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23.02.17

El rincón del hermano Rafael – “Saber esperar”- No darse cuenta de lo que importa

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.

Hasta hace bien poco hemos dedicado este espacio a escribir sobre lo que el hermano Rafael había dejado dicho en su diario “Dios y mi alma”. Sin embargo, como es normal, terminó en su momento nuestro santo de dar forma a su pensamiento espiritual.

Sin embargo, San Rafael Arnáiz Barón había escrito mucho antes de dejar sus impresiones personales en aquel diario. Y algo de aquello es lo que vamos a traer aquí a partir de ahora.

             

Bajo el título “Saber esperar” se han recogido muchos pensamientos, divididos por temas, que manifestó el hermano Rafael. Y a los mismos vamos a tratar de referirnos en lo sucesivo.

“Saber Esperar” - No darse cuenta de lo que importa

“Da mucha tristeza el ver a los hombres que se olvidan de Cristo y no adoran más que al Becerro de Oro, con sus pasiones desatadas, sin tener en cuenta la sangre que Jesús derramó en la Cruz “.

La relación que mantiene el ser humano con su Creador no siempre es lo más recomendable. Queremos decir que, teniendo en cuenta que Dios es Todopoderoso y que nos ha creado… ir por el mundo disimulando y haciendo como que eso no es así es cosa de seres ciegos y necios.

Es bien cierto que Dios otorga una libertad al hombre que no tiene límite. Es decir, cuando nos crea permite que hagamos aquello que creamos conveniente. Y es más que verdad que muchas veces nos equivocamos en aquello que hacemos o decimos pero también es cierto y verdad que podemos hacerlo porque Dios ha permitido que lo hagamos. En resumen: podemos errar con voluntad propia y estamos autorizados a hacerlo. Otra cosa son las consecuencias que de eso puedan derivarse.

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