InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Septiembre 2018

13.09.18

El rincón del hermano Rafael - "Saber esperar" - Lo que Dios quiere

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.

Hasta hace bien poco hemos dedicado este espacio a escribir sobre lo que el hermano Rafael había dejado dicho en su diario “Dios y mi alma”. Sin embargo, como es normal, terminó en su momento nuestro santo de dar forma a su pensamiento espiritual.

Sin embargo, San Rafael Arnáiz Barón había escrito mucho antes de dejar sus impresiones personales en aquel diario. Y algo de aquello es lo que vamos a traer aquí a partir de ahora.

             

Bajo el título “Saber esperar” se han recogido muchos pensamientos, divididos por temas, que manifestó el hermano Rafael. Y a los mismos vamos a tratar de referirnos en lo sucesivo.

 

“Saber Esperar” –  Lo que Dios quiere

 

“¡Ah!, Señor, hasta cuándo me has de tener aquí…, rastreando, buscándote y llamándote a gritos…, sin que el corazón descanse ni sosiegue, viendo nuestra miseria que nos impide gozarte de una vez y para siempre.”

 

Resulta de todo punto necesario que aquellos que, especialmente escogidos por Dios para ser espejo de la fe, nos digan a qué debemos atenernos en este tipo de materias que, no lo olvidemos, son totalmente necesarias para nuestra salvación eterna.

Podemos decir, a tal respecto, que, en líneas generales, sabemos lo que Dios quiere de su descendencia. Y es que hemos escuchado muchas veces que consiste la cosa en llevar a nuestra vida, por ejemplo, los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, los que son de la Iglesia católica o, también, la Bienaventuranzas proclamadas por Cristo.

Bien. Tales cosas son, ciertamente, han de ser, parte de nuestra vida de hijos de Dios pero el Creador, el nuestro y el de todo lo que existe, quiere algo más de nosotros. Y es lo que nos trae el hermano Rafael, siempre atento a una tan importante Voluntad.

San Agustín ya dijo algo así como que nuestro corazón no descansará hasta que lo haga en Dios. Y algo muy parecido nos dice San Rafael Arnáiz Barón.

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12.09.18

Reseña: ”La dejación de la intimidad personal para un católico”

 

La dejación de la intimidad personal para un católico                  La dejación de la intimidad personal para un católico

 

TítuloLa dejación de la intimidad personal para un católico.

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán.

Editorial: Lulu.

Páginas: 82

Precio aprox.:   3.99 € en papel – 0.99 € formato electrónico.

ISBN:  5800129776781 papel;  9780244408893 electrónico.

Año edición: 2018

Los puedes adquirir en Lulu.

La dejación de la intimidad personal para un católico” - de Eleuterio Fernández Guzmán.

 

Con este libro continuamos la serie de libros que, dentro de la denominación de Fe práctica, hemos dado en empezar. Y, para tal menester, reproducimos el primer apartado de título “Elementos básicos”.

 

“Dejó dicho el Papa Juan XXIII, que el

 

“Hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto” 1 .

 

La exégesis de este texto resulta, aunque parezca mentira, bastante elemental 2. Y esta es la que sigue: el ser humano, por el hecho de serlo, tiene asociadas a su personalidad una serie de posibilidades que puede llegar a ejercer, obligaciones que cumplir y, sobre todo, algunas de aquellas -como derechos inviolables- que no pueden ser limitados, violentados o enajenados ni siquiera por quien los posee en calidad de propietario por esencialidad 3

Además, también en el citado texto papal, se dice que “se considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la persona humana”4 entre los que se encuentra “el debido respeto a su persona” 5 (que encierra, por ser ese su objeto, el respeto a la intimidad de aquella). 

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11.09.18

Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro"- La Iglesia de Cristo

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Durante unas semanas, si Dios quiere, vamos a dedicar el comentario de los textos de Lolo a un apartado particular del libro citado arriba de título “Recuento de beneficios” donde hace indicación de los beneficios de la relación del Beato con el Todopoderoso.

La Iglesia de Cristo

 

“Por eso, ver a Cristo clavado sobre unos recortes de cedro o a una Virgen que se modeló en barro, es como trasponer a la tarde misma de Nisán, sobre el calvero inundado de sangre y de tormentos, o al taller sencillo del carpintero, donde una mujer cocina, zurce, adora o carga su ánfora con alegría; es estar sintiendo verídicamente la voz recia del Cristo-Obrero o el timbre dulce de la Mujer sin mancha que quiere y consuela.”

 

Hay quien dice que la Iglesia católica no es más que una invención de unos discípulos de Cristo que, sí, como apóstoles que fueron estuvieron muy cerca del Hijo de Dios pero que, al fin y al cabo, dieron forma a la misma según fue su voluntad.

Con esto queremos decir que hay quien cree, hoy día, que la Esposa de Cristo no la creó el hijo de María y, adoptivo, de José sino que fue cosa de unos cuantos aprovechados de la acción predicadora y misionera de un Maestro, sí, bueno pero sólo eso…

De todas formas, no podemos negar que pueda haber quien así piense pero sí podemos decir que tal forma de ver las cosas no sólo tergiversa la realidad sino que, queriendo ir más allá de lo que supondría tal cosa, lo que se pretende es desacreditar a la Iglesia católica, hacerla de menos y, en fin, que nadie la tenga en cuenta.

El problema para quien eso crea y defienda es que luego vienen personas como, por ejemplo, el Beato Manuel Lozano Garrido y, con su vida y palabras, tiran por tierra tamaño castillo de naipes espirituales.

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9.09.18

La Palabra del Domingo - 9 de septiembre de 2018

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Mc 7, 31-37

 

 

“31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.32     Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.     34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: = ‘Effatá’, que quiere decir: ‘¡Abrete!’35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían ‘Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.’”

 

 

COMENTARIO  

 

Lo que es capaz de hacer Dios por sus hijos

 

Hay que reconocer, porque es verdad, que el Hijo de Dios cumplía la misión que le había encomendado su Padre de una forma completa. Vamos, que no dejaba de caminar por el mundo que tenía a su alrededor transmitiendo la Buena noticia con palabras… y hechos.

Lo que le pasa a aquel hombre es para tomar nota de lo que es capaz de hacer Dios. Sabemos que es todopoderoso y por eso lo llamamos así, Todopoderoso. Eso supone, por tanto, hacer cosas como ésta.

Aquel hombre sordo y casi mudo

Para darnos cuenta de lo que le pasa a aquel hombre hay que ver cómo se debía encontrar. Es decir, cuál era su situación social.

Hoy día, una persona en sus condiciones puede tener mucha ayuda. Humanamente hablando se ha avanzado mucho desde los tiempos de Jesús. Sin embargo, entonces las cosas eran muy diferentes.

Sabemos que para el judío ordinario la enfermedad que padecía una persona tenía relación directa con los pecados que cometía. Por eso aquel hombre, que era sordo y, además y lógicamente, no hablaba muy bien, debía tener sobre sí una espada de Damocles muy grande.

Eso, claro está, tenía consecuencias sociales muy graves. Queremos decir que los enfermos de tal calibre (pensemos, también, el leproso, ciego, paralítico, etc.) eran apartados de la sociedad. No eran útiles y, simplemente, no se les tenía en cuenta.

Pero Jesús sabe que eso no está ni medianamente bien. Por eso muchas veces, dada la fe de quien se lo pide, cura a muchas personas y añade eso de “tus pecados te son perdonados”. Eso lo hacía para que viesen, sus críticos, que podía curar y perdonar, perdonar y curar.

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8.09.18

La otra Natividad

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Navidad de Cristo,

cuando nace el Hijo,

acaece en Diciembre,

según la fe

y la tradición,

entonces vino al mundo

Quien nos dio la salvación.

 

Hay alegrías sin cuento

cuando celebramos la venida,

en un día bien concreto, veinticinco,

y es que no es poca cosa

que viniera Dios a vernos.

 

Siempre nos preguntamos,

como hace el salmo,

qué vio el Creador

en su criatura humana,

si somos tan poca cosa

y amamos tan a desgana.

 

Gracias, decimos,

a Quien nos ha creado,

que quiso que de sus hijos

ninguno bajara abajo

donde todo es olvido,

quemazón, amor desangrado.

 

No podemos olvidar,

aunque importante es el veinticinco,

de diciembre el día exacto,

que para que eso pasara,

en orden humano y creado,

había de nacer mujer

que quisiera salvarnos.

Celebramos, hoy mismo,

ocho de septiembre bien amado,

que naciera una niña

que María llamaron.

 

¿Una niña y nada más?

Muchas más allá del tiempo

han venido al mundo

desde Eva y su pecado,

más de uno pensará.

 

Pero no es así la cosa,

no en lo que ahora hablamos,

porque quiso Dios, en su amor no menguado,

que naciera sin pecado

quien iba a llevar en su seno

a su Hijo más que amado.

 

Recordamos un momento,

propio de una vida,

que no era un ser cualquiera

sino el primer Sagrario

que llevaría el cuerpo santo

del Mesías esperado.

 

Ana y Joaquín, ambos,

sorprendidos por ver nacer

un ser tan esperado,

porque ella era ya de edad avanzada,

vieja, vamos,

y nadie podía prever,

salvo el corazón de Dios, claro,

que quien nada esperaba

recibiera un tal milagro.

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