin embargo, lo hacen porque quieren hacer ver a Jesús que estiman, en mucho, sus palabras y sus opiniones cuando, en realidad, tienen el peor pensamiento sobre Él. Y es que, en verdad, eran fariseos en todos los sentidos del término.

Dicen, también, una gran verdad: a Jesús no le importa lo que puedan decir los demás acerca de lo que dice. Y tal es así porque lo que dice es Palabra de Dios y eso, aunque ellos, al parecer, no lo saben, es la verdad más verdadera. Por eso a Jesús no le importa decir lo que tiene que decir acerca de la moneda que pide que le muestren.

El caso es que con aquella moneda Jesús sienta una doctrina que, desde entonces, ha valido para siempre.

Dad al César lo del César, y a Dios lo de Dios

Así, por ejemplo, nos dice que una cosa es el mundo y otra, muy distinta, Dios. Y a cada uno hay que dar lo que le corresponde.

Y es que al mundo hay que darle aquello que, en conciencia, le corresponde: desempeñamos una labor, un trabajo… pues hacer honradamente lo que debemos hacer; en la vida política… lo que nos corresponde de acuerdo con la doctrina católica; etc.

Pero a Dios no debemos olvidarlo. En primer lugar, porque es nuestro Creador; en segundo lugar porque decimos que es lo más importante por encima de todas las cosas y que lo amamos con todo el corazón, con toda el alma y con todas nuestras fuerzas.

Por tanto, a Dios debemos darle lo que, legítimamente le corresponde: amor y oración: entrega a su voluntad y petición o agradecimiento.

Lo que Jesús les dijo a los hipócritas que le preguntaban era que no podían olvidar a Dios y sólo ocuparse del mundo. Hacer eso era comportarse como malos hijos del Todopoderoso y eso Jesús no podía soportarlo ni quería callarlo.

Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César… porque a cada cual le corresponde lo que le corresponde recibir. Y no podemos dejar de lado al Creador para atender, en exclusiva, al mundo porque supondría seguir un camino torcido hacia su definitivo Reino.

Y eso, lo que dijo Jesús, seguramente no gustó a quienes le habían preguntado. Ellos esperaban una respuesta más tibia… a su mismo nivel.


PRECES

 Por todos aquellos que no quieren separar al mundo de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que pretenden engañar a Dios en su corazón.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tenerte siempre presente y a no ceder a las asechanzas del Maligno en el mundo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

Dar a Dios lo que es de Dios… es cierto que no siempre lo hacemos.


Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

16.10.23

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – I, Humildad

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto.

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición tituladoDoce peticiones para doce campanadas” que Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”.

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer…

Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante.

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.

Campanadas de necesidad – I Humildad

I

HUMILDAD

Para este primer tañido, permite, Señor, que dé la primacía a la Humildad. Para mí y mis hermanos pido la gracia que nos haga ser esos niños que aseguran tu reino.

Desde las encrucijadas que son las fronteras hasta los círculos que delimitan el carácter, se escucha el restallido de un látigo de soberbia. Cada día, en el altar del dios yo, se inmola el amplio holocausto que va desde la flor silvestre de la libertad humana hasta el bárbaro genocidio de los pueblos. Por eso, Cristo, revitaliza la lección de tu presencia junto al hedor del establo. Que por ella se extinga en nuestros corazones la sed de dominio y el “non serviam” que estamos coronando. Que vuelva la personalidad para el hombre; y la Ciencia te sitúe como eje de toda sabiduría. Que caiga sobre nuestra cerviz tu yugo, que más que yugo es un divino carisma.”

Podemos decir que Lolo empieza bien estas primeras campanadas del año porque lo hace con algo que tantas veces nos falta como es la humildad.

No duda lo más mínimo el Beato de Linares (Jaén, España) en citar en primer lugar a la que tantos problemas nos evitaría si no cayéramos en lo que dice a continuación y que es un pecado más que grave por las consecuencias que trae: la soberbia.

Resulta síntoma de comprender el corazón del hombre y de atender al de Jesucristo cuando dijo que el Reino de los Cielos era de quien se manifestaba como un niño (entendiendo esto, claro está, como debe ser entendido) Y es que por eso pide Manuel Lozano Garrido (se lo pide a Dios, que es nuestro Señor) porque sabe que, de otra forma, será difícil que las puertas del Cielo (abiertas, precisamente, gracias a Cristo y a su sacrificio de Pasión) se nos abran y podamos entrar por ellas a ocupar una de las mansiones que nos está preparando el Maestro.

Bien sabe Lolo que la soberbia se enseñorea del mundo todo lo que puede y nos hace la vida más que difícil cuando atendemos a sus reclamos y lo hacemos sin darnos cuenta de que, en realidad, no somos nada ante Dios.

Soberbia que, por tanto, debe ser contrarrestada con la humildad porque de ella parte que no caigamos en la primera en aplicación de la segunda, base del “humus” a partir del cual formó Dios a nuestros Primeros Padres y delimita lo que en, en realidad, somos: vasijas de barro fácilmente rompibles si, por ejemplo, nos ensoberbecemos…

El dios yo”. A eso se refiere Lolo cuando aplica la soberbia en su estricto, pero básico, sentido. Todo lo ciframos a querer lo que creemos es necesario para nosotros y, si es posible, restregárselo en la cara a quien se ponga por delante. Y todo, cuando eso pasa, queda, como dice Lolo, queda como inmolado en ese altar de nosotros mismos para nosotros mismos. Y, como podemos comprender, eso no del gusto ni gozo de quien dio todo en vida por el prójimo y todo a Dios que no es otra persona que Manuel Lozano Garrido: nada de soberbia, todo humildad fue su vida.

No quiere Lolo otra cosa que pedir a Jesucristo (Dios hecho hombre) que no seamos dominadores, que en contra del “non serviam” apliquemos el “serviam” pues ya dijo el Hijo de Dios que no había venido a ser servido sino, al revés, a servir. Y, al parecer, eso no lo acabamos de entender y aplicamos en nuestra vida, justamente, lo contrario… ¿Y puede ser el discípulo más que su Maestro?

Y, por otra parte, si por carisma podemos entender qué es lo que conduce a la persona a lo largo de su vida quiere Lolo que, precisamente, el que lo es divino y que consiste en el yugo de Cristo sobre nosotros sea, eso, sobre nosotros y así dulcifiquemos nuestra soberbia hasta hacerla desaparecer a cambio de la humildad y por la humildad.

Bien podríamos decir con aquel eso de “humildad, divino tesoro” aunque, ciertamente, sea un “tesoro” encontrado y no escondido…

¡Ah!, y escribe Humildad con mayúscula. Por algo será…

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (40)

“Dios, como el pan y el agua, existe para todos y satisface plenamente a todo el que se decida a saborearlo.”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

14.10.23

La Palabra para el Domingo - 15 de octubre de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 15 de octubre de 2023 sino sábado, 14. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 

 
Mt 22, 1-14

  
1 Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:

2 ‘El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. 3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: ‘Mirad, mi banquete está preparado, se han  matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."’ 5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; 6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. 7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.8  Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. 9 Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda. 10 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. 11 ‘Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, 12  le dice: ’Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’ El se quedó callado. 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el  llanto y el rechinar de dientes.’14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.’”   

COMENTARIO

Dios nos llama para que acudamos

Es bien sabido que el Creador, que mantiene su Creación, quiere que estemos junto a Él. Nos llama, por tanto, cuando quiere llamarnos porque otra no puede ser la voluntad del Padre Eterno. 

También Jesús utiliza la parábola para referirse a Dios, a su definitivo Reino. Y nos habla de un banquete como expresión de la vida en el Cielo, como lo mejor que puede ser y suceder donde reina, en su definitivo Reino, el Todopoderoso. 

El banquete por excelencia es al que querríamos asistir en el Cielo. Allí, donde no hay dolor ni padecimiento alguno y donde la tristeza desaparece para siempre jamás, Dios está sentado a la mesa y espera nuestra llegada. Nos invita. Poco a poco va llamando a los que quiere que estén a su lado. Y envía a quien tiene por oportuno para llamarnos. 

El Creador no hace acepción de personas porque nos quiere a todos y a todos nos llama. Por eso, a lo largo de nuestra vida podemos optar por seguirlo o no seguirlo. Dios nos da libertad para hacer eso, incluso arriesgándose a que lo olvidemos y no queramos saber nada de Quien nos creó. 

Todo está preparado en el Cielo. Es más, está preparado siempre y para siempre porque a todos nos llega la hora de acudir ante el Padre y, de ser aceptados por nuestra limpieza de alma, pasar a su definitivo Reino. O, alternativamente, ir al Purgatorio hasta que estemos tan limpios de alma como Dios merece. 

Pero, el caso es que no siempre estamos dispuestos a seguir la voluntad de Dios y oscurecemos nuestro corazón sin querer, por eso, prepararnos para entrar en el banquete que el Creador nos tiene preparado. 

Muchos Son Los Llamados Y Pocos Los Escogidos. Mateo 22:14

El caso es que, incluso queriendo acudir es posible que no estemos convenientemente preparados por haber incurrido en actos pecaminosos o pensamientos del mismo jaez. Entonces Dios nos advierte para que sepamos a qué atenernos: tal forma de proceder no nos conviene nada de nada porque puede tener funestas consecuencias para nuestra vida eterna… o muerte eterna. 

A tal respecto, Jesús nos dice algo que es muy importante: Dios nos llama a todos, en efecto pero no todos acuden a la llamada. A los que sí acuden y responden positivamente a lo largo de una vida lo más cercana a lo que Dios quiere de nosotros, se les prepara un sitio en el banquete; a los que no responde positivamente sino todo lo contrario… a tales personas (a sus almas y, luego, tras la resurrección, a sus cuerpos y a sus almas) no les espera nada bueno. 

Habla Jesús del llanto y del rechinar de dientes. Y sólo puede deberse al Infierno y al destino que tienen aquellos que se empecinan en desoír la llamada de Dios a acudir a su banquete. ¿Dios nos llama y respondemos que no queremos acudir? 

Tal forma de ser y de actuar es gran ceguera que, además, no es nada conveniente para nosotros. 

Y, a pesar de eso, hay tanto ciego en el mundo…

 
PRECES

Por todos aquellos que no escuchan la Palabra de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que miran para otro lado cuando Dios los llama.

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a estar atentos siempre a tu llamada y a seguirla.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Ser llamados por Dios y no escuchar… en realidad es un mal negocio espiritual.


Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.